BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCV  
Nº 198  
Julio–diciembre 2017  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
SUBDIRECTOR:  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
Dr. Franklin Barriga López  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEFA DE PUBLICACIONES:  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL: Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCV  
Nº 198  
Julio–diciembre 2017  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
e-ISSN Nº 2773-7381  
Portada  
Monumento a Vicente Rocafuerte  
en la ciudad de Guayaquil  
Diseño e impresión  
PPL Impresores 2529762  
Quito  
landazurifredi@gmail.com  
enero 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCV – Nº. 198  
Julio–Diciembre 2017  
LA CATÁSTROFE Y LA NEUTRALIDAD: AMÉRICA LATINA,  
ECUADOR Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1914–1917  
Stefan Rinke1  
Resumen  
Este artículo analiza la Primera Guerra Mundial con base en  
su concepción de evento global para mostrar los aportes que la his-  
toriografía latinoamericana puede ofrecer a esta rama de investiga-  
ción. El alcance global de la guerra se evidencia en Latinoamérica al  
mostrar que los países de la periferia, a diferencia de otras guerras  
europeas del pasado, no pudieron escapar completamente a los efec-  
tos económicos, políticos, sociales, legales y culturales de la Gran  
Guerra. Este artículo utiliza el caso ilustrativo de Latinoamérica, y  
de Ecuador en particular, para demostrar que la Guerra presentó  
grandes desafíos a los países de la región, a pesar de sus esfuerzos  
por no participar directamente en los enfrentamientos. En esta línea  
analizo el caso específico de la neutralidad a la que apelaron los paí-  
ses, ya que ésta no les permitió mantenerse fuera del alcance de la  
guerra económica, la propaganda de guerra e, inclusive, de los cam-  
pos de batalla ultramarinos que alcanzó la Primera Guerra Mundial.  
Palabras clave: Primera Guerra Mundial, Latinoamérica, neutrali-  
dad.  
Abstract  
This article analyses the First World War from the perspective  
of a global event in order to show how Latin American historiogra-  
1
Dr. phil. y Dr. phil. habil. Universidad Católica de Eichstätt, es professor catedrático de  
historia latinoamericana y director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Freie  
Universität Berlin. Ha sido presidente de AHILA de 2014 a 2017. Galardonado con el  
Premio José Antonio Alzate de la Academia Mexicana de Ciencias y de CONACYT y  
Doctor honoris causa de la Universidad Nacional de San Martín. En 2013 recibió un Eins-  
tein Research Fellow. Autor de Latin America and the First World War (Cambridge 2017).  
Ha escrito doce libros, coordinado 32 tomos y ha publicado más que 160 artículos.  
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phy can offer many resources to this line of research. The global  
reach of the war is showed by the fact that the countries of the pe-  
riphery, unlike other European wars in the past, could not escape  
completely from the economic, political, social, legal and cultural ef-  
fects of the Great War. This article uses the specific case of Latin  
America, and Ecuador in particular, to demonstrate that the war pre-  
sented a great challenge to the countries of the region, in spite of their  
efforts to not participate directly in the confrontation. In this line, I  
analyze the specific case regarding the neutrality to which the coun-  
tries appeal to, since this did not allow them to stay out of the reach  
of the economic war, and the war propaganda.  
Key words: First World War, Latin America, Neutrality.  
En toda Latinoamérica, cuando se supo del estallido de la gue-  
rra en Europa, se hablaba que allí ocurría una catástrofe que confron-  
taba al mundo con una crisis de dimensiones insospechadas hasta  
entonces, debido a los estrechos entrelazamientos globales existentes.  
La dimensión mundial de los hechos quedó clara tempranamente  
para los contemporáneos. Con ello seguían —consciente e inconscien-  
temente— ideas que los europeos resguardaban desde antes de la  
guerra. Cuando el escritor alemán August Niemann soñaba con una  
guerra mundial” en 1904, entonces no se refería a otra cosa que a un  
mundo europeo o a un mundo que sería arrastrado irremediable-  
mente hacia la gran controversia europea. “Cuando Europa pelea, sig-  
2
nifica en verdad como si todo el mundo pelease”, esta compresión euro-  
céntrica del concepto ha determinado desde hace un siglo la produc-  
3
ción historiográfica. Sin duda la guerra comenzó en Europa y una  
2
3
August Niemann, Der Weltkrieg: Deutsche Träume, Verlag von W. Vobach und Co, Berlín,  
904. Ver también: Dieter Langewiesche, “Das Jahrhundert Europas: Eine Annäherung  
1
in globalhistorischer Perspektive”, HZ, No 296, 2013, p. 38.  
Hew Strachan, un renombrado historiador de la Primera Guerra Mundial, escribió tem-  
pranamente: “Ya en 1914 el conflicto había alcanzado desde su origen en Europa a la pe-  
riferia. Ello sucedió porque los Estados de Europa eran poderíos imperiales. Guerra en  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
buena parte de las batallas se desarrollaron allí. Fuera de Europa, los  
europeos arrastraron primero a sus colonias a la guerra y, luego, a Es-  
tados originariamente neutrales. Pero, cuando hoy día algunos histo-  
riadores describen que la guerra mundial “cobra un significado inter-  
nacional por su alcance en muchos continentes y por la ilimitada puesta en  
marcha de todo tipo de recursos estratégicos existentes”, entonces aparecen  
ante la mirada aquellas regiones vistas como periféricas, desde la  
perspectiva eurocéntrica clásica, y pueden ser reconocidas como ac-  
4
tores. Para comprender la Gran Guerra como una guerra global, sin  
caer en la trampa epistemológica del eurocentrismo, la historiografía  
también debe buscar más allá de los campos de batalla. En efecto, en  
el drama de esta guerra mundial no podían existir espectadores.  
No cabe duda que la Primera Guerra Mundial fue un momento  
5
global, del cual tomó parte intensamente la periférica Latinoamérica.  
Los latinoamericanos se dieron cuenta desde el comienzo de la gue-  
rra, de su dimensión, y de su alcance internacional. El estallido de la  
guerra en Europa en 1914 significó –por cierto, a ojos de muchos ob-  
servadores latinoamericanos– un corte profundo en el desarrollo his-  
tórico. Dado al fracaso de la imagen civilizatoria europea ejemplar y  
del modelo de desarrollo, así como la creencia ciega en el progreso  
humano ocurrido entre 1914 y 1918, se vino abajo un mundo en sen-  
tido metafórico, en el que Latinoamérica había ocupado un lugar im-  
portante. Por lo mismo, muchos contemporáneos coincidían en  
apuntar que los días de agosto de 1914 marcaban el fin de una época  
y el comienzo de una nueva era incierta.  
La Primera Guerra Mundial nos enseña cuan difundida estaba  
en Latinoamérica la conciencia global existente en este periodo y  
cómo se transformó a lo largo de los cuatro años de la hecatombe.  
En este contexto, entiendo por conciencia global no a un pensa-  
Europa significaba guerra para el mundo”. Hew Strachan, Der Erste Weltkrieg: Eine neue  
illustrierte Geschichte, Pantheon, Munich, 2006, p. 94. Ver también: Hew Strachan, “The  
First World War as a global war”, First World War Studies, No1, 2010, pp. 3–14.  
Weltkrieg: http://de.wikipedia.org/wiki/Weltkrieg (27-05-2014).  
Sebastian Conrad, Dominic Sachsenmaier, “Introduction”. Sebastian Conrad, Dominic  
Sachsenmaier (eds.), en: Competing Visions of World Order: Global Moments and Movements  
4
5
1880s–1930s, New York, Palgrave Macmillan, 2007, pp. 13-16.  
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miento cosmopolita, sino más bien, a una noción acerca del signifi-  
cado de entrelazamientos globales y procesos de integración. Pese a  
la distancia de los campos de batalla, la Primera Guerra Mundial es-  
tuvo presente en Latinoamérica, como no lo estuvo antes ningún otro  
acontecimiento, y estaba claro que sus repercusiones afectaban a la  
propia realidad diaria. Aunque en ningún caso estaban incluidas  
todas las personas de la región en igual medida en la red, sí se puede  
afirmar el fin del relativo aislamiento con el que se habían observado  
6
las guerras en Europa, antes de 1914.  
