BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCV  
Nº 198  
Julio–diciembre 2017  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
SUBDIRECTOR:  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
Dr. Franklin Barriga López  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEFA DE PUBLICACIONES:  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL: Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCV  
Nº 198  
Julio–diciembre 2017  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
e-ISSN Nº 2773-7381  
Portada  
Monumento a Vicente Rocafuerte  
en la ciudad de Guayaquil  
Diseño e impresión  
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Quito  
landazurifredi@gmail.com  
enero 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCV – Nº. 198  
Julio–Diciembre 2017  
CENTENARIO DE LA  
REFORMA UNIVERSITARIA DE CORDOBA  
1918 - 2018  
Alberto Cordero Aroca1  
Resumen  
La Reforma Universitaria de Córdoba de 1918 fue una moder-  
nización general de las universidades, especialmente tendiente a la  
democratización, provocada por el activismo estudiantil durante la  
administración del presidente Hipólito Yrigoyen, el primer gobierno  
democrático. Los eventos comenzaron en Córdoba liderado por los  
estudiantes, publicaron el célebre manifiesto de la Federación Uni-  
versitaria que repercutió y se extendió por toda Argentina y luego a  
gran parte de América Latina. La reforma estableció la libertad de  
las universidades para definir su propio plan de estudios y adminis-  
trar su propio presupuesto sin la interferencia del gobierno central.  
Esta reforma universitaria ha tenido un profundo efecto en la vida  
académica de las universidades a través del proceso de nacionaliza-  
ción que presume de libertad académica e independencia a lo largo  
de la vida universitaria.  
Palabras claves: Reformas de Córdoba, Manifiesto, Federación Uni-  
versitaria, Reforma Universitaria, Universidad Nacional de Córdoba.  
Abstract  
The University Reform of Cordoba in 1918 was a general mod-  
1
Doctor en Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía General, Licenciado en Ciencias  
Internacionales y Diplomacia, Licenciado en Periodismo, Magíster en Ciencias Interna-  
cionales, Magíster en Educación Superior e Investigación Educativa, Universidad de  
Guayaquil. Docente Principal de Facultad de Ciencias Médicas e Instituto de Ciencias  
Internacionales “Dr. Antonio Parra Velasco”, Universidad de Guayaquil.  
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ernization of universities, especially tending to democratization,  
caused by student activism during the administration of President  
Hipólito Yrigoyen, the first democratic government. The events  
began in Cordoba led by the students published a famous manifesto  
of the University Federation that reverberated and spread through-  
out Argentina and then to much of Latin America. The reform estab-  
lished the freedom of universities to define their own curriculum  
and manage their own budget without the interference of the central  
government. This university reform has had a profound effect on the  
academic life of universities through the process of nationalization  
that presumes academic freedom and independence throughout uni-  
versity life.  
Key words: Cordoba Reform, Manifesto, University Reform, Uni-  
versity Federation, Universidad Nacional de Córdoba  
La Reforma Universitaria  
La Reforma Universitaria es el nombre que recibe una serie  
de movimientos político-culturales o de políticas públicas cuya fina-  
lidad es la reforma de las estructuras, contenidos y fines de la uni-  
versidad.  
El término político reformista se utiliza para designar a las or-  
ganizaciones y personas que adhieren a los principios de la Reforma  
Universitaria. La Reforma Universitaria ha impactado en varias ge-  
neraciones de dirigentes, activistas, escritores, intelectuales, científi-  
cos, artistas y políticos, que han adherido a sus principios de  
democratización de la cultura y la enseñanza. Varios presidentes y  
estadistas latinoamericanos se iniciaron en la actividad política como  
militantes reformistas: José Ingenieros, Víctor Raúl Haya de la Torre,  
Jaime Roldós.  
Aunque el movimiento de Reforma Universitaria latinoame-  
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Centenario de la Reforma Universitaria de Córdova  
ricano se opuso fuertemente al clericalismo y la concepción colonial  
de la universidad, encuentra un lejano antecedente en la aparición  
misma de la universidad europea medieval, organizada como comu-  
nidad de estudiantes y maestros. Había el reclamo de profundas re-  
formas a raíz de la falta de democracia y el autoritarismo dentro de  
los planteles.  
