BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII  
Nº 203  
Enero-junio 2020  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVIII  
Nº 203  
Enero–junio 2020  
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Academia Nacional de Historia del Ecuador  
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e-ISSN: 2773-7381  
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octubre 2020  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCVIII – Nº. 203  
Enero–junio 2020  
LAS RELACIONES INTERNACIONALES DEL ECUADOR:  
980–19841  
1
Rocío Rosero Jácome2  
Resumen  
Este trabajo revisará la situación de Ecuador en el contexto La-  
tinoamericano de la Guerra Fría durante el periodo 1980-1984. Se ex-  
pondrán las posiciones de los diversos miembros del servicio  
exterior del país en torno a los conflictos Latinoamericanos y a la si-  
tuación económica regional y del Ecuador, durante la presidencia de  
Oswaldo Hurtado, periodo en el que se muestran las iniciativas po-  
líticas enfocadas a mantener la paz y soberanía regional sobre la base  
del respeto a los tratados y acuerdos internacionales en el marco geo-  
político bipolar.  
El presente estudio tratará los siguientes aspectos: Anteceden-  
tes. Apertura, pragmatismo y acercamiento a los Estados Unidos en  
la era Reagan. Ingreso de Ecuador al Movimiento de los No Alinea-  
dos. Los acontecimientos de América Central. El Salvador y Nicara-  
gua. Distanciamiento de Cuba. La situación de Guatemala. El Grupo  
Contadora. Los efectos de la crisis de la deuda externa ecuatoriana.  
Agotamiento de la estructura económica y política del Ecuador. La  
Conferencia Económica Latinoamericana de 1984. La declaración de  
Quito, 1984. Plan de acción de la Conferencia Económica Latinoa-  
mericana.  
1
2
Recibido: 20/05/2020 // Aceptado:10/06/2020  
Rocío Rosero Jácome: doctora en Historia y licenciada en Ciencias de la Educación, Historia y  
Geografía, por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. magister en Docencia para Ins-  
tituciones de Educación Superior, por la Escuela Politécnica Nacional, miembro de la Red de  
Historiadores Latinoamericanistas, AHILA, de la Asociación de Estudios Interamericanos IAS,  
Miembro Correspondiente de la Sección de Antropología de la Casa de la Cultura Ecuatoriana  
y de la Academia Nariñense de Historia. Sus áreas de investigación son siglos XIX y XX. Sus  
publicaciones revisan aspectos socio-políticos-económicos o educativos. Docente de la Uni-  
versidad Internacional del Ecuador, Escuela de la Relaciones Internacionales. Miembro de Nú-  
mero de la Academia Nacional de Historia.  
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189  
Rocío Rosero Jácome  
El texto se fundamenta en documentación inédita que  
guarda el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movili-  
dad Humana, correspondiente a las Notas Comunes enviadas a la Em-  
bajada del Ecuador en Washington, los años 1982, 1983 y 1984, por  
diversos representantes de la Cancillería ecuatoriana; a través de  
estos documentos se puede vislumbrar la política exterior del go-  
bierno ecuatoriano.  
Palabras clave: Ecuador en la Guerra Fría, Oswaldo Hurtado, Ecua-  
dor, no alineados, relaciones internacionales ecuatorianas, Club de  
deudores, Declaración de Quito, 1984.  
Abstract  
This paper reviews the situation of Ecuador in the Latin  
American context of the Cold War. The positions of the various mem-  
bers of the country’s foreign service regarding Latin American con-  
flicts and the regional and Ecuadorian economic situation will be  
presented, events that took place during the presidency of Oswaldo  
Hurtado, a period in which political initiatives focused on maintain-  
ing peace and regional sovereignty based on respect for international  
treaties and agreements in the bipolar geopolitical framework.  
The present study will deal with the following aspects: Back-  
ground. Openness, pragmatism, and rapprochement with the United  
States in the Reagan era. Ecuador joins the Non-Aligned Movement.  
Central American events. El Salvador and Nicaragua. Distance from  
Cuba. The situation in Guatemala. The Contadora Group. The effects  
of the Ecuadorian external debt crisis. Exhaustion of the economic  
and political structure of Ecuador. The 1984 Latin American Eco-  
nomic Conference. The Quito Declaration, 1984. Action plan of the  
Latin American Economic Conference.  
The text is based on unpublished documentation kept in the  
repository of the Ministry of Foreign Affairs and Human Mobility,  
corresponding to the common notes sent to the Ecuadorian Embassy  
in Washington, in 1982, 1983 and 1984, by various representatives of  
the Ecuadorian Foreign Ministry; Through these notes you can  
glimpse the foreign policy of the Ecuadorian government.  
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Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
Key words: Ecuador Cold War period, Oswaldo Hurtado, Ecuador,  
Non-aligned Movement, Ecuadorian international relations, debtors  
club, Quito Declaration, 1984.  
Antecedentes  
Ecuador formaba parte del contexto mundial de los años  
980, así, los déficits de la economía norteamericana presionaron  
1
sobre las relaciones comerciales y financieras con el incremento de  
las tasas de interés y la disminución de los créditos a los países sub-  
desarrollados. Parafraseando a Alberto Acosta, el detonante de la cri-  
sis latinoamericana estuvo en los Estados Unidos con la política  
llamada reaganomics que tornó inmanejable la deuda del tercer  
mundo; Estados Unidos buscó reducir el déficit mediante la carrera  
armamentista y reafirmar la superioridad militar frente a la Unión  
Soviética y otras economías occidentales; estos gastos no pudieron  
compensarse con la reducción en áreas sociales. Estados Unidos se  
convirtió en el principal deudor del mundo, por ello, reorientó los  
3
flujos financieros netos del Sur hacia el Norte.  
Oswaldo Hurtado, en calidad de vicepresidente del Ecuador,  
heredó el poder político tras la trágica muerte del presidente Jaime  
Roldós el 24 de mayo de 1981 por un accidente de aviación. Su pe-  
riodo estuvo matizado por fenómenos naturales como las inunda-  
ciones de 1982-1983 que impactaron en el agro, la infraestructura y  
la economía general del país; además, la caída de los precios del pe-  
tróleo en 1982-1983 y también, las secuelas del conflicto bélico de  
1
981 con Perú. Desde entonces, su gobierno recorrió un largo, tor-  
tuoso y doloroso camino social de ajustes y desajustes. Concluyó su  
mandato en agosto de 1984. Su política internacional se vinculó a la  
estrategia mundial de Occidente liderada por Estados Unidos y en  
el proceso se destacó por su liderazgo latinoamericano para organi-  
4
zar en Quito, La Conferencia Económica Latinoamericana.  
3
4
Alberto Acosta, Breve Historia Económica del Ecuador, Quito 2001  
Conferencia Económica Latinoamericana de 1984: https://repositorio.cepal.org/handle/  
11362/0776 (03-03-2020)  
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Rocío Rosero Jácome  
5
Apertura , pragmatismo y acercamiento a los Estados Unidos en la  
era Reagan  
Las palabras de Oswaldo Hurtado definen con claridad su  
propuesta sobre el rol del Estado y del mercado, refiriéndose a su  
gobierno dice:  
(
…) el mío se apartó del nacionalismo petrolero de la década de los  
setenta e impulsó una apertura a la inversión extranjera a fin de supe-  
rar las limitaciones financieras y tecnológicas que tenía el Estado para  
aumentar la producción de crudo. Una reforma a la Ley de Hidrocar-  
buros, creó la figura contractual de prestación de servicios, por la cual  
empresas foráneas podían buscar y explotar petróleo en áreas de riesgo  
que no estaban en producción.6  
Parafraseando a Salinas, desde la crisis de la deuda de 1982,  
generalizada en 1989, los criterios liberales, en América Latina, se  
afianzaron en la conducción de la política, dice: “nuestros países in-  
gresaron en una inducida dinámica de desmantelamiento de la presencia  
estatal en las actividades comerciales, financieras (…) manufactureras o in-  
dustriales (…) concepción según la cual la intervención del Estado obsta-  
7
culizaba el movimiento del mercado”. Se aseveraba que tras de la  
liberalización estatal habría un crecimiento de la sociedad a través  
de los mecanismos de distribución, tal cosa no sucedió. Señala José  
Moncada, que el PIB mostraba un indetenible declive del 3.9%, en  
1
981; 1,2% en 1982, en 1983, -1.6% de modo que las medidas ejecu-  
tadas para alcanzar la reactivación propuesta en el Plan de Desarrollo  
8
1980-1984, del binomio Roldós–Hurtado, no se cumplieron, pues:  
5
Apertura (política de): Proceso de reducción de impuestos, aranceles y restricciones al comercio  
exterior para eliminar los márgenes de protección a la producción nacional. (…) Política que  
es difundida en los países subdesarrollados desde los países industrializados, donde no siem-  
pre se practica. Cfr. Alberto Acosta, cit., p.270  
6
7
Oswaldo Hurtado, Ecuador entre dos siglos, Penguin, Bogotá, 2017, p.352  
Darío Salinas, “Estados Unidos y América Latina más allá del libre comercio” en: Estados Uni-  
dos la Crisis Sistémica y las Nuevas Condiciones de Legitimación, CLACSO, 2010, pp. 394-395  
Nicanor Jácome, Ecuador Debate, Centro Andino Popular, Quito, s.a.p.; pp.26-30 en: http://re  
positorio.flacsoandes.edu.ec:8080/bitstream/10469/9713/1/RFLACSO-ED19-01-Jacome.pdf  
8
(04-03-2020)  
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Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
(
…) perseguía como objetivos el desarrollo económico, la justicia social  
y el afianzamiento del sistema democrático, ni el ingreso de más capital  
extranjero, pudieron detener la inevitable caída de la producción, el  
agravamiento de los desequilibrios financieros, presupuestales, el au-  
mento del desempleo, el mayor servicio de la deuda externa, la infla-  
9
ción, el brusco y grave deterioro de la economía del pueblo trabajador.  
El problema se manifestó dramático en el gobierno de Os-  
waldo Hurtado por la escasez de divisas para pagar la deuda externa  
y decretó el abandono de la paridad de 25 sucres por dólar que pro-  
vocó el círculo vicioso de devaluación–inflación–devaluación, acom-  
pañado de especulación y fuga de capitales, el periodo coincidió con  
el ascenso del presidente Ronald Reagan cuya política era belicista e  
intervencionista.  
En el plano político Hurtado debía buscar apoyos para apun-  
talar su régimen. En agosto de 1981, en el informe a la nación Hur-  
tado señala que: “El presupuesto del Estado tendrá un déficit de 20.000  
millones de sucres, contra 8.600 millones del año 1980. El barril de petróleo  
10  
se presupuestó en 36 dólares y el promedio de venta es de 33.5 dólares .  
En 1982, la política gubernamental estuvo auspiciada por el FMI en  
las áreas monetarias, cambiarias y financieras para enfrentar los pro-  
blemas de desequilibrio y endeudamiento externo, por ello, se con-  
trajo la liquidez, se fomentó el movimiento de capitales con el  
exterior, se propició liberalizar los precios internos, eliminar subsi-  
dios, reprivatizar la economía, liberar la importación de insumos, es-  
tablecer la flotación del tipo de cambio, contraer las importaciones,  
imponer cargas tributarias indirectas y reconocer alzas salariales in-  
11  
feriores al aumento de precios .  
El criterio liberal del comercio internacional, se inspira en la  
asimetría del entramado económico-político internacional, de allí,  
los procesos de apertura, de desregulación financiera y comercial.  
Salinas, recuerda que ninguna sociedad Latinoamericana quedó exi-  
9
1
1
José Moncada, “La economía ecuatoriana de los sesenta a los ochenta” en: Nueva Historia del  
Ecuador, Vol.11, Quito, 1991, p.83  
0 Patricia Estupiñán, “Recuento del periodo 1979-1990” en: Nueva Historia del Ecuador, Vol. 11,  
Quito, 1991, p.332  
1 José Moncada, “La economía ecuatoriana de los sesenta a los ochenta”… cit.  
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Rocío Rosero Jácome  
mida de la profundización de la desigualdad y recalca que “el modelo  
de desarrollo que en este periodo ha logrado imponer el sistema capitalista  
(
…) no radica en su capacidad para distribuir el ingreso, ni mucho menos  
12  
el poder, sino en la concentración de la riqueza”.  
