BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII Nº 204  
Enero–junio 2020  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVIII  
Nº 204  
Julio–diciembre 2020  
©
ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
eISSN 2773-7381  
Portada  
Luis A. Martínez  
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Quito  
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marzo2021  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA DELꢀECUADOR  
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BOLETÍN AC ADEMIA NACIONAL DE HISTORIA DEL ECUADOR  
Nº 204–Vol XCVIII • julio–diciembre 2020  
CULTURA LOJANA  
–DISCURSO DE INCORPORACIÓN–  
María Cevallos Vásquez1  
La Academia Nacional de Historia, es el templo de cristal de  
escritores ecuatorianos, ha prodigado estela luminosa, como surco de  
oro, sobre el cielo cultural lojano.  
Tengo el privilegio, de ocupar esta tribuna del pensamien-  
to, hoy que Loja se ha vestido de gala, con el Solemne Acto de  
Posesión del Directorio de la Academia Nacional de Historia Capítulo  
Loja, significa un latido luminoso en el corazón del tiempo, vuelo  
majestuoso con alas invisibles de coraje profético, proyección histó-  
rica de noble estirpe cultural; solamente en el fragor de las grandes  
decisiones, se forjan los exitosos hitos para el futuro.  
En la Centinela de la Patria, emporio de cultura y gloriosa  
historia, cuna de hombres ilustres, símbolos de virtudes y talento,  
que han deslumbrado en nuestra Patria, el Señor me ha concedido  
el afortunado don de involucrarme en el campo de la docencia en sus  
tres niveles, así se han cristalizado mis sueños e ideales, me vestí de  
innovadoras esperanzas, han florecido pétalos fragantes de sonro-  
sadas ilusiones en el alma, para servir por vocación a la niñez y  
juventud, he percibido su dulce aroma en cada aurora.  
La misteriosa materia espiritual de que están hechas las pala-  
bras, de sentida gratitud, están escritas con fuego candente en el  
corazón y sus palpitaciones son diáfanas de agradecimiento a la  
Academia Nacional de Historia Capítulo Loja, por haberme conce-  
1
Doctora en Jurisprudencia y abogada de los Tribunales y Juzgados de la República, con un  
postgrado en Administración Educativa, jefe del departamento de Historia y Geografía y de  
Investigación Educativa de Modalidad Abierta de la Universidad Técnica Particular de Loja,  
directora provincial de Educación y presidenta de la Asociación de los Institutos Superiores y  
Tecnológicos en el Austro, autora de libros de su profesión en el área de la Jurisprudencia y,  
en Historia, escribió el texto: Trayectoria de un ayer  
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María CevallosVásquez  
dido el honor y privilegio de ser Miembro de tan prestigioso Centro  
Cultural a nivel Nacional; esta noble actitud se gravará en mi re-  
cuerdo como el epílogo que acrecentó en mí, la fe, el amor y la  
esperanza.  
La obra humana en donde lucen las virtudes de la formación  
espiritual, se cultiva el talento, se despierta el interés por la inves-  
tigación en fuentes originales, para mantener viva la memoria del  
pasado, hay imperiosa necesidad de encontrar en los archivos la  
auténtica historia, que es síntesis y continuidad en la existencia de  
los pueblos, que ennoblece su pasado en los infinitos senderos del  
tiempo y el espacio, enriqueciendo así la historia general y de Loja  
en particular.  
El paso del tiempo, ha marcado por ventura luminosa,  
huellas de acción bienhechora, porque las sabias raíces culturales de  
sus fundadores, como lo fue el ilustre y recordado historiador  
Monseñor Federico González Súarez, viviente evangelio de nuestra  
cultura y vigorosa columna que vence al tiempo, ha sido fructífera.  
Desde la majestad serena y gloriosa de su historia en sus 111  
años de creación se avizoran inteligentes concepciones, impulso  
creador, trabajo tesonero que incentiva avanzada en busca de  
mejores días, para la cultura de Loja y del país, respetable auditorio.  
La majestad del poder de un pueblo, no radica en la fuerza  
de las armas, sino en la decisión consciente de los ciudadanos,  
quienes a través de la cultura, se inserta en las nuevas concepciones  
dialécticas, de la ciencia, la técnica y la tecnología, para afrontar con  
valentía los escollos morales que están desafiando a esta sociedad  
convulsionada, por la descomposición de valores y ser celosos en la  
lucha cívica, para defender los derechos soberanos de la Patria.  
Con este antecedente, mi presencia está identificada con esa  
simbología sagrada del formador de mentes y corazones de niños  
y jóvenes, fuente viva de amor, sacrificio, que me inspiró en el lapso  
de cincuenta años de docencia.  
Hay que impulsar la verdadera sabiduría, amando la ciencia,  
buscando la técnica, cultivando la virtud, sólo así se puede educar  
para la vida y la paz, desterrando la imagen de un ente codicioso,  
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Cultura lojana  
materia lista, lleno de odio, ambición, para formar al hombre con  
equilibrio y sentido crítico, sembrando la verdadera revolución  
moral, más que con palabras, ser testimonio de vida.  
La educación en los países libres como el nuestro, tiene que  
afianzar la conciencia ciudadana, mantener incólume la vida demo-  
crática, la paz, la libertad, los valores morales, libre de prejuicios y  
limpios de premeditaciones sectarias.  
La educación como realidad humana, tiene una particular  
historia, se inicia con el nacimiento del hombre y continúa a lo largo  
de su vida.  
