BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVII Nº 200  
Julio–diciembre 2018  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVI  
Nº 200  
Julio–diciembre 2018  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
SUBDIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
Dr. Franklin Barriga López  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEF A DE PUBLICACIONES:  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL:  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVI  
Nº 200  
Julio–diciembre 2018  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
p-ISSN: Nº 1390-079X  
e-ISSN: Nº 2773-7381  
Portada  
Rafael Troya, autoretrato  
1
913  
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Quito  
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octubre 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol XCVI – Nº 200  
Julio–Diciembre 2018  
PORTOVELO, CONTROVERSIAS Y CONFUSIONES:  
UN FERROCARRIL EN LA RUTA DE LA DISCORDIA  
–DISCURSO DE INCORPORACIÓN–  
Rodrigo Murillo Carrión1  
Saltándome una época aborigen demasiado extensa y muy  
poco estudiada, pese a la abundancia de vestigios arqueológicos que  
persisten en diferentes sitios, haremos una corta referencia –acaso  
reflexión- a los primeros años coloniales de nuestra comarca, en la  
segunda mitad del siglo XVI, cuando fueron descubiertas fabulosas  
vetas de oro en las lomas de la cordillera. Hallazgo que dio lugar a  
la fundación de un campamento del que evolucionarían dos pueblos  
complementarios y con el tiempo antagónicos: Portovelo y Zaruma.  
¿Dónde estuvo situado el primer Asiento de Zaruma? Quizás nunca  
lo averigüemos; los estratos del suelo han sufrido alteraciones per-  
manentes, por lo que la arqueología no podría descifrar este conflic-  
tivo enigma. Por requerimientos logísticos habría sido levantado  
alrededor de la veta principal, sobre las orillas norte o sur del río  
Amarillo, en lo que ahora es Portovelo, desde donde iría escalando  
y afirmándose en las alturas de cerro. Las reflexiones inspiradas por  
la historia pueden permitirnos la proclamación de un anhelo: que  
ese momento inicial de fundación pueda servir para integrar a los  
pueblos en sus proyectos para conquistar el porvenir. Zaruma y Por-  
tovelo no pueden romper las convergencias históricas por mayor ani-  
madversión mutua que pudiera haberlos afectado durante muchas  
décadas en el pasado.  
1
Antropólogo. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Miembro Correspondiente de la  
Academia Nacional de Historia. Miembro de ADHIEC. Asociación de Historiadores del Ecua-  
dor. Miembro de Número de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Miembro de la Comunidad  
Científica Ecuatoriana (Academia Nacional de Ciencias).Editorialista de diario Opinión, Ma-  
chala. Columnista de diario El Nacional, suplemento Nuestra Tierra, Machala. Columnista en  
diario El Correo, suplemento Otras Voces, Machala. Colaborador de Diario El Correo, Piura.  
Autor de varios libros.  
B O L E T Í N A N H N º 2 0 0 • 2 1 3 – 2 2 6  
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Rodrigo Murillo Carrión  
La densidad de los datos, en tiempos épicos y traumáticos,  
muy prolongados, exigen estudios amplios y profundos, tarea en la  
que he puesto algunos aportes. Hechos históricos envueltos por una  
telaraña de mitos y leyendas, creados bajo la inspiración de intereses  
diferentes, de ópticas diametralmente opuestas, sobre un corto pai-  
saje, eso sí en la profunda oquedad de las minas.  
Para comprenderlo mejor haremos otro salto cuántico, hasta  
ubicarnos en 1896, cuando la compañía norteamericana SADCo co-  
menzó a levantar la colosal estructura industrial y urbana de Porto-  
velo, sobre los hombros de auténticos titanes, nacionales y extranje-  
ros; sostenido por mineros ecuatorianos de forja troyana; alimentado  
por mujeres –nacionales y extranjeras– que aceptaron un campa-  
mento en la selva húmeda, para formar sus familias y una fortuna  
para vivir mejor en una época de miseria continental.  
