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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol C  
Nº 207  
Enero–junio 2022  
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ISSN Nº 1390-079X  
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. C – Nº. 207  
Enero–junio 2022  
2
6 DE NOVIEMBRE DE 18201  
Libertad Regalado Espinoza2  
Resumen  
El objetivo de esta investigación es determinar la verdadera  
fecha de cantonización de Jipijapa, partiendo de un análisis de las  
condiciones históricas, políticas, económicas que provocaran el sur-  
gimiento de las actas del 8 de enero de 1822 y la del 26 de noviembre  
de 1820. La revisión de documentos inéditos del archivo histórico de  
la Biblioteca Municipal de Guayaquil, del Archivo Nacional, de in-  
vestigaciones y libros publicados por historiadores e investigadores  
llevan a emitir como resultado, que la conformación del primer ca-  
bildo de Jipijapa surgió de los movimientos insurgentes que se die-  
ron durante el siglo XVIII, de la conformación de un partido  
revolucionario en la primera década del XIX; y que el 26 de noviem-  
bre del 1820, se integró el primer ayuntamiento de Jipijapa en un acto  
público, acogiendo el mandato del Superior Gobierno Independiente  
de Guayaquil, con los indígenas revolucionarios, cavilosos, cabecillas  
del grupo revolucionario que se había conformado a partir de 1814.  
Palabras clave: movimientos insurgentes, cabildo, período revolu-  
cionario, adhesión a la independencia.  
1
2
Recibido: 23/03/2022 //Aceptado: 24/06/2022.  
Libertad Regalado E. Miembro Numerario de la Academia Nacional de Historia del Ecuador,  
pedagoga, escritora, investigadora. Ha escrito libros, artículos científcos y trabajos relacionados  
con historia, manifestaciones cuturales inmateriales de los pueblos de la costa ecuatoriana:  
Manabí y su comida milenaria (2008-2029), Las hebras que tejieron nuestra historia (2010),  
Identidad e indigenismo en Manabí (2016), Santa Ana madre del río Grande (2019), El amor-  
fino manifestación cutltural del pueblo montuvio (2019). Ha trabajado en varias consultorías  
y participado en congresos nacionales e internacionales. En el 2020, la Asamblea Nacional del  
Ecuador le otorgó la condecoración: Dra. Matilde Hidalgo de Prócel. lire2653@gmail.com  
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Kibertad Regalado Espinoza  
Abstract  
The goal of this research is to determine the real date when  
Jipijapa was officially recognized as a canton, from a historical, po-  
litical and economic analysis that portrays a path of situations that  
were finally crystalized in the official documents of January 8, 1822  
and November 26, 1820. After the extensive review of unpublished  
documents from the historical archive of the Municipal Library of  
Guayaquil, the National Archive, papers and books published by  
historians and researchers, the conclusion that stands is that the for-  
mation of the first Jipijapa council came from the insurgent move-  
ments that happened during the XVIII century. Also, from the  
concretion of a revolutionary party in the first decade of the XIX and,  
the fact that on November 26 of 1820, the first city council of Jipijapa  
was publicly formed, complying with the command from the Supe-  
rior and Independent Government of Guayaquil. This institution in-  
cluded the pensive: indigenous leaders of the revolutionary force  
that started out in 1814.  
Keywords: insurgent movements, council, revolutionary period, re-  
volutionaries, adherence to independence.  
Introducción  
En el mundo de la investigación histórica, las puertas siem-  
pre quedan abiertas a nuevos descubrimientos y verificaciones del  
valor real de sucesos consagrados por la historia. La historia narra  
los hechos pasados para enseñanza de las generaciones venideras;  
sigue paso a paso a la estirpe humana en su viaje por la tierra a través  
de los tiempos y hace notar sus aciertos y errores; muestra el naci-  
miento, prosperidad, decadencia y ruina de los pueblos; cuenta cómo  
desaparecieron de la faz de la tierra por efecto de catástrofes provo-  
cadas por la naturaleza, por la acción biológica, humana dejando en  
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herencia a los que les precedieron, a los que se levantaron después  
de ellos: adelantos tecnológicos, descubrimientos científicos, leyes,  
desastres, vicios y valores; todo un cúmulo de tradiciones y costum-  
bres que los pueblos valorarán como legado histórico.  
La Historia de América de este periodo revolucionario es jus-  
tamente la historia de un largo proceso, en virtud del cual, la socie-  
dad aborigen tuvo que incorporarse a la fuerza a un nuevo sistema  
de vida, creencias y código de valores, a unas nuevas relaciones de  
dominio, a nuevas pautas culturales muy difíciles de seguir mante-  
niéndolas a la luz de los acontecimientos de conquista y emancipa-  
ción de pueblos de otros lares y a la incursión de ingleses y franceses  
en los territorios coloniales americanos.  
Esta investigación a partir de documentos, de la época, apor-  
tes de historiadores, investigadores, pretende demostrar la forma  
como se fueron organizando los pueblos que conformaban el partido  
o tenencia de Portoviejo, que formaba parte de la gobernación de  
Guayaquil, para de acuerdo a los hechos deducir fechas, hechos que  
hicieron posible el cambio en la estructura administrativa de esta re-  
gión, consolidando un estado libre e independiente; muy particular-  
mente con la población de Jipijapa, que llegó a tener la denominación  
3
de Villa por su gran desarrollo económico.  
