BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCIX Nº 206-B  
Julio–diciembre 2021  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCIX  
Nº 206-B  
Julio–diciembre 2021  
©
ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
eISSN Nº 2773-7381  
Portada  
Corrida de “toros de pueblo”, en Pintag, Ecuador, 2018.  
Imagen capturada de un video producido por Toros y Toreros  
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Quito  
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diciembre 2021  
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2
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCIX – Nº. 206-B  
Julio–diciembre 2021  
TALLADORES DE LA MADERA  
DE SAN ANTONIO DE IBARRA  
HEREDEROS DE LA ESCUELA QUITEÑA  
DISCURSO DE INCORPORACIÓN–  
Marcelo Gómez Terán1  
Resumen  
La investigación sobre las Técnicas y Conocimientos Tradi-  
cionales de San Antonio de Ibarra en el Arte del Tallado de la Ma-  
dera, es el sustento central para la declaratoria de estas artes como  
Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador. Este ensayo recopila  
datos históricos de la expresión artística, sus principales momentos,  
personajes y obras, gracias a la herencia de conocimientos otorgados  
por los grandes maestros de la Escuela Quiteña. El texto que se pre-  
senta muestra cómo se proyecta su continuidad y fortalecimiento  
mediante la construcción participativa de un plan de salvaguardia.  
La Parroquia San Antonio de Ibarra  
San Antonio de Ibarra está ubicada a 6 km. del cantón Ibarra,  
provincia de Imbabura, este poblado se halla a una altura que oscila  
entre los 2120 y los 4600 msnm en los sectores altos del Volcán Im-  
2
babura, con una superficie de 28,75 km , una temperatura anual pro-  
medio de 15 °C. Fue creada civilmente el 24 de marzo de 1693 y fue  
erigida como parroquia el 29 de mayo de 1861. Su población de  
2
acuerdo al censo poblacional del año 2010 es de 17.522 habitantes,  
8.595 hombres y 8.927 mujeres.  
1
Director Instituto de Altos Estudios de la Universidad Técnica del Norte. Técnico en el Proce-  
samiento electrónico de datos. Diplomado en Desarrollo Local Sostenible. Ingeniero en Desa-  
rrollo Social y Gestión Política. Investigador y Coordinador General de las investigaciones que  
provocaron las declaratorias como Patrimonio Cultural del Ecuador al “Trueque de Pimam-  
piro” y al “Tallado de la Madera de San Antonio de Ibarra”.  
2
GAD Parroquial de San Antonio de Ibarra, Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial, 2015.  
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Marcelo GómezTerán  
Su creación la suscriben las autoridades del Corregimiento  
de Ibarra. El corregidor maese de campo, don Miguel de Aguinaga  
y el secretario don José Recalde y Aguirre. Asimismo se señalan los  
límites parroquiales, los mismos que se conservan hasta 1935, año  
de desmembración territorial y que en términos generales son: El  
cerro Imbabura, la villa de Ibarra, Caranqui, Atuntaqui y el Valle de  
Santiago, con su nombre San Antonio de Caranqui.  
Esta parroquia rural del cantón Ibarra configura un polígono  
irregular cuyos lados son unos accidentes geográficos naturales. Su  
cabecera parroquial se asienta sobre un plano inclinado y limitado  
por un cuadrilátero. La auto identificación étnica permite indicar que  
3
en la parroquia la población es mayoritariamente mestiza el 89,39 %,  
el 4,42 % es indígena y otros grupos étnicos culturales son mino-  
ritarios.  
Dentro del sistema educativo formal, el nivel de instrucción  
4
más alto en la parroquia es 88,9 % de la población que asiste o asistió  
a la educación primaria, el 37,4 % que está integrado por el nivel se-  
cundario, educación básica y bachillerato; el 16,9 % con nivel de edu-  
cación superior.  
Existen organizaciones socio políticas que sustentan un ob-  
jetivo de convivencia espacial, lo que significa que hay organi-  
zaciones barriales o comunales a nivel parroquial que tienen nexos  
en su estructura con otros niveles de organización. En el territorio  
están presentes seis gremios sociales: cinco organizaciones producti-  
vas y una de actividades culturales. La parroquia de San Antonio de  
Ibarra, cuenta con siete comunas, quince barrios y cuatro ciudadelas,  
cada una con sus respectivas directivas y normas de convivencia so-  
5
cial.  
La parroquia dispone de bienes tangibles e intangibles regis-  
trados como Patrimonio Cultural en el Instituto Nacional de Patri-  
monio Cultural (INPC) que hablan tanto de valores y prácticas  
tradicionales asociados a la sabiduría ancestral en medicina, leyen-  
das populares, legado artesanal, así como de los espacios de mara-  
3
4
5
Ibid.  
Ibid.  
GAD Parroquial de San Antonio de Ibarra, Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial, 2015.  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
villosos paisajes y de importantes reservas para la sustentabilidad  
6
del territorio.  
La PEA en el último censo (2010) es de 7509 personas, de las  
cuales el 61,55 % son hombres y 38,45 % mujeres. Entre las activida-  
des económicas de la parroquia tenemos en orden de importancia  
las actividades productivas del sector secundario (industria manu-  
facturera) 50 %, seguido por el sector terciario (comercio al por  
mayor y menor, restaurantes, hostales, transporte, construcción, ser-  
vicios profesionales y gubernamentales, educación, esparcimiento,  
médicos, así como servicios personales de limpieza, domésticos, elec-  
tricistas, etc. y servicios turísticos) 26 % y finalmente el sector pri-  
7
mario 24 % (agrícola y pecuario).  
Las artesanías artísticas y muebles en madera tallada para la  
parroquia de San Antonio de Ibarra, determina que los trabajos en  
madera y pinturas en las diversas expresiones que más se elaboran  
son muebles (50 %), seguido de artesanías artísticas (25 %), utilitarias  
(
15 %), rústica (6 %) y puertas y adornos (2 % cada uno). Es impor-  
tante detallar que los trabajos en madera se encuentran diversifi-  
cados en distintas especialidades: carpintería y muebles en línea  
recta, muebles tallados, objetos tallados, escultura religiosa, escultura  
8
contemporánea y escultura costumbrista; entre otros.  
Antecedentes sobre el tallado de la madera en San Antonio de Ibarra  
Comúnmente, se piensa que el genio artístico de San Antonio  
de Ibarra viene apenas desde Daniel Reyes o cuanto más de la Es-  
cuela Quiteña; sin embargo, existe mucha más historia. Se pueden  
visualizar raíces mucho más profundas de lo que suponemos tradi-  
cionalmente. El tallado de la madera de San Antonio de Ibarra es la  
continuación del arte aborigen de más de 2800 años y de una forma-  
9
ción académica y técnica de más de 500 años.  
6
7
8
9
Ibid.  
Ibid.  
Ibid.  
C. Montalvo, y E. Dyrdahl, Informe Preliminar de las Intervenciones Realizadas en el Yaci-  
miento Arqueológico “Las Orquídeas”, parroquia San Antonio, cantón Ibarra, provincia de  
Imbabura. INPC, Quito, 2014.  
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Marcelo GómezTerán  
¿La maestría del artista, del artesano de San Antonio de Iba-  
rra en el tallado de la madera es una aptitud innata que viene desde  
hace cientos de años? Una parte de la respuesta la encontramos ca-  
sualmente en el mismo San Antonio, loma Los Soles, sector Las Or-  
quídeas.  
Un depósito de desechos arqueológicos sólidos de la época  
prehispánica permitió estudiar una secuencia entre los años 800 al  
400 antes de Cristo. Los desechos contienen restos sólidos locales y  
procedentes de la Costa. Sobresalen artículos de adorno personal,  
como ornamentos rectangulares de concha Spondylus prínceps; S.  
calcyfer, placas de concha nácar o madreperla (Pinctada mazatlanica y  
Pteria sterna), conchas de caracoles pequeños de mar (Conus sp., Oli-  
vella sp., y Columbella sp.), caracoles terrestres (Megalobulimis sp.),  
adornos de oro, y cuentas de collar de piedra verde y piedra azul. Se  
talló la obsidiana, el basalto, la andesita, las rocas sedimentarias y  
metamórficas (piedra caliza, pizarra, esquisto, cuarzo, piedra pómez,  
etc.), los huesos y las astas de animales, incluido el marfil de cacha-  
lote (Physeter macrocephalus, una especie de mamífero marino). Los  
artefactos hechos de estos materiales fueron encontrados junto a den-  
sas concentraciones de residuos domésticos, sugiriendo que la pro-  
ducción artesanal en el sitio se llevó a cabo en contextos familiares.  
