BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII Nº 204  
Enero–junio 2020  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVIII  
Nº 204  
Julio–diciembre 2020  
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ISSN Nº 1390-079X  
eISSN 2773-7381  
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BOLETÍN AC ADEMIA NACIONAL DE HISTORIA DEL ECUADOR  
Nº 204–Vol XCVIII • julio–diciembre 2020  
LOS SALESIANOS Y LA CONFORMACIÓN  
DE IDENTIDADES REGIONALES  
–DISCURSO DE ASCENSO A MIEMBRO DE NÚMERO–  
Blas Garzón Vera1  
Introducción  
La presencia de la Congregación Salesiana en el Ecuador  
inicia en el año de 1888, atravesando gran parte de la vida repu-  
blicana de este país. Durante la presidencia de José María Plácido  
Caamaño, se realiza las gestiones pertinentes para la llegada de  
la primera expedición salesiana. En 1885, el Dr. Carlos Rodolfo  
Tobar siendo subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública,  
levantó un informe acerca de Juan Bosco Occhiena y de las obras  
de esta joven Congregación. Tobar sustentó ante el Congreso Na-  
cional la importancia de la venida de los salesianos al país: “ por  
lo expuesto, conoceréis HH. Senadores y Diputados, cuan fructosa será para  
la República entera, así para los pobladores de las ciudades, como para los  
habitantes de la selva, la venida a nuestra patria de algunos Religiosos Sa-  
2
lesianos”.  
El propósito del gobierno fue encargar a esta Congregación  
el trabajo con los indígenas de la selva en el territorio de los Shuar,  
conocidos en aquel entonces como jíbaros. El Estado no había lo-  
grado que este grupo humano se incorporasen de manera efectiva  
al contexto nacional. Y, por otro lado, uno de los principales inte-  
1
Doctor en Historia de América Latina, Universidad Pablo de Olavide. Master universitario en  
Historia de América Latina Mundos Indígenas, Universidad Pablo de Olavide. Magister en  
Estudios de la Cultura, Universidad del Azuay. Licenciado en Administración Cultural, Uni-  
versidad Politécnica Salesiana. Docente Universitario. Ver en: http://www.ups.edu.ec/in for-  
macion-docente?pId=5005 (27-09-2017).  
2
Antonio Guerriero y Pedro Creamer, Un siglo de presencia salesiana en el Ecuador 1888- 1998, s/e,  
Quito, 1997, p. 36  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
reses, era delegar a los Salesianos el área educativa, Guerriero &  
Creamer así lo señalan:  
El Congreso Nacional aprobó la realización de los trámites y encargó  
a Clemente Ballén, Cónsul General en París, remitir la comunicación  
oficial a Don Bosco, solicitud que se realizó en el mes de agosto de  
1
885. Ballén solicitó, a nombre del gobierno ecuatoriano, la venida  
de los religiosos salesianos que fuera necesario para trabajar en la  
educación pública y pedía al mismo tiempo que se le indicara cuá-  
les serían las “condiciones del traslado y residencia en el Ecuador.3  
Frente a esta solicitud, Don Bosco en un primer momento  
contestó que por falta de religiosos no era posible una respuesta po-  
sitiva inmediata. Unos años más tarde la petición fue aprobada por  
la Congregación y se inició con los trámites para la firma de conve-  
nios y los preparativos respectivos para la primera expedición.  
Como se puede constatar en las memorias biográficas del fundador:  
...con esta confianza me apresto a enviar, en estos días, un grupo de  
salesianos a Quito, en la República del Ecuador, donde, en una parte  
oriental de la Cordillera de losAndes, viven aún en la sombra de la muerte,  
4
miles de almas que esperan la obra del misionero católico”. La expedición  
salesiana salió de Italia el 6 de diciembre de 1887 y llegó al puerto  
de Guayaquil el 10 de enero de 1888. A la ciudad de Quito llegaron  
el 26 de enero de ese año, a escasos días de la muerte de Fundador  
de la Congregación Salesiana.  
Cuando llegan los Salesianos, Ecuador y América Latina  
advertían un marcado interés por el progreso, la ciencia y la téc-  
nica, corriente que llegaba des los países más industrializados. El  
país daba sus primeros pasos para ingresar en esta dinámica, sobre  
todo impulsado por ciertas élites que se estaban beneficiando del  
crecimiento económico agroexportador. En este contexto socio his-  
tórico, los Salesianos concordaban con estos ideales, porque se pre-  
sentaban como emprendedores en el campo educativo técnico y  
también en el campo misionero.  
3
4
Ibíd., p. 37  
Memorias Biográficas de Don Bosco, volumen XVIII, citado por: Antonio Guerriero, y Pedro  
Creamer, Un siglo de presencia salesiana en el Ecuador, tomo 1, mecanografiado sin publicación,  
Quito - AHMS.  
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Blas GarzónVera  
Antecedentes  
El presente trabajo socio histórico, es el resultado de varios  
años de estudio de la presencia de la Congregación Salesiana en  
el Ecuador, y las repercusiones que su labor educativa y misionera  
tuvo en las regiones en donde se asentaron. Mi interés particular  
en el presente artículo, se centra en analizar y entender las reper-  
cusiones que los Salesianos tuvieron en la conformación de las  
identidades en algunas regiones de este país.  
Asumo el riesgo de analizar la trayectoria de la Congregación  
Salesiana, desde la perspectiva de la configuración de las identi-  
dades regionales en más de un siglo de acción educativa y misio-  
nera. Siendo un enorme desafío, por la cantidad de institucio- nes  
fundas por los Salesianos en estos 132 años, me centraré en deli-  
mitar el estudio en las ciudades de Quito, Guayaquil, Cuenca y la  
Amazonía, “casas y obras más representativas en el contexto nacional y  
que de alguna manera contendrían los rasgos socios históricos más repre-  
sentativos de la obra Salesiana”.5  
El ensayo analiza estudios anteriores planteados desde múl-  
tiples contextos y ámbitos: social, educativo, cultural e histórico.  
Se revisa los inicios de la presencia Salesiana en el país, se enfatiza  
en algunos períodos que concentran mayores elementos para el  
análisis, considerando que es la etapa que va desde de inicios a  
mediado del siglo XX, la de mayor interés para el propósito de  
esta investigación.  
