BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII  
Nº 203  
Enero-junio 2020  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVIII  
Nº 203  
Enero–junio 2020  
©
Academia Nacional de Historia del Ecuador  
IpS-SINSSNNº:1139309-00-7097X9X  
e-ISSN: 2773-7381  
Portada  
Espacio donde funcionaba la Universidad Santo Tomás  
Fotografía: Fredi Landázuri  
Diseño e impresión  
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Quito  
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octubre 2020  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
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2
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCVIII – Nº. 203  
Enero–junio 2020  
Vida académica  
INAUgURACIÓN DE MUESTRA PICTÓRICA  
DE ANgELONI TAPIA  
Franklin Barriꢀa López1  
El retrato adquirió desarrollo inusitado en el Renacimiento,  
luego de que en la Edad Media y años precedentes tuvo otras formas  
de menor jerarquía. En esta época, precisamente, la pintura en lienzo  
y al óleo del rostro humano emergió con caracteres nada comunes y  
vino a constituir, siglos después, en el mayor atractivo de los grandes  
museos del planeta.  
Me estoy refiriendo a esos tiempos donde la cultura occiden-  
tal adquirió proporciones de gran relieve para el hombre y sus avan-  
ces en la búsqueda de la felicidad terrena, con exponentes en la  
ciencia como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei o Miguel Servet o  
en la literatura que implantó sólidas bases para lo que se conoce  
como el Siglo de Oro Español y que en realidad abarcó las centurias  
de 1600 y 1700, con figuras de la talla de Miguel de Cervantes y Saa-  
vedra, el autor de Don Quijote de la Mancha, el prototipo del idea-  
lismo o del no menos talentoso Lope de Vega, el recreador de  
Fuenteovejuna, de “la unión del pueblo contra la opresión y el atro-  
pello”, concepción iconográfica para combatir a los totalitarios de  
cualquier pelambre que se presenten. No olvidemos, por otro lado,  
al satírico Francisco de Quevedo que definió al dinero como pode-  
roso caballero, al barroco Luis de Góngora, al militar y poeta Garci-  
laso de la Vega o al dramaturgo Calderón de la Barca, quien puntua-  
lizó que la Vida es sueño y los sueños sueños son.  
Cuánto puedo seguir extendiéndome en este cautivante  
tema, más el momento no es el debido ya que el convite fue para un  
acontecimiento de orden pictórico, que es el que nos ha congregado  
el día de hoy en Ambato, apreciada ciudad que sobresale, por múl-  
tiples motivos, en el concierto de la Patria.  
1
Director de la Academia Nacional de Historia. Autor de más de 120 obras.  
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Comencé esta intervención haciendo referencia al Renaci-  
miento, por cuanto aquí comenzó lo que se conoce como el huma-  
nismo antropométrico, la valoración del arte grecorromano de la  
antigüedad cuyas técnicas fueron complementadas y perfeccionadas  
con referentes técnicas, como la simetría, la proporcionalidad, la geo-  
metría espacial, el trasvase del retrato escultórico a la pintura al óleo  
y al lienzo, con la técnica del claroscuro. El Naturalismo empezó a  
florecer. Renacentistas fueron principales cumbres de la pintura,  
mencionaré entre otros: Rafael Sanzio, que tiene una sala especial en  
el Palacio Apostólico del Vaticano por sus producciones de orden re-  
ligioso, pero que también sobresalió por sus madonas; y, en esos mis-  
mos ámbitos, Miguel Ángel Buonarotti, el creador de los frescos de  
la Capilla Sixtina y el diseñador de la cúpula de la Basílica de San  
Pedro; Sandro Boticelli que solamente con su cuadro El nacimiento de  
Venus sobre una gigantesca concha le bastaba para pasar a la inmor-  
talidad; Giotto di Bondone, arquitecto y muralista además, que co-  
menzó su exitosa carrera artística pintando en una roca las ovejas  
del rebaño de su padre; Tiziano Vecellio y sus retratos en gris per-  
manente; en contraste del anterior, Corregio que captó en sus pince-  
les el significado de la luz que no enceguece; El Greco y sus colores  
fríos, como lo demuestra en El entierro del Conde de Orgaz; y, el Bosco,  
cuyas obras, así mismo, son invaluables en la historia del arte uni-  
versal.  
