BOLETÍN
DE LA ACADEMIA
NACIONAL DE HISTORIA
Volumen XCIX Nº 206-A
Julio-diciembre 2021
Quito-Ecuador
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA
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BOLETÍN de la A.N.H.
Vol XCIX
Nº 206
Julio-diciembre 2021
© Academia Nacional de Historia del Ecuador
ISSN Nº 1390-079X
eISSN Nº 2773-7381
Portada
Dr. Paul Rivet, 1876, Wasigny, Francia-1958, París, Francia
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Quito
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diciembre 2021
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA
Vol. XCIX - Nº. 206-A
Julio-diciembre 2021
UN OBISPO Y UN PRIOR DE IBARRA SOBRESALEN
EN LA SEGUNDA MISIÓN GEODÉSICA, INCENTIVANDO
LA VOCACIÓN ANTROPOLÓGICA DE PAUL RIVET1
José Echeverría-Almeida2
Resumen
Entre 1901 y 1907, esto es, hace ciento veinte años, Ecuador
tuvo el privilegio de recibir a la Segunda Misión Geodésica integrada
por un selecto equipo de geógrafos militares franceses, para el estu-
dio geodésico del arco del meridiano ecuatorial. Estuvo organizada
por la Academia de Ciencias de Francia en colaboración con el go-
bierno de Eloy Alfaro. Al mando de la misión estuvo el Comandante
Bourgeois; como geógrafos, agrimensores y otras especialidades: los
coroneles Perrier y Llallemand, el Dr. Paul Rivet, como médico, es-
pecializado en Sanidad Militar; los tenientes coroneles Noirel, De
Fonlongue y Durand y los suboficiales Damerval, Lecomte, Duf-
frenne, Gressier, Domart, Lavis, Thil, Brasselet, Anquetin, Presse,
Soubriard y Soullot.
Igual que en la primera misión geodésica, también en esta
segunda, Ecuador participó con individuos de alto nivel científico,
1 Recibido: 15/10/2021 // Aceptado: 27/10/2021.
2 Investigador de la Historia Aborigen del Ecuador. Profesor de Arqueología en varias univer-
sidades desde 1977. Actual investigador de la Universidad Técnica del Norte. Autor de 15 li-
bros y
70 artículos sobre su especialidad; 200 artículos periodísticos en Diario El Norte.
Colaborador con universidades y colegas internacionales. Desarrolló proyectos para el INPC,
el Instituto Metropolitano de Patrimonio y el Municipio de Ibarra. Miembro de numerosas
instituciones nacionales e internacionales. Doctor en Educación, por la UTPL, Magister en An-
tropología Andina, por la FLACSO, Magister en Arqueología e Identidad Nacional, por la Uni-
versidad Central del Ecuador, Licenciado en Historia y Geografía, por la PUCE-Quito.
Receptor de premios a nivel nacional e internacional. Ponente en el Simposio-Exhibición “El
Gran Camino Inka: Construyendo un Imperio”, Washington, D.C. (año 2015). Participante en
el International Visitor Leadership Program, para el Manejo de Parques Nacionales y Áreas
Protegidas, Rutas Culturales y Control del Tráfico Ilícito de Bienes Patrimoniales. Academia
Nacional de Historia.
joecheve50@yahoo.com
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que por su parte humana y conocimientos constituyeron pilares fun-
damentales de esta misión, especialmente instructores del joven mé-
dico francés Paul Rivet. Se trata de los sacerdotes académicos
ecuatorianos, honra de la provincia de Imbabura, Monseñor Federico
González Suárez, entonces Obispo de Ibarra, y el prior dominicano
Enrique Vacas Galindo, cotacacheño. El primero era conocido por
las investigaciones históricas-arqueológicas-antropológicas y sus res-
pectivas publicaciones. El prior dominicano, Fray Enrique María
Vacas Galindo aportó muchísimo a Paul Rivet, especialmente por
sus conocimientos y experiencias de la Región Amazónica y su es-
pecialización en la etnia Shuar.
Palabras claves: Segunda Misión Geodésica, Hitos geodésicos, Fe-
derico González Suárez, Enrique Vacas Galindo, Paul Rivet
Abstract
Between 1901 and 1907, that is, one hundred and twenty
years ago, Ecuador had the privilege of receiving the Second Geo-
detic Mission made up of a select team of French military geogra-
phers, for the geodetic study of the arc of the equatorial meridian. It
was organized by the French Academy of Sciences in collaboration
with the government of Eloy Alfaro. Commanding the mission was
Commander Bourgeois; as geographers, surveyors and other spe-
cialties: Colonels Perrier and Llallemand, Dr. Paul Rivet, as a doctor,
specialized in Military Health; Lieutenant Colonels Noirel, De Fon-
longue and Durand and Non-commissioned officers Damerval,
Lecomte, Duffrenne, Gressier, Domart, Lavis, Thil, Brasselet, An-
quetin, Presse, Soubriard and Soullot.
As in the first geodetic mission, also in this second one,
Ecuador participated with individuals of high scientific level, who
for their human part and knowledge constituted fundamental pillars
of this mission, especially instructors of the young French doctor
Paul Rivet. These are the Ecuadorian academic priests, honored by
the province of Imbabura, Monsignor Federico González Suárez,
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Un obispo y un prior de Ibarra
sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
then Bishop of Ibarra, and the Dominican prior Enrique Vacas
Galindo, from Cotacache. The first was known for historical-archae-
ological-anthropological investigations and their respective publica-
tions. The Dominican prior, Fray Enrique María Vacas Galindo
contributed a lot to Paul Rivet, especially for his knowledge and ex-
periences of the Amazon Region and his specialization in the Shuar
ethnic group.
Keywords: Second Geodetic Mission, Geodetic landmarks, Federico
González Suárez, Enrique Vacas Galindo, Paul Rivet
Introducción
Como continuidad y complementación de la Primera Misión
Geodésica Franco-Hispana desarrollada en nuestro país en el siglo
XVIII, bajo el liderazgo de Charles Marie de La Condamine, para
confirmar la teoría de Newton acerca de la gravedad y su impacto
en la forma terrestre, entre 1901 y 1907, esto es hace ciento veinte
años, Ecuador tuvo el privilegio de recibir a la Segunda Misión Geo-
désica integrada por un selecto equipo de geógrafos militares fran-
ceses, para el estudio geodésico del arco del meridiano ecuatorial.
La Segunda Misión Geodésica llegó a Ecuador el 1 de junio
de 19013 y continuó hasta 1907. Estuvo organizada por la Academia
de Ciencias de Francia en colaboración con el gobierno liberal de
Eloy Alfaro. Al mando de la misión estuvo el Comandante Georges
Perrier, como geógrafos, agrimensores y otras especialidades, así
como para el respectivo apoyo logístico: 10 oficiales geodestas, los
Comandantes: Robert Bourgeois, Alfred de Folongue y Luis Masse-
net; los Capitanes: Eugène Maurain, Juan Lacombe, G.I. Peyronel,
Albert Lallemand, Lucien Durand, Henri Noirel, Georges Perrier, el
3 Claude Lara en Nota 1 precisa que en el año “1899, la Asamblea Geodésica Internacional decidió
que Francia volvería a medir el arco de meridiano en el Ecuador y en 1889-1900, una misión de avanzada
vino a nuestro país” En: Claude Lara, Estudios sobre la Segunda Misión Geodésica Francesa en el
Ecuador, Impresión Pezeta Agencia Creativa, Quito - Ecuador, 2021, p. 96.
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Mayor Paul Rivet (médico, especializado en Sanidad Militar), P.
Pressé y soldado C. Roussel, con 34 ayudantes y 20 toneladas de ma-
terial científico.4 A este equipo se suman personal del ejército ecua-
toriano, los comandantes Francisco Iglesias y Alberto Vivero, mayor
Polidori Espinosi (francés); capitanes, Abraham Giacometti (Inge-
niero geógrafo) y Rodolfo Salas; y los tenientes, Francisco Gómez de
la Torre, Tulio Arellano y L. Naveda entre otros.