Esta producción de adornos personales sirvió para intensificar el in-  
tercambio en una red norte-sur, este-oeste.1  
0
Es muy probable que en Las Orquídeas también se talló la  
madera, seguramente, asientos y bastones de mando para los caci-  
ques, idolillos o amuletos, para los ayllus, herramientas para los te-  
lares, de uso común, especialmente en Otavalo; desafortunadamente,  
en San Antonio, no se han encontrado evidencias directas de estos  
objetos, principalmente por problemas de humedad.  
1
0 C. Montalvo, y E. Dyrdahl. Informe Preliminar de las Intervenciones Realizadas en el Yaci-  
miento Arqueológico “Las Orquídeas”, parroquia San Antonio, cantón Ibarra, provincia de  
Imbabura. INPC, Quito, 2014.  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
La herencia de la Escuela Quiteña (1542-1824) a San Antonio de  
Ibarra  
El Colegio San Andrés constituye la primera Escuela de  
Artes y Oficios, en la que se formarían los artesanos pioneros de la  
imaginería quiteña; esta fue la semilla de la que germinaría luego la  
afamada “Escuela Quiteña”, que daría a luz personalidades artísticas  
de gran talento como fray Pedro Bedón, Miguel de Santiago, Diego  
de Robles, Bernardo de Legarda, el Gran Pampite (José Olmos) y Ma-  
nuel Chili, apodado Caspicara, entre otros, cuya fama trascendería  
no solo dentro del continente americano sino que cruzaría el océano  
para ser aplaudida también en Europa.11  
Otro acontecimiento importante para la consolidación de la  
Escuela Quiteña fue la llegada a Quito (1584) del escultor Diego de  
Robles, procedente de Madrid, España, quien “dio origen a la imagi-  
nería quiteña y al culto popular a Nuestra Señora en los Santuarios Ma-  
12  
rianos”. Diego de Robles es el autor de la Virgen Nuestra Señora de  
Guadalupe de Guápulo, policromada por el pintor Luis de Ribera;  
de la virgen de Oyacachi (1591), actualmente en el santuario del  
Quinche y que originalmente debió ser de los indígenas de Lumbisí,  
quienes no pudieron reunir el dinero para pagar al escultor.  
La Escuela de Artes y Oficios aplicaba un proceso de ense-  
anza–aprendizaje muy estricto que duraba cuatro años, el maestro  
enseñaba a los aprendices, por ejemplo, en escultura, desde el trata-  
miento de la madera, el tallado, el pulimento y la preparación para  
cubrirla con oro, plata y variada policromía. Los aprendices no reci-  
bían salario, pero se les ayudaba con el hospedaje y la alimentación.  
El segundo nivel era el de oficial, recibían remuneración y final-  
mente, luego de aprobar un examen correspondiente obtenían el tí-  
13  
tulo de maestro escultor.  
1
1
1
1 Efrén Avilés Pino, “Quito”, Enciclopedia del Ecuador. Ver en: http://www.enciclopediadele-  
cuador.com/historia-del-ecuador/quito/. (13-01-2022).  
2 José María, Vargas, Historia de la cultura ecuatoriana, Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito,  
1965.  
3 Anabell Cisneros, La Escuela Quiteña. Estudios Avanzados en Diseño, Publicación del Banco  
Central del Ecuador Quito, 2010, p. 5.  
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Marcelo GómezTerán  
En los estilos, la Escuela Quiteña “refleja todos los estilos do-  
minantes en cada época en España y así tiene elementos renacen-  
tistas y manieristas; durante su crecimiento es eminentemente  
barroca concluyendo con una corta etapa rococó que desemboca en  
un incipiente neoclasicismo hacia la fase de transición a la etapa re-  
publicana. A más de los aportes españoles, recibe múltiples influen-  
cias flamencas, italianas, moriscas y góticas, las cuales íntimamente  
enraizadas en la tradición indoamericana, le dan una particularidad  
14  
especial, diversa de sus fuentes, pues su resultado es mestizo.  
Anabell Cisneros escribe: La Escuela Quiteña es considerada  
como una de las más dramáticas y expresivas, puesto que, al ver a  
los ojos de una virgen, sentimos su dolor, al ver un cristo herido sen-  
timos su cortada, es imposible dejarlos de ver sin entender lo que  
ellos vivieron o lo que sintieron, nos llevan a través del tiempo y nos  
recuerdan nuestra historia. Plasmar un concepto o trasmitir un sen-  
timiento es lo que busca la Escuela Quiteña mediante sus obras,  
puesto a que su forma de expresar es cautivadora y logra el atractivo  
que la palabra muchas veces no logra; un arte sensacionalista que  
15  
nos transmite las más profundas emociones.  
En el siglo XVII “inicia la mayor producción de la Escuela Qui-  
teña, reduciendo el protagonismo que la arquitectura había tenido durante  
16  
el siglo anterior y enfocándose principalmente en la pintura.”. La Escuela  
Quiteña llegó a ser tan notable que “Entre 1779 y 1787, es decir, en el  
transcurso de solo ocho años, solo por el puerto de Guayaquil se exportaron  
17  
64 cajones conteniendo cuadros y estatuas de los artistas quiteños”.  
2
La Escuela Quiteña duró hasta alrededor de 1830 cuando nace la Re-  
pública del Ecuador. Muchos de sus artistas lograron sobrevivir algún  
tiempo después gracias a la fama que había logrado la “escuela” y los  
bajos costos de producción, pero no por mucho. Debieron entonces  
trasladarse a varias de las nuevas naciones que habían surgido en el  
continente, siendo Colombia, Venezuela y Chile las más recurrentes.  
Allí se desarrollaron como maestros de arte y fundaron liceos y acade-  
18  
mias”.  
1
1
1
1
1
4 Publicación del Banco Central del Ecuador, en Cisneros, 2010, p. 6.  
5 Anabell Cisneros, La Escuela Quiteña. Estudios Avanzados en Diseño, Quito, 2010, p. 46  
6 Juan Salvat, Ricardo Crespo Toral, Arte ecuatoriano, Salvat editores ecuatoriana S.A, Quito, 1976.  
7 José Gabriel Navarro, La Escultura en el Ecuador Durante los Siglos XVI, XVII y XVIII, 1929.  
8 https://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_Quite%C3%B1a.  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
Posiblemente, la presencia en el colegio San Andrés de dos ar-  
tistas flamencos, fray Jodoco Ricke y fray Pedro Gocial influyó en la  
pintura quiteña del siglo XVI, como escribieron Gallegos y Vega  
(
2011): “El manierismo flamenco fue el que mayor aceptación tuvo en el  
naciente arte pictórico quiteño y el que más influencia ejercería”. En cambio,  
la escultura quiteña de esta época “recibió el influjo del arte español, carac-  
terizado por su marcado realismo”.19  
En la lista de los indígenas educados en el Colegio San Juan  
Evangelista (posteriormente San Andrés) realizada por el dominico  
fray Enrique Vacas Galindo y que corresponde al año 1564, tiempo  
en que había más o menos cincuenta alumnos, se encuentran los  
nombres de: don Sancho Cabascango, cacique del pueblo de Caran-  
2
0
qui, al que pertenecía Tuarraquí (San Antonio) y don Luis Fari-  
nango, cacique del pueblo de Otavalo.  
Digno de recordar es el empuje dado por el presidente García  
Moreno al cultivo de las artes a través de la fundación de la Escuela  
de Bellas Artes en Quito, bajo la dirección del destacado pintor Luis  
Cadena (1872), de quien Daniel Reyes fue discípulo. San Antonio de  
Ibarra debe recordar este hecho como otro hito importante en la ad-  
quisición de conocimientos, de técnicas y nuevas representaciones  
como el paisajismo y costumbrismo.  
