Saúl UribeTaborda
en aquella que la secunda. La realidad en su aspecto ontológico, para
llegar a ser efectiva, comprende condiciones necesarias para su re-
alización y un sentido enteramente racional. Todo lo real es racional, y
todo lo racional es real, sintetiza soberbiamente el desarrollo del espí-
ritu y del saber. Recordemos que esta expresión en esencia traduce
la efectividad de la realidad, cuya necesidad es absoluta. La totalidad
hermética de Hegel, por lo tanto, supondría la resolución de todos
los aspectos irracionales de la realidad. Así, el despotismo como
hecho social y el dogmatismo superado por la edad de la razón (la mo-
dernidad y el uso de la ciencia), representaron las condiciones nece-
sarias para la realidad efectiva de la época del autor de la Fenome-
nología. Al respecto de la tesis hegeliana, Frederick Engels señaló:
(…) todo lo que es real, dentro de los dominios de la historia humana,
se convierte con el tiempo en irracional; lo es ya, de consiguiente, por
su destino, lleva en sí de antemano el germen de lo irracional; y todo
lo que es racional en la cabeza del hombre se halla destinado a ser un
día real, por mucho que hoy choque todavía con la aparente realidad
existente.17
En consecuencia, todo lo que fue necesario para una época,
es derogado en una posterior. Así, para la instauración del gobierno
civil, la revolución francesa se presentó en su absoluta necesidad. La
promesa por la cual la razón garantizara las condiciones de realiza-
ción del ser humano en total libertad, fue al menos uno de los pre-
supuestos por los cuales Hegel sentenció indirectamente el final de
la historia. He aquí, la controversia y la polémica a la que llegaron los
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jóvenes hegelianos, entre los cuales Engels y Marx diagnosticaron
la rémora para la irrealización de aquella totalidad.
17 Friedrich Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, Fundación de Estudios
Socialistas Federico Engels, Madrid, 2006, pp. 10-11.
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8 Los denominados “jóvenes hegelianos” representaron un grupo compuesto por autores del
todo disimiles en su teoría. Más, todos partían de un lugar común: el sistema hegeliano y su
dignidad en el marco de las revoluciones de 1840. Así, la crítica y la disolución del sistema
hegeliano llevada a cabo por autores como Feuerbach, Marx, Stirner, Bauer, entre otros, se
debieron por razones ontológicas, políticas y teológicas, muy arraigadas con la situación his-
tórica de su época, que, a juicio de Marx, presentaba una naturaleza del todo invertida. En
palabras de Lowith: “[…] todos ellos se sustrajeron a los vínculos con el mundo existente o, mediante
una crítica revolucionaria, quisieron subvertir la condición actual de lo existente” (2008, pág. 11).
BOLETÍN ANH Nº 205 • 215–243
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