Rocío Rosero Jácome
América Latina ha sido y sigue siendo la manzana apetecida
por los actuales imperios en función de sus riquezas, entre otras:
agua, petróleo, tierras, madera, minerales, mano de obra, y se espe-
raba desde hace años, al referirse a Cuba, centro estratégico conti-
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nental en lo geopolítico, caiga como un “fruto maduro” conforme a
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las expectativas del Norte del continente. Aisenson Kogan se refiere
a las apetencias que provocan desigualdades y tienen que ver con la
codicia. Expone lo siguiente: “sobre todo de la atracción desmesurada
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por el dinero, una inclinación que se diría omnipresente.” Así, esta virtud
extremadamente predador, expresado mediante este eslogan, está motivado por la codicia,
una característica demasiado humana que, como se señala en la introducción a ese libro, du-
rante siglos y hasta la llegada del mundo neoliberal a comienzos de los años setenta, había
sido condenada como inmoral por todas las grandes religiones y escuelas de pensamiento
filosófico. Quizás por esta antigua condena, da cierto reparo reconocer cómo está instalada
la codicia en el sistema financiero. El filósofo y sociólogo alemán Burkard Sievers, en un ar-
tículo titulado “Reflexiones socio-analíticas sobre la codicia capitalista”, recoge una cita de
Paul Hoggett 82 en la que se indica que la codicia es uno de los elementos que está detrás de
los fondos de cobertura y de los bancos de inversión: “Detrás de la realidad virtual de los
fondos de cobertura y los bancos de inversión está la verdadera realidad de la soberbia, del
parasitismo, de la corrupción y de la codicia” (Sievers, 2012: 80).” David Montesinos García,
Desarmar la codicia. Una propuesta ética ante el armamentismo, Instituto Interuniversitario de
Desarrollo Social y Paz. Doctorado en estudios internacionales de paz, conflictos y desarro-
llo, Universitat Jaume, Castellón de la Plana, 2017, pp. 131-132.
2 En abril de 1823, John Quincy Adams, Secretario de Estado escribe "hay leyes de gravitación
política, como leyes de gravitación física, y Cuba, separada de España, tiene que gravitar
hacia la Unión, y la Unión, en virtud de la propia ley, no iba a dejar de admitirla en su propio
seno. No hay territorio extranjero que pueda compararse para los Estados Unidos como la
Isla de Cuba. Esas islas de Cuba y Puerto Rico, por su posición local, son apéndices del Con-
tinente Americano, y una de ellas, Cuba, casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser de
trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión".
https://www.ecured.cu/John_Quincy_Adams (2-02-2021)
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John Quincy Adams, como presidente, desde 1824-1829, instauró para Cuba la “Política de
la Fruta Madura. Se propusieron así recoger esa fruta madura y lo consiguieron en 1898, tras
la derrota de España por las fuerzas rebeldes cubanas en la llamada Guerra Hispano-Ame-
ricana. Pero en enero de 1959, con el triunfo de Fidel Castro, esa fruta escapaba de sus manos
y hoy Obama intenta recuperarla. Sin embargo, Cuba es el centro de interés de los cuatro
grandes protagonistas de la lucha económica mundial: Estados Unidos, la Unión Europea,
Rusia y China. En: DW Made for minds “La disputa económica por Cuba, esa fruta madura”.
https://www.dw.com/es/la-disputa-econ%C3%B3mica-por-cuba-esa-fruta-madura/a-
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8291299 (03-02-2021)
Emilio Roig de Leuchsenring: Los Estados Unidos contra Cuba Libre. Oficina del Historiador
de la Ciudad de La Habana, 1959, T I, p. 30
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3 Joaquín Roy, “Meditaciones sobre la política exterior de los Estados Unidos” Revista Electró-
nica de Estudios Internacionales, N°9, junio-2005, pp. 1-48, p.41. En: http://www.reei.org/
4 Aida Aisenson Kogan, Fanny S.Y. de Hoffer, El mal dinero: reflexiones sobre la codicia y la avaricia,
Biblos, Buenos Aires, 2005, p.22
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BOLETÍN ANH Nº 205 • 285–317
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