Comenzó una larga historia de controversias discusiones  
conflictos, paros, reivindicaciones, arreglos, celebraciones; un con-  
junto variopinto de emociones y hechos que formaron un laberinto  
de ideologías y tesis políticas. Una muestra no es suficiente, pero  
ilustra y orienta la comprensión de las dimensiones que alcanzó el  
fenómeno laboral, social y cultural de Portovelo en más de medio  
siglo. Ésta tuvo de escenario principal a los salones del congreso de  
1929, y su libreto lo formaron los debates relacionados a la partici-  
pación de SADCO en la construcción del ferrocarril Machala, Porto-  
velo y Loja, como forma de pagar sus impuestos. Esas discusiones  
configuran el motivo de este artículo.2  
El destino del ferrocarril y Portovelo en manos de la Revolución  
Juliana  
En el Ecuador de 1929, durante la administración de Isidro  
Ayora, comenzó otra de tantas negociaciones entre el Gobierno na-  
cional y la empresa SADCo. El Dr. Isidro Ayora, ejerció con mano  
2
Las actas del Congreso Nacional del 27 al 30 de mayo del año mencionado recogen, en decenas  
de páginas, las diferentes argumentaciones, causales de una acalorada controversia. El 4 de  
octubre de 1923 el Gobierno ecuatoriano y SADCo firmaron el contrato correspondiente (Mu-  
rillo, 2017, p. 49), publicado en Registro Oficial No. 952. Ver en: Mariana Cortázar, y José La-  
vanda, Portovelo cuenta su historia, Editor MC, Quito, 2008, p.56  
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Portovelo, controversias y confusiones:  
un ferrocarril en la ruta de la discordia  
dura y combatió frontalmente a los sectores conservadores; fue un  
progresista de talento, sabio y pragmático; supo lo que se debía hacer  
para encarrilar al país en la vías del progreso, modernizándolo con  
las recomendaciones de la Misión Kemmerer  
Un telegrama fechado el 29 de mayo de 1929 puede guiarnos  
al inicio de este hilo lleno de nudos gordianos. En su texto el gerente  
Tweedy informaba a los ejecutivos de la empresa: “La primera vota-  
ción sobre la conveniencia de la acción arbitraria del Congreso para cancelar  
los contratos dio lugar a la victoria para nosotros (,) detener una discusión  
3
que continúa y otros puntos deben ser resueltos hoy”.  
La Asamblea nacional, dominada por la izquierda radical, re-  
clamaba mayores cargas tributarias y no ocultaba su pasión por ex-  
pulsar del país a la empresa, sin importarle el futuro del pueblo y sus  
1
500 familias. Discusiones prolongadas, negociaciones, discursos, de-  
sayunos, chantajes: el alimento de los políticos abundaba, tanto como  
su arrogancia y una desmesurada insensatez. Las discusiones ocupa-  
rían jornadas enteras del Parlamento, en un cuento interminable de  
confusiones; continuarían en los despachos, restaurantes y lobbies;  
finalmente derivaron en agresiones verbales, acusaciones, ataques y  
defensas casi de índole personal. Enardecidos discursos en voces pro-  
fesionales salían al ataque, contra “el imperialismo”, un eslogan de  
moda entonces.  
Al gerente de SADCo, Señor Tweedy, le atribuyeron una  
frase peyorativa: que “los perros ladran pero la procesión continúa”,  
por lo que fue severamente criticado en la prensa quiteña. Su equipo  
de abogados se formó con los mejores que podían contratarse en el  
país y sus conexiones llegaban a las esferas del gobierno estadouni-  
dense. En el Congreso, experimentados políticos y oradores enfren-  
taban a los gringos, amenazando con anular su contrato de  
operaciones, al mando de un “General bolchevique; en realidad un  
militar de rango menor con sobra de sentimientos anticapitalistas:  
El coronel Luis Larrea Alba, secundado por el antiguo médico de la  
SADCo, Dr. Carrión. Argumentando una serie de irregularidades en la  
explotación que ejecutaba SADCo, proponía que se declare nulo el con-  
3
Archivo personal, copia de telegrama, mayo 29 de 1929  
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trato de 1923. Pero en dicha Asamblea, pudo más la influencia de la  
SADCo que la intervención de los hombres de izquierda… Sin embargo,  
en esa Asamblea se decretó que las compañías mineras pagarían en ade-  
4
lante –incluida la SADCo- los impuestos a las rentas y a las ventas.  
En la Asamblea Constituyente de 1928-1929, provista de po-  
deres extraordinarios, con legisladores que se pensaban cual desig-  
nios infalibles de patriotismo, se dieron los acontecimientos que  
vamos a reproducir, siguiendo una breve secuencia cronológica.  
El 27 de mayo la totalidad de la sesión vespertina fue dedi-  
cada al tercer debate del proyecto SADCo; se esperaba el encuentro  
de una salida a lo que era un oscuro callejón blindado. El procurador,  
Dr. Manuel Cabeza de Vaca, estuvo en la sala dispuesto a responder  
las consultas de historia jurídica relacionadas con la presencia de  
SADCo desde 1896; pero nuevas trabas aparecieron en el proceso del  
acuerdo. “El comandante Larrea Alba propone entonces otra moción  
que obtiene el apoyo del Dr. Crespo Toral:  
Art. 1.- Declárase terminadas todas las obligaciones que la South Ame-  
rican Development Company… tiene pendientes con el Gobierno del  
Ecuador, en virtud de los contratos celebrados anteriormente.  
Art. 2.- En consecuencia… quedan sin efecto todas las concesiones y  
exoneraciones hechas por el Gobierno ecuatoriano a la South  
(SADCo)…, quedando en adelante sujeta dicha Compañía al pago de  
todos los impuestos y tasas vigentes y a las que en lo sucesivo se crea-  
ren para gravar la explotación de las riquezas nacionales.  