Cómo mirar con nostálgica ternura, en la educación inicial,  
ver a los alumnos, sentados en rústicos maderos, cobijados bajo un  
frondoso árbol, como medio de aprendizaje una pizarra confecciona  
da de pedernal, con miras siempre a un prometedor mañana, para  
cumplir sus anhelados propósitos.  
El avance cultural, se desarrolla con la presencia del maestro  
unidocente, que debe cumplir su misión, con muchos niveles de  
orientación a sus alumnos, hasta cuando el Gobierno de turno a tra-  
vés del respectivo Ministerio, ubica un maestro por aula, con  
incipiente servicio de salud, pero así se ha ido robusteciendo y  
actualizado la educación.  
La historia es reversión de hechos y aspiraciones humanas,  
porque una civilización, mientras más perfecta se ha de definir, por  
la mayor adquisición de valores éticos y científicos en las diversas  
edades, más tiende al perfeccionamiento del individuo y la sociedad.  
La educación fue siempre el medio sensible del espíritu de  
cada época, tendiente a plasmarse hoy en la universal aspiración,  
para el progreso individual y social.  
Es hora de indemnizar a la humanidad, por los perjuicios  
ocasionados, con sistemas y planes que no han sido revisados cons-  
cientemente por mucho tiempo, trasplantados de un medio diferente  
al nuestro, con sacrificio de lo auténtico.  
Somos peregrinos de lo infinito, porque dentro de la vida civi-  
lizada, los actos que marcan la conquista de la inteligencia o de la  
cultura, merecen ser inmortalizados.  
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María CevallosVásquez  
El documento de Medellín, es un reto a nuestras viejas es-  
tructuras americanas, se refiere al elevado porcentaje de analfabetos,  
deserción escolar, cambios cualitativos que no han penetrado en  
nuestro sistema, marcando descuido por la educación de adultos.  
La educación en todos sus niveles, debe ser creadora, pues  
debe anticiparse al nuevo tipo de sociedad que buscamos en América  
Latina. Debe ser abierta al diálogo, para enriquecerse con los valores  
que la juventud intuye y descubre; está inmersa dentro de la  
educación liberadora, supone el más complejo de los reajustes, es de  
hecho una revolución, porque tiene que ser radical, global y rápida.  
Al referirme a la educación lojana, nuestra ciudad, es el  
primer centro urbano histórico y cultural de la región Sur, cuna de  
tradiciones culturales, que ha influido notablemente en la historia  
del país.  
Los que visitaron Loja, a fines del siglo XIX y comienzos del  
XX, se admira ron de la multifásica y brillante formación de sus  
intelectuales que se destacan en la cultura nacional.  
Alberto Franklin, que visitó nuestro país en la década 30 y  
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0 del siglo XX dijo: “Los lojanos no solamente son los más ilustres hijos  
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del Ecuador, sino los de más justa fama”.  
Un país sin cultura, es un pueblo sin identidad, sin raíces,  
sola mente en ella se ha de encontrar la esencia del hombre de  
nuestro presente y porvenir.  
La constancia en la atención, el rigor de la demostración y el  
culto a la verdad, son las condiciones de todo trabajo intelectual,  
tiene repercusión sobre la formación moral y psicológica del hombre.  
No queremos convertir a la humanidad futura, en una utopía  
educativa, sino hay la necesidad de inspirarnos en las naturales  
posibilidades de una línea crítica y creadora en la formación integral,  
para que la mente esté preparada en el conocimiento científico, que  
vigorice horizontes nuevos, que ofrezca rutas de realidad progresiva.  
Debemos propiciar la cultura de la honestidad, es el desafío  
de hoy, para rescatar la escala de va lores intrínsecos que propicie  
2
Albert Barnes Franklin, Ecuador: retrato de un pueblo, Corporación editora Nacional, Quito,  
984, p.186  
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Cultura lojana  
justicia social, compatible con la dignidad humana y así entregar a  
la sociedad, honestos y dignos patriotas, cumplidores de sus deberes  
y responsabilidades, que honren a su familia y contribuyan con su  
trabajo honesto al mejor desarrollo sectorial y por ende nacional,  
que demanda la sociedad en este nuevo milenio.  
Que el tiempo traiga progreso, superación de metas, sin  
olvidar que toda siembra y buen propósito, requiere claridad en la  
concepción, constancia en la marcha de su desarrollo y acierto en la  
selección de medios que conduzcan a la meta.  
He llegado a esta respetable Institución Cultural, con el cora-  
zón pletórico de entusiasmo, ambiciosos sueños, que quizá traspasan  
las dimensiones de mis modestas posibilidades, pero sí con el serio  
compromiso y lealtad de responder a los nobles anhelos institu-  
cionales, que constituyen, crisol de humanismo, guardianes perma-  
nentes de la cultura lojana; compartiré, con los dilectos amigos de la  
Academia, las nobles inquietudes de superación, para fomentar,  
conservar y enriquecer el Patrimonio Histórico Cultural de Loja, por  
cuanto los actos que marcan la conquista de la cultura, en sus más  
expresivos niveles, merecen ser rodeados de esplendor.  
Bibliografía  
FRANKLIN, Albert Barnes, Ecuador: retrato de un pueblo, Corporación editora  
Nacional, Quito, 1984  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Cevallos Vásquez, María,  
Cultura lojana", Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol.  
"
XCVIII, Nº. 204, julio - diciembre 2020, Academia Nacional de  
Historia, Quito, 2021, pp.413-417