El significativo aporte de Daniel Reyes, Luis Mideros e institucio-  
nes educativas locales de San Antonio de Ibarra  
Los recuerdos que emanan desde el manantial de la memoria  
colectiva y discurren hacia la eternidad, son inspiración suficiente  
para destacar en justa tarea, la vida y obra de los ilustres nombres  
que han marcado la senda del arte y la cultura en el terruño de San  
Antonio de Ibarra. Así, el umbral de la realidad se traslada al 22 de  
septiembre de 1860, una fecha clave en la vida de San Antonio de  
Ibarra. En ese año, fruto del matrimonio formado por los coterrá-  
1
9 Alexandra Kennedy Troya, “Conferencia magistral: arte y artistas quiteños de exportación.  
Contextualización de una problemática”, Arte quiteño más allá de Quito. Simposio internacional.  
Quito 13-17 de agosto de 2017, FONSAL, Quito, 2007, p. 5.  
2
0 A. Moreno, Fray Jodoco Rique y Fray Pedro Gocial Apóstoles y Maestros Franciscanos de Quito  
1535-1570, Ediciones Abya-Yala, Quito, 1998, p. 279.  
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Marcelo GómezTerán  
21  
neos: señor don Mariano Reyes y doña Delfina Romero, vio la luz  
José Daniel Segundo Reyes Romero, el primero de cuatro hermanos,  
quienes enfrentaron en sus primeros años, la más recia adversidad a  
la que sin duda se enfrenta un infante: afrontar la orfandad por par-  
tida doble, pues a tiernas edades: Daniel de 7 años y sus hermanos  
Fidel de 5, Luis de 3 y Francisco de 1 año, testificaron la partida de  
su madre; realidad que redobló un año más tarde, en1868, el padre  
de ,los menores fallece trágicamente, fue el año del terremoto que  
asoló a la ciudad de Ibarra. Sin embargo, aquellos infantes encontra-  
ron un alma caritativa que veló por ellos, una humilde mujer lla-  
22  
mada Manuela Guamán, quien sin duda debió influir notablemente  
en la vida y obra de Daniel Reyes.  
Desde muy niño, Daniel demostró dotes de artista, cuando al-  
ternaba sus jornadas de pastoreo con el tallado de torsos sobre frag-  
mentos de madera con un áspero cuchillo, singular evidencia de su  
habilidad para forjar el noble material, trasmitiendo desde su ima-  
ginario a sus manos esa pasión innata por las formas y los contornos.  
Habilidad que llegaría a refinar y consumar en años posteriores.  
En este momento, la semblanza del artista se engarza con  
eventos más que anecdóticos. No solo coincidió la tragedia de 1868  
fatalmente con la vida de Daniel, sino que, desde el mismo origen  
del evento aciago, quizá sin imaginárselo, surgió la oportunidad que  
lo marcó y le brindó la oportunidad de ofrendar su vida a la tarea  
artística. Es así como la historia de la Blanca Ciudad relata que, pos-  
terior al terremoto, el poder destructivo del terremoto en Ibarra fue  
tal que apenas quedaron en pie, sobre sus cimientos, los muros de  
doscientas casas, y solo unos cincuenta edificios permanecieron en  
23  
estado más o menos habitable.  
2
1 Hay discrepancias en cuanto al apellido de la madre de Daniel: Guamán o Romero. Doña  
Manuela debió ser pariente como para hacerse cargo de cuatro niños. A propósito, vale la  
pena anotar que entre los alumnos nativos que se formaron en la escuela Juan Evangelista,  
iniciada por fray Jodoco Rique y Pedro Gocial estuvo Luis Guamán, cacique de Caranqui  
(
Vargas, 1977, p. 135).  
2
2 Nótese la enmienda en el acta del bautizo, por coincidencia, Romero y Guamán tienen seis  
letras.  
23 Cfr. Tobar Subía, C., 1985: 144-162; Andrade Galindo, L., 2006: 174-180, y VV. AA., 2000: 107,  
114 y 128. En: Manuel Ferrer, “La huella de Daniel Reyes en San Antonio de Ibarra: una tra-  
dición artesanal heredera de la Escuela Quiteña. Estudios sobre Arte Actual”, Estudios sobre  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
La reconstrucción de Ibarra se inició a partir de la expedición  
del decreto de 14 de julio de 1869 y la resolución del Cabildo con  
fecha 18 de marzo de 1870 y la orden del gobernador de 10 de abril  
de 1872. El decreto de 22 de abril de 1872 confirmaba la reedificación  
de Ibarra en el mismo suelo en el que se había erigido la ciudad.2  
El obispo de la diócesis, Tomás Antonio Iturralde y Grande -  
Suárez, recurrió a escultores de Quito para la restauración de la ima-  
ginería de los templos. Destacó entre ellos el maestro Javier Miranda,  
quien escogió a Daniel Reyes como aprendiz. Tras el fallecimiento  
de Miranda, dos años después de su llegada a Ibarra, Daniel con  
apoyo de su madre marchó a Quito e ingresó en el taller de José Do-  
4
2
5
mingo Carrillo considerado el último gran escultor de la Escuela  
Quiteña; y, más tarde, tras el fallecimiento de Carrillo ocurrido en  
1
883, acudió a recibir clases del pintor Luis Cadena, primer director  
26  
de la Escuela de Bellas Artes.  
Cabe resaltar que además de las virtudes ya expuestas, este  
hombre de mediana estatura, tez morena y contextura atlética, guar-  
daba afición por la cultura, pues se conoce que en su casa prosperó  
una pequeña, pero valiosa biblioteca, donde entre otros títulos so-  
bresalen obras clásicas de la literatura universal. Los trabajos de res-  
tauración en las iglesias ibarreñas duraron varias décadas, Daniel  
Reyes fue amigo de los obispos Pedro Rafael González y Calisto, Fe-  
derico González Suárez, Ulpiano Pérez Quiñones. Esta coyuntura fa-  
27  
voreció la consolidación de los talleres de los hermanos Reyes.  
En relación al Liceo de Arte conviene anotar la observación de  
Ferrer: La amistad con el obispo González Calisto facilitaría a Reyes  
el apoyo gubernamental para la puesta en marcha de una escuela-  
taller en 1884, de cuyos primeros pasos dio cuenta Carlos Tobar, di-  
2
8
putado por Imbabura, en un informe elaborado al año siguiente:  
arte actual, N°4, Julio 2016, p.4. Ver en:file:///C:/Users/ANH/Downloads/Dialnet-  
LaHuellaDeDanielReyesEnSanAntonioDeIbarra-5634805.pdf (10-12-2021).  
4 Cfr. Albuja Galindo, A., 1970: 180, y Tobar Subía, C., 1985: 164-165. En: Manuel Ferrer, “La  
huella de Daniel…op. cit., p. 5.  
5 José Domingo Carrillo (1850-1883).  
6 Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit., 6.  
7 Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit.  
8 Cfr. Vargas, 1965: 478; Abuja, 1979: 304; Almeida, 2014, y N, 2002: 160. En: Manuel Ferrer, “La  
huella de Daniel…op. cit., p.8  
2
2
2
2
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Marcelo GómezTerán  
El Centro de Educación Integral, enseguida conocido como Liceo Ar-  
tístico, que se emplazó en el local de trabajo de Daniel, donde tam-  
bién había instalado un horno de fundición en el que se elaboraron,  
años después, las campanas de la iglesia de San Antonio (que tam-  
bién se había visto afectada por el terremoto de 1868), tal y como tes-  
timonia el grabado que figura en ellas.  
En el Liceo se impartían enseñanzas y práctica en pintura,  
escultura, tallado y carpintería. Daniel Reyes, que tenía veinticuatro  
años, dispuso para esta empresa del concurso de Camilo Pompeyo  
Guzmán, maestro de escuela quiteño. Villalba sostiene que nació en  
29  
la provincia de Esmeraldas que se hizo cargo del nivel primario y  
que, con el transcurso del tiempo, sería considerado el primer perio-  
30  
dista de la provincia de Imbabura y ocuparía la presidencia de la  
junta parroquial de San Antonio. Colaboraban también los hermanos  
de Daniel, Fidel y Luis, ellos ayudaban en el nivel superior de esa  
academia, concebida como Centro de Formación y Capacitación en  
Artes y Oficios. Aunque acreditado, el Liceo Artístico no tardó en  
perder su carácter de institución reglada y convertirse en un centro  
informal de capacitación, en el que dejaron de tener cabida activida-  
des educativas reglamentadas.  