El “Monumento a las Misiones Geodésicas del siglo XVIII y
del siglo XX, que se levanta en el Parque de La Alameda en Quito
confirma y eterniza la participación de los científicos participantes
de las Misiones geodésicas. El Dr. Claude Lara basado en la investi-
gación de las comunicaciones diplomáticas Ecuador/Francia rela-
cionadas con este tema, advierte que en este monumento no constan
todos los miembros de la Segunda Misión Geodésica.
Capitán de Artillería Georges Perrier
Comandante de Artillería Bourgeois
Comandante de Ingenieros Couderc de Fonlongue
Comandante de Artillería Massenet
Capitán de Artillería Lallemand
Capitán de Artillería Noirel
Doctor Paul Rivet
Capitán de Artillería Lacombe
Capitán de Ingenieros Maurain
Capitán de Artillería Peyronel
Capitán de Artillería Durand
Croquis del Ecuador y de las regiones limítrofes de Colombia y
Perú, -1744) y Misión del Ecuador (1899-1906).5
Claude Lara tomando como fuente las condecoraciones fran-
cesas a los Miembros de la Segunda Misión Geodésica resalta tam-
bién los siguientes nombres: “General Julio Andrade, D. Camilo
Destruge, Capitanes Nevada y Murillo y Dr. Emiliano Hinostroza.6
4 Claude Lara, Estudios sobre la Segunda… op. cit., p. 16.
5 Claude Lara, Estudios sobre…op. cit., 2021, Nota 4, p. 57.
6 Informe del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Nación. Tomo XIII, Quito, Imprenta Nacional,
1908, p. 15, documento investigado por el Dr. Claude Lara, en: Claude Lara, Estudios sobre…
op. cit., 2021, pp.97-98.
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En la Tercera Lista de condecorados al Mérito de Tercera
Clase, se enumera a los siguientes Miembros: sargento Paul Lecomte,
Sargento Jean Dufrenne, ayudante Michel Lallemand, sargento Mar-
cel Gressier, sargento Domart, soldado Théodore Lavie, soldado
Georges Thil, ayudante Michel, cañonero Brasselet, brigadier An-
quetin, brigadier Damerval, cañonero Presse, cabo Soubriard, caño-
nero Alfred Souillot, conductor Estos, conductor Lasie.7
La Segunda Misión Geodésica, Federico González Suárez y Enri-
que Vacas Galindo
El regreso a Ecuador de una misión científica se debió al éxito
de la primera misión, a la condición ecuatorial de nuestro país, por
sus cordilleras, que lo atraviesan longitudinalmente de norte a sur,
y porque, igual que en la primera misión geodésica, también en esta
segunda, Ecuador participó con individuos de alto nivel científico
que, por su parte humana y conocimientos, constituyeron pilares
fundamentales de esta misión, especialmente instructores del joven
médico francés Paul Rivet. Se trata de los sacerdotes académicos
ecuatorianos, honra de la provincia de Imbabura, Monseñor Federico
González Suárez, entonces Obispo de Ibarra, y el prior dominicano
Fray Enrique Vacas Galindo, cotacacheño. Dos líderes religiosos que
unieron fuerzas para sobrevivir como católicos e intelectuales en una
época de convulsión ideológica y bélica por el triunfo de la Revolu-
ción liberal de 1895, que desafió los fueros eclesiásticos concretados
en los gobiernos conservadores de Gabriel García Moreno y sus su-
cesores.
7 Claude Lara, Estudios sobre…op. cit., 2021, p.101
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Figura 1. Federico González Suárez, Paul Rivet y Enrique Vacas Galindo
Fuente: https://www.ecured.cu/Federico_Gonz%C3%A1lez_Su%C3%A1rez
https://www.historiacultural.com/2009/05/paul-rivet-biografia-obras-teoria.html
https://www.elcomercio.com/tendencias/fray-vacas-defensor-territorio-ecuatoriano.html. Auditorio del Museo de
las Culturas-Cotacachi
Para los años en los que se desarrolló la Segunda Misión
Geodésica, 1901 a 1906, González Suárez era ya conocido por las in-
vestigaciones históricas, arqueológicas, antropológicas y sus respec-
tivas publicaciones. Según uno de sus discípulos, Miembro de la
Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, Carlos
Manuel Larrea escribió sobre Federico González Suárez lo siguiente:
La gloria más pura del Ecuador y nuestro mayor timbre de orgullo (…)
Sabio y Santo. Arquetipo del verdadero patriota, modelo excelso del
sacerdote católico, eximio prelado, luchador infatigable en defensa de
la fe, pensador profundo, historiador eminente, sabio en ciencias ecle-
siásticas y profanas, literato y crítico, teólogo y filósofo. González Suá-
rez descuella entre los más ilustres hijos de nuestra América y es la
cumbre más elevada entre los grandes hombres ecuatorianos.8
Este mismo autor transcribe el eje motivacional de González
Suárez, que según sus propias palabras, enfatizó: “La ciencia es útil
para la sociedad, es necesaria para la Iglesia y da gloria a Dios. He estudiado,
porque la ciencia es un medio de hacer el bien en la época presente, en la
cual ya el mundo no cree ni en la virtud, pero respeta la ciencia”.9
8 Carlos Manuel Larrea, Tres historiadores: Velasco, González Suárez y Jacinto Jijón y Caamaño, Casa
de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1988, p.84. Ver en: https://www.academia.edu/27893707/
Tres_historiadores_por_Carlos_Manuel_Larrea (21-10-2021)
9 Ibíd., p.85
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Con esta motivación, González Suárez no escatimó sacrifico
para escribir multifacéticos temas que respondieron a su condición
de sacerdote convencido, del amor a Dios, a la Virgen María, además
un verdadero patriota. Su pluma fue ágil e inspirada para la litera-
tura y la investigación histórica. De las obras publicadas por Carlos
Manuel Larrea (1968; 1988) hemos extraído las principales publica-
ciones del más ilustre de los historiadores americanos: Federico Gon-
zález Suárez:
- “Descripción de las ruinas de los monumentos de Los Incas, La
Prensa, Guayaquil, reproducido en la Revista América, Guayaquil,
1872, Bogotá.
- Cuatro volúmenes de ciencias eclesiásticas y cuestiones religiosas.
Sobresale en este grupo la obra Estudios Bíblicos, El poder temporal
del Papa (1874).
- Seis escritos principales sobre Prehistoria y Arqueología: Estudio
histórico sobre los Cañaris (1878), interés surgido durante su estadía
en Cuenca como huésped de la familia Izquierdo Serrano, uno de
cuyos miembros fue cura párroco de Chordeleg y al hecho de que
en 1852, en este lugar se excavaron algunas tumbas cuyo ajuar fu-
nerario fue conocido por Federico González Suárez.
- Treinta y cuatro escritos de Historia. Sobresalen los siguientes:
- Historia Eclesiástica del Ecuador desde los tiempos de la conquista hasta
nuestros días, Imprenta del Clero, Quito, 1881.
- Memoria histórica sobre Mutis y la Expedición botánica de Bogotá en
el siglo décimo octavo (1782-1808), Imprenta del Clero, Quito, 1888;
también impreso en 1905.
- Historia General de la República del Ecuador, en ocho volúmenes,
más un Atlas Arqueológico con láminas y texto explicativo (1890-
1903). En el primer tomo, sigue el esquema del Padre Juan de Ve-
lasco en relación a los Quitus y Shyris; posteriormente, en los
siguientes escritos, modifica radicalmente su opinión y critica
duramente la Historia del Reino de Quito, especialmente lo re-
lacionado con el listado de tribus, por no haber un respaldo cien-
tífico; también rechazó la famosa dinastía de los Shyris.
- Prehistoria Ecuatoriana, ligeras reflexiones sobre las razas indígenas
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que poblaban antiguamente el territorio actual de la República del Ecua-
dor, 1904.
- Rectificación (Sobre los Quillacingas y los Pastos), Tipografía Sale-
siana, Quito, 1908.
- En 1905 publicó el folleto “Estudio histórico sobre la Cédula del 15
de Julio de 1802” al ser nombrado miembro del Directorio de la
Junta Patriótica, organizada en Quito para cuidar de la integridad
territorial de la República.10
- Escribió poesía épica cristiana, “La Cristiada” del P. Hojeda; “El
Paraíso Perdido” de Milton; “La Divina Comedia” de Dante; “El
Poema de San Avito”.