Art. 3.- Establécese una tasa especial del 15% sobre el valor comercial  
de los productos minerales… 5  
En el debate intervino Agustín Cueva, presidente de la Asam-  
blea, argumentando que una terminación del contrato privaría a las  
provincia de Loja y El Oro del camino y de la línea férrea que la em-  
presa había empezado a construir según lo estipulado en el contrato  
6
de 1923, además de mutilar sus aspiraciones de desarrollo. En sus  
4
5
6
Ricardo Paredes y José Moncada, Oro y sangre en Portovelo, Ediciones La Tierra, 2006, p. 164  
Acta 244, mayo 27 de 1929, segunda hora  
4 de octubre de 1923, que exoneraba de impuestos a SADCo, a cambio de la entrega de los rie-  
les y el camino Santa Rosa Portovelo, obras que simultáneamente beneficiarían a los pueblos  
y a la misma empresa.  
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Portovelo, controversias y confusiones:  
un ferrocarril en la ruta de la discordia  
palabras finales sentenció: “De esta manera por un millón de sucres en  
rieles y dos millones de sucres, creo que bien podría aceptarse el plazo de  
7
concesión por 30 o 50 años”. Para ilustrar de cuerpo entero el criterio  
del Crnel. Larrea Alba, reproduzco una de sus acaloradas interven-  
ciones: “… en mi concepto, el problema de las comunicaciones entre las  
provincias del Sur de la República es independiente del asunto que tratamos,  
ya que en ningún momento, vamos a subordinar una necesidad al cumpli-  
8
miento los contratos de la South [SADCo]”. ¿Si los recursos no sirven  
para beneficiar a las regiones y pueblos del país, entonces para qué  
se explotan? Los asambleístas Larrea Alba y Crespo Toral, de ten-  
dencias políticas opuestas (comunista y conservadora respectiva-  
mente), combatían lo que consideraban injerencias extranjeras en la  
soberanía nacional, despojos arbitrarios de sus recursos. La sesión  
agotó el tiempo y fue cerrada en horas de la noche.  
Al día siguiente el asambleísta Larrea Alba presentó una de-  
nuncia de abusos cometidos por la empresa contra varios trabajado-  
9
res, y la remitió a la comisión de Legislación Obrera, sin antes haber  
demandado explicaciones al ministerio de Previsión Social. El Crnel.  
Larrea, no amaina su hostilidad sobre el objetivo al que había puesto  
en la mira. Tiempo después asumió como jefe supremo del Ecuador;  
10  
pero, al ser destituido, quedó completamente desprestigiado.  
SADCo es una institución de peso en la política nacional, re-  
presenta al capital norteamericano en el Ecuador, una de las contadas  
inversiones de entonces, cuando el país era consciente de su pobreza  
y necesitaba fomentar la producción. El asambleísta Moncayo An-  
drade, visible cabeza del respaldo que tenía SADCo, en una de sus  
intervenciones relacionadas al convenio entre SADCo y el Gobierno  
Nacional para la implementación de la vía férrea, dijo lo siguiente:  
… aquí se dijo que la Compañía rehusaba entregar los rieles y yo tengo  
7
8
9
Acta 244, mayo 27 de 1929, segunda hora  
Ibíd.  
Cfr. Acta No. 245, 28 de mayo de 1929, primera hora  
1
0 Designado presidente provisional tras la renuncia de Ayora en 1931; trató de gobernar des-  
póticamente, pero la oposición popular y una sublevación cívico-militar le obligaron a re-  
nunciar al cargo en septiembre del mismo año. Esta dirección se cambia por la que sigue a  
continuación debido a que la que usted proporciona no enlaza directo al contenido. Ver en:  
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/larrea_alba.htm (06-03-2019)  
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Rodrigo Murillo Carrión  
conocimiento de que la Compañía había hecho oferta a la Dirección de Obras  
Públicas de suministrar los rieles de la calidad que se necesite para la obra  
y que señale dicha Dirección”.11  
Pero la rebelión sigue enardecida; Crespo Toral, uno de los  
más influyentes asambleístas, representante de la derecha conserva-  
dora, en un largo discurso hizo las siguientes acotaciones:  
Se han entregado como ya lo indiqué y lo sabe perfectamente la Asam-  
blea, cosa de $ 700.000 en rieles de a 30 libras. Parte se ha empleado ya  
en la línea… Respecto de lo restante han mediado dificultades entre el  
señor Tweedy y la Dirección de Obras Públicas… La Compañía de  
Minas se niega a dar rieles de un peso mayor, porque (sus abogados)…  
opinan que habiéndose señalado el mínimo de peso de los rieles, ese  
era el único que podía exigírsele a la Compañía, y es el caso que ahora  
para el ascenso en la montaña se necesitan rieles de 50 libras… La dig-  
nidad nos impone que si no tenemos derecho devolvamos esos sete-  
cientos mil sucres, la honorabilidad del país nos obliga a ello… Así que  
perfectamente habiendo una Ley sobre liberación de impuestos, el Es-  
tado Ecuatoriano, puede derogarla o aumentar los impuestos o trans-  
formarlos según le plazca y disponer como a bien tenga para el futuro,  
ya que el Derecho Público y la soberanía no pueden restringirse ni li-  
mitarse de ninguna manera… No nos ha movido en este asunto un im-  
presionismo malsano contra los extranjeros, ciertamente el país les debe  
mucho, sobre todo a los españoles que nos trajeron todo lo que somos.  
