BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII  
Nº 203  
Enero-junio 2020  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Director  
Dr. Franklin Barriga Lopéz  
Subdirector  
Dr. Cesar Alarcón Costta  
Secretario  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVIII  
Nº 203  
Enero–junio 2020  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
IpS-SINSSNNº:1139309-00-7097X9X  
e-ISSN: 2773-7381  
Portada  
Espacio donde funcionaba la Universidad Santo Tomás  
Fotografía: Fredi Landázuri  
Diseño e impresión  
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Quito  
landazurifredi@gmail.com  
octubre 2020  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA DELECUADOR  
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2
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCVIII – Nº. 203  
Enero–junio 2020  
RESUMEN DE LA INTELIgENCIA EN EL ECUADOR  
DENTRO DEL CONTEXTO MUNDIAL  
–DISCURSO DE INCORPORACIÓN–  
Norma Plaza garcía1  
Señoras y Señores:  
Un reconocimiento muy especial a quienes tuvieron a bien,  
hacerme el honor de sugerir mi nombre para que se me invite a  
unirme como Miembro de la centenaria Academia Nacional de His-  
toria. Ellos son el Comandante Mariano Sánchez Bravo y el arqui-  
tecto Melvin Hoyos Galarza.  
Asimismo agradezco a los miembros de la Comisión de In-  
gresos y Ascensos por su aceptación; al Secretario Dr. Diego Moscoso  
Peñaherrera por haberme comunicado, mediante oficio de 6 de  
agosto del presente año, la invitación para ser parte de esta institu-  
ción tan respetable y de manera especial, a quien actualmente la di-  
rige, el Dr. Franklin Barriga López y a su subdirector, el Dr. César  
Alarcón Costta, quien nos honra con su presencia.  
Para los no iniciados, la Academia Nacional de Historia fue  
fundada en 1909 y su primer director fue el gran historiador y Arzo-  
bispo de Quito, Monseñor Federico González Suárez, acompañado  
en su directorio de figuras egregias de ese tiempo.  
La importancia de las Academias Nacionales se infieren de  
la Constitución española de 1978, que está vigente, la que en el artí-  
culo 62 establece entre las atribuciones del rey, el literal j, que esta-  
blece (ejercer) “el Alto Patronazgo de las Reales Academias”, las que  
son: de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes, de Ciencias exactas,  
1
Abogada de los tribunales de la República, doctora en Jurisprudencia, títulos que los obtuvo  
en la Universidad Católica en 1970. Estudió también en la Universidad de Princeton (1968) y  
en la Universidad de New York, en donde obtuvo el Máster of Comparative Jurisprudence  
(1970). Es especialista en Derecho tributario de la Universidad de Castilla-La Mancha.  
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Norma Plaza García  
de ciencias morales y políticas, de Medicina, Jurisprudencia y Legis-  
lación y de Farmacia.  
Para la incorporación a cualquiera Academia Nacional de  
Arte, Ciencia, Letras, etc. es un requisito sine qua non presentar un  
trabajo alusivo a la clase de actividad que realiza esa Academia. De-  
bido a la extensión del trabajo, el que he entregado a la Academia y  
podrán retirar a la salida, no lo voy a leer, sino que me he permitido  
hacer algunas reflexiones.  
Estuve indecisa para escoger el tema de mi presentación, de-  
bido a la sapiencia de los miembros de esta Academia.  
En mi infancia había un cuento de la cucaracha mandinga  
que no sabía que comprar con una moneda que había encontrado y  
como la cucaracha, yo estaba confundida sobre el tema a tratar, así  
que, como el insecto del cuento, comencé a barajar opciones, que se  
las compartiré y Uds. me dirán si me equivoqué o no.  
1.- Me hubiera gustado poder rebatir documentadamente la  
dolorosa negación de algunos historiadores modernos de la existen-  
cia del Reino de Quito, alegando que fue una fantasía del historiador  
padre jesuita Juan de Velasco, pero por mis infartos no puedo subir  
a Quito e investigar en sus bibliotecas.  
