BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCIX Nº 206-B  
Julio–diciembre 2021  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Director  
Dr. Franklin Barriga Lopéz  
Dr. Cesar Alarcón Costta  
Subdirector  
Secretario  
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Universidad Técnica Federico Santa María – Chile  
Université Paris Ouest - Francia  
Universidad de los Andes-Colombia  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCIX  
Nº 206-B  
Julio–diciembre 2021  
©
ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
eISSN Nº 2773-7381  
Portada  
Corrida de “toros de pueblo”, en Pintag, Ecuador, 2018.  
Imagen capturada de un video producido por Toros y Toreros  
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Quito  
landazurifredi@gmail.com  
diciembre 2021  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA DELꢀECUADOR  
SEDE QUITO  
Av. 6 de Diciembre 21-218 y Roca  
2
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publicacionesanh@hotmail.com  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCIX – Nº. 206-B  
Julio–diciembre 2021  
BIENVENIDA A GONZALO RUIZ ÁLVAREZ  
COMO MIEMBRO CORRESPONDENTE  
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Franklin Barriga López1  
Cuando Federico González Suárez fundó nuestra Academia,  
el 24 de julio de 1909, en el Palacio Arzobispal, en Quito, con el nom-  
bre de Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos,  
tuvo la visión de lo que acontecería a lo largo de la marcha del  
tiempo.  
Ante sus discípulos que le acompañaron en el formidable  
emprendimiento y que llegaron a ser historiadores de primer orden,  
el eximio personaje de la ecuatorianidad escribió estas palabras que  
no se han olvidado, cuando habían transcurrido poco menos de dos  
años de la fundación en referencia: “Cuando di principio a mi labor his-  
tórica estaba solo aislado; ahora, cuando ya para mí se aproxima el ocaso de  
mi vida, no estoy solo, no me encuentro aislado…Mi palabra ha caído en  
2
tierra fecunda, mi trabajo no ha sido estéril”.  
Convencido de la utilidad y trascendencia no solamente para  
nuestro país de la institución que había creado, González Suárez  
complementó su mensaje con estas frases que son lección perma-  
nente para quienes tenemos el honor y la responsabilidad de perte-  
necer a esta centenaria y prestigiosa entidad: “Trabajad con tesón, con  
empeño, con constancia; no os desalentéis por las dificultades, no os aco-  
1
Doctor en Ciencias Sociales, Políticas e Internacionales, con estudios de postgrado en el país  
y el exterior. Actual Director de la Academia Nacional de Historia, pertenece, además, a varias  
academias de América y Europa. Escritor, historiador, catedrático y periodista de página edi-  
torial. Doctor Honoris Causa (Literatura) por la Universidad Internacional del Ecuador. Su ac-  
tividad intelectual, especialmente como profesor invitado o conferencista, se ha desenvuelto  
en academias diplomáticas y universidades de los cinco continentes. Autor de 120 obras pu-  
blicadas y de más de tres mil artículos editados en la prensa nacional y del extranjero. Primer  
Premio en el Concurso Intercontinental, convocado para escritores de habla inglesa, francesa,  
portuguesa y española, por la OEA y el Gobierno de Venezuela (1983), con motivo del Bicen-  
tenario del Libertador, con su libro “Bolívar y la educación en América”.  
2
Franklin Barriga López, Historia de la Academia Nacional de Historia (1909-2009), Academia Na-  
cional de Historia, Editorial El Conejo, Quito, 2009, p. 53.  
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Franklin Barriga López  
bardéis ante los obstáculos…Como la verdad es el alma de la historia, buscad  
la verdad, investigad la verdad; y, cuando la encontrareis, narradla con  
3
valor”.  
Quienes conformamos esta emblemática entidad, en calidad  
de Miembros en sus diferentes denominaciones (de Número, Corres-  
pondientes, Eméritos, Honoríficos, de Honor Vitalicios y Benefacto-  
res) ubicamos, permanentemente, como mandato inelu- dible o  
marco referencial de nuestras actividades, las palabras del mencio-  
nado maestro y pionero que jamás debemos olvidar: obligación de  
responsabilidad ética, para que nuestra membresía responda –como  
debe de ser–, a indiscutibles principios de trabajo y honestidad inte-  
lectual, siendo imprescindible la búsqueda y difusión de la verdad,  
ya que la historia sin la estructura de la verdad, documentada, veri-  
ficada, contrastada, simplemente es cuento y no ciencia.  