Después nos ha venido otra conquista y hoy todo el comercio va siendo  
completamente extranjero… [más adelante reconoce] El Ecuador es  
uno de los países más pobres… Conociéndose la inmensa presión que  
ejerce la Compañía sobre tantas personas y aún sobre los poderes pú-  
blicos… es de advertir que esto que se pudiera llamar campaña contra  
la Compañía de Minas de Zaruma, se promovió en esta Asamblea; in-  
cidentalmente la sustenté también yo y la apoyó el señor Presidente de  
la Asamblea [Agustín Cueva Tamariz] efusivamente… Pudiera ser que  
haya informaciones equivocadas, convengo en ello; pero no serán se-  
guramente las informaciones de los arrieros, como se ha indicado, sino  
que proceden de arriba y abajo; y hasta de la mula, pues si ella hablara,  
hablaría mucho mejor que ciertos Honorables que defienden a todo  
trance a la Compañía…12  
1
1
1Acta No 246, 28 de mayo de 1929, segunda hora  
2 Ibíd.  
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Portovelo, controversias y confusiones:  
un ferrocarril en la ruta de la discordia  
Otra difícil jornada  
A segunda hora en la sesión del 29 de mayo, tras un intenso  
y prolongado debate -que ya duraba demasiados días-, el represen-  
tante orense, Dr. Lautaro Castillo, anteponiendo la fidelidad a las  
leyes y a su ética profesional, refutó las argumentaciones esgrimidas  
por Larrea, Crespo y compañía. Acto seguido, el diputado liberal  
Abelardo Moncayo Andrade arremetió en defensa de SADCo, reve-  
lando otras verdades: “… hablo como una persona que tiene algún cono-  
cimiento en materia tributaria… la Compañía de Portovelo está sujeta al  
impuesto a la Rentas, al impuesto a las Ventas; estaría sujeta, si existiera  
13  
todavía, al impuesto a los Capitales… Cayó la noche y la discusión  
no llegaba a nada. La manzana de la discordia era asunto banal, un  
pretexto, ocasionado por una falla de cálculo de los ingenieros del  
ferrocarril, que no pidieron oportunamente rieles de 50 libras para  
el tramo correspondiente; material que, pese a todo, la empresa es-  
taba dispuesta a entregar, porque ella era la más interesada en tener  
el estratégico servicio. Pero esta vez en lugar de rieles y caminos se  
quería dinero en efectivo...  
En la sesión vespertina del 30 de mayo el Presidente Cueva  
Tamariz consideraba que la discusión había tomado demasiado  
tiempo, urgió su finalización y una fórmula equitativa de solución.  
Moncayo Andrade volvió a la carga, desnudando las debilidades y  
escondidas intenciones del ala renuente, con estos términos:  
El objeto del debate no es, de ninguna manera, procurar el bien del  
país…, es el de buscar el medio de romper un contrato… Si vamos a  
declarar la nulidad del contrato… manifestaremos al mundo entero  
que no se puede contratar con el Ecuador, sin correr el riesgo de que el  
Poder Legislativo declare la nulidad del contrato… y sería bueno que  
el Poder Legislativo diga: no vale nada ese contrato (de 1923) se de-  
vuelven a Ud. Los rieles entregados.14  
Al caer la noche una resolución prometedora iluminó la bo-  
rrasca: “El Poder Ejecutivo destinará, adicionalmente, para la construcción  
13 Acta 248 mayo 29 segunda hora  
14 Acta No 250, 30 de mayo, segunda hora  
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Rodrigo Murillo Carrión  
del ferrocarril de Puerto Bolívar a Río Amarillo y la carretera de Zaruma a  
Loja, cantidades iguales a las que recaude como impuestos… pagados por  
15  
las Compañías Mineras…”. Finalmente se encontró la salida del “con-  
flicto”, SADCo pagaría sus imposiciones en efectivo; satisfactoria o  
no para las partes, sería alentadora para el pueblo de Portovelo, que  
no perdería su fuente de trabajo y bienestar; SADCo se quedaba;  
pero si en lugar de rieles se empezaron a pagar impuestos, el ferro-  
carril ya nunca llegaría a Portovelo, mucho menos a Loja. Piedras  
sería la estación final.  