Parafraseando a Oswaldo Hurtado, señala que el modelo  
económico desarrollista, provocó una expansión del sector público,  
de la industria nacional, de los servicios de educación, salud y cons-  
trucción de obras de infraestructura: carreteras, puertos, aeropuertos,  
servicios sanitarios, centrales eléctricas y telefónicas. “Pero no de-  
sencadenó un crecimiento sostenido y a largo plazo pues el desempeño de la  
economía continúo condicionado por la suerte que corrieron las exportacio-  
nes”13 en consecuencia, la crisis no significó parálisis ni estanca-  
miento, hubo mayor explotación petrolera, mayores estímulos a los  
dueños del capital, a la vez que intensificación inflacionaria, mayor  
explotación laboral y nuevas vías de acumulación de rentabilidad  
privada, comercial e individual.14  
Así, la década de los ochenta se convierte en un cambio de  
enfoque de los problemas sociales y económicos “que tiende a inter-  
pretar la realidad nacional (…) neoliberal-monetarista, en abierto contraste  
con la óptica estructural, histórica e institucional, que prevaleció desde la  
15  
posguerra”. En contraste, el proceso de urbanización en 1982, llega  
al 49%, la concentración de la pobreza urbana, especialmente de la  
costa “que forman verdaderos cinturones de miseria (…) suburbios y tu-  
gurios son los espacios urbanos donde reside esta masa de población flotante,  
(
…) sub-proletaria (…) carentes de todo equipamiento o servicios  
16  
urbanos”. Por otro lado, el periodo de gobierno de Oswaldo Hur-  
tado, coincide con el mandato de la primera ministra inglesa, la con-  
servadora Margareth Tharcher y comparte la idea de que ella ha  
reinventado al capitalismo con ideas innovadoras, dice:  
1
1
1
1
2 Darío Salinas, “Estados Unidos y América Latina…” cit.,p. 395  
3 Oswaldo Hurtado, cit., p. 352  
4 José Moncada, “La economía ecuatoriana de los sesenta a los ochenta”… cit.  
5 Eduardo Santos y Mariana Mora, “El modelo neoliberal monetarista” en: Nueva Historia del  
Ecuador, Vol.11, Quito, 1991, p. 89  
16 Iván Fernández y Gonzalo Ortiz, “Los escenarios de la pobreza urbana” en: Nueva Historia  
del Ecuador, Vol.11, Quito, 1991, p. 147  
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Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
Abogó por el mercado libre, la libre competencia, el libre comercio, un  
Estado pequeño, bajos niveles de tributación, flexibilización laboral,  
desregulación financiera y apertura internacional. Predicó las virtudes  
del ahorro, la eficacia y el trabajo duro, amplió los derechos de pro-  
piedad, debilitó el poder de los sindicatos y legitimó moralmente el  
enriquecimiento.17  
En E.U. gobernaba el republicano Ronald Reagan con los  
mismos valores: individualismo y convencimiento de que lo privado  
puede gestionar mejor que lo público y dice, Hurtado: “Esta política  
económica fue paulatinamente adoptada por los países industrializados (…)  
y difundida en el Ecuador y otros países de América Latina por el FMI, el  
Banco Mundial y el BID, como adecuada para superar la crisis económica  
18  
(
…) y alcanzar cierto grado de desarrollo y testimonia que los países  
Latinoamericanos fueron presionados a ejecutar esta política antipo-  
pular, caso contrario, no recibirían líneas de crédito, sistematizadas  
por el Consenso de Washington y señala que fueron convenientes para  
que la economía del país se estabilizara, entonces se estableció una  
reforma fiscal que favoreció la inversión con la liberalización de los  
mercados financieros, tasas de cambio competitivas que estimulen  
las exportaciones no tradicionales, la competencia externa y la dis-  
minución del proteccionismo que favorece la innovación, la produc-  
tividad y el crecimiento. Esto pensaba el mandatorio en su tiempo,  
19  
pero la realidad desbordó su planificación. Su estrategia era prag-  
mática para esa época, detrás del sillón presidencial estaba el poder  
oligárquico, detrás de él, los militares de derecha, y, en la retaguardia,  
20  
los intereses de Estados Unidos. Nick D. Mills señala que el presi-  
dente, aparentemente respaldado por un mandato popular y consti-  
tucional, era consciente de su realidad, dice:  
Entre sacrificar el orden democrático y sacrificar la imagen del régimen,  
Hurtado, siempre realista y pragmático; prefirió esto último. Parecía  
1
1
1
2
7 Oswaldo Hurtado, cit.., pp.352-353  
8 Ídem., p. 353  
9 Ídem., p. 353  
0 Agustín Cueva: “Los límites de la democracia constitucionalista” Nueva Historia del Ecuador,  
Vol. 11,Quito, 1991, p. 334  
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Rocío Rosero Jácome  
reconocer y aceptar que frente al sector privado, el Estado carecía de  
fuerza efectiva para imponer su voluntad, dentro de las reglas del juego  
democrático, y que lo que la situación aconsejaba era la discreción y  
no la hostilidad destructora.21  
Y Agustín Cueva corrobora esta apreciación cuando señala  
que: “En efecto, la imagen del gobierno era tanto más discreta e incluso  
opaca, cuanto que muy poco podía hacer Hurtado para ampliar su base de  
apoyo popular (que siempre fue magra), a menos que se decidiese a romper  
drásticamente el cerco que la oligarquía había tendido a su inicial proyecto  
22  
reformista.” Parafraseando a Cueva, sin embargo, hubo un acuerdo  
de facto con la oligarquía, empero, el sector privado libró contra él  
una guerra sin cuartel, en principio, por la disputa entre Estado e  
iniciativa privada, iniciada en 1972, cuando el Estado le arrebató el  
usufructo de la renta petrolera y del usufructo de todas las activida-  
des económicas estatales desarrolladas a partir de las rentas petrole-  
ras, esto no encajaba en su programa de gobierno ni en la perspectiva  
ideológica de Hurtado que, sin embargo, aparecía como partidario  
del estatismo.  
Por otro lado, en el Plan Nacional de Desarrollo 1980-1984, se  
proponía llevar a cabo reformas: tributaria, administrativa, agraria,  
educacional y política. Las dos primeras presionaban a la oligarquía  
para convertirse en burguesía moderna. Las propuestas de Roldós y  
Hurtado, en su programa reformista, se proponían desactivar las  
contradicciones sociales más explosivas y, a la par, lograr un capita-  
lismo más dinámico. Finalmente, las élites criticaron a Hurtado por-  
que apoyó la expansión de las organizaciones sociales de base:  
comunas, cooperativas, etc., que la Democracia Popular gestaba como  
bases partidarias, les molestaba su inserción dada su extracción so-  
cial y porque les parecía sinónimo de comunismo. Hurtado, por su  
parte, argumentaba que: “por primera vez en la historia, algunos empre-  
sarios no mandan en el gobierno y se encuentran con un régimen al que no  
pueden dar órdenes y en el que no existen empleados suyos para representar  
23  
sus intereses y lo combaten por esta razón”.  
21 Nicke Mills, Crisis, conflicto y consenso, Corporación Editora Nacional-CORDES, Quito, 1985,  
p.123  
2
2
2 Agustín Cueva, cit., p. 334  
3 Patricia Estupiñán, cit., p.332  
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Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
La situación social y económica se hizo más tirante cuando  
la Cámara de Comercio de Guayaquil demandaba confianza para sus  
inversiones dado que el gobierno realizó tres devaluaciones, además,  
prohibió las importaciones y elevó las tasas de interés y el valor de  
los combustibles para refinanciar la deuda. Hurtado fue acusado de  
auspiciar un “desgobierno económico” que culminó con un paro em-  
presarial el 19 de marzo de 1983. Este conflicto se agravó a mediados  
de ese año porque los créditos privados en dólares, no fueron reno-  
vados, para evitar más presiones y la quiebra generalizada de bancos  
24  
y empresas, sucretizó la deuda extranjera privada. A pesar de todas  
las contradicciones, Oswaldo Hurtado apoyó decididamente al sec-  
tor privado y, su deuda en dólares, fue asumida por el pueblo ecua-  
toriano, toda vez que el Estado fue garante de ella. Esto muestra su  
pragmatismo y el acercamiento del gobierno a los Estados Unidos  
en la era Reagan.  
Ingreso de Ecuador al Movimiento de los Países No Alineados:  
NOAL  
Ecuador es parte del Grupo de los Países No Alineados desde  
981, se conformó 20 años antes, en las Conferencias de Bandung y  
1
de Brioni. Su intención era lograr una posición independiente del ca-  
pitalismo de E.U. y del socialismo de la U.R.S.S. “…tenía una clara  
posición en defensa de la autodeterminación, la no intervención y la lucha  
a favor de un desarme completo y general. (…) ha contribuido (…) al triunfo  
25  
de la lucha por la independencia nacional y la descolonización”. La orien-  
tación filosófica pacifista de este movimiento surgió de las condicio-  
nes históricas, económicas, sociales y políticas, compartidas por  
países de Asia, África, América Latina y el Caribe como regiones pre-  
sionadas y explotadas por una potencia externa. El no alineamiento  
simbolizó la opción de libertad, paz, seguridad y autodeterminación  
para lograr un orden económico, social y político internacional justo  
y equitativo.  
24 Ibídem.  
25 Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, s/f.  
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Rocío Rosero Jácome  
La presencia del Ecuador en el NOAL cobra sentido cuando  
percibe que una membresía internacional actúa como escudo para  
contrarrestar la arremetida belicista del presidente Ronald Reagan  
(
1981-1989) que impulsó una revolución conservadora paralela a los  
lineamientos del gobierno de Margaret Thatcher en el Reino Unido  
2
6
y Juan Pablo II en la Iglesia católica. La revolución conservadora  
era una política económica neoliberal a ultranza, acompañada de un  
rearme militar y una política exterior más agresiva contra el comu-  
nismo en el mundo, de allí, E.U. armó a los grupos contrarrevolu-  
cionarios de Centroamérica para forzar la caída del régimen  
sandinista en Nicaragua e intervino militarmente en casi todos los  
países de América Central. Durante el asedio de Reagan a Centro  
América contó con el apoyo de soldados argentinos que peleaban en  
la contra insurgencia. La Cancillería Ecuatoriana informó de: “La (…) de-  
cisión del gobierno argentino de no continuar apoyando la política nortea-  
mericana para Centro América y el Caribe”. Esto, luego del apoyo de  
Ronald Reagan a Gran Bretaña para la toma de las Islas Malvinas y  
no a la Argentina, como se esperaba. La incursión británica sucedió  
en abril de 1982, ataque que sorprendió al continente.  
27  
28  
La economía Latinoamericana se tambaleó. “El primer país en  
caer en mora fue México, al anunciar la suspensión de pagos el 12 de agosto  
29  
de 1982, cosa que hizo Ecuador unos días después”. Ecuador no pudo  
cubrir el déficit presupuestario y en enero de 1983 debió establecer  
acuerdos con gobiernos y proveedores, agrupados en el Club de  
París.3  
0
2
2
2
6 Mariano Fazio, “Juan Pablo II y las ideologías contemporáneas” s/f.  
7 Biografías y vidas, “Biografía de Ronald Reagan” s/f.  
8 Jaime Sánchez Lemos, director de Asuntos Políticos de la Cancillería del Ecuador, carta:  
DGAP-DA Nº181/82, Quito, 7 de julio de 1982 a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en  
Washington.  
29 Oswaldo Hurtado, cit., p.53  
30 En el caso de Ecuador, la fecha de corte establecida para determinar la deuda elegible es el  
31 de diciembre de 1982, y fue determinada durante la primera negociación con el Club de  
París (…) El Ecuador inició su etapa de reestructuración de obligaciones con el Club de París  
en el año 1983. El primer acuerdo de refinanciamiento de obligaciones con el Club de París,  
incluía los créditos externos contratados por instituciones del sector público ecuatoriano,  
con gobiernos y proveedores que cuenten con garantía de las agencias oficiales de seguro  
de crédito a la exportación de los países acreedores, así como también la deuda contraída  
por el sector privado ecuatoriano bajo la modalidad de créditos comerciales para importa-  
ciones o financieros, que cuenten con garantía o seguro de crédito a la exportación de las en-  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
198  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
La deuda pública fue de 6.242 millones de dólares, equiva-  
lente 36% del PIB y la deuda privada fue de 1.629 millones de dóla-  
res, que se sucretizaron para ser pagados por el Banco Central. A las  
incursiones armadas en Centro América, se sucedían las agresiones  
económicas o guerras de la pobreza que asolaban a toda la región, que  
mermaban las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, sin  
embargo, después de las agresiones E.U. señalaba su apoyo, posición  
contradictoria o irónica como lo expresa la Cancillería ecuatoriana:  
(…) el repentino interés del gobierno de ese país a favor del derecho  
soberano que le asiste a Argentina sobre el Archipiélago malvino, obe-  
dece estrictamente a la necesidad de ese país de salvaguardar sus inte-  
reses en América Latina (…) Dichas gestiones hubieran podido  
considerarse sinceras y con mayores posibilidades de éxito si los Esta-  
dos Unidos las hubieran efectuado durante el conflicto o si, por lo  
31  
menos, se hubieran mantenido neutrales en el mismo.  
El director de Asuntos Políticos de la Cancillería Ecuatoriana,  
en julio de 1982, informa también al Embajador de Washington  
acerca de las declaraciones del vicepresidente de los Consejos de Es-  
tado y de los ministros de Cuba, en torno a la situación, dice que:  
muchos países del hemisferio han manifestado su deseo de que el sistema  
interamericano sea reestructurado haciendo énfasis en la necesidad de uni-  
ficación latinoamericana y sin descartar la posibilidad de expulsión de los  
Estados Unidos”.32  
A la par, el gobierno de Venezuela, aliado al norteamericano,  
ha convocado una reunión de Cancilleres para “analizar la alineación  
de los Estados Unidos con Gran Bretaña, durante el conflicto del Atlántico  
3
3
Sur”. Así mismo, Cuba en el marco del Grupo de países NOAL  
logró el “reconocimiento al derecho soberano que le asiste a la Argentina  
3
4
sobre las islas Malvinas”. Por ello, el gobierno de Argentina, en el  
tidades oficiales de los países acreedores. (Cfr. Regulación No. 124-83 de Junta Monetaria de  
1
0 de abril de 1984.) Mauricio Pareja Canelos: “Canje, conversión y reducción de deuda pú-  
blica: El caso ecuatoriano, en: Apuntes Nº28, Banco Central del Ecuador, Quito, (200, pp.11-  
2)  
1
3
3
3
3
1 Jaime Sánchez, cit. DGAP-DA Nº181/82:2  
2 Ibídem.  
3 Ibídem.  
4 Ibídem.  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
199  
Rocío Rosero Jácome  
ámbito del NOAL, expresa “la decisión de no continuar apoyando la po-  
lítica norteamericana para Centroamérica y el Caribe, (…) que comprendía  
un abierto apoyo al gobierno de El Salvador para derrocar militarmente a  
la guerrilla que opera en ese país y un vasto apoyo para desarticular al go-  
35  
bierno nicaragüense”.  
