BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCV  
Nº 198  
Julio–diciembre 2017  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
SUBDIRECTOR:  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
Dr. Franklin Barriga López  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEFA DE PUBLICACIONES:  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL: Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCV  
Nº 198  
Julio–diciembre 2017  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
e-ISSN Nº 2773-7381  
Portada  
Monumento a Vicente Rocafuerte  
en la ciudad de Guayaquil  
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Quito  
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enero 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCV – Nº. 198  
Julio–Diciembre 2017  
ECUADOR: MIEMBRO NO PERMANENTE  
DEL CONSEJO DE SEGURIDAD  
Luis Narváez Rivadeneira1  
Mi sincero agradecimiento para quienes me brindan el honor  
de su compañía, permítanme unir mi profundo reconocimiento para  
los ilustres Miembros Académicos de este albergue de la sustancia y  
esencia del patrimonio histórico nacional, quienes se han dignado  
poner bajo mi responsabilidad el privilegio de acceder al oficio de  
burilador en las páginas de la identidad y de las raíces ecuatorianas.  
Cual benjamín que ingresa al templo del registro de la ver-  
dad, debo declarar que este discurso mío es la tarea de un zapador  
excavando en la galería del tiempo de ayer respecto de los hechos,  
personajes, lugares y circunstancias que ya forman parte del acervo  
cultural de la patria; me propongo exponer, en apretada síntesis, el  
producto de mi raciocinio sobre una cuestión difusa e inacabada de  
la política exterior del país; hoy intento –apenas- poner los hitos para  
una ulterior faena acerca de un importante retazo  
Antecedentes  
Hace 72 años, en la Conferencia de las Naciones Unidas  
sobre Organización Mundial, que inició sus trabajos el 25 de abril de  
1945, en la ciudad de San Francisco, se suscribió y puso en vigencia  
la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  
2
Del destacado internacionalista Charles G. Fenwick repro-  
1
2
Doctor en Jurisprudencia con especialización en Derecho Internacional, fue rector de la Uni-  
versidad del Pacífico, Quito. Catedrático universitario en varias universidades del país y el  
exterior.  
En el Servicio Exterior Ecuatoriano alcanzó el cargo de Embajador en 1981. Sus representacioes  
diplomáticas las cumplió en diversos países de América y Europa. Por el cabal cumplimien-  
toen sus funciones se ha hecho acreedor a más de una condecoración y distinción en diversios  
países del orbe.  
Charles G Fenwick, Derecho Internacional, Bibliográfica Omeba, Buenos Aires, 1963.  
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Luis Narváez Rivadeneira  
duzco esta esquemática y precisa información acerca de los antece-  
dentes de la naciente organización mundial. Dice:  
El origen más inmediato de la organización de las Naciones Unidas  
puede encontrarse en la Declaración sobre Seguridad General adop-  
tada en la Conferencia de Moscú de octubre de 1943”; añade: “El Pacto  
del Atlántico se había referido ya al ‘establecimiento de un sistema más  
amplio y permanente de seguridad general’, que permitiera el desarme  
de las naciones agresoras; esta enunciación de propósitos obtuvo la  
aprobación de cuarenta y cinco naciones para la adopción de la Decla-  
ración de las Naciones Unidas del 1° de enero de 1942  
Y luego agrega:  
La Declaración de Moscú incluía una promesa más específica, ya que  
los cuatro gobiernos que participaron en la conferencia reconocieron  
la necesidad de crear, en la fecha más inmediata posible, una organi-  
zación internacional general, basada sobre el principio de la igualdad  
soberana de todos los estados amantes de la paz, y abierta al ingreso  
de todos estos estados, grandes y pequeños con el fin de lograr el man-  
3
tenimiento de la paz y seguridad internacionales.  
En párrafo seguido burila estos datos irrecusables: “Después  
de formular esta promesa, los delegados de Gran Bretaña, los Estados Uni-  
dos y la Unión Soviética, se reunieron en Dumbarton Oaks, Washington,  
desde el 21 de agosto hasta el 28 de septiembre de 1944, y aceptaron pro-  
puestas para la creación de una organización internacional general, cono-  
cidas como ‘Propuestas de Dumbarton Oaks’; a continuación –dice-: “Se  
celebró una segunda reunión entre representantes de Gran Bretaña, los Es-  
tados Unidos y China”; “luego –afirma- las propuestas fueron sometidas  
a la aprobación de los cuatro gobiernos, y comunicadas posteriormente a los  
otros estados que habían firmado la Declaración de las Naciones Unidas. El  
2
5 de abril de 1945, se reunió en San Francisco, conforme a lo que ya  
adelanté, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización  
Internacional, y el 26 de junio, después de dos meses de labor, los es-  
3
Charles G. Fenwick, op. cit., p.202.  
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Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
tados representados en la Conferencia (entre ellos el Ecuador) adop-  
taron la Carta de las Naciones Unidas como un tratado internacional  
4
formal” .  
Mauricio Montalvo nos brinda la oportunidad de incorporar  
estos sesudos comentarios, tras una depurada investigación suya:  
Desde su fundación (se refiere a la ONU), los diplomáticos ecuatorianos  
han tenido participación destacada en las actividades, en el desarrollo  
de las funciones y en el cumplimiento del mandato otorgado a la ONU  
dentro del concierto internacional. Incluso antes de su existencia, los re-  
presentantes del Ecuador contribuyeron eficazmente a la configuración  
del organismo5  
Nos recuerda que la integración de la delegación, presidida  
por el Canciller Camilo Ponce Enríquez, estuvo conformada por  
Galo Plaza, a la sazón Embajador del Ecuador en Washington; Luis  
Eduardo Laso, Ministro de Hacienda en funciones; Neptalí Ponce  
Miranda; Carlos Tobar Zaldumbide; y Gonzalo Escudero.  
En lo sustantivo, Montalvo pone en escena a Camilo Ponce,  
quien presidiera el Comité III de la Conferencia encargado de los tra-  
bajos preparatorios sobre “arreglos coercitivos”, materia sustantiva  
en la configuración de la Carta. Al respecto señala que “Bajo su égida  
se discutieron el rol del Consejo de Seguridad a este respecto así como la na-  
turaleza y contenido de las medidas coercitivas. Resultado del trabajo del  
Comité bajo su presidencia es la redacción actual del Capítulo VII, artículos  
39 a 51 de la Carta”. La voz de Joseph Paul Bancour, destacado político  
francés, trasladada por Montalvo, valora y da crédito a la labor del  
Canciller Camilo Ponce cuando reconoce que gracias a su liderazgo  
permitieron al Comité “materializar la difícil tarea que se le había con-  
fiado y que estaba destinada a establecer lo que justamente podría conside-  
rarse la piedra angular de la estructura de paz que estamos en proceso de  
4
5
Ver Stettinius, R. B. Jr., Report to the President, citado por Fenwick, en el que se da una pers-  
pectiva general de la Carta, y se reproduce el documento junto con las Propuestas de Dum-  
barton Oaks.  
Mauricio Montalvo, “Ecuador en las Naciones Unidas: Miembro fundador y algunos referen-  
tes”, Revista AFESE 64, Edición Conmemorativa, Imprenta Noción, Quito, 2017.  
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construir… aquí está un enorme desarrollo histórico, a cuya concreción será  
6
un honor de los miembros del Comité III el haber colaborado”.  
Al revisar el “Informe Parcial de la Delegación del Ecuador  
a la Conferencia de las Naciones Unidas de San Francisco, 1945”, pre-  
sentado por Galo Plaza, Montalvo enuncia algunas de “las numero-  
sas propuestas ecuatorianas –que, por cierto, fueron diversas”. Sujeto  
a la naturaleza de esta rendición académica de cuentas, pongo acento  
en este comentario: “Una propuesta visionaria del Ecuador fue la amplia-  
ción de la membresía del Consejo de Seguridad, que no fue acogida en San  
Francisco pero que años más tarde en 1963 se incorporaría a la Carta pa-  
sando de 11 a 15 miembros, que es la conformación actual”. Otro tema  
central, que abordare más adelante, es el relativo a la “ilegitimidad del  
veto consagrada a favor de los cinco miembros permanentes del Consejo de  
Seguridad”. Ambas cuestiones, aunque no fueron aceptadas en San  
Francisco, como principios sellares, forman parte hasta ahora de la  
política exterior ecuatoriana.  
A partir de ese momento histórico, la comunidad internacio-  
nal ingresó a una nueva fase de las relaciones internacionales, a tra-  
vés de importantes cambios a la costumbre y a las normativas del  
clásico derecho internacional público. La vertiente académica, desde  
luego, con sus planteamientos doctrinarios y pedagógicos, incidió  
para brindar nuevas herramientas para el estudio y análisis de los  
planes y estrategias de la política exterior de los Estados.  
Aquí cabe elevar a categoría de máxima conducta el señala-  
miento de que los países pequeños, como el Ecuador, están obliga-  
dos, en defensa de sus intereses, a adoptar una política exterior que  
sea consistente en el tiempo y avalada en principios rectores, para  
aplicarla al largo, mediano y corto plazos, no como una propuesta  
gubernamental sino como definición del Estado. En la elaboración  
de la misma, para que sea consistente, deben incorporarse las de-  
mandas internas de desarrollo económico-social y, sustantivamente,  
el apoyo consensual de los actores nacionales. La planificación y es-  
trategias, dúctiles como tienen que ser, corresponde diseñarlas y eje-  
cutarlas a los Jefes de Estado, quienes deben utilizarlas en función  
6
Mauricio Montalvo, op. cit., p. 13  
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Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
de los requerimientos domésticos y de las realidades impuestas por  
el sistema global de las relaciones internacionales, durante el ejercicio  
de su administración.  
Es que las relaciones internacionales no son fenómenos ais-  
lados, sino que se desarrollan dentro de un esquema y de un sistema  
7
al cual están sujetas. A partir de esta afirmación, en el ámbito doc-  
trinario se advierte que “El esquema corresponde a la estructura de las  
relaciones internacionales formada por los diferentes hechos que caracterizan  
la política internacional en una época determinada. El sistema, por su parte,  
representa a esa estructura internacional en funcionamiento a través del  
conjunto de relaciones en interacción que se producen”, según el razona-  
8
miento de los tratadistas Valdes y Salazar, que lo hago mío. Con-  
forme a estos conceptos “la política mundial es el conjunto de  
acciones y situaciones que se generan entre actores internacionales”.  
En el marco de esas pautas teóricas, para el análisis me pro-  
pongo reseñar el contexto externo registrado en los años 1950-1951,  
1
960-1961 y 1991-1992, correspondientes a los períodos en que el  
Ecuador participó en calidad de miembro no permanente del Con-  
sejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En esencia, para una ade-  
cuada ponderación de la complejidad de intereses en juego,  
destacaré con mayor énfasis el rol de los Estados Unidos de América,  
así como el papel de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas,  
en un “Esquema” internacional marcado por la denominada Guerra  
Fría y entrencado por un “Sistema” internacional de Bipolarismo rí-  
gido.  