Los latinoamericanos tomaron parte en el espanto, la espe-  
ranza y el temor desencadenado por la guerra. Participaron de los  
debates, por el fin del poderío occidental y por el hundimiento de  
Europa, que tuvieron lugar entonces a nivel mundial y que caracte-  
rizarían al siglo XX. La percepción de la guerra ocurría a escala mun-  
dial, ya que debido a la nueva modalidad de la guerra propagan-  
dística y, a través de las nuevas tecnologías comunicacionales, Lati-  
noamérica estaba más directamente involucrada que nunca en los  
sucesos. La guerra podía convertirse de hecho en un suceso mundial,  
debido a que los medios la transmitían a todo el mundo. Esto es vá-  
lido para Latinoamérica, donde el panorama de la prensa había cre-  
cido dinámicamente desde el cambio de siglo y donde, desde la  
década de 1910, explotaron realmente las tiradas y avisos en los pe-  
7
riódicos. Desde la perspectiva de los observadores, la guerra fue  
para todo el mundo un suceso significativo que dejó atrás los con-  
textos regionales de las guerras, conocidos hasta entonces. A los la-  
tinoamericanos, la Primera Guerra Mundial les permitió experi-  
mentar el entrelazamiento del mundo y su lugar particular en el  
mismo.8  
6
7
Sebastian Conrad, Dominic Sachsenmaier, “Introduction”…, cit. (1-25).  
Estos desarrollos históricos mediales casi no han sido investigados para Latinoamérica.  
Para Río de Janeiro ver: Sidney Garambone, A primeira Guerra Mundial e a imprensa bra-  
sileira, Editora Mauad, Rio de Janeiro, 2003, p. 46.  
8
Estas reflexiones siguen la teoría del “evento mundial” de Stichweh, ver: Rudolf Stich-  
weh, “Zur Soziologie des Weltereignisses”. Stefan Nacke (y otros) (eds.), en: Weltereig-  
nisse: Theoretische und empirische Perspektiven, Wiesbaden, VS Verlag für  
Sozialwissenschaften, 2008, pp. 28-29.  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
Tan sólo recientemente los historiadores han advertido de  
nuevo el rol de los medios en la Primera Guerra Mundial y viceversa,  
9
el rol de la guerra para el desarrollo de los medios. En Latinoamé-  
rica, así como en otros lugares, la guerra estimuló la aplicación ma-  
siva de novedosos medios, como la fotografía y el cine. La fotografía  
de prensa demostró ser un instrumento de propaganda importante,  
que aportó a la circulación mundial de las imágenes de la guerra,  
que reproducían aparentemente una realidad objetiva. La compren-  
sión de la realidad se amplió, ya que no sólo valía como algo real la  
propia vivencia, sino que también las ocurrencias mediatizadas por  
la imagen. Precisamente allí, en Latinoamérica, donde existía una  
distancia espacial con los frentes, las personas experimentaban la  
guerra a través de imágenes mediáticas en espacios privados y pú-  
10  
blicos. A ello se suma que la Primera Guerra Mundial sucedió allí,  
sobre todo como guerra propagandística, difundiéndose así también,  
en el subcontinente, la inédita forma de agitación radical de todos  
los adversarios.  
Desde el lado latinoamericano, se debe considerar el contexto  
de violencia emergente que comenzó aquí ya en 1910, con la Revo-  
lución Mexicana. Si bien no existía ninguna relación causal entre la  
guerra civil mexicana y la guerra mundial, para la mirada de muchos  
latinoamericanos dichos sucesos fueron ejemplo del estado de crisis  
mundial, agitada por una ola de violencia global que terminó con su  
autoconciencia. Para Latinoamérica, la Primera Guerra Mundial es-  
taba imbricada en una década de estallidos sociales revolucionarios  
y de cambios políticos que alcanzaron su punto culminante entre los  
11  
años 1917 y 1919. Sin lugar a dudas, es posible reconocer una con-  
densación y aceleración de determinados procesos durante los años  
9
Marcus König, Sönke Neitzel, “Propaganda, Zensur und Medien im Ersten Weltkrieg”.  
Frank Bösch, Peter Hoeres (eds.), en: Außenpolitik im Medienzeitalter: Vom späten 19. Jahr-  
hundert bis zur Gegenwart, Göttingen, Wallstein Verlag, 2013, p. 125.  
10 Gerhard Paul, Bilder des Krieges – Krieg der Bilder: Die Visualisierung des modernen Krieges,  
Ferdinand Schöningh Verlag, Paderborn, 2004, pp. 105-106.  
1
1 Este sentido vale también para el subcontinente en cuanto a la demanda por una pe-  
riodización de la guerra, que recientemente ha señalado la investigación focalizada en  
Europa. Ver: Oliver Janz, 14: Der große Krieg, Campus Verlag, Frankfurt am Main, 2013,  
pp. 13-14. Hew Strachan, “The First World War as a Global War”…, cit. (11).  
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de la guerra. Así, los contemporáneos en Latinoamérica, como en  
otros lugares, experimentaron la ruptura de la confianza en las pro-  
12  
mesas de la modernización.  
La tradicional orientación hacia modelos europeos se mostró  
13  
obsoleta, lo que llevó a repensar el futuro. Así se reforzó aún más  
el llamado hacia una reorientación de identidades a nivel nacional y  
regional, que ya asomaba antes de la guerra mundial. Al igual que  
en otras regiones del mundo, la acentuación del nacionalismo y re-  
gionalismo fue también en Latinoamérica una reacción, en el marco  
de una constelación global, que fue traída a colación en la era del im-  
perialismo que alcanzó tanto su clímax como su ruina, durante la  
Primera Guerra Mundial. En este sentido Latinoamérica no repre-  
sentaba un caso excepcional. Más bien, lo específicamente latinoa-  
mericano consistía en que las oligarquías gobernantes se veían como  
partes integrales de la civilización europea, cuyo régimen sucumbió  
durante la Primera Guerra Mundial. A partir de 1914 fue, por lo  
mismo, más urgente aquí que en otras regiones del mundo la pre-  
gunta por nuevos órdenes identitarios. Pero no sólo a este nivel  
queda claro cuan fuertemente afectaba la dimensión global en lo  
local.  
La percepción del impacto de la interacción entre el desarrollo  
local y los entrelazamientos globales, durante la Primera Guerra  
Mundial, casi no ha repercutido en la historiografía referida a Lati-  
noamérica en varias décadas. En esta historiografía se separa a me-  
nudo la fase de creación de los Estados latinoamericanos —en el largo  
siglo XIX— de la del desarrollo hacia modernas sociedades de masa  
en el siglo XX. Las representaciones panorámicas parten, la mayo-  
ría de las veces, sus periodizaciones con un momento decisivo que  
recién ocurre a partir de 1930. Por lo tanto, la gran crisis económica  
14  
12 Carlos Ibarguren, La historia que he vivido, Sudamericana, Buenos Aires, 1999 [1955], p.  
3
01. Ricardo Rojas, La guerra de las naciones, Librería la Facultad, Buenos Aires, 1924, p.  
310.  
1
3 Para una experiencia del desastre véase: Lucian Hölscher, “The First World War as a  
Rupture’ in the European History of the Twentieth Century: A Contribution to the  
Hermeneutics of Not- Understanding”, German Historical Institute London Bulletin, 35,  
No2, November 2013, p. 75.  
4 Ver por ejemplo: Peter Bakewell, A History of Latin America, Blackwell Publishers,  
1
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
mundial resulta ser el momento a partir del cual la historia de Lati-  
noamérica tomó una nueva dirección. De acuerdo con esta interpre-  
tación, la Primera Guerra Mundial no sólo no es interpretada como  
un agente de cambio que afectó el desarrollo histórico de la región,  
sino que aparece en dichas representaciones muy al margen o está  
completamente ausente.  