Contexto histórico y marco teórico  
Al cuestionarnos, cuál ha sido la contribución de los Sale-  
sianos en la conformación de las identidades regionales de Ecua-  
dor, resulta innegable afirmar que la Congregación Salesiana  
llegada por invitación del presidente José María Plácido Caamaño  
en el año de 1888, ha sido determinante en configuración de la  
identidad de muchas regiones ecuatorianas, a tal punto que hoy  
5
Blas Garzón, “La Obra salesiana y la conformación de identidades regionales y locales”, en La  
Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales, Abya Yala, Quito, 2012, p. 399  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
reconocemos como “la provincia salesiana, la ciudad salesiana o el  
barrio salesiano”.6  
El abordaje de esta temática, demanda una mínima contex-  
tualización conceptual. Si nos referimos a la identidad, nos enfren-  
tamos a un término complejo, controversia! y que tiene una  
profunda importancia sociopolítica en el proceso histórico que ac-  
7
tualmente viven nuestras sociedades. Acercamientos trans-disci-  
plinarios necesarios para comprender los procesos de construcción  
de las identidades colecticas, partiendo de la premisa de que ésta  
se efectúa como fenómeno universidad e inconsciente desde el mo-  
mento en que dos grupos humanos se encuentra (real o simbólica-  
mente) y deben trazar una frontera para delimitar los espacios  
simbólico propios y ajenos.8  
Para el presente análisis nos apoyaremos en la siguiente  
conceptualización:  
La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las posibilidades  
de realización de la especie humana, al movilizar a cada pueblo y  
a cada grupo para nutrirse de su pasado y acoger los aportes exter-  
nos compatibles con su idiosincrasia y continuar así el proceso de su  
propia creación.9  
Al mismo tiempo, esta identidad cultural deberá ser con-  
cebida de una manera múltiple, heterogénea y variable. No debe-  
ríamos por tanto hablar de una, sino de múltiples identidades que  
se construyen y cambian como la vida misma de las personas que  
la sustentan. Identidad concebida como una visión o representación  
de sí mismo y de los otros, que permite autoafirmarse mediante el  
control que automáticamente pueda ejercer sobre los recursos cul-  
10  
turales que con su praxis ha sido capaz de generar.  
6
7
Blas Garzón, op. cit., p. 401  
Patricio Guerrero, La cultura. Estrategias conceptuales para comprender la identidad, la diversidad,  
la alteridad y la diferencia, Abya Yala, Quito, 2002  
8
Lourdes Endara, El Marciano de la esquina. Imagen del indio en la prensa ecuatoriana durante el le-  
vantamiento de 1990, Abya Yala, Q u i t o , 1998.  
9
1
UNESCO, 1982 en: https://en.unesco.org/  
0 Patricio Guerrero, op. cit., 2002.  
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Blas GarzónVera  
Muchos rasgos identitarios de la sociedad ecuatoriana,  
fueron precisamente activados a lo largo de estos 132 años de pre-  
sencia salesiana. Desembarcaron en el puerto de Guayaquil, el 10  
de enero de 1888 con el encargo de trabajar en el área educativa-  
técnica y en las misiones. Fundaron las primeras obras en la ca-  
pital y se expandieron rápidamente a ciudades como Riobamba,  
Cuenca y Guayaquil. En 1893 y debido a las difíciles condiciones  
del momento, iniciaron una intrépida labor en la Amazonía ecua-  
toriana, al asumir el recién creado Vicariato de Méndez y Guala-  
quiza. En este primer momento, se destacan nombres de salesianos  
como Calcagno, Spinelli, Pancheri, Costamagna, Comín, Del Curto,  
Crespi, entre otros., que dieron reconocimiento a la Congregación  
y con sus acciones contribuyeron a definir y caracterizar las regio-  
nes que recibieron su directa influencia.  
La acepción de identidad cultural nos permite indagar las  
relaciones intersubjetivas entre individuos de una comunidad,  
quienes comparten rasgos culturales distintos, pero que participan  
de similares paradigmas, hábitos y sentires con respecto a ciertas  
11  
realidades. En estas sociedades contemporáneas, la pertenencia  
y adscripción social se ha vuelto cada vez más compleja. Tanto la  
antropología como la sociología suscriben que los sujetos de hoy  
se adscriben a una diversidad de grupos, en los ámbitos de clase,  
12  
etnia, religioso, político, de género, etc.  
De otro lado, todo proceso de construcción identitaria inicia  
con un proceso de autorreflexión sobre sí mismos (mismidad) en  
esa imagen o representación que nos permite decir “yo soy” o “no-  
sotros somos” en el sentido de adscripción y pertenencia. En esta  
construcción de nuestra subjetividad personal y social de múltiples  
identidades que dependen de nuestra interacción social, es posible  
entender que la “identidad no es estática sino dinámica, cambia con el  
tiempo y en la medida en que los sujetos van formando parte de los dis-  
tintos grupos”.1  
3
11 Gilberto Giménez, La cultura como identidad y la identidad como cultura. México, Instituto de  
Investigaciones Sociales de la UNAM, 2005.  
1
2 Asael Mercado y Alejandrina Hernández, “El proceso de construcción de la identidad co-  
lectiva”, en Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, No. 53, Universidad Autónoma del  
Estado de México, México, 2010  
13 Ibíd.  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
Será entonces pertinente hablar de cuasi-identidades -iden-  
tidades discontinuas y no totalmente constituidas- antes que de  
14  
identidad. En definitiva, la identidad no es única, monotópica,  
univoca, monosémica, ni unidimensional; por el contrario, es di-  
versa, pluritópica, multívoca, polisémica, en construcción, como  
la de todo hecho social está sujeta a razones multicausales y  
multifactoriales.15 Por lo tanto, no se puede hablar de identidad  
en singular, sino de identidades puesto que éstas son múltiples,  
fragmentadas y diferenciadas.  
La identidad en tanto sentido de pertenencia y adscripción  
individual o colectiva), establece una frontera simbólica que se  
(
traducen en acciones que la permiten diferenciarse de otros indi-  
viduos o colectivos. La identidad entonces se configura tanto a  
partir de rasgos seleccionados socialmente por las propias socie-  
dades o individuos, como por características que otras sociedades  
o individuos les asignan. Estas vertientes que alimentan la identi-  
dad son fáciles de reconocer, cuando miramos el análisis que re-  
aliza Jeannine Zambrano que estudia a la identidad guayaquileña:  
La formación salesiana llega a los corazones de sus educandos y  
perdura en casi todos por el resto de la vida. El sistema preventivo  
se te mete en la piel, en la cabeza, en el cerebro y se vuelve una acti-  
tud de vida. El salesiano deja una impronta en su hogar, en sus  
16  
hijos, en su familia, es una forma de ver y vivir la vida.  