9
A mediados del siglo XX, apunta Lerner, los Estados Unidos de  
América (USA) se reconocían a sí mismos como uno de los dos grandes con-  
glomerados de poder del mundo; el otro, naturalmente era el bloque comu-  
nista ruso-chino. Ello implicó –asevera- una revaluación de la doctrina del  
interés nacional en la estructura de una lucha mundial por el poder y de un  
7
8
9
Luis Narváez Rivadeneira, Evangelio de un Peregrino: retablo de política internacional, Impreso  
en la República Dominicana, Banco Central, 1997. p.31.  
Pablo Valdes Phillips, / Juan Salazar Sparks, Política mundial contemporánea, Editorial Andrés  
Bello, Santiago, 1979, p. 11.  
Max Lerner, Los Estados Unidos como Civilización.- Tomo III, Fabril Editora S.A., Buenos Aires,  
1961, p. 271.  
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imperativo mundial de paz”; pero –comenta– “el concepto de interés na-  
cional ya no se encara desde el punto de vista tradicional del equilibrio de  
fuerzas”, conducido y manejado en las eras de Wilson y Roosevelt,  
vale decir durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, res-  
pectivamente. Se tendría presente, para el trazo del mapa ideológico  
bipolar y el ejercicio del mismo, desde finales de la década de los  
años cuarenta, que “La masa oceánica que separa a los Estados Unidos de  
Europa y de Asia podría haber sido considerada un factor de aislamiento”;  
sin embargo, gracias al desarrollo aeronáutico que permitía recorrer  
a gran rapidez por los océanos, esa masa oceánica no “ha infundido  
en los norteamericanos un sentimiento más opresivo que el cercamiento  
ideológico”, derivado del conflicto de concepciones opuestas y anta-  
gónicas entre el capitalismo y el socialismo.  
Para enfrentar ese desafío –señala el propio Lerner– los líde-  
res de la Casa Blanca “debieron modificar sus tácticas en tres impor-  
tantes y fundamentales direcciones. Una de ellas fue la carrera  
armamentista y la comprobación de cada fase de la política nortea-  
mericana de acuerdo con su influjo sobre el ‘potencial militar’ de los  
Estados Unidos (a punto tal de que) se disipó el tradicional temor  
norteamericano a ejércitos regulares, y fue posible hallar soldados y  
bases aéreas de los Estados Unidos en todos los rincones del mundo.  
La segunda transformación consistió en una nueva diplomacia eco-  
nómica que buscó el fortalecimiento de las deterioradas economías  
de los sectores que los norteamericanos esperaban atraer a su esfera  
de influencia. En tercer lugar, los norteamericanos se acostumbraron  
a pensar en términos de ‘guerra psicológica’, es decir; desde el punto  
de vista de la lucha entre propagandas y de la guerra de ideas”.  
En consecuencia –confirma Lerner- “el objetivo era impedir que  
áreas estratégicas cayeran en el sector de influencia del polo opuesto, con-  
solidar la fuerza de aquellas, y transformarlas en elementos efectivos de una  
estructura internacional colectiva”, de modo que, “a pesar de su tradicio-  
nal idealismo, la política norteamericana se orientó hacia las armas atómicas,  
la presión económica y la guerra política”.10  
10 Max Lerner, op. cit.  
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En cuanto a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas  
URSS) es pertinente refrescar estos datos apuntados por Lauterbach,  
(
en 1946, al inicio del nuevo Sistema internacional. Dice:  
El Kremlin y el pueblo quieren la paz, y lucharán por ella. Los rusos  
han luchado por la paz en los campos de batalla, creen haber luchado  
por ella en Dumbarton Oaks y siguen luchando por ella, diplomática-  
mente, en Lublin, Londres, Bucarest, Roma, Paris, Chungkin, Washing-  
ton y Moscú. Para Rusia, paz significa seguridad. Para lograr esa  
seguridad los rusos piensan y obran de acuerdo con un sencillo pro-  
grama de cuatro puntos: primero, volver impotente a Alemania por el  
término de cincuenta años al menos; segundo, asegurar gobiernos ami-  
gos en los estados limítrofes; tercero mantenerse en términos amistosos  
con todos los países del mundo cuyos gobiernos son amigos; cuarto,  
cooperar con los Estados Unidos y Gran Bretaña en la vigilancia de la  
paz mundial a través de una organización de Naciones Unidas como  
fuera bosquejado en Dumbarton Oaks.11  
No obstante agrega que los soviets sospechan “nuevas trai-  
ciones, o algún intento de Gran Bretaña y Estados Unidos de ‘hacer a un  
lado’ a Rusia”. Aquí traigo unas expresiones testimoniales: “La Unión  
Soviética… ha estado restringiendo su libertad de criticar cualquier debili-  
dad del sistema norteamericano, excepto en los casos en que esa debilidad  
12  
parezca afectar el esfuerzo de guerra o de paz de las Naciones Unidas”.  
Me resulta difícil, desde el punto de vista académico, avalar  
el siguiente comentario, pero es procedente evaluarlo:  
Cumplidos ya los 60 años desde que triunfara en Rusia la Revolución  
Bolchevique, podemos afirmar que no existe todavía un enfoque o cri-  
terio uniforme para analizar y calificar las acciones de la URRS. Ello,  
como producto de todo tipo de complicaciones para determinar con  
precisión cuáles son los factores más influyentes en lo que podríamos  
13  
definir como estereotipo de la URSS.  
1
1
1
1 Richard E. Lauterbach, Así son los rusos, Editorial Futuro, Buenos Aires, 1946, p. 368.  
2 Idem  
3 Pablo Valdes Philips y Juan Salazar Sporks, Política Mundial Contemporánea, Editorial Andrés  
Bello, Santiago, 1979, p.185.  
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Me pongo en esa orilla, sin dejar de advertir que existe abun-  
dante material sobre el comunismo, así como también acerca de la  
historia de Rusia, y que acaso la heterogeneidad derivada de los múl-  
tiples enfoques y numerosas tesis acerca de lo que es la política ex-  
terior del Kremlin, darían pie para evadir un señalamiento explícito  
del perfil de la política exterior de Rusia hasta la caída del Muro de  
Berlín en 1989, hecho trascendental que escapa al tema propuesto en  
este escrito. Sin embargo –anotan dichos autores, lo siguiente:  
Si se hace un repaso de la situación internacional, sobre todo en cuanto  
a la evolución experimentada desde la II Guerra Mundial hasta nues-  
tros días, es fácil comprobar cómo la expansión internacional de la  
URSS se ha ido estructurando sobre la base de una estrategia bien só-  
lida.- Sus intervenciones en el exterior han sido fundamentalmente  
doctrinarias, esto es, a través de una política gradual de penetración  
ideológica. Con ello, los aumentos territoriales obtenidos por Moscú  
no los ha logrado en el campo de batalla, sino como consecuencia de  
una habilidad diplomática o de una debilidad de los occidentales, que  
14  
no supieron consolidar sus propias ventajas sobre la URSS.  
En ese contexto externo, con una hegemonía compartida con-  
flictivamente por Washington y Moscú, ambos miembros permanen-  
tes del Consejo de Seguridad de la ONU, no cabe desmerecer las  
improntas de Beijing, Londres y París, también integrantes perma-  
nentes del Consejo, en el ejercicio de sus respectivas políticas exte-  
riores que incidieron en la conducta y el comportamiento de los  
Estados miembros no permanentes de dicho Consejo, escenario al  
cual acudiera el Ecuador en tres oportunidades.  
Una visión encaminada a consagrar la democracia como pa-  
trón conductual de los miembros de la sociedad mundial, es intro-  
ducida en la estructura orgánica de la Carta de la ONU, donde  
aparece la división de funciones, el ejercicio de las mismas y la igual-  
dad de los Estados miembros. En ese orden de ideas los foros de re-  
levancia participativa serían la Asamblea General y acaso el Consejo  
Económico y Social, mas no el Consejo de Seguridad ni el de Admi-  
nistración Fiduciaria.  
14 Valdes/Salazar, op. cit, p.206  
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Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
Apuntemos algo sobre la Asamblea General, en la cual todos  
1
5
los Estados miembros tienen representación directa e individual.  
Es el principal órgano deliberativo de la ONU. Las decisiones sobre  
cuestiones consideradas importantes, como, por ejemplo, las reco-  
mendaciones relativas a la paz y la seguridad, la admisión de nuevos  
miembros y las cuestiones presupuestarias, requieren una mayoría  
de dos tercios. Las decisiones sobre otras cuestiones se deciden por  
mayoría simple. Cada Estado miembro de la Asamblea tiene un voto.  
Esta consagración de la igualdad y de la participación directa  
e individual en el órgano deliberativo, se trastoca y adquiere carac-  
terísticas peculiares y hasta excluyentes cuando constatamos la in-  
tegración de los otros mecanismos de la ONU. Interesa, de manera  
especial, la composición y funciones del Consejo de Seguridad.  
El Consejo de Seguridad es el organismo de las Naciones  
Unidas encargado de mantener la paz y la seguridad en el mundo. A  
diferencia de otras reparticiones de la ONU que únicamente pueden  
realizar recomendaciones a los gobiernos, el Consejo de Seguridad  
puede tomar decisiones (conocidas como “resoluciones”) y obligar  
a los miembros a cumplirlas, de acuerdo a lo establecido por la Carta  
de las Naciones Unidas. El Consejo está conformado (a partir de  
1
963) por 15 naciones, 5 miembros permanentes con derecho de  
veto –los Estados Unidos, el Reino Unido, la República Francesa,  
la Federación Rusa y la República Popular China– y los 10 miembros  
no permanentes son elegidos de 5 en 5 cada año por la Asamblea Ge-  
neral de la ONU y por un período de 2 años. Cada miembro del Con-  
sejo tiene un voto. La presidencia del Consejo se rota mensualmente  
de manera alfabética.  
Por el artículo 27 de la Carta, las decisiones del Consejo sobre  
asuntos sustantivos requieren el voto afirmativo de nueve miembros.  
Un voto negativo, o “veto”, por un miembro permanente evita la  
adopción de una propuesta, aunque ésta haya recibido los votos re-  
queridos. La abstención no se observa como veto. Los asuntos de  
procedimiento no están sujetos a veto, de modo que el veto no puede  
ser usado para impedir ninguna discusión de un asunto.  
15 ABC de las Naciones Unidas, 2006, p.7  
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Luis Narváez Rivadeneira  
Indudablemente la consagración convencional de este privi-  
legio –forzada por las Grandes Potencias-, que irrespeta y lesiona al  
principio de la igualdad entre los miembros de un mismo cuerpo co-  
legiado, es ilegítimo. Los varios esfuerzos oficiosos y las demandas  
por corregir esa potestad discriminatoria y desigual, exhibidos desde  
hace tres décadas, han enfrentado y enfrentan una abierta oposición  
y rechazo de los cinco Estados con asiento permanente, pese a los  
cambios registrados desde la suscripción de la Carta de la ONU en  
1
945. El Ecuador demandó y demanda una corrección a la normativa  
vigente.  