Una nota curiosa es el hecho de 1880, San Antonio tenía 4224  
habitantes y en cuanto a oficios: 110 sombrereros (seguramente de  
paja toquilla), 25 carpinteros, 12 músicos y “pintores y escultores”:  
dos (posiblemente los hermanos Reyes). En el censo general de 1885,  
San Antonio tenía 3042 habitantes, 253 eran artesanos, la mayoría  
dedicados a la elaboración de sombreros de paja toquilla. En 1895,  
solo Daniel Reyes y su hermano Luis figuran catalogados como “es-  
31  
cultores” y Fidel, como “pintor”.  
Pocos años después de que Daniel Reyes formará su propio  
hogar. Abría sus puertas en Ibarra una Escuela de Dibujo y Pintura  
(
1889), confiada a la dirección de Rafael Troya (Ibarra, 1845-1921),  
que arrancó con treinta y un alumnos y una penosa insuficiencia de  
recursos, por la condición de indigencia de la mayor parte de sus es-  
29 Cfr. Villalba, s. a.: 12. En: Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit., p.9  
30 Cfr. Parroquias, 1983: 40. En: Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit., p.9  
31 Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit., p.11  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
tudiantes, que carecían de medios para la adquisición de los útiles  
32  
más imprescindibles. A pesar de la entrega generosa de su director  
y de su cercanía con los alumnos, a cuyas viviendas acudía Troya  
personalmente para orientarlos.33  
En relación a las principales obras de Daniel Reyes, se distin-  
guen: las campanas de bronce de la Iglesia Parroquial de San Anto-  
nio, “Virgen del Rosario”, bustos de Juan José Flores y Gabriel García  
Moreno en propiedad de sus familiares; en el poblado de La Paz:  
Virgen y Señor de la Buena Esperanza”; en Quito: “Estatua de la Li-  
bertad y las Artes Abandonadas” en el Museo Colonial; y en Guaya-  
quil: “Cristo Muerto” y “San Miguel Arcángel”.  
Don Daniel, como se le conocerá años después a este presti-  
gioso artesano, fue hombre multifacético en el campo artístico, de  
exquisita inteligencia y profundo sentido estético, participó en ex-  
posiciones tanto a nivel nacional como internacional en las cuales  
logró un sinnúmero de premios y reconocimientos, entre ellos en  
1892 recibió el Premio Nacional de Quito, en 1900, un reconocimiento  
de la Universidad de París, en 1901 fue distinguido por la Univer-  
sidad Panamericana de Búfalo, el Premio Nacional de Guayaquil le  
fue otorgado en 1922; así como el Provincial de Ibarra en 1906, el In-  
ternacional de Quito en 1909 y la Premiación de la Junta de Fomento  
Agrícola de Ibarra en 1923, finalmente el galardón Mariano Aguilera  
en 1928. Igualmente destacándose en su noble labor docente empren-  
dido en la ciudad de Tulcán y en Ibarra. Después de una vida, ple-  
tórica de logros y en la tranquilidad del seno familiar, Daniel Reyes  
34  
partió de este mundo un 22 de diciembre de 1938.  
Una familia de artistas como la de los Reyes merece con dere-  
cho que se les tilde con innumerables adjetivos, por lo que han sido,  
han hecho, han significado y por lo que proyectan, su genialidad y  
el talento son términos que se asocian a lo que significa este apellido  
en el campo de las artes.  
32 Cfr. AHCCI, 859-201-10-M, y Monografía de Ibarra, vol. VI, 2006: 80-81. En: Manuel Ferrer, “La  
huella de Daniel…op. cit., p.10  
3 Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit., p.11  
3
3
4 Corregido acorde al acta de defunción. Ferrer (2016) hace caer en cuenta que el primer nombre  
en la partida de bautismo está: José y en el acta de defunción: Segundo. Como tenía tres  
nombres: José Daniel Segundo, probablemente, los familiares y amigos le nombraban utili-  
zando alguno de los tres.  
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209  
Marcelo GómezTerán  
Daniel Reyes no fue el único de su estirpe que, con su trabajo,  
ha dado lustre al trabajo imbabureño y ecuatoriano. Su mensaje es-  
peranzador se inyectó en las venas de las generaciones que le suce-  
dieron, como Cristóbal, Eugenio, pero sobre todo Alfonso María de  
los Reyes, hijos de Daniel Reyes, ellos fueron verdaderas eminencias  
en el trabajo artístico. Para ellos, la madera en bruto, de nogal, cedro  
o naranjillo, se convirtió en una inspiración que provocaba la natu-  
raleza para edificar hermosas obras que el tiempo y el espacio se han  
encargado de perennizarlas.  
Bajo la tutela de Daniel Reyes sobresalieron otros artistas  
como: Antonio y Carlos Montesdeoca, Zenón Villacís, Carlos Guz-  
mán, Ezequiel y Leónidas Rivadeneira, entre tantos otros. Ese im-  
pulso, sostenido por familias enteras – el clan de los Montesdeoca,  
por ejemplo, con representantes tan destacados como Gonzalo o Al-  
cides- se mostraría determinante para que un número creciente de  
habitantes de la parroquia incursionara en el mundo del arte, mu-  
35  
chos con notable acierto.  
El prominente escultor y tallador sanantoniense Luis Mide-  
ros Almeida, nació en el seno de una familia de artistas. Dos herma-  
nos pintores y uno arquitecto forman este grupo de hermanos con  
singular talento y gran sensibilidad para el arte. Luis, sin duda, fue  
uno de los principales exponentes de la escultura en el siglo XX en  
el Ecuador. Vivió una niñez tranquila en su pueblo natal donde reci-  
bió la educación primaria. Buscando avanzar en el tema artístico  
viaja a Quito e ingresó a la Escuela de Bellas Artes, sus maestros lo  
motivaron desde un inicio a la escultura. Decidió llevar sobre sus  
hombros el prestigio de una tradición bien ganada en el Ecuador con  
la Escuela Quiteña. Se graduó en ella y trabajó con el escultor italiano  
Luigi Casadio.3  
6
35 Manuel Ferrer, “La huella de Daniel…op. cit.  
36 Sobre el arte del useo Colonial: “De Luigi Casadio, quien vino como profesor de escultura y  
de quien se dice que con él surgió el arte indigenista en Ecuador, hay una pintura titulada  
‘Madre india’, elaborada, como en los cuadros de Egas, desde una mirada respetuosa. “Bajo  
el influjo del racionalismo ilustrado, las academias de Bellas Artes promoverían una serie  
de métodos a través de los cuales se pudiera inculcar en los estudiantes lo que se consideraba  
eran las reglas universales del arte, las que una vez dominadas, permitían que la producción  
visual pudiera ser considerada arte”, dice Trinidad Pérez en un texto del catálogo de la mues-  
tra. En el patio del museo se ven litografías que ilustraron las portadas de las revistas de la  
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210  
Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
Sus inquietudes por conocer y trabajar en otros medios le lle-  
varon a Luis Mideros Almeida a Estados Unidos de Norte América  
donde concretó su personalidad, ejecutando y compitiendo con los  
mejores maestros de ese país. Realizó obras de primer orden y  
triunfó donde pocos extranjeros lo logran. Le encargaron la dirección  
del American Indian Museum del Instituto Rockefeller. Con talento  
y dedicación consiguió consagrarse como escultor.  
A su regreso al Ecuador donde se instala definitivamente, con-  
tinuó su carrera ascendente y obtuvo el gran premio “Mariano Agui-  
lera” en 1928. Mideros Almeida es un escultor clásico al plasmar la  
figura humana; en muchas composiciones interpretó varias figuras  
de la mitología griega, especialmente los centauros. Su arte es el re-  
sultado de una forma académica, tanto en la interpretación como en  
el planteo de las composiciones. Al final de su brillante carrera evo-  
lucionó al impresionismo, se dedicó a esculpir con fuerza y libertad.  
A través de sus obras nos damos cuenta que el maestro Luis  
Mideros era un profundo conocedor de la naturaleza, consiguió el  
dominio de los materiales que de ella podía extraer y aprovechó bien  
todas sus cualidades.  
En la Monografía de San Antonio escrita por Oswaldo Villalba  
se describe a Luis Mideros Almeida, así: “Su baja estatura, su rostro  
redondo, su mirada penetrante y transparente, expresión agradable, de porte  
tranquilo y sencillo en su presentación, contrastan con la grandeza de su  
37  
espíritu y el poder magnífico de sus manos creadoras.”  