2.- Como ex registradora mercantil, me tentó escribir sobre  
la evolución del sistema marítimo en nuestra ciudad, el puerto de la  
Real Audiencia de Quito y principal astillero de la corona española  
en el Pacífico Sur.  
Sólo diré que ejercía las funciones de autoridad marítima pri-  
mero el corregidor y luego el gobernador, cuando pasó Guayaquil a  
ser Gobernación en 1762. Ambos funcionarios realizaban el registro  
de las naves que arribaban al puerto con mercaderías provenientes  
de Europa y de las que llevaban de vuelta, el oro, la plata, las made-  
ras y los tejidos de los obrajes de la Real Audiencia.  
Recién a finales del período colonial, debido a la iniciativa e  
influencia de Martín de Icaza y Caparroso, la Corona española esta-  
bleció en Guayaquil uno de los consulados de comercio, antecedente  
de los registros mercantiles.  
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Resumen de la inteligencia en el Ecuador  
dentro del contexto mundial  
Desde el inicio de la colonización, partían semestralmente de  
Acapulco naves con metales hacia el Extremo Oriente. Volvían de Fi-  
lipinas por otra ruta debido a las corrientes marinas, para trasladar  
las mercaderías de Oriente, especias, mantones, sedas, marfiles,  
jades, muebles, porcelanas, corales, etc. hacia la costa Atlántica del  
virreinato de Nueva España y de allí zarpar a la Madre Patria. En el  
Siglo XVIII se incorporó el preciado cacao de Guayaquil.  
Deseché el tema porque el personaje de Martín de Icaza y  
Caparroso, ha sido estudiado extensamente. El hermano llamado Isi-  
dro era dueño de la nave Guadalupe, de las conocidas como Nao de  
China o Galeón de Manila. Añado, únicamente, que esa ruta, Aca-  
pulco-Manila-Acapulco, terminó en 1815 con la independencia me-  
xicana.  
3.- El del levantamiento de los quiteños de Agosto de 1809  
ha sido ampliamente estudiado; de si fue o no el primer grito de in-  
dependencia en América, o si consistió su rebeldía en sacudirse de  
la dominación bonapartista y jurar su lealtad al rey Fernando VII, lo  
que enfureció al presidente de la Real Audiencia de Quito, el conde  
Ruíz de Castilla, por sus simpatías bonapartistas, y con ayuda de  
Lima, cobró en los patriotas quiteños la cruel venganza del 2 de  
Agosto del año siguiente, día que fueron asesinados, por orden suya,  
los patriotas quiteños, sangre y semilla de mártires que cayeron en  
tierra fértil.  
4
.- Igual ocurre con el tema de la provincia de Guayaquil,  
que se extendía desde el río Esmeraldas hasta el río Tumbez; del mar  
hasta las estribaciones de la cordillera de los Andes, Fue la que pri-  
mero se independizó de España y las tres estrellas de su bandera sig-  
nificaron las tres provincias de la Real Audiencia: Guayaquil, Quito  
y Cuenca, señal inequívoca que no fue la intención de los patriotas  
separarse de aquella al declararla independiente sino comenzar la  
campaña libertadora del resto del país.  
Guayaquil llamó a su ejército “División Protectora de Quito”,  
el que logró victorias sobre el ejército español, entre otras, en el Ca-  
mino Real, y recientemente he conocido, por el Dr. Cordero, que está  
el sitio de la batalla en la parroquia Bilován, Cantón San Miguel, pro-  
vincia de Bolívar.  
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El ejército realista derrotó a la División Protectora de Quito  
en la primera batalla de Huachi, que tuvo que retroceder a la Costa;  
volvió a subir la cordillera y finalmente llegó al Pichincha donde se  
le unieron las tropas colombianas y las del Sur. Unidas, lograron la  
victoria y flameó la bandera de Guayaquil independiente en la cima  
del Pichincha, junto con la tricolor de Colombia.  