Desraspar en el contexto interno del Estado ecuatoriano, en  
forma paralela, vale decir coetáneamente con el contexto externo al  
que he hecho referencia, interesa para formular un juicio crítico sobre  
la historia de la participación del Ecuador en el Consejo de Seguri-  
dad de la ONU, en calidad de miembro no permanente.  
Iniciaré con estas pinceladas, escritas por Albán Gómez, las  
cuales nos ilustran objetivamente acerca de la antesala del indicado  
período. He aquí sus expresiones:  
Las debilidades del sistema electoral ecuatoriano, con más de un siglo  
de historia, finalmente hacen crisis en 1944 y en buena parte explican  
el caudaloso apoyo popular que recibiera el movimiento político del  
28 de mayo de ese año y la figura mesiánica de Velasco Ibarra.- Tal es-  
píritu se manifestó, primero, en la Constitución de 1945 que, aunque  
rigió por escaso tiempo, ejerció una amplia influencia ideológica; y,  
luego, en la Constitución de 1946, que logró mantenerse vigente hasta  
1
963 y bajo cuyos lineamientos se realizaron cuatro elecciones presi-  
denciales sucesivas: las de 1948, 1952, 1956 y 1960. Es decir, una etapa  
de estabilidad política y jurídica como nunca antes se conociera en la  
historia de la República.16  
Tras la insurgencia velasquista de 1944, el líder y caudillo Ve-  
lasco Ibarra –cuya presencia se extendiera por cuatro décadas- im-  
puso un sello muy personal a su gestión política, incluida obviamen-  
16 Albán Gómez 1989, “Elecciones y democracia en el Ecuador”, en: Varios autores, El proceso  
electoral ecuatoriano,: Evolución del Sistema Electoral Ecuatoriano, Vol. I., TSE, Quito, 1989, p. 58  
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Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
te la internacional, caracterizada por tres constantes, según apunta  
Benjamín Carrión: “su amor irrefrenable al poder, su insobornable hon-  
radez en materia de enriquecimiento personal, y su implacable anti-impe-  
rialismo que acaso es más bien anti-yanquismo: ama lo europeo,  
principalmente lo francés, no tolera que los anglosajones nos dominen y nos  
17  
traten despectivamente, como a parientes pobres”.  
Para derranchar anotaré la acción gubernamental de Velasco  
en 1945 y 1946, en el marco de las Constituciones de los indicados  
años. Recuérdese que las líneas maestras en política exterior estuvie-  
ron definidas, en particular, en los artículos 6 y 7 de la Constitución  
de 1945, dada en el Palacio Nacional el 5 de marzo de 1945, con los  
siguientes mandatos que también fueron incorporados, con los nú-  
meros 5 y 6, en la Constitución de 1946:  
Art. 6.- La República del Ecuador acata las normas del Derecho Inter-  
nacional y proclama el principio de cooperación y buena vecindad  
entre los Estados y la solución, por los métodos jurídicos, de las con-  
troversias internacionales. Y,  
Art. 7.- El Ecuador dentro de la comunidad mundial de naciones, y  
para la defensa de sus comunes intereses territoriales, económicos y  
culturales, colaborará especialmente con los Estados Iberoamericanos,  
a los que está unido por vínculos de solidaridad e interdependencia,  
nacidos de la identidad de origen y cultura. Podrá, en consecuencia,  
formar con dichos Estados, o con uno o más de ellos, asociaciones que  
18  
tengan por objeto la defensa de tales intereses.  
Estos postulados constitucionales formaron parte de las cre-  
denciales de las delegaciones ecuatorianas, presididas por el Canci-  
ller Camilo Ponce Enríquez, primero, en la Conferencia Interame-  
ricana sobre los Problemas de la Guerra y de la Paz, celebrada en  
Chapultepec en marzo de 1945; y, luego, en la Conferencia de las Na-  
17 Luis Narváez Rivadeneira, Evangelio de un Peregrino: retablo de política internacional, Ed. Banco  
Central, República Dominicana, 1997, p.22.  
1
8 Constitución 6 de Marzo de 1945, ver en: https://www.cancilleria.gob.ec/wp-con  
tent/uploads/2013/06/constitucion_1945.pdf (01-08-2018)  
Constitución de 1946 ver en: https://www.cancilleria.gob.ec/wp-content/uploads  
/2013/06/constitucion_1946.pdf (01-08-2018)  
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Luis Narváez Rivadeneira  
ciones Unidas sobre Organización Internacional, realizada en San  
Francisco, a partir de abril de 1945. Además estuvieron presentes en  
las discusiones que tuvieron lugar, en el seno de la 1ª Asamblea Ge-  
neral de la ONU, cuando el Jefe de la Delación del Ecuador, Francisco  
Illescas reiteró su divergencia con el veto como sistema de votación  
en el Consejo de Seguridad. Lo hizo en los siguientes términos:  
El ejercicio más o menos arbitrario del derecho de veto, no es suficiente  
para explicar la atmósfera de desconfianza, que envuelve actualmente  
las órbitas del trabajo humano; hay además temor de las limitaciones  
a la justicia, temor a que los intereses políticos de los grandes pueblos  
puedan alcanzar alguna vez supremacía sobre los grandes intereses  
humanos. Es menester, en consecuencia, que en el proceso de perfec-  
cionamiento de la Carta de las Naciones Unidas, se democratice la or-  
ganización del Consejo de Seguridad en forma tan lógica y legítima  
que oportunamente llegue a la libre elección de todos sus miembros,  
restableciendo así plenamente el imperio de la igualdad soberana de  
los Estados y, a la vez, haciendo evidente el imperio de la justicia, ejer-  
cida y distribuida por igual en el mundo.- El llamado derecho de veto  
19  
nació espurio, porque tuvo como pecado original el secretismo  
Ecuador en el Consejo de Seguridad (1950-1951)  
Galo Plaza Lasso fue designado Presidente de la República  
para el período 1948-1952, cargo que lo asumió el 1 de septiembre  
de 1948. En materia externa la Constitución le reconocía la atribución  
y el deber de “Dirigir las relaciones internacionales y las negociaciones  
20  
diplomáticas de la República… Para asumir esas responsabilidades  
designó a Neptalí Ponce Miranda para que ejerciera las funciones de  
Ministro de Relaciones Exteriores.  
El Ecuador, tras pasar la criba del Consejo de Seguridad, fue  
elegido como miembro no permanente por la Asamblea General de  
las Naciones Unidas, para el período 1950-1951. A la sazón,  
1
9 Discurso de Camilo Ponce Enríquez en el debate general de la primera sesión de la Asamblea  
General, el 30 de octubre de 1946, cfr. Montalvo, 2017, p. 66  
0 Constitución de 1946, Art. 92.7, cit.  
2
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
260  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
La primera elección ocurrió mientras un experimentado diplomático,  
Homero Viteri Lafronte… ejercía como Jefe de Misión en Nueva York.-  
Aunque actuó pocos meses, Viteri Lafronte dejó su legado en los tra-  
bajos del Consejo pues en su presidencia se aprobó una resolución  
sobre el espinoso conflicto entre Pakistán e India, y cuando le corres-  
pondió sostuvo posiciones firmes y de carácter… frente a los delegados  
21  
de la URSS y de la Yugoslavia de entonces  
El Presidente Plaza, posteriormente, “designó a un diplomático  
cercano suyo e igualmente de larga trayectoria, el doctor Antonio J. Que-  
vedo Moscoso, como nuevo Jefe de Misión (ante la ONU) y representante  
ecuatoriano en el Consejo de Seguridad”, a quien le cupo participar con  
una agenda de temas altamente sensibles, entre los que se destacaron  
por su gravedad e importancia: el de Palestina, la disputa entre Pa-  
kistán e India, y la guerra de Corea, respecto a la cual –nos recuerda  
Montalvo- “Quevedo delineó con acierto algunos de los principios que ins-  
piraban la posición ecuatoriana”, en al contexto de la Guerra Fría y del  
juego geopolítico de las grandes potencias. Al respecto, séame permitido lla-  
mar vuestra atención hacia mi libro “Evangelio de un Peregrino”, en el  
que traté la cuestión de la guerra de Corea (1950-1953); abordé la si-  
tuación que diera origen a la Unión Pro-Paz; así como la tensa cues-  
tión de Berlín (1948-1958). Vale decir, se tuvo en debate una agenda  
cargada de conflictos, que en el seno del Consejo de Seguridad se  
tradujeron en 18 Resoluciones (once en 1950: Res. 79 a 89, y siete en  
1
951: Res. 90 a 96). En el Anexo que complementa este trabajo figura  
un listado de las Resoluciones adoptadas por el Consejo en los años  
1
950 y 1951, todas ellas respaldadas con el voto ecuatoriano.  
José Ayala, en un sesudo artículo publicado en el diario “El  
Comercio” acerca de la participación ecuatoriana destaca:  
En el bienio 1950-1951, los principales temas que ocuparon al Consejo  
fueron la representación de China y la agresión a Corea. En 1949, Mao  
Tse Tung triunfó sobre Chang Kai-shek y exigió el reconocimiento de  
China Popular como miembro permanente del Consejo de Seguridad.  
21 Mauricio Montalvo, “Ecuador en las Naciones Unidas: Miembro fundador y algunos refe-  
rentes”, Revista AFESE 64, Edición Conmemorativa, Imprenta Noción, Quito, 2017, p.67.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
261  
Luis Narváez Rivadeneira  
Fue admirable la exposición que hiciera el Ecuador sobre el tema del  
reconocimiento de un Estado o un Gobierno y sobre la importancia ju-  
rídica y política del caso chino. Votó en contra de un proyecto soviético  
para expulsar al representante de Chang Kai-shek. Rechazada su ini-  
ciativa, el Embajador soviético abandonó el Consejo, decisión que tuvo  
un altísimo costo político para Moscú. 22  
Respecto a la cuestión de Corea, Ayala añade: “En junio de  
950, cuando Corea fuera invadida, el Ecuador manifestó que ‘la agresión a  
1
Corea Meridional ha puesto a prueba la capacidad de acción y la eficacia de  
la ONU para restablecer el orden e imponer la paz’ y anunció que ‘apoyará  
toda medida tendiente a la defensa inmediata del Estado víctima de la agre-  
sión”. El Consejo de Seguridad, en ausencia del representante sovié-  
tico, pudo determinar, sin veto, que se había quebrantado la paz y  
autorizó el uso de todas las medidas colectivas para restablecerla. El  
Ecuador acordó contribuir con materiales estratégicos y medicinas.  
Durante los dos años de permanencia del Ecuador en el  
Consejo (1950-1951), estuvo al frente de la Secretaría General el no-  
ruego Trygve Lie, nacido en 1896. Fue elegido a los 43 años como  
primer Secretario General de la ONU (1946-1952), gracias a un difícil  
compromiso entre Estados Unidos y la URSS.  