Las presiones en América Latina continúan, así como la in-  
formación de la Cancillería a su Embajador en Washington. La Re-  
presentante Permanente de E.U. ante la ONU, señora Jeane  
Kirpatrick, propone que “el gobierno norteamericano sancione, ya sea  
mediante recortes en la asistencia militar y /o en la asistencia técnica y eco-  
nómica que presta, a aquellos países que voten en contra de la posición es-  
tadounidense en el marco del citado organismo internacional”. Al respecto,  
Silva del Pozo señala: “Considero, señor embajador, que la adopción de  
este tipo de presiones son atentatorias contra los derechos iguales y sobera-  
nos que tienen las naciones miembros para apoyar aquellas medidas que  
convengan más a sus intereses, a pesar del desigual desarrollo económico,  
social y político (…)”.36  
En mayo de 1983, se informa al Embajador en Washington  
que en E.U. se establece la Comisión sobre Diálogo Interamericano,  
37  
bajo los auspicios del Wilson Center y con la dirección de dos emi-  
nentes personalidades hemisféricas, entre ellos, Galo Plaza Lasso,  
38  
Expresidente del Ecuador y Exsecretario de la OEA. Plaza mantenía  
como concepto fundamental de la democracia, la igualdad política  
asociada a los principios de soberanía y autodeterminación de los  
pueblos, que inspiró la fundación de la OEA y la ONU. Galo Plaza  
participó abiertamente en los debates cruciales para la construcción  
del sistema mundial en la era de la Guerra Fría. “Desde allí condicionó  
la alianza del Estado ecuatoriano a la asistencia para el desarrollo económico  
39  
y al respeto de su soberanía”.  
35 Jaime Sánchez, cit. Nº DGAP-DA 181/82:3  
3
6 Ramiro Silva del Pozo, director general de Asuntos Políticos encargado a Ricardo Crespo,  
Embajador del Ecuador en Washington, DGAP-DA Nº113/83, Quito, 31 de marzo de 1983  
7 The Wilson Council is the Center’s private-sector advisory group. Council members come  
from the world of business, the professions, and public service. They participate in stimula-  
ting programs on a range of domestic and international public policy issues and also contri-  
bute vital financial support that helps the Center achieve its mandate.  
3
38 Jaime Sánchez, cit. DGAP-DA 152/83, Quito, 3 de mayo de 1983  
3
9 Mireya Salgado, “Galo Plaza Lasso: La posibilidad de leer el paradigma desarrollista, en:  
Galo Plaza y su época, FLACSO, Quito,2008,p.129  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
200  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
Los acontecimientos de América Central  
El Director General de Asuntos Políticos de la Cancillería,  
Jaime Sánchez, responde la correspondencia del Dr. Ricardo Crespo,  
Embajador del Ecuador en Washington, de allí, se conoce, por las ex-  
presiones del nuevo presidente de Guatemala, que habría un posible  
40  
acercamiento de ese país con Cuba y Nicaragua. En enero de 1983,  
el gobierno norteamericano decide levantar el embargo que pesaba  
sobre la ayuda militar a Guatemala, no porque hayan mejorado los  
derechos humanos, sino porque “el ejército guatemalteco cuenta con la  
suficiente capacidad técnica y estratégica para combatir la guerrilla (…)  
según Washington, impedir el establecimiento de otro régimen marxista en  
41  
el área . Señala, además Silva, que “no podrán eliminar la violencia po-  
lítica imperante, a menos que se encuentren los mecanismos adecuados para  
corregir la abierta desigualdad económico-social, causante de tal situa-  
4
2
ción” .  
Por otro lado, la Cancillería Ecuatoriana señala que se sabe,  
por el Informe ante el Congreso, que la Agencia Central de Inteli-  
43  
gencia de E.U. está realizando actividades en América Central, esto  
muestra su injerencia directa. Se conoce también de las discrepancias  
entre los poderes Ejecutivo y Legislativo de ese país sobre la asisten-  
cia militar al gobierno de El Salvador. Ecuador estima, por su Repre-  
sentante de Asuntos Políticos, que:  
(…) la política que sigue la administración del Presidente Reagan, no  
sólo para el Salvador sino para toda la región Centroamericana, basada  
en el criterio de que la única solución al problema es la rendición in-  
condicional de los grupos insurgentes y el cambio de gobierno en Ni-  
caragua, a largo plazo será completamente negativa a los intereses que  
44  
los Estados Unidos desea precisamente salvaguardar.  
40 Juan Manuel Aguirre, director general de Asuntos Políticos, Cancillería del Ecuador a Ricardo  
Crespo, Embajador del Ecuador en Washington, DGAP-DA Nº109/82, Quito, 5 de mayo de  
1
982.  
4
4
4
4
1 Ramiro Silva, cit. DGAP-DA Nº19/83, Quito, 26 de enero de 1983  
2 Ramiro Silva, cit. DGAP-DA Nº23/83, Quito, 27 de enero de 1983  
3 Ibídem.  
4 Ramiro Silva, DGAP-DA Nº128/83, p.1, Quito 14 de abril de 1983  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
201  
Rocío Rosero Jácome  
También Silva, director general de Asuntos Políticos -encar-  
gado- de la Cancillería, recoge información difundida de un docu-  
mento reservado, elaborado por el Consejo de Seguridad Nacional  
de E.U. para América Central, dice:  
Se concluye que el problema centroamericano debe ser resuelto priori-  
tariamente por la vía militar, a cuyo efecto el plan de acción debería  
centrarse principalmente en: la desestabilización del régimen sandi-  
nista de Nicaragua; el incremento de la ayuda económica y militar a El  
Salvador, el cambio de Gobierno y posterior aislamiento de Panamá y  
45  
la intensificación de las presiones sobre el Gobierno cubano.  
Así también, se conoce la mediación del señor Richard Stone,  
exsenador demócrata por la Florida, quien buscará una solución ne-  
46  
gociada al problema centroamericano. Se informa también que el  
presidente Reagan conoce, ante las dos Cámaras del Congreso, la  
respuesta dada por el representante del Partido Demócrata así como  
las acciones políticas del expresidente ecuatoriano Galo Plaza Lasso  
47  
a favor de Centroamérica.  
El embajador ecuatoriano en Washington escribe a la Canci-  
llería que el presidente Reagan “Ha reconocido públicamente que ha ve-  
nido apoyando a los grupos rebeldes que luchan por derrocar al régimen  
sandinista de Nicaragua”, además, informa de la noticia de prensa que  
la Cámara de Representantes de ese país ha aprobado un Proyecto de Ley  
que prohíbe a la Agencia Central de Inteligencia o a cualquier otro orga-  
nismo gubernamental norteamericano, financiar militares o paramilitares  
4
8
contra el régimen nicaragüense”. Sin embargo, señala el embajador  
que “el gobierno del presidente Reagan apoya acciones encubiertas contra  
naciones soberanas que atentan contra sus leyes y los Principios del Derecho  
Internacional, con perjuicio de sus relaciones con el Congreso y reduce el  
margen de éxito de la gestión pacificadora de los países del Grupo Conta-  
49  
dora”, iniciativa de los presidentes de Colombia, México, Venezuela  
4
4
4
4
4
5 R. Silva DGAP-DA Nº128/ 83, p. 2  
6 Jaime Sánchez, DGAP-DA Nº187/83, Quito, 18 de mayo de 1983  
7 J. Sánchez, DGAP-DA Nº 191/83, Quito, 20 de mayo de 1983  
8 J. Sánchez, DGAP-DA Nº164/83, p.1, Quito, 6 de mayo de 1983  
9 J. Sánchez: DGAP-DA Nº164/83, p.2  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
202  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
y Panamá, para actuar como mediadores para conseguir la paz en  
Centroamérica. Este grupo se estableció al margen de los intereses  
de E.U. que actuaba contra la URSS que apoyaba la transformación  
política de Nicaragua, desde Cuba. E.U. quería impedir la formación  
de otro régimen socialista y defender sus intereses hemisféricos ca-  
pitalistas; a pesar de ello, las iniciativas de paz del Grupo Contadora  
tuvieron apoyo de las Naciones Unidas a través del Consejo de Se-  
guridad y de la Asamblea General.  
Se conoce por el embajador ecuatoriano que E.U. y Hondu-  
ras, en febrero de 1983, realizarían maniobras conjuntas “para lograr  
la pacificación del área centroamericana y evitar el establecimiento de nue-  
vos regímenes marxistas en América Central (…) constituyen una demos-  
50  
tración de fuerza frente a Cuba, Nicaragua y Grenada”. Además, que El  
Salvador, principal soporte de la política norteamericana, tiene gra-  
ves problemas internos como la presencia de guerrilla y división al  
interior de las Fuerzas Armadas, esto causa el “rechazo en el Congreso  
de los Estados Unidos a (…) las maniobras militares conjuntas de este país  
51  
y Honduras”. Además que el gobierno hondureño escribe al Canci-  
ller de Nicaragua y “le invita a verificar la existencia o no de campamentos  
5
2
contra-revolucionarios en el territorio de Honduras”. Esto muestra el  
deseo de paz de Honduras y su no injerencia. Es necesario señalar  
que un año antes, en julio de 1982, el Presidente de Costa Rica, Luis  
Alberto Monje, en su visita a E.U., propone “la necesidad de fortalecer  
53  
el sistema interamericano para la seguridad hemisférica y solicita ayuda  
54  
económica para afrontar su grave crisis. Su propuesta apoya la po-  
lítica de E.U. Así, las posiciones ideológicas del área son antagónicas  
y delinean posturas irreconciliables.  
El Salvador y Nicaragua  
La Cancillería Ecuatoriana informa que, a mediados de 1982,  
50 R. Silva, DGAP-DA Nº26/83, p.1, Quito, 31 de marzo de 1983  
51 R. Silva, DGAP-DA Nº54/83, Quito, Quito, 22 de febrero de 1983  
52 R. Silva, DGAP-DA Nº69/83, Quito, 4 de marzo de 1983  
53 R. Silva, DGAP-DA Nº57/83, Quito, 22 de febrero de 1983 (El mismo día escribe con otro nú-  
mero)  
54 J. Sánchez, DGAP-DA Nº180/82, Quito, 7 de julio de 1982  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
203  
Rocío Rosero Jácome  
en El Salvador, se hace cada vez más difícil encontrar una solución  
negociada al conflicto de la “contraofensiva implementada por el Frente  
Farabundo Martí para la liberación Nacional (FMLN) que agrupa a la opo-  
sición salvadoreña, y la correspondiente respuesta militar del régimen de  
ese país (…) no se vislumbra cuál será el resultado de esa virtual guerra  
55  
civil”. El ambiente bélico de la región es contradictorio en sí mismo.  
A principios de 1983, informa la Cancillería que El Salvador  
parece inclinarse a favor de los grupos guerrilleros y, el Congreso es-  
tadounidense ha tomado la decisión de “no facilitar recursos para po-  
sibles incursiones militares o ejecución de programas destinados a  
desestabilizar a regímenes centroamericanos contrarios a los intereses ame-  
5
6
ricanos”. Señala, además, que el Ejecutivo norteamericano busca  
otorgar al gobierno de El Salvador una especie de certificado de buena con-  
ducta - lo que- (…) ha generado fuertes reacciones de rechazo en el Con-  
greso” Para marzo escribe: “se acentúa la presión parlamentaria para que  
la Casa Blanca propicie el diálogo entre las dos partes comprometidas en la  
disputa salvadoreña”.57  
A fines de ese mes de marzo de 1983 se indica que “son evi-  
dentes y muy graves las violaciones de los derechos humanos (…) que la  
administración Reagan no pueda ver indiferente el riesgo que (…) ocurra  
5
8
en aquel país, lo que antaño aconteciera con Cuba y Nicaragua”. La  
guerra provocó refugiados en E.U. y la oficina de migración estuvo  
dispuesta a deportarlos. Señala “la disposición de las iglesias evange-  
listas (…) a conceder refugio a los ciudadanos salvadoreños (…) y lograr  
que las autoridades norteamericanas legalicen su permanencia (…) en  
atención a la grave situación política, económica y social que atraviesa El  
Salvador”.5  
9
En contraste, al iniciar 1984, las relaciones E.U. y El Vaticano  
son establecidas de forma definitiva, por lo que “los dirigentes demó-  
cratas han resuelto impugnarla legalmente, por considerarla violatoria del  
60  
principio constitucional de separación de la Iglesia y el Estado”. Quedan  
5
5
5
5
5
6
5 J. Sánchez, DGAP-DA Nº 176/82.Quito, 5 de julio de 1982  
6 R. Silva, DGAP-DA Nº31/83, Quito, 4 de febrero de 1983  
7 R. Silva, DGAP-DA Nº87/83, Quito, 15 de marzo de 1983  
8 R. Silva, DGAP-DA Nº99/83, Quito, 22 de marzo de 1983  
9 R. Silva, DGAP-DA Nº127/83, Quito, 14 de abril de 1983  
0 Orlando Gabela, director general de Asuntos Políticos, Cancillería del Ecuador a Rafael García  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
204  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
al descubierto valores de humanidad, principios, religión, así como  
las presiones e intereses que articulan las Américas.  