5
.- Poco se conoce en el curriculum escolar de Guayaquil  
sobre la independencia de Cuenca que ocurrió el 3 de Noviembre de  
820. Se dio por iniciativa de don José María Vásquez de Noboa y  
1
de Javier Loyola, un presbítero; después de la declaratoria de inde-  
pendencia, la Junta de Diputados de Cuenca libre, se otorgó su pro-  
pia Constitución, como lo había hecho Guayaquil.  
Por el historiador Jurado Noboa he conocido que participó  
en la independencia de Cuenca el alférez de la expedición de Coch-  
rane, Adolfo Klinger, firmante del acta de independencia de Cuenca;  
quien de marino se pasó a soldado con el grado de teniente; peleó  
en el segundo Huachi, en Riobamba y en Pichincha como parte del  
ejército libertador de Bolívar, al mando de Sucre, y que fue antepa-  
sado del ingeniero León Febres Cordero Ribadeneyra.  
6.- La intervención del Batallón Albión que, dirigido por el  
coronel John McKintosh, combatió en el Pichicha, pero la colabora-  
ción de los ingleses no fue altruista; el gobierno de su majestad Jorge  
III, mató 2 pájaros de un tiro: asestó un duro golpe a España, su rival,  
e hizo el gran negocio con las nuevas repúblicas sudamericanas; les  
pasó la factura con intereses de usura y por adelantado al 80% de in-  
terés anual.  
Al desintegrarse Colombia la grande, por la separación de  
Venezuela y de Quito, distribuyó proporcionalmente la deuda; al De-  
partamento del Sur de Colombia, Quito (después Ecuador), le co-  
rrespondió el 21 por ciento. Estos pagos incidieron en la pobreza de  
nuestro país en el siglo XIX.  
Muchos recordamos cuándo se pagó esa deuda; el primer  
abono se hizo en el gobierno militar del general Guillermo Rodrí-  
guez Lara, después de la extracción del primer barril de petróleo, y  
el último abono lo hicieron durante el triunvirato de 1976-79, que se  
autodenominó Consejo Supremo de Gobierno del Ecuador y que es-  
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taba conformado por el almirante Alfredo Poveda, por la Marina; ge-  
neral Guillermo Durán Arcentales, por el Ejército y general Luis  
Leoro Franco, por la Fuerza Aérea.  
Foto tomada en Londres en 1978, año en que Ecuador saldó la “deuda inglesa”.  
Del lado izquierdo, Carlos Julio Emanuel, gerente del Banco Central del Ecuador BCE,  
sucursal mayor de Guayaquil; Juan Reyna, ministro de Finanzas; Agustín Arroyo Yerovi,  
embajador del Ecuador en el Reino Unido.  
A la derecha, Francisco Swett, presidente de la Junta Nacional de Planificación  
y Coordinación Económica y Jorge Balda, subsecretario técnico de Finanzas.  
7
.- Tema polémico es la anexión forzosa de Guayaquil a Co-  
lombia por Bolívar, así como el encuentro entre Simón Bolívar y San  
Martín en Guayaquil, pues de lo que trataron no hay certezas, ni si-  
quiera de la tan repetida frase, “Ahí le dejo la gloria”, que llevó el autor  
colombiano Mauricio Vargas Linares, a publicar en la editorial Pla-  
neta colombiana una obra con tal título que sintetiza así: “la noche del  
26 de julio de 1822, José de San Martín se retiró discretamente del banquete  
que le había ofrecido Simón Bolívar en Guayaquil, se dirigió hacia el muelle  
y se marchó”.  
8.- ¿A quién no le ha ocasionado vergüenza ajena y pena el trá-  
fico de esclavos? Las víctimas de ese negocio dejaron el legado de su  
cultura en los países íbero americanos.  
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Simón Bolívar prometió su liberación en Haití; la restringió a  
la libertad de vientre para quienes nacieran en territorio libre y la  
mantuvo después de la independencia por razones económicas, o  
quizás por evitar un levantamiento de los dueños que fuesen perju-  
dicados, pero la liberación quedó pendiente y no fue simultánea en  
todos los países; en la mayoría fue incruenta; en los EE.UU., san-  
grienta.  