Han transcurrido más de ciento doce años de la fundación  
de la Academia Nacional de Historia y sus frutos son cuantiosos, no  
solo en bien de la pertinente ciencia y disciplinas afines, lo cual se  
testimonia al conocer y valorar debidamente lo que ha hecho en este  
lapso, largo y significativo, del acontecer ecuatoriano, aporte que re-  
conoció el país al conferirle la máxima distinción, en el año 2009: el  
Premio Eugenio Espejo que otorga el Gobierno del Ecuador a insti-  
tuciones y personajes descollantes.  
Acorde a los principios que orientaron su aparecimiento y  
proyecciones, nuestra Academia prosigue, incansable, en el cumpli-  
miento de los nobles fines y objetivos que le caracterizan: Fortalecer  
la identidad nacional, el sentido y orgullo de pertenencia, propiciar  
una cultura de paz y adelanto, estimular el desarrollo de la concien-  
cia ciudadana en bien del país a base de las lecciones del pasado para  
un presente y porvenir mejores.  
Aesta Academia, eminentemente pluralista, han pertenecido  
y pertenecen ecuatorianos y extranjeros cuyos merecimientos inte-  
lectuales y morales son los únicos avales para ser incorporados a esta  
corporación científica, libérrima, ajena por completo a la política par-  
tidista peor a la politiquería, lo cual hemos cuidado, rigurosamente,  
en esta administración para que los fines y objetivos no sean desvir-  
3
Ibíd.  
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Bienvenida a Gonzalo Ruiz Álvarez  
tuados en ningún instante y haya la atmósfera debida, sin discrimi-  
naciones de ninguna especie, fuera de dogmatismos o sectarismos  
que desvirtuarían su esencia y acorde a los retos del internaciona-  
lismo que impone la globalización que marca la pauta de los días  
contemporáneos.  
En este marco de rigurosidad pero también de valoración a  
quienes lo merecen, hace su ingreso a nuestra entidad, por la puerta  
grande, Gonzalo Ruiz Álvarez, a quien conozco desde hace mucho  
tiempo, en su nivel intelectual y caballerosidad, en razón de que tuve  
la satisfacción de ser columnista de página editorial, durante 28 años,  
en Diario El Comercio, de Quito, del cual me separé voluntariamente  
en razón de compromisos ineludibles que debía cumplir en el exte-  
rior. Gonzalo estuvo ligado a este bien recordado periódico, el de-  
cano de la capital y a los demás emprendimientos en medios de  
comunicación, como Radio Quito, de la familia Mantilla, en la que  
resalto los talentos de una dama muy ejecutiva, Guadalupe, que,  
entre otras realizaciones memorables, semanalmente convocaba a  
los editorialistas a las tertulias a las que invitaba a personajes de la  
vida nacional y altos funcionarios, a fin de someterles a nuestras pre-  
guntas que, con las respuestas consiguientes, resultaron reportajes  
de mucha utilidad sobre la realidad imperante. Guardo los mejores  
recuerdos de mi trayectoria en ese gran rotativo capitalino y de la  
ilustre dama en mención.  
Gonzalo Ruiz Álvarez (Buenos Aires, 1959) Su actividad se  
centra en los siguientes campos: Periodista de oficio, Director del no-  
ticiero Ecuador Radio matutino, de Radio Quito y Platinum FM. Sub-  
director de Diario El Comercio de 2010 a 2021. Escribió más de 2.000  
columnas de opinión y análisis internacional en ese diario, desde  
mayo de 1991 a septiembre de 2021. Fue coordinador académico en  
la Cerrera de Periodismo de la Universidad Tecnológica Equinoccial  
(UTE). Ha sido director, entrevistador, periodista y conductor de va-  
rios noticieros y espacios de opinión en varios canales de televisión:  
Ecuavisa, Telecentro, Gamavisión, Cablenoticias y Canal Uno. Con-  
dujo dos debates presidenciales en televisión en los años 2006 y 2017  
y el debate televisado a la Alcaldía de Quito en 2004. Ruiz ha entre-  
vistado a varios presidentes en funciones del Ecuador y otros países.  
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Franklin Barriga López  
En periodismo taurino fundó el programa Torerías, en 1982,  
en Radio Quito, que se mantiene vigente. Desde 1995 a 2021 fue res-  
ponsable de la sección taurina de Diario El Comercio. Cubrió las prin-  
cipales ferias del Ecuador y crónicas especiales en España, Perú,  
Colombia, Venezuela y Francia. Transmitió corridas por radio desde  
1
979 y efectuó transmisiones radiales en Sevilla, Dax, Maracay, Cali,  
Bogotá y Medellín.  