Hernán Rodríguez Castelo en su obra Leonardo Tejada Z. trae  
importante información sobre los hermanos Mideros: En la quiteña  
Escuela de Bellas Artes representaban ese Clasicismo en la década  
del veinte al treinta los dos Mideros: Víctor en pintura, Luis en escul-  
tura. Y dominaban no solo la enseñanza en aulas y taller de la Es-  
cuela, sino en los certámenes y en las páginas de diarios, revistas y  
Escuela de Bellas Artes, una escultura de Jaime Andrade y hay una fotografía ampliada de  
1
928, en la que aparecen Luigi Casadio, Oswaldo Guayasamín, Eduardo Kingman, Jaime  
Andrade, Piedad Paredes, entre otros.” Información disponible en: El telégrafo, “Museo de  
arte colonial repasa la historia de las academias en Quito”, El Telégrafo, 26-07-2017. Ver en:  
https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/cultura/7/museo-de-arte-colonial-repasa-la-his-  
toria-de-las-academias-en-quito (17-12-2021).  
3
7 Bolívar Viteri, Oswaldo Villalba, Cesar Montesdeoca, Monografía San Antonio de Ibarra, IADAP.  
Quito, 1989, p. 63.  
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211  
Marcelo GómezTerán  
folletos y en el favor de una clientela aristocrática o burguesa. En el  
que había quedado como el único Salón Nacional de Artes Visuales,  
el municipal “Mariano Aguilera”, Víctor ganó el Primer Premio de  
Pintura en 1917, 1924 y 1927; el Segundo, en 1928; en 1930, el Tercero;  
en 1931, otra vez el Segundo, y en 1932 nuevamente el Primer Pre-  
mio. Luis obtuvo el Primer Premio de Escultura en 1917 y en 1919;  
el Tercero, en 1920; otra vez el Primer Premio en 1928, y el Segundo  
en 1929.3  
8
El Liceo Artístico de Daniel Reyes, la academia pionera  
En 1880 Daniel Reyes pone una especie de escuela taller para  
la enseñanza del arte en su propia casa, en ella la presencia de un mo-  
vimiento cívico en pro de la formación de una institución que guiara  
la educación artística en la población encabezada por Daniel Reyes.  
Después de la muerte del multifacético artista, fue notoria la  
ausencia del “Liceo Artístico”, (academia fundada por Daniel Reyes,  
funcionó como un centro de formación y capacitación en las artes y  
oficios por más de 30 años), situación que condujo a la indispensable  
creación de una institución, legalizada y respaldada por el Estado;  
para cuyo efecto, el 24 de octubre de 1943 en asamblea popular, fue  
aprobada, la creación de una junta patriótica, presidida por Leonardo  
Cevallos y dirigida por el flamante párroco Miguel Ángel Rojas y el  
señor profesor Alonso Bolívar Viteri, de cuyos objetivos, el más im-  
portante fue la fundación del Liceo Artístico “Daniel Reyes” como  
la mejor alternativa, para que esta institución continúe con las bri-  
llantes iniciativas del artista fallecido en 1938, decisión que fue res-  
paldada por la Cámara Edilicia de Ibarra en la presidencia del  
39  
Concejo Municipal de Luis Tarquino Páez.  
Mediante Decreto Ejecutivo N°. 2472, de 6 de marzo de 1944,  
en el Gobierno del Dr. Carlos A. Arroyo del Río, Presidente de la Re-  
pública del Ecuador, se crea como Liceo de Artes Plásticas “Daniel  
Reyes”.  
38 H. Rodríguez, Leonardo Tejada Z. Maestros del Arte Ecuatoriano N° 3, Banco Central del Ecuador,  
Quito, 2008, p. 25.  
39 R. Colorado, Reseña histórica de la fundación del Colegio de Artes Plásticas “Daniel Reyes”  
de San Antonio de Ibarra, 2007.  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
En principio, la institución educativa continuó con los derro-  
teros trazados por el maestro Daniel Reyes y con el trascurrir del  
tiempo sus autoridades llegaron a la conclusión de que había que  
mejorar y actualizar su oferta académica y por consiguiente agrega-  
ron a su oferta educativa las materias de: historia del arte, dibujo na-  
tural, dibujo artístico, dibujo técnico, modelado, estética, tallado,  
anatomía etc. Aquello significó que de la visión del “Liceo” como  
una institución donde se impartía conocimientos en las artes y oficios  
con la tendencia heredada del arte religioso tradicional, pasara a con-  
40  
vertirse en un centro de formación artística contemporánea.  
Lo cierto es que en el Colegio de Artes Plásticas “Daniel  
Reyes” como después se lo llamó, se formaron grandes artistas, los  
cuales inscribieron sus nombres en las brillantes páginas de la histo-  
ria del arte ecuatoriano, siendo entre ellos: Gilberto Almeida, Vicente  
Herrera, el “Zambo”, la maestra Emma Montesdeoca, Gerardo  
López, Jesús Cobos, Perugachi, Vicente Cualchi, Edgar Reascos, José  
Bastidas, José Villarreal, Jorge Ortega, Vicente Bolaños, Vicente Gon-  
záles, entre otros, a ellos se sumaron nuevas generaciones de jóvenes  
artistas que enriquecieron el patrimonio cultural tangible e intangi-  
41  
ble de nuestro país.  
El legado artístico y los frutos de la generación de oro de san An-  
tonio de Ibarra en el tallado de la madera  
Más de 40 países del mundo han sido los fieles testigos del  
fabuloso arte de las manos de grandes artistas y artesanos de San  
Antonio de Ibarra; entre ellos: Alemania, Arabia saudita, Australia,  
Argentina, Bélgica, Bolivia, Canadá, Checoslovaquia, Chile, China,  
Colombia, Corea, Cuba, El Salvador, España, Estados Unidos, Fran-  
cia, Holanda, Italia, Japón, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Por-  
tugal, Suiza, El Vaticano, Venezuela y varios más.  
Múltiples son los premios internacionales que varios tallado-  
res han cosechado gracias a su talento demostrado en el mundo en-  
tero, permios alcanzados en concursos mundiales, ferias interna-  
4
4
0 Ibíd.  
1 Ibid.  
BOLETÍN ANH Nº 206-B • 199–229  
213  
Marcelo GómezTerán  
cionales, así como grandes condecoraciones entregadas por embaja-  
das, países y municipios.  
Dignas de destacar son las obras de arte finamente elaboradas  
como:  
Los mini aviones de Anibal Egas Reyes para la NASA y que se en-  
cuentran en Washington,  
Las puertas decoradas de René Félix Proaño para la embajada de  
Madrid en España,  
La virgen del Carmen y la escultura de San José de David García  
para iglesias de en Estados Unidos e Italia.  
El globo terráqueo de 1,82 m de Jorge Venegas expuesto en Bir-  
mingham, Estados Unidos  
El Cristo Resucitado, la Virgen inmaculada, la Virgen de la caridad,  
Cristo indígena, el Cristo de la Resurrección, el Cristo Negro y la  
Sagrada Familia de Alcides Montesdeoca, ubicados en grandes ca-  
tedrales e iglesias de Alemania, Cuba, España, Estados Unidos, Ni-  
caragua y Panamá.  
El Dios de la Humanidad de Luis Potosí expuesta en el museo de  
Australia.  
Más de 14 retablos superiores a los 10 m construidos por José Ve-  
lasco Montenegro para iglesias de Checoslovaquia, Italia y Japón.  
Variado arte religioso elaborado por Carlos Venegas expuesto en  
Alemania.  
Retablos, La Virgen de Quito y el Cristo de 3.5 m de Jorge Luis Vi-  
llalba para iglesia de España, el museo del Vaticano y la catedral  
de Valledupar en Colombia.  
El friso del Palacio legislativo de Luis Mideros ubicado en Quito,  
Ecuador.  
El Jesús del Gran Poder de Cruz Elías Rivadeneira ubicado en la  
Iglesia San Francisco de Quito.  
El presente y futuro del tallado de la madera en San Antonio de  
Ibarra  
A pesar que hasta el año 2007 se contabilizaban más de 4500  
artesanos de la madera en San Antonio de Ibarra, para el año 2019  
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214  
Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
se ha podido identificar un total de 707 artistas y artesanos dedicados  
42  
al tallado de la madera, el 76 % son hombres y el 24 % mujeres.  