- Hermosura de la Naturaleza y sentimiento estético de ella, con prólogo
de Marcelo Menéndez y Pelayo.
- Estudió las Églogas, Las Geórgicas, La Eneida de Virgilio. Compuso
un tratado sobre la belleza literaria de la Biblia.
- Redactó estudios críticos sobre obras de los siguientes autores:
Lacordaire, Balmes, Federico Guillermo Faber, Fray Luis de León,
Chateaubriand Lamenais, Montalambert, César Cantú, Belisario
Peña, Basilio de Oviedo y otros escritores notables. Recuerdos de Via-
jes (3 ediciones). Estudio biográfico y literario sobre Espejo y sus escritos.
- Dos volúmenes reúnen las piezas oratorias de González Suárez:
Lapoesía en América, La poesía y la Historia, La Libertad de Imprenta,
Las Constituciones Ateas.11
- Más de ochenta Cartas Pastorales, Exhortaciones e Instrucciones
Públicas.12
- Varios Autos, Manifiestos, Documentos Oficiales publicadas en el
Boletín Eclesiástico.
10 Federico González Suárez, Estudio histórico sobre la Cédula del 15 de Julio de 1802, Impreso por
F. Ribadeneira. Quito, Ecuador, 1905. Ver en: https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/xmlui
/handle/10469/8899?show=full (21-10-2021)
11 Carlos Manuel Larrea, Federico González Suárez, Estudio y selecciones, J. M. Cajica, México, 1960,
pp.29-30
12 Carlos Manuel Larrea, Federico González Suárez…op. cit., nota 3, p.30. “La bibliografía del
Iltmo. señor González Suárez casi completa puede verse en el «Ensayo bibliográfico» com-
puesto por el Señor Canónigo de la Catedral de Quito, Dr. Ricardo Bueno C., que se publicó
primeramente en la revista de Riobamba Dios y Patria en 1924; y luego, ampliado, en Quito
en 1943 y en el volumen X de Clásicos Ecuatorianos, en 1944.
La bibliografía histórica, véase en Bibliografía científica del Ecuador por Carlos Manuel Larrea,
5 volúmenes, Quito, 1948-1953; y Madrid, 1952. (N. del E.)”.
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- Cuando ejerció el Obispado de Ibarra, recolectó información para
escribir Los aborígenes de Imbabura y Carchi13 escrita en 1899, y pu-
blicada en 1909; 1910. La prehistoria Ecuatoriana, ligeras reflexiones
sobre las razas que poblaban antiguamente el territorio actual de la Re-
pública del Ecuador,14 publica en 1904, para abrir el camino y señalar
el rumbo de las futuras investigaciones.
Examinó cuantos documentos pudo hojear en los archivos
de Quito: de la Curia, de los conventos, de las Instituciones Públicas,
Municipios, Universidades, de la Corte Suprema, de la Corte Supe-
rior, de la Tesorería Nacional, del Ministerio de la Notaría Eclesiás-
tica, de la Curia Metropolitana, del Cabildo Eclesiástico, de los
conventos, de los monasterios, de los colegios, de las Escribanías; los
archivos de Ibarra, Riobamba, Cuenca y Loja.
Con el apoyo de Remigio Estévez de Toral y de Monseñor
José Ignacio Ordóñez, González Suárez viajó a España para tomar
contacto con los americanistas y revisar los documentos que reposan
en el Archivo de Indias en Sevilla, los Archivos Nacionales de Alcalá
de Henares y de Simancas, en la Biblioteca y en el Archivo de la Real
Academia de Historia, en otras Bibliotecas de Madrid y de varias
ciudades de la Península Ibérica. De Portugal pasó a Brasil, luego
fue a Uruguay, Argentina, Chile y Perú. Para costos de edición, tuvo
el apoyo del Congreso Ordinario de 1885, del Dr. Pablo Herrera, y
del señor Clemente Ballén.15
Respecto de su maestro y guía, Jacinto Jijón escribió: “Con
motivo de su viaje a Europa trabó amistad con los más notables investiga-
dores, con Cesáreo Fernández Duro, Marcelino Menéndez y Pelayo, Marco
Jiménez de la Espada, José Toribio Medina y cien más que se honraban en-
viándole sus libros.”16
13 Federico González Suárez, Los aborígenes de Imbabura y Carchi, Tipografía y encuadernación
salesiana, Quito, 1910
14 Federico González Suárez, Prehistoria ecuatoriana: Ligeras reflexiones sobre las razas indígenas,
que poblaban antiguamente el territorio actual de la República del Ecuador, Impreso por Ricardo
Jaramillo, Quito, 1904
15 Carlos Manuel Larrea, Tres historiadores: Velasco, González Suárez y Jacinto Jijón y Caamaño,
Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Quito, 1988.
16 Jacinto Jijón y Caamaño, Discurso académico del eminente arqueólogo ecuatoriano Dn. Ja-
cinto Jijón y Caamaño en la Sesión Solemne del Cabildo Capitalino, el 13 de abril de 1994
primer centenario del I. Historiador Federico González Suárez, Ilustre Municipio de Quito,
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Recorrió varias provincias de la República del Ecuador to-
mando nota de los vestigios monumentales y restos culturales. Con
toda esta preparación académica y de campo, González Suárez inau-
guró una práctica arqueológica más científica y más comprometida
con la salvaguarda del patrimonio cultural, en momentos en que a
nivel nacional había desprecio hacia nuestras raíces aborígenes, se
consideraba a los vestigios arqueológicos como “cosas de indios”.
Siempre se preocupó de ir más allá de los objetos, le inquietaba co-
nocer los procesos socioculturales que ocurrieron en el pasado. Per-
sistió siempre en la búsqueda de la verdad. Estuvo convencido de
que todos los ecuatorianos necesitan tener a la mano una referencia
entendible de su pasado. Ya en su época dedujo la necesidad de que
el Ecuador cuente con un Museo Nacional, como institución encar-
gada de recuperar, conservar, estudiar y difundir el material cultural
de los pueblos extintos. Sin embargo, no pudo escapar a su condición
de sacerdote y de alentar el difusionismo imperante en su época.
En 1914 publicó Advertencia para buscar, coleccionar y clasificar
objetos arqueológicos pertenecientes a los Indígenas Antiguos pobladores
del territorio ecuatoriano17. Un año después, en 1915 apareció Notas Ar-
queológicas18 y en 1918 Carta al Ilmo. Señor Don Manuel María Pólit.19
González Suárez como obispo de Ibarra no descuidó su labor
pastoral. La alta jerarquía eclesiástica de Quito le tenían en alta es-
tima, sugerente es el criterio del Excelentísimo Señor Pólit Laso quien
escribió:
Los once años que el Ilustrísimo Señor González Suárez gobernó la dió-
cesis de Ibarra fueron años de intensa actividad y grande trascenden-
cia. Quincuagenario ya, no había empero sentido aún el cansancio de
la vejez, antes bien estaba en el apogeo de su talento, podía desplegar
todo el esfuerzo de su carácter varonil y de su gran virtud, y fue admi-
Museo Histórico, Órgano del Archivo Municipal de Historia de la Ciudad de Quito, Nº61,
1994, p. 267.
17 Federico González Suárez, Advertencia para buscar, coleccionar y clasificar objetos arqueológicos
pertenecientes a los Indígenas Antiguos pobladores del territorio ecuatoriano, Imprenta del clero,
Quito, 1914
18 Federico González Suárez, Notas Arqueológicas, Imprenta del clero, Quito, 1915
19 Sobre los estudios y trabajos arqueológicos del Ilmo. G.S. Boletín Eclesiástico, N° 10, pp. 340-
346.