Dirigió y condujo los programas de televisión: La taberna del  
toro, Torerías, TV Olé y Fiesta y torerías en varios de los canales nacio-  
nales. Televisó decenas de corridas en distintas estaciones de televi-  
sión nacional desde el año 1980. Ha colaborado en transmisiones  
televisadas por Telemadrid, Televisión Española y el Canal Toros  
Movistar Plus. Ruiz ha colaborado con las revistas especializadas 6  
Toros 6, Aplausos y Campo Bravo. Durante una década fue correspon-  
sal taurino de la Agencia EFE. Ha colaborado en distintos medios  
con el programa La divisa, que dirige Pedro Javier Cáceres; Clarín, de  
Radio Nacional de España, y Vuelta al ruedo, de Venezuela.  
En el ámbito del periodismo taurino recibió el Premio a la  
Torería de la Dinastía Bienvenida en 2003, en Riobamba. El recono-  
cimiento de la Asociación de Criadores de Ganado de Lidia del Ecua-  
dor en 2015, y una placa de la Feria del Aficionado Práctico en 2016.  
Gonzalo Ruiz fue parte del Grupo de Diálogo Binacional  
Ecuador–Colombia que promovió el Programa de Naciones Unidas  
para el Desarrollo PNUD y el Centro Carter bajo el patrocinio del ex  
presidente de Estados Unidos. Es miembro de honor de la Unión Na-  
cional de Periodistas, UNP; Socio de la Asociación de Periodistas  
Taurinos del Ecuador, miembro fundador de la Peña Taurina La Gi-  
ralda y Socio del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida.  
Ha recibido el reconocimiento del Ministerio de Defensa Na-  
cional, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas  
Terrestre, Naval y Aérea, a los patrióticos servicios desde la Comu-  
nicación en el Conflicto del Alto Cenepa, en 1995; el reconocimiento  
al Mérito ciudadano y la condecoración de la Cámara de Comercio  
de Quito en 2010; la Mención de Honor ‘Marieta de Veintimilla’, otor-  
gada por el Alcalde de Quito Mauricio Rodas, en 2019; y el recono-  
cimiento de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias del  
Ecuador, por la trayectoria periodística en el año 2020.  
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Bienvenida a Gonzalo Ruiz Álvarez  
Gonzalo Ruiz ha publicado varios libros: Tributo a Manzana-  
res (Paradiso, 2014; Burladero 7 (texto sobre las caricaturas de  
Toño–Antonio Velasco, Paradiso, 2014); Ecuador, los toros en la Mitad  
del Mundo (Aser, 2016); Álvaro Pérez Intriago, político por voluntad po-  
pular (Paradiso, 2017); Homo Sapiens (textos para caricaturas de Pan-  
cho Cajas, bajo el seudónimo de Homero Videns (Don Bosco, 2017);  
Jaime Nebot, el camino a la prosperidad, con Roberto Aspiazu (Paradiso,  
2
019). También ha escrito Ensayos conjuntos para publicaciones de  
Ciespal, de la Universidad del Azuay y de la Universidad Interna-  
cional del Ecuador, UIDE.  
Esta apretada síntesis del currículum vitae de Gonzalo Ruiz  
Álvarez demuestra la prestancia que le caracteriza no solamente en  
los medios periodísticos, en los cuales es un serio y versado líder de  
opinión. Qué digamos en los ámbitos de la tauro- maquia, donde,  
sin ninguna duda, es máxima autoridad, por eso se le respeta e invita  
para escuchar o leer sus eruditos comentarios, como se indicó: en la  
propia España, lo cual dice bastante. José Ortega y Gasset, uno de  
los filósofos de mayor solvencia intelectual de Europa, aseveró hace  
décadas: “La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin co-  
4
nocer la primera, resultaría imposible comprender la segunda”.  
Estas frases retratan de cuerpo entero lo arraigados que se  
encuentran los toros en Iberia, lo que se refrenda cuando se asiste a  
las corridas en la Plaza de las Ventas, cuya construcción va para un  
siglo, en la capital española o se asiste a La Maestranza, con más de  
350 años de antigüedad, en Sevilla o se observa la tradición medie-  
val, espontánea, tumultuosa que perdura en las calles de Pamplona,  
Navarra, en los encierros que fueron narrados y ampliamente divul-  
gados, en su libro Fiesta, por Ernest Hemingway, Premio Nobel de  
Literatura 1954.  