Apesar de que la actividad es visibilizada hacia los hombres,  
existe una cuarta parte de personas que se dedican a la talla de la  
madera que son mujeres y colaboran con sus familias en diversas ac-  
tividades relacionadas, como: el lijado, tallado, pulido, pintado, em-  
balado y comercialización de sus productos. Las edades en que  
fluctúan las mujeres talladoras se encuentran entre los 14 a 78 años,  
siendo el promedio veinte y nueve años, de las cuales el 65 % son  
mayores de edad. La autodeterminación étnica el 90 % de los talla-  
dores indica ser mestizo, un 6 % indígena y los restantes de otras et-  
43  
nias ecuatorianas.  
En la actualidad, es visible y notorio que dos de cada tres ta-  
lladores (67 %) son mayores de 25 años y cuatro de cada cinco (82 %)  
mayores de 19 años. Mayoritariamente los talladores de la madera de  
San Antonio de Ibarra son adultos mayores, situación que nos obliga  
a realizar la pregunta sobre el futuro del tallado en San Antonio, ¿Por  
cuántos años más se tendrá el tallado de la madera en San Antonio  
de Ibarra?  
De las cuatro categorías propuestas: maestros, talladores,  
operarios y aprendices, en las entrevistas personales se les ha solici-  
tado su autodeterminación, considerando que es la valoración más  
acertada ante sí mismos y posiblemente no refleje la estimación de  
la sociedad en general.  
Tres de cada diez talladores indican que su educación formal  
llegó hasta el nivel primario, mientras que el 43 % mencionan haber  
estudiado y terminado el nivel secundario dentro de su proceso de  
educación formal, la mayoría de ellos en el Colegio Daniel Reyes;  
mientras que uno de cada cuatro talladores ha llegado a nivel uni-  
versitario y cerca del uno por ciento ya llego a nivel de maestría,  
estos dos grupos últimos se encuentran desempeñando como maes-  
tros y docentes de las unidades educativas, institutos y universida-  
des del norte del país.  
42 Marcelo Gómez, Investigación Las Técnicas y Conocimientos Tradicionales de San Antonio  
de Ibarra en el arte del Tallado de la Madera, 2019.  
3 Ibid.  
4
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La tercera parte de los talladores de la madera expresan  
haber aprendido el oficio en varios talleres de la localid<ad, afir-  
mando y uniéndose también al grupo que afirma que la primera en-  
señanza la obtuvieron en su entorno familiar, de sus padres, otros  
familiares, vecinos y amigos.  
La mayoría indica que inician simplemente ayudando en casa  
con las pequeñas tareas indicadas por sus progenitores, para después  
que se ha despertado el interés dedicarse o solicitar una mayor ense-  
ñanza, lo que les permite asumir mayores responsabilidades.  
Ocho de cada diez talladores de la madera indican que no  
cuentan con una titulación artesanal, conocen de su importancia y  
utilidad en los actuales momentos; sin embargo, por situaciones de  
dificultad con los gremios que facilitan estos procesos se les ha com-  
plicado, así también sus costos y requisitos. El deseo de quienes de-  
sean obtenerlo supera el 73 % de quienes no cuentan con la titulación  
artesanal, estiman que es una tarea pendiente de los gremios a los  
44  
cuales pertenecen.  
Los genios y superdotados en el tallado de la< madera de  
San Antonio de Ibarra, han estado comúnmente condicionados a un  
medio familiar de escasos recursos económicos, situación que limitó  
el acceso de muchas personas al sistema de instrucción estatal o pri-  
vado. No había otra alternativa que trabajar desde edades tempra-  
nas, para sobrevivir. Hasta antes de los años 1960 no existían las  
facilidades que tenemos hoy para una formación académica formal.  
En esos tiempos, los pobres que querían instruirse tenían dos alter-  
nativas, si la suerte les acompañaba: hacerse religiosos, curas, u optar  
por la carrera militar. La sugerencia, para los que quedan es, acorde  
a su edad, titularse como artesanos, conseguir una beca o un mece-  
nas que financie la consecución de un título académico. Por ejemplo,  
hace aproximadamente unos 20 años, en un conversatorio con los  
artesanos del cantón Antonio Ante, sugerimos que cada empresario  
exitoso debería “apadrinar” a un genio o superdotado en las artes  
en general, para que pueda desarrollarse y conseguir la formación  
45  
académica pertinente, acorde a su habilidad artística.  
44 Marcelo Gómez, Investigación Las Técnicas y Conocimientos Tradicionales de San Antonio  
de Ibarra en el arte del Tallado de la Madera, 2019.  
5 Ibid.  
4
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
Para los talladores de la madera, los motivos religiosos son su  
primera especialidad, indican que son productos que nunca pasan de  
moda y son siempre apetecidos por los turistas y clientes, la mayoría  
de sus trabajos se encuentran orientados a esta área, tanto así que la  
mayoría de los talladores se dedica únicamente a desarrollar estos mo-  
tivos, especialmente: retablos, cristos, vírgenes y santos, entre otros.  
La artesanía utilitaria se ha venido desarrollando en la made-  
ra desde algún tiempo atrás y cada vez da mayores réditos a los ar-  
tesanos, expresan que los precios son muy bajos y existe una gran  
variedad que día a día pueden crear nuevos utilitarios, entre ellos  
podemos encontrar: adornos, floreros, cajas, figuras decorativas, ja-  
rrones, entre muchos otros.  
La especialidad de unos cuantos talladores ha sido históri-  
camente elaborar muebles tallados con estilos diversos, lo cual llama  
la atención de varios clientes que buscan la exclusividad, podemos  
anotar entre otros: muebles de sala, comedor y dormitorio.  
Los motivos costumbristas son los preferidos para regalos fa-  
miliares o institucionales, existe una gran variedad y son considerados  
como obras de arte al igual que los motivos contemporáneos, los clien-  
tes se los llevan para adornar sus oficinas, escritorios o espacios pú-  
blicos, se encuentran varios de gran tamaño y diseños variados.  
Periódicamente se debe elaborar estudios de mercado para  
intuir posibles necesidades de la población nacional y mundial, para  
ofrecer nuevas ideas plasmadas en productos que puedan satisfacer  
a los nuevos clientes. En este sentido, los ministerios del ramo, las  
universidades, las instituciones especializadas en estos quehaceres  
deben aportar para el sostenimiento del tallado de la madera en San  
Antonio. La pobreza no tiene solo una dimensión material, también  
podemos tener pobreza de ideas. Los bienes simbólicos y espirituales  
también son necesarios y precisamente el arte puede ayudar a la co-  
hesión social al inspirar sentimientos de solidaridad, un afán por co-  
nocer lo propio, de construir una ciudadanía cultural ecuatoriana.  
Los retos son muchísimos, pero San Antonio de Ibarra tiene el po-  
46  
tencial para conseguir todo lo que se proponga.  
46 Marcelo Gómez, Investigación Las Técnicas y Conocimientos Tradicionales de San Antonio  
de Ibarra en el arte del Tallado de la Madera, 2019.  
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Marcelo GómezTerán  
Los niños y jóvenes de las cinco unidades educativas investi-  
gadas, expresan mayoritariamente su preferencia de estudio futuro  
en carreras adscritas a las ciencias sociales (cuatro de cada diez) se-  
guidas en importancia de las carreras militares, de las ciencias exac-  
tas y finalmente de las carreras correspondientes a las ciencias  
artísticas que se ubica en último lugar con apenas el 9 % de la prefe-  
rencia, evidenciándose claramente su desapego por la profesión o  
47  
dedicación histórica de los pobladores de San Antonio.  
Dentro de las carreras agrupadas en las ciencias artísticas y  
de preferencia por los niños y jóvenes de San Antonio, podemos vi-  
sibilizar su inclinación mayoritaria hacia el diseño y la publicidad,  
seguido de las artes escénicas, el diseño de ropa, la fotografía, la mú-  
48  
sica, la pintura, la escultura y la producción cinematográfica.  