Además de los “Cinco Grandes” que tienen asiento perma-  
nente, en 1950 en el Consejo estuvieron como miembros no perma-  
nentes: Ecuador, Cuba, Egipto, India, Noruega y Yugoslavia. En el  
año 1951 acompañaron a nuestro país, en calidad de miembros no  
permanentes: Brasil, India, Países Bajos, Turquía y Yugoslavia.  
Ecuador en el Consejo de Seguridad (1960-1961)  
El Ecuador retorna al Consejo de Seguridad, por segunda  
ocasión, para el período 1960-1961. En vigencia hallábase la Consti-  
tución de la República de 1946, cuyos principios anoté en párrafos  
precedentes. Transcurría el mandato presidencial de Camilo Ponce  
22 José Ayala Lasso, “Consejo de Seguridad 1950-1951”, El Comercio. Ver en: http://www. elco-  
mercio.com/opinion/consejo-seguridad-china-corea-ecuador .html. (01-09-2017)  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
262  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
Enríquez (septiembre 1956-agosto 1960), quien mantuvo a Carlos  
Tobar Zaldumbide como Ministro de Relaciones Exteriores. Entre-  
tanto, al frente de la Misión del Ecuador ante la ONU permanecía  
José Antonio Correa Escobar, quien fue el gestor directo para la nueva  
elección de nuestro país en calidad de miembro no permanente. Co-  
menta Montalvo: “Ocupó la presidencia del Consejo de Seguridad por una  
sola ocasión en junio de 1960, pero gracias a su largo recorrido en la Orga-  
nización (de la ONU), tuvo una participación muy activa… en las sesiones  
del Consejo”.2  
3
Dentro del proceso democrático que se había afianzado en  
el Ecuador, el 31 de agosto de 1960, se efectuó la transmisión del  
mando presidencial y asumió la Jefatura del Estado el doctor José  
María Velasco Ibarra, para el período 1960-1964, lapso dentro del  
cual se insertaba la representación ecuatoriana no permanente en el  
Consejo de Seguridad, correspondiente al período 1960-1961. El Pre-  
sidente Velasco designó como Ministro de Relaciones Exteriores a  
José Ricardo Chiriboga Villagómez (septiembre 1960-mayo 1961), para  
luego sustituirlo por Wilson Vela Hervas (mayo – noviembre 1961).  
Este inició su gestión el 24 de mayo, en circunstancias -declaradas  
por él- de que aquí se vivía una “época… de intranquilidad para el país,  
provocada por factores de desconfianza, por errada interpretación política  
sobre el alcance doctrinario de la defensa de los más nobles principios del  
derecho internacional, o por la maledicencia de quienes, a sacrificio de la  
Patria y sus nobles intereses, fomentan y realizan la oposición al  
24  
Gobierno”. Esta cita que hago sobre el contexto interno tiene sentido  
en cuanto, por un lado, se tradujo en al encono de un velasquismo y  
dos actores presidenciales: Velasco Ibarra y Arosemena Monroy; y,  
por otro, el cambio de gobierno operado en 7 de noviembre de 1961.  
Esta inestable situación se manifestó además en un frágil e inconsis-  
tente manejo externo de las relaciones internacionales del país, en  
esa fase política a cargo del Canciller Francisco Acosta Yépez (noviem-  
bre 1961-mayo 1962).  
23 Montalvo, op. cit., p.69  
24 Luis Narváez, op. cit., p.111  
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263  
Luis Narváez Rivadeneira  
De vuelta al escenario de las Naciones Unidas, Leopoldo Be-  
nites Vinueza es designado representante del Ecuador en la ONU  
septiembre 1960-1974), en reemplazo de Correa. En julio de 1961  
(
presidió el Consejo de Seguridad, y enfrentó y manejó una abultada  
y delicada agenda. Le cupo, por cierto, participar en la designación  
de U. Thant, como nuevo Secretario General de las Naciones Uni-  
das, tras el fallecimiento de Dag Hammarskjöld.  
25  
En ese lapso Dag Hammarskjold, nacido en Jonkoping (Sue-  
cia), sucesor de Lie, ejerció la Secretaría General de 1953 a 1961. En  
septiembre de 1961 falleció en Zambia, en un accidente de aviación  
mientras realizaba una misión de paz en el Congo. Recibió el premio  
Nobel de la Paz a título póstumo. Se trató quizás del más innovador  
y creativo de los Secretarios Generales: ideó, organizó y desplegó el  
primer contingente de ‘cascos azules’ en el Sinaí (UNEF), y forzó la  
intervención internacional en el Congo, con lo que consolidó la au-  
toridad de la figura del Secretario General.  
A continuación, U. Thant nacido en Pantanaw (Birmania,  
hoy Myanmar), se convirtió en el tercer Secretario General de la  
ONU y en el primero de un país del Tercer Mundo, lo que le dotó de  
sensibilidad para tratar el tema de la descolonización. Su mandato  
se extendió para dos períodos consecutivos (1961 a 1971).  
En esta segunda participación del Ecuador en el Consejo de  
Seguridad se aprobaron 38 resoluciones (veintiocho en 1960: Res. 133  
a 160, y diez en 1961: Res.161-170), adoptadas sobre temas altamente  
críticos y complejos, en un escenario donde la Guerra Fría estuvo a  
punto de transformarse en Guerra Nuclear, tras la severa crisis entre  
los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas  
Soviéticas a finales de 1962.  
La posición ecuatoriana se afirmó en la fortaleza de los prin-  
cipios que fueron exhibidos por sus representantes ante el Consejo  
de Seguridad: igualdad jurídica de los Estados, autodeterminación  
de los pueblos, no intervención en los asuntos internos, solución pa-  
cífica de controversias, rechazo a la agresión, respeto a los derechos  
humanos.  
25 Resolución S/RES/168, de 3 de noviembre de 1961  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
264  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
Montalvo –a quien he acudido para avalar este señalamien-  
to– reproduce este alegato “pionero” enunciado por Correa en el  
seno del Consejo de Seguridad:  
En el plano jurídico, la excepción de incompetencia basada en el pá-  
rrafo 7 del Artículo 2, opuesta una vez más por la Unión Sudafricana,  
es, a nuestro juicio, inaceptable. El hecho de que la Asamblea haya tra-  
tado este problema en varios períodos de sesiones, haya creado un ór-  
gano subsidiario para estudiarlo y haya formulado recomendaciones  
al Gobierno de la Unión en contra de la política de discriminación y  
segregación raciales constituye innegable precedente de que no puede  
utilizarse el principio de no intervención, consagrado en el párrafo 7,  
del Artículo 2, como óbice para que los órganos de las Naciones Unidas  
cumplan los deberes que les imponen los Artículos 55 y 56 de la misma  
Carta, deberes vinculados con la promoción del respeto universal a los  
derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer  
distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y deberes vin-  
culados con la efectividad de tales derechos y libertades… Uno de esos  
deberes es velar porque los Estados Miembros respeten y cumplan la  
obligación contractual –totalmente jurídica– contraída voluntariamente  
por los firmantes y adherentes de la Carta, de respetar y promover la  
observancia de los derechos humanos.26  
Otra referencia de valoración histórica constituye la siguiente  
cita que ilustra la adhesión ecuatoriana a los principios de derecho  
internacional, ahora en boca del distinguido diplomático Leopoldo  
Benites Vinueza:  
mi delegación no se siente autorizada a opinar acerca de las alegaciones  
hechas sobre interpretación y validez de los instrumentos jurídicos.  
Pero quiero declarar que mi Gobierno sostiene como una tesis invaria-  
ble que el cumplimiento de los tratados válidos es la base de la convi-  
vencia internacional y que por lo mismo, ni la justicia ni la ética pueden  
dar validez a los tratados írritos que sean el producto de la fuerza, la  
violencia o la amenaza o que sean el resultado de una guerra victoriosa,  
pues en ellos falta el elemento fundamental de la libre voluntad de una  
26 Mauricio Montalvo, op. cit., p. 69.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
265  
Luis Narváez Rivadeneira  
de las partes. Resumiendo estos puntos de vista, quisiera declarar que  
mi delegación apoyará toda medida que trate de buscar los medios de  
solución pacífica de la tensión actual, dentro de los principios de la  
Carta de las Naciones Unidas pero sin prejuzgar sobre los aspectos ju-  
27  
rídicos que son materia de la controversia de soberanías.  
En el Anexo que complementa este trabajo figura el listado  
de todas las Resoluciones adoptadas por el Consejo en los años 1960  
y 1961, las cuales fueron respaldadas con el voto ecuatoriano. Des-  
taco algunos temas: la situación en la Unión Sudafricana, las relacio-  
nes entre las Grandes Potencias, el caso Eichmann, la cuestión del  
Congo, la denuncia de Cuba sobre acciones de agresión externa, la  
cuestión de la República Dominicana, la de Palestina, la de Angola,  
la denuncia de Túnez, los asuntos abordados por la Corte Interna-  
cional de Justicia, la designación del nuevo Secretario General de la  
28  
ONU, así como la incorporación de nuevos miembros  
Destaco que en 1960, además de los “Cinco Grandes” que  
tienen asiento permanente, con el Ecuador estuvieron como miem-  
bros no permanentes: Argentina, Ceilán, Italia, Polonia y Túnez; y,  
en 1961, acompañaron a nuestro país, asimismo en calidad de miem-  
bros no permanentes: Ceilán, Chile, Liberia, R. A. Unida y Turquía.  
Ecuador en el Consejo de Seguridad (1991-1992)  
Habían trascurrido treinta años para el nuevo retorno del  
Ecuador al Consejo de Seguridad de la ONU, con carácter de miem-  
bro no permanente; fue el regreso –el tercero– a un cónclave que, a  
partir de 1963, había ampliado a quince el número de partícipes (con  
apoyo ecuatoriano); vale decir, a los cinco permanentes se sumaron  
diez no permanentes, luego de modificada la Carta de las Naciones  
Unidas.  
27 Mauricio Montalvo, op. cit. p.70. Cfr. Leopoldo Benítez, Acta de la 960° Sesión del Consejo  
de Seguridad.  