Ecuador no fue el primero en liberarlos: antes lo hicieron en  
Chile, por iniciativa de Manuel de Salas en 1811 y por el mismo ju-  
rista se implantó la ley para todos los esclavos en 1823, año que fue  
totalmente independizado Chile por Bernardo O’Higgins.  
En Colombia llamaron “libertad de partos” y fue aprobada en  
la Constitución de Cúcuta de 1821 para los esclavos que cumplieran  
1
8 años. Obtuvieron la libertad definitiva en 1851. Un año antes que  
en el Ecuador, donde el presidente José María Urbina decretó la li-  
bertad de los esclavos en 1852 e indemnizó a los amos del presu-  
puesto general del Estado.  
Después del Ecuador fue otorgada plenamente en: a. Argen-  
tina en la Constitución de 1853. b. A Perú la concedió José de San  
Martín para los que nacieron después que declaró la independencia  
en 1821, pero fue el presidente Ramón de Castilla, de triste memoria  
para los ecuatorianos, quien dio la libertad definitiva a los esclavos  
peruanos en 1854. c. En Estados Unidos la decretó Abraham Lincoln  
en 1863 después de la guerra de Secesión y 4. Brasil recién la conce-  
dió en 1888.  
Fascinantes y ricas fueron y son las tradiciones africanas en  
Brasil, sobre todo en Salvador de Bahía. Me tentó investigar las de  
nuestro país, pero el tiempo me venía corto.  
9.- Como ecuatoriana me enorgullezco de la victoria de Tarqui,  
la que se dio en nuestro suelo; en ella luchó mi antepasado Domingo  
de la Calzada Plaza y Güiraldes bajo las órdenes del mariscal Sucre  
y fue ascendido en el campo de batalla por su valor.  
En la pared exterior lateral del edificio de la Municipalidad de  
Guayaquil que reemplazó antigua Casa Consistorial de esta ciudad,  
donde se firmó en septiembre de 1829 el Tratado de Guayaquil, luce  
una placa de bronce que recuerda el hecho, de gran importancia por-  
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que en ese Tratado se ratificaban nuestras fronteras de la época co-  
lonial que llegaban a Túmbez, Jaén y Maynas.  
No podemos negar que los peruanos han sido constantes en  
promover su tesis en el plano diplomático y de historia de límites;  
ellos lograron anular el Tratado de Guayaquil y reemplazarlo por el  
de Pedemonte–Mosquera, alegando que los límites del Tratado de  
Guayaquil eran referenciales. Los quiteños de entonces, que así se  
llamaban todos los habitantes del territorio que había sido el de la  
Real Audiencia, irresponsablemente, ni siquiera reclamaron en su  
momento copia certificada del texto original, lo que permitió que los  
peruanos alegaran la nulidad del Tratado de Guayaquil.  
10.- Fue una torpeza renunciar al nombre de Quito para nues-  
tro país en 1830 y adoptar el de una raya en el globo terráqueo, cuya  
consecuencia fue que la república del Ecuador perdiera territorios  
también a favor de Colombia, pues el venezolano general Juan José  
Flores, que fue el primer presidente de la república, no reclamó todo  
lo que fue parte integrante de la Real Audiencia de Quito, como  
debió haber hecho al momento de la separación.  
Así que, después de mucho meditar, me convencí que debería  
investigar una época menos remota. Intenté probar que nuestra li-  
bertad era una ilusión, pero el arquitecto Melvin Hoyos Galarza, “mi  
director de tesis”, desaprobó mi trabajo por ser excesivamente uni-  
versal. Debido a que tiene al mismo tiempo profundas raíces en el  
pasado y proyecciones futuras; y que a pesar de su universalidad,  
incluye al Ecuador, me decidí por el tema de:  
La inteligencia en la República del Ecuador dentro del contexto  
mundial  
Me he ceñido al Siglo XX, época en que el mundo entero fue  
un campo de espionaje de fuerzas contrincantes, confrontación que  
cambió de actores al final de la Guerra Mundial, tanto en Europa  
después de mayo del 45, como en el Extremo Oriente, a raíz de  
agosto del mismo año.  