Desde el Hotel Metropolitano Tweedy informaba a sus jefes  
y colegas el desarrollo de los acontecimientos en la Asamblea -un  
congreso de pugilistas” según palabras del diputado Moncayo An-  
drade. Redactaba cartas y telegramas ciñéndose la narración fiel de  
unos hechos que afectaban sus intereses, así dejó acumulada abun-  
dante información escrita. En ella destaca una carta que resume el  
vía crucis del conflicto:  
30 mayo de 1929. Para WM. A. Kissam, Broadway, New York.  
Como usted notará en mis cables, la situación ha sido como un calei-  
doscopio desde que le escribí la última vez… pensamos que el congreso  
llegaría al final sin tocar nuestro asunto, pero ocurrió exactamente lo  
contrario. El receso del congreso se pospuso hasta el momento de  
tomar esta decisión; uno de los argumentos planteados fue la necesidad  
de resolver las cuestiones pendientes con SADCo. Pese a los esfuerzos  
del gobierno el decreto de Crespo Toral fue llevado a la tercera y última  
discusión el pasado sábado, 25 de mayo… Han continuado las amargas  
discusiones y todavía no se ha tomado una decisión definitiva. El de-  
creto original fue modificado media docena de veces, de forma drás-  
tica, en el sentido de que la Asamblea llegase a declarar nulo el contrato de  
1
923 (cursivas mías); la propuesta fue levantada para votación y de-  
rrotada. Nos sentimos muy alentados por esta acción, y anticipábamos  
que los otros puntos serían discutidos llegando a un acuerdo definitivo  
y satisfactorio. De nuevo ocurrió lo contrario; la asamblea decidió re-  
considerar el voto del día anterior y se aprobó una resolución al efecto;  
pero la sesión terminó en una pelea aún más violenta que la del día an-  
terior y de nuevo no se llegó a una decisión real.  
El presidente [Ayora] de nuevo me aseguró que definitivamente el país  
15 Ibid.  
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Portovelo, controversias y confusiones:  
un ferrocarril en la ruta de la discordia  
respetaría los nuestros y otros contratos, y ha tomado la decisión de  
ayudarnos, incluso enviando a dos ministros a hablar en las sesiones  
de la Asamblea. Por otra parte, la asamblea por varias razones parece  
estar en armas contra el Presidente, y resulta una cuestión seria saber  
si en el análisis final seguirán presentes los deseos del Gobierno. Lo  
que será el resultado final simplemente no lo sé. Parece difícil de con-  
cebir que la Asamblea hiciera una cosa tan malvada e irrazonable como  
para declarar nuestro contrato nulo; pero como les he escrito antes, son abso-  
lutamente irresponsables, radicales y tan imbuidos de su poder e importancia  
que son capaces de lo peor (cursivas mías). Si ellos aprueban tal decreto,  
hay muchas razones para creer que el Presidente lo vete; pero, de  
nuevo aparece la posibilidad de que la Asamblea pueda volver a pa-  
sarlo por encima del veto presidencial. Me han mencionado la gran po-  
sibilidad de que al final se apruebe un decreto autorizando al  
Presidente a hacer un acuerdo suplementario con nosotros, probable-  
mente incluyendo la advertencia de que si no estamos dispuestos a un  
convenio el fiscal general deberá entablar acción contra nosotros para  
cancelar nuestros contratos.  
En las discusiones hemos sido apoyados por el mejor hombre en la  
Asamblea; pero infelizmente nuestros enemigos son oradores particu-  
larmente capaces; con un sentimiento bolchevique y anti gringo que  
prevalece; la batalla ha sido muy difícil. El sentimiento público entre  
la mejor clase se inclina a nuestro favor, pero es una minoría en el Ecua-  
dor, y una decisión a favor de los gringos nunca es popular.  
El trabajo del Dr. Sáenz [abogado de la empresa] ha sido intenso en los  
últimos 4 meses. Todavía estamos trabajando, pero la situación ha lle-  
gado a una etapa donde la ley y los hechos no están siendo considera-  
dos. Parece ser simplemente una cuestión de si la asamblea decide o  
no considerarse omnipotente y actuar arbitrariamente, una decisión en  
la que no podemos influir… [mientras en Portovelo] Phelps informa  
de fallas en el extremo sur de la mina y que por lo demás todo está fun-  
cionando sin problemas.16  
Al final de largas y recurrentes discusiones bizantinas  
SADCo siguió en sus operaciones, reconociendo y pagando los por-  
centajes de ley (aunque de su pago efectivo aún se propagan falsos  
comentarios). Para verificar el valor y las cantidades de metales ex-  
traídos, el Estado tenía al Inspector de Minas, un agente encargado  
del registro, en cuadernos que periódicamente enviaba al Ministerio  
16 Carta, Archivo Mr. Tweedy, Hotel Metropolitano, Quito, 30 de mayo de 1929  
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Rodrigo Murillo Carrión  
del ramo para los cálculos respectivos. Y ahora el Estado recibiría un  
monto adicional por financiamiento del ferrocarril Piedras, Portovelo  
y Loja.  
