BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA
Vol XCVI – Nº 200
Julio–Diciembre 2018
HOMENAJE AL DR. FAUSTO PALACIOS GAVILANES,
NUEVO MIEMBRO EMÉRITO
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA
Jorge Núñez Sánchez1
Hemos venido esta mañana a cumplir, en esta querida y res-
petable ciudad, una tarea académica del mayor simbolismo y deli-
cadeza: la de rendir homenaje de reconocimiento y gratitud, en
nombre de la Academia Nacional de Historia, a uno de sus miembros
mayores, el querido y respetado doctor Fausto Palacios Gavilanes,
hasta hoy Miembro Numerario de nuestra entidad y desde hoy
Miembro Emérito de la misma.
Recuerdo en esta hora un momento especial de nuestra his-
toria institucional, que fue aquel en el que el ilustre científico, pen-
sador y maestro universitario doctor Plutarco Naranjo Vargas, que
fuera gloria de la cultura ambateña y ecuatoriana, presentó a nuestra
Junta General la candidatura del doctor Fausto Palacios Gavilanes,
elogiando los méritos intelectuales del candidato.
Recuerdo también la hermosa ceremonia con que, a comien-
zos de este mismo año, recibimos al doctor Fausto Palacios como
nuevo Miembro Numerario de nuestra Academia y le posesionamos
como primer Director de nuestro Capítulo de Tungurahua.
Pero el tiempo, en su inexorable carrera, pasa por encima de
años y décadas, de esfuerzos y sueños, de glorias y méritos, y deja
huella de su tránsito no solo en los anales de la historia, sino, antes
que nada, en la constitución de nuestro propio ser individual. Así,
cada una de nuestras vidas, que primero fue niñez risueña y juven-
tud inquieta, se transforma luego en madurez vigorosa y finalmente
en vejez reflexiva y profunda. Dicho de otro modo, el paso del
tiempo se materializa también en nuestras células, en nuestra vida
individual y grupal, en eso que llamamos literariamente tránsito de
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Director de la Academia Nacional de Historia
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