2
8 Los nuevos miembros en orden de admisión, en 1960: Camerún, Rca. Tongolesa, Malí, Mal-  
gache, Somalia, Congo, Benín, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, Chad, Gabón, Rca. Cen-  
troafricana, Chipre, Senegal, Malí y Nigeria; y en 1961 Sierra Leona, Mongolia, Mauritania  
y Tanganika.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
266  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
La posición ecuatoriana, compartida por una mayoría de paí-  
ses, apuntó y apunta hacia los necesarios ajustes en la organización  
mundial. Con rigor conceptual y apegado al principio de la “univer-  
salidad” que debe caracterizar a la organización, Leopoldo Benites  
al acceder a la presidencia de la Asamblea General de la ONU, el 18  
de septiembre de 1973, en una alocución que “en líneas fundamentales  
2
9
constituye un verdadero manifiesto frente a las Naciones Unidas”, de-  
mandó dar paso a la universalidad de la organización, petición que  
la había sostenido persistentemente. Dijo:  
quiero ratificar lo que he mantenido desde años atrás que la Organiza-  
ción de las Naciones Unidas es una entidad dinámica adaptable a los  
cambios de las circunstancias, lo que ha permitido su existencia y le  
permitirá su subsistencia. Precisa recordar que las Naciones Unidas tu-  
vieron, al constituirse, un significado diferente del actual, fueron las  
naciones que, unidas, ganaron la segunda guerra mundial… Siendo  
una expresión de Estados victoriosos, fue imposible que la Carta dejara  
de reflejar la política del poder… Los Estados que habían soportado el  
peso de la última (guerra) no pudieron sustraerse a la tentación de ejer-  
cer un poder ampliado… La política del poder –herencia de un pasado  
que esperamos sea superado- se reflejó también en la falta de una clara  
definición de la universalidad… Pero, frente a la tendencia de someter  
al mundo a esferas de influencia dominantes y al menosprecio de los  
poderes de la Asamblea General, quisiera reafirmar mi personal con-  
vicción de que, para afrontar los problemas urgentes del futuro, precisa  
robustecer la acción de ella como órgano de opinión pública interna-  
cional.3  
0
Recordemos que muchos, abigarrados e incisivos, fueron los  
acontecimientos registrados en las décadas de los años 60, 70 y 80,  
tanto en el campo doméstico de cada uno de los Estados, como en el  
plano internacional: los contextos interno y externo se habían trans-  
formado. Nos tocó enfrentar una geografía cargada de paradojas.  
Advertidos de esta prevención, permitidme refrescar el escenario  
29 Mauricio Montalvo, op. cit, p.72  
30 Montalvo, op. cit., p.71. Cfr. Leopoldo Benítez Vinueza, op. cit.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
267  
Luis Narváez Rivadeneira  
histórico, que antecedió obviamente a la década de los años noventa,  
en cuyo umbral nuestro país ejercitó, por méritos propios y con el  
aval de la representación latinoamericana, su tercer mandato en el  
seno de Consejo durante los años 1991 y 1992.  
Philip Agee, empleado de la CIA incrustado en las vísceras  
de la patria ecuatoriana, dejó un patético testimonio de la deposición  
del Presidente Arosemena Monroy, el 11 de julio de 1963, y el ascenso  
al poder de los miembros de la Junta Militar de Gobierno. El Ecua-  
dor, tras uno de los períodos democráticos más sostenidos de su his-  
toria, entraría a una otra fase de inestabilidad política, que sería  
superada con el retorno al régimen de derecho a partir del año 1979.  
En ese interregno, el ordenamiento constitucional registró la expe-  
dición de las Constituciones de 1967 y 1979, con la sensatez de haber  
31  
32  
reiterado en una (Art. 9) y otra (Art. 3 y 4) los principios de dere-  
cho internacional a través de los cuales se expresa la política exterior  
ecuatoriana. En lo político precedieron a la inserción del Ecuador al  
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, los dos gobiernos ya  
citados, y los de Yerovi Indaburu (marzo-noviembre 1996), Arose-  
3
1 Artículo 9 de la Constitución de 1967, ver en: https://www.cancilleria.gob.ec/wp-  
content/uploads/2013/06/constitucion_1967.pdf (01-08-2018)  
El Estado Ecuatoriano proclama la paz y la cooperación como sistema de convivencia inter-  
nacional y la igualdad jurídica de los Estados; condena el uso o la amenaza de la fuerza como  
medio de solución de los conflictos, y repudia el despojo bélico como fuente de derecho.  
Propugna la solución de las controversias internacionales por métodos jurídicos y pacíficos,  
y declara que el Derecho Internacional es norma de conducta de los Estados en sus relaciones  
recíprocas. Propugna también la comunidad internacional, así como la estabilidad y fortale-  
cimiento de sus organismos, y dentro de ella, la integración iberoamericana, como sistema  
eficaz para alcanzar el desarrollo de la comunidad de pueblos unidos por vínculos de soli-  
daridad, nacidos de la identidad de origen y cultura. El Ecuador podrá formar, con uno o  
más Estados, asociaciones para la promoción y defensa de los intereses nacionales y comu-  
nitarios.  
2 Constitución de 1979, ver en: Registro Oficial 800 de 27 de marzo de 1979, https:// www.can-  
cilleria.gob.ec/wp-content/uploads/2013/06/constitucion_1978.pdf (01-08-2018)  
Art. 3.- El Estado ecuatoriano acata los principios del derecho internacional; proclama la  
Igualdad jurídica de los Estados; propugna la solución pacífica de las controversias entre  
naciones y la asociación de Estados con miras a la cooperación y a la integración económico  
3
-
social de sus pueblos, especialmente, con los iberoamericanos, a los que se halla unido por  
vínculos de solidaridad e interdependencia, nacidos de su identidad de origen y cultura.  
Art. 4.- El Estado ecuatoriano condena toda forma de colonialismo, neocolonialismo y de  
discriminación o segregación racial. Reconoce el derecho de los pueblos a liberarse de estos  
sistemas opresivos.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
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Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
mena Gómez (noviembre 1966-agosto 1968), Velasco Ibarra (septiem-  
bre 1968-febrero 1972), Rodríguez Lara (febrero 1972-enero 1976),  
Consejo Supremo de Gobierno (enero 1976-agosto 1979), Roldós  
Aguilera (agosto 1979-mayo 1981), Hurtado Larrea (mayo 1981-  
agosto 1984), Febres Cordero (agosto 1984-agosto 1988), de Borja Ce-  
vallos (agosto 1988-agosto 1992)…  
Nada más falso pretender que la consecución del desarrollo se hace  
al margen de la vida política”; por ello es preciso tener presente que el  
escenario político de los años sesenta fue de la mano con la situación  
económica y social, lo cual develó dramáticamente que “Hacia fines  
del decenio de 1960, Ecuador era uno de los países menos desarrollados de  
33  
América del Sur”. A pesar de la gran magnitud de las exportaciones  
petroleras después de 1973, el esquema de la sociedad nacional en  
la década de los setenta mostró que “hay un germen de cambio, pero la  
concentración de la riqueza y del poder sigue siendo extrema y, lo que es  
más grave, persisten estructuras de producción que unen a la carencia de  
equidad de los resultados una ineficiencia que los torna plenamente incon-  
gruentes con el desarrollo”.34  
De manera escueta, asimismo, registraré algunos datos  
acerca del contexto internacional, para evaluar y ponderar la política  
exterior del Ecuador ejercitada en el seno del Consejo de Seguridad  
durante los años 1991-1992.  
En los decenios de los años 60, 70 y 80 también estuvo pre-  
sente la “Guerra Fría” en respuesta a aquel sistema bipolar, en el cual  
persistieron dos tipos diferentes de regímenes políticos: democracia  
y totalitarismo; y dos alianzas militares antagónicas: la OTAN y el  
Pacto de Varsovia, que condujeron a un estado de tensión y de en-  
3
5
frentamiento internacional permanente. Imbricados a lo largo de  
esos treinta años, en el escenario mundial estuvieron presentes su-  
cesivamente la “Década Prodigiosa”, la “Década Perdida” y la “Dé-  
cada del Aprendizaje Forzoso”. En la primera de ellas fuimos  
3
3
3
3 Eduardo Santos Alvite, Ecuador: hacia el diseño de una teoría de desarrollo humano, Ed. Univer-  
sidad Central del Ecuador, 1983, p.55  
4 CEPAL, Ecuador: Desafíos y logros de la Política Económica en la Fase de la Expansión Petrolera,  
Cuadernos de la CEPAL N° 25, Santiago, 1979, p.7  
5 Valdes/Salazar, op. cit, p. 168  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
269  
Luis Narváez Rivadeneira  
contagiados por los “Beatles” y el “rock”, convertidos en demostra-  
ciones cotidianas; los pintores dibujaban trazos atrevidos, insólitos;  
los “hippies” transitaban con estropicio, aullando la paz y el amor;  
los académicos en el célebre “Club de Roma”, en torno a una mesa  
de tres patas, hacían cábalas maltusianas acerca de la explosión de-  
mográfica.  
A inicios de los años setenta se percibía una “detente” entre  
los centros hegemónicos del poder universal; sin embargo lucía am-  
bigua. Aquello en todo caso abrió las puertas a la utopía. Se consti-  
tuyó “en una de las épocas más esperanzadoras… y concluyó como una de  
las etapas más sombrías e inconclusas de la humanidad en los últimos cien  
36  
años previos a ese decenio”.  
En todo caso, América Latina en ese breve resquicio coyun-  
tural marcado por la “detente”, por primera vez, intentó institucio-  
nalizar un foro permanente para analizar por sí misma sus  
problemas y adoptar acciones coordinadas para solucionarlos. Ese  
empeño hubo de alimentarse con los planteamientos e ideas que doc-  
trinariamente, entre 1974 y 1975, se concretaron en la Carta de Dere-  
chos y Deberes Económicos de los Estados y en el Programa de  
Acción sobre el establecimiento de un Nuevo Orden Económico In-  
ternacional. No obstante, en el marco de la “detente” no hubo con-  
cesiones para terceros. Obviamente, también ese contexto precedió  
a la participación ecuatoriana en el Consejo de Seguridad.  
No cabe soslayar el hecho de que a partir de la década de los  
años ochenta “pocas veces en el mundo una propuesta ideológica ha al-  
37  
canzado los niveles de globalidad: el neoliberalismo”. Esta aseveración  
irrecusable, en lo que atañe a nuestro país, caló, se insertó y se im-  
puso en la conducción de la economía nacional, a través del ejercicio  
puntual y severo de las denominadas políticas de ajuste. “Así, desde  
inicios de los años ochenta, con diversos grados de coherencia e intensidad,  
en el Ecuador se adoptó una concepción aperturista y liberalizadora de ins-  
piración fondomonetarista / bancomundialista, impuesta a través de múlti-  
3
3
6 Luis Narváez Rivadeneira, Evangelio de un peregrino, Volumen 2, Editorial Quipus, Quito,  
007, p.474.  
7Alberto Acosta, “Procesos económicos contemporáneos. Impacto de las reformas neoliberales  
en la economía” en Angel Montes del Castillo, editor, Ecuador contemporáneo: análisis y alter-  
nativas actuales, EDITUM. Universidad de Murcia, Murcia, 2009, p.27.  
2
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270  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
38  
ples mecanismos y hasta con chantajes externos e internos”. Lo señalo  
para describir el contexto interno ecuatoriano, sin pretensión de que  
esta convergencia corresponda a un análisis depurado, pues no es  
de la naturaleza de este trabajo.  
Miremos otro ángulo del escenario internacional. Coetánea-  
mente, en los años setenta, se trabajó en la política de apertura hacia  
el Este europeo, mediante una coalición que siguió excitando a los  
soviets. El ministro de asuntos exteriores de la República Federal de  
Alemania propuso nuevas formas de colaboración entre el Este y el  
Oeste, dentro de un sistema europeo de seguridad, que pudiera ofre-  
cer incluso posibilidades para solucionar el problema alemán. La  
contribución germana a la seguridad europea consistiría en una re-  
nuncia a la violencia que tendría validez jurídico-internacional en  
39  
relación con la U. R. S. S. y los países del Este.  
