Bienvenida al Dr. Oswaldo Redrován Samaniego
como Miembro Correspondiente de la ANH
Es menester recordar que las Fuerzas Armadas constituyen
una institución fundamental para la vida del Estado, debiendo, bá-
sicamente, analizar su insustituible rol en la seguridad y el desarrollo
nacionales, bajo la premisa incontrovertible de que sin seguridad no
hay desarrollo. El protagonismo político está ajeno a sus nobles fun-
ciones que son garantía de paz, progreso, respeto a la Ley y defensa
de la soberanía. Personalmente, tuve la satisfacción, hace muchos
años ya, de profundizar a este respecto, en el Instituto de Altos Estu-
dios Nacionales, primero como alumno y, posteriormente, por algunos
años, como orador invitado, por tanto lo que manifiesto sobre la justa
valoración a nuestras Fuerzas Armadas tiene la consistencia de un
conocimiento veraz y, por tanto, objetivo. Hoy nuestras triunfadoras
Fuerzas Armadas, que consolidaron su prestigio en la guerra del Ce-
nepa, son muy profesionales, y su rol para la Patria ha de entenderse
como necesario y positivo para precautelar valores fundamentales
de concordia, adelanto y, también, de garantía para que la libertad y
la democracia prevalezcan frente a la acechanza de politiqueros o to-
talitarios que han pretendido, felizmente sin éxito en el caso de Ecua-
dor, desvirtuar su esencia, volviéndolas instrumentos de poder
totalitario, al igual que los pretorianos, como acontecía en el imperio
romano. ¡El mal ejemplo de Venezuela jamás debe ser imitado!
Con estas consideraciones y ratificando que en esta centena-
ria entidad la, Academia Nacional de Historia, se postula y practica
el pluralismo ideológico, el respeto absoluto para el pensamiento
ajeno, y convencidos plenamente de la enseñanza que nos dejó Gon-
zález Suárez en el sentido de que la verdad es el alma de la Historia,
me es satisfactorio dar la más cordial bienvenida al Dr. Oswaldo Re-
drován Samaniego, quien, en instantes, ingresará a la Academia Na-
cional de Historia del Ecuador como Miembro Correspondiente,
luego del discurso al que ya me he referido y una vez que reciba las
insignias de la alta dignidad a que por sus méritos ha llegado y en
la que, estamos seguros, sabrá desempeñarse con la capacidad, leal-
tad institucional y patriotismo requeridos.
Quito, 21 de septiembre de 2017
BOLETÍN ANH Nº 198 • 285–289
289