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Un obispo y un prior de Ibarra
sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
rable cuánto trabajó personalmente con su poderosa palabra y elo-
cuente pluma.20
Un dato que como ibarreños debemos relievar es el apoyo
económico y permanente preocupación de González Suárez por la
construcción del Monasterio de las Madres Carmelitas en Ibarra, ac-
ción que lo concretaba a través de su entrañable amigo Don Eliodoro
Ayala.21 Incluso cuando fue nombrado Arzobispo de Quito, continuó
con el interés de que la obra del Carmen se termine. Según nos narra
Eliodoro Ayala:
Esto lo hizo por el grande cariño que profesaba a las Madres Carmelitas
y por el vivo deseo que tenía que de pronto se termine el trabajo. El
formó el Comité Carmelitano, convocando a los padres que teníamos
nuestras hijas en el Carmen,22 para encargarnos que trabajemos de un
modo eficaz en la reconstrucción del Monasterio. Tanto interés tenía
Ilmo. Sr. González Suárez por esta obra, que cuando fue a Quito a
tomar posesión del Arzobispado, tuve la honra de acompañarlo, y al
despedirme me dijo: “En cuanto a la obra del Carmen siga con el
mismo entusiasmo, y cuando no haya dinero, pídame; por lo demás
en Ibarra, un saludo general a todas hasta a las piedritas de Ibarra.” Y
puso en práctica la oferta, pues repetidas veces mandó algunas sumas
de dinero para el trabajo, y la última vez que me dio fue, cuando por
un asunto particular viajé a Quito y fui a saludarlo y la primera pre-
gunta que me hizo fue: ¿Cómo va el trabajo del Carmen?; yo le res-
pondí que estaba al terminarse, pero se suspendería porque en caja no
había sino $50,00. Me replicó: “Haga un telegrama diciendo que no sus-
pendan el trabajo, pues un caballero me quiere dar un dinero con la
condición única, que lo había de emplear en mi persona”. Al despe-
dirse me dijo: “Me ha contestado el señor del obsequio, que yo dis-
ponga como bien tenga, allí está pues ese paquete cerrado que no lo he
abierto, y con eso acabe la obra de las Carmelitas”. Tomé el paquete, y
al abrirlo encontré que contenía cuatrocientos sucres, los mismos que
fueron entregados a la R.M. Priora del Carmen, porque allí se hacían
los pagos.
20 Juan de Dios Navas E., Presbítero. Ibarra y sus provincias de 1534 a 1932, Colección Carangue,
Otavalo, 2008, p. 497.
21 Don Eliodoro Ayala fue abuelo de nuestro amigo y colega historiador, Dr. Enrique Ayala
Mora.
22 Según referencia de Eliodoro Ayala, su hija, Madre Carmelita, se llamó Mariana de Jesús
Ayala Guerrero.
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Así mismo el Ilmo. Sr. Pérez Quiñónez apreciaba en gran manera a las
Madres Carmelitas, y tomó en cuenta el arma del techo con teja vana,
idea que ha sido aceptada generalmente y con buenos resultados. Al
Ilmo. Sr. Pérez Quiñones debo la distinción de haberme declarado pro-
tector insigne del Convento del Carmen, y haberme dado en la iglesia
de las Carmelitas, un depósito para los restos de todos los míos.23
El Presbítero Juan de Dios Navas con pesadumbre señaló
que, de todas las prédicas hechas por GS, como obispo de Ibarra,
apenas conservaba el celebérrimo discurso del 14 de junio de 1900
proclamado en la catedral de Quito, con motivo del hallazgo de los
restos mortales del Mariscal Antonio José de Sucre, y el panegírico
del 10 de agosto de 1904 pronunciado en la catedral de Ibarra. Navas
añade otros escritos de González Suárez, como “Instrucciones al
Clero”, “Carta explicada”, respecto a esta última, comentó: “uno de
los más poderosos folletos de polémica salidos de su pluma…”.24
Compartimos el criterio de Carlos Manuel Larrea (1988) res-
pecto a la valía de nuestro historiador, fundador de la Sociedad Ecua-
toriana de Estudios Históricos Americanos (24 de julio de 1909),
posteriormente denominada Academia Nacional de Historia (27 de
septiembre de 1920): “Recto criterio, Imparcialidad, Erudito saber y Valor
para decir la verdad”.25
Por su parte, Nicolás Jiménez refiriéndose a González Suárez
lo calificó de: “Escritor correctísimo, Literato de vuelo y Ardoroso apolo-
gista católico”.26
González Suárez en su obra Memorias Íntimas27 y en el Pró-
logo a su Historia General dejó insinuado el derrotero de su forma-
ción como historiador. Antes de cumplir los quince años de edad
leyó la Historia del Reino de Quito del Padre Juan de Velasco y las Cró-
nicas del Inka Garcilaso de la Vega, así como la Historia Universal de
Cesar Cantú. En 1937 publicó Defensa de mi criterio histórico.28
23 Rvdo. Padre Clemente de Tulcán, titulada Crónica de la Fundación del Monasterio de los RR. Ma-
dres Carmelinas de Ibarra. Ver en: https://madrescarmelitasibarra convento 2014. wordpress.
com/2014/06/22/las-madres-carmelitas-en-ibarra/ (21-10-2021)
24 Juan de Dios Navas E., Presbítero. Ibarra y sus…op. cit., p. 497.
25 Carlos Manuel Larrea, Tres historiadores… op. cit., 1988, p. 92.
26 Cfr. Nicolás Jiménez en: Carlos Manuel Larrea, Tres historiadores… op. cit., 1988, p. 93.
27 Federico González Suárez, Memorias Íntimas, Editorial Pedagógica Freirhe, 1984.
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Un obispo y un prior de Ibarra
sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
A la muerte de Federico González Suárez acaecida el día 1
de diciembre de 1917, a las cuatro de la mañana, el Concejo del Ilus-
tre Municipio de Quito, en sesión extraordinaria honró la memoria
“del egregio ciudadano, ilustre Historiador y buen hijo de la patria.”
Declararon tres días de luto en el cantón Quito, y en los mismos días
los edificios municipales izaron el Pabellón Nacional a media asta.
Colocaron el retrato de González Suárez en el salón de sesiones y
pusieron su nombre a la parroquia urbana de El Sagrario donde
nació el sabio Historiador y Literato. Solicitaron a la Legislatura or-
dene la publicación de las obras completas de González Suárez, eri-
gió un monumento para honrar su memoria, y comunicó a todos los
municipios del país la noticia de su fallecimiento.29
Durante los tres días de duelo, toda la ciudad se sumió en
una gran tristeza, las personas se vistieron de luto, cerraron los ne-
gocios y colocaron en las viviendas banderas completamente negras.
El desfile fúnebre fue un espectáculo muy grandioso, solemne e im-
ponente.
La sociedad quiteña con cuanto tiene de notable en ciencias, letras y
artes acudió con espontaneidad a honrar los venerables despojos del
Príncipe de la Iglesia Ecuatoriana.
Manifestación social de afecto, gratitud y veneración intensamente sen-
tidos fue la que se verificó ayer; por esto acudieron todos con la solici-
tud del hijo que honra a su padre, del discípulo que respeta al maestro,
del ciudadano que enaltece al patriota, del hombre de letras que admira
al sabio, del hombre virtuoso que se glorifica con el varón justo, en fin
con esa solicitud que se emplea para ensalzar lo grande, lo excelso, al
genio por las preclaras y altísimas virtudes que adornaron al Ilmo.
González Suárez.30
28 Federico González Suárez, Defensa de mi criterio histórico, Publicaciones Educativas Ariel,
Quito, 1937.
29 Ilustre Municipio de Quito. Museo Histórico, Órgano del Archivo Municipal de Historia de la
Ciudad de Quito. “Los Funerales del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Fede-
rico González Suárez”, p. 280-281.
30 Ilustre Municipio de Quito. Museo Histórico, Órgano del Archivo Municipal de Historia de la
Ciudad de Quito… op cit. p. 283.
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José Echeverría-Almeida
González Suárez y la Segunda Misión Geodésica
Cuando González Suárez era Obispo de Ibarra (1895-1905)
llegó la segunda misión geodésica francesa, para trabajar en la Sie-
rra Norte del Ecuador. El Obispo brindó la hospitalidad, puso a dis-
posición su biblioteca organizada a costa de grandes sacrificios, con
libros rarísimos; facilitó su colección arqueológica, transmitió sus co-
nocimientos sobre el ser humano y geografía de la región y propor-
cionó la respectiva ayuda logística.