No obstante, surgió una historiografía temprana de los acon-  
tecimientos. Al final de la guerra aparecieron los primeros trabajos  
que se escribían aún bajo el impacto de los sucesos y que argumen-  
taban de acuerdo a una lógica revanchista. Estos textos se concen-  
traban unilateralmente en el nivel diplomático y, en su interpre-  
tación, diferenciaban inequívocamente entre buenos (pro aliados) y  
15  
malos (neutrales). El estudio del historiador norteamericano, Percy  
Martin (1925), se dirigió a su objeto de manera menos partidista, aun-  
que su apreciación de la política mexicana estuviese fuertemente in-  
16  
fluida por los afectos antirrevolucionarios. A partir de entonces, la  
Primera Guerra Mundial dejó de ser tema por un largo tiempo, ya  
que la superaron la crisis económica mundial y la Segunda Guerra  
Mundial. Recién con el surgimiento de las teorías de dependencia se  
despertó un renovado interés por el significado que la primera gue-  
rra global del sigo XX tuvo para Latinoamérica. Aunque no fue nin-  
gún historiador, el sociólogo André Gunder Frank, formuló en 1969  
la tesis por la que, solo a través de la ruptura de los lazos externos,  
había sido posible una industrialización independiente en Latinoa-  
mérica y junto a ella el desarrollo. La fase de la Primera Guerra Mun-  
dial representaba para Frank un testimonio fundamental. Cuando  
Malden, 2004. Tulio Halperin Donghi, Geschichte Lateinamerikas, Suhrkamp, Frankfurt  
am Main, 1994. François Chevalier, América Latina de la independencia a nuestros días,  
Labor, Barcelona, 1983. Enrique Ayala Mora, Eduardo Posada Carbó (eds.), Historia Ge-  
neral de América Latina, tomo 7, Los proyectos nacionales latinoamericanos: sus instrumentos  
y articulación, 1870–1930, Editorial Trotta, Madrid, 2008.  
5 Ver por ejemplo: Gaston Gaillard, Amérique latine et Europe occidentale: L’Amérique latine  
et la guerre, Berger-Levrault, Paris, 1918. F.A. Kirkpatrick, South America and the War,  
Cambridge University Press, Cambridge, 1918. John Barrett, Latin America and the War,  
Pan-American Union, Washington DC, 1919. Barrett, el director general de la Unión  
Panamericana, aclaró que al menos la mantención de la neutralidad no se podía inter-  
pretar de ningún modo como un acto de enemistad contra los aliados.  
1
16 Percy Martin, Latin America and the War, Peter Smith, Gloucester, 1967 [1925].  
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Stefan Rinke  
historiadores examinaron en los años siguientes las tesis de los teó-  
ricos de la dependencia, éstas demostraron en gran parte no ser sos-  
tenibles. Bill Albert mostró así en su trabajo histórico social y  
económico de 1988 —hasta hoy día una obra estándar en este campo  
temático— que durante la guerra más bien aumentó la dependencia  
de afuera, debido a la guerra económica y que el sector exportador  
17  
incluso se fortaleció gracias a ella.  
El interés de Frank y Albert por la Primera Guerra Mundial si-  
guió siendo una excepción hasta fines del siglo XX. Esta situación,  
en cambio, resulta muy diferente en el panorama de las historiogra-  
18  
fías nacionales. A esto se agrega que la década de 1910 es conside-  
rada por muchas historiografías nacionales como una fase de  
cambio. Pese a ello, los años de la guerra se tematizan solo ocasio-  
nalmente en sí mismos.  
Si la Primera Guerra Mundial fue por mucho tiempo un tema  
marginal en la historiografía latinoamericana, esto lo fue aún más  
para la historiografía sobre la Primera Guerra concentrada, casi por  
completo, en las perspectivas de Europa y Estados Unidos; y cuyos  
focos de análisis fueron sobre todo las consecuencias políticas y eco-  
nómicas de la guerra. En los últimos años, y de modo paralelo al as-  
censo de enfoques históricos globales, se han realizado diversos  
estudios historiográficos en los que conscientemente se entrelaza la  
guerra en su contexto global. Siguiendo una demanda formulada  
por Jürgen Kocka en 2004, en los últimos diez años los historiadores  
adoptaron el sentido más amplio de la noción de guerra mundial y  
1
7 Andre Gyer Frank, Latin America: Underdevelopment or Revolution, Monthly Review  
Press, New York, 1969, pp. 9-10. Bill Albert, South America and the First World War,  
MacMillan Press, London, 1983, p. 3.  
18 Francisco Luiz Teixeira Vinhosa, O Brasil e a Primeira Guerra Mundial: A diplomacia bra-  
sileira e as grandes potências, Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro, Rio de Janeiro,  
1990. Juan Ricardo Couyoumdjian, Chile y Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mun-  
dial y la postguerra, Editorial Andrés Bello/Ediciones Universidad Católica de Chile,  
Santiago de Chile, 1986. Friedrich Katz, The Secret War in Mexico: Europe, the United  
States and the Mexican Revolution, The University of Chicago Press, Chicago, 1981. Ver  
también: Stefan Rinke, “‘Ein Drama der gesamten Menschheit’: Lateinamerikanische  
Perspektiven auf den Ersten Weltkrieg” Geschichte und Gesellschaft, 40, No2, 2014, pp.  
287-307.  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
examinaron más detenidamente su dimensión global.19 No resulta  
extraño que, en la mayoría de los casos, la mirada se limitó a las co-  
lonias de África y Asia, es decir, solo incluyó aquellos territorios  
donde la guerra armada ocurría por tierra y mar. Aquella delimita-  
ción refleja el carácter primitivo de lo militar en la historiografía de  
la Primera Guerra Mundial. Aquí muy pocas veces se toma en cuenta  
a Latinoamérica y, cuando así sucede, los relatos se concentran en  
general en descripciones detalladas de los combates navales de Co-  
20  
ronel y de las Islas Malvinas de 1914. Esto vale por ejemplo para  
Lawrence Sondhaus, quien acertadamente habla en relación a la gue-  
rra de una “revolución global”, pero que no logra plasmar dicha idea  
21  
sistemáticamente en su representación. Solo últimamente se ha in-  
troducido la perspectiva de la dimensión global de la guerra también  
en relación a la movilización de recursos económicos, sociales, mili-  
tares y culturales.22  
Los Estados latinoamericanos que se mantuvieron completa-  
mente neutrales hasta 1917, y en parte también después de ese año,  
fueron considerados tradicionalmente como pasivos y poco intere-  
santes para la historiografía sobre la guerra, así como lo fueron todos  
los neutrales —con excepción de Estados Unidos que más tarde sería  
decisivo para la guerra. Pero, en las guerras totales del siglo XX, la  
neutralidad no podía seguir pensándose en términos pasivos, ya que  
los neutrales, lo quisieran o no, se relacionaban con los acontecimien-  
tos de manera muy diversa. Debido a sus materias primas o a sus  
1
9 Jürgen Kocka, “Der Große Europäische Krieg – 90 Jahre danach”. Helmut Bleiber, Wolf-  
gang Küttler (eds.), en: Revolution und Reform in Deutschland im 19. und 20. Jahrhundert,  
tomo 2, Ideen und Reflexionen, Berlín, Trafo-Verl, 2005, pp. 183-184.  
20 Hew Strachan, The First World War, tomo 1: To Arms, Oxford University Press, Oxford  
2
001. William K. Storey, The First World War: A Concise Global History, Rowman & Lit-  
tlefield Pub, Lanham, 2009, pp. 67-72. Lawrence Sondhaus, World War One: The Global  
Revolution, Cambridge University Press, Cambridge, 2011, pp. 103-109. Michael  
Neiberg, Fighting the Great War: A Global History, Harvard University Press, Cambridge,  
2005, pp. 123-150. Daniel Marc Segesser, Der Erste Weltkrieg in globaler Perspektive, Ma-  
rixverlag, Wiesbaden, 2010. Heike Liebau (ed.), The World in World Wars: Experiences,  
Perceptions and Perspectives from Africa and Asia, Brill, Leiden, 2010.  