En otro testimonio recogido por la misma investigadora,  
podemos observar la opinión de una persona que no se formó en  
una casa salesiana, pero que reconoce su labor:  
Los salesianos se identifican por su sentido de solidaridad expresado  
en respeto y comedimiento. Creo que es fácil percibir la coherencia en  
14 Angélica Galicia, Identidad(es) en perspectiva multidisciplinaria: teoría, métodos y análisis  
de casos. México. Proyectos de Investigación UNAM, 2010  
5 Patricio Guerrero, op. cit., 2002  
1
1
6 Jeannine Zambrano, “Un siglo de aporte salesiano al fortalecimiento de la identidad guaya-  
quileña”, en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales, Abya Yala,  
Quito, 2012, p. 402  
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sus huellas; su pensamiento, sentimientos y acciones las hemos podido  
valorar en sus diferentes niveles ciudadanos: como líderes, como pro-  
fesionales, como amigos, vecinos, etc. Es una identidad muy significa-  
tiva pues no siempre se logra que la fe se exprese de maneras  
observable; un salesiano es un comprometido con su fe, más allá de la  
oración.1  
7
Cuando llegaron los salesianos, ciudades como Cuenca, te-  
nían ya su recorrido y trayectoria histórica, muchas otras Órdenes  
o Congregaciones religiosas habían desarrollado importantes labo-  
res educativas. Sin embargo, en pocas décadas los salesianos logra-  
ron insertarse y movilizar a la sociedad cuencana y azuaya en pro  
de sus anhelados proyectos religiosos, educativos y sociales, como  
da cuenta la investigación de Juan F. Regalado: “La obra salesiana se  
insertó y dinamizó marcos institucionales estructurados tanto en el plano  
gubernativo (civil y eclesiástico) cuanto en la base de la interrelación so-  
18  
cial colectiva”  
Los salesianos han sabido capitalizar esta especie de in-  
nata habilidad para articularse con amplios sectores sociales y  
económicos, lograr la corresponsabilidad social, suscitar innova-  
ciones de índole sociocultural, en definitiva, marcaron el “carác-  
ter” de Cuenca y la provincia del Azuay con la implantación de  
instituciones educativas, o a través de la advocación mariana a  
María Auxiliadora.  
En otras regiones como el caso de Guayaquil, la presencia  
salesiana ha ido creciendo y cambiando conforme la ciudad se ha  
ido modificando, y si no lograron permear la totalidad de la po-  
blación, debido sobre todo a su extensión, si alcanzaron a caracterizar  
espacios emblemáticos de la urbe como la presencia del colegio Cris-  
tóbal Colón en el tradicional barrio El Centenario, incidiendo funda-  
mentalmente en la educación de las clases influyentes guayaquileñas.  
Contrastando al mismo tiempo con la presencia en otros barrios de  
17 Ibíd.  
1
8 Juan Fernando Regalado, “Conformación del espacio local en Cuenca y labor salesiana en  
los años 1920 y 1960”, en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales,  
Abya Yala, Quito, 2012, p. 402  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
carácter popular, cuya acción ha sido reconocida y aceptada por la  
comunidad local. Seguramente el impacto y alcance de la labor social  
salesiana, se visualizará con el pasar de los años, cuando constatemos  
los cambios efectivos que se van dando en el tejido social de estos ba-  
rrios. casos similares lo podemos apreciar en Quito y otras ciudades  
19  
donde están presentes proyectos de reinserción social.  
En otros contextos, la labor desplegada por los salesianos se  
desarrolló casi desde el surgimiento de los poblados. En un primer  
caso, la identidad de estas comunidades se fue forjando junto a la  
labor misionera, existían una mutua relación. Incipientes poblacio-  
nes en el Oriente ecuatoriano fueron el escenario desde la cual, lo  
misioneros desplegaron su labor, pero al mismo tiempo fueron las  
directas beneficiarias de su acción pastoral, educativa y social. El mi-  
sionero jugaba un rol fundamental en la vida de la comunidad, se  
encargaba de muchas funciones tanto religiosas como civiles, allí  
donde las instituciones del Estado tenían una incipiente o nula pre-  
sencia. No podríamos, por ejemplo, comprender la evolución y di-  
námica social de poblaciones como Salinas de Guaranda, sin la  
presencia de los Salesianos, que muchas veces se resumían en un  
solo misionero que gracias al desarrollo de múltiples proyectos logró  
imprimir un sello muy particular a estas comunidades.  
En los territorios de misión con los Shuar, la dinámica fue di-  
ferente. Fue la propia acción misionera, la que generó el surgimiento  
de nuevos poblados, fundadas por jóvenes parejas que estudiaron  
en el internado y que recibían una extensión de terreno para que-  
darse cerca de la misión. Un caso emblemático fue la Misión de Se-  
20  
villa Don Bosco, que incluso marcó una línea de trabajo en otras  
zonas. Estudiando el impacto de las misiones para la conforma-  
ción del tejido social en estos territorios, Esvertit concluye:  
19 El Proyecto “Chicos de la calle”, de destacado impacto social, está presente en varias ciudades  
como Quito, Guayaquil, Cuenca, Esmeraldas, Ambato, etc.  
2
0 El poblado de Sevilla Don Bosco en la provincia de Morona Santiago, fue el primer asenta-  
miento shuar que alcanza en el año de 1958, el reconocimiento de parroquia civil por parte  
del estado ecuatoriano. Más tarde se constituirla también como parroquia eclesiástica.  
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Blas GarzónVera  
La acción de los Salesianos no sólo contribuyó a la configuración  
del territorio en sus aspectos físicos, socio-económicos o demo-  
gráficos, sino que incidió también sobre aspectos ideológicos a  
través de la elaboración y difusión de imaginarios nacionales co-  
munes, que fueron interiorizados por la población del Oriente, ya  
21  
.
fuera shuaroblanco-mestiza  
La impronta salesiana, dejada en sus múltiples obras, po-  
demos hoy percibir y observar, a pesar de que muchas de éstas  
han sido entregadas a otras administraciones, pero el “sello sale-  
siano” está allí, porque su filosofía de vida caló profundamente en  
la vida de las personas y son precisamente los laicos y coopera-  
dores, los que hoy extienden la labor tanto social como educativa  
a las futuras generaciones.  
Hay huellas salesianas tan profundamente marcadas y vi-  
siblemente extendidas a lo largo del tiempo, a través de las devo-  
ciones marianas que los salesianos supieron dejar en el imaginario  
colectivo. En cantón azuayo de Sigsig, la advocación de María Au-  
xiliadora perdura, a pesar de la no continuidad de los salesianos  
en esta población, su legado ha permanecido desde 1903 cuando  
se funda una residencia misionera y se inicia la construcción del  
templo de María Auxiliadora. En otros lugares, la presencia sale-  
siana ha concluido o se vuelve cada vez más ocasional, pero su he-  
rencia permanece.  
Más allá de que muchas instituciones educativas, espacios  
públicos o poblaciones lleven algún nombre salesiano, la trayecto-  
ria salesiana ha permeado la vida cotidiana de la gente y ha con-  
tribuido en el fortalecimiento de la identidad de las comunidades  
analizadas, dotándolas de valores que contrarrestan nuestra actual  
sociedad globalizada. Pasamos a analizar algunos de estos espacios  
territoriales: Quito, Guayaquil, Cuenca y la Amazonía.  
2
1 Natália Esvertit,“Los Salesianos en el Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza: con-  
figuración territorial, colonización y nacionalización del suroriente ecuatoriano, siglos XIX  
y XX” en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales, Abya Yala,  
Quito, 2012, p. 404  
BOLETÍN ANH Nº 204–Vol XCVIII • 336–362  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
Quito  
Quito fue el primer asentamiento delos Salesianos en el país.  
Al ser la capital de la Republica, se constituyó en el inicio de su ac-  
ción educativa y punto de referencia para la expansión hacia otras  
ciudades. Como señala Juan F. Regalado “Hechos múltiples conver-  
gieron en el enlace inicial de la labor salesiana. En política interna, el Go-  
bierno ecuatoriano expidió un decreto que autorizaba la labor misionera  
y educativa de la Orden de Don Bosco. Formó parte de la una decisión  
22  
política por ampliar la labor educativa en los niveles locales”.  