El embajador señala “las discrepancias surgidas entre Estados  
Unidos y Venezuela respecto a la presunta participación de las fuerzas ar-  
madas venezolanas en el entrenamiento del ejército salvadoreño que lucha  
contra las guerrillas izquierdistas que operan en esa nación centroameri-  
61  
cana”. Venezuela no lo acepta, es uno de los países proponentes de  
la paz, de la solución negociada de los conflictos, forma parte del  
Grupo Contadora y pertenece al Movimiento de los No Alineados. Tam-  
bién hay informaciones de voceros norteamericanos que niegan “las  
acusaciones del gobierno sandinista de Nicaragua sobre la intervención di-  
recta e indirecta de los Estados Unidos en la zona fronteriza con Hon-  
duras”.6  
2
Se sabe, en Ecuador, del conflicto entre los poderes Ejecutivo  
y Legislativo de los E.U., situación que le resta potencial a la admi-  
nistración republicana y presionan “a que el presidente Reagan le im-  
prima cierta moderación a su rígida política (…) impidiendo (…) que el  
problema adopte magnitudes incontrolables y de impredecibles consecuencias  
63  
para toda América Latina”. Sin embargo, a mediados del año 1983, el  
gobierno republicano decide “enviar un equipo de cien asesores militares  
(
…) que serían estacionados en una base hondureña cercana (…) con la ve-  
64  
cina república de El Salvador y se conocen las supuestas actividades  
de la Agencia Central de Inteligencia para derrocar al régimen san-  
dinista de Nicaragua. La Cancillería indica que: “(…) el gobierno de los  
Estados Unidos continúa en su afán de derrocar al régimen sandinista de  
Nicaragua, (…) y que han ingresado por Honduras y Costa Rica, (…) en  
atención al pedido que formulara (…) el presidente de Costa Rica señor Al-  
berto Monge a la Organización de Estados Americanos”. Esta fue la jus-  
tificación perfecta para enviar tropas a Costa Rica, porque de ese  
modo E.U., de forma solidaria, cumpliría con un pedido de apoyo.  
65  
Velasco, embajador del Ecuador en Washington, DGAP-DA Nº27/84, Quito, 18 de enero de  
1
984.  
6
6
6
6
6
1 R. Silva, DGAP-DA Nº108/83, Quito, 29 de marzo de 1983  
2 R. Silva, DGAP-DA Nº129/83, Quito, 14 de abril de 1983  
3 R. Silva, DGAP-DA Nº165/83, Quito, 6 de mayo de 1983  
4 J. Sánchez, DGAP-DA Nº243/83, Quito, 14 de junio de 1983  
5 J. Sánchez, DGAP-DA Nº172/83, Quito, 11 de mayo de 1983  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
205  
Rocío Rosero Jácome  
En la sustitución del embajador estadounidense en el Salva-  
dor, señor Thomas Enders, hay una aparente decisión de negociar,  
sin embargo, desde la Cancillería se informa que: “se produce la llegada  
a Honduras de 120 boinas rojas del ejército norteamericano así como el ejér-  
cito salvadoreño comienza una de sus máximas ofensivas contra la guerri-  
lla.” Así también se conoce que “el señor Langhorne Motley, actual  
subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos es “ultra-conserva-  
66  
dor”. Por otro lado, que el señor Deane Hintol, exembajador de E.U.,  
en el Salvador, señala el terrible deterioro de la economía y “la impo-  
sibilidad de imponer una verdadera victoria militar sobre la oposición ar-  
mada, (…) la prensa local da cuenta del fracaso de la gran ofensiva montada  
67  
por el ejército de El Salvador, con asesoramiento norteamericano”.  
Las diversas presiones a la administración Reagan hacen que  
busque otros medios para la ejecución de su política agresiva. La  
Cancillería ecuatoriana comenta: “Dadas las estrechas relaciones entre  
Estados Unidos e Israel, este último no tendrá ningún inconveniente en  
apoyar la política exterior norteamericana con respecto a América Central,  
incrementando la asistencia económica y militar al acosado régimen de El  
Salvador y de esta manera coadyuvar a que la administración republicana  
supere los obstáculos legislativos en la implementación de su política para  
dicha región”.6  
8
Los antagonismos ideológicos, el armamentismo, los intere-  
ses económicos, el intervencionismo y las alianzas de la Guerra Fría  
son más fuertes que los pedidos de paz y los legítimos anhelos de  
autodeterminación y soberanía de la Región Centroamericana. Tam-  
bién se advierte que, para presionar a Nicaragua, E.U. redujo la com-  
pra de azúcar en el 90%, por ello, Nicaragua presentó la denuncia  
ante la IX Reunión Extraordinaria de la OEA, también en la III Reunión  
Extraordinaria de SELA, realizada el 21 de mayo de 1983.  
La Cancillería ecuatoriana comenta: “aprobando en tal oportu-  
nidad la decisión 148 que justifica plenamente la protesta nicaragüense y  
69  
rechaza la medida coercitiva aplicada por Estados Unidos y añade que  
6
6
6
6 J. Sánchez, DGAP-DA Nº246/83, Quito, 15 de junio de 1983  
7 J. Sánchez, DGAP-DA Nº310/83, Quito, 18 de junio de 1983  
8 O.Gabela, DGAP-DA Nº 376/83 a Jaime Merchán, encargado de Negocios A.I. del Ecuador  
en Washington, Quito, 2 de septiembre de 1983  
69 Luis Narváez, Nº225/83-DPEB, subsecretario económico de la Cancillería del Ecuador a Ri-  
cardo Crespo, Embajador del Ecuador en Washington, Quito, 16 de septiembre de 1982  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
206  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
Ecuador apoyará esta propuesta con el envío del embajador Alfredo  
Luna al Consejo del SELA. Señala, además, que todas estas presio-  
nes, empujarán a Nicaragua a estrechar vínculos con la Unión So-  
viética.7  
0
Nicaragua, en 1984, presentó ante el notario de la Corte In-  
ternacional de Justicia de La Haya una acusación contra E.U. por “acti-  
vidades agresivas y hostiles que atentan a la soberanía de esa nación  
centroamericana y ponen en peligro la seguridad de dicha área” a la vez,  
E.U. presenta el recurso de “modificación temporal y limitada (…) de  
una jurisdicción obligatoria de la Corte Internacional de Justicia de la  
71  
Haya.” La Corte Internacional, a pesar de la presión, tramita la de-  
manda de Nicaragua contra E.U. por las acciones militares y para-  
militares y su dictamen del 10 de mayo de 1984 fue: “el cese y  
desistimiento de cualquier acción restrictiva, bloqueadora o que ponga en  
peligro el acceso hacia o desde Nicaragua, y en particular la colocación de  
72  
minas”. La anhelada paz estaba en camino.  
Distanciamiento de Cuba  
La Embajada del Ecuador mantiene informado al Gobierno  
a través de la Cancillería, y remite la información al embajador del  
Ecuador en Washington. Indica los enfrentamientos que ha tenido el  
Gobierno de Castro con la administración Reagan, además del rom-  
pimiento de relaciones con Colombia, Jamaica, Costa Rica y el en-  
frentamiento con Venezuela; se indica que remite un resumen de  
estos acontecimientos y, además, “una visión global de las relaciones del  
gobierno de Cuba con los países de Europa Occidental, con los de Europa  
Oriental y con la URSS, con países africanos como Angola y otros del Asia  
como Vietnam”.73  
7
7
0 J. Sánchez, DGAP-DA Nº227/83, Quito, 13 de Junio de 1983  
1 O. Gabela, DGAP-DA Nº160/84 a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en Washing-  
ton, Quito, 28 de abril de 1984  
72 O. Gabela, DGAP-DA Nº186/84 a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en Washing-  
ton, Quito, 28 de abril de 1984  
73 Juan Manuel Aguirre, director general de Asuntos Políticos, Cancillería del Ecuador en Wa-  
shington, DGAP-DA Nº17/82, Quito, 28 de enero de 1982  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
207  
Rocío Rosero Jácome  
La política cubana tiene un aliento transcontinental, de allí  
que la información se refiera a la Declaración conjunta suscrita por  
los ministros de Relaciones Exteriores de Cuba y Angola sobre las  
condiciones del retiro de las tropas cubanas del territorio africano,  
acercamiento que representaría un endurecimiento de las relaciones  
7
4
de Washington con Luanda y con una ampliación del embargo a  
Cuba, lo que representa una contradicción a la posición conciliatoria  
que venía manteniendo Washington, “a través de negociaciones secretas,  
al autorizar al secretario de Estado Haig, para que su homólogo mexicano  
75  
actúe como enlace oficial entre los gobiernos de Cuba y Nicaragua”.  
En septiembre de 1982 se adopta una resolución contra Cuba  
desde el Senado norteamericano al aprobar la Resolución Symms, por  
la que “se establece la libertad de recurrir a cualquier medida que sea ne-  
cesaria, inclusive la de carácter militar, a efectos de contener las actividades  
subversivas y agresivas que viene desencadenando el gobierno socialista de  
76  
Cuba dentro del hemisferio occidental”. Así, el presidente Reagan tiene  
carta blanca a pesar de que atenta contra la soberanía de los países  
que se encuentran en posiciones ideológicas diferentes. Desde la  
Cancillería se señala que:  
(…) dada la situación imperante en América Latina y el consenso ge-  
neralizado que parece existir sobre la necesidad de reestructurar al sis-  
tema interamericano a la luz de la posición que adoptó Estados Unidos  
durante el conflicto anglo-argentino, me parece que ese país, no podrá  
lograr un apoyo absoluto e incondicional, en el caso de que opte por  
imponer medidas extremas como la de una intervención militar directa  
o por medio de la O.E.A. en orden a conseguir una pacificación de esa  
área.7  
7
Esta apreciación se refuerza cuando el presidente de Colom-  
bia invita a Fidel Castro a la reunión de presidentes americanos a  
Cartagena, así, E.U. aprecia el alejamiento de América Latina debido  
a la injerencia en Cuba, entre otras cosas, por la imposición de men-  
74 J.M. Aguirre, DGAP-DA Nº 62/82, Quito, 18 de marzo de 1982  
75 J.M. Aguirre, DGAP-DA Nº 111/82, Quito, Quito, 5 de mayo de 1982  
76 J. Sánchez, DGAP-DA Nº 226/82, Quito, 1 de septiembre de 1982  
77 J. Sánchez, DGAP-DA Nº 226/82, p. 2, cit.  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
208  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
sajes ideológicos contrarios al régimen socialista, emitidos desde  
E.U. Y la Cancillería dice:  
Con estas acciones para la desestabilización solo logrará incrementar  
la tensión reinante en el área y obligará al gobierno de Castro a adoptar  
medidas para contrarrestar esta nueva violación de la soberanía (…)  
ya que la trasmisión de Radio Martí de hecho constituye una interven-  
ción en los asuntos internos cubanos.78  
Las declaraciones del señor Wayne Smith, exjefe de la Misión  
diplomática de E.U. en Cuba señala que la política estadounidense  
fue contraproducente debido a que esta facilitó la radicalización del régimen  
de Fidel Castro y permitió su abierta alineación con la Unión Soviética”.  
79  
La relación con el presidente Reagan es de abierta beligerancia, acusa  
a Castro de todos los movimientos guerrilleros regionales.  