Los estudiantes del Instituto Superior Daniel Reyes al ser con-  
sultados sobre su creencia sobre si la habilidad del tallado viene por  
tradición familiar o por aprendizaje, expresan en su mayoría (89 %) que  
viene por aprendizaje; es decir, que todas las personas podrían de-  
sarrollar estas habilidades y posiblemente llegar a ser buenos artis-  
tas, siempre y cuando se inicie la práctica a muy temprana edad,  
logrando una autodepuración en base a conocimiento y experiencia.  
La tercera parte de los niños y jóvenes investigados que es-  
tudian en las unidades educativas de San Antonio de Ibarra, afirman  
tener al menos un pariente cercano (padres, hermanos, tíos, abuelos)  
que se haya dedicado al tallado de la madera. Al menos tres de cada  
diez niños y jóvenes afirman que en sus hogares colaboran o cola-  
boraron con sus familias en varias actividades relacionadas con el  
tallado de la madera. Los encuestados indican que, desde muy tem-  
prana edad, debido a la complejidad de los trabajos que han rea-  
lizado sus padres y familiares, se les asigna pequeñas tareas acordes  
a su edad para que ayuden en esta actividad.  
De acuerdo al criterio de los niños y jóvenes encuestados, el  
tallado de la madera en San Antonio de Ibarra, ha sido mayoritaria-  
mente “lo tradicional” de la parroquia, siempre ha existido en San  
Antonio, gracias a los precursores de este arte ejecutado con gran ha-  
4
4
7 Ibid.  
8 Ibid.  
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218  
Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
bilidad, es nuestra “característica principal” lo dicen muy orgullosos,  
esa es nuestra cultura y no debemos perderla porque es algo único  
en el país y por medio de lo cual podemos expresar nuestros senti-  
mientos y promover el arte a la sociedad.49  
El tallado de la madera, es nuestro legado, es nuestra heren-  
cia que debemos mantenerla y fortalecerla para siempre, hemos  
hecho tanto que tenemos una identidad propia, ha sido, es y será  
importante para todos los pobladores de San Antonio, especialmente  
para quienes lo pueden realizar con destreza y calidad y por ello han  
conseguido significativos reconocimientos a nivel nacional e inter-  
nacional, alcanzando premios y situarse entre los mejores del mundo  
con sus magníficas obras. Definitivamente, el tallado es nuestra tra-  
dición.  
Aniños y jóvenes de las unidades educativas se les preguntó,  
Si ustedes quisieran dedicarse al tallado de la madera, contarían  
¿
con el apoyo de sus padres?, ante lo cual un porcentaje mayoritario  
responde afirmativamente; es más, mencionan que sería un orgullo  
para la familia, les permitiría continuar con la tradición familiar y  
fortalecer la actividad artística y emprendimiento económico de sus  
antepasados. Nuestros padres aprecian todo lo que hicieron las ante-  
riores generaciones y lo recuerdan con gran respeto y admiración,  
indican y agregan que gracias a sus conocimientos y habilidades lo-  
graron construirse una vida llena de oportunidades, han podido co-  
nocer a muchas personas y lugares, la mayoría ha viajado a otros  
países donde han sido reconocidos como personas especiales y ta-  
lentosas. Quienes afirman no tendrían el apoyo de sus padres si qui-  
sieran dedicarse al tallado de la madera, son en gran número  
aquellos que no tienen en sus ancestros a parientes que se hayan de-  
dicado al tallado o inclusive aquellos que se dedicaron anteriormente  
al tallado pero que ya no ven futuro en la artesanía por el revés eco-  
nómico que posiblemente han vivido en carne propia.  
50  
La Asociación de Jubilados de San Antonio de Ibarra, rea-  
lizando previamente un análisis sobre la falta de oportunidades de  
49 Ibid.  
50 Marcelo Gómez, Investigación Las Técnicas y Conocimientos Tradicionales de San Antonio  
de Ibarra en el arte del Tallado de la Madera, 2019.  
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Marcelo GómezTerán  
trabajo para las nuevas generaciones cree que el apoyo al arte y en  
especial a los talladores de la madera debe ser integral, mejorando  
ciertas situaciones personales, educativas, logísticas, de infraestruc-  
tura y otras que permitan a la población de San Antonio ser referente  
cultural del país, para lo cual proponen:  
Fortalecer la identidad local.  
Mejorar la infraestructura turística.  
Aprovechar el arte para transformar la ciudad.  
Mantener siempre la ciudad limpia y atractiva.  
Regular y potenciar el espacio urbano.  
Planificar adecuadamente el ordenamiento territorial.  
Mejorar las vías de acceso.  
Realizar un eficiente control de ventas ambulantes.  
Propiciar la regulación patrimonial.  
Implementar la promoción de lo nuestro.  
Instaurar sistemas de parqueo público.  
Implementar servicios de alimentación, hospedaje, recreación.  
Fortalecer la seguridad ciudadana.  
Contar con centros de información turística.  
Generar talleres, capacitación, eventos culturales.  
Rescatar y vivir los valores humanos.  
Buscar la descentralización para asumir competencias culturales  
municipales.  
Aspectos que deberán ser trabajados en especial por las mis-  
mas asociaciones de artesanos de San Antonio, el Gobierno Parro-  
quial y el Municipio de Ibarra en primera instancia, como entes  
locales encargadas del arte y la cultura, para coordinar con otros or-  
ganismos de carácter nacional y gestionar proyectos de nivel inter-  
nacional.  
Para los talladores de la madera y ciudadanía en general en-  
cuestada y entrevistada, lo primordial es realizar una mayor promo-  
ción y difusión, es necesario que el país y el mundo conozcan que  
existe San Antonio de Ibarra y que somos mucha gente talentosa, a  
veces creemos que más nos conocen fuera de nuestro país que en el  
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220  
Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
nuestro y eso es por falta de programas de promoción. Las institu-  
ciones gubernamentales deben apoyarnos, exponer lo que hacemos  
ligado a los eventos de carácter nacional e internacional (ferias, sim-  
posios, exposiciones, seminarios, exhibiciones y demás relacionadas  
con el tallado de la madera) que deben fortalecerse para atracción  
turística.  
El cambio en el sistema educativo es vital, indican los talla-  
dores, si nosotros aprendimos es gracias a las instituciones educa-  
tivas de nuestra época, que nos inculcaron el amor a las artes y sobre  
todo a valorar la actividad de nuestros padres. Siempre hemos que-  
rido ser como ellos lo fueron y en varios casos muchos han logrado  
superar a sus maestros con calidad y estudio.  
La organización gremial es vital para alcanzar los objetivos  
colectivos, fortalecer la unidad de artistas y artesanos debe ser el pri-  
mer objetivo a alcanzar, directivas que piensen en todos y que tengan  
una visión empresarial de lo que hacemos sin dejar de lado el espí-  
ritu cultural y patrimonial de nuestra identidad como talladores que  
se debe vincular a su gestión.  
La marca San Antonio de Ibarra debe surgir como una nece-  
sidad para establecer el principio de lo colectivo sobre lo particular en  
cada proyecto que realicemos, debemos trabajar en equipo, un grupo  
de creativos, ingeniosos y talentosos seres humanos que poseemos va-  
lores y nunca nos hemos dejado doblegar por más fuertes que han  
sido los problemas. Tenemos una gran historia de gente luchadora.  
Seis de cada diez niños y jóvenes encuestados indican haber  
recibido alguna vez la motivación y orientación hacia el desarrollo  
de actividades artísticas; sin embargo, no pueden describir activida-  
des específicas con las cuáles se estaría brindando esta formación y  
más bien resaltan que son felicitados cuando alguien realiza un pro-  
ducto artístico que lo elaboró en su hogar. La mayoría de estudiantes  
del Instituto Superior Daniel Reyes afirma su voluntad de continuar  
sus estudios en arte y en especial en todo lo que tenga que ver con  
el tallado de la madera, esperan la oferta académica de institutos y  
universidades nacionales y extrajeras que brinden programas de  
maestría para alcanzar una especialización; sin embargo, les preo-  
cupa los costos de los mismos.  
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221  
Marcelo GómezTerán  
Para los experimentados miembros de la Asociación de Jubi-  
lados de San Antonio de Ibarra, fortalecer la “identidad local” es la  
base para mantener la tradición artesanal en la población y eso implica  
primero conocer su pasado, su historia, sus luchas, sus personajes y  
sus éxitos, luego podremos entre todos tener el mismo mensaje y con-  
vertirlo en un producto de interés turístico nacional y mundial.  