1 Oliver Janz, 14: Der große Krieg…, cit. (133-140). Lawrence Sondhaus, World War One…,  
cit. (1-2).  
2
2
2 Oliver Janz, 14: Der große Krieg..., cit. (10).  
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posiciones estratégicas, los países latinoamericanos poseían mayor  
o menor poder de negociación, lo que debería sondearse detallada-  
mente si se quieren tomar en cuenta seriamente las tesis de la guerra  
23  
total y global.  
La agitación y explotación de levantamientos en el mundo co-  
lonial afectó también a la tan informalmente colonizada Latinoamé-  
rica. La guerra secreta, sobre todo en México, correspondía a lo  
mismo y no solo involucró a los alemanes, sino también a todas las  
grandes potencias muy activas con sus espías y con sus ciudadanos,  
viviendo en los lugares en cuestión. Todas las potencias en guerra  
intentaron apoyar revoluciones sociales o movimientos de liberación  
24  
nacionalista en los territorios gobernados por sus enemigos. A par-  
tir de estas reflexiones, la rivalidad imperialista fuera de Europa,  
siendo uno de los motivos para la Primera Guerra Mundial, se situó  
reforzadamente en el centro de los intereses historiográficos e in-  
cluyó también a Latinoamérica.25  
¿Cuáles factores llevaron a los latinoamericanos y en especial  
a los ecuatorianos a apreciar a la Primera Guerra Mundial como un  
hito importante para su propio mundo? ¿En qué medida se involu-  
cró Latinoamérica directa o indirectamente con los sucesos bélicos?  
¿Cómo percibieron los latinoamericanos la guerra y cómo la dotaron  
de sentido? ¿Cómo se reposicionaron personas de diferentes clases  
sociales ante el colapso de sus imaginarios relacionados a Europa en  
el contexto de un mundo en guerra? ¿Qué forma de conciencia mun-  
dial surge en este contexto? ¿Cuáles conceptos de futuro se derivan  
de ello para el propio desarrollo?  
Cuando estalló la guerra en Europa, en 1914, la espiral de vio-  
lencia se expandió hacia una nueva dimensión global. Los gobiernos  
latinoamericanos querían permanecer neutrales, hacerse a un lado y  
esperar un rápido desenlace y finiquito de la misma, como lo prego-  
2
3 Johan den Hertog, Samuël Kruizinga, “Introduction”. Johan den Hertog, Samuël Krui-  
zinga (eds.), en: Caught in the Middle: Neutrals, Neutrality and the First World War, Ams-  
terdam, Aksant, pp. 1-2. Marc Frey, “The Neutrals”, Defense Studies, No 3, 2000, p. 4.  
4 Friedrich Katz, The Secret War…, cit. (X).  
2
2
5 Christopher A. Bayly, The Birth of the Modern World 1780-1914, Blackwell Pub, Malden,  
2004, p. 472.  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
naban en voz alta los estrategas de los frentes de guerra. Sin embargo,  
la guerra tomaría muy pronto un curso sin precedentes históricos. En  
efecto, pues la guerra no sólo no tendría entonces un final inminente,  
sino que los latinoamericanos no serían capaces de mantenerse al  
margen de los acontecimientos. Por el contrario, desde el comienzo,  
las consecuencias de la conflagración se hicieron sentir en toda la re-  
gión, debido a la guerra económica y la propaganda de guerra.  
¿
Cómo debían reaccionar los gobiernos ante los beligerantes, con los  
que se interrelacionaban desde antes ya de muchas maneras, para no  
caer en el torbellino? ¿Cuáles consecuencias acarrearía el conflicto?  
Desde una perspectiva política, en agosto de 1914 no había ne-  
cesidad alguna de sumarse a la guerra ni a ninguno de sus dos ban-  
dos, pues en definitiva eran solo poderíos europeos los que estaban  
enfrentándose directamente en el conflicto. Para los intereses nacio-  
nales de los Estados latinoamericanos era indispensable mantener,  
la mayor cantidad de tiempo posible, las vitales relaciones económi-  
cas con todos los partidos en guerra. No existían lazos políticos es-  
trechos u obligaciones pactadas previamente que provocasen o  
inclinasen una toma de partido, ni con los aliados (Gran Bretaña,  
Francia y Rusia), ni tampoco con los poderes centrales (Alemania y  
Austria-Hungría). El hábito de no inmiscuirse en guerras europeas  
era parte de la tradición diplomática de Latinoamérica, que se  
plasmó también en el panamericanismo. Por ello, todos los Estados  
soberanos de Latinoamérica declararon rápidamente su neutrali-  
dad. Para ello apelaron a la Segunda Conferencia por la Paz de la  
Haya de 1907 y a la declaración de la Conferencia de Londres sobre  
la beligerancia en mar y tierra de 1909, la que definió los derechos  
de los neutrales, sobre todo ante la acción de barcos pertenecientes  
a Estados en guerra.28  
26  
27  
2
6 “O Brasil neutro”, en: Jornal do Commercio, Río de Janeiro (19-11-1914), p. 3. Alejandro  
Álvarez, La Grande Guerre Européenne et la Neutralité du Chili, Paris, 1915, pp. 59–61.  
7 Las declaraciones de neutralidad sucedieron en el curso de agosto de 1914. Para el caso  
ecuatoriano ver: “Neutralidad del Ecuador”, en: El Comercio, Quito (19-08-1914), p. 1.  
Consulado general ecuatoriano al Ministerio del Exterior, Hamburgo (26-08-1917), en:  
Ecuador, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Quito (AMRREE), D.1.8. Co-  
municaciones recibidas del Consulado del Ecuador en Hamburgo, tomo VI.  
2
28 Los detalles de la regulación contemplaban, entre otros, diferentes tiempos de estadía  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 101–130  
111  
Stefan Rinke  
Los gobiernos latinoamericanos seguían con su neutralidad el  
ejemplo de Estados Unidos, quienes también querían mantenerse al  
margen de la guerra, pese a sus simpatías por la cuestión de la En-  
tente. Al igual que en Estados Unidos, la neutralidad servía a fines  
políticos internos tendientes a prevenir conflictos étnicos, especial-  
mente en aquellos Estados latinoamericanos que contaban con una  
inmigración importante proveniente de Europa. Apenas se supo la  
noticia del estallido de la guerra, los diplomáticos de los países eu-  
ropeos se preocuparon de llamar a sus banderas a aquellos emigran-  
tes que estaban obligados a prestar el servicio militar. Desde los  
consulados fueron conminados a enlistarse por medio de variados  
órganos de prensa extranjeros que se dirigieron a las comunidades  
forasteras in situ. El llamado al reclutamiento tuvo al comienzo una  
fuerte resonancia. En los Estados que contaban con comunidades ex-  
tranjeras más pequeñas —como fue por ejemplo en Ecuador— los  
29  
esfuerzos de movilización fueron muy intensos también. Pero des-  
pués de la euforia inicial, el espíritu de sacrificio se mantuvo en un  
umbral más bien bajo entre los inmigrantes, además estuvo limitado,  
en primera instancia, a los miembros de la clase media.  
Si bien las actividades de las minorías nacionales cuestionaban,  
al menos potencialmente, la neutralidad de los Estados latinoameri-  
canos, el destino de sus ciudadanos que se encontraban en Europa  
tras el estallido de la guerra no representaba una situación menos  
problemática. Los consulados informaban acerca de ciudadanos que  
querían regresar lo antes posible a sus patrias. En Alemania, también,  
se detuvieron a algunos pocos ecuatorianos con apellidos de timbre  
inglés y en otras partes fueron reclutados a la fuerza por su descen-  
30  
dencia. Ante el avance de los ejércitos alemanes, se desató en agosto  
de 1914 una fuga colectiva de muchos Latinoamericanos desde París.  