Aquello no era todo en la geografía mundial. En el seno del  
XXVII Congreso del Partido Comunista de la URSS, el 6 de marzo de  
1986, se denunciaron prácticas viciosas y el relajamiento de la disci-  
plina y el orden, lenguaje que sirvió de contrafuerte para la formula-  
ción de las “orientaciones fundamentales del desarrollo económico y  
social de la URSS en 1986-1990 y hasta el año 2000”. En ese entorno se  
aprobó una ambiciosa propuesta conocida con el nombre de “peres-  
troika”, vale decir “reestructuración”, que se la acompañó con la lla-  
mada “glasnost”, o sea transparencia informativa. Se sumaron muchos  
otros factores que, a la postre, empujaron el proceso de cambios en  
Rusia. Las dificultades para la apertura pronto se hicieron evidentes.  
Ese orden de cosas de pronto se desplomó… ante el asombro del  
mundo… Todo ocurrió vertiginosamente: en cinco meses (se) cambió el des-  
tino de la humanidad… El 9 de noviembre (de 1989) cayó el muro de Ber-  
40  
lín”. La Guerra Fría había sucumbido, no así las guerras calientes  
de fin de siglo diseminadas en la faz de la Tierra. Se entronizó el Sis-  
tema Unipolar y se impuso el liderazgo hegemónico y excluyente de  
los Estados Unidos de América. La Organización de las Naciones  
3
3
4
8 Acosta, op. cit., p. 202  
9 Valdes/Salazar, op. cit.  
0 Rodrigo Borja, Enciclopedia de la Política, Fondo de Cultura Económica, México, 1997, p. 487.  
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Luis Narváez Rivadeneira  
Unidas –y desde luego el Consejo de Seguridad– debió acomodarse  
a esa imperante realidad.  
El 1° de noviembre de 1990, el Ecuador fue elegido por la Asamblea  
General de las Naciones Unidas, por 149 votos, para que, en calidad  
de miembro no permanente, integre el Consejo de Seguridad, por un  
período de dos años, a partir del primero de enero de 1991”. El Ecuador  
pasa, por tercera ocasión, a formar parte de dicho Consejo, “en el que  
recae la responsabilidad primordial de mantener la paz y seguridad  
internacionales”; cuerpo colegiado “de composición heterogénea y ca-  
rácter elitista, en el que cinco miembros permanentes, identificados  
como ‘Grandes Potencias’ –Estados Unidos de América, Rusia, China,  
Gran Bretaña y Francia- fundados en un sistema de votación sui-géne-  
ris, monopolista y con derecho a ‘veto’, concentran y ejercen un privi-  
41  
legiado poder de iniciativa, influencia y decisión determinantes….  
Entretanto, casa adentro, asumió la Presidencia de la Repú-  
blica primero el doctor Rodrigo Borja (agosto 1988-agosto 1992) y,  
cuatro años después, el arquitecto Sixto Duran Ballén (agosto 1992-  
agosto 1996). En uso de sus atribuciones constitucionales, derivadas  
de la Carta Política de 1979, el Presidente Borja designó como Minis-  
tro de Relaciones Exteriores a Diego Cordovez (1988-1992), en tanto  
que el Presidente Durán Ballén nombró a Diego Paredes Peña (1992-  
1
994). En esas interfaces presidenciales, el distinguido diplomático  
José Ayala Lasso permanecería, desde abril de 1989 hasta mayo de  
994, en calidad de Representante Permanente del Ecuador ante la  
1
ONU y en el Consejo de Seguridad (1991-1992).  
Una brevísima apostilla temporal: el Jefe de Estado ecuato-  
riano, el 30 de septiembre de 1991, en el seno de la Asamblea General  
de las Naciones Unidas “recordó a la comunidad internacional que  
el Ecuador y el Perú mantenían un problema territorial no resuelto”  
y propuso el arbitraje papal. “El primer paso que el Perú dio en res-  
puesta a la propuesta de arbitraje papal fue la carta, fechada el 24 de  
42  
noviembre de 1991, que Fujimori envió a Borja” , y luego “La visita  
41 Fernando Pavón Egas, Ecuador en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Editorial  
Universitaria, Quito, 1993, p.10.  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
272  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
de Estado del presidente del Perú (que) se cumplió entre los días 9 y 11 de  
enero de 1992… la primera visita de esta naturaleza que efectúa (bajo la  
sombra del Protocolo de Río de Janeiro) un Presidente del Perú al Ecuador  
durante toda la vida republicana”.43  
Coetáneamente con esos hechos, asimismo cambió la diri-  
gencia en las Naciones Unidas. El peruano Javier Pérez de Cuéllar  
(
1982-1991), primer latinoamericano en desempeñar la Secretaría Ge-  
neral de la ONU, había logrado la solución de difíciles problemas  
durante la atosigada agenda internacional prevaleciente en la década  
de su mandato. Fue reemplazado por el egipcio Butros Gali (1992-  
1
996), quien asumió su cargo en un momento especialmente delicado  
tras la finalización de la Guerra Fría; en ese contexto propugnó una  
visión ambiciosa y radical en su documento Agenda para la Paz que  
concebía una ONU fuerte y capaz de intervenir para mantener la paz  
internacional.  
Vuelvo al hilo conductor de esta exposición. Además de los  
Cinco Grandes” que tienen asiento permanente, con la ampliación  
del número de miembros no permanentes, que había subido a diez,  
con el Ecuador en 1991 estuvieron en el Consejo de Seguridad: Aus-  
tria, Bélgica, Costa de Marfil, Cuba, India, Rumania, Yemen, Zaire y  
Zimbabue. En el año 1992 acompañaron a nuestro país, en calidad  
de miembros no permanentes: Austria, Bélgica, Cabo Verde, Hun-  
gría, India, Japón, Marruecos, Venezuela y Zimbabue.  
En el bienio 1991-1992, el Consejo de Seguridad aprobó 162  
resoluciones (cuarenta y dos en 1991: Res. 684 a 725, y setenta y cua-  
tro en 1992: Res.726 a 799), adoptadas sobre temas altamente críticos  
en un escenario donde la Guerra Fría había terminado y se había im-  
puesto un Sistema Unipolar hegemónico y excluyente por parte de  
los Estados Unidos de América. En el Anexo que complementa este  
trabajo figura un listado de las Resoluciones adoptadas por el Con-  
sejo, todas ellas con el apoyo ecuatoriano. Los temas, en 1991, abar-  
caron las siguientes cuestiones: Israel-Líbano, Irak-Irán, Irak-Kuwait,  
Sáhara Occidental, Centroamérica, El Salvador, ocupación territorial  
42 Diego Cordovez, Nuestra Propuesta Inconclusa, Universidad Andina/Corporación Editora Na-  
cional, Quito, 2000, pp. 38 y 74.  
43 José Ayala Lasso, Así se ganó la paz, Imprenta Mariscal, Quito, 2009, p. 107  
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273  
Luis Narváez Rivadeneira  
por Israel, Israel-Siria, Angola, Chipre, Yugoslavia, Camboya, y la  
44  
admisión de nuevos miembros.  
Se destaca, por cierto, la elección del nuevo Secretario Gene-  
ral de la ONU a cargo del egipcio Butros Butros Gali, en sustitución  
del peruano Javier Pérez de Cuellar. El registro de los temas evacuados  
por el Consejo de Seguridad en 1992, pone en evidencia las siguien-  
tes cuestiones, muchas de ellas arrastradas desde el año anterior: la  
ocupación territorial por Israel, las crisis de Yugoslavia, Camboya,  
Centroamérica y El Salvador, Somalia, Israel-Líbano, Angola, Jama-  
hiriya Arabe Libia, Chipre, Boznia y Herzogovina, Sudáfrica, Irak-  
Kuwait, Croacia, Mozambique, Israel-Siria y Liberia, así como la  
admisión de nuevos miembros.45  
En ese lapso se trató de superar los requerimientos de una  
paz resquebrajada, en un ámbito de inseguridad e incertidumbre in-  
ternacional. “La tarea de consolidar la paz y la seguridad universales se  
presenta en nuestra época como un problema mucho más complejo que  
nunca antes, tanto en lo práctico como en lo moral”, destaca Pavón, quien  
a la par advierte sobre “la complejidad de la tarea que, por tercera vez, toca  
nuevamente cumplir al Ecuador como miembro no permanente del Consejo  
de Seguridad…”46  
Ilustremos –demostrativamente- la posición del Ecuador  
frente a la “Tormenta del Desierto”, producida en el Golfo Pérsico a  
47  
partir de julio de 1990 hasta el 28 de febrero de 1991. Ayala Lasso re-  
presentó al país en el Consejo de Seguridad, a partir del 1° de enero  
de 1991, y “ejerció su presidencia con particular tino y acierto en dos oca-  
48  
siones, en agosto de 1991 y septiembre de 1992 destaca Montalvo.  
4
4
4 Los nuevos países miembros fueron: Lituania, Letonia, Estonia, Islas Marshall, Corea del  
Norte y Micronesia.  
5 Los nuevos países miembros fueron: Bosnia y Herzogovina, San Marino, Azerbaiyán, Turk-  
menistán, Moldavia, Tayikistán, Uzbekistán, Kirguistán, Armenia, Kazajstán.  
6 Pavón, op, cit, pp. 5-7  
4
4
7 El Presidente de Estados Unidos de América, George Bush, en una alocución transmitida a  
la nación norteamericana, dijo: “Kuwait está liberado. El ejército iraquí está derrotado. Nuestros  
objetivos militares han sido alcanzados… un cese de fuego definitivo dependerá de la liberación por  
Irak de los prisioneros de guerra aliados…” Pavón, op. cit, p. 79  
48 Mauricio Montalvo, op. cit, p.72  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
274  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
El Presidente de la República, doctor Borja, fijó la posición  
del Ecuador sobre el conflicto del Golfo Pérsico, con sujeción a los  
principios constitucionales y a las normas del derecho internacional.  
Al respecto, el mensaje presidencial se hizo público el 26 de enero  
49  
de 1991, para desmentir una supuesta afirmación en la que se decía:  
Ecuador no apoyará ninguna reunión del Consejo de Seguridad de las Na-  
50  
ciones Unidas hasta cuando Irak abandone el territorio de Kuwait”, y se-  
ñalar que el Ecuador sostiene:  
-
-
Que toda fórmula de paz presupone el retiro de las tropas invasoras  
iraquíes sobre Kuwait;  
Que esto responde no solamente al principio universalmente aceptado  
de repudio a las conquistas territoriales hechas por la fuerza sino a la  
tradicional tesis de la política exterior del Ecuador de que la victoria  
militar no da derechos y de que las disputas internacionales deben re-  
solverse por métodos pacíficos;  
-
-
-
Que Ecuador está en permanente búsqueda de iniciativas de paz para  
solucionar el conflicto en Medio Oriente;  
Que el Consejo de Seguridad debe reunirse las veces que sean necesa-  
rias o convenientes para lograr este propósito; y  
Que después de concluido el problema bélico debe convocarse a una  
conferencia internacional para buscar solución al problema palestino,  
51  
dentro de las normas del Derecho Internacional.  