El universo de los toros no se circunscribe exclusivamente a  
las renombradas corridas de diestros que sobresalen por su arte y  
valor. Esto último hay que resaltar, ya que no es nada fácil enfren-  
4
Cfr. José Ortega y Gasset en: Ángel González Abad, “La gran mentira política de Cataluña: ni  
más democrática, ni más libre, ni más pacífica sin toros”, ABC, Madrid, 22-10-2019. Ver en:  
https://www.abc.es/cultura/toros/abci-cataluna-mas-democratica-mas-libre-mas-pacifica-  
sin-toros-201910220052_noticia.html (09-12-2021)  
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tarse a un astado de 300 a 500 kilos de peso y afilados cuernos listos  
para la mortal embestida, por ello, en la misma España, se dice: “En-  
frentar al toro desde la barrera eso lo hace cualquiera”, a lo que hay que  
añadir las cosas cambian por completo cuando se baja a la arena, ya  
que la propia vida se la juega.  
El ámbito de la tauromaquia abarca no solamente la fiesta  
brava donde el pasodoble, motivante y ancestral -dicen algunos que  
entraña el alma de España- premia al torero de gran faena y alienta  
las expectativas de gente que asiste a esos rituales de valentía, gracejo  
y mujeres bellas. No solo el torero da la vuelta al ruedo cuando de-  
muestra destreza sino también el toro que cuando es de casta muere  
peleando y no en el camal sino en medio del honor que se le confiere,  
incluso indultándole para que perpetúe su linaje de temple. De allí  
aquello que impone la tradición: “La puerta grande es la entrada o salida  
de un héroe, sea toro o torero, y no la entrada y salida de un mártir”.  
La fiesta brava viene aparejada a otros aconteceres que pro-  
ducen sensaciones proactivas: los tablados de flamenco, donde la  
bailaora”, de cabellera larga y sensual, sostenida con peineta que  
realmente es una flor, resalta por su finura y garbo, en poses sobera-  
nas y erguidas, estatuarias; el baile andaluz, la imponencia del taco-  
neo, del aplauso y del piropo, que se concentra en la palabra “olé”; la  
media luz de las cuevas de Granada o la luz completa de la Feria de  
Sevilla vienen acompañadas de las palmas y el taconeo, dentro de la  
algarabía y el lamento del cante hondo, de la estampa de mayor di-  
fusión, la del jinete acompañado en la grupa de su brioso y adornado  
corcel por la amazona, hermosa y cautivante, que lleva vestida de gi-  
tana el clavel encendido en el pelo y la sonrisa cautivante, todo ello  
presidido por el sombrero cordobés que hace relucir aún más el en-  
canto de la dama a la que apropiadamente se la define como guapa.  
Desde el populachero sonido de las tenidas gitanas hasta los  
melodiosos silencios o arrebatadores sones de las interpretaciones  
clásicas, en que perduran los ecos que rememoran la presencia árabe  
de ocho siglos, no falta la guitarra, definida por uno de sus más ex-  
celsos cultores que supo sentir e interpretar ese talle de madera que  
semeja al de la mujer, Andrés Segovia, quien escribió:  
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la guitarra es de naturaleza reservada y variable, incluso histérica a  
veces, pero esa es también la razón por la que es dulce y suave, armo-  
niosa y delicada. Cuando alguien la toca con amor y destreza, de sus  
sonidos melancólicos surge un éxtasis que rápidamente nos atrapa  
para siempre.5  
Llamaban al-Ándalus al territorio de la península ibérica que  
estuvo en el mencionado y largo tiempo (desde el siglo VIII hasta el  
XV) en poder de los musulmanes; luego de la Reconquista que cul-  
minó, en 1492, –puntualizo que estamos en estos momentos en la  
Casa Alhambra quiteña– quedaron en Hispania las morerías, pobla-  
ciones mudéjares que conformaron barrios que, poco a poco, se fue-  
ron integrando, en sincretismo de tradiciones y hasta de sangre. De  
los moros –a los que no hay que considerarles de manera despectiva–  
quedaron infinidad de aportes, incluso en la tauromaquia, de lo cual  
habrá oportunidad de ampliar esta referencia y la nostalgia por lo  
que se perdió al caer Granada, en 1492, en forma de música y bailes  
que fluctúan del lamento a la alegría, con el aporte de los gitanos, lo  
que es rememorado en las presentaciones artísticas y nocturnas, de  
estirpe andaluza, que complementan a lo que sucede en las tardes  
en las plazas de toros.  