El papel principal que han tenido los estudiantes en el mo-  
delo de universidad europea, trasplantado luego a Iberoamérica por  
el Imperio español, originó una dinámica estudiantil interna que ge-  
neró innumerables movimientos de protesta y rebelión juvenil.  
Se conoce por Reforma Universitaria de 1918 o Reforma Uni-  
versitaria de Córdoba, al movimiento estudiantil que se inició en  
la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina en 1918, liderado  
2
por el abogado Deodoro Roca y otros dirigentes estudiantiles, y que  
se extendió luego a las demás universidades del país y de América  
Latina.  
La Reforma Universitaria dio origen a una amplia tendencia  
de la participación activa estudiantil, integrada por agrupaciones de  
diversas corrientes ideológicas, que se definen como reformistas.  
Entre sus principios se encuentran la autonomía universitaria, el co-  
gobierno, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras y  
los concursos de oposición.  
En 1918 había tres universidades nacionales en la Argentina:  
Buenos Aires, Córdoba y La Plata, y dos provinciales, que entre 1920  
y 1922 pasarían a ser nacionales: la de Tucumán y la del Litoral. A  
principios de siglo se habían fundado los primeros centros de estu-  
diantes en la Universidad de Buenos Aires: en las facultades de Me-  
dicina (1900), en Ingeniería (1903) y en Derecho (1905); la Federación  
Universitaria Argentina se concretó en 1918, agrupando a las distin-  
2
Deodoro Roca Allende (Córdoba, 2 de julio de 1890 - 7 de junio de 1942) fue un abo-  
gado, dirigente universitario reformista, periodista y activista por los derechos humanos,  
estudiante del Colegio Nacional de Monserrat, ingresó a la Universidad Nacional de  
Córdoba, a comienzos de la década de 1910 fue presidente del Centro de Estudiantes de  
Derecho y en 1918, siendo ya abogado, redactó el famoso Manifiesto Liminar de la Re-  
forma Universitaria, iniciada en Córdoba, ser uno de los más destacados líderes de ese  
movimiento.  
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tas federaciones y organizaciones estudiantiles de las diferentes uni-  
versidades.3  
, 4  
La Universidad Nacional de Córdoba es una entidad de Ar-  
gentina, su origen se remonta a 1610 cuando la Compañía de  
Jesús creó el Collegium Maximum (Colegio Máximo), que sirvió de  
base para que en 1613 se iniciaran los estudios superiores, aunque  
sin autorización para otorgar títulos de grado. El 8 de agosto de 1621  
el papa Gregorio XV, mediante un Breve Apostólico otorgó al Colegio  
Máximo la facultad de conferir grados, lo que fue ratificado por Fe-  
lipe IV de España a través de la Real Cédula del 2 de febrero de 1622,  
5
documento que llegó a Córdoba a mediados de ese año.  
6
Pedro de Oñate , Provincial de la Compañía de Jesús, con  
acuerdo de los catedráticos, declaró inaugurada la Universidad, pos-  
teriormente él redactó los reglamentos que tenían validez oficial, al  
ser la más antigua del país es una de las pioneras de la educación  
superior de América.  
El contexto de cambios del siglo XX, la Primera Guerra Mun-  
dial imperialista, la gran Revolución Rusa de 1917 y los vicios del  
sistema educativo hicieron que la juventud universitaria sintiera la  
necesidad de realizar un hecho histórico, pues tenían una visión di-  
ferente de las generaciones anteriores y poseían nuevos ánimos y  
motivación para cambiar las cosas.  
3
4
5
6
https://www.lagaceta.com.ar/nota/773579/actualidad/centenario-reforma-universi-  
taria-docentes-profundizan-medidas-fuerza.html (15 - 07 18)  
https://www.nodal.am/2018/06/en-que-consistio-la-reforma-universitaria-de-1918/  
(
15-07-2018)  
http://argentear.com/universidad-de-cordoba-la-mas-antigua-de-argentina/ (15-07-  
018)  
2
Pedro Escobar de Oñate (Valladolid, Enero de 1567 - Lima, 31 de diciembre de 1646), ju-  
rista jesuita. Novicio jesuita desde 1586, llegó a Perú en 1592, donde hizo su segunda  
profesión en 1603. Dirigió el Noviciado de San Antonio Abad de Lima de 1604 a 1609.  