Confieso que toda mi vida he sentido fascinación por el es-  
pionaje, declarándome inepta para serlo porque soy excesivamente  
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expresiva. Inútil para el póker. Sin embargo, hice de correo a mis 13  
años.  
Era y soy aún muy amiga de una compañera paraguaya en el  
colegio de Buenos Aires; una sobrina del político opositor paraguayo  
liberal Carlos Pastore, que estaba desterrado en Uruguay por el dic-  
tador paraguayo, Alfredo Stroessner y que murió en el destierro.  
Alguien pidió autorización a mi padre para que en el vuelo  
de Braniff a Buenos Aires, que se detenía en Asunción, reciba yo unos  
documentos en el aeropuerto y los entregue a la persona que vaya a  
recogerlos el sábado siguiente a mi internado. Lo hice. Me sentía una  
importante pequeña Mata Hari.  
Durante los años de la II Guerra Mundial, Ecuador se ubicó  
con los aliados y declaró la guerra a Alemania. Hubo espionaje en  
nuestro suelo de ambos bandos; unos pocos casos constan en el tra-  
bajo presentado.  
El largo período entre 1945 –otros dicen que 49– y 1991 fue  
el de la llamada “Guerra Fría”. A Iberoamérica se le decía “el patio  
trasero de los EE.UU.” por su poca importancia geopolítica, hasta  
que el derrocamiento del dictador Batista en Cuba y el advenimiento  
del régimen de Fidel Castro el 1 de enero de 1959, puso a América  
Latina en el mapa de la Inteligencia mundial.  
En Guayaquil la noticia se recibió con algarabía. Tenía 16  
años, me había graduado un mes antes de normalista en la Argen-  
tina; el mundo era amplio y redondo y la vida plena de ilusiones.  
Ese mes de enero viajé a Colombia invitada por una tía, estuvimos  
en algunas ciudades y no recuerdo que alguien mencionara entonces  
a Fidel Castro. Todavía no constituía para el mundo peligro alguno,  
pero la visión sobre él, cambió poco después.  
En Cuba no se instauró el paraíso, comenzó el éxodo de cu-  
banos a Miami, debido a las incautaciones de propiedades, las eje-  
cuciones públicas y por primera vez hubo miedo al comunismo en  
todo el continente.  
Debe haber sido ese el momento en que llegó una importante  
célula de la CIA, la agencia de inteligencia de los Estados Unidos, al  
Ecuador, gobernado entonces, en 1959, por el Dr. Camilo Ponce En-  
ríquez.  
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Ese año, en el mes de junio, ocurrió el asalto por el populacho  
a la Casa de empeño El Sol de propiedad de unos peruanos, hecho  
que devino en robos indiscriminadamente al comercio. Los repre-  
sentantes del gobierno en la provincia, los reprimieron y salvaron a  
la ciudad. Era gobernador el Dr. Eduardo Ortega Moreira, pero re-  
presentaba a un gobierno impopular en la ciudad, así que no todos  
lo agradecieron.  
El vicepresidente de EE.UU., Richard Nixon, había estado a  
cargo de la misión de invadir a Cuba y a la supervisión de los agentes  
de entrenamiento en Guatemala, quienes conformaban la “brigada  
2506”. Por orden de Nixon según documentos develizados después,  
no se le informó a John F. Kennedy de ese proyecto, con la seguridad  
que Richard Nixon le ganaría la elección en 1960.  
Se preguntarán Uds. “¿qué tiene que ver la invasión a Playa  
Girón o Bahía de los Cochinos con el Ecuador?” Ya lo explicaré.  