Muchos partieron temporalmente a España, pero regresaron pronto  
en puertos neutrales para barcos armados y desarmados, además que prohibían el uso  
de la radiotelegrafía, etc. Ver: Stephen C. Neff, The Rights and Duties of Neutrals A Gen-  
eral History, Manchester University Press, Manchester, 2000, pp. 128–139.  
9 “Aviso a los alemanes”, en: El Comercio, Quito (05-08-1914), p. 4.  
0 Consulado General ecuatoriano a MRREE, Hamburgo (30-01-1915), en: AMRREE, D.1.9.  
Consulados del Ecuador en Berlín y Hamburgo.  
2
3
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112  
La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
de vuelta hacia 1915. Otros se quedaron en París y sirvieron como co-  
rresponsales de guerra. En términos generales, se puede afirmar que  
la alta cifra de latinoamericanos que vivía inicialmente en París bajó  
31  
fuertemente durante la Primera Guerra Mundial.  
Los reclutamientos tuvieron lugar en la inmediata vecindad  
de los Estados latinoamericanos neutrales y dejaron consecuencias  
en sus sociedades. Un comentador chileno concluía en 1916, ante la  
novedad de una guerra global, que también era necesario cambiar  
la modalidad de la neutralidad por una modalidad que fuera activa,  
ya que de otro modo no se podría impedir que los partidos en guerra  
no introdujesen su conflicto a través medidas económicas y comer-  
32  
ciales en los países neutrales. Por ello, los Estados latinoamericanos  
de ninguna manera fueron pasivos ante los desafíos políticos de la  
guerra en Europa. El gobierno ecuatoriano, bajo Leónidas Plaza y  
Gutiérrez, propuso considerar posibles ataques en aguas americanas  
neutrales como ataques contra América en su totalidad que debían  
ser sancionados de manera conjunta. Los gobiernos peruanos y bra-  
sileros se adhirieron a este parecer, pese a las observaciones del Mi-  
nistro del Exterior estadounidense William J. Bryan, quien sostenía  
que una medida tan extensa como aquella solo podría implemen-  
tarse una vez que la guerra terminase, pues recién entonces ganaría  
33  
una de las partes. En consecuencia, Venezuela promovió la inicia-  
tiva para una conferencia entre neutrales a fines de 1914 que no llegó  
34  
a realizarse. En 1915 y1916 se volvió a discutir el proyecto de una  
Liga de Neutrales dentro de un marco panamericano. El Presidente  
Wilson perseguía un tratado entre todos los Estados americanos en  
aras de garantizar la independencia política e integridad territorial  
3
3
3
1 MRREE al Ministerio de guerra, Quito (08-06-1915), AMRREE, I.1.10.1. Comunicaciones  
con el Ministerio de Guerra y Marina.  
2 Galvarino Gallardo Nieto, Panamericanismo, Imprenta Nascimento, Santiago de Chile,  
1
941, p. 203.  
3 Narciso Garay, Panamá y las guerras de los Estados Unidos , Imprenta Nacional, Panamá,  
930, pp. 26–28. Olivier Compagnon, L’adieu à l’Europe: L’Amérique latine et la Grande  
1
Guerre (Argentine et Brésil, 1914–1939), Fayard, París, 2013, pp. 59–61.  
3
4 Delegación al MRREE, Caracas, (26-11-1914), en: Beatriz Rosario Solveira (ed.), Argen-  
tina y la primera Guerra Mundial según documentos del Archivo del Ministerio de Relaciones  
Exteriores y Culto, vol. 1, Centro de Estudios Históricos, Córdoba, 1979-1994, pp. 6–8.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 101–130  
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Stefan Rinke  
de los países, más el arbitraje obligatorio para la solución de conflic-  
tos, así como el no reconocimiento a las revoluciones. De todas for-  
mas, no fue posible sostener la propuesta por la defensa conjunta de  
la neutralidad que habían empujado algunos Estados latinoameri-  
canos desde 1914. Los gobiernos de Chile y El Salvador rechazaron  
de plano la idea, ya que temían demandas territoriales de parte de  
sus vecinos.3  
5
De momento, solo era posible una modalidad de cooperación  
internacional en marcos subregionales de menor escala. El 25 de  
mayo de 1915 Argentina, Brasil y Chile firmaron el Tratado del  
A.B.C., en el cual se declaraba la obligatoriedad del arbitraje en los  
3
6
conflictos, mediante la intervención de comisiones neutrales. De  
igual manera, las críticas de parte de los Estados latinoamericanos,  
que no estaban incluidos en el tratado, se dejaron oír rápidamente.  
En la prensa ecuatoriana se hablaba de “megalomanía” de parte de  
3
7
los vecinos. Ni siquiera a nivel interno era popular el tratado, ya  
que no lo ratificaron ni el Parlamento chileno, ni el argentino. El  
38  
A.B.C. no llegó a ser así mucho más que un episodio. Con ello no  
se podía lograr una mayor independencia en el ámbito de la política  
exterior, o siquiera, la emancipación de las pretensiones hegemónicas  
de Estados Unidos.  
Aunque Latinoamérica no encontró, ni en el panamericanismo  
norteamericano, ni en la cooperación mutua, una directriz política  
para la toma de posición frente a la guerra o, incluso, para la plani-  
ficación de una defensa colectiva contra posibles ataques a la neu-  
tralidad y soberanía en el transcurso del conflicto bélico. Las élites  
políticas estaban muy conscientes de que no sería posible quedar al  
margen de aquella guerra de nuevas dimensiones globales. Se señaló  
3
3
5 “Frente a la nota británica”, en: La Nación, Buenos Aires, (12-01-1915), p. 7.  
6 Cristián Guerrero, Las conferencias del Niagara Falls, Editorial Andrés Bello, Santiago de  
Chile, 1966, p. 155. Pablo Yankelevich, La diplomacia imaginaria: Argentina y la Revolución  
Mexicana 1910–1916, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 1994, pp. 91–114. Berta  
Ulloa, México y el mundo: historia de sus relaciones exteriores, tomo 5, La lucha revolucionaria,  
El Colegio de México, México, 2010, pp. 212–224.  
37 Pablo Yankelevich, La diplomacia imaginaria…, cit. (121).  
38 Ulloa, La lucha revolucionaria…, cit. (227–251).  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
que la guerra implicaba una situación difícil para Latinoamérica,  
pues los intereses de los poderes nacionales en guerra no se limita-  
ban precisamente a Europa, ya que alcanzaban dimensiones globa-  
les. Ello se demostraría a los pocos meses de comenzada la guerra,  
tan pronto la guerra marina comenzase a expandirse hacia aguas la-  
tinoamericanas. En el proceso, la mayor parte de los Estados latinoa-  
mericanos se verían superados en la tarea de vigilar de manera  
efectiva sus costas, para asegurar que los países en guerra no inva-  
39  
diesen sus territorios nacionales. El acorazado ligero alemán ‘Leip-  
zig’, originalmente estacionado en la costa del Pacífico, huyó hacia  
las aguas neutrales sudamericanas a raíz de la declaración de guerra  
de los japoneses. El buque se abastecía en las Islas Galápagos lo que  
40  
condujo a la protesta de los Aliados en Quito.  
El perjuicio causado por la neutralidad de Latinoamérica fue  
más importante en el terreno económico que en el político. La guerra  
provocó el colapso de la economía mundial liberal, marcada por la  
fase de la globalización desde finales del siglo XIX. Esto tuvo reper-  
cusiones graves justamente para los países latinoamericanos, expor-  
tadores de materias primas, que dependían de los mercados  
41  
mundiales. En relación a esto, observadores contemporáneos sos-  
tuvieron que los efectos de la guerra debían tomarse en serio, pues  
Latinoamérica dependía desde el siglo XIX de los mercados y capi-  
tales europeos.42 Junto a las consecuencias indirectas de la guerra  
fueron decisivas las consecuencias económicas directas. El conflicto  
derivó rápidamente en una guerra total. Los partidos en guerra lo  
llevaron hacia una guerra económica inédita, hasta entonces de di-  
mensiones globales, en cuanto a la movilización de todos los recur-  
sos, incluyendo a los latinoamericanos. ¿Cómo se articuló el desarro-  
39 La literatura contemporánea informa sobre muchos casos. Ver por ejemplo: Garay, Pa-  
namá, cit. (7–9).  