Para analizar la presencia salesiana en la ciudad de Quito,  
partiremos del estudio “Los salesianos y el impulso de la educa-  
23  
ción técnica en Quito”, de Marcelo Quishpe. Las actividades sa-  
lesianas en la capital fueron de alguna manera la continuidad  
de proyectos emprendidos por el presidente García Moreno y sus  
sucesores del llamado periodo progresista. El ambiente era favo-  
rable por las coyunturas entre el Gobierno, el cabildo local y la  
Iglesia. “La presencia salesiana en una de las parroquias más antigua de  
24  
la ciudad fue un notable eje de trasformación”.  
A los Salesianos se les encarga la Escuela de Artes y Oficios  
emplazado en el sector de San Roque y que fuera fundado en 1871  
por el presidente García Moreno y administrado inicialmente por  
la orden de los hijos de San Juan Bautista la Salle. Los afanes de mo-  
dernidad a través de la formación técnica y católica serían tras-  
pasados a la responsabilidad de esta nueva Congregación. Se  
justificaba de esta manera el interés del gobierno de invitar a los  
Salesianos, que más allá de procesos evangelizadores, había el in-  
terés de fomentar la formación técnica con las tendencias de mo-  
dernidad que llegaban de la Revolución Industrial de la Europa  
decimonónica.  
2
2
2
2 Juan Fernando Regalado, Aspectos histórico y sociales de la educación salesiana”, Introduc-  
ción, en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales, Abya Yala, Quito  
2012, p. 200  
3 Marcelo Quishpe, “Los salesianos y el origen de los proyectos de educación técnica en  
Quito”, en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales, Abya Yala,  
Quito, 2012  
4 Ibíd.  
BOLETÍN ANH Nº 204–Vol XCVIII • 336–362  
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Blas GarzónVera  
La llegada y asentamiento de los Salesianos en Quito, causó  
una gran expectativa en las élites civiles y eclesiásticas locales. Más  
tarde, la acogida se ampliaría a otros segmentos de la población  
que veía y se beneficiaba del accionar educativo a través de las  
instituciones que se fundaron. Los talleres iniciales fueron de he-  
rrería, zapatería, sastrería, carpintería, más adelante se apertura  
los de escultura, modelación, herrería, carrocería, curtido de pie-  
les, talabartería, encuadernación, losa, cerámica, tipografía, encua-  
dernación, entre otros.  
Una de las obras importante de este primer periodo en  
Quito, es la fundación del Círculo Católico Obrero en 1892, que  
para la época fue una moderna forma de organización gremial de  
25  
tipo mutual. En estos años, el papel y auspicio del Estado fue fun-  
damental para el mantenimiento y consolidación de estas obras,  
así como también el respaldo de las élites locales tanto civiles  
como eclesiásticas. Estas prácticas tanto de valoración social de  
las obras como de aportes económicos por estos sectores, serán una  
constante en otras ciudades del país donde los salesianos van con-  
solidando su presencia.  
Instituciones como La Escuela de Artes y Oficios, los Ora-  
torios Festivos, el colegio y posterior Instituto Don Bosco de la  
Tola, que emergieron del Protectorado Católico tuvieron una clara  
vocación de fomentar un proyecto de educación técnica e indus-  
trial, que se interrumpieron brevemente durante el gobierno liberal  
de Eloy Alfaro. Para la década de 1930, esta propuesta estaba con-  
solidada y en las aulas de estas instituciones se estaba formando a  
las nuevas clases obreras y técnicas del país. Los maestros de los  
talleres salesianos habían alcanzado un enorme prestigio y acep-  
tación social.  
Para mediados del siglo XX, y mediante acuerdos ministe-  
riales, la oferta del Instituto de la Tola se diversificó y se actualizó  
con nuevas ofertas en las áreas técnicas, pero también en las Huma-  
nidades, vocación que perduraría a través de nuevas instituciones  
que fueron fundando los salesianos hasta llegar la actual Universi-  
25 Ibíd., p. 232  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
dad Politécnica Salesiana. La presencia de los Salesianos en Quito,  
en sus primeras décadas fue un referente en la formación técnica y  
la industrialización de la ciudad; más tarde estas presencias impul-  
saron proyectos de urbanización tanto en el barrio La tola y poste-  
riormente en la ciudadela La Kennedy al norte de la ciudad.  
Finalmente, señalar la actual Universidad Politécnica Sale-  
siana, asentada en los barrios El Girón y al Sur de la ciudad, se ha  
convertido en la obra que da continuidad a esos ideales educativos,  
teniendo una importante acogida ciudadana que la conocen y reco-  
nocen como La Salesiana. Esto da cuenta que los Salesianos y su ac-  
cionar que sobrepasa un centenar de años, ha contribuido a la  
configuración de la identidad de los espacios territoriales en donde  
se asientan sus obras.  
Guayaquil  
Para el caso de la presencia salesiana en la ciudad de Gua-  
yaquil, analizamos algunos estudios, teniendo como referencia los  
aportes que hacen Jeannine Zambrano, en el año 2012, con un tra-  
bajo: “Un siglo de aporte salesiano al fortalecimiento de la identidad  
guayaquileña”; y, “Transformaciones sociales en Guayaquil y la basa  
educativa salesiana de Juan Fernando Regalado del 2012.  
Zambrano define los términos de identidad, cultura e iden-  
tidad cultural, señalando que tanto las identidades individuales  
como las identidades colectivas están en constante transformación  
y re significación, adquiriendo una variedad de características  
cambiantes y complejas que nos llevan a hablar de identidades y  
no de identidad. Cuando se encamina al abordaje de la temática  
en un territorio definido, precisa: “las identidades culturales tienen  
que ver con la construcción colectiva del sentido de la vida y, en tanto  
que insertas en procesos localesparticulares, son distintas de lasidentidades  
nacionales”.2  
6
La investigadora argumenta que el tema de la identidad  
cultural guayaquileña no ha sido hasta ahora suficientemente es-  
26 Jeannine Zambrano, op. cit., p. 416  
BOLETÍN ANH Nº 204–Vol XCVIII • 336–362  
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Blas GarzónVera  
tudiado e investigado ni a nivel local ni en el plano internacional,  
la misma que se ha ido construyendo negando o subvalorando  
elementos que nos están en concordancia con el poder hegemó-  
nico, lo que ha dado como resultado una identidad colectiva  
débil, contradictoria y tensionada”.27  
Zambrano recalca que la huella de los salesianos en la ciu-  
dad de Guayaquil, se puede constatar en dos campos, en el área  
educativa y en el campo social, destacándose una de las obras, el  
colegio Cristóbal Colón, que fundado en 1911 ha representa un  
“bastión de la educación guayaquileña”, y sobre todo vinculado a las  
clases influyentes de esta ciudad.  