A más del aporte económico del Gobierno ecuatoriano y de
la dotación de una guardia militar para escoltar a los científicos fran-
ceses, seguramente, también Federico González Suárez apoyó a los
geodésicos con la logística, y quizá el mismo debió acompañar a los
sitios de interés, para la ubicación de las bases y miras geodésicas,
dado su amplio conocimiento del área geográfica y de la idiosincra-
sia de la gente de cada lugar. Como obispo de Ibarra “visitaba perso-
nalmente sus parroquias, hasta las más pobres y alejadas, no dejó de
evangelizarlas varias veces con especial predilección: los indios de la Cordi-
llera y los negros del río Chota disfrutaron de ese verbo apostólico, que era
el encanto de los auditorios más ilustrados…”.31
Durante la Segunda Misión Geodésica, nos recuerda Carlos
Jiménez, se colocaron “bases y miras geodésicas en la actual provincia del
Carchi, por el lapso de cuatro años desarrollaron sus trabajos y se desplaza-
ron por los cantones de: Montúfar, Huaca y Tulcán; los tres cantones sir-
vieron para completar la red de triángulos que ya estaba levantada en el
resto del país…”.32
Acorde al informe entregado por los geodésicos a la Gober-
nación de la provincia del Carchi,33 y transcrito en la Monografía de
Tulcán (Mera, 1929), en esta jurisdicción se conocen los siguientes
puntos y superficies de referencia para las mediciones geodésicas.
31 Juan de Dios Navas E., Presbítero. Ibarra y sus…op. cit., p.497
32 Carlos Jiménez, Las Misiones Geodésicas en Carchi, guía temática, Tulcán, 2013, p. 5
33 Con la entrega del informe, los geodésicos solicitaron a las autoridades locales el cuidado de
las pirámides como testigos del trabajo realizado y como referentes para futuros trabajos;
desafortunadamente, en algunos casos, parece que las autoridades olvidaron esta recomen-
dación.
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Un obispo y un prior de Ibarra
sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
Respecto a los hitos en el actual cantón Montúfar, Alejandro Mera
transcribe lo siguiente, según el informe de los académicos fechado
el 4 de enero de 1904:
La base ha sido medida en diciembre de 1901 y enero de 1902, según
cálculos provisionales es igual a 6604 metros 77 cm. Cada extremidad
está señalada con una pirámide de piedra, ladrillos y cimiento romano,
construida encima de un cimiento de cal y piedra muy hondo, (…). Las
dos bases han sido construidas, bajo el cuidado del señor capitán Abra-
ham Giacometti, según mis dibujos, planos e indicaciones. La primera
queda a la salida del pueblo, (…), la segunda queda en un punto lla-
mado La Banda, perteneciente a la hacienda de El Vínculo (…). Como
son obras públicas de primera importancia, quedan también desde hoy
confiadas al cuidado del Supremo Gobierno ecuatoriano y de las auto-
ridades de San Gabriel.34
Según Jiménez, la primera pirámide está localizada en el can-
tón Montúfar, actual centro urbano de la ciudad de San Gabriel (an-
tigua Tuza), cerca del coliseo de la ciudad, calles Galápagos y
Humberto Aristizábal. “Esta pirámide se levanta dentro de un predio
cerrado que pertenece a la municipalidad, se halla revestido de ce-
mento, y posee una placa de mármol de 43X38 cm con una inscrip-
ción que dice: “Misión Geodésica Francesa. Arco meridiano de Quito. Base
norte. Medida en diciembre de 1901-enero de 1902. Término norte”, posee
una altura de 2,50 metros. Desafortunadamente, como bien observa
Jiménez (2013), la placa no es la original, ya que no reza el texto que
debieron dejar los geodésicos.
La segunda pirámide se encuentra en este mismo cantón,
sector Canchaguano, en terrenos privados dedicados a cultivos de
papa y trigo, conocido como “La Mira”.
Jiménez describe su observación:
Esta base tiene un aproximado de 2,62 metros de alto, tiene pintura de
color naranja que la hace visible de distancias considerables, tiene una
especie de nicho para colocar una placa pero no tiene inscripción, solo
una parte de la misma ha sido modificada en la cual el Instituto Geo-
34 Alejandro Mera, Monografía de Tulcán, Talleres tipográficos nacionales, Quito, 1929, pp.78-79
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gráfico Militar (IGM) ha colocado una placa circular metálica y que
tiene una leyenda que dice: “Prohibido destruir - Ecuador”.35
En Tulcán hay las siguientes “Miras”: una, donde actual-
mente están localizados los tanques de agua potable construidos por
la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de
Tulcán (Epmapa-T).
De esta mira que ha sido revestida por cemento, solo es visible unos
40 centímetros que sobresalen de los escombros, en la parte superior
también posee una placa metálica circular del IGM. De acuerdo al in-
forme de 1904, este lugar conocido como Santiago era el punto más ele-
vado de la ciudad y aparte de levantar una mira geodésica, los
científicos establecieron un observatorio astronómico, además para esa
época en el lugar se hallaba el cementerio de la ciudad, que posterior-
mente fue trasladado al actual sitio.36
En Angasmayo, sector del caserío María Magdalena, hasta
hace unos 20 años existió una pirámide de 1x1 metro de base y 1.5
m de altura, construida de piedra y ladrillo. Carlos Jiménez señala
que:
El actual propietario del cultivo de cebada, Raymundo Gordon descri-
bió que la mira estaba construida con piedra y ladrillo, asentada en una
base de un metro por un metro de lado, tenía un metro y medio de al-
tura y la punta era como pirámide; similar a las columnas que colocan
en las entradas de las haciendas “cuando compre el terreno la pirámide
ya no existía, el anterior dueño al trabajar el terreno con tractor hallaba
ladrillo y piedras, decían que era prohibido destruirla pero nadie dijo
nada, porque no se sabía, los adultos mayores se acuerdan de la pirá-
mide, cuando era niño jugaba con mis amigos y se la distinguía de
todos lados.37
35 Carlos Jiménez, Las Misiones…op. cit., p.34
36 Carlos Jiménez, Las Misiones Geodésicas… op. cit., p. 42.
37 Ibíd., p. 45.
38 Alejandro Mera, Monografía de Tulcán, Talleres tipográficos nacionales, Quito, 1929.
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sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
En La Rinconada, según datos transcritos por Mera38 se ha-
llaba a 5 kilómetros de la ciudad en una cuchilla de bosque y monte
que separaba los ríos de Las Juntas y Carrizal.
En la cima de los Cerros Troya, lugar de las torres de antenas
de transmisión de radio-televisión. La observación de Jiménez dice:
Esta mira tiene una forma particular, la base es de ladrillo a modo de plataforma
circular con un graderío en uno costado, en la parte superior se erige la mira
con una altura de 1,40 metros, entre la mira y la plataforma tienen una altura
de 2,96 metros; la mira en la parte superior posee una placa metálica circular si-
milar a la colocada por el IGM en la segunda base de San Gabriel.39
Jiménez añade sus observaciones respecto a los otros sitios
con puntos geodésicos:
Machines: encima de una loma llamada Alcutún a un cos-
tado del camino Tulcán-El Ángel por el páramo y cruzando por Las
Juntas, Los Cuaces, la Comunidad y saliendo en el camino a Pioter.
Mirador: en un punto del cerro Mirador de Huaca, más
arriba del monte en el páramo, encima de unas casas de Timburay
por un camino que los académicos abrieron.
El Pelado: cerca de la línea de Colombia, en las faldas sur del
volcán Chiles, al occidente del páramo de la hacienda de Car en una
región con lagunas llamadas Tetillas y al norte del cerro Crespo.40
En la zona fronteriza, algunos hitos de los geodésicos, parece
que fueron confundidos con hitos limítrofes Ecuador/Colombia, por
lo que han sido destruidos, situación que se pudo comprobar al re-
correr el Qhapaq Ñan, Camino Principal Andino.41
Como dato adicional, conocemos que en el Cementerio de
Tulcán hay un mausoleo en forma de pirámide de 3 metros de altura
con lápida de mármol, que contiene los restos de dos integrantes de
la Misión Geodésica, que acorde a un informe de Perriere transcrito
por Mera dice textualmente:
39 Ibíd., p.39
40 Ibíd., p.157
41 José Echeverría, El Qhapaq Ñan en la provincia del Carchi, Ecuador. Investigación arqueológica pre-
liminar, FONSALCI, Ibarra, 2006.