Con el objeto de constituir una nueva alternativa de consulta,  
la Dirección de Información y Prensa de la Cancillería, a manera de  
bitácora, en junio de 1992 publicó la obra Tormenta del Desierto: diario  
de una guerra, en la cual acumula cronológicamente las reseñas del  
conflicto del Golfo Pérsico a partir de la invasión de Irak y la poste-  
rior anexión de Kuwait, hechos que desencadenaron una “verdadera  
tempestad internacional”. Dicho almanaque de noticias, cuyos regis-  
tros se inician el 21 de julio de 1990 a propósito de las tratativas ára-  
bes por suavizar los ásperos roces entre Irak y Kuwait, se cierran el  
16 de mayo de 1991 cuando las “Tropas occidentales golpearon ante las  
4
5
5
9 Pavón, 1991, p. 66  
0 Diario “El Comercio”, sábado 26 de enero de 1991, Quito, sección A, p. 5  
1 Diario “El Comercio”, sábado 26 de enero de 1991, Quito, sección A, p.  
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Luis Narváez Rivadeneira  
puertas del palacio de verano de Saddam Hussein, en su implacable avance  
por el norte de Irak para construir santuarios que alberguen a centenares  
de miles de refugiados kurdos”. A continuación reproduce, en forma se-  
cuencial, el texto de las doce Resoluciones aprobadas por el Consejo  
52  
de Seguridad, y cierra el libro con la inserción de los escritos que  
reproducen las intervenciones del representante ecuatoriano en los  
debates realizados en dicho foro.  
Documentalmente se advertirá que, el 13 de febrero de 1991,  
Ayala se limitó a expresar el punto de vista del Ecuador sobre el tema  
procesal suscitado en el seno del Consejo ante el hecho de que dicho  
órgano “no se ha reunido formalmente desde hace algo más de dos meses”,  
y censuró esa conducta porque –dijo- “Siempre hemos creído que, de  
conformidad con las reglas de procedimiento aplicables, singularmente el  
artículo 2 del reglamento provisional, el Consejo debe reunirse cuando lo  
solicita cualquiera de sus Estados miembros”, y demandó “que ya era hora  
de que oficialmente en una reunión formal dedicara su atención a esta com-  
pleja materia, con respecto a la cual todos los pueblos del mundo han mani-  
5
3
festado su inquietud y preocupación”. Al día siguiente, con singular  
firmeza, denunció que:  
Los más importantes principios de la Carta de las Naciones Unidas fue-  
ron rotos al producirse la invasión (de Irak). Se violaron la soberanía,  
la independencia e integridad territorial de un Estado (Kuwait). (El  
agresor) pretendió levantarse en contra de otro principio fundamental  
del derecho internacional, como es el relativo a la nulidad de las con-  
quistas territoriales obtenidas mediante el empleo de la fuerza. Ade-  
más, su acción (la de Irak) fue un flagrante rechazo al compromiso que  
solemnemente hemos adquirido todos al adherirnos a las soluciones  
pacíficas como único y exclusivo medio de resolver las controversias.5  
4
En la sesión del 23 de febrero, al desarrollar su argumenta-  
ción, no dudó en proclamar la inequívoca posición del Ecuador: “Mi  
país ha manifestado que la solución del problema debe partir del acatamiento  
5
2 Res.660 (1990), Res. 661 (1990), Res. 662 (1990), Res.664 (1990), 665 (1990), 666 (1990), 667  
1990), 674 (1990), Res. 677 (1990), 678 (1990), 686 (1990), 687 (1990) y 688 (1991).  
(
53 Sesión S/PV.2977 (Parte I).  
54 Sesión S/PV.2977 (Parte II) (Privada).  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
276  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
de las Resoluciones del Consejo de Seguridad, y ésta es, para el Ecuador –  
dijo-, una base fundamental e inamovible”.55  
Concluyo: El Ecuador en el seno del Consejo de Seguridad  
de las Naciones Unidas, al cual por tres veces fuera ungido como Es-  
tado miembro no permanente, mantuvo una postura irreductible. La  
posición ecuatoriana se afirmó en la fortaleza de los principios que  
fueron exhibidos, en su oportunidad, por sus representantes ante  
dicho Consejo, quienes con elevada convicción proclamaron y de-  
mandaron el respeto a la igualdad jurídica de los Estados, a la auto-  
determinación de los pueblos, a la no intervención en los asuntos  
internos, a la solución pacífica de controversias, el respeto a los de-  
rechos humanos y a la convivencia pacífica, y por cierto rechazaron  
todo acto de agresión.  
Señoras y señores: Apenas he puesto los hitos para una ulte-  
rior faena de análisis acerca de este importante retazo de la política  
exterior ecuatoriana, que ya forma parte del acervo histórico-cultural  
de la patria. Muchas gracias ilustres miembros de la Academia Ecua-  
toriana de la Historia, y a vosotros dilectos y complacientes asisten-  
tes a esta solemne tertulia.  
Quito, 7 de septiembre de 2017  
Bibliografía  
ABC de las Naciones Unidas.- Departamento de Información Pública.- Nueva  
York, 2006.  
ACOSTA, Alberto, “Procesos económicos contemporáneos. Impacto de las re-  
formas neoliberales en la economía” en Angel Montes del Castillo, editor,  
Ecuador contemporáneo: análisis y alternativas actuales, EDITUM. Universi-  
dad de Murcia, Murcia, 2009.  
55 Sesión S/PV.2977 (Parte II) (Privada: reanudación 3).  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
277  
Luis Narváez Rivadeneira  
ALBÁN GÓMEZ, Ernesto.- “Elecciones y democracia en el Ecuador” en: varios  
autores, El proceso electoral ecuatoriano: Evolución del Sistema Electoral Ecua-  
toriano, Vol. I, TSE, Quito, 1989.  
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AYALA LASSO, José, Así se ganó la paz, Imprenta Mariscal, Quito, 2009.  
BORJA, Rodrigo, Enciclopedia de la Política, Fondo de Cultura Económica, Mé-  
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CEPAL, Ecuador: Desafíos y logros de la Política Económica en la Fase de la Expansión  
Petrolera. Cuadernos de la CEPAL, N° 25, Santiago, 1979.  
CORDOVEZ, Diego, Nuestra Propuesta Inconclusa, Universidad Andina/Corpo-  
ración Editora Nacional.- Quito, 2000.  
FENWICK, Charles G., Derecho Internacional, Bibliográfica Omeba, Buenos Aires,  
1963.  
MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES, Tormenta del Desierto: Diario de  
una Guerra, Editorial Quipus, Quito, junio 1992.  
MONTALVO, Mauricio, “Ecuador en las Naciones Unidas: Miembro fundador  
y algunos referentes”, Revista AFESE 64, Edición Conmemorativa, Im-  
prenta Noción, Quito, 2017.  
NARVÁEZ RIVADENEIRA, Luis, Evangelio de un Peregrino: retablo de política in-  
ternacional, Ed. Banco Central, República Dominicana, 1997.  
––––––, Evangelio de un peregrino, Volumen 2, Editorial Quipus, Quito, 2007.  
PAVÓN EGAS, Fernando, Ecuador en el Consejo de Seguridad de las Naciones Uni-  
das, Editorial Universitaria, Quito, 1993.  
PERALTA PÁEZ, Benjamín, Ministro de Relaciones Exteriores, Informe a la Na-  
ción. Ministerio de Relaciones Exteriores, Quito, 1992.  
SANTOS ALVITE, EDUARDO, Ecuador: hacia el diseño de una teoría de desarrollo  
humano, Ed. Universidad Central del Ecuador, 1983.  
VALDES PHILIPS, Pablo y SALAZAR SPORKS, Juan, Política Mundial Contem-  
poránea, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979.  
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Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
VELA HERVAS, Wilson, Informe a la Nación-1960-1961: Memoria con que el Dr.  
Wilson Vela H., Ministro de Relaciones Exteriores, presenta a consideración del  
H. Congreso Nacional la Memoria de la Cancillería Ecuatoriana 1960-1961, Im-  
prenta Minerva, Quito, 1961.  
ANEXO 156  
Temas incorporados en agendas del consejo de seguridad  
A.1. Periodo 1950 -1951  
Resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  
en 1950  
Resolución 79: Armamentos: Reglamentación y reducción (17 de enero) S/ 1455  
Resolución 80: La cuestión India-Pakistán (14 de marzo) S/1469  
Resolución 81: Procedimiento (24 de mayo) S/1486  
Resolución 82: Cargo de agresión contra la República de Corea (25 de junio)  
S/1501  
Resolución 83: Cargo de agresión contra la República de Corea (27 de junio)  
S/1511  
Resolución 84: Cargo de agresión contra la República de Corea (7 de julio)  
S/1588  
Resolución 85: Cargo de agresión contra la República de Corea (31 de julio)  
S/1657  
Resolución 86: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Indo-  
nesia (26 de septiembre)  
Resolución 87: Cargo de invasión armada de Taiwán (Formosa) (29 de septiem-  
bre) 2/1836  
Resolución 88: Cargo de agresión contra la República de Corea (8 de noviembre)  
S/1892  
Resolución 89: La cuestión Palestina (17 de noviembre) S/1907  
Resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  
en 1951  
Resolución 90: Cargo de agresión contra la República de Corea (31 de enero)  