Es historia que el plan del gobierno de Eisenhower continuó  
en el de Kennedy, que Fidel Castro esperaba a los invasores en el  
lugar escogido por los norteamericanos; que la invasión fue un fra-  
caso porque Kennedy no ordenó que se le diera a la brigada la co-  
bertura aérea necesaria, pues sólo contaban con 8 aviones que fueron  
derribados por los soldados de Fidel Castro.  
Se infiere que Kennedy debe haberse arrepentido de no ha-  
berles dado la ayuda decidida que requerían los cubanos y que  
nunca lo perdonaron a juzgar por la ayuda irrestricta que dio a los  
refugiados cubanos.  
Esta es la conexión con el Ecuador: en septiembre de 1960  
asumió el poder Velasco Ibarra. Fue su 4º período. Había gobernado  
con la Derecha en su tercera administración y la 4º la iniciaba con la  
Izquierda, aunque revisando el listado de su gabinete en 1960, sólo  
encontré un socialista, Manuel Araujo Hidalgo, pero fue suficiente.  
Inspiró este trabajo una vivencia que tuvimos los miembros  
de la Junta Patriótica Nacional en el despacho del Dr. Carlos Julio  
Arosemena Monroy, donde fue recibido el Dr. Manuel Araujo Hi-  
dalgo, al que decían “Omoto”, y quien contó la siguiente historia:  
Él le advirtió a Fidel Castro sobre la fecha y circunstancias  
de la invasión a Playa Girón o Bahía de los Cochinos; que la infor-  
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mación la obtuvo el presidente José María Velasco Ibarra del Ministro  
de RR.EE. del Ecuador en la reunión de cancilleres del continente  
americano en Washington en 1961, donde fueron informados de la  
próxima invasión norteamericana a Cuba, que tendría lugar en abril  
de ese mismo año de 1961; el presidente Velasco Ibarra envió a Ma-  
nuel Araujo Hidalgo a La Habana para que comunique la noticia a  
Fidel Castro, quien lo recibió en el restaurante “Río Cristal” y antes  
de regresar al Ecuador, Fidel Castro le entregó una carta para el pre-  
sidente Velasco Ibarra, copia de la cual dijo conservar Araujo.  
Nos asombró que los informantes del lugar y fecha aproxi-  
mada del ataque a Playa Girón y de las condiciones de tal ataque,  
fueran ecuatorianos y que haya sido el presidente de la república Dr.  
José María Velasco Ibarra, quien hubiese enviado a Araujo Hidalgo  
a advertírselo a Fidel Castro, considerando que Ecuador era un país  
aliado de EE.UU.  
Manuel Araujo Hidalgo no aclaró para los dos miembros  
más jóvenes de la Junta Patriótica, Leonel Baquerizo Luque y yo, que  
el Canciller de entonces era el liberal ex alcalde de Quito conocido  
como “Pepe Parches”, Dr. José Ricardo Chriboga Villagómez, ni que  
él, Manuel Araujo Hidalgo, había ocupado poco antes la Cartera de  
Gobierno.  
Como a medio día, el Dr. C. J. Arosemena Monroy manifestó  
que tenía un compromiso previo insoslayable y privadamente me  
pidió que atendiera al Dr. Araujo Hidalgo. Lo invité al Club de la  
Unión junto con el Ab. Leonel Baquerizo. Al entrar en el comedor  
del último piso del club, algunos caballeros se pararon de sus mesas  
para saludarlo y abrazar efusivamente al “Omoto” Araujo Hidalgo,  
dándole un recibimiento poco usual al político quiteño. Es más,  
nunca he visto otro igual.  
Cuando se sentó a la mesa Manuel Araujo nos comentó a  
Leonel Baquerizo y a mí: “¿Cómo no han de quererme estos monos,  
si yo impedí que le hagan el fraude al León Febres Cordero, porque  
las elecciones que se ganan en las urnas, pueden perderse en los tri-  
bunales electorales y yo impedí que le hagan fraude”.  