Durante este periodo, el gobierno ecuatoriano a través de  
todas sus legaciones, tramita visas de tránsito para ciudadanos cu-  
banos de paso a E.U., y el gobierno de Ecuador deberá seguir las ins-  
trucciones del Bureau of Consular Affairs del Departamento de Estado,  
para emitir la visa, documento que determina las posibilidades del  
interesado para continuar su viaje dentro de los términos legales de  
la visa llamada 12-IX.80  
En marzo de 1983 la señora Kirkpatrick se refiere “al incre-  
mento de la ayuda económica y militar y al propósito de convocar una con-  
ferencia de gobiernos centroamericanos bajo la advertencia explícita de que  
Estados Unidos deba negociar separadamente con los de Nicaragua y  
8
1
Cuba”. Esta situación se muestra como una nueva injerencia que  
molesta a los países Latinoamericanos. Además se conoce que el  
señor Manuel Rodríguez, ministro del Interior de Angola, visita E.U.  
para revisar la Independencia de Namibia “solución que el gobierno  
estadounidense ha supeditado al retiro de las tropas cubanas que actual-  
82  
mente se encuentran en Angola”. La Cancillería señala que:  
7
7
8
8 J. Sánchez, DGAP-DA Nº257/82, Quito, 29 de septiembre de 1982.  
9 J. Sánchez, DGAP-DA Nº262/82, 1 de octubre de 1982  
0 Arturo Lecaro Bustamante, director general de Asuntos Consulares y Migración, Cancillería  
del Ecuador Nº82/83-DGAP-DA, a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 15 de marzo de 1983  
81 R. Silva, DGAP-DA Nº96/83, Quito, 21 de marzo de 1983  
82 J. Sánchez, DGAP-DA Nº 153/83, Quito, 3 de mayo de 1983  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
209  
Rocío Rosero Jácome  
En relación a la independencia de Namibia y al estacionamiento de tro-  
pas cubanas en Angola, como usted conoce Señor Embajador, el Ecua-  
dor, fiel a los principios básicos de su política internacional, ha  
manifestado que la independencia de Namibia no puede estar condi-  
cionada a ningún hecho que le es ajeno (…) Desde luego, esto, de nin-  
guna manera significa que el Ecuador apruebe la presencia de los  
citados contingentes en suelo africano.83  
La situación de ꢀrenada  
El 17 de noviembre de 1983, la Cancillería ecuatoriana res-  
ponde a la información sobre la invasión a la República de Grenada  
por una fuerza multinacional encabezada por tropas estadouniden-  
ses, se indica que:  
(…) mereció la condena del Ecuador y de 107 más naciones del mundo  
porque viola elementales principios de Derechos Internacionales (…)  
pone en peligro la convivencia de las naciones y contraría las obliga-  
ciones contraídas por Estados Unidos en el marco de la Organización  
84  
de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos.  
En diciembre de 1983 se conoce que el Legislativo norteame-  
ricano se ha convertido en una tribuna para la expresión de diversos  
8
5
sectores. A mediados de diciembre son preocupantes las declara-  
ciones del presidente Reagan de “dejar en Grenada, por un tiempo  
indefinido, un contingente de dos mil tropas no combatientes, para  
8
6
una saludable y duradera democracia en esa isla caribeña”. Esta  
circunstancia constituye una continua violación del Derecho Inter-  
nacional, fuertemente criticado a nivel mundial. La Cancillería en  
enero de 1984 informa sobre la “evacuación de las tropas norteamerica-  
87  
nas de Grenada”. Fue tal la presión internacional sobre el presidente  
Reagan que debió retirar las tropas de ese territorio.  
83 O. Gabela, DGAP-DA Nº422/83 a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 19 de octubre de 1983  
8
8
4 O. Gabela, DGAP-DA Nº453/83, Quito, 17 de noviembre de 1983  
5 O. Gabela, DGAP-DA Nº470/83 a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 1 de diciembre de 1983  
8
8
6 O. Gabela, DGAP-DA Nº478/83, Quito, 14 de diciembre de 1983  
7 O. Gabela, DGAP-DA Nº34/84 a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en Washing-  
ton, Quito, 24 de enero 1984  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
210  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
En marzo, recibe la Cancillería información justificativa de  
E.U. “sobre la intervención en Grenada preparada por el Departamento de  
88  
Estado y el Departamento de Defensa, con fecha 16 de diciembre de 1983”.  
El repudio del Congreso Estadounidense, liderado por los demócra-  
tas y el rechazo mundial logró el desalojo de Grenada.  
El ꢀrupo Contadora  
Como se indicó en páginas anteriores, el Grupo Contadora res-  
ponde a la iniciativa de cuatro países Latinoamericanos Colombia,  
Venezuela, Panamá y México para promover de forma conjunta la  
paz en Centroamérica. La Cancillería ecuatoriana, al respecto, indica  
que: “cualquier intento de derrocar un gobierno es clara intervención en  
asuntos internos de otra nación (…) violando principios básicos del Derecho  
89  
Internacional”. Así mismo, se exponen las críticas del Congreso nor-  
teamericano por las políticas implementadas por la administración  
9
0
republicana del presidente Reagan. Se conocen también las ideas  
del senador demócrata, señor Alan Cranstom, en septiembre de 1983,  
en este sentido, dice el director ecuatoriano de Asuntos Políticos: (…)  
ha manifestado la necesidad de que Estados Unidos preste todo su contin-  
gente al Grupo Contadora (…) que se inicie un diálogo con Cuba (…) plan-  
teamiento efectuado por el Grupo Contadora (…) en la Declaración que  
91  
emitieron en Cancún el 17 de julio del año en curso 1983”. Además, “que  
el Grupo Contadora continúe sus gestiones y logre la suscripción (…) de  
Acuerdos de Paz y negociación elaborados en el marco del documento de  
Objetivos acordado al término de la reunión mantenida en la ciudad de Pa-  
92  
namá el 9 de septiembre de 1983”.  
Hay posiciones encontradas en E.U., por un lado, “el presi-  
dente Reagan da énfasis a la vía militar para solucionar los problemas del  
área, frente a la posición del departamento de Estado, que se inclina por una  
93  
negociación directa entre las partes involucradas”.  
8
8
8 O. Gabela, DGAP-DA Nº115/84, Quito, 23 de marzo de 1984  
9 J. Sánchez, DGAP-DA Nº 233/83 a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 14 de junio de 1983  
9
9
0 J. Sánchez, DGAP-DA Nº357/83, Quito, 15 de agosto de 1983  
1 O. Gabela, DGAP-DA Nº378/83 a Jaime Marchán, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 6 de septiembre de 1983  
9
9
2 O. Gabela, DGAP-DA Nº 475/83, Quito, 7 de diciembre de 1983  
3 O. Gabela, DGAP-DA Nº379/83, Quito, 6 de septiembre de 1983  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
211  
Rocío Rosero Jácome  
Para congraciarse con el Grupo Contadora y el resto de los  
países Latinoamericanos, la Comisión Nacional Bipartidista de Estados  
94  
Unidos para América Central y la Casa Blanca procuraron que el  
presidente Reagan intente activar las relaciones con Latinoamérica  
y superar el distanciamiento de Washington por la posición en el  
conflicto anglo-argentino, por ello, “la decisión de otorgar una ayuda  
emergente de 75 millones de dólares a Ecuador, Bolivia y Perú considerando  
que la misma permitirá a estas naciones, superar los efectos negativos de  
95  
catástrofes naturales”. Es necesario recordar que en el periodo presi-  
dencial del Dr. Oswaldo Hurtado, Ecuador sufrió los embates climá-  
ticos provocados por el fenómeno de El Niño que devastó, en diez  
meses de lluvias consecutivas, la agricultura y la infraestructura vial.  
El 10 de agosto de 1983 en el mensaje a la nación, el presidente Hur-  
tado señaló: “El país perdió 30.000 millones de sucres en producción agro-  
pecuaria y 10.000 en bienes materiales como carreteras y puentes. Solo en  
puentes se perdieron 48. El país dejó de exportar 130 millones de dólares en  
96  
banano, café, cacao y otros productos tropicales”.  
En referencia a las declaraciones del presidente Reagan el 19  
de octubre de 1983 sobre el derecho que se atribuye Estados Unidos  
de “recurrir al uso de actividades desestabilizadoras encubiertas en contra  
de un régimen que constituía la negación misma del pueblo de Nicaragua”,  
la Cancillería señala:  
(…) no solo sorprende a la opinión pública de su país, sino a la opinión  
pública mundial, (…) la declaración implica la injerencia en los asuntos  
internos de un estado soberano, violando con ello expresas disposicio-  
nes de Derecho Internacional, plasmadas en las Cartas constitutivas de  
la Organización de Naciones Unidas y de la Organización de Estados  
Americanos, organismos de los cuales Estados Unidos es miembro  
97  
pleno y como tal está obligado a cumplirlas.  
9
9
9
9
4 O. Gabela, DGAP-DA Nº381/83, Quito, 7 de septiembre de 1983  
5 O. Gabela, Nº383/83, Quito, 7 de diciembre de 1983  
6 Patricia Estupiñán, “Recuento del periodo 1979-1990”, cit.,p.333  
7 O. Gabela, DGAP-DA Nº443/83 a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito,9 noviembre de 1983  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
212  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
Se informa, además, que el señor Richard Stone embajador  
itinerante de E.U. para América Central ha realizado una gira por  
nueve países de Europa para conseguir apoyo a la política del presi-  
dente Reagan en Centro América, pero los europeos manifiestan que  
E.U. debe flexibilizar su posición y permitir la negociación del con-  
flicto centroamericano.98 Como se ve, la posición del Ecuador, de  
América y el mundo, ante la agresión bélica de E.U. a los países de  
Centroamérica, es de respeto a los Acuerdos Internacionales, la no  
injerencia y la solución de conflictos por la vía diplomática.  
En noviembre de 1983, se conoce que Nicaragua presentará  
a E.U. una propuesta para pacificación. La Cancillería comenta que  
99  
se superpone a los ingentes esfuerzos que realiza Contadora y señala  
que se han elaborado “Documentos de Objetivos para la paz de América  
Central, que cuenta con el respaldo de todas la naciones centroamerica-  
nas1 y comenta que lo peor del caso es que el Grupo Contadora, si  
Nicaragua negocia directa y unilateralmente, se retirará de sus ges-  
tiones, “si los proyectos de Tratados de Paz y negociación, no son aceptados  
00  
101  
y suscritos por las naciones centroamericanas”. ¿Por qué esta indecisión  
al interior del sandinismo? Es necesario recordar que la injerencia  
externa se infiltra y prepara escenarios. Ahora E.U. quiere intervenir  
y decidir la “paz”, señalando así una nueva injerencia sobre las de-  
cisiones de los países Latinoamericanos, y, a la vez, descartando las  
acciones previas de Contadora.  
Tras la indecisión y división de Nicaragua y América Central,  
está la presencia del señor Henry Kissinger, presidente de la Comi-  
sión Bipartita para América Central, y a la visita del “subsecretario  
de Estado para Asuntos Interamericanos, Langhorne Motley, con el  
fin de analizar con las autoridades nicaragüenses las posiciones que  
mantienen los regímenes de Managua y Washington en torno a los  
102  
distintos problemas que conforman la crisis que afronta el área”.  
En enero de 1984, la Cancillería recibe el informe de la comi-  
sión presidida por el exsecretario de Estado, Henry Kissinger, que  
9
9
1
1
1
8 O. Gabela, DGAP-DA Nº444/83, Quito,9 de noviembre de 1983  
9 O. Gabela, DGAP-DA Nº445/83, Quito,9 de noviembre de 1983  
00 Ibídem.  
01 Ibídem.  
02 O. Gabela, DGAP-DA Nº 463/83, Quito, 22 de noviembre de 1983  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
213  
Rocío Rosero Jácome  
ha provocado reacciones (…) con el fortalecimiento de la ayuda militar  
norteamericana a sus aliados en el área y lo que se ha interpretado como un  
intento de pasar por alto la gestión del Grupo Contadora”. Se informa ade-  
más sobre “la declaración del senador Edward Kennedy quien calificó de  
intervencionista el mencionado informe y deploró la falta de apoyo al Grupo  
Contadora” Por otro lado, el vicepresidente de Panamá y presidente  
de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Jorge Illescas, declaró  
que: “a Contadora no lo puede torpedear Kissinger y ni siquiera potencia  
103  
alguna, pues el Grupo Contadora tiene el respaldo mundial”. Esta afir-  
mación fue realizada luego de la Conferencia de Quito a inicios de  
enero, misma que será revisada en páginas posteriores.  
En abril de 1984 se conoce del análisis del exembajador de  
Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos, señor  
Sol M.Linowitz, de los documentos suscritos, particularmente el Do-  
cumento de Objetivos y el de Normas para la ejecución de los compromisos  
asumidos por el Documento de Objetivos señala que: “Contadora repre-  
senta en los actuales momentos la única vía para resolver, a través de la ne-  
gociación, el conflicto centroamericano, pues el apoyo expresado a su gestión  
por gran parte de los gobiernos del mundo, le concede el poder político que  
104  
requiere para llevar sus intenciones a la práctica con éxito”. El consenso  
regional y mundial valora el diálogo y no la fuerza y, de alguna  
forma, el Grupo Contadora se convierte en una barrera contra una de-  
finición militar del conflicto.  
A mediados de 1984 se forma una Comisión de Supervisión y  
Prevención para revisar la situación de la frontera nico-costarricense,  
estará integrada por representantes de Costa Rica y Nicaragua y de los  
países que forman el Grupo Contadora”.105 Las gestiones del Grupo Con-  
tadora son expuestas por el analista internacional Piero Glaijeses  
quien señala que: “se debe pasar de la retórica de las exhortaciones a una  
situación pragmática, (…) como la discusión de los problemas directamente  
con Washington o la posibilidad de que los rebeldes salvadoreños compartan  
el poder en esa nación”.106  
103 O. Gabela, DGAP-DA Nº37/84 a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en Washing-  
ton, Quito, 24 de enero de 1984  
1
1
1
04 O. Gabela, DGAP-DA Nº141/84, Quito 12 de abril de 1984  
05 O. Gabela, DGAP-DA Nº 203/84, Quito, 8 de junio de 1984  
06 O. Gabela, DGAP-DA Nº197/84, Quito, 4 de junio de 1984  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
214  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
En septiembre de 1984, fue presentada el Acta de Paz y Coo-  
peración de Centroamérica y el detalle de compromisos para la paz, la  
democratización, la seguridad regional y la cooperación económica.  