En la ciudad de Guayaquil, la obra educativa salesiana está  
profundamente vinculada a los barrios en donde se han asentado los  
centros educativos, sean estos barrios tradicionales, populares, de cla-  
ses medias o comerciales. La investigadora evidencia marcadas ten-  
dencias en la acción salesiana, por la variedad de clases y sectores a  
los cuáles los salesianos están atendiendo. La caracterización que han  
dado a estos sectores ha sido muy profunda, se puede sostener que  
los salesianos han contribuido con el adelanto y desarrollo de espa-  
cios emblemáticos de la ciudad más poblada de país.  
Proyectos de ayuda social, tan conocidos como “chicos de  
la calle”, ha recibido amplio apoyo y reconocimiento en esta urbe.  
Los salesianos han desplegado un amplio trabajo en este campo  
con el logro de buenos resultados, los mismos que han permito la  
movilización de la ciudadanía y las autoridades en beneficio de  
estos anhelados planos. La presencia salesiana ha evolucionado y  
cambiado conforme la ciudad se ha transformado, logrando dar res-  
puestas a las necesidades prioritarias de estos sectores.  
En el caso de la influencia salesiana en la vida de sus edu-  
candos y en la sociedad, se puede claramente deducir de los tes-  
timonios recogidos. Por otro lado, cuando se desarrolla el concep-  
to de pertenencia  
-pilar fundamental de las identidades urbanas-  
Zambrano afirma que los alumnos y exalumnos salesianos “com-  
28  
parten un fuerte sentido de pertenencia a la comunidad salesiana”, nexo  
27 Jeannine Zambrano, op. cit., p. 405  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
que forma parte de las múltiples identidades que fueron constru-  
yendo el llamado “carisma” de quiénes fueron educados o reci-  
bieron influencia de una obra salesiana. Los testimonios recogidos,  
dan cuenta de esta realidad.  
En el caso de Guayaquil, la identidad de la ciudad tiene  
una marcada tensión entre las élites y los sectores populares, de lo  
que se deduce que la ciudad no tiene una identidad homogénea.  
En este contexto, la presencia salesiana, con su filosofía  
muy clara de vida, ha trabajado en “contracorriente”, impregnando  
valores de equidad, solidaridad y justicia social. Se remarca, por  
tanto, otra tensión entre la acción positiva de las obras salesianas  
y la vivencia de esta gran urbe, que al igual que otras en Latinoa-  
mérica, viven tan “convulsionada, inequitativa y clasista”.  
Los salesianos en los campos que han incursionado: reli-  
gioso, educativo, social y cultural en la ciudad de Guayaquil, han  
logrado resultados positivos para la sociedad. Han impregnado en  
su campo de influencia valores profundamente humanísticos que  
han marcado la identidad de muchos espacios geográficos de la  
urbe, frutos que se seguirán cosechando en el futuro.  
Juan F. Regalado por su parte, analiza los primeros encla-  
ves locales que sirvieron para el asentamiento de los salesianos en  
el puerto principal de Ecuador. Señala que fue una “inserción y ex-  
tensión salesiana en el ámbito social y económico clave en la vida política  
del Ecuador”.2 Junto a la presencia de los Salesianos, se activaron  
distintos aspectos de las realidades locales tantos educativas, como  
sociales desde el inicio del siglo XX. En esta época se fundó la Es-  
cuela de Artes y Oficios de la Sociedad Filantrópica del Guayas. Si-  
guieron acciones que difundían la obra salesiana y la aceptación  
social a través de Boletín Salesiano, la exposición sobre las Misiones  
en el Oriente realizada por el padre Carlos Crespi en el año de 192.  
Por otro lado, el papel de los Cooperadores Salesianos fue  
clave para el surgimiento de obras emblemáticas como el colegio  
Cristóbal Colón, y el apoyo de las damas a través de Comités para  
9
28 Ibíd, p. 405  
29 Juan Fernando Regalado, 2012, pp. 199-2015.  
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Blas GarzónVera  
la edificación de santuarios como el de María Auxiliadora, o el  
apoyo para la colonización y evangelización de la región Oriental.  
A mediados del siglo XX se funda el colegio Domingo Savio que  
fortalece la presencia educativa en la urbe. La labor educativa de  
los Salesianos en Guayaquil cubrió varios segmentos sociales de la  
ciudad a través de sus instituciones distribuidas de la misma ma-  
nera en distintos barrios: el Santistevan, el Don Bosco, El Cristóbal  
Colón y el Domingo Savio. En un contexto diferente, pero con refe-  
rentes identitarios similares a Quito, en la actualidad,la Universidad  
Politécnica Salesiana ha permeado con su labor sectores marginales  
como el Barrio Cuba, acción que ya es visible y fácilmente recono-  
cible en el mapa de educación superior de esta ciudad.  
Cuenca  
Para la presencia salesiana en la ciudad de Cuenca, sean re-  
visado varios trabajos, y de manera particular el estudio que hace  
Juan Fernando Regalado, en el año 2012, titulado “Conformación del  
espacio local en Cuenca y la labor salesiana entre los años 1920 y 1960”,  
y la publicación “Siervo de Dios P. Carlos Crespi Croci. Santidad, ca-  
ridad, cultura y progreso de Juan Cordero Iñiguez del año 2013.  
Juan Fernando Regalado, plantea, “explicar las condiciones so-  
ciales e institucionales frente a las cuales se produjo la obra salesiana y  
30  
los cambios que suscitó su labor misionera en Cuenca”. Define el espa-  
cio temporal del estudio, las primeros cuatro décadas de la presen-  
cia salesiana en esta ciudad, y cierra su estudio en la década de  
los ‘60, deduciendo que, para adelante, la urbe cosecha los frutos  
del gran capital de corresponsabilidad social que los salesianos  
consiguen en este periodo de tiempo.  
Los datos históricos demuestran que la primera casa sale-  
siana en Cuenca, fue establecida en el año de 1893 con el apoyo de  
personalidades como el ex presidente Luis Cordero, el padre Julio  
María Matovelle y el Obispo Miguel León. Estos inicios estaban  
3
0 Juan Fernando Regalado, Juan Fernando Regalado, “Conformación del espacio local en  
Cuenca y labor salesiana en los años 1920 y 1960”, en La Presencia Salesiana en el Ecuador: pers-  
pectivas históricas y sociales, Abya Yala, Quito, 2012, pp. 439-462.  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
centrados los trabajos en algunos talleres, el Oratorio y la prepa-  
ración de las labores misioneras para el Oriente. Estas acciones se  
interrumpieron con la llegada de los liberales al poder y la expul-  
sión de los salesianos del país.  
El complejo contexto político de Cuenca que se daba en los  
primeros años del siglo XX, se refleja también en la suerte que co-  
rrieron los salesianos, que muchas veces fueron culpados de apo-  
yar a las fuerzas antiliberales. Pasados estos años, se evidencia un  
fuerte apoyo de las clases sociales altas de la ciudad, en la figura  
de cooperadores salesianos (tanto de hombres como de mujeres).  