No quiero cerrar estas meditaciones sin subrayar que la fiesta  
de los toros es un motor para el turismo y las actividades conexas  
que generan divisas –se escucha fundamentados comentarios en el  
sentido de que las fiestas de Quito, las de su fundación hispánica,  
las de diciembre, no son las mismas desde que se suprimieron las  
corridas de toros-. Hace pocos minutos rememoramos a Ortega y  
Gasset y su afirmación de que la historia del toreo está ligada a la de  
España, lo mismo podemos decir en cuanto a Latinoamérica, espe-  
cialmente en países como México, Colombia, Ecuador o Perú. En lo  
que respecta a nuestra Patria, basta lo que voy a exponer y que refleja  
la herencia europea que, al converger con la autóctona y la africana,  
dio origen al sincretismo o mestizaje que caracteriza nuestra esencia  
latinoamericana, como la de todos los países del mundo, ya que nin-  
5
Franklin Barriga López, Encuentro de guitarristas, en Pluma de libertad, Casa de la Cultura Ecua-  
toriana, Quito, 2006, pp. 476 y 477.  
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Franklin Barriga López  
guno tiene razas puras como preconizaron poseer, errónea y abomi-  
nablemente, los fascistas hitlerianos:  
Desde los primeros tiempos de la presencia ibérica en nues-  
tro territorio, las corridas populares de toros determinaban la calidad  
de las fiestas: si había, estas se caracterizaban por ser buenas, como  
se decía entonces y se sigue expresando colectivamente hasta hoy en  
varios de los poblados especialmente de nuestra serranía. Tan arrai-  
gada estuvo esta costumbre vertebralmente ibérica que ya en el siglo  
XVI, en Quito, en una sesión acalorada de su Cabildo, efectuada el  
1
0 de mayo de 1573, ante un impedimento se defendió realizar, con  
motivo del Pentecostés, sus tradicionales fiestas populares para que,  
como dice textualmente el viejo documento:  
(…) se juegue y corra toros y que se regocije la ciudad, para ello se hizo  
un pregón público con todos los vecinos y moradores, estantes y habi-  
tantes para que vengan a la plaza pública hoy y mañana, a caballo o a  
pie y se regocijen por lo susodicho y en cumplimiento de la Carta Real  
de su Majestad a este Cabildo escribió y por honra de dicha fiesta y  
pendón real, so pena que el que no saliere, se procederá contra él con-  
6
forme a derecho, y que haya caretas y luminarias.  
Referirse a “Toros: la fiesta popular, sincretismo y mestizaje”,  
tema del discurso estatutario de Gonzalo Ruiz Álvarez, es enfocar  
un tópico de comprobada importancia para el ser y el sentir ecuato-  
riano, de su cultura, gravitante, desde hace centurias, en los estratos  
poblacionales, tanto altos como bajos. Tópico, ciertamente de validez  
histórica abordado por este experto en tauromaquia, al cual me es  
sumamente satisfactorio darle la más cordial de las bienvenidas a  
nuestra centenaria institución, en calidad de Miembro Correspon-  
diente.  
Casa Alhambra, Quito,  
miércoles 8 de diciembre de 2021  
6
José María O.P. Vargas, Disfraces y bailes, en Tomo IV, Historia del Ecuador, Salvat Editores, Bar-  
celona-Quito, 1980, p. 48.  
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Bienvenida a Gonzalo Ruiz Álvarez  
Bibliografía  
BARRIGA LÓPEZ, Franklin, Historia de la Academia Nacional de Historia (1909-  
009), Academia Nacional de Historia, Editorial El Conejo, Quito, 2009  
2
–––––, Encuentro de guitarristas, en Pluma de libertad, Casa de la Cultura Ecua-  
toriana, Quito, 2006  
GONZÁLEZ ABAD, Ángel, “La gran mentira política de Cataluña: ni más de-  
mocrática, ni más libre, ni más pacífica sin toros”, ABC, Madrid, 22-10-  
2
019. Ver en: https://www.abc.es/cultura/toros/abci-cataluna-mas-  
democratica-mas-libre-mas-pacifica-sin-toros-201910220052_noticia.html  
09-12-2021)  
(
VARGAS, José María O.P., Disfraces y bailes, en Tomo IV, Historia del Ecuador, Sal-  
vat Editores, Barcelona-Quito, 1980  
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135  
La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Barriga López, Franklin,  
“Bienvenida  
a
Gonzalo  
Ruiz  
Álvarez  
como  
Miembro  
Correspondiente de la Academia Nacional de Historia", Boletín de  
la Academia Nacional de Historia, vol. XCIX, Nº. 206-B, julio -  
diciembre 2021, Academia Nacional de Historia, Quito, 2021,  
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