Asistente del Provincial Sebastián de la Parra hasta 1615 en que se le nombra Provincial  
en Paraguay, ejerciendo el cargo de 1615 a 1624. Fundó los Colegios de Buenos  
Aires, Concepción, Corrientes, Mendoza y San Miguel. De vuelta al Perú, fue profesor  
en el Colegio Máximo de San Pablo de Lima y fue examinador sinodal del Arzobispado  
de Lima, además de Calificador del Tribunal del Santo Oficio. Se destaca que cuando  
era el encargado Provincial de los Jesuitas del Paraguay y del Río de la Plata, adquirió  
la Estancia Jesuítica Jesús María, el 15 de enero de 1618 y fue quien le dio su nombre. Es  
por ello que en la Ciudad de Jesús María, Córdoba se celebra el día del Origen.  
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En 1918 gobernaba en Argentina el primer gobierno demo-  
7
crático liderado por el presidente Hipólito Yrigoyen de la Unión Cí-  
vica Radical. La Universidad de Córdoba se mantenía aún caracte-  
rísticas elitistas y clericales.  
Los estudiantes universitarios de Buenos Aires, La Pla-  
ta y Córdoba, pertenecientes a familias de una reciente clase media,  
formada a partir de la gran inmigración de sus descendientes, venían  
organizándose en centros de estudiantes por facultades desde prin-  
cipios del siglo XX y comenzaban a exigir reformas que moderniza-  
ran y democratizaran la universidad. Los centros de estudiantes se  
habían organizado a su vez en federaciones en Tucumán, Córdoba,  
La Plata y Buenos Aires y en abril de 1918 fundaron la Federación Uni-  
versitaria Argentina como organización gremial representativa estu-  
diantil. El movimiento estudiantil reformista surgió en Córdoba en  
junio de 1918 y se expandió a otras universidades argentinas y lati-  
noamericanas.8  
Comenzó reclamando la participación estudiantil en la vida  
universitaria, que el estudiante sea el centro del acto educativo e in-  
tegrándolo en el funcionamiento y gobierno de la universidad. Rei-  
vindicó la autonomía universitaria, el derecho a darse su propio  
gobierno y a regular su funcionamiento.  
El gran movimiento estudiantil tuvo como principales de-  
mandas democratizar las universidades y romper con el antiguo ré-  
gimen autoritario y represivo que existía aún en la educación  
7
Juan Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen Alén (Buenos Aires, 12 de  
julio de 1852 - 3 de julio de 1933), fue un político argentino, figura relevante de la Unión  
Cívica Radical, dos veces elegido como presidente de la República. Fue el primer presi-  
dente argentino en ser elegido democráticamente, por medio del sufragio secreto y obli-  
gatorio masculino establecido por la Ley Sáenz Peña de 1912. Su primer mandato se  
inició en 1916, abriendo así el período histórico conocido como primeras presidencias  
radicales, hasta su derrocamiento en 1930, el primero producto de una serie de golpes  
de Estado que se sucedieron hasta 1983, para impedir la consolidación de la democracia  
en Argentina. Osvaldo Álvarez Guerrero, “Hipólito Yrigoyen ante la condición hu-  
mana”, pp.1-2, ver en: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-HipolitoYrigo  
yenAnteLaCondicionHumana-2242751.pdf (11-07-2018)  
8
Ada Gallegos, “Origen de la universidad peruana y la defensa por su autonomía”, Re-  
vista Espacios, Vol.39, 2018, ver en: http://www.revistaespacios.com/a18v39n25  
/18392501.html#uno (10-07-2018)  
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superior. Los estudiantes no esperaron a que este cambio se produ-  
jera en base a componendas con las autoridades o por la lenta acu-  
mulación de fuerzas, sino que se lanzaron a las calles y a las  
universidades a exigir demandas democráticas, empleando el uso  
de la fuerza.9  
Su objetivo fue abrir la enseñanza a las distintas tendencias,  
aceptando a todos los pensadores que tuvieran autoridad moral o  
intelectual para enseñar en sus aulas; propugnaban, por consi-  
guiente, la libertad de cátedra, la asistencia libre, la docencia libre,  
la periodicidad de la cátedra, los concursos para la distribución de  
cargos, la publicidad de los actos universitarios, la gratuidad de la  
enseñanza, los seminarios y formas de enseñanza donde el estu-  
diante tuviera posibilidad de intervenir positivamente, y la extensión  
cultural por fuera de la estructura universitaria. En suma, la demo-  
cratización de la enseñanza universitaria.10  
Las reivindicaciones reformistas luchaban por la renovación  
de las estructuras y objetivos de las universidades, la implementa-  
ción de nuevas metodologías de estudio y enseñanza, el razona-  
miento científico frente al dogmatismo, la libre expresión del  
pensamiento, el compromiso con la realidad social y la participación  
del claustro estudiantil en el gobierno universitario.  