Pero también, se observa que la obra salesiana, no se centró en la  
urbe, poco a poco alcanzó a toda la provincia del Azuay, con la pre-  
sencia en cantones como Sigsig, tanto como residencia para la in-  
cursión misionera al Oriente, como por la implantación de un  
Santuario para difusión de la devoción a María Auxiliadora. Tam-  
bién reciben influencia salesiana el valle del Santa Bárbara y el ac-  
tual cantón El Pan, caminos también de acceso a la región oriental.  
El fuerte sentido misionero de la presencia salesiana en  
Cuenca, es muy claro. Esta ciudad se constituyó en el centro de pla-  
nificación de las incursiones a la Amazonía, presencia que inició en  
Gualaquiza. Esta vocación misionera se evidencia en las iniciativas  
emprendidas para recaudar fondos a través de los bienhechores,  
quiénes pertenecían a sectores vinculados con el poder político,  
económico y la prensa local. Esta vinculación, como señala el autor,  
no se limitó únicamente a Cuenca, otros sectores del Azuay se  
movilizaron alrededor de la obra salesiana, muchos porque tenían  
intereses particulares de continuar expandiendo sus actividades  
económicas en los territorios del hasta entontes olvidado “oriente  
ecuatoriano”.  
31  
Regalado evidencia también la importante presencia de  
la población femenina en la labor religiosa salesiana, sea de las cla-  
ses sociales altas que generalmente estaban vinculadas a grupos de  
cooperadoras, como también de clases populares que se encarga-  
3
1 Juan Fernando Regalado, “Conformación del espacio local en Cuenca y labor salesiana en  
los años 1920 y 1960”, en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales,  
Abya Yala, Quito, 2012, pp. 439-462.  
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Blas GarzónVera  
ban de difundir la devoción a María Auxiliadora en la figura de  
los “coros marianos”. Este capital humano acumulado en los pri-  
meros años de trabajo salesiano, favoreció para cuando los sale-  
sianos emprenden proyectos de gran envergadura en la ciudad,  
como fueron las participaciones eclesiásticas: Congreso Mariano  
Diocesano, Primer Congreso Eucarístico y la Coronación Pontificia  
de María Auxiliadora, bien relatados y sustentados documentada-  
mente por el autor. Estos acontecimientos fueron recogidos como  
eventos apoteósicos por la prensa local e internacional.  
En este contexto se va destacando la figura de un salesiano,  
que se convertirá en un ícono de esta ciudad, el padre Carlos  
32  
Crespi Croci. El ambiente propicio de Cuenca y la región para el  
desarrollo de variadas corrientes artísticas, sobre todo la literaria,  
dan en este momento a la ciudad amplio reconocimiento nacional.  
El padre Crespi, incursiona en estos espacios, con amplia produc-  
ción en el campo musical, investigaciones naturales, colecciones  
arqueológicas, la instalación de un teatro, acciones siempre enfo-  
cadas a ampliar la labor educativa, pero sobre todo con finalidades  
misioneras. A este salesiano también se otorga la fundación de va-  
rios establecimientos educativos, a destacarse la escuela-internado  
de Agronomía en Yanuncay, el colegio Orientalista Salesiano para  
la formación religioso y en el ámbito de los artes y oficios la es-  
cuela “Camelio Merchán” que más tarde daría paso al colegio Téc-  
nico Salesiano, eslabón que permitió a los salesianos incursionar  
actualmente en la educación superior del país.  
Por otro lado, se destaca como la acción propagandística  
de los salesianos, movilizó a amplios colectivos sociales, económi-  
cos, la prensa, etc., relatos impregnados a lo largo de todo el ca-  
pítulo. Una vez más se destaca la figura del padre Crespi, que con  
el propósito de lograr donaciones para las misiones, se convirtió  
en uno de los primeros investigadores de la cultura shuar, esfuerzo  
que ha quedado grabado en uno de los primeros registros fílmicos  
de autoría de este misionero, “ Los Invencibles Shuar del Alto Amazo-  
3
2 El padre Carlos Crespi, llegó en 1923 con el encargo de recoger información para la exposición  
misionera internacional celebrada en 1925. Se radicó por muchos años en Cuenca, empren-  
diendo obras educativas en favor sobre todos de las clases desprotegidas.  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
nas, recogió además una cantidad importante de objetos etnográ-  
ficos y arqueológicos de esta cultura y de otras que hoy se pueden  
observar en el Museo del Banco Central de Cuenca.  
La presencia salesiana en la ciudad, ha sido generadora de  
dinámicas urbanas, con el establecimiento de las obras como por  
ejemplo el parque de María Auxiliadora que inicialmente se lla-  
maba parque Guayaquil. Demostrando de esta manera la fuerte  
influencia que los salesianos han ejercido en el carácter de esta  
ciudad. Si a este aspecto sumamos la gran actividad periodística  
en donde también incursionaron los salesianos con la elaboración  
de documentos de difusión colectiva concernientes a su misión,  
a destacarse el Boletín Salesiano y el nacimiento de lo que más  
tarde sería la editorial Don Bosco y LNS que abarcó amplios secto-  
res educativos de la ciudad y región, tenemos como resultado  
una población sumada e implicada hacia su labor, elementos que  
hoy permiten señalar a Cuenca, como la “ciudad más salesiana  
33  
del Ecuador”.  
Regalado34 sostiene que el surgimiento de marcos de parti-  
cipación colectiva, con “nuevos referentes culturales”, y un sentido  
de pertenencia colectiva denominado como el “espacio azuayo se  
debieron a la acción salesiana en la ciudad y provincia, gracias  
a la movilización y corresponsabilidad social de muchas institu-  
ciones como de la población en general. Sobre todo, la acción edu-  
cativa permitió la inclusión de sectores marginales a la dinámica  
urbana y el surgimiento de nuevos referentes culturales, valores  
que han quedado impregnados en la ciudad.  
En la figura del padre Carlos Crespi, recogida por Juan  
Cordero,35 se puede evidenciar la variedad de campos de acción  
que cubrían los salesianos en la ciudad. Su acción e impacto tras-  
pasaron las tareas evangelizadoras y educativas, para involucrarse  
3
3 Regalado recalca ésta frase, con un significado proveniente de una construcción histórica. Se  
debe señalar que esta frase fue utilizada por algunos sectores de la prensa nacional , para  
destacar la gran movilización dada en Cuenca, con la llegada de la Urna de Don Bosco en  
abril del 2010.  
34 Juan Fernando Regalado, “Conformación…” Op. cit.  
35 Juan Cordero, Siervo de Dios P. Carlos Crespi Croci. Santidad, caridad, cultura y progreso, Abya  
Yala, Quito, 2013  
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Blas GarzónVera  
en tareas científicas, culturales y de ayuda social. Carlos Crespi  
llega al Ecuador con una sólida formación científica en ciencias na-  
turales. Se adentra en las Misiones para recoger material para una  
exposición misionera de 1925, convirtiéndose en pionero documen-  
talista al introducir equipos de filmación para retratar la vida de los  
Shuar. Tiene una faceta de músico, coleccionó y organizó uno de los  
primeros museos de la ciudad, legado que hoy reposa en el Museo  
Pumapungo. Abrió una sala de proyección. Fomentó la creación de  
bandas musicales. Dedicando sus últimos años a la labor pastoral y  
educativa. Recibió últimos reconocimientos de la ciudad.  