Quien conoce París sabe que en su renombrado Museo, el  
del Louvre, al que visitan anualmente más de diez millones de per-  
sonas, el cuadro pintado por el genial florentino Leonardo Da Vinci  
es el que genera mayor atención: un retrato, según versión oficial y  
que consta en una placa, de Lisa Gherardini, esposa del acaudalado  
comerciante Francesco del Giocondo. Se le llama también la Mona  
Lisa, ya que Monna es el diminutivo en italiano de Madonna (Se-  
ñora). Su enigmática sonrisa, que no ha sido plenamente descifrada,  
a pesar de innúmeras interpretaciones, sigue inquietando desde hace  
siglos.  
He aquí los valores de la cultura que han engrandecido a  
Francia y, aplicados a la economía de ese país, es fácil darse cuenta  
el caudal de divisas que se consigue solamente al recordar el número  
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de visitantes al mencionado y universalmente conocido repositorio  
de arte. Estos son los resultados cuando se piensa y se trabaja en  
grande, dando a la cultura las dimensiones que le corresponde.  
He acudido a estas remembranzas de los clásicos, ya que en  
estos territorios, sin ninguna duda, va inscribiéndose la obra del  
maestro Angeloni Tapia, nacido el 3 de noviembre de 1968, en la ca-  
pital de la provincia de Cotopaxi, habiendo crecido desde su tiernas  
edades en donde se asentaba el hogar de sus padres, Guaytacama,  
una pintoresca población localizada al norte de Latacunga.  
Dadas las cualidades que demostró desde sus primeros años,  
fue a Quito a estudiar y perfeccionarse en lo que es su vocación,  
hasta alcanzar la licenciatura en Artes Plásticas, especialidad Pin-  
tura-Grabado, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Cen-  
tral del Ecuador. Desde su infancia, recibió el total apoyo de sus  
padres que conocieron y valoraron estas inclinaciones: los profesores  
de primaria y secundaria acudían a él para que realice gráficos que  
faciliten la enseñanza, además de haber ganado los primeros premios  
en concursos intercolegiales de dibujo y pintura.  
Como se puede apreciar de lo mencionado, Angeloni Tapia  
no es solamente el espontáneo cultivador del arte pictórico por in-  
clinación natural sino el titulado profesional universitario en la ma-  
teria que maneja técnicas avaladas por el sólido conocimiento  
académico. Esta convergencia de aptitudes y estudios sistematizados  
dieron como consecuencia la formación de un artista de amplio re-  
conocimiento, no por efecto de interesada propaganda sino por la  
calidad de su obra que no requiere mayor comentario, debido a la  
alta calidad que conlleva, ya que se expresa por sí sola demostrando  
la formación y maestría de quien la hizo.  
Conozcamos la descripción de los elementos que el propio  
artista emplea para la elaboración de su obra:  
Procuro que el relato visual encadene mental y emocionalmente dentro  
de una sólida composición de líneas, de masas y de pesos cromáticos.  
Mi obra es creación de síntesis, nada se omite y tampoco nada se  
agrega. Elijo el lienzo como soporte, los óleos como colorantes y los  
pinceles como herramientas de creación. Me surgieron necesidades es-  
tructurales ligadas a mis procedimientos operatorios: al lienzo debo  
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imprimirlo con caseína, aceites esenciales y resinas sintéticas, para pro-  
porcionarle elasticidad e impermeabilidad. El dibujo viene luego. Los  
trazos los hago con sepia o sanguina para evitar las reacciones químicas  
del grafito y la posibilidad de que este aflore, en forma de manchas, en  
la obra pictórica terminada. Es un verdadero “mediar”. Los objetos co-  
tidianos que me sirven de modelo junto a mis espátulas y pinceles dan  
lugar a la obra. Con estos elementos establezco un dramático diálogo,  
una confrontación entre el espíritu y la materia. Cada obra que plasmo  
en el lienzo es una unidad que crea el acorde entre intervalos: es la pro-  
porción armónica, la síntesis de formas simétricas y asimétricas, la pul-  
sación cuadrantal, las propiedades aditivas rítmicas y geométricas, el  
sublime triángulo, y la espiral logarítmica. Lo que al inicio podría pa-  
recer pura geometría, cobra vigor plástico con las pinceladas: trazos  
fluidos y finos, rectos y curvos, sinuosos y oblicuos, que dan vida y  
ritmo a las cosas que pinto y son el espejo en el que se mira nuestra  
cultura. En mis cuadros intento reflejar la realidad que vive ante los  
ojos del espectador, pero que, inmovilizada por la imagen pictórica,  
cobra un peso y una fuerza que el movimiento de la vida nos oculta  
2
con frecuencia: expreso lo maravilloso de lo cotidiano.  