Encontré esta fotografía que explica la familiaridad entre el  
ingeniero León Febres Cordero Ribadeneyra, expresidente del Ecua-  
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Resumen de la inteligencia en el Ecuador  
dentro del contexto mundial  
dor y Fidel Castro Ruz, primer ministro de Cuba. Existe un lenguaje  
corporal. Según este, se lo ve muy ufano a Araujo Hidalgo, contento  
al expresidente Febres Cordero y condescendiente a Fidel Castro. Es  
fácil deducir que el “Omoto” Araujo Hidalgo debió haber sido el  
contacto para este encuentro.  
Lo resaltable de esa fotografía es, también, el hecho que el  
presidente en funciones, Ing. León Febres Cordero Rivadeneyra es-  
tuvo anteriormente en los EE.UU. en visita de Estado extendida por  
el presidente Ronald Reagan.  
El incidente que he narrado, me inspiró para escoger y desa-  
rrollar el tema del espionaje en el Ecuador a partir de 1960, pasando  
por la caída del gobierno del Dr. José María Velasco Ibarra que había  
roto la Constitución, convirtiéndose en dictador; la continuación de-  
mocrática como presidente constitucional del Dr. Carlos Julio Aro-  
semena Monroy, su gobierno y posterior derrocamiento por consi-  
derárselo comunista.  
Hallé la ratificación de la acción de Velasco y de Araujo Hi-  
dalgo en otras fuentes; Araujo Hidalgo convenció a Velasco que  
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Norma Plaza García  
debía denunciar el Protocolo de Río de Janeiro, tesis que apoyó el te-  
mido Fidel Castro, circunstancia que Ecuador pudo aprovechar en  
su beneficio y no lo hizo. Los planteamientos, desarrollo y conclu-  
siones los hallarán en el trabajo.  
La obra Inside The Company CIA Diary o Dentro de la Compañía,  
Diario de la CIA, publicada por Penguin Books Ltd., contiene el diario  
de la vida como espía en América Latina de Philip Agee, durante un  
período de 12 años que terminó en 1969 en México, Ecuador y Uru-  
guay.  
Philip Agee arribó al Ecuador en 1960, el mismo año en que  
asumió el poder en EE.UU. el católico, bostoniano y descendiente de  
irlandeses, John F. Kennedy después de ganar la elección al vicepre-  
sidente de Dwight Eisenhower, el tristemente célebre Richard Nixon.  
He ido cotejando las afirmaciones de Agee con lo que se vivió en el  
Ecuador a partir del ascenso de Fidel Castro en Cuba hasta el adve-  
nimiento de la Junta Militar de 1963-66.  
Fue, según Agee, acción de la CIA el derrocamiento del Dr.  
Arosemena Monroy, así como la conformación de la Junta Militar,  
los nombramientos de colaboradores o agentes de la CIA en el nuevo  
gobierno.  
Como hay una interconexión global, los izquierdistas reclui-  
dos en el Penal García Moreno durante la dictadura militar del año  
63, y algunos desterrados, fueron objeto de intentos, algunos infruc-  
tuosos, otro no, de reclutamiento por la CIA y como era Chile el país  
de la papa caliente o de conflicto de intereses de las grandes poten-  
cias, fueron infiltrados en Chile antes y durante la presidencia de Sal-  
vador Allende y a países cercanos al nuestro y relacionados con el  
Ecuador; tangencialmente he mencionado a la Guerra Sucia, a los es-  
tertores del período de la Guerra Fría, la Guerra del Golfo, la caída  
del muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética.  
El tiempo actual se inició con el ataque a las torres gemelas  
del WTC de Nueva York, que revolucionó nuestro mundo, para peor.  
He compartido por escrito lo que tenía en mi mente, mi corazón, mi  
memoria y lo que fui hallando en mi investigación. Gracias por su  
paciencia.  
BOLETÍN ANH Nº 203 • 297–308  
308  
La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Plaza García, Norma,  
"
Resumen de la inteligencia en el Ecuador dentro del contexto  
mundial", Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol.  
XCVIII, Nº. 203, enero - junio 2020, Academia Nacional de  
Historia, Quito, 2020, pp.297-308