Para alcanzar este objetivo, los miembros de la asociación de  
jubilados enlistan un conjunto de acciones que deberían realizar los  
51  
diversos organismos públicos y privados, información que previa-  
mente debe saber la población local y posteriormente ser difundidos  
a nivel nacional e internacional:  
Un banco de datos de todos los talladores de San Antonio.  
Implementar procesos de socialización de información a la pobla-  
ción.  
Buscar mecanismos y estrategias de promoción nacional e interna-  
cional.  
Promocionar lo que somos, mediante publicidad a las entradas de  
la parroquia.  
Utilizar todos los espacios públicos para promocionar el arte.  
Reconocer los espacios familiares de los artistas con especial no-  
menclatura.  
Formular contenidos para los textos escolares locales.  
Proponer una reforma a la malla curricular.  
Permanentes conferencias en entidades educativas.  
Generar y publicar libros de biografías de grandes personajes lo-  
cales.  
Propiciar talleres, concursos, competencias a nivel escolar y colegial.  
Elaborar textos, juegos, cuentos, revistas de atracción para la niñez.  
Realizar encuentros nacionales e internacionales de arte.  
Organizar y efectuar foros y eventos académicos.  
Convertir a San Antonio en un museo vivo.  
Exigir a los ministerios de turismo, cultura, comunicaciones vender  
la imagen de San Antonio a nivel nacional e internacional.  
51 Marcelo Gómez, Investigación Las Técnicas y Conocimientos Tradicionales de San Antonio  
de Ibarra en el arte del Tallado de la Madera, 2019.  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
52  
Entre otros aspectos los jubilados mencionan los siguientes  
posibles beneficios que recibirían producto de la declaratoria como  
patrimonio cultural del ecuador:  
Mayor afluencia de turismo nacional e internacional.  
Posesionar a San Antonio en el mundo del arte nacional y mun-  
dial.  
Crecer como ciudad y como pobladores en general.  
Mayores oportunidades de desarrollo integral.  
Mejores oportunidades de gestión para las autoridades.  
Sostenibilidad de la actividad artística.  
Mejorar y fortalecer el sistema educativo local.  
Continuidad de la actividad artesanal tradicional.  
Autoestima elevada y motivación social.  
Unidad de la población.  
Mejorar la calidad de los productos.  
Mayores fuentes de trabajo.  
Mejorar los ingresos para los pobladores.  
Previa la búsqueda del reconocimiento a las Técnicas y Co-  
nocimientos Tradicionales de San Antonio de Ibarra como un Patri-  
monio Cultural Inmaterial del Ecuador o su incorporación en la Lista  
Representativa del Patrimonio Nacional, la pregunta necesaria reali-  
zada fue ¿Qué ganaría San Antonio de Ibarra con la declaratoria?, lo  
cual fue analizado minuciosamente y determinados sus efectos que  
serán comprobados en el tiempo. De mayor a menor importancia,  
siempre indicando que todos son importantes la población encues-  
tada y entrevistada indica que los principales efectos de obtener la  
declaratoria serán, el reconocimiento de la riqueza cultural y artística  
de San Antonio de Ibarra, comprobada históricamente, la valoración  
cultural de lo nuestro a nivel nacional e internacional, el desarrollo  
económico y social con mayor trabajo, contratos y comercialización  
de los productos, alcanzar una mayor cooperación nacional e inter-  
nacional en apoyo a los artesanos, la visibilización del arte del tallado  
de la madera como un sector productivo y cultural del norte del país;  
52 Ibíd.  
BOLETÍN ANH Nº 206-B • 199–229  
223  
Marcelo GómezTerán  
y, el empoderamiento de la población en el arte del tallado como  
fuente de su desarrollo integral.  
La cantidad histórica de talladores de la madera que ha pro-  
ducido San Antonio de Ibarra, obliga a que la ciudadanía se pregunte  
si la gente de esta localidad ya viene con los genes de escultor; razón  
por la cual se les preguntó a los artesanos, quienes 7 de cada 10 cree  
que la habilidad de tallar la madera viene dada por herencia, pero  
que sin embargo se la debe desarrollar con conocimiento, técnica y  
práctica.  
Mediante una amena conversación y reflexión, los miembros  
de la Asociación de Jubilados expresan orgullosamente que San An-  
tonio de Ibarra, es un lugar bendecido por Dios, de quien han reci-  
bido muchos talentos, por ello que el arte del tallado de la madera  
que tienen en sus manos y corazones es el mejor regalo. Creemos  
que el inicio del tallado de la madera en San Antonio, lo debemos a  
Daniel Reyes y a la restauración de las iglesias e imágenes que las  
debió realizar después del terremoto de Ibarra. Daniel entregó sus  
valiosos conocimientos a los miembros de su familia y después al  
resto de la población de San Antonio a través de un centro de adoc-  
trinamiento destinado a multiplicar esas técnicas y habilidades  
aprendidas en lo que se denominaba “Escuela Quiteña” y que en San  
Antonio encontró tierra fértil para florecer, debido a que existían mu-  
chas personas necesitadas de empleo, dispuestas a aprender y con  
espíritu emprendedor y creativo, que supieron seguir rápidamente  
sus pasos.  
Coinciden también que, en aquellos tiempos, las laderas del  
monte Imbabura en donde se encuentra asentada la hoy parroquia  
de San Antonio, rodeada de enormes bosques de cedro, nogal y na-  
ranjillo, maderas muy nobles para la talla de la madera; además, la  
mayoría de la población de esos tiempos no contaba con tierras agrí-  
colas, ni agua para poder cultivar, necesitando fuentes de trabajo al-  
ternativo a lo tradicional.  
BOLETÍN ANH Nº 206-B • 199–229  
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Talladotes de la madera en San Antonio de Ibarra.  
Herederos de la Escuela Quiteña  
La salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial del tallado de  
la madera  
La misión de preservar, mantener y fortalecer el tallado de  
la madera en San Antonio de Ibarra como Patrimonio Cultural del  
Ecuador únicamente podrá garantizarse si se toman en cuenta los si-  
guientes aspectos:53  
El tallado de la madera en San Antonio de Ibarra es practicado ac-  
tualmente por más de 1000 artistas y artesanos locales.  
El proceso de enseñanza–aprendizaje del tallado de la madera ha  
sido realizado en su mayoría de padres a hijos.  
La profesionalización y enseñanza técnica teórica–práctica en años  
anteriores fue dado por el Colegio Técnico Daniel Reyes.  
El tallado de la madera es una de las principales fuentes de ingreso  
de los habitantes de San Antonio de Ibarra.  
Un gran porcentaje de los artesanos se encuentran agremiados en  
cinco asociaciones gremiales con objetivos de desarrollo social y  
económico.  
Varios artistas del tallado de la madera participan y han ganado  
los principales premios en grandes eventos de trayectoria mundial.  
El comercio de las artesanías se las realiza en los talleres, galerías  
y tiendas de la parroquia.  
Los grandes exponentes considerados como artistas de la madera  
realizan sus obras en base a contratos.  
Las principales obras de los talladores de la madera se las puede  
localizar en grandes museos, iglesias, basílicas, edificios públicos  
de más de 40 países del mundo.  
Los grandes maestros mantienen en sus talleres a operarios y  
aprendices garantizando el proceso de enseñanza–aprendizaje  
hacia las futuras generaciones.  
El número de talladores de la madera ha disminuido a una cuarta  
parte en los últimos 10 años.  
53 Ibíd.  
BOLETÍN ANH Nº 206-B • 199–229  
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Marcelo GómezTerán  
La dolarización del país ha influido en el turismo local y en la baja  
de la comercialización de los productos hacia otros países.  
El motivo del tallado más solicitado sigue siendo el relacionados  
al arte religioso, seguido del costumbrista, el moderno y el utili-  
tario.  
Los talladores de la madera no cuentan con una ordenanza que  
proteja y fortalezca su arte como un patrimonio local.  
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BOLETÍN ANH Nº 206-B • 199–229  
229  
La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Gómez Terán, Marcelo,  
“Talladores de la madera de San Antonio de Ibarra. Herederos de  
la escuela quiteña", Boletín de la Academia Nacional de Historia,  
vol. XCIX, Nº. 206-B, julio - diciembre 2021, Academia Nacional  
de Historia, Quito, 2021, pp.199-229