S/1995  
Resolución 91: La cuestión India-Pakistán (30 de marzo) S/2017/Rev. 1  
56 Información tomada de www.un.org/es/sc/documents/resolutions, el 10 de abril de 2017.  
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Luis Narváez Rivadeneira  
Resolución 92: La cuestión Palestina (8 de mayo) S/2130  
Resolución 93: La cuestión Palestina (18 de mayo) S/2157  
Resolución 94: Corte Internacional de Justicia (29 de mayo) S/2174  
Resolución 95: La cuestión Palestina (1 de septiembre) S/2322  
Resolución 96: La cuestión India-Pakistán (10 de noviembre) S/2392  
A.2. Periodo 1960 – 1961  
Resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  
en 1960  
Resolución 133: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Ca-  
merún (26 de enero) S/4258 y Add.1  
Resolución 134: Cuestión relativa a la situación en la Unión Sudafricana (1 de  
abril) S/4300  
Resolución 135: Cuestión de las relaciones entre las Grandes Potencias (27 de  
mayo) S/4328  
Resolución 136: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Repú-  
blica Togolesa (31 de mayo) S/4330  
Resolución 137: Corte Internacional de Justicia (31 de mayo) S/4331  
Resolución 138: Cuestión relativa al caso de Adolf Eichmann (23 de junio)  
S/4349  
Resolución 139: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Fede-  
ración de Malí (28 de junio) S/4357  
Resolución 140: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Repú-  
blica Malgache (29 de junio) S/ 4359  
Resolución 141: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Repú-  
blica de Somalia (5 de julio) S/4374  
Resolución 142: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Repú-  
blica del Congo (7 de julio) S/4377  
Resolución 143: La cuestión del Congo (17 de julio) S/4383  
Resolución 144: Denuncia de Cuba (19 de julio) S/4395  
Resolución 145: La cuestión del Congo (22 de julio) S/4405  
Resolución 146: La cuestión del Congo (9 de agosto) S/4426  
Resolución 147: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Benín  
(
23 de agosto) S/4459  
Resolución 148: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Níger  
23 de agosto) S/4460  
(
Resolución 149: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Bur-  
kina Faso (23 de agosto) S/4461  
Resolución 150: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Costa  
de Marfil (23 de agosto) S/4462  
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280  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
Resolución 151: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Chad  
(
23 de agosto) S/4463  
Resolución 152: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Congo  
23 de agosto) S/4464  
Resolución 153: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Gabón  
23 de agosto) S/4465  
(
(
Resolución 154: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Repú-  
blica Centroafricana (23 de agosto) S/4466  
Resolución 155: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Chipre  
(23 de agosto) S/4469  
Resolución 156: Cuestión relativa a la República Dominicana (9 de septiembre)  
S/4491  
Resolución 157: La cuestión del Congo (17 de septiembre) S/4526  
Resolución 158: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Sene-  
gal (28 de septiembre) S/4543  
Resolución 159: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Mali  
(28 de septiembre) S/4544  
Resolución 160: Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Nige-  
ria (7 de octubre) S/4549  
Resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  
en 1961  
Resolución 161 La cuestión del Congo (21 de febrero) S/4741  
Resolución 162 La Cuestión de Palestina (11 de abril) S/4788  
Resolución 163 Cuestión relativa a Angola (22 de junio) S/4835  
Resolución 164 Denuncia de Túnez (22 de julio) S/4882  
Resolución 165 Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Sierra  
Leona (26 de septiembre) S/4955  
Resolución 166 Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Mon-  
golia (25 de octubre) S/4968  
Resolución 167 Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Mau-  
ritania (25 de octubre) S/4969  
Resolución 168 Recomendación relativa al nombramiento de un Secretario Ge-  
neral interino (3 de noviembre) S/4982  
Resolución 169 La cuestión del Congo (24 de noviembre) S/5002  
Resolución 170 Admisión de Nuevos Miembros en las Naciones Unidas: Tan-  
ganika (14 de diciembre) S/5024  
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Luis Narváez Rivadeneira  
A.3. Periodo 1991 – 1992  
Resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  
en 1991  
Resolución 684 Israel-Líbano (30 de enero)  
Resolución 685 Iraq-República Islámica de Irán (31 de enero)  
Resolución 686 Iraq-Kuwait (2 de marzo)  
Resolución 687 Iraq-Kuwait (3 de abril)  
Resolución 688 Iraq (5 de abril)  
Resolución 689 Iraq-Kuwait (9 de abril)  
Resolución 690 Sáhara Occidental (29 de abril)  
Resolución 691 Centroamérica (6 de mayo)  
Resolución 692 Iraq-Kuwait (20 de mayo)  
Resolución 693 El Salvador (20 de mayo)  
Resolución 694 Territorios ocupados por Israel (24 de mayo)  
Resolución 695 Israel-República Árabe Siria (30 de mayo)  
Resolución 696 República Popular de Angola (30 de mayo)  
Resolución 697 Chipre (14 de junio)  
Resolución 698 Chipre (14 de junio)  
Resolución 699 Iraq (17 de junio)  
Resolución 700 Iraq-Kuwait (17 de junio)  
Resolución 701 Israel-Líbano (31 de julio)  
Resolución 702 Nuevos Miembros: República Popular Democrática de Corea /  
República de Corea (8 de agosto)  
Resolución 703 Nuevos Miembros: Micronesia (9 de agosto)  
Resolución 704 Nuevo Miembro: República de las Islas Marshall (9 de agosto)  
Resolución 705 Iraq (15 de agosto)  
Resolución 706 Iraq-Kuwait (15 de agosto)  
Resolución 707 Iraq (15 de agosto)  
Resolución 708 Corte Internacional de Justicia (28 de agosto)  
Resolución 709 Nuevo Miembro: República de Estonia (12 de septiembre)  
Resolución 710 Nuevo Miembro: República de Letonia (12 de septiembre)  
Resolución 711 Nuevo Miembro: República de Lituania (12 de septiembre)  
Resolución 712 Iraq (19 de septiembre)  
Resolución 713 República Federativa de Yugoslavia (25 de septiembre)  
Resolución 714 El Salvador (30 de septiembre)  
Resolución 715 Iraq (11 de octubre)  
Resolución 716 Chipre (11 de octubre)  
Resolución 717 Camboya (16 de octubre)  
Resolución 718 Camboya (31 de octubre)  
Resolución 719 Centroamérica (6 de noviembre)  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
282  
Ecuador: Miembro no permanente del Consejo de Seguridad  
Resolución 720 Comité del Consejo de Seguridad (21 de noviembre)  
Resolución 721 República Federativa de Yugoslavia (27 de noviembre)  
Resolución 722 Israel- República Árabe Siria (29 de noviembre)  
Resolución 723 Chipre (12 de diciembre)  
Resolución 724 República Federativa de Yugoslavia (15 de diciembre)  
Resolución 725 Sáhara Occidental (31 de diciembre)  
Resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  
en 1992  
Resolución 726 Territorios ocupados por Israel (6 de enero)  
Resolución 727 República Federativa Socialista de Yugoslavia (8 de enero)  
Resolución 728 Camboya (8 de enero)  
Resolución 729 El Salvador (14 de enero)  
Resolución 730 Centroamérica (16 de enero)  
Resolución 731 Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista (21 de enero)  
Resolución 732 Nuevo Miembro: República de Kazajstán (23 de enero)  
Resolución 733 Somalia (23 de enero)  
Resolución 734 Israel-Líbano (29 de enero)  
Resolución 735 Nuevo Miembro: República de Armenia (29 de enero)  
Resolución 736 Nuevo Miembro: República de Kirguistán (29 de enero)  
Resolución 737 Nuevo Miembro: República de Uzbekistán (29 de enero)  
Resolución 737 Nuevo Miembro: República de Uzbekistán (29 de enero)  
Resolución 738 Nuevo Miembro: República de Tayikistán (29 de enero)  
Resolución 739 Nuevo Miembro: República de Moldavia (5 de febrero)  
Resolución 740 República Federativa Socialista de Yugoslavia (7 de febrero)  
Resolución 741 Nuevo Miembro: República de Turkmenistán (7 de febrero)  
Resolución 742 Nuevo Miembro: República Azerbaiyana (14 de febrero)  
Resolución 743 República Federativa Socialista de Yugoslavia (21 de febrero)  
Resolución 744 Nuevo Miembro: República de San Marino (25 de febrero)  
Resolución 745 Camboya (28 de febrero)  
Resolución 746 Somalia (17 de marzo)  
Resolución 747 Angola (24 de marzo)  
Resolución 748 Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista (31 de marzo)  
Resolución 749 República Federativa Socialista de Yugoslavia (7 de abril)  
Resolución 750 Chipre (10 de abril  
Resolución 751 Somalia (24 de abril)  
Resolución 752 Bosnia y Herzegovina (15 de mayo)  
Resolución 753 Nuevo Miembro: República de Croacia (18 de mayo)  
Resolución 754 Nuevo Miembro: República de Eslovenia (18 de mayo)  
Resolución 755 Nuevo Miembro: Bosnia y Herzegovina (20 de mayo)  
Resolución 756 Israel-República Árabe Siria (29 de mayo)  
Resolución 757 Bosnia y Herzegovina (30 de mayo)  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
283  
Luis Narváez Rivadeneira  
Resolución 758 Bosnia y Herzegovina (8 de junio)  
Resolución 759 Chipre (12 de junio)  
Resolución 760 Federal Republic of Yugoslavia (18 de junio)  
Resolución 761 Bosnia y Herzegovina (29 de junio)  
Resolución 762 ex Yugoslavia (30 de junio)  
Resolución 763 Nuevo Miembro: República de Georgia (6 de julio)  
Resolución 764 Bosnia y Herzegovina (13 de julio)  
Resolución 765 Somalia (16 de julio)  
Resolución 766 Camboya (21 de julio)  
Resolución 767 Somalia (24 de julio)  
Resolución 768 Israel-Líbano (30 de julio)  
Resolución 769 República Federativa Socialista de Yugoslavia (7 de agosto)  
Resolución 770 Bosnia y Herzegovina (13 de agosto)  
Resolución 771 ex Yugoslavia (13 de agosto)  
Resolución 772 República de Sudáfrica (17 de agosto)  
Resolución 773 Iraq-Kuwait (26 de agosto)  
Resolución 774 Chipre (26 de agosto)  
Resolución 775 Somalia (28 de agosto)  
Resolución 776 Bosnia y Herzegovina (14 de septiembre)  
Resolución 777 República Federativa de Yugoslavia (19 de septiembre)  
Resolución 778 Iraq-Kuwait (2 de octubre)  
Resolución 779 Croacia (6 de octubre)  
Resolución 780 Yugoslavia (6 de octubre)  
Resolución 781 Bosnia y Herzegovina (9 de octubre)  
Resolución 782 Mozambique (13 de octubre  
Resolución 783 Camboya (13 de octubre)  
Resolución 784 El Salvador (30 de octubre)  
Resolución 785 Angola (30 de octubre)  
Resolución 786 Bosnia y Herzegovina (10 de noviembre)  
Resolución 787 Bosnia y Herzegovina (16 de noviembre)  
Resolución 788 Liberia (19 de noviembre)  
Resolución 789 Chipre (25 de noviembre)  
Resolución 790 Israel-República Árabe Siria (25 de noviembre)  
Resolución 791 El Salvador (30 de noviembre)  
Resolución 792 Camboya (30 de noviembre)  
Resolución 793 Angola (30 de noviembre)  
Resolución 794 Somalia (3 de diciembre)  
Resolución 795 ex República Yugoslava de Macedonia (11 de diciembre)  
Resolución 796 Chipre (14 de diciembre)  
Resolución 797 Mozambique (16 de diciembre)  
Resolución 798 Bosnia y Herzegovina (18 de diciembre)  
Resolución 799 Territorios ocupados por Israel (18 de diciembre)  
BOLETÍN ANH Nº 198 • 249–284  
284  
La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual científica,  
y
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
entendiéndose por tales  
profesionales,  
quienes  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Narváez Rivadeneira, Luis,  
ECUADOR: MIEMBRO NO PERMANENTE DEL CONSEJO DE  
SEGURIDAD, boletín de la academia nacional de historia, vol. XCV,  
Nº. 198, julio  diciembre 2018, Academia Nacional de Historia,  
Quito, 2017, pp. 249-284.