En la actualidad, algunas obras educativas y culturales lle-  
van el nombre de Carlos Crespi, y se ha convertido en una figura pú-  
blica fácilmente reconocible y que ha contribuido en la configuración  
de la identidad de esta ciudad. Su nombre embandera el accionar de  
los salesianos en Cuenca, por ser el más visible, pero existen muchos  
otros salesianos que han dejado su huella educativa, cultural y social.  
Al igual que Quito y Cuenca, la Universidad Politécnica Salesiana,  
fundada y con sede Matriz en esta ciudad, da continuidad a los idea-  
les educativos de los primeros salesianos y sirve a una importante  
población regional.  
Amazonía  
Para el contexto de la Amazonía, analizaremos dos trabajos.  
Por un lado, los desarrollado por Natalia Esvertit titulado “Los Sa-  
lesianos enel Vicariato Apostólico deMéndezy Gualaquiza: configuración  
territorial, colonizacióny nacionalización del suroriente ecuatoriano, siglos  
36  
XIX y XX”; y el trabajo de Galo Sarmiento titulado: “Interpretación  
3
7
histórico social de la presencia salesiana en Morona Santiago”. Se  
suman a estos trabajos, otros de menor alcance y que han surgido  
den las últimas décadas del siglo XX e inicios del XXI.  
Natalia Esvertit nos permite visualizar la incidencia de la  
36 Natália Esvertit, op, cit  
3
7 Galo Sarmiento, “Interpretación histórico social de lapresencia de los Salesianos en Morona  
Santiago” en La Presencia Salesiana en el Ecuador: perspectivas históricas y sociales. Quito:  
Abya Yala  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
acción misionera en la “configuración territorial, la colonización y la  
nacionalización del Suroriente”,38 procesos directamente implicados  
con la transformación de las identidades locales y regionales.  
Abarca un periodo de tiempo que va de los últimos años del siglo  
XIX a las primeras décadas del siglo XX. El estudio nos ayuda a  
comprender la evolución de la filosofía y acción de los Salesianos,  
así como la de otros actores que participaron en estos complejos  
procesos; y, mirar al mismo tiempo las relaciones que se establecie-  
ron entre ellos.  
Pasado las guerras de la independencia y el establecimiento  
del Estado ecuatoriano en 1830, el abandono de estos territorios  
amazónicos fue aún más evidente, prácticamente el Ecuador man-  
tenía una posición formal sobre esta zona. Salvo esporádicos mo-  
mentos, este interés despertaba debido al descubrimiento de algún  
recurso, lo que repercutía en conflictos limítrofes con los países ve-  
cinos. En este contexto, describe Esvertit: “ Las políticas gubernamen-  
tales destinadas a hacer efectiva su incorporación al Estado nacional se  
basaron en lapromoción de las misiones católicas como ins- trumento que  
39  
permitiría hacer efectivo el control del territorio y de sus habitantes”,  
algunas órdenes habían recibido relativos apoyos por parte del  
Estado para asentarse en el oriente antes de la llegada de los Sa-  
lesianos, pero fueron los salesianos los que logran plasmar efecti-  
vamente los objetivos de evangelización y promoción social de los  
habitantes tanto indígenas como mestizos del Vicariato a ellos en-  
comendado.  
Los inicios de la presencia Salesiana en el país, estuvieron  
marcados por el entorno político que se vivía. Del inicial apoyo de  
los gobiernos progresistas, se pasó a la expulsión por parte del go-  
bierno liberal, sólo permitiéndose la permanencia en la misión  
oriental de Gualaquiza. Los discursos civilizatorios y patrióticos  
del momento, demandaban el restablecimiento y apoyo de los mi-  
sioneros, quiénes desplegaban su misión más allá de la evangeli-  
zación y suplían en muchas áreas la ausencia de instituciones  
3
3
8 Natália Esvertit, op, cit. p. 409  
9 Íbidem  
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Blas GarzónVera  
estatales. Ya en la práctica, estos ideales plasmaron los Salesianos  
con la ayuda de los gobiernos de turno, abriendo vías de comu-  
nicación, fundando escuelas fusco-misionales y firmando los pri-  
meros contratos para el establecimiento de reversas de territorios  
destinados exclusivamente para los Shuar.  
Desde el Azuay, se respaldaron muchos proyectos para  
colonizar y poblar la zona oriental sur del Ecuador, los mismos  
que se fueron efectivizando gracias al mutuo apoyo que recibieron  
los misioneros salesianos. Había mucho interés por parte de gru-  
pos de poder azuayos de asentarse definitivamente en Guala-  
quiza, donde estaban sus haciendas, y este interés creció paulati-  
namente por parte de cantones azuayas (Sigsig, Gualaceo, Paute)  
por asentarse en otros sectores de la vecina provincia oriental de  
Morona Santiago, debido sobre todo a la grave crisis económica que  
estaban viviendo estas poblaciones. La presencia de esos nuevos ac-  
tores, sumados a otros como fueron los militares que se hacen pre-  
sente fuertemente posterior al conflicto armado con el Perú en la  
década de los ‘40, transformó definitivamente la dinámica social  
de la región y los misioneros perdieron protagonismo cuando las  
instituciones del estado llegaban para encargarse de sectores que  
estaban siendo atendidos por los misioneros como la salud, edu-  
cación, construcción de obras civiles, etc.  
Los salesianos se expandieron a lo largo del territorio de  
la actual provincia de Morona Santiago, iniciándose en Gualaquiza  
en el año de 1893 hasta traspasar la cordillera del Cututú en territo-  
rio Achuar. Analiza cómo recibieron el apoyo de los propios shuar  
al momento de explorar el territorio (desconocido hasta el mo-  
mento para el resto de población ecuatoriana); de los colonos o  
mestizos a la hora de fundar los poblados (incluso se llegó a ha-  
blar de favorecer colonización extranjera); y, del estado ecuatoriano  
como se señaló anteriormente. Los salesianos fueron entonces pro-  
tagonistas en la configuración de esta parte del territorio, gracias  
a su incansable trabajo y a sus capacidades técnicas-científicas lo-  
graban el respaldo de los poderes públicos.  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
En cuanto a la nacionalización de los territorios y sus po-  
bladores, fue la educación a través de las escuelas y sobre todo de  
los Internados, los principales instrumentos de nacionalización im-  
plementados por los Salesianos, “bajo unas líneas homogeneizantes y  
4
0
aculturantes hasta las décadas de los años 1960 y 1970”, años en  
donde se da un giro orientándolo hacia el reconocimiento y pro-  
moción de la diversidad cultural. La nacionalización se dio tam-  
bién mediante la difusión de imaginarios nacionales en la  
población, ya sea blanco mestiza o indígena, con la celebración ha-  
bitual de eventos cívicos religiosos. Posterior a los acontecimientos  
del conflicto de 1941, los ideales de civilización y patriotismo se  
reforzaron en la zona, así como la presencia militar, lo que más  
tarde provocaron algunas tensiones con los misioneros, sobre todo  
no eran partidarios de su presencia, los que se encontraban traba-  
jando en territorio Achuar para la década de los ‘70.  