Asimismo creaba comités regionales para evaluar y seguir esos com-  
promisos.1 (Acta 1986) El Acta de Contadora no contó con el apoyo  
de E.U. que se opuso a reconocer al gobierno de Nicaragua y a re-  
nunciar a las intervenciones militares unilaterales en el área. Las ac-  
ciones del Grupo Contadora posibilitaron el Acuerdo de Paz de  
Esquípulas.1 (Acta 1987)  
07  
08  
Los efectos de la crisis de la deuda externa ecuatoriana  
Uno de los efectos de la política exterior del periodo del pre-  
sidente Hurtado entorno a la crisis de la deuda externa fue: a) La for-  
mación del Grupo Interinstitucional integrado por expertos  
economistas que buscarían soluciones para la crisis económica in-  
terna y del servicio de la deuda externa; b) La Conformación de un  
Grupo Latinoamericano para negociar conjuntamente la deuda ex-  
terna, y, además, proponer un plan de largo aliento para el intercam-  
bio comercial al interior de la región. Así, el 15 de septiembre de 1982,  
El ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Luis Valencia Rodríguez,  
remite al embajador del Ecuador en Washington, Dr. Ricardo Crespo  
Zaldumbide, un juego de documentos sobre la deuda externa pú-  
blica y privada del Ecuador, resultado del trabajo realizado por el  
Grupo Interinstitucional ecuatoriano, para que sea revisado y co-  
mentado por el Dr. Joseph Grunwald, consultor contratado para ase-  
sorar al Grupo de Trabajo sobre las relaciones económicas  
Ecuador-Estados Unidos. El ministro ecuatoriano dice:  
Le solicitó obtener que el Consultor Grunwald proporcione al Grupo  
Interinstitucional que examina las relaciones Ecuador – Estados Unidos  
1
07 Acta de Contadora para la paz y cooperación en Centroamérica, Panamá 6 de junio de 1986,  
en: https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2002/1566.pdf?file=fileadmin/  
Documentos/BDL/2002/1566 (05-03-2020)  
1
08 Acuerdo de Esquipulas II, Procedimiento para establecer la paz firme y duradera en Cen-  
troamérica, Guatemala, 7 de Agosto de 1987 en: https://www.acnur.org/fileadmin/Docu-  
mentos/BDL/2004/2530.pdf (04-03-2020)  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
215  
Rocío Rosero Jácome  
bajo la coordinación de la Cancillería, “informaciones relacionadas con  
las políticas que ha adoptado la administración Reagan para el otorga-  
miento de créditos al Ecuador a través del Banco Mundial, BID, EXIM-  
BANK, y AID, así como los datos estadísticos de los créditos  
concedidos por tales instituciones y la banca privada de ese país, tanto  
al Estado ecuatoriano como al sector privado de nuestro país durante  
109  
el periodo comprendido entre 1970 y 1981.  
El ministro espera que el Dr. Grunwald le proporcione sus  
puntos de vista y análisis porque el Grupo Interinstitucional requiere  
información de fuente no ecuatoriana correspondiente a la deuda  
pública y privada del país en los Estados Unidos, completa su re-  
querimiento de opinión y comentarios “(…)respecto al documento  
“Breve Visión del Intercambio comercial entre Ecuador y Estados Unidos  
de América”, preparado por el Grupo Interinstitucional que coordina este  
110  
despacho cuyo texto tengo remitido a usted”. También solicita al em-  
bajador remitir, a la brevedad posible, la publicación del Banco Mun-  
111  
dial “Ecuador problemas y perspectivas de Desarrollo”. El equipo  
económico trabaja para hacer sus propuestas a la banca internacio-  
nal. Al iniciar octubre de 1982, el subsecretario económico del Mi-  
nisterio de Relaciones Exteriores indica lo siguiente:  
(…) el gobierno ecuatoriano considera alarmantes los resultados de la  
Reunión Anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mun-  
dial, que tuvo lugar en Toronto, del 6 al 9 de septiembre último de la  
cual se esperaban algunas decisiones políticas necesarias para controlar  
la inestabilidad monetaria, frenar las tendencias y políticas inflacionis-  
tas de la economía mundial, restablecer los niveles de empleo y enjugar  
los déficit de la balanza de pagos de los países en desarrollo debido a  
los elevados precios de sus importaciones y a la pérdida de poder ad-  
quisitivo de sus exportaciones. Se esperaba también la adopción de me-  
didas más flexibles para la financiación de esos déficit por parte del  
Fondo Monetario Internacional a través de servicios de menos condi-  
1
09 Luis Valencia Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores, Cancillería del Ecuador  
Nº243/82-SG/AEF/AP a Jaime Merchán Romero encargado de Negocios A.I. del Ecuador  
en Washington, Quito, 15 septiembre de 1982  
110 L Valencia, Nº243/82-SG/AEF/AP, cit., p.3  
1
11 L.Narváez, Nº245/82-DPEB a Ricardo Crespo, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 16 septiembre de 1982  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
216  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
cionalidad que los existentes; sin embargo, las conclusiones de la reu-  
nión distan de estos propósitos.  
En el sector monetario y financiero la interdependencia tiene repercu-  
siones inmediatas y, por lo mismo, la deuda externa de las naciones en  
desarrollo ha llegado a niveles de peligro para sus economías sin en-  
contrar mecanismos internacionales adecuados que les permitan ate-  
nuar sus problemas financieros. Los países industrializados con mayor  
influencia en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial  
presionan para que se vincule el crédito de estos organismos a la solu-  
112  
ción de las finanzas domésticas en las naciones en desarrollo.  
El presidente Hurtado señala que luego de las primeras ne-  
gociaciones resultó evidente que el FMI y los acreedores habían fra-  
casado en la solución del problema del endeudamiento y también  
estaban equivocados los supuestos que inspiraron las decisiones de  
los países industrializados. Las economías latinoamericanas no se  
recuperaban, las altas tasas de interés no bajaban, continuaba el pro-  
teccionismo y el deterioro de los términos de intercambio, y seguían  
deprimidos los flujos del crédito externo.113 A inicios de octubre de  
1
982, continúa informando el subsecretario económico de la Canci-  
llería, en estos términos:  
(…) el gobierno nacional estima necesaria la organización del sistema  
monetario internacional que contemple ante todo el desarrollo de los  
países del Tercer Mundo, a través de un procedimiento más simétrico  
de ajuste y financiamiento para fines de balanza de pagos, de la crea-  
ción y distribución de la liquidez internacional, a fin de movilizar re-  
cursos hacia el desarrollo y promover la estabilidad de los tipos de  
cambio. Estos objetivos imponen, por tanto, una participación más ac-  
tiva de los países en desarrollo en la adopción de decisiones en los or-  
ganismos financieros internacionales.1  
14  
A fines de 1982, dice Hurtado, que la deuda externa se había  
convertido en un obstáculo para el desarrollo de todos los países la-  
tinoamericanos y del Ecuador; durante su mandato invitó a los go-  
biernos latinoamericanos a emprender una acción colectiva, por ello,  
en febrero de 1983, solicitó a la Comisión Económica para América La-  
1
1
1
12 Luis Narváez, Nº276/82-DPEM/ON, Quito, 8 de octubre de 1982  
13 O. Hurtado, cit.,p.57  
14 L. Narváez, Nº 276/82- DPEM/ON, Quito, 8 de octubre de 1982  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
217  
Rocío Rosero Jácome  
tina y el Caribe, CEPAL y al Sistema Económico Latinoamericano y del  
Caribe, SELA preparar un programa de acción conjunta que tuvo la  
aceptación de sus respectivos secretarios generales Enrique Iglesias  
y Carlos Alzamora quienes propiciaron la Conferencia Económica La-  
115  
tinoamericana reunida en Quito a inicios de 1984.  
A un año de distancia de las gestiones y estudios realizados  
por el Grupo Interinstitucional ecuatoriano, en octubre de 1983, se  
abre en Nueva York una oficina del Banco Central del Ecuador pre-  
via autorización de la Junta Monetaria. Su finalidad era, dice el sub-  
secretario general de la Cancillería: “atender los asuntos de carácter  
financiero internacional que tiene la Institución, mantener perma-  
nente comunicación con los bancos internacionales y ayudar de ma-  
nera directa en el proceso de renegociación de la deuda externa de  
116  
nuestro país”. Se indica a la embajada de Washington que a los re-  
presentantes designados, economistas Franklin Proaño y Mauricio  
Valencia, se les ha dado las calidades de ministro consejero y primer  
secretario y “se les conceda el tratamiento diplomático debido a las  
labores que desarrollarán y estarán en íntima relación con la Conse-  
jería Comercial del Ministerio de Industrias, Comercio e Integración  
117  
en nuestra representación diplomática en Washington”. Mientras  
estas propuestas se trabajan a nivel nacional e internacional. René  
Báez, señala los efectos internos de la crisis de la deuda externa, dice:  
(…) el agravamiento de las condiciones de subdesarrollo, el repliegue  
del Estado como estratega y promotor del crecimiento, la aguda crisis  
de la balanza de pagos como efecto de las transnacionalización finan-  
ciera, la traslación del eje de acumulación desde la industria subsidiada  
hacia los grupos monopólicos con sustentos en las exportaciones de  
productos primarios, las crecientes dificultades y la tendencia a la ruina  
de mediana y pequeñas industrias, el reforzamiento de las prácticas  
especulativas, la institucionalización de la inflación, el parasitismo fi-  
nanciero; la sobreexplotación de los trabajadores y la depauperización  
de la mayoría de ecuatorianos.1  
18  
1
1
15 O. Hurtado, cit., p.56  
16 Rodrigo Valdez Baquero, subsecretario general, Cancillería del Ecuador, Nº 439/83-  
DGSE/IP,p.1 a Jaime Merchán Romero, encargado de negocios A.I. en Washington, Quito,  
2
8 de octubre de 1983  
1
17 R. Valdez, cit., p. 2  
118 René Báez, “Política económica de Roldós y Hurtado” Nueva Historia del Ecuador, Vol. 11,  
Quito,1991, p.331  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
218  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
Por su parte, Oswaldo Hurtado señala que “la renegociación de  
la deuda pública y privada y el cumplimiento de las obligaciones externas  
abrieron el acceso del país al mercado internacional de capitales. Y gracias  
a periódicos aumentos de remuneraciones y a la caída de la inflación en  
119  
1
984, se detuvo el descenso del salario real”. En perspectiva, Alberto  
Acosta señala que la estabilización y el ajuste no están dirigidos sim-  
plemente a reducir la inflación o asegurar el crecimiento económico  
de largo plazo pues se trata de mecanismos para asegurar mercados  
a los productos de los países centrales y dice:  
El incremento de las exportaciones de esos países sirvió para sanear  
su balanza de pagos y para suavizar la recesión y las altas tasas de  
desempleo internos, al tiempo que sacan tajada de la oferta de pro-  
ductos agrícolas y minerales a precios bajos provenientes de los paí-  
ses empobrecidos”.1  
20  
Agotamiento de la estructura económica y política del Ecuador  
La década de los 80, en Ecuador, después de haber salido de  
un periodo de gobiernos de facto, se caracteriza por una tendencia  
de estabilidad y consolidación democrática, y por ende, la capacidad  
de soportar y asimilar los efectos del agravamiento de las condicio-  
nes económicas de la sociedad al interior de las estructuras adminis-  
trativas y políticas.121 La crisis económica estalla en 1981 en el  
contexto de la Guerra Fría cuando los procesos de globalización se  
vuelven condicionantes de las dinámicas económicas que promue-  
ven una más intensa organización de los circuitos económicos.  
Este nuevo reordenamiento que implica la inserción de la  
economía nacional en los contextos externos mediante el fomento a  
la producción de exportación y el mejoramiento de la competitividad  
de la economía interna, se propone como una transformación estruc-  
tural de largo aliento en contraste a las modificaciones nacionales de  
corto plazo. Este conjunto de dimensiones presionan sobre los siste-  
mas políticos incrementando su propia complejidad interna. En el  
1
1
1
19 O. Hurtado, cit., p.88  
20 Alberto Acosta, Breve Historia Económica del Ecuador, cit., p. 159.  
21 Julio Echeverría, La democracia bloqueada, Quito, 1997.  
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219  
Rocío Rosero Jácome  
contexto latinoamericano al producirse la Guerra de Las Malvinas,  
en abril de 1982, la banca internacional suspendió sus operaciones  
crediticias para la región. El primer país en caer mora fue México en  
agosto de 1982 y Ecuador unos días después. La carencia del crédito  
externo implicó que no pudiera cubrirse el déficit del presupuesto y  
122  
de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Al respecto Echeve-  
rría señala que:  
Si bien la crisis económica no llega a desestabilizar el sistema demo-  
crático, si lo condiciona fuertemente. La necesidad de enfrentar los im-  
perativos del ajuste económico, generan las condiciones para el  
surgimiento de desacuerdos en la gestión del Estado, las funciones ad-  
ministrativas tienden a sobreponerse a las representativas lo cual neu-  
traliza la dimensión participativa.1  
23  
El enfrentamiento de la crisis llevó al gobierno demócrata-  
cristiano124 al diseño de una política de ajuste gradual, que apuntaba  
al control de la crisis fiscal mediante el aumento progresivo de las  
tarifas de servicios públicos y combustibles, y, a la instauración de  
una política de devaluaciones periódicas, controles selectivos en las  
importaciones y en el mercado financiero. Este enfoque reduciría el  
impacto social de las medidas económicas, con lo cual se limitaría el  
conflicto y las presiones hacia el sistema político.  
