BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVII Nº 200  
Julio–diciembre 2018  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVI  
Nº 200  
Julio–diciembre 2018  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
SUBDIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
Dr. Franklin Barriga López  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEF A DE PUBLICACIONES:  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL:  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVI  
Nº 200  
Julio–diciembre 2018  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
p-ISSN: Nº 1390-079X  
e-ISSN: Nº 2773-7381  
Portada  
Rafael Troya, autoretrato  
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913  
Diseño e impresión  
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Quito  
landazurifredi@gmail.com  
octubre 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol XCVI – Nº 200  
Julio–Diciembre 2018  
BIENVENIDA A CARLOS MIRANDA TORRES  
COMO MIEMBRO DE NÚMERO  
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Jorge Núñez Sánchez1  
Allá por el año de 1901, un sagaz e inteligente periodista nor-  
teamericano andaba por el Ecuador, de un lado a otro, observando  
el país, analizando sus recursos y potencialidades y, describiendo  
todo lo observado, en agudos artículos que luego eran publicados  
en el diario Herald, de Nueva York. Había llegado a nuestro país in-  
vitado por don Archer Harman, el constructor del ferrocarril Gua-  
yaquil–Quito, quien buscaba, por ese medio, divulgar en los Estados  
Unidos, la noticia de la gran obra que se realizaba en el corazón de  
los Andes, para atraer la atención de potenciales inversionistas.  
Ese periodista, que se llamaba Andrew McKenzie, hizo tam-  
bién incisivas anotaciones sobre el carácter y las inclinaciones de las  
gentes de las diversas regiones del Ecuador de entonces. Y en una  
de sus páginas escribió: “Hoy dejaré Riobamba, la ciudad de los hacen-  
dados, donde he estado algún tiempo, para pasar a Ambato, la ciudad de los  
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intelectuales.”  
He hecho esta cita para rescatar esa frase final, precisa, inte-  
ligente y, en cierto modo, lapidaria, puesto que definió, con profun-  
didad, el carácter de esas dos ciudades ecuatorianas de aquel tiempo.  
Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde entonces. Rio-  
bamba se transformó profundamente, bajo el impulso de muchas cir-  
cunstancias sociales y fenómenos económicos. Y Ambato cambió  
también de modo significativo, empujada por los desastres naturales,  
que plantearon a sus habitantes el reto de superarse para sobrevivir,  
primero, y de innovar para progresar, luego. Pero hay que precisar  
1
2
Director de la Academia Nacional de Historia.  
Las aventuras de Archer Harman, Nueva York, 1901. (trad. de C. A. Sala-  
zar), p. 103.  
B O L E T Í N A N H N º 2 0 0 • 2 9 6 – 2 9 9  
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Bienvenida a Carlos MirandaTorres  
que esos obligados cambios, que transformaron la faz urbana de esta  
ciudad, no conllevaron una afectación a su tradicional y esencial ca-  
rácter de “ciudad de los intelectuales”. Lo demuestra la pléyade de  
escritores, artistas y creadores que ha tenido Ambato en el último  
medio siglo, para no ir más lejos. Lo demuestra el afán con que esta  
urbe preserva su memoria patrimonial y cultiva su cultura contem-  
poránea. Lo prueba, en fin, la formidable red académica que se ha  
desarrollado en esta culta ciudad, poblada de centros educativos de  
primer orden y convertida hoy en una gran ciudad universitaria, a  
la que acuden en busca de formación profesional gentes de toda la  
región central del país.  
Soy testigo directo de esa excelencia educativa y de ese afán  
ambateño por la creación intelectual, pues por un par de años me  
formé en el centenario Colegio Nacional “Bolívar”, donde tuve como  
maestros a afamados intelectuales como: Gerardo Nicola López, Car-  
los Toro Navas, Rodrigo Pachano Lalama, Luis Pachano Carrión y  
Carlos Sevilla Cepeda, entre otros. Es más, aquí florecieron mis pri-  
meros afanes intelectuales, que se juntaron con los de otros mucha-  
chos de mi generación, como: Iván Oñate, con quien formamos el  
grupo poético “Solos”, bajo el estímulo del inolvidable amigo doctor  
Ernesto Lana, entonces presidente de la Casa de la Cultura Ecuato-  
riana, Núcleo del Tungurahua. Y aquí, en Ambato, hice amistades  
intelectuales que hasta hoy conservo: Laura y Germán Calvache,  
Edgar Castellanos Jiménez, entre muchos otros.  
Tras esta larga introducción paso a centrarme en este acto del  
día de hoy, en el que la Academia Nacional de Historia, que me  
honro en presidir, recibe como su nuevo Miembro Numerario al li-  
cenciado Carlos Miranda Torres, un destacado intelectual ambateño,  
que desde hace más de una década ha sido su Miembro Correspon-  
diente. En ese lapso, nuestro recipiendario ha enriquecido su biblio-  
grafía con nuevas investigaciones, convertidas en otras tantas obras  
intelectuales. Y también ha sido reconocido por su ciudad y su pro-  
vincia, que lo han designado Director de la más simbólica institución  
cultural ambateña, cual es esta ilustre Casa de Montalvo, elección ocu-  
rrida en enero de 2015.  