BOLETÍN ANH Nº 206-A • 69-98
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José Echeverría-Almeida
Del informe de Perrier, este académico escribió en 1904. Al momento
de separarnos, tal vez para siempre, de ésta provincia, permita (…)
señor Gobernador, encomendar al cuidado de Ud., y de los vecinos de
Tulcán, las dos bóvedas donde descansan en el panteón de Tulcán los
restos mortales del sargento mayor Spinosi, adjunto a nuestra Comi-
sión en el año de 1899 y de nuestro compañero Roussel42 muerto en
Troya en 1902.43
González Suárez y Paul Rivet
A más de lo enunciado anteriormente, Federico González
Suárez puso especial empeño en estimular la vocación arqueológica-
antropológica del médico Paúl Rivet, aspecto que marcará profun-
damente el quehacer científico del joven galeno, posteriormente,
director fundador del Museo del Hombre en París. Para la época, la
integración en la interpretación arqueológica de otras disciplinas,
como la etnohistoria, la etnografía, la lingüística, que marcaban las
investigaciones de González Suárez fue vista como una novedad, as-
pecto que fue aprovechado por Paul Rivet, para redactar más de cin-
cuenta obras referentes a temas antropológicos, lingüísticos,
etnográficos, arqueológicos, de metalurgia precolombina, contactos
transpacíficos, acerca del origen del hombre americano, entre otros
temas.44 Una de sus magnas obras Etnographie Ancienne de l’Équa-
teur” (1912) fue de mi lectura favorita, en la biblioteca de nuestro
amigo Carlos Manuel Larrea, a donde acudíamos frecuentemente
con mi profesor, el arqueólogo Padre Pedro Porras Garcés.
En relación a las publicaciones de Paul Rivet, González Suá-
rez no estuvo totalmente de acuerdo con algunas de sus teorías, es-
pecialmente con aquella que Rivet seguía las teorías del Padre Juan
de Velasco, como la existencia del famoso Reino de Quito descrito
en su obra La Historia del Reino de Quito en la América Meridional (1789)
escrita durante su destierro en Italia.
42 Roussel fue zapador telegrafista. En: Claude Lara, Estudios sobre la…op. cit., 2021, p. 61.
43 Alejandro Mera, Monografía de…op. cit., p. 82.
44 Carlos Manuel Larrea, Bibliografía Científica del Ecuador, Corporación de estudios y publica-
ciones, Quito, 1968.
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sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
En forma personal o a través de los huaqueros,45 González
Suárez dio a conocer a Paul Rivet varios sitios arqueológicos, espe-
cialmente en las provincias de Carchi e Imbabura. Paul Rivet fue
muy agradecido con González Suárez, lo que podemos apreciar en
la siguiente alocución publicada por Carlos Manuel Larrea (2016):
Aquí encontré mi primer maestro, y hoy día, quiero evocar su recuerdo.
Había, en ese tiempo, en Ibarra un Prelado de gran sabiduría y de no-
table ciencia; hablo de Monseñor González Suárez; él me acogió en el
Palacio Episcopal de Ibarra, él me dio las primeras directivas para mis
investigaciones, y hoy pago este tributo de agradecimiento, que es una
verdadera deuda. Y si he hablado de este gran hombre, que fue, no so-
lamente un gran ecuatoriano, sino un gran sacerdote, y a la vez un gran
hombre de Ciencia, ha sido para significarles que yo, a ustedes, les
debo mucho y que se explica este cariño como algo muy natural, cariño
que, después, se ha extendido a todo el mundo latinoamericano; pero,
la cuna de este afecto está aquí en el Ecuador, en Quito, en este país
que yo quiero como mi segunda Patria, sin que nunca haya encontrado
dificultades con el amor profundo que tengo para mi país, pues, como
escribió un gran poeta del Ecuador que fue mi grande y respetado
amigo, el doctor Luis Cordero: “Corazón mío existe para dos ternu-
ras.46
El prior dominicano Fray Enrique Vacas Galindo
El prior dominicano, Fray Enrique María Vacas Galindo,
quizá menos conocido que Federico González Suárez, es otro inte-
lectual que aportó muchísimo a Paul Rivet, especialmente por sus
conocimientos y experiencias de la Región Amazónica y su especia-
lización en el grupo étnico Shuar, denominados comúnmente en la
época como Jíbaros. Antiguamente, los Shuar habitaban en la Región
Amazónica del actual Ecuador y también en la parte peruana, co-
múnmente en caseríos dispersos, con un modo de vida cazador-re-
colector, y cultivos para auto-subsistencia de maíz, yuca, plátano,
45 Huaquero: “buscador de tesoros áureos o de huacos. 2. Arqueólogo empírico (Verneau y
Rivet, 1912; Saville, 1924; Kauffman, 1974, en: José Echeverría, Glosario de arqueología y temas
afines (2 tomos), impresión ediecuatorial, 2011, Tomo I, p. 100).
46 Carlos Manuel Larrea, “Homenaje a la memoria del Dr. Paul Rivet”, Revista AFESE, vol. 62,
Nº 62; 1958; 2016, p. 193.
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fréjol, papachina, camote, papaya y maní; la elaboración de la chicha
de yuca y de chonta. Por tradición mantienen un significativo cono-
cimiento de plantas medicinales. Tienen sus propias danzas, cantos
e instrumentos musicales. A través de la actividad misionera y de
los colonos, se han ido formando los poblados aglutinados, organi-
zados en Centros comunitarios y en federaciones, desde 1964.47
Enrique Vacas Galindo nació en la ciudad de Cotacachi, pro-
vincia de Imbabura, el primero de abril de 1865, a tres décadas de la
inauguración de la República del Ecuador.
A los quince años ingresó en la Orden de los Padres Domini-
cos donde cambió su nombre Ezequiel por el de Enrique. Cuando
tenía 22 años de edad fue ordenado sacerdote por el Arzobispo Ig-
nacio Ordóñez, en la Iglesia Catedral. Inmediatamente se le asignó
el trabajo de evangelización en las Misiones dominicanas de Macas
y Canelos. La convivencia con los nativos del grupo étnico Shuar le
permitió aprender su lengua, facilitando de este modo adentrarse en
la comprensión de su propia cultura. Recorrió el río Bobonaza hasta
el río Marañón.48
En uno de sus viajes hasta el Yurimaguas fue acusado como
espía por el Subprefecto Ramón Bernales del Perú. A los cuarenta y
cinco días de arresto logró huir, y para despistar a los soldados pe-
ruanos salió por Iquitos rumbo al océano Atlántico. En esta huida
recibió el auxilio del Dr. David Andrade, de Pelileo, provincia de
Tungurahua. “En 1893 y después de viajar por varios países de Sudamé-
rica arribó a Chile y en el convento dominicano de Santiago redactó el pri-
mer periódico religioso “El Mensajero del Rosario”49
Al regresar a Ecuador en 1894, denunció ante el Gobierno y
ante la Nación el imperialismo invasor del Perú y la constante hos-
tilidad peruana contra los ecuatorianos. Por esta situación, Vacas Ga-
lindo habló con el general Eloy Alfaro para que desista de expulsar
a los misioneros de la Región Oriental, pues ellos eran una garantía
de mantener estos territorios a favor del Ecuador. Se había ya expul-
47 CONAIE, Shuar. Ver en: https://conaie.org/2014/07/19/shuar/ (22-10-2021).
48 CONAIE. Shuar…op cit.
49 Rodolfo Pérez Pimentel, Vacas Galindo Enrique. Ver en: https://rodolfoperezpimentel.com
/vacas-galindo-enrique/ (08-11-2021)
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sado a los jesuitas del Napo, a los salesianos de Gualaquiza, a los
franciscanos de Zamora; pero los dominicanos se mantuvieron en
Canelos.50
Figura 2. Imbabura, Cotacachi: vivienda donde nació
Fray Enrique Vacas Galindo
Fuente: fotografía de José Echeverría (2021.09.30).
En 1891 publicó en Shuar o lengua jíbara, para la misión de
Macas, la obra El Catón de la Doctrina Cristiana, como un medio di-
dáctico para evangelizar a este grupo étnico.