4
0 “¿Buenos oficios?”, en: El Comercio, Quito (22-11-1914), p. 1. Martin, Latin America…,  
cit. (445–446). Ver también la correspondencia con los delegados alemanes en Ecuador,  
AMRREE, B.1.2. Comunicaciones recibidas de la Legación de Alemania, tomo II.  
1 Philip A. Dehne, “How important was Latin America”, Iberoamericana, Año 14, No53,  
4
4
2014, p. 157–160.  
2 “El año financiero”, en: La Nación, Buenos Aires, (01-01-1915), p. 7. Carlos Silva Vildó-  
sola, Le Chili et laguerre, F. Alcan, París, 1917, p. 2.  
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Stefan Rinke  
llo económico bajo las condiciones de una guerra global? ¿Qué efec-  
tos tuvo la guerra económica en la región?  
Aunque apenas comenzada la guerra, el miedo ante sus con-  
secuencias económicas fue un motivo fundamental para las demos-  
traciones masivas que se dieron en las grandes ciudades. Ante las  
novedades que se volcaban desde Europa se inflamó un ambiente  
de pánico. La caída de los precios de las materias primas y la carencia  
de combustibles provocaron el colapso de los negocios, por ejemplo,  
43  
en el puerto de Guayaquil. Muchos gobiernos reaccionaron con me-  
didas de emergencia a la aguda crisis y decretaron un cierre bancario.  
Además, se dieron a conocer moratorias a los servicios de deuda in-  
44  
terna y externa y se decretó la restricción de la exportación de trigo.  
Las moratorias también respondían al corte abrupto de flujos  
de capital provenientes de Europa. Desde la Independencia, casi  
todos los gobiernos latinoamericanos dependían en mayor o menor  
medida fuertemente de la bolsa de Londres. A lo largo del siglo XIX,  
además, se agregaron las inversiones directas e indirectas desde  
45  
Francia y el Imperio alemán. Pero abruptamente, a partir de agosto  
de 1914, no fue posible obtener nuevos préstamos. Los gobiernos de  
los países en guerra rescindieron los créditos pendientes y exigieron  
el dinero de regreso. Incluso, la bolsa inglesa cerró a final de año  
completamente y abrió sus puertas nuevamente en enero de 1915,  
solo bajo drásticas restricciones.46  
Por otra parte, el corte de los transportes, debido al bloqueo  
marítimo inglés, implicó una enorme restricción de las relaciones co-  
merciales con Europa. Esto se hizo patente dolorosamente en la vida  
económica de Latinoamérica. Los barcos destinados al comercio ex-  
47  
terior vital dejaron de aparecer. Inmediatamente después del esta-  
4
4
3 “Crisis comercial en Guayaquil”, en: El Comercio, Quito, (07-08-1914), p. 1.  
4 “Repercusión de la Guerra”, en: La Prensa, Buenos Aires, (04-08-1914), p. 8. Ver: Ricardo  
Weinmann, Argentina en la Primera Guerra Mundial neutralidad, transición política y con-  
tinuismo económico, Editorial Biblos, Buenos Aires, 1994, p. 39–41. Bill Albert, South Ame-  
rica and the First World War..., cit. (42–44).  
4
4
4
5 Stefan Rinke, Geschichte Lateinamerikas: den frühesten Kulturen bis zur Gegenwart, Beck,  
Munich, 2010, p. 79–80.  
6 Manuel E. Contreras, “La minería estañifera boliviana en la Primera Guerra Mundial”,  
Minería y economía en Bolivia, Biblioteca Minera Boliviana, La Paz, 1984, p. 17.  
7 Bill Albert, South America and the First World War…, cit. (40–41).  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
llido de la guerra pararon las líneas de buques a vapor alemanas,  
austríacas y francesas. En la costa del Pacífico, los barcos comerciales  
alemanes, que habían desarrollado hasta entonces una buena parte  
del comercio entre los Estados vecinos con Europa, huyeron hacia  
los puertos neutrales para no caer en manos de los ingleses. Los bri-  
tánicos requerían a su vez de muchas embarcaciones para realizar  
tareas militares. A ello se le sumaban las restricciones decretadas por  
los beligerantes, a propósito del uso del espacio marítimo europeo  
neutral. Aunque Ecuador recibió en agosto y septiembre de 1914  
ofertas de líneas de transporte naviero danés, para la liquidación de  
exportaciones de cacao, hasta el final de la guerra constituyó un  
48  
grave problema la escasez del espacio de carga. En el primer mo-  
mento fueron catastróficas las repercusiones que afectaron al comer-  
cio exterior. Los importes bajaron drásticamente debido a las  
restricciones de exportadores en Europa, a la falta de espacio de  
carga para el transporte y a las reducidas capacidades de importa-  
ción en Latinoamérica. El comercio interior fue gravemente afectado  
en su totalidad. A partir de agosto de 1914, la caída en los precios de  
productos de exportación, tales como café, azúcar, caucho y cacao,  
llevó a problemas tangibles en muchas economías, incluyendo la  
ecuatoriana. Ningún país de la región quedó exento de déficits y di-  
ficultades financieras y en todas partes reinaba un ambiente de pá-  
nico.4  
9
Los efectos directos de las medidas de emergencia se hicieron  
sentir de inmediato. Debido a que los empresarios ya no tenían di-  
nero para pagar sueldos y mantener el negocio a flote, reaccionaron  
50  
con despidos y se limitaron a esperar que llegasen tiempos mejores.  
Todas las ramas vinculadas al sector exportador de las economías  
nacionales latinoamericanas se vieron afectadas por estos desastro-  
sos efectos. Decenas de miles se quedaron sin trabajo y muchos mi-  
51  
graron hacia las capitales. La miseria social se siguió agravando.  
48 Consulado General Ecuatoriano al Ministerio de Relaciones Exteriores de Quito, Ham-  
burgo (15-09-1914), en: AMRREE, D.1.8.  
49 MRREE a embajada en Washington, Quito, (11-09-1918), Ecuador, AMRREE, M.1.9.1,  
Reservadas a la Legación en Washington.  
5
5
0 Bill Albert, South America and the First World War…, cit. (44).  
1 “20,000 hombres sin trabajo”, en: La Crónica, Lima (15-08-1914), p. 1.  
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Stefan Rinke  
Las dislocaciones por la guerra estuvieron presentes por largo  
tiempo, sobre todo en el ámbito financiero. En términos generales,  
el mayor cambio fue un desplazamiento de los mercados de capitales  
desde Londres a Nueva York, lo que, empero, no alcanzó para reem-  
plazar por completo a los prestamistas europeos. El agotamiento del  
capital extranjero significó el fin de muchos proyectos de construc-  
ción pública, así como de muchas inversiones directas. En la cons-  
trucción de ferrocarriles, por ejemplo, esto se confirmó en el caso de  
5
2
la empresa alemana Orenstein & Koppel en Ecuador. Aunque la  
guerra llenó muchos bolsillos a partir de 1915, raras veces se ponían  
las ganancias a disposición para sustituir al capital extranjero, más  
5
3
bien se destinaba al desarrollo del sector exportador. Incluso, en  
países beneficiados por la demanda europea, las élites no pudieron  
hacer más que lamentar la destrucción del crédito global y del sis-  
tema comercial.  
La crisis provocada por el estallido de la guerra continuó,  
sobre todo, en aquellos países que exportaban en primera línea pro-  
ductos tropicales provenientes de plantaciones. Así, los productores  
de cacao en Ecuador y Venezuela sufrieron tan intensamente como  
los exportadores de café en Centroamérica, debido a las dificultades  
para vender sus productos. La caída de los precios y de la cantidad  
de exportaciones condujo a déficits masivos en los presupuestos.  