Los gringos tuvieron poder, capacidad y recursos para rega-  
tear y hasta desafiar a los gobiernos cuando las negociaciones no sa-  
tisfacían sus cálculos; de los trabajadores se hacían respetar y querer,  
pero no dejaban de infundirles una mezcla de miedo y admiración  
con sus prácticas de autoridad (las que no calificaría de autorita-  
rismo). En los despachos gubernamentales peleaban de poder a  
poder con las autoridades, y en Portovelo eran amos y señores que  
-aparte de todos los beneficios mencionados- imponían las normas  
de convivencia. Dueños verdaderos del pueblo, de cada casa, edificio  
y calle que compartían con sus trabajadores; llegaron a imponer re-  
glas y tasas para actividades cumplidas dentro del campamento, una  
1
7
de ellas los juegos de salón. Y las fuerzas úblicas estuvieron a su  
disposición cuando fueron requeridos; en la práctica, durante con-  
tadas ocasiones (dos huelgas); porque el orden, la honradez y la dis-  
ciplina progresivamente se constituirían en parte del aparato  
biológico de los trabajadores.  
No obstante a los “Estados Unidos” les hacía falta oro para  
fortalecer su economía y el dólar en tiempos del “patrón oro”, y lo  
18  
encontraron con abundancia durante la gestión de Mellick Tweedy.  
Ese controvertido y respetado gerente sería el prototipo legendario  
del nuevo colonizador americano, muy humanista en su caso. Per-  
sonalmente lo considero el patriarca que inició y vigiló el crecimiento  
17 M. Romero, comunicación personal  
1
8 Andrew Mellick Tweedy, gerente general de SADCO, recogió y conservó recuerdos, fotogra-  
fías, películas en blanco y negro de 16 mm, documentos personales; incluyendo cartas fre-  
cuentes escritas a su esposa, Florence, mientras vivía en Portovelo y viajó por Ecuador entre  
1917 y 1943. La familia Tweedy, su descendencia, también guardó memorias y fotos de otros  
estadounidenses con quienes establecieron contactos. En: Andrea Carrión, “The spatial re-  
structuring of resource regulation. The gold mining enclave of Zaruma and Portovelo,  
Ecuador, 1860-1980”, 2016, p.82. Ver en: https://www.researchgate.net/profile/Andrea_Car-  
rion2/publication/317086260_The_spatial_restructuring_of_resource_regulation_The_gold_  
mining_enclave_of_Zaruma_and_Portovelo_Ecuador_1896-1980/links/5924c8060f7e9b  
9
97960b265/The-spatial-restructuring-of-resource-regulation-The-gold-mining-enclave-of-  
Zaruma-and-Portovelo-Ecuador-1896-1980.pdf (19-02-2019). Traducido en: https://www.  
google.com/search?q=tradcutor&rlz=1C1GIWA_enE624EC624&oq=tradcutor&aqs=  
chrome..69i57j0l5.2008j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8 (19-02-2019)  
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Portovelo, controversias y confusiones:  
un ferrocarril en la ruta de la discordia  
de Portovelo, aún cuando estuvo de regreso en su País. Al dejar el  
cargo y su carga de responsabilidades le vendría el descanso; des-  
pués de 13 años durísimos en los que pudo salir airoso, sosteniendo  
con firmeza las riendas del proyecto. Pero las discusiones del con-  
greso en aquel año de 1929 lo dejarían exhausto, inconforme, un  
tanto malherido, maltratado de tantos viajes y debates. Hacia finales  
de julio, partió con rumbo a Canadá, donde escribió reveladoras car-  
tas e informes, y al parecer no estuvo para firmar el nuevo acuerdo  
con el Gobierno. A su salida Mellick Tweedy siguió compartiendo el  
tiempo entre New Jersey, Quito, Guayaquil; volvió a Portovelo en  
1930, y 1946 para recibir el reconocimiento del pueblo durante la ce-  
lebración de las Bodas de Oro de SADCo, el homenaje que se le adeu-  
daba.  
El 16 de septiembre de 1929 Mellick había enviado una carta  
a su íntimo amigo Lee Kellog, a una dirección en la Universidad de  
19  
Stanford, narrándole sus últimos días en Portovelo y Ecuador:  
Tras un mes inusualmente intenso salí de aquí a finales de julio, des-  
pués de haber elaborado una propuesta para el Presidente, cubriendo  
la situación fiscal… Antonino escribe que nuestra propuesta fue reci-  
bida favorablemente por el Presidente, pero que aún no tenemos su  
palabra aceptando formalmente las condiciones por nosotros esboza-  
das. Hemos adelantado y pagado el Impuesto a la Renta de los Estados  
Unidos, deduciendo el impuesto ecuatoriano, y tenemos una devolu-  
ción preparada para el Ecuador si el presidente concuerda según nues-  
tras aspiraciones…P.S. Aquí tengo una carta que encontré en mis  
20  
archivos y me di cuenta de que tú querías regresar.  