Refutó el Capítulo IV de Federico González Suárez, con su
obra Rectificaciones Históricas al Tomo IV. Gracias a sus trabajos de in-
vestigación bibliográfica y de campo, logró conocer gran parte de la
Región Amazónica ecuatoriana identificando varios hitos limítrofes
con el Perú, por lo que en 1898, Enrique Vacas Galindo viajó a Europa
por comisión de Eloy Alfaro, para examinar en el Archivo General
de Indias, los documentos pertinentes a nuestro territorio y a los li-
tigios con el Perú. Como resultado, publicó entre 1901 a 1903, la obra
La Integridad Territorial de la República del Ecuador,51 refutando al es-
50 Luis Andrade, Introducción. Vacas Galindo en la novela. Vacas, E. (2009). Nankijukima. Co-
lección Carangue Volumen III, Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de
Imbabura, Ibarra, pp. 7-10, 2009
51 Enrique Vacas Galindo, La Integridad Territorial de la República del Ecuador, Tipografía y en-
cuadernación Salesiano, Quito, 1905. Obra aprobada por la “Junta patriótica nacional.”.
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critor peruano Dr. Maurtua sobre la cuestión limítrofe planteada en
su libro “Exposición sobre los Límites Ecuatoriano-Peruanos”. Tam-
bién publicó Colección de documentos sobre límites ecuatoriano-
peruanos.52
Estuvo en Viena para asistir al capítulo General de la Orden
Dominicana. En Roma fue recibido por León XIII. En Sevilla investigó
los archivos de Indias. Como Provincial de los Dominicos en Ecuador,
en 1899 visitó los conventos del país y fundó las misiones de Puyo,
Curaray, Bufeo, Ishpingo y la Unión. En 1905 viajó a Roma donde de-
sempeñó algunos cargos propios de su Orden. Aprovecho esta estadía
en Europa para recoger materiales sobre la historia de los Dominicos
en el Ecuador. En 1909, en el Archivo de Indias, recopiló centenares
de documentos relativos a la Audiencia de Quito, la mayoría de los
cuales aún esperan su respectivo estudio y publicación.53
Otras obras escritas por Enrique Vacas Galindo:
- Fray Bartolomé de Las casas; disputa ó controversia con Ginés de Supúl-
veda contendiendo acerca la licitud de las conquistas de las Indias [mi-
croform]. Reproducida literalmente de la edición de Sevilla de
1552 y cotejada con la de Barcelona de 1646, con una noticia bi-
bliográfica por el marqués de Olivart, acompañada de un ensayo
“Fray Bartolomé de Las Casas, su obra y su tiempo”, Madrid, Re-
vista de Derecho Internacional y Política Exterior, 1908 y 1909.
- Resumen de la cuestión de límites del Ecuador con el Perú, Madrid, Im-
prenta del Asilo de huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1909.
Trabajo realizado como respuesta al: “Memorandum final” presen-
tado por los Plenipotenciarios del Perú, D. Mariano H. Cornejo y D. Fe-
lipe de Osma, en el litigio de límites con el Ecuador; y aunque
acostumbrados a terciar en la lid con los defensores de la Nación hermana,
a rechazar sus errores y a lanzar al estigma del mundo ilustrado la ma-
nera poco decorosa de sostener los intereses de su Patria, ha llamado nues-
tra atención de manera especial la poca exactitud, la ninguna verdad y
los especiosos sofismas con que se lo presentan, este celebre Memorandum
final.54
52 Enrique Vacas Galindo, Colección de documentos sobre límites ecuatoriano-peruanos, Quito, Ecua-
dor, Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios, por R. Jaramillo, 1902-1903.
53 Rodolfo Pérez Pimentel, Vacas Galindo Enrique. Ver en: https://rodolfoperezpimentel
.com/vacas-galindo-enrique/
54 Enrique Vacas Galindo, Resumen de la cuestión de límites del Ecuador con el Perú, Imp. del Asilo
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sobresalen en la Segunda Misión Geodésica
- “Elementos para el estudio de la lengua jibara.” Nuevamente pu-
blicados por Rodolfo R. Schuller. Sevilla, Eulogio de las Heras,
1912.
El conocimiento directo que tuvo por su trabajo y viajes en la
Región Oriental por espacio de cinco años, y el conocimiento de las
producciones cartográficas anteriores como el de Manuel Villavicen-
cio (1858) y Teodoro Wolf (1892) le permitieron trazar el mapa geo-
gráfico-histórico de la República del Ecuador, año 1906,55 y escribir
el relato Nankijukima: religión, usos y costumbres de los salvajes del
Oriente ecuatoriano, 1895.56
En relación a los mapas citados anteriormente, Ana María Se-
villa Pérez comenta que los aportes de los geógrafos van más allá
del producto cartográfico; si contextualizamos su producción, pode-
mos inferir no solo aspectos de la dimensión territorial del estado
sino también lo referente a construcciones de identidad nacional.
“Los mapas son utilizados como ventanas a través de las cuáles se
estudia una historia intelectual y cultural de la relación entre la pro-
ducción cartográfica y las primeras manifestaciones poscoloniales
del estado ecuatoriano”. Particularmente, en el caso del mapa ela-
borado por Fray Enrique Vacas Galindo, tiene también el valor agre-
gado de despertar la conciencia nacional respecto a la Región
Oriental olvidada por los Gobiernos Centrales, por los ciudadanos,
y en ese momento histórico, fue un llamado de atención al Gobierno
de Eloy Alfaro que, sin mucha reflexión sobre las consecuencias, ex-
pulsó a los Misioneros de la Amazonía, con excepción de los Domi-
nicos. Sevilla expresa:
De hecho, el inicio de la vida republicana del Ecuador está marcado
por la falta de una imagen oficial del territorio que se manifiesta por
un constante proceso de innovación y cambio en sus mapas. Estos
mapas controversiales y contradictorios, disputados y politizados,
de Huérfanos del S. C. de Jesús. e, Madrid, España, 1909, p.3. Ver en: https://reposito rio.flac-
soandes.edu.ec/xmlui/handle/10469/9176?show=full (22-10-2021)
55 Un ejemplar de este mapa posee la Academia Nacional de Historia, el mismo que requiere
una urgente operación de conservación.
56 Enrique Vacas Galindo, Nankijukima: religión, usos y costumbres de los salvajes del Oriente ecua-
toriano, T. Merino, Ambato, 1895
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abren un espacio de debate que da cuenta de la complejidad de defini-
ción de las fronteras externas y la escasa problematización de las fron-
teras internas del país, debate en el cual el territorio amazónico ocupa
el centro de la discusión. Sin embargo, a pesar de ser imágenes contes-
tadas, los mapas si logran construir cierta permanencia en tanto estruc-
turas de representación que más o menos se repiten. Esta repetición es
condición para que se dé una migración del lenguaje geográfico hacia
otros campos del discurso. De esta forma, argumentamos en esta tesis
que el lenguaje geográfico circula no sólo a través de los mapas sino a
través de otras vías como la literatura y la educación, lo cual nos hace
presumir la importancia de este lenguaje para la formación de sujetos
nacionales territorializados.57
Ortiz hace notar un fenómeno bastante extraño en la historia
de límites de nuestro país. Los territorios ocupados por los pueblos
shuar y achuar, actual jurisdicción de la provincia de Morona San-
tiago, “permaneció no delimitado entre Ecuador y Perú desde el nacimiento
de la República en 1830 hasta 1998.”58
Posterior a la producción cartográfica, Fray Enrique Vacas
Galindo escribió El Verdadero Autor del Mapa Geográfico Histórico de
la República del Ecuador59 en 1910 y, un año antes, 1909, editó en Ma-
drid un Resumen de la Cuestión Limítrofe entre el Ecuador y el Perú.60,61
En relación a su vida religiosa, Fray Enrique Vacas Galindo
fue Vicario del convento de Ambato. Fue provincial de los dominicos
y profesor de Teología Moral.
Murió en la ciudad de Quito el 11 de junio de 1938.
