Oswaldo Redrován Samaniego
la consecución de una sociedad libre y justa. Michael Klare, a partir
de sus estudios del militarismo de la guerra fría, señalaba:
La tendencia del aparato militar de una nación (que incluye las fuerzas
armadas, las fuerzas paramilitares, burocráticas y servicios secretos),
a asumir un control siempre creciente sobre la vida y el comportamien-
to de los ciudadanos, sea por medios unilaterales como la preparación
de la guerra, la adquisición de armamento, el desarrollo de la industria
militar, o a través de los valores militares como la centralización de la
autoridad, la jerarquización, la disciplina y el conformismo, la comba-
tividad y la xenofobia, con vistas a dominar cada vez más la cultura,
la educación, los medios de comunicación, la religión, la política y la
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economía nacional, a expensas de las instituciones civiles.
Otras miradas han abierto aún más el abanico de significados
y matices de lo militarista. Al fin y al cabo, la definición de Klare acu-
sa quizá una visión excesivamente simplificada del fenómeno: ¿Un
proceso de militarización social, es dirigido e impulsado únicamente
por la esfera militar, por los propios militares y sus colaboradores?
En nuestro país, difícilmente se negará que muy constante-
mente los sectores civiles no relacionados con el elemento castrense,
contribuyeron, en medida aún mayor que los propios militares, a la
militarización de conflictos históricos y políticos, que dieron lugar a
las militaradas, golpes de Estado, gobiernos de facto, intentonas gol-
pistas, dictaduras, o como se quiera llamarlas; y, en efecto, en el
Ecuador, ese ha sido nuestro calvario.
En nuestra República, el inicio de las actividades militares lo
marca la fundación de la ciudad de San Francisco de Quito, el 6 de
diciembre de 1534 y las restantes ciudades fundadas por el colonia-
lismo español. Concretamente, nuestro militarismo tiene su origen
en las guerras de la independencia, como una necesidad vital de los
pueblos americanos de expulsar el yugo europeo que, a partir del
descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1492, se instauró en
los diferentes países del nuevo continente.
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Fernando Hernández Holgado, Miseria del Militarismo. Editorial: Virus Editorial. Barcelona-
España, p.35
BOLETÍN ANH Nº 198 • 290–306
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