Esta conjunción de elementos -lo espiritual y lo material-  
parte de la percepción del artista que plasma en realidades lo que su  
ojo avizor y su diestro manejo del pincel producen, en armonía de  
trazos firmes y combinación apropiada de espacios y coloraciones  
que reflejan no solo lo que se mira de manera objetiva sino que pe-  
netra en aspectos fundamentales para un retrato, a más de lo ano-  
tado, el perfil psicológico, el mundo interior que es el esencial para  
la configuración de los rostros, por ello el éxito que alcanza la obra,  
tanto en su parte formal como en la captación de lo anímico, lo que  
sirve para presentar la personalidad total del personaje retratado.  
Desde el año 1989, en que hizo su primera exposición en la  
Casa de la Cultura–Núcleo de Imbabura, otras muestras suyas se  
han expuesto en el país y el exterior. En el año 2008, Angeloni ya es-  
tuvo con su obra en esta emblemática Casa de Montalvo; diez años  
después, en Toronto, Canadá, en el Hall del Palacio Municipal.  
Ha retratado a ex presidentes de nuestra República y a la ex-  
presidenta de Panamá Mireya Moscoso, a la ex Miss Universo 2004  
2
Pintor oficial Angeloni Tapia. Museo Municipal. Ver en: https://www.museoarteyciudad.  
com/angeloni-tapia/ (21-04-2020)  
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Amelia Vega, a embajadores, cardenales, banqueros, altos miembros  
de las cúpulas militares y de la Iglesia, a personas de diversa figura-  
ción o condición, que han querido dejar un recuerdo familiar de ex-  
celencia o de presencia en sus hogares. Sus cuadros se hallan  
enriqueciendo colecciones particulares de España, Estados Unidos,  
Francia, Egipto, Panamá, Canadá, México, Chile, Colombia y, por  
cierto, de Ecuador.  
En lo concerniente a la Academia Nacional de Historia, debo  
informar que Angeloni Tapia, debido a la calidad de su obra, fue de-  
signado el Pintor Oficial de nuestra centenaria entidad: por ello, ha  
pintado los retratos de cinco personajes que engalanan las Sala de  
Directores existente en nuestra sede, la Casa Alhambra, y de varios  
otros miembros. Por su calidad pictórica, igualmente sobresale el  
gran óleo sobre lienzo que hizo de Simón Bolívar y Manuelita Sáenz,  
cuya personalidad, de la heroína quiteña, es impactante por el gesto  
captado y que identifica plena y magistralmente a la Libertadora del  
Libertador.  
También es pintor oficial del Comando Conjunto de las Fuer-  
zas Armadas del Ecuador, Fuerza Naval Ecuatoriana, Fuerza Terres-  
tre Ecuatoriana, Cruz Roja y Conferencia Episcopal de nuestro país,  
del Museo Municipal de Guayaquil, de la Diócesis de Riobamba y  
de la Universidad Internacional del Ecuador.  
La exposición que hoy se inaugura ratifica las reconocidas cua-  
lidades de Robert Angeloni Tapia Montenegro, acertadamente con-  
siderado, en justiprecio a sus altas cualidades artísticas, como el  
mejor retratista que existe actualmente en el Ecuador. Les invito a  
observar esta muestra que ratifica lo que acabo de enunciar y a la  
que me es grato declarar inaugurada.  
Casa de Montalvo, Ambato  
Jueves 20 de febrero de 2020  
Webgrafía  
Pintor oficial Angeloni Tapia. Museo Municipal. Ver en: https://www.museo-  
arteyciudad.com/angeloni-tapia/ (21-04-2020).  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Barriga López, Franklin,  
"
Inauguración de muestra pictórica de Angeloni Tapia", Boletín de  
la Academia Nacional de Historia, vol. XCVIII, Nº. 203, enero -  
junio 2020, Academia Nacional de Historia, Quito, 2020, pp.458-  
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