Enrique Vacas Galindo suministró a Paul Rivet toda la infor-
mación relacionada con la Amazonía, especialmente como experto
57 Ana Sevilla, El Ecuador en sus mapas: Estado y Nación desde una perspectiva espacial (Tesis de
Doctorado en Ciencias Sociales) FLACSO, Quito, 2011. Ver en: https://repositorio.flacsoan-
des.edu.ec/xmlui/handle/10469/5132 (22-10-2021)
58 Cecilia Ortíz, “El Estado ecuatoriano en la frontera suroriental, una construcción desde el
afecto, 1893-1964”, Revista de Ciencias Sociales, 70/25(2), 2021, pp. 95-112. Ver en: https://re
positorio.flacsoandes.edu.ec/xmlui/handle/10469/17146?show=full (22-10-2021)
59 Enrique Vacas Galindo, El Verdadero Autor del Mapa Geográfico Histórico de la República del
Ecuador, Imp. A. Gentil, París, 1906
60 Efrén Avilés Pino, Vacas Galindo Fray Enrique, Enciclopedia del Ecuador. Ver en: http://
www.enciclopediadelecuador.com/personajes-historicos/fray-enrique-vacas-galindo/
(22-10-2021)
61 Enrique Vacas Galindo, Resumen de la Cuestión Limítrofe entre el Ecuador y el Perú, Imp. del
Asilo de Huérfanos del S. C. de Jesús, Madrid, España, 1909.
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conocedor directo de la geografía de la Región Oriental y un espe-
cialista en los modos de vida y cosmovisión shuar, denominados en
la época como jíbaros. De este modo, Rivet elaboró la Carte Ethnique
de la République de L’Équateur et du Bassin du Ht. Amazone, (1912). Ade-
más, editó varios trabajos, por ejemplo, en 1907-1908 publicó Les In-
diens Jivaros Etude Géographique, historique et ethnographique. L’Antro-
pologie, T. 18 et 19, París. En 1910, “Les Langues Guaranies du Haut
Amazone”. Journal se la Societé des Americanistes de Paris N. S., T. VI,
pp.149-178. En 1912 Preparation des “Tsantsa. En 1913, Influence des ci-
vilizations amazoniennes sur le haut plateau Andin; 1930, Contribution a
l’etude des tribus indiennes deL’Oriente équatorien. Sin duda, Rivet se
poyó mucho en las obras publicadas y en los relatos amazónicos de
fray Enrique Vacas Galindo.62
Paul Rivet como hombre de ciencia y que se perfilaba como
un gran sabio tuvo en Ecuador innumerables amigos y colega de alto
nivel científico, como Jacinto Jijón y Caamaño y Carlos Manuel La-
rrea, historiadores, arqueólogos, historiadores reconocidos nacional
e internacionalmente, Miembros de la Academia Nacional de Histo-
ria; el distinguido científico ecuatoriano Doctor Julio Aráuz, el doctor
Luis Cordero, entre otros. Como escribió Jorge Núñez:
Gracias a esas ayudas locales, Rivet recolectó muestras de flora y fauna
y variadas informaciones etnográficas, efectuó un buen número de me-
didas antropométricas y reunió una colección de 1.500 piezas arqueo-
lógicas, con todo lo cual volvió a Francia. Y esa experiencia científica
en Ecuador fue clave para el desarrollo de su formación antropológica,
que en 1938 lo motivaría a fundar el afamado Museo del Hombre. En
general, los expedicionarios de esa misión publicaron muchos artículos
sobre ella en revistas de Europa. El informe final se publicó a partir de
1909, en varios tomos, por parte del Servicio Geográfico del Ejército
francés.63
A estos dos personajes ecuatorianos que pusieron en alto a
la provincia de Imbabura, habrá que añadir a otros más, como a Gon-
62 Ernesto Capello, “Cartógrafos y clérigos. Misiones geodésicas y religiosas en el conocimiento
geográfico del Ecuador (Siglos XVIII-XX)”, Araucaria, Revista Iberoamericana de Filosofía,
Política y Humanidades, Año 12, No 24, pp. 150-175, 2010
63 Jorge Núñez, “La segunda Misión Geodésica Francesa”, El Telégrafo, 19 de mayo, 2016.
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zalo Zaldumbide (1882-1965), quien acorde a las investigaciones re-
alizadas por el Doctor Claude Lara, “tuvo una participación diplo-
mática notable en esta Misión, particularmente, en cuanto a la
difusión de su importancia histórica para las relaciones franco-ecua-
torianas.
A raíz del fallecimiento de su padre, Julio Zaldumbide,
cuando apenas cifraba los cinco años de edad Gonzalo y su familia
se trasladaron a la hacienda Pimán, un oasis de flores entre peladas
colinas y ardientes arenales, cerca de Ibarra y del valle del Chota.
Fuente de inspiración de Julio Zaldumbide, y años más tarde, se
transformará en escenario del poema vernacular de Imbabura, Égloga
trágica, obra maestra de Gonzalo Zaldumbide, insigne vástago del
Poeta de la Naturaleza. En Ibarra, Gonzalo Zaldumbide hizo sus pri-
meros estudios, pasando luego al colegio San Gabriel de Quito, donde
se graduó de Bachiller. Posteriormente inició sus estudió Derecho en
la Universidad Central, para terminarlos en París en 1904, gracias a
una beca otorgada por el presidente Leónidas Plaza Gutiérrez.
En 1911 fue nombrado secretario de la Misión ecuatoriana en
Lima y en 1913 viajó a Francia como primer secretario. En 1922 fue
diplomático en Roma, luego en Francia (1923-27), Washington (1927).
Delegado permanente del Ecuador ante la Sociedad de Naciones en
Ginebra, Ministro Plenipotenciario en el Perú (1937), Embajador en
Colombia (1940), Brasil (1942), Londres (1950) y Chile (1951).64
La participación de Gonzalo Zaldumbide en la difusión de
los trabajos realizados por la Segunda Misión Geodésica, es sin duda
de mucha importancia para los ecuatorianos en general y para los
imbabureños en particular. Aspiramos que el trabajo meticuloso y
perseverante del Dr. Claude Lara, continúe exitosamente, ya que
cada vez nos sorprende con nuevos datos, que ponen en alto los
aportes de varios ecuatorianos, a través de sus respectivas misiones
diplomáticas.
64 Tomás Fernández y Elena Tamaro, “Biografía de Gonzalo Zaldumbide”. En Biografías y Vidas.
La enciclopedia biográfica en línea, Barcelona, España, 2004. Ver en: https://www.biogra-
fiasyvidas.com/biografia/z/zaldumbide.htm (22-10-2021).
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Conclusiones
No hay duda que, sin la amistad y apoyo científico de Gonzá-
lez Suárez y fray Enrique Vacas Galindo, otra habría sido la produc-
ción científica de Paul Rivet, quien reconoció públicamente estos
valiosos aportes ecuatorianos y consideró al Ecuador como su se-
gunda patria. Con estos antecedentes, todos los ecuatorianos debe-
mos arrimar el hombro para que hoy y siempre, Ecuador y Francia
estén siempre unidos por el avance de la ciencia y el desarrollo de la
Cultura.
El aporte de González Suárez y Fray Enrique Vacas Galindo a
la Segunda Misión Geodésica es un tema todavía casi inédito, que
requiere una continuidad en la investigación. Recomendamos a los
colegas historiadores poner atención en este tema.
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La Academia Nacional de Historia es
una institución intelectual y científica,
destinada a la investigación de Historia
en las diversas ramas del conocimiento
humano, por ello está al servicio de los
mejores
intereses
nacionales
e
internacionales en el área de las
Ciencias Sociales. Esta institución es
ajena a banderías políticas, filiaciones
religiosas,
intereses
locales
o
aspiraciones individuales. La Academia
Nacional de Historia busca responder a
ese carácter científico, laico y
democrático, por ello, busca una
creciente profesionalización de la
entidad, eligiendo como sus miembros
a
historiadores
profesionales,
entendiéndose por tales a quienes
acrediten estudios de historia y ciencias
humanas y sociales o que, poseyendo
otra formación profesional, laboren en
investigación
histórica
y hayan
realizado aportes al mejor conocimiento
de nuestro pasado.
Forma sugerida de citar este artículo: Echeverría-Almeida,
José, " Un obispo y un prior de Ibarra sobresalen en la Segunda
Misión Geodésica, incentivando la vocación antropológica de Paul
Rivet ", Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. XCIX, Nº.
206-A, junio - diciembre 2021, Academia Nacional de Historia,
Quito, 2021, pp.69-98