Al ser gradual el ajuste, exigía de una estrategia de genera-  
ción de consensos, que no se dieron, empero, se intentó fomentar la  
exportación y generar condiciones para atraer inversión extranjera  
a sectores deprimidos de alta competitividad, así, se crearon zonas  
francas para el establecimiento de plantas industriales maquiladoras.  
Para este fin, se instituyó una legislación fiscal, la reforma tributaria  
y la flexibilización del Código Laboral. Al respecto, Echeverría se-  
ñala:  
La razón de esta política se podría encontrar en dos determinantes: la  
ausencia de una flexible y creativa capacidad de innovación en la cul-  
1
1
1
22 O. Hurtado, cit., 2017.  
23 J. Echeverría, “La democracia…cit., pp.: 59-60.  
24 Se refiere a la coalición del gobierno formado por la democracia popular y el partido social  
cristiano.  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
220  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
tura política del centro-izquierda, (…) y la tardía comprensión de que  
la globalización económica se ha convertido en el eje central de repro-  
ducción económica mundial que articula las reglas del juego para toda  
sociedad y economía local.1  
25  
De este modo, la gestión del centro-izquierda terminó por des-  
gastar la acción gubernamental y, al mismo tiempo, erosionar la ca-  
pacidad de legitimación que podía provenir de sus fuerzas de apoyo,  
en principio, Oswaldo Hurtado, planteó un diálogo nacional, sin em-  
bargo, enfrenta la cuarta huelga nacional organizada por el FUT el 9  
de diciembre de 1981 y, entre el 22 y 23 de septiembre de 1982, la  
quinta huelga nacional, a consecuencia de la aplicación de los dicta-  
dos del FMI “elimina algunos subsidios, limita los presupuestos de salud,  
vivienda, educación y abre de par en par, las puertas al capital extranjero  
126  
para lo cual reformó la Ley de Hidrocarburos”.  
El 21 de octubre la explosión popular que obligó al gobierno  
a decretar el estado de emergencia nacional. Estos movimientos mos-  
traron la unidad de obreros, campesinos, estudiantes, y ciudadanía,  
y a la vez, la ausencia de dirección política y orgánica en el movi-  
miento obrero-popular, que no tuvieron la capacidad para una trans-  
formación revolucionaria. Alberto Acosta señala que el Ecuador se  
mantuvo dentro del reordenamiento liderado por el capital finan-  
ciero internacional que consolida la transnacionalización, “en la prác-  
tica la necesidad de hacer competitiva la mano de obra nacional por vía de  
la programada depreciación del poder adquisitivo de los salarios y por la  
127  
mayor flexibilización de la clase obrera”.  
El gobierno de Hurtado procuró enfrentar el problema de la  
inflación con la aplicación de un esquema recesivo para reducir los  
índices de consumo e inversión y con garantía de los procesos de  
acumulación de capital, factible por la disminución de los salarios.  
La forma como se dieron estos ajustes es señalada por el propio Os-  
waldo Hurtado cuando afirmó:  
(…) nosotros cuatro tomamos todas las decisiones. No discutimos los  
125 Ídem., p. 63.  
1
26 Jorge Oviedo, “El movimiento obrero ecuatoriano entre 1960 y 1985” en: Nueva Historia del  
Ecuador, Vol. 11, Quito, 1991, p. 244.  
127 Alberto Acosta, cit., p. 160.  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
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Rocío Rosero Jácome  
problemas con nadie más, ni consultamos a nadie…No consultamos  
ni a los ministros, ni a los partidos, ni a los diputados para mantener  
la confidencialidad, les informábamos las medidas que íbamos a tomar  
horas antes de anunciarlas.1  
28  
Así mismo el expresidente señala que por primera vez el país se vio  
abocado a renegociar la deuda externa contraída con la banca inter-  
nacional y con ese propósito integró una comisión negociadora en-  
cabezada por él, José Correa, presidente de la junta Monetaria; Pedro  
Pinto, ministro de Finanzas y Abelardo Pachano, gerente del Banco  
129  
Central . En su reciente libro, Oswaldo Hurtado recoge el comen-  
tario de dos autores sobre su periodo gubernamental, que dice:  
(…) al terminar la administración de Hurtado la economía ecuatoriana  
había sorteado la crisis y evitado una posible profunda depresión aun-  
que no estaba encaminada a una recuperación auto sostenida (…) El  
gobierno actuó sin tener en cuenta las consecuencias políticas (…) in-  
dica que lo hizo a pesar de que esperaba una oposición fuerte. Algunas  
medidas fueron “temerarias.1  
30  
Esto marcó el agotamiento de la estructura económica y po-  
lítica del Ecuador.  
La Conferencia Económica Latinoamericana de 1984  
Esta reunión constituye un hito Latinoamericano en el con-  
texto occidental de la política internacional del gobierno de Oswaldo  
Hurtado. Presenta la Declaración de Quito y el Plan de Acción de la  
Conferencia Económica Latinoamericana que se realizó en Quito, del 9  
al 13 de enero de 1984, esta conferencia fue el resultado de la acción  
concertada de todos los países Latinoamericanos y del Caribe. Este  
consenso fue liderado por el presidente del Ecuador, Dr. Oswaldo  
Hurtado y apoyado por el secretario ejecutivo de la CEPAL, Dr. En-  
rique V. Iglesias, y el secretario permanente del SELA, Dr. Carlos Al-  
128 Francisco Thoumi y Merrille Grindle, La política de la economía del ajuste: la actual experiencia  
ecuatoriana, FLACSO, Quito, 1992, p. 40.  
29 Oswaldo Hurtado, cit., p. 54.  
30 Ídem., p. 89.  
1
1
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222  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
zamora, quienes convocaron a los representantes de los países invo-  
lucrados para elaborar propuestas tendientes a desarrollar la capa-  
cidad de respuesta de América Latina y afianzar sus sistemas de  
cooperación.  
Estas organizaciones entregaron al presidente Hurtado, para  
su análisis y de los asesores de los jefes de gobierno de América La-  
tina y el Caribe, el documento conjunto denominado Bases para una  
Respuesta de América Latina a la Crisis Económica Internacional, en mayo  
de 1983. Entre el 1 y el 3 de agosto de 1983, este documento se revisó  
en República Dominicana y de allí surgió otro llamado, El Compro-  
miso de Santo Domingo. Así, las naciones de la región acordaron reu-  
nirse en Quito, en la Conferencia Económica Latinoamericana;  
paralelamente, una Mesa de Seguimiento, sesionó en San José, Costa  
Rica, con el apoyo técnico de CEPAL y SELA que preparaba las bases  
de la misma.1  
31  
La Conferencia de Quito propició los aportes del pensa-  
miento económico de la región tendientes a honrar sus deudas en el  
marco de la solidaridad internacional. Oswaldo Hurtado comenta:  
Los gobiernos de América Latina y el Caribe pidieron limitar el servicio  
de la deuda a porcentajes razonables de las exportaciones, para que la  
región pudiera preservar recursos y destinarlos al crecimiento econó-  
mico. Solicitaron que deudores y acreedores, países industrializados y  
organismos financieros multilaterales la adecuaran a la capacidad de  
pago de los deudores, mediante la adopción de plazos y períodos de  
gracia más amplios, una drástica reducción de tasas de interés, menores  
comisiones y márgenes y un flujo adecuado y creciente de nuevos re-  
cursos financieros. Estas demandas, otras medidas y diversos compro-  
misos que iban más allá de la deuda y tocaban asuntos referidos al  
desarrollo de América Latina.1  
32  
Esta iniciativa, terminado su periodo presidencial , en agosto  
de 1984, no fue impulsada por el siguiente mandatario ecuatoriano,  
León Febres Cordero y también fue descuidada por los grandes deu-  
dores, Brasil, México, Argentina y Venezuela, de allí que la banca  
131 NU.CEPAL, Revista Nº 22, 1984, pp. 39-52.  
132 Oswaldo Hurtado, cit., pp. 56-57.  
133 Ídem., p. 57.  
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223  
Rocío Rosero Jácome  
acreedora se volcó en contra del temido Club de Deudores.133 Es im-  
portante considerar los principios que propiciaron la unión de los  
134  
países latinoamericanos en torno a la Declaración de Quito.  
La Declaración de Quito, 1984  
Se ha seleccionado aquellos principios que se consideran  
más relevantes y se relacionan al trabajo que se presenta:  
(
Numeral 1) Reafirmamos la hermandad y solidaridad de nuestros  
pueblos y su aspiración a vivir en el marco de los principios democrá-  
ticos y reiteramos nuestra unidad en la diversidad y nuestro respeto al  
derecho soberano de todas las naciones de América Latina y el Caribe  
a transitar, en paz y libertad y exentas de todo tipo de intervención ex-  
terna, sus propios caminos en los ámbitos económico, social y político,  
rechazando medidas económicas discriminatorias o coercitivas por mo-  
tivos políticos, y asegurando el pleno ejercicio de los derechos humanos  
y de los beneficios del progreso para todos sus habitantes, en un am-  
biente ausente de presiones, amenazas y agresiones externas.  
(
Numeral 2) Reiteramos nuestro compromiso de eliminar definitiva-  
mente el recurso a la amenaza o al empleo de la fuerza en la solución  
de los conflictos internacionales. Insistimos en nuestro llamado en  
favor del desarme que permita reasignar los recursos (…) hacia objeti-  
vos que contribuyan a fortalecer el desarrollo de todos los pueblos del  
mundo.  
(Numeral 4) Rechazamos el intervencionismo que ha tenido recientes  
y dramáticas manifestaciones en la región y afirmamos la necesidad  
de encontrar una solución negociada a los problemas de Centroamérica  
cuyo origen reside en las condiciones económicas, sociales y políticas  
que prevalecen en la zona, para lo cual brindamos todo nuestro res-  
paldo político al Grupo de Contadora.  
(Numeral 8) Esta crisis ha tenido su origen en factores internos y ex-  
ternos y su superación depende, en gran medida, de estos últimos, que  
escapan al control de nuestros países y limitan seriamente las opciones  
que tenemos para superarla. Las políticas económicas de algunos paí-  
ses industrializados han afectado severamente a los países en desarro-  
llo (…) Tales políticas han provocado el deterioro constante de los  
términos del intercambio, la caída del comercio, el aumento excesivo  
134 Declaración de Quito y Plan de Acción de la Conferencia Económica Latinoamericana, en:  
http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/219/7/RCE7.pdf (7-03-2020)  
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Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
de las tasas de interés y la brusca reversión del flujo de capitales. En  
este marco se inscribe el peso abrumador de nuestro endeudamiento  
externo.  
(Numeral 9) Los efectos más perniciosos de esta situación, en el ámbito  
social, se manifiestan en el aumento del desempleo a cifras desconoci-  
das en nuestra historia, en la caída sustancial de los ingresos personales  
reales y en el severo deterioro de los niveles de vida de la población,  
con graves y crecientes consecuencias para la estabilidad política y so-  
cial de nuestros pueblos y cuya persistencia, a su vez, ocasionaría ma-  
yores efectos negativos en nuestras economías.  
(Numeral 16) La actitud de los gobiernos de América Latina y del Ca-  
ribe, al reconocer y asumir sus obligaciones, reclama de parte de los  
gobiernos de los países acreedores, de los organismos financieros in-  
ternacionales y de la banca privada internacional, una actitud de co-  
rresponsabilidad en la solución del problema de la deuda externa  
teniendo en cuenta, además, sus implicaciones políticas y sociales. En  
consecuencia, se requieren criterios flexibles y realistas para la renego-  
ciación de la deuda, incluyendo plazos, períodos de gracia y tasas de  
interés, compatibles con la recuperación del crecimiento económico.  
Sólo de esta forma podrá garantizarse la continuidad en el cumpli-  
miento del servicio de la deuda.  
Plan de Acción de la Conferencia Económica Latinoamericana  
Resulta necesario conocer que el Plan de Acción se refiere a la  
cooperación intrarregional de compromisos. A continuación se ex-  
ponen los temas y subtemas que fueron presentados: I. Financia-  
miento 1) La deuda externa, a) Criterios básicos, b) Intercambio de  
información y asistencia técnica; 2) Mecanismos de apoyo a la ex-  
pansión del comercio intrarregional a) Fortalecimiento de los meca-  
nismos de compensación, b) Mecanismos de apoyo financiero al  
comercio intrarregional; 3) Relaciones económicas internacionales,  
a) Sistema monetario y financiero, b) Comercio, c) financiamiento  
del desarrollo; II. Comercio 1) Compromiso sobre restricciones no  
arancelarias al comercio intralatinoamericano; 2) Incremento del in-  
tercambio de bienes y servicios entre los países latinoamericanos y  
del Caribe, a) Preferencia arancelaria regional y latinoamericana, b)  
Negociaciones comerciales, c) Compras estatales, d) Aprovecha-  
miento de la demanda y la oferta regionales de bienes, e) Medidas  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
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Rocío Rosero Jácome  
proteccionistas y discriminatorias aplicadas a las importaciones la-  
tinoamericanas, f) Intercambio compensado y acuerdos de comple-  
mentación económica, 3) Acciones para promover el comercio  
intrarregional; III. Seguridad alimentaria regional, IV Cooperación ener-  
gética; V) Servicios.135 Al finalizar el documento se reconoce al Dr.  