Esto dejó las arcas vacías para la adquisición de las importaciones  
necesarias que, consecuentemente, se encarecían. No obstante, se ob-  
servaban diferencias relacionadas con el grado de dependencia de  
las importaciones, de acuerdo a la fuerza de los lazos existentes con  
Europa. Los exportadores de café fueron más fuertemente afectados  
que los exportadores de bananos, cuyos mercados se encontraban  
sobre todo en Estados Unidos.54  
Para la mayor parte de la población en Latinoamérica, así  
como en muchas otras regiones del mundo, el problema más grande  
5
5
5
2 Percy Martin, Latin America and the War…, cit. (439).  
3 Bill Albert, South America and the First World War…, cit. (177–179).  
4 “El malestar económico”, en: El Comercio, Quito (11-05-1915), p. 1. “Civilicémonos”, en:  
El Progreso, Cuenca (16-01-1917), p. 1. Véase también: Bill Martin, Latin America and the  
War…, cit. (438).  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
desencadenado por la guerra fue el alza desenfrenada de los precios  
y la explosión de los costos de vida. Las tendencias inflacionarias  
durarían hasta el fin de la década. Sobre todo, el alza continua de los  
precios de alimentos, junto a la baja de los sueldos reales, contribu-  
yeron a empeorar dramáticamente la situación de los trabajadores y  
de la clase media. El alza de los precios se debió a varios factores.  
Por una parte, se interrumpieron las importaciones desencadenando  
en muchas partes una desenfrenada especulación. Ello a su vez en-  
careció los alimentos vitales que hasta entonces no habían sido cata-  
logados como productos de importación, cuestión criticada  
duramente, aunque sin repercusiones, por la prensa diaria. Por otra  
parte, las medidas de los gobiernos contra el encarecimiento de la  
vida no tuvieron mayores efectos concretos pues, o no llegaban a im-  
plementarse o se revelaban como contraproductivas. La grave situa-  
ción de la población trabajadora siguió constituyendo un problema  
55  
denunciado recurrentemente por la opinión pública.  
También, las catastróficas consecuencias socioeconómicas de  
la guerra en vastas regiones de Latinoamérica se debían, natural-  
mente, a las consecuencias de la guerra directa. De hecho, la guerra  
devino en una guerra mundial porque fue dirigida desde un co-  
mienzo como una guerra económica. La medida más importante de  
los Aliados la representó el creciente bloqueo comercial y marítimo,  
ejercido durante los tiempos de guerra, que fue paralelo al minado  
56  
del Mar del Norte. Según el derecho internacional y las reglamen-  
taciones decimonónicas contra costas y puertos enemigos, así como  
contra barcos enemigos y mercancías trasportadas en alta mar, estas  
medidas eran aceptables para la guerra económica. La Segunda Con-  
ferencia de La Haya de 1907, así como la Declaración relativa al de-  
recho de la guerra marítima de Londres de 1909, concretaron las  
disposiciones para el tratamiento de los neutrales, aunque no todos  
los participantes de la conferencia —entre otros Gran Bretaña— las  
55 “El alza del azúcar”, en: El Comercio, Quito (22-08-1914), p. 1.  
5
6 Tal como lo ha mostrado Dehne, la iniciativa de una guerra económica surgió entre los  
empresarios ingleses residentes en Latinoamérica. Phillip A. Dehne, On the Far Western  
Front: Britain’s First World War in South America, Manchester University Press, Man-  
chester, 2009, pp. 40-41.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 101–130  
119  
Stefan Rinke  
ratificasen. Dichas disposiciones definían como “productos de con-  
trabando” a aquellas mercancías transportadas por barcos neutrales  
y restringían en parte la posibilidad de la confiscación de aquellos  
57  
productos que no eran indispensables para la guerra.  
Después del estallido de la guerra, ambas partes se atuvieron  
por lo pronto a las declaraciones provenientes del derecho marítimo.  
Sin embargo, en el caso de Gran Bretaña se derivó también hacia una  
definición más amplia del contrabando. En concordancia, todos los  
alimentos se categorizaron como productos de contrabando, autori-  
zando al gobierno inglés a decidir en cada caso correspondiente si  
se confiscaban o no determinadas cargas de transporte naviero. El  
café se vio así afectado a partir de noviembre de 1914. El gobierno  
en Londres pretendía dañar así sobre todo a los productores de café  
58  
alemanes. Determinadas exportaciones relevantes para la guerra,  
como el vital carbón argentino, fueron prohibidas por los aliados.  
Las medidas obedecieron a una reacción ante la guerra de acoraza-  
dos alemanes que provocó nerviosismo entre los hombres de negocio  
británicos, residentes en el extranjero.59  
Debido a que el comercio alemán se llevó a cabo al principio  
por países vecinos neutrales, como Dinamarca y sobre todo los Países  
Bajos, los británicos se esforzaron en imponer regulaciones en el co-  
mercio de los neutrales para obligarlos a negociar solo con los Alia-  
dos o entre ellos mismos. Londres operó sin plan previo alguno en  
la fase inicial de la guerra. Se configuraron listas con empresas de  
neutrales que colaboraron estrechamente con los alemanes y que fa-  
cilitaban mercancías estratégicamente importantes a Alemania para  
60  
luego boicotearlas. Recién en marzo de 1915, cuando Gran Bretaña  
amplió el bloqueo como reacción ante la primera declaración ale-  
mana de guerra submarina ilimitada, el gobierno británico se ocupó  
57 En torno a los derechos de los neutrales: Nigel Hawkins, The Starvation Blockades: Naval  
Blockades of World War I, Leo Cooper, Barnsley, 2002, pp. 80–91.  
58 Francisco Luis Teixeira Vinhosa, O Brasil e a Primeira Guerra Mundial..., cit p. 51. Lega-  
ción de Costa Rica a MRREE, Londres, (04-01-1915), Costa Rica, Archivo Nacional  
(
ANCR), Relaciones Exteriores (RREE), Caja 230:1.  
5
6
9 Phillip A. Dehne, On the Far Western Front…, cit. (44–47).  
0 Phillip A. Dehne, On the Far Western Front…, cit. (51).  
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120  
La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
de operar más sistemáticamente. Se impidió el comercio alemán en  
puertos neutrales y se definieron contingentes de importación para  
determinadas mercancías provenientes los Estados neutrales, en can-  
tidades que no sobrepasaban el autoconsumo. Los cónsules británi-  
cos, a su vez, controlaban a los exportadores con declaraciones de  
no objeción, los llamados navicerts. Para contraer los precios de las  
importaciones que eran vitales, los intereses económicos de los Alia-  
dos en Latinoamérica se organizaron en comités comerciales (Comité  
Comercial de los Aliados o Comité de Compras) que contaban con un  
61  
gran poder de mercado. Los gobiernos latinoamericanos no acep-  
taron dicha política sin reservas y críticas. Grande fue la indignación  
pública provocada por las medidas tomadas, pues afectaban profun-  
damente a la soberanía nacional.  
Desde 1915 los británicos sistematizaron las listas negras que  
se publicaban dos veces mensuales. En las listas se inscribieron cada  
vez más firmas de apellidos de alemanes o de sus descendientes vin-  
culados con diferentes latitudes del mundo. A los ciudadanos ingle-  
ses les estaba prohibido involucrarse en relaciones de negocio con  
estas empresas. Al servicio exterior le fue encomendado vigilar el  
cumplimiento de las mismas e instalarlas, por cierto, con el apoyo  
local de empresas británicas locales. La práctica de las listas negras  
se mantuvo en marcha estratégicamente para cortar definitivamente  
el suministro alemán de materias primas desde ultramar y, a su vez,  
para expulsar la competencia alemana de aquellos mercados. Tal  
como lo ha afirmado el historiador Phillip Dehne, también se trató  
de una agresión frontal contra todos los intereses alemanes en el  
62  
mundo que tuvo un alto impacto en Latinoamérica. ¿Habían alcan-  
zado con esto su meta los británicos, líderes del poder marítimo de  
los Aliados? La guerra económica no era un éxito total en Latinoa-  
mérica. Cabe destacar que los Aliados carecían de la fuerza suficiente  
para abordar aquello que exigiría vehementemente el delegado bri-  
tánico en Brasil en abril de 1915: ocupar consecuentemente la opor-  
6
1 Gerd Hardach, Der Erste Weltkrieg 1914-1918, Deutscher Taschenbuch-Verlag, Munich,  
973, p. 19.  
