Tipología y valoración socio-cultural
de la vivienda vernácula afroecuatoriana
talece cuando se proclama que los conjuntos de los pueblos tradicio-
nales en su entorno natural o construido deben valorarse de igual
forma que obras grandilocuentes de la arquitectura y se propone una
mirada integradora en las evaluaciones.38
De modo que, hay una evidente reorientación en la forma de
entender y concebir el patrimonio que es reforzada por la Carta del
Habitat, al tener en cuenta la dimensión urbana, cultural e inmate-
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rial y, a tono con este criterio, se considera que cada conjunto y su
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medio deberán considerarse globalmente como un todo coherente.
En este trabajo se apuesta por la imbricación de elementos relacio-
nados con la vida cotidiana y la vivienda como espacio de interac-
ción. El patrimonio construido es examinado e inserto en un sistema
de relaciones sustentado en el criterio de que “el patrimonio cultural
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es la totalidad dinámica y viva de la creación del hombre”, noción que
admite tanto lo material como lo inmaterial. Esta nueva idea es re-
forzada cuando se declara que: “Todos los conjuntos urbanos del mundo,
al ser el resultado de un proceso gradual de desarrollo más o menos espon-
táneo, o de un proyecto deliberado, son la expresión material de la diversidad
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de las sociedades a lo largo de la historia”, de cuyo análisis emerge la
necesidad de considerar todo tipo de poblaciones –ciudades, villas,
pueblos–y, concretamente, los cascos, centros, barrios, barriadas,
arrabales u otras zonas que posean dicho carácter con su entorno, ya
sea natural o hecho por el hombre. Se trata, una vez más, el tema de
los valores a conservar haciendo énfasis en el carácter histórico de
la población y todos aquellos elementos materiales y espirituales que
determinan su imagen.
En este marco, la vivienda vernácula adquirió importancia
para el estudio de las manifestaciones arquitectónicas tradicionales.
A ella se dedican varios documentos internacionales que la contem-
plan dentro del patrimonio. Es concebida como resultado de un acto
38 UNESCO, Carta de Ámsterdam. Consejo de Europa, Ámsterdam, Holanda, 1975.
39 Unión Internacional de Arquitectos, Carta del Habitad, Lausana, Suiza, 1975.
40 UNESCO, Recomendación de Nairobi relativa a la salvaguardia de los Conjuntos históricos y su fun-
ción en la vida contemporánea. Nairobi, Kenia, 1976.
41 UNESCO, Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales. Comisión de Desarrollo en México.
Ciudad México, México, 1982.
42 ICOMOS, Carta de Washington. Carta Internacional para la Conservación de Ciudades Históricas y
Áreas Urbanas Históricas. Washington, Estados Unidos de Norteamérica, 1987.
BOLETÍN ANH Nº 206-B • 231–258
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