La influencia de los Salesianos en la configuración de las  
identidades locales, en un contexto muy complejo, con la presencia  
de grupos humanos con distintas procedencias, necesidades y di-  
námicas. Con la población Shuar al inicio propiciaron de forma di-  
recta su pérdida de identidad que buscaron recuperarla más tarde  
cuando dieron un giro al enfoque de su accionar. La actividad co-  
lonizadora provocó una transformación demográfica y étnica, y  
nuevamente los salesianos se colocaron al lado de los shuar, ayu-  
dando a fortalecer su incipiente organización con la fundación de  
la Federación de Centros Shuar, sistemas radiofónicos de educación,  
etc. Con respecto al asentamiento de las poblaciones blanco mes-  
tizas, los salesianos también jugaron un papel fundamental en los  
primeros años de adaptación, la dotación de muchos servicios bá-  
sicos, difusión de conceptos como los de “Oriente Azuayo”. En de-  
finitiva, los Salesianos contribuyeron activamente en la  
construcción de “referentes identitarios comunes y compartidos de las  
poblaciones y sus habitantes, a lo largo de más de cien años de tra-  
bajo en la región.  
40 Natália Esvertit, op, cit, p. 410  
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Blas GarzónVera  
Galo Sarmiento,41 analiza aspectos históricos-geográficos  
para comprender el contexto y el medio en donde se desarrollará  
la acción de los misioneros salesianos en los territorios de la actual  
provincia de Morona Santiago. Las primeras acciones misioneras  
de otras órdenes que también se propusieron evangelizar estos te-  
rritorios. Dominicos, Jesuitas y Franciscanos consiguieron relativos  
logros para “civilizar” las poblaciones indígenas y favorecer el  
asentamiento de poblaciones blanco-mestizas.  
Desde la época colonial, pasando por la etapa republicana,  
muchos esfuerzos se realizaron para asentarse en la zona, por parte  
de misioneros como también de poblaciones de la serranía ecuato-  
riana que buscaban territorios para la explotación de materias pri-  
mas o la agricultura. Estos emprendimientos estaban localizados  
en Gualaquiza en la parte sur y Macas en la parte Norte. En el caso  
de Macas, existía una reducida población blanca-mestiza que se  
quedó aislada por muchos años, abasteciéndose de contactos es-  
porádicos con la ciudad de Riobamba y manteniendo contactos  
no poco conflictivos y de dominación con la población shuar. En  
el sector de Gualaquiza en cambio, fueron las poblaciones del  
Azuay, las interesadas en establecerse permanentemente, vemos  
como a mediados del siglo XVII, este territorio se establece como  
uno de los cinco cantones del Azuay, utilizando la ruta de acceso  
por el cantón Sigsig.  
La llegada de los Salesianos a la zona atravesó por gobier-  
nes conservadores, progresistas y liberales. Algunos favorecían la  
presencia misionera en la zona, otros gobiernos en cambio, tenían  
políticas contrarias a la presencia misionera, y los salesianos tam-  
bién fueron expulsados del país cuando triunfó la revolución li-  
beral y llegó al poder Eloy Alfaro.  
Hay que enfatizar los esfuerzos misioneros para asentar y  
consolidar cada una de las misiones que se van fundando, inician  
en Gualaquiza (1893), pasan a Indanza (1914), Méndez (1916),  
Macas (1924), Sucúa (1931), Limón (1936) y se movilizan más tarde  
a otras zonas de población Shuar y Achuar. Por otro lado, destaca  
41 Galo Sarmiento, op. cit.  
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Los salesianos y la conformación  
de identidades regionales  
a muchos pobladores que en la figura de priostes, educadores o  
cooperadores trabajaron junto a los misioneros para el estableci-  
miento y desarrollo de las actuales poblaciones orientales, conver-  
tidas hoy en cantones que forman la provincia de Morona Santia-  
go, este esfuerzo conjunto modelaron y caracterizaron de forma  
muy particular este sector oriental.  
En la actualidad, hay una nueva presencia misionera en po-  
blación Achuar, la misma que se inicia a mediados del siglo XX,  
pero con un enfoque y desafío diferentes para los misioneros, a raíz  
de acontecimientos como el Concilio Vaticano, nuevos estudios  
antropológicos y la experiencia acumulada en los años de trabajo  
con los Shuar. Se destacan aquí nuevamente el nombre de emble-  
máticos misioneros que con el mismo empeño y carisma que los  
primeros trabajan incansablemente en bien de estas comunidades.  
Conclusiones  
Si concebimos a la historia como aquella disciplina social que  
nos permite estudiar el pasado, para comprender el presente y pro-  
yectarnos hacia el futuro. Sin un afán simplemente utilitarista de  
esta ciencia, reconocemos que nos brinda las herramientas de aná-  
lisis del presente estudio. En este contexto, si analizaríamos la vida  
de algún destacado salesiano, nos daríamos cuenta que de alguna  
manera resume el trabajo de toda la Congregación Salesiana. Pre-  
sencia que ha estado llena de desafíos y logros; pero, también de  
tensiones y conflictos, de acuerdo a la época histórica que les tocó  
vivir y las demandas del medio en donde realizaron su misión.  
Por otro lado, subrayar que este trabajo pone en evidencia  
que la temática es amplia y compleja. El abordaje realizado nos ha  
posibilitado plantear algunas conclusiones, pero queda mucho ma-  
terial por revisar. Se han descubierto nuevas fuentes documenta-  
les, archivísticas y crónicas que plantean nuevos espacios de  
exploración y análisis tanto históricos como sociales de la presencia  
de los Salesianos en el Ecuador.  
BOLETÍN ANH Nº 204–Vol XCVIII • 336–362  
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Blas GarzónVera  
Si cada pueblo o grupo social se nutre de su pasado y demarca  
sus fronteras para diferenciarse de los demás de acuerdo a una es-  
cala de valores, representaciones y símbolos, conviene que se es-  
tudie y se pongan en valor aquellos referentes culturales y rasgos  
identitarios que los salesianos impregnaron en la población ecua-  
toriana. Hay un capital educativo, religioso, social y cultural que  
los salesianos dejaron en la sociedad ecuatoriana.  
Finalmente, señalar que esta investigación, ha posibilitado efec-  
tuar nuevas lecturas historiográficas y análisis social de las ciudades  
seleccionadas en el estudio. Algunos temas quedan planteados para  
que futuras investigaciones puedan ampliarlas, modificarlas o escla-  
recerlas.  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Garzón Vera, Blas, "Los  
salesianos y la conformación de identidades regionales", Boletín  
de la Academia Nacional de Historia, vol. XCVIII, Nº. 204, julio  
-
diciembre 2020, Academia Nacional de Historia, Quito, 2021,  
pp.336-362