El ingreso a las universidades públicas generó fuertes enfren-  
tamientos entre las clases medias y los miembros de la elite. La ob-  
tención de un título universitario significaba, para los sectores  
medios, la posibilidad de ascenso social, ya que era el requisito ne-  
cesario para ejercer las profesiones liberales. El gobierno radical  
apoyó a los estudiantes, y luego implementó estas reformas en las  
otras universidades nacionales.  
Los estudiantes lograron su objetivo y el presidente Hipólito  
Yrigoyen accediendo a la petición estudiantil, decretó el 11 de abril  
9
Javier Pablo Hermo, Cecilia Pittelli, “La Reforma Universitaria de Córdoba (Argentina)  
de 1918. Su influencia en el origen de un renovado pensamiento emancipatorio en Amé-  
rica Latina”, en: Historia de la educación, 29, pp. 135-156, Universidad de Salamanca, Sala-  
manca, 2010, p.155, ver en: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/8162-50713-1-PB.pdf  
(
10-07-2018)  
1
0 Ibidem, p. 143.  
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la intervención de la Universidad “a los fines de estudiar los motivos y  
hechos que han producido la actual situación y adoptar las medidas condu-  
11  
centes a reparar esas causas y normalizar su funcionamiento”. Nombró  
como interventor en la Universidad de Córdoba al Procurador Ge-  
neral de la Nación, José Nicolás Matienzo. Luego de comprobar di-  
versas irregularidades, propuso democratizar el estatuto universi-  
tario, declaró vacantes los cargos de rector de la Universidad y de-  
canos de las facultades y dispuso un nuevo sistema para la elección  
de las autoridades por parte de la totalidad de los docentes, reem-  
plazando la elección por docentes estables. No obstante los avances  
que implicó la nueva normativa, los estudiantes quedaban excluidos  
del proceso de elección de las autoridades.  
El 15 de junio fue el día del estallido. Elegidos ya los decanos,  
correspondía a la Asamblea Universitaria integrada por la totalidad  
de los docentes, designar al rector. Los estudiantes conformaron la  
Federación Universitaria de Córdoba y apoyaron las elecciones para el  
rectorado a favor del candidato liberal Enrique Martínez Paz; ade-  
más, se postulaban, por un lado Alejandro Centeno, y por el otro,  
Antonio Nores, representante de los sectores tradicionales de la Uni-  
versidad de Córdoba y de la cúpula clerical y miembro de la de la  
asociación ultra conservadora conocida como Corda Frates (corazones  
hermanos).1  
2
Hubo dos votaciones y ninguno obtuvo mayoría absoluta; se  
hizo una tercera en la que resultó ganador Nores, lo que desató la  
rebelión de los estudiantes que ingresaron a la sala de reuniones,  
rompieron los vidrios y muebles, descolgaron los retratos de las au-  
toridades universitarias, expulsaron del lugar a la policía y los ban-  
didos contratados por las autoridades clericales, obligaron a inte-  
rrumpir la Asamblea, sosteniendo que había sido manipulada por  
13  
los jesuitas, que constituían el poder de hecho en la Universidad.  
11 Carlos Tünnermann Bernheim, Universidad y sociedad: balance histórico y perspectivas desde  
Latinoamérica, Fondo Editorial Humanidades, Caracas, 2000, p.65.  