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Jorge Núñez Sánchez  
Carlos es uno de esos ejemplares trabajadores de la cultura,  
que laboran en silencio y pensando más en su ciudad y en su país,  
antes que en su propio interés personal. Modesto al extremo, parece  
que quisiera sobresalir por sus acciones antes que por su afán de fi-  
guración. Y, es también, un hombre abierto a las nuevas ideas, que  
siempre está pensando en formas y mecanismos para que Ambato  
deje de ser una recoleta ciudad y se proyecte al mundo con la misma  
fuerza que lo hizo don Juan Montalvo, aquel hombre que, cuando  
no se había creado todavía el Premio Nobel, ganó para sí y para su  
país la denominación gloriosa de “Cervantes americano”.  
Valorando esos méritos que adornan la personalidad de don  
Carlos Miranda Torres, nuestra Academia decidió, hace algún tiempo,  
elevarlo a la categoría de miembro numerario, pero nos vimos obli-  
gados a una forzosa espera, puesto que las plazas de numerario tie-  
nen número fijo y nadie puede ser nombrado para una de ellas sino  
cuando fallece uno de los titulares o alguno de ellos ha sido conver-  
tido en miembro emérito, como ha ocurrido en este caso, en que el  
doctor Fausto Palacios Gavilanes ha recibido tal designación.  
Esto último, también nos ha permitido renovar la dirección  
del Capítulo Tungurahua, de nuestra Academia, que desde hace un  
tiempo ha pasado a ser ejercida interinamente por el licenciado Mi-  
randa, quien, ahora, asumirá la función con plenitud de poderes y  
en calidad de titular de esa función. En resumen, eso significa que  
Carlos se incorpora hoy como Miembro Numerario y, a la vez, pasa  
a convertirse en director titular del Capítulo Tungurahua, lo que nos  
resulta altamente significativo y satisfactorio.  
Carlos Miranda Torres nació en Ambato, el 27 de Octubre de  
958, hijo de don Luis Jordán Miranda Flores y de doña Olga Torres  
1
Garcés. Cursó sus estudios primarios en el Liceo Joaquín Arias de  
Pelileo, los secundarios en los Colegios Pio X y Juan León Mera, la  
Salle, y los superiores en la Universidad Técnica de Ambato, donde  
obtuvo el título de licenciado en Ciencias Administrativas.  
Es miembro correspondiente de la Academia Nacional de  
Historia del Ecuador desde el año 2001, y fue promovido a miembro  
numerario el 1 de agosto del año actual, 2018. También es miembro  
numerario de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión  
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Bienvenida a Carlos MirandaTorres  
Núcleo de Tungurahua, de la Sociedad de Amigos de la Genealogía,  
del Instituto de Cultura Hispánica y de la Sociedad Bolivariana del  
Ecuador. En enero de 2015 fue elegido Director de esta ilustre Casa  
de Montalvo.  
Tiene a su haber la redacción y publicación de veinte obras  
históricas, que comprenden: biografías, monografías y memorias.  
Son las siguientes: Monseñor Vicente Cisneros Terán, ensayo biográ-  
fico; Diócesis de Ambato, 50 años de luz y vida; De heraldo del Juglar de  
Dios a Cardenal del Ecuador, Darío Guevara, una vida profunda; Por la  
senda ignaciana, biografía del Padre Chacón; Nicolás Rubio Vásquez,  
vida, obra y familia; Orfebre del idioma, Biografía de Mario Cobo Barona;  
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Pelileo, baluarte de coraje. Nueva Monografía cantonal ; Tradiciones y le-  
yendas del cantón San Pedro de Pelileo, Fiesta taurina en Ambato; Los ex-  
tranjeros en Ambato y sus descendientes; Memorial de la Fiesta de las  
Frutas y de las Flores; Alejandro Soria Vasco, apóstol de nuestro tiempo;  
“orge Salvador Lara, historiador, diplomático y maestro; Epistolario del Dr.  
Darío Guevara y Páginas de devoción montalvina.  
Vistos sus méritos intelectuales, su devoción por la cultura y  
su amor por la historia, me place inmensamente posesionarlo como  
Miembro Numerario de nuestra Academia.  
Muchas gracias a todos por su atención.  
Ambato, 16 de noviembre de 2018  
Bibliografía  
MCKENZIE, Andrew, Las aventuras de Archer Harman, Nueva York, 1901. (trad.  
de C. A. Salazar)  
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La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual científica,  
y
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
entendiéndose por tales  
profesionales,  
quienes  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Núñez Sánchez, Jorge,  
BIENVENIDA A CARLOS MIRANDA TORRES COMO MIEMBRO  
DE NÚMERO DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA, boletín  
de la academia nacional de historia, vol. XCVI, Nº. 200, julio –  
diciembre 2018, Academia Nacional de Historia, Quito, 2018,  
pp.296-299.