En vísperas de la navidad de 1930 Tweedy dirige otra misiva  
21  
a Lee Kellog –su amigo predilecto, aún radicado en Palo Alto–, con-  
tándole pormenores de los acontecimientos y su desenlace; un largo  
texto del que reproduzco un párrafo debido a su relevancia:  
1
2
2
9 Subgerente de SADCo. En: Johanna Maldonado, “Casa negra, un tesoro oculto. Fotografía  
de ruina industrial”, Loja, 2017, p.9. Ver en: dspace.utpl.edu.ec/bitstream/.../1/Maldo-  
nado%20Procel%20Johanna%20Estefanía.pdf (19-02-2019)  
0 Correspondencia Archivo Flia. Tweedy, septiembre 16 de 1929. Norman, el hijo de Lee Kellog,  
murió en Portovelo, provocando enorme conmoción en la ciudadanía ecuatoriana; se había  
ganado su afecto.  
1 A la dirección 2160 Waverly Street, Palo Alto, California  
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Rodrigo Murillo Carrión  
Finalmente tuve que entenderme con los líderes que amenazaron con  
todo, pero el gobierno envió tropas a Zaruma, pero cuando me fui todo  
estaba tranquilo. Llevé a Luke a Quito y, después de las conferencias  
con el Presidente y todos los ministros, me sentí bastante animado.  
Todos parecen darse cuenta del peligro que representa ese elemento  
22  
radical y prometen cooperación y ayuda absolutas.  
La vía férrea hasta Portovelo y Loja quedaría en manos del  
Estado Nacional. En 1933 el ferrocarril finalmente arribó a Piedras,  
y de allí no pasó.  
SADCo equipó para su servicio exclusivo un vagón que se  
podría decir lujoso, el que generalmente lo prestaba para desplaza-  
mientos de las autoridades estatales y del comando militar en 1941.  
Una vez puesto en circulación el tren, impulsó la economía regional  
y las comunicaciones; en cada pueblo que tocaba por primera vez  
una fiesta celebraba un verdadero renacimiento. En tanto, SADCo  
siguió ejecutando obras viales, amplió la vía de Piedras a Saracay;  
continuaba abriendo la trocha por Buenaventura, Piñas hasta Porto-  
velo, que finalmente se convertiría en un enderezado “camino real”  
a la costa. Y fue mucho más allá, hacia Loja, a punta de lampa y ma-  
chete.  
En septiembre de 1941 esa trocha, aun no terminada, entre  
Loja y Portovelo, sirvió para la marcha del Batallón Febres Cordero,  
que había partido de Cuenca con destino a Buenaventura, con la mi-  
sión de parar a los peruanos apoderados de Panupali. Cuando la ca-  
ballería del Febres Cordero y los infantes del Batallón Carchi  
enfrentaron las primeras escaramuzas contra unas fuerzas peruanas  
bien armadas y equipadas, los ecuatorianos no tenían donde dormir  
y nada para comer. Los pueblos de la región ofrecieron yuca y pa-  
nela; de inmediato SADCo, por disposición personal del formidable  
23  
gerente McGonigle, aportó alimentos en conservas, galletas, ciga-  
rrillos, utensilios de todo tipo, chocolates, jabón, frazadas, y les cons-  
2
2
2 Archivo Flia. Tweedy, carta de M. Tweedy a Lee Kellog, diciembre 23 de 1930  
3 Testimonios orales de ex trabajadores. Su obra fue reconocida por el Gobierno Nacional; agra-  
decida por obreros y empleados y por la niñez. Cortázar y Lavanda publican carta dirigida  
a este funcionario por niños del campamento. En: Mariana Cortázar, y José Lavanda, op. cit.,  
p.52  
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Portovelo, controversias y confusiones:  
un ferrocarril en la ruta de la discordia  
truyó albergues y literas. A los compatriotas que arribaron a Porto-  
velo forzados por el despojo de sus tierras y bienes les dio trabajo en  
la culminación de la trocha a Loja; se suponía que el Estado, según  
la inspiración de Larrea Alba y sus patriotas, pusiera a rodar el fe-  
rrocarril.  
En 1950 los gringos se fueron y desde aquel año, hasta me-  
diados de los años 70s, Portovelo experimentó un feliz ensayo; esta  
vez, una gran parte de los ex trabajadores serían los dueños de la  
empresa, para ofrecer a sus familias una vida sin aprietos y quizás  
un futuro prometedor, se pensaba que mejor al régimen americano.  
