La Casa de Montalvo: su creación, directores
y su aporte a la difusion montalvina
Marañón y Unamuno. Y más lejos de la frontera hispánica, Shakes-
peare, Goethe, Hugo, Balzac, Humboldt. Y entre los universales bimi-
lenarios: Sócrates, Aristóteles, Platón, Séneca, Plutarco, Tito Livio,
Marco Aurelio y cien más.
Lo clásico y universal poda lo que corresponde a los hombres comunes.
Los seres extraordinarios del arte, la ciencia, la literatura, los personajes
epónimos de la santidad y el heroísmo no necesitan para nombrarlos,
ni nombre gentilicio, ni raíces genealógicas. Estos son de uso del bió-
grafo. Ni títulos universitarios y académicos. Estos corresponden a la
vanagloria humana y terrena. El hombre universal sólo tiene alas para
el vuelo a la altura indimensional del pensamiento inimitable del
idioma. La armonía audaz e inefable del color y del sonido.
Además que son los mismos personajes universales los que, como pe-
rurgidos por el mandato del destino, firman su nombre como han de-
cidido simplificarlos para la posteridad. El Libertador será siempre por
los siglos, Simón Bolívar, o únicamente Bolívar. El ambateño inmenso
firmó exclusivamente Juan Montalvo, al pie de los manuscritos de sus
obras, y más de una vez en alguna página, en alguna misiva de su epis-
tolario se hallan estampadas sólo las tres sílabas de su nombre de eter-
nidad: Montalvo.
Cuando así lo nombramos, lo individualizamos exactamente. Está
identificado como con caracteres indelebles. No puede ser confundido
con nadie. Ni con los hermanos de su sangre, ni con otro individuo que
lleve su apellido. Montalvo es solamente él, el grande ambateño que
fundó Casa solariega con sus grandes hechos de escritor. Montalvo es
Montalvo para la posteridad y la universalidad de su nombre y de su
gloria. No le agregamos ningún lastre de inutilidad ´perfecta. Son ape-
nas tres sílabas y está dicho su nombre Universal, escrito en caracteres
fulgurantes para la gloria.10
Antología poética. En 1997 la Casa de la Cultura publicó una Anto-
logía de su obra poética. Poesía en Plenitud del Alma en 270 páginas
de armonía, ritmo y música. ¿Señalarle escuela? Inútil decirlo. Este
poeta cristiano, lírico, se declaró ser poeta por la gracia de Dios” y
fue siempre “rubeniano y unamuniano”, por allí estuvieron sus ca-
minos. Pablo Balarezo Moncayo, fue un asombroso caso de vocación
poética.
10 Pablo Balarezo Moncayo, Montalvo, Tomo I, Edición Casa de Montalvo, Ambato, 1995, pp. 7-8
BOLETÍN ANH Nº 200 • 300–334
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