Hurtado por sus gestiones y recepción en estos términos:  
(…) solicitamos atentamente al Excelentísimo Señor Presidente Cons-  
titucional del Ecuador, Dr. Osvaldo Hurtado L., que la Declaración de  
Quito que aquí adoptamos sea enviada formalmente a los Jefes de Es-  
tado o de Gobierno de los países en desarrollo miembros del Grupo de  
los 77 y a los Jefes de Estado o de Gobierno de los países industrializa-  
dos, así como a las instituciones y organismos regionales e internacio-  
nales correspondientes.  
(…) Agradecemos al Pueblo y al Gobierno del Ecuador por su magní-  
fica hospitalidad y a Quito por ser marco histórico de esta Conferen-  
136  
cia.  
Luego de la Declaración de Quito, se celebra en Lieja la Primera  
Reunión de la Comisión Especial del Consejo Interamericano Económico y  
Social –CIES- para estudiar temas de financiamiento y comercio en el  
marco de la OEA, como resultado de la Conferencia Económica Latinoa-  
mericana. Su marco conceptual responde a la coordinación de las aspi-  
raciones de América Latina y el Caribe para superar los efectos  
negativos de la crisis económica internacional y para señalar un ca-  
mino de acción coordinada en los años venideros. A partir de la Con-  
ferencia Latinoamericana, la Cancillería Ecuatoriana señala que se logra:  
La promulgación por parte del Congreso norteamericano de la Ley Pú-  
blica de Recuperación Internacional y Estabilidad Financiera, en la que  
se reconoce la gravedad de la crisis, se recomienda la reducción de cos-  
tos bancarios y la ampliación de plazos para pagos de la deuda exterior,  
así como la revisión de las políticas del Fondo Monetario Internacional  
particularmente su condicionalidad- y se exhibe una relación entre el  
cumplimiento del servicio de la deuda y las exportaciones de cada país.  
…) la Cancillería de mi cargo juzga de especial interés continuar par-  
(
1
1
35 NU.CEPAL cit., pp. 43-52  
36 Ídem., p. 52  
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226  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
ticipando en este ejercicio en el marco de la Organización de los Estados  
Americanos.1  
37  
Posteriormente, en marzo de 1984, se establece desde el Ecua-  
dor, a través de su Embajada en Washington, una campaña de difu-  
sión de los resultados de la Conferencia Latinoamericana con el  
auspicio de Conwest-USA,138 mediante conferencias sobre: “La demo-  
cracia en América Latina y Ecuador, dictadas por el Ministro Jaime Mer-  
139  
chán y el Primer Secretario Gonzalo Salvador”. Al mismo tiempo Latin  
American Index publica un artículo “relativo a los documentos emanados  
de la Conferencia de Quito y se destacan las gestiones diplomáticas que ha  
venido realizando el gobierno ecuatoriano con el objeto de difundir la con-  
certación Latinoamericana en los círculos políticos y financieros occidenta-  
les”.1  
40  
En mayo, el Lcdo. Jaime Merchán, ministro de la Represen-  
tación Diplomática, dio una conferencia sobre La Declaración de Quito  
y Su Plan de Acción a los alumnos del Colegio Interamericano de De-  
fensa”.1 También, desde The Washington Post, Jackson Diehl señala  
que el año 1983 ha sido el más difícil económicamente, resalta la con-  
ciencia y seriedad de los países de América Latina para abordar sus  
problemas “analizados en múltiples foros interregionales y conjuntamente  
enfrentados mediante la estrategia común acordada durante La Conferencia  
Económica Latinoamericana”.142  
41  
También la Conferencia Latinoamericana motivó a la Cancille-  
ría a solicitar a su embajador en Washington el envío de catálogos-  
para surtir y modernizar su biblioteca mediante compra de libros  
137 L. Narváez, Nº55/84-DGREI a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en Washington,  
Quito, 8 febrero 1984.  
1
38 CONWEST-USA. Organización internacional sin fines de lucro, no partidista, promueve ac-  
tivamente una mayor cooperación entre las democracias del mundo, patrocina una serie de  
informes de la Embajada de 1984-1985 sobre la recuperación económica mundial y las de-  
mocracias: el papel del comercio internacional.  
1
39 L. Narváez, director general de Asuntos Políticos, encargado, DGAP-DA, Nº 124/84 Rafael  
García Velasco, embajador del Ecuador en Washington, Quito, 30 de marzo de 1984  
40 L. Narváez, subsecretario económico Nº131/84-DICR, Quito de abril de 1984  
41 Oswaldo Ramírez Landázuri, director general de Relaciones Económicas e Integración. Can-  
cillería del Ecuador (167/84-DICR) a Dr. Rafael García Velasco, Quito, 9 de mayo de 1984.  
42 Patricio Maldonado, director general de Cooperación Técnica y Promoción Económica,  
Cancillería del Ecuador, Nº56/84-DPE a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en  
Washington, Quito, 9 de febrero de 1984  
1
1
1
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227  
Rocío Rosero Jácome  
sobre: “Derecho de Mar, Economía, Integración económica, Comercio In-  
ternacional, Política económica internacional, Asuntos petroleros, Proble-  
mas político-sociales contemporáneos e Historia y Geografía de ese país y  
recomienda publicaciones periódicas a fin de que la Cancillería tenga sus-  
cripción”.1  
43  
Conclusiones  
A través de la Cancillería se conoce sobre la política interna-  
cional implementada por el gobierno del presidente Hurtado. A ini-  
cios del año 1984, se envía una carta a la Embajada de los Estados  
Unidos en Quito, en la que señala que:  
El ministerio de Relaciones Exteriores quiere dejar constancia de que  
la política internacional del Ecuador se sostiene en la firme defensa de  
los derechos y obligaciones de los Estados, particularmente en todas  
aquellas normas de respeto a la igualdad soberana de los Estados y la  
no injerencia en sus asuntos internos. Dentro de este contexto, las de-  
cisiones que adopta el gobierno nacional en los organismos internacio-  
nales son fiel reflejo de tal política y no pueden estar supeditadas a  
144  
conveniencias ajenas a sus propios y soberanos intereses.  
Esta carta tiene fecha previa a la celebración de la Declaración  
de Quito y el Plan de Acción en el marco de la Conferencia Económica  
Latinoamericana que se realizó en Quito, del 9 al 13 de enero de 1984.  
La carta a la Embajada es un claro testimonio de la posición ecuato-  
riana en política internacional. Este encuentro visibiliza que el Ecua-  
dor y toda el área Latinoamericana muestran un enfoque coordinado  
para impulsar un diálogo constructivo y coherente en las Américas  
destacando no solamente el punto de vista económico sino el político  
y social.  
El presidente Hurtado se convirtió en un líder de la unidad  
de América Latina al promover, en Quito, la Conferencia Económica  
Latinoamericana. Esta convocatoria demostró su capacidad de acer-  
143 Arturo Lecaro, director general de Relaciones Culturales, Cancillería del Ecuador, Nº220/84-  
DGRC-DBG a Rafael García Velasco, embajador del Ecuador en Washington, Quito, 27 de  
junio de 1984  
44 MRE, 01 –DNU  
1
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228  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
camiento, consenso y gestión decidida en el intercambio con los go-  
biernos de la región, todos ellos inmersos en la problemática de la  
deuda externa y de la presión de los Estados Unidos en materia bé-  
lica y económica. De allí la importancia de los principios que consi-  
dera la Declaración de Quito.  
Además, el presidente ecuatoriano, en calidad de líder lati-  
noamericano pragmático, propugna la integración regional para con-  
formar un Plan de Acción que propende una visión de largo plazo no  
solo para la negociación conjunta de la deuda, que asustó a los acre-  
edores por la formación del llamado Club de deudores, sino porque se  
planteaba una gestión propia al interior de Latinoamericana para el  
comercio, el intercambio de experiencias, la sostenibilidad alimen-  
taria, rebasando la dependencia externa. En política internacional el  
presidente Oswaldo Hurtado buscó un acercamiento con los países  
de América Latina y de los llamados del Tercer Mundo. Realizó nu-  
merosos viajes en busca de acuerdos comerciales y consensos a Bra-  
sil, China Popular y Estados Unidos.  
El presidente Hurtado, si bien terminó el periodo, su figura  
sufrió grave deterioro, debido a las condiciones económicas. Sin em-  
bargo de estos logros, en el transcurso del siguiente gobierno de  
León Febres Cordero, le combatieron, entendieron tardíamente, la  
visión de largo aliento que se propugnó en su periodo para la nego-  
ciación interamericana de la deuda así como para la política de inte-  
gración Latinoamericana, que años más tarde retomará Venezuela.  
También es necesario reconocer su convicción democrática a  
pesar del difícil entorno nacional e internacional, periodo histórico  
de grandes presiones internas y externas, 1981-1984, tratando de  
mantener el espacio constitucional presionado por las necesidades  
de una nueva estrategia internacional liderada por Estados Unidos.  
Su gobierno fue una frágil democracia, debilitada por la aplicación  
de políticas de ajuste y programas de estabilización dada la trans-  
formación de las deudas privadas en públicas, condición del FMI y  
del Banco Mundial porque el Estado resultaba ser el mejor garante  
para atender los créditos particulares, lo que benefició a poderosos  
actores nacionales e internacionales.  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
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Rocío Rosero Jácome  
Documentos  
Toda la documentación citada proviene del Archivo del Mi-  
nisterio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana. Para evitar  
la repetición de siglas, personas y cargos se explicitaría de forma  
completa en la primera referencia, salvo algunas excepciones en que  
los funcionarios rotan cargos o cambian siglas. Se ha colocado alfa-  
béticamente, por el apellido del funcionario que remite la informa-  
ción desde Quito, el cargo que desempeña y a quien va dirigida la  
comunicación y el lugar y la fecha.  
Aguirre V. Juan Manuel, (Nº17/82-DGAP-DA) Director General de  
Asuntos Políticos, Cancillería del Ecuador, a Dr. Ricardo Crespo, Em-  
bajador del Ecuador en Washington, Quito, 28 de enero de 1982.  
––––––, (Nº62/82) Quito, 18 de marzo de 1982.  
––––––, (Nº109/82) Quito, 5 de mayo de 1982.  
––––––, (Nº111/82) Quito, 5 de mayo de 1982.  
ꢀabela, Orlando (Nº376/83-DGAP-DA) Director General de Asun-  
tos Políticos, Cancillería del Ecuador, a Licenciado Marchán, Jaime,  
Encargado de Negocios A.I. del Ecuador en Washington, Quito, 2 de  
septiembre de 1983.  
–––––, (Nº378/83) Quito, 6 septiembre de 1983.  
–––––, (Nº379/83) Quito, 6 septiembre de 1983.  
–––––, (Nº381/83) Quito, 7 septiembre de 1983.  
–––––, (Nº383/83) Quito, 7 de diciembre de 1983.  
–––––, (Nº475/83) Quito, 7 diciembre de 1983.  
–––––, (Nº422/83) a Dr. Ricardo Crespo, Embajador del Ecuador en  
Washington, Quito, 19 de octubre de 1983.  
––––––, (Nº443/83) Quito, 9 de noviembre de 1983.  
––––––, (Nº444/83) Quito, 9 de noviembre de 1983.  
––––––, (Nº445/83) Quito, 9 de noviembre de 1983.  
––––––, (Nº453/83) Quito, 17 de noviembre de 1983.  
––––––, (Nº463/83) Quito, 23 de noviembre de 1983.  
––––––, (Nº470/83) Quito, 1 de diciembre de 1983.  
––––––, (Nº478/83) Quito, 14 de diciembre de 1983.  
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230  
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980–1984  
–––––, (Nº 27/84) al Dr. Rafael García Velasco, Embajador del Ecua-  
dor en Washington, Quito, 18 de enero de 1984  
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de Asuntos Consulares y Migración, Cancillería del Ecuador, a Dr.  
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de marzo de 1983.  
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turales, Cancillería del Ecuador, a Dr. Rafael García Velasco, Emba-  
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Maldonado, Patricio (Nº56/84-DPE) Director General de Coopera-  
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Ecuador en Washington, Quito, 8 de febrero de 1984.  
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del Ecuador en Washington, Quito, 30 de marzo de 1984.  
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Rocío Rosero Jácome  
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cía Velasco, Embajador del Ecuador en Washington, Quito, 5 de abril  
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Ortiz Terán, Luis (Nº 74/83 DGORI) Director General de Organis-  
mos y Reuniones Internacionales. Cancillería del Ecuador, a Doctor  
Ricardo Crespo Zaldumbide, Embajador del Ecuador en Washing-  
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Ramírez Landázuri, Oswaldo (167/84-DICR) Director General de  
Relaciones Económicas e Integración. Cancillería del Ecuador a Dr.  
Rafael García Velasco, Quito, 9 de mayo de 1984.  
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(16 de febrero 2018)  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 189–236  
236  
La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Rosero Jácome, Rocío,  
"
Las relaciones internacionales del Ecuador: 1980-1984", Boletín  
de la Academia Nacional de Historia, vol. XCVIII, Nº. 203, enero -  
junio 2020, Academia Nacional de Historia, Quito, 2020, pp.189-  
236