2 Cecilia Pittelli y Javier Pablo Hermo, op. cit., pp.146-147.  
1
13 Carlos D. Garberi y Rodrigo A. Navarro, “El movimiento estudiantil y la reforma de  
1
918”, en: XII JornadasInterescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia,  
Facultad de Humanidades y Centro Regional Universitario Bariloche, Universidad Na-  
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Los estudiantes tomaron la Universidad y con apoyo de los  
partidos políticos populares y del movimiento sindical, rechazaron  
la elección de Nores, quien intentó mantenerse en el rectorado, con  
apoyo de los grupos conservadores y la Iglesia Católica. El 17 de  
junio el movimiento estudiantil cordobés hizo conocer su reclamo  
que fue publicado el 21 de junio en La Gaceta Universitaria mediante  
el famoso Manifiesto Liminar, redactado por Deodoro Roca, que co-  
menzaba con la frase:  
La Juventud Argentina de Córdoba  
a los Hombres Libres de Sudamérica  
Manifiesto de la Federación Universitaria de Córdoba  
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena  
que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica  
y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre  
que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una  
vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las  
libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del co-  
razón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos  
viviendo una hora americana.  
La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se  
habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo  
de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido  
hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignoran-  
tes, la hospitalización segura de los inválidos y - lo que es peor aún- el  
lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar halla-  
ron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así  
fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer  
el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia  
frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada  
y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus  
puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles im-  
posible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régi-  
men, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza y el  
ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto  
del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revoluciona-  
ria.  
cional del Comahue, San Carlos de Bariloche, 2009, p.11. Ver en: http://cdsa.aacade-  
mica.org/000-008/780.pdf (11-07-2018).  
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Nuestro régimen universitario - aun el más reciente - es anacrónico.  
Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino  
del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él  
muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria  
de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en  
ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y  
sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el  
gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto  
de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro  
en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la  
fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La  
autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino  
sugiriendo y amando: enseñando.  
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que  
aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda  
la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la  
garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un regla-  
mento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartela-  
rio, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de  
gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos.  
Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales.  
Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se  
avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de  
las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silen-  
cio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa,  
que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o  
la del que experimenta para crearla o comprobarla.  
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el ar-  
caico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es  
un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente  
la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la re-  
ciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Cór-  
doba por el doctor José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que  
el mal era más afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos  
privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La re-  
forma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha  
sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses  
creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inespe-  
rado apoyo. Se nos acusa de insurrectos en nombre de un orden que  
no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es  
así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embrute-  
ciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección.  
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Entonces, la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el  
destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo;  
la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única re-  
compensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son y dolorosas- de  
todo el continente. ¿Qué en nuestro país una ley –se dice–, la ley de  
Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que  
nuestra salud moral lo está exigiendo.  
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es  
pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca  
en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mé-  
rito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus  
maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus de-  
terminaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la futura re-  
pública universitaria los verdaderos constructores de almas, los  
creadores de verdad, de belleza y de bien.  
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de  
plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hom-  
bres representativos.  
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba,  
con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón  
en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Uni-  
versitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América  
las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto elec-  
toral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que  
mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los  
aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está que-  
mando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Na-  
cional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes;  
se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera re-  
volución que ha de agrupar tan pronto bajo su bandera a todos los  
hombres libres del continente Referiremos los sucesos para que se vea  
cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la co-  
bardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia de los  
cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como el ejer-  
cicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento ana-  
crónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas  
ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indigna-  
ción en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño  
artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sen-  
tido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo  
tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.  
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante.  
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Centenario de la Reforma Universitaria de Córdova  
Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro  
rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse  
luego al bando que parecía asegurarse el triunfo, sin recordar la adhe-  
sión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por  
los intereses de la Universidad. Otros –los más– en nombre del senti-  
miento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhor-  
taban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión  
la que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Re-  
ligión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma  
liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber  
conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos  
enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el  
triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado  
otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría ex-  
presaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces  
dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la ame-  
naza del dominio clerical.  
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron ob-  
tener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos.  
Antes que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo,  
nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo enton-  
ces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo paten-  
tiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de  
actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes  
sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.  
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección del rector  
terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resul-  
tado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta  
respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no  
fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue procla-  
mado y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta  
Universidad.  
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión  
de nombre ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo,  
contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las fun-  
ciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas.  