1
62 Phillip A. Dehne, On the Far Western Front…, cit. (71–73).  
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Stefan Rinke  
tunidad para expulsar de una vez por todas a los competidores ale-  
63  
manes de sus posiciones en Latinoamérica.  
Estados Unidos, en cambio, estaba mucho mejor preparado  
para penetrar en las regiones de Latinoamérica que debieron aban-  
donar el comercio con los alemanes y para, al mismo tiempo, conte-  
ner a los Aliados. En el Department of State se hablaba así en 1915  
de una “oportunidad de oro” para saldar “cuentas pendientes” y para  
64  
expandirse en Latinoamérica. Era una coincidencia histórica que el  
nuevo Canal de Panamá se inaugurase justo al mismo tiempo que  
en Europa estallaba la guerra. Justamente dicho canal era símbolo  
de la integración panamericana, pero también representaba el sen-  
tido de superioridad de Estados Unidos en América, no solo a nivel  
tecnológico, sino que también político. La economía norteamericana  
compartía esta apreciación y dirigió sus actividades hacia Sudamé-  
65  
rica. Apoyaron determinantemente medidas políticas adicionales,  
tales como la de admisión de filiales extranjeras de bancos nortea-  
mericanos. El marco panamericano dominado por Estados Unidos  
se acentuó especialmente. Washington pretendía así transmitir a los  
latinoamericanos el sentimiento del trabajo colectivo activo, ligado  
a una reorientación fundamental del hemisferio occidental. Los in-  
tentos de acercamiento de todos modos no eran unilaterales. Ante la  
ausencia de capital de inversión proveniente de Europa, muchos go-  
biernos latinoamericanos tuvieron que dirigirse al mercado de capi-  
tal financiero de Nueva York de donde fluían portentosas ganancias  
provenientes de la guerra.66  
6
3 Legado británico a Foreign Office, Rio de Janeiro (23-04-1915). George Philip, Kenneth  
Bourne, Donald Watt (eds.), British Documents on Foreign Affairs [BD], Part II: From the  
First to the Second World War, Series D, Latin America, 1914–1939, Tomo 1, South America,  
1914–1922, University Publications of America, Bethesda, Md, 1989, p. 29.  
6
6
6
4 Dept. of State, Memorandum: Our present opportunity in the Caribbean (30-11-1915).  
National Archives (NA), Department of State (RG 59), 710.11/261.  
5 John Barrett, “Our Trade Opportunity”, American Review of Reviews, No 50, 1914, pp.  
469–474.  
6 Panamerican Financial Conference, Proceedings of the First Pan-American Financial Con-  
ference May 24 to 29, 1915, Washington, 1915, pp. 5–20. En torno al contexto ver: Emily  
Rosenberg, World War I and the growth of the United States preponderance in Latin America,  
Tesis Doctoral, New York University, Nueva York, 1973.  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
y la Primera Guerra Mundial, 1914–1917  
En general, el acercamiento ocurría bajo presión y desencade-  
naba preocupaciones. Esto no solo valía para Gran Bretaña, que pre-  
tendía asegurar para si los mercados latinoamericanos, sino en una  
medida más importante también para los países afectados de la re-  
gión. La “conquista comercial” de Estados Unidos en Latinoamérica  
67  
ya era tema de la prensa diaria en 1914. Se expresaba el temor en  
cuanto a los efectos que tendría la ausencia de Europa en Centro  
América y Sudamérica, espacios que corrían el riesgo de convertirse  
68  
en el “botín de guerra de Estados Unidos. La expansión económica  
del ‘tío Sam’ fue un motivo popular y permitía convocar a todos  
aquellos viejos estereotipos de angloamericanos codiciosos y mate-  
rialistas.  
Conclusiones  
La guerra en Europa puso a los latinoamericanos ante consi-  
derables desafíos, mucho antes de que un país americano fuese in-  
volucrado en el conflicto por primera vez. Las nuevas armas y  
tecnologías crearon nuevas dimensiones espaciales que eran impo-  
sibles de controlar, mediante el derecho internacional tradicional. En  
el intertanto, las fronteras de las esferas militares y civiles mantenían  
una fluida comunicación. La meta política más importante de todos  
los gobiernos latinoamericanos, la mantención de la neutralidad y al  
mismo tiempo de la soberanía nacional, casi no podía alcanzarse bajo  
estas condiciones. En este sentido, la nueva modalidad en la direc-  
ción de la guerra superó por lejos las posibilidades al alcance de los  
Estados nacionales latinoamericanos. Frente a tal desamparo era  
comprensible la orientación hacia Estados Unidos ante los temas sen-  
sibles, aunque los latinoamericanos también captasen la potencial  
amenaza proveniente de Washington.  
Los campos de batalla, si bien alejados, proyectaban su gran  
sombra hacia Latinoamérica y provocaban preguntas fundamenta-  
67 “La guerra europea”, en: La Nación, Buenos Aires (01-10-1914), p. 11.  
68 “Sud-América como botín de guerra americano”, en: El Diario del Hogar, México (22-  
09-1914), p. 2.  
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les. ¿Cómo tenían que actuar, sobre todo las naciones sudamericanas,  
con las múltiples minorías nacionales, siendo los mismos que venían  
junto a las corrientes migratorias desde el siglo XIX y cuyos países  
de origen se encontraban entonces en medio de una despiadada gue-  
rra entre sí? Los latinoamericanos sufrieron repercusiones a través  
de la guerra de espionaje y la estrategia global de Alemania. Las con-  
diciones de la neutralidad cambiaron estructuralmente en esta gue-  
rra total de dimensiones mundiales. Ya no bastaba sencillamente con  
mantenerse cubierto en el trasfondo del acontecer.  
Al mismo tiempo, los límites de los espacios de negociación  
de los latinoamericanos quedaron aún más claros en el nivel econó-  
mico que estaba estrechamente entrelazado con el nivel político. En  
estos ámbitos se hacían sentir fuertemente las remecidas europeas  
en Latinoamérica. Un sistema, en el cual el subcontinente ocupaba  
un lugar importante avalado por décadas, se hundía en agosto de  
1
914. El chocante impacto del estallido de la guerra alcanzó gran  
magnitud, pues inmovilizó a grandes sectores de la economía, de-  
sencadenando fuertes problemas sociales. Fenómenos como la ce-  
santía e inflación fueron notorios en este tiempo en grandes partes  
del sector exportador de Latinoamérica y, especialmente, en Ecuador.  
Las consecuencias no solo se limitaron a las ciudades, sino que tam-  
bién se hicieron presentes en el campo, pues lo que estaba en crisis  
era el abastecimiento básico. La mejora que se instaló en muchas par-  
tes a partir de 1915 tuvo un alto precio: nuevamente la reforzada de-  
pendencia de Europa y de Estados Unidos. La guerra económica,  
que se jugaba en una zona gris del derecho internacional, dejó pa-  
tente la pérdida de soberanía con las listas negras.  
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La catástrofe y la neutralidad: América Latina, Ecuador  
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La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual científica,  
y
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
entendiéndose por tales  
profesionales,  
quienes  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Rinke, Stefan, LA  
CATÁSTROFE Y LA NEUTRALIDAD: AMÉRICA LATINA, ECUADOR  
Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 19141917, boletín de la  
academia nacional de historia, vol. XCV, Nº. 198, julio  diciembre  
2018, Academia Nacional de Historia, Quito, 2017, pp. 101-130.