Nunca pudo ser, jamás los portovelenses de la era CIMA lograron  
igualar las condiciones de vida y seguridad que les dio SADCo; y no  
obstante, e Portovelo “vivimos” la mejor etapa de nuestras vidas, al  
amparo paternal de la empresa CIMA. Pero el sueño empezó a con-  
vertirse en pesadilla, sobrevino una larga agonía y en mayo de 1978  
CIMA se declaró en bancarrota. Portovelo perdió su encanto; poste-  
riormente, merced a la ambición desenfrenada de buscadores de oro  
fácil, perdió lo que era ya un patrimonio histórico. Con voracidad  
nunca antes vista, éstos se llevaron el cuerpo y el espíritu de las his-  
tóricas empresas: equipos, herramientas, planos, instalaciones, hasta  
los clavos de acero.  
Bibliografía  
Archivo Congreso Nacional  
Acta N° 244, sesión de mayo 27, segunda hora.  
Acta N° 245, sesión del 28 de mayo de 1929, primera hora.  
Acta N° 246, sesión del 28 de mayo de 1929, segunda hora.  
Acta N° 248, sesión de mayo 29 segunda hora.  
Acta N° 250, sesión de 30 de mayo, segunda hora.  
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225  
Rodrigo Murillo Carrión  
Archivo personal, copia de telegrama, Zaruma-New York, 29 de mayo de 1929  
Carta, Archivo Mr. Tweedy, Hotel Metropolitano, Quito, 30 de mayo de 1929.  
Correspondencia Archivo Flia. Tweedy, septiembre 16 de 1929. Carta enviada a  
Mr. Lee O. Kellog, 586 Foothill Road, Stanford University, Palo Alto, Cali-  
fornia.  
Correspondencia, Archivo Flia. Tweedy, carta de M. Tweedy a Lee Kellog, di-  
ciembre 23 de 1930.  
CORTÁZAR, Mariana y Lavanda, José, Portovelo cuenta su historia, Editor MC,  
Quito, 2008.  
MURILLO CARRIÓN, Rodrigo, Portovelo la historia develada, Imprenta Machala,  
Machala, 2017.  
PAREDES, Ricardo y MONCADA, José, Oro y sangre en Portovelo, s.f., Ediciones  
La Tierra, 2006.  
ROMERO, Martha, comunicación personal, Loja, mayo de 2017.  
Webgrafía  
CARRIÓN, Andrea, “The spatial restructuring of resource regulation. The gold  
mining enclave of Zaruma and Portovelo, Ecuador, 1860-1980”, 2016, p.82.  
Ver en: https://www.researchgate.net/profile/Andrea_Carrion2/publi  
cation/317086260_The_spatial_restructuring_of_resource_regulation_The  
_
1
gold_mining_enclave_of_Zaruma_and_Portovelo_Ecuador_1896-  
980/links/5924c8060f7e9b997960b265/The-spatial-restructuring-of-re-  
source-regulation-The-gold-mining-enclave-of-Zaruma-and-Portovelo-Ec  
uador-1896-1980.pdf (19-02-2019). Traducido en: https://www.google.  
com/search?q=tradcutor&rlz=1C1GIWA_enEC624EC624&oq=tradcu  
tor&aqs=chrome..69i57j0l5.2008j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8 (19-02-  
2019)  
LARREAALBA, Luis. En: Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea.  
Ver en: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/larrea_alba.htm  
(06-03-2019)  
MALDONADO, Johanna, “Casa negra, un tesoro oculto. Fotografía de ruina in-  
dustrial”, Loja, 2017, p.9. Ver en: dspace.utpl.edu.ec/bitstream/.../1/Mal-  
donado%20Procel%20Johanna%20Estefanía.pdf (19-02-2019  
BOLETÍN ANH Nº 200 • 213–226  
226  
La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual y científica, destinada  
a la investigación de Historia en las diversas  
ramas del conocimiento humano, por ello  
está al servicio de los mejores intereses  
nacionales e internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es ajena a  
banderías políticas, filiaciones religiosas,  
intereses locales o aspiraciones individuales.  
La Academia Nacional de Historia busca  
responder a ese carácter científico, laico y  
democrático, por ello, busca una creciente  
profesionalización de la entidad, eligiendo  
como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales, entendiéndose por tales a  
quienes acrediten estudios de historia y  
ciencias humanas  
y
sociales  
o
que,  
poseyendo otra formación profesional,  
laboren en investigación histórica y hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Murillo Carrión, Rodrigo,  
PORTOVELO,  
CONTROVERSIAS  
Y
CONFUSIONES:  
UN  
FERROCARRIL EN LA RUTA DE LA DISCORDIA –DISCURSO DE  
INCORPORACIÓN, boletín de la academia nacional de historia, vol.  
XCVI, Nº. 200, julio  diciembre 2018, Academia Nacional de Historia,  
Quito, 2018, pp.213-226.