No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien  
en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de hoy para ti,  
mañana para mí, corría de boca en boca y asumía la preeminencia de  
estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un  
estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad  
apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, en-  
cerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el  
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espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos  
guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la ju-  
ventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada  
en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad me-  
diterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante  
el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos en-  
tonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.  
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo,  
que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún res-  
peto. Asombrados contemplamos entonces como se coligaban para  
arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.  
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta reli-  
giosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar.  
El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su pri-  
mera palabra: Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de ca-  
dáveres de los estudiantes. Palabras llenas de piedad y de amor, de  
respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una  
casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cul-  
tural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenaza-  
dor. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer  
ciudadanos de una democracia universitaria!. Recojamos la lección,  
compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio  
glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la liber-  
tad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universita-  
ria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada  
pensamiento una semilla de rebelión.  
La juventud ya no pide Exige que se le reconozca el derecho a exterio-  
rizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio  
de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido  
capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desco-  
nocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.  
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación,  
saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en  
la obra de libertad que inicia.  
Suscribieron: Deodoro Roca, Enrique F. Barros, Ismael C. Bordabehére,  
Horacio Valdés, presidentes. Gumersindo Sayago, Alfredo Castellanos,  
Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Mo-  
lina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J.  
14  
Saibene, Antonio Medina Allende y Ernesto Garzón.  
1
4 Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria del 21 de Junio de 1918, ver en:  
https://wold.fder.edu.uy/archivo/documentos/manifesto-reforma-universitaria.pdf  
(11-07-2018)  
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Sus objetivos inmediatos de la juventud de Córdoba: “Se le-  
vantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra  
un concepto de autoridad”.  
Finalmente Nores renunció e Yrigoyen volvió a intervenir la  
Universidad de Córdoba. El nuevo interventor fue José Santos Sali-  
nas,15 ministro de Justicia e Instrucción Pública del régimen, mos-  
trando así la importancia nacional que había adquirido el conflicto.  
Se suscribió un decreto de reformas el 12 de octubre de 1918, que  
contempló ampliamente los reclamos estudiantiles. Muchos de los  
líderes estudiantiles, como Deodoro Roca, ingresaron a la Universi-  
dad.  
La Reforma se extendió rápidamente en las universidades  
de Buenos Aires, La Plata y Tucumán y luego por toda América La-  
tina.  
Los principales postulados de la Reforma Universitaria de  
Córdoba fueron:  
El cogobierno estudiantil;  
La autonomía política, docente y administrativa de la universidad;  
La elección de todos los mandatarios de la universidad por asambleas  
1
5 José Santos Salinas (Olta, Provincia de La Rioja, 1870- Buenos Aires, 1933) fue un do-  
cente y político argentino, que ejerció como Ministro de Justicia y Educación de la Na-  
ción Argentina, durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Al asumir la presidencia  
el primer presidente radical lo llevó como Ministro de Justicia y Educación. Durante  
su gestión se buscó mejorar las condiciones en que ejercían su tarea los maestros, in-  
cluyendo mejoras en sus salarios y mayor puntualidad en los pagos. Fundó centenares  
de escuelas, y proveyó a éstas y a las ya existentes con tres mil cargos titulares.  
En 1918 propuso una Ley Orgánica de Educación Pública, que no fue aprobada por el  
Congreso. Era ministro cuando los estudiantes de las universidades de Buenos Aires  
y Córdoba lanzaron la Reforma Universitaria, con el objetivo de lograr la moderniza-  
ción, la gratuidad, el cogobierno estudiantil y la autonomía universitaria. Salinas no  
simpatizó en un principio con el movimiento, pero el presidente Yrigoyen intervino la  
Universidad de Córdoba y lo nombró interventor de la misma. Éste tardó varias se-  
manas en asumir el cargo, período durante el cual los estudiantes ocuparon la casa de  
estudios. Cuando Salinas llegó finalmente a Córdoba, apoyó el movimiento y reformó  
el funcionamiento de la misma en consonancia con las exigencias de los estudiantes  
reformistas. Posteriormente apoyó la extensión de sus logros a otras universidades.  
Fundó la Universidad Nacional del Litoral, y desde el principio ésta se rigió por las  
normas establecidas en la Reforma. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_  
Santos_Salinas. (15-07-2018)  
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con representación de los profesores, de los estudiantes y de los egre-  
sados.  
La selección del cuerpo docente a través de concursos públicos que ase-  
guren la amplia libertad de acceso al magisterio;  
La fijación de mandatos con plazo fijo de cinco años para el ejercicio  
de la docencia, solo renovables mediante la apreciación de la eficiencia  
y competencia del profesor;  
La asunción por la universidad de responsabilidades políticas frente a  
la Nación y la defensa de la democracia;  
La libertad docente;  
La implantación de cátedras libres y la oportunidad de impartir cursos  
paralelos al del profesor catedrático, dando a los estudiantes la opor-  
tunidad de optar entre ambos;  
La libre asistencia a las clases.  
Extensión universitaria, fortalecimiento de la función social de la Uni-  
versidad, proyección al pueblo de la cultura universitaria y preocupa-  
ción por los problemas nacionales;  
Unidad latinoamericana, lucha contra las dictaduras, las tiranías y el  
imperialismo.16  
Como resultado de los acontecimientos que vivió la Argen-  
tina inició un movimiento por la genuina democracia de la ense-  
ñanza, que inspiró rápidamente la adhesión de todo el continente.  
Conclusiones  
Esta Reforma Universitaria de 1918, Reforma Universitaria  
de Córdoba, Reforma Universitaria de Argentina, Grito de Córdoba,  
o simplemente Reforma Universitaria, que se inició como un reclamo  
de una reformulación del gobierno de la universidad, los estudiantes  
de la ciudad de Córdoba dieron el comienzo a la rebelión estudiantil  
en la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina a un vasto mo-  
vimiento de proyección no solo nacional sino latinoamericana que  
1
6 Fernando Tauber, Hacia el segundo manifiesto. Los estudiantes universitarios y el reformismo  
de hoy, Universidad Nacional de la Plata, La Plata, 2015, pp.76-77. cfr: Darcy Ribeiro,  
La Universidad Latinoamericana, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1971,  
p.85.  
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permitió democratizar la universidad y otorgarle un carácter cientí-  
fico, que se extendió entre marzo y octubre de 1918.  
Más allá de sus reivindicaciones, la Reforma de Córdoba se  
fundó en el ímpetu y el vigor de una movilización de características  
revolucionarias. Los estudiantes universitarios comenzaron el año  
con una huelga general, salieron a las calles para imponer sus recla-  
mos, apelaron a la acción directa cuando fue necesario para impedir  
por la fuerza la elección de autoridades comprometidas con el pa-  
sado que deseaban enterrar, llegaron inclusive a ocupar las casa de  
estudio y nombraron a sus propios representantes como rectores y  
decanos de las aulas.  
La Reforma de Córdoba fue uno de los puntos de partida de  
su entrada en la modernidad, se anticipó medio siglo al “Mayo Fran-  
cés” y extendió su influencia a todas las universidades latinoameri-  
canas.  
Nuestro homenaje a los valientes estudiantes de Córdoba y  
todos los rebeldes que lucharon en forma anónima en América por  
la democratización de las universidades como expresión del desa-  
rrollo del pensamiento y la necesidad de cambio de la estructura so-  
cial y liberación del sistema opresivo y tiránico del mundo, pues la  
juventud debe ser entusiasta y osada pues la inercia frente a la vida  
es cobardía, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la rebelión,  
acogemos la frase del hispanoamericanista Vicente Rocafuerte: “La  
injusticia de advenedizos aventureros, convertidos en avarientos gobernan-  
tes, justifica el derecho de insurrección”. 17  
1
7 Rocafuerte, Vicente: A la Nación, Lima 1843, Colección Universidad de Guayaquil, No  
, edición en honor del bicentenario de Vicente Rocafuerte, imprenta Universidad de  
Guayaquil, 1983, V carta, p. 73.  
3
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Alberto Cordero Aroca  
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La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual científica,  
y
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
profesionales,  
entendiéndose por tales a quienes  
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Cordero Aroca, Alberto,  
CENTENARIO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA DE CORDOBA  
1918 - 2018, boletín de la academia nacional de historia, vol. XCV,  
Nº. 198, julio  diciembre 2018, Academia Nacional de Historia,  
Quito, 2017, pp. 45-61.