Desarrollo  
Para una mejor comprensión de los hechos y motivos que lle-  
varon a Jipijapa a adherirse a la proclama de libertad de Guayaquil  
y constituir el 26 de noviembre de 1820 su primer cabildo, aten-  
diendo al Reglamento Provisorio Constitucional elaborado por el Colegio  
Electoral del 8 de noviembre de 1820, que en su artículo 15, señala  
textualmente:  
Para el gobierno interior de los pueblos habrá un Ayuntamiento elegi-  
dos por los padres de familia o cabezas de casa. El ayuntamiento de la  
capital se compondrá de dos alcaldes, diez regidores, un síndico pro-  
curador con voz y voto, y un secretario. Será presidido por el presi-  
3
Wilfrido Loor, Guayaquil y Manabí, 1820, editorial Gregorio, 1976.  
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dente de la Junta de Gobierno. Los alcaldes se mudarán cada dos años,  
y los regidores por la mitad. Los ayuntamientos de los pueblos se for-  
marán, según su población, arreglándose al último reglamento.4  
Por lo que esta investigación partió de las siguientes pregun-  
tas: ¿Los movimientos insurgentes dados en Jipijapa durante el siglo  
XVIII y primeras décadas del XIX son decisivos para su adhesión a  
la independencia de Guayaquil el 9 de octubre de 1820? ¿Qué papel  
jugaron en la historia los que integraron el primer cabildo libre e in-  
dependiente de Jipijapa el 26 de noviembre de 1820? ¿Cómo surge  
el Acta del 8 de enero de 1822 y qué importancia tiene?  
Los movimientos insurgentes de Jipijapa en el siglo XVIII y pri-  
meras décadas del XIX, decisivos para su adhesión al grito de in-  
dependencia de Guayaquil  
La anexión de Jipijapa el 15 de octubre de 1820, no debe verse  
como una simple incorporación a otro territorio, es mucho más que  
eso, es el resultado de un proceso histórico, que surge de movimien-  
tos insurgentes que se fueron gestando a lo largo del siglo XVIII, por  
lo que debemos verla como un producto socio político y económico,  
dinamizado por factores endógenos y exógenos que sella un objetivo  
planteado por el Común de indios de Jipijapa a través de las denun-  
cias interpuestas en contra de los administradores de las Reales Ren-  
tas de la Tenencia de Puerto Viejo y de la Gobernación de Guayaquil.  
Por el cacique Antonio Soledispa ante la Real Audiencia de Quito en  
1738 y 1750, Juan Seguiche en 1751 en el Virreinato de Santa Fe de  
Bogotá y en 1757 ante el Rey de España, pidiendo abolición de tri-  
butos y la prohibición real para impedir la venta de las tierras de Ji-  
pijapa a los indios de Guayaquil. También las denuncias realizadas  
por Tomás Chóez y Antonio Soledispa en Santa Fe de Bogotá en  
1
755; además la insurrección en 1776 protagonizada por Juan Anzú-  
lez y Miguel Sancán, indios sombrereros; así mismo el amotina-  
4
Camilo, Destruge, Guayaquil Historia de la Revolución de Octubre y Campaña Libertadora de 1820-  
2, Primera Parte, reditado facsimilarmente en julio 2011, bajo el Programa Editorial de la Muy  
Ilustre Municipalidad de Guayaquil, p.382  
2
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miento de 1778 liderado por Cosme Majao y Miranda y las acciones  
que durante 24 años lideró Manuel Inocencio Parral y Guale, hasta  
conseguir en España en 1796 los títulos reales de las tierras del  
común de los indios de Jipijapa.5  
Los viajes y revueltas de estos líderes indígenas no fueron  
por asuntos particulares sino para que cese la usurpación o despojo  
de las tierras comunales; la captación compulsiva de excedentes agrí-  
colas y laborales comunitarios por los administradores; el desplaza-  
miento de cultivos autóctonos por especies botánicas y pecuarias  
importadas del exterior; el reordenamiento de los patrones de pro-  
piedad de tierras, bosques y aguas; pero, ante todo, para no permitir  
el nacimiento de la gran propiedad agraria en manos de unos pocos,  
evitando el despojo de la tenencia de las tierras patrimoniales, para  
que se terminen los malos tratos, que se respeten los cabildos de in-  
dios, el derecho a la comercialización de sus artesanías y productos  
agrícolas y se rebajen los tributos.  
Ellos iniciaron y propiciaron cambios estructurales en el te-  
rritorio, sembraron la chispa de la rebeldía y por eso fueron no solo  
calificados como revoltosos, insurgentes, alucinados, rebeldes, sino  
que se les siguió procesos administrativos y a muchos se les privó  
6
de su libertad.  
En la época que nos atañe, Jipijapa era considerada como el  
centro de poder económico de la zona norte de la gobernación de  
Guayaquil, era una ciudad en pleno progreso económico, cultural y  
de un acelerado proceso de desarrollo urbano; y desde luego de  
mayor población en la Tenencia, que se había convertido en un dolor  
de cabeza para los administradores coloniales; por eso esa frase acu-  
ñada en los diferentes litigios “cien indios de la sierra que generalmente  
son quietos y humildes, no equivalen a diez de estas provincias que biven  
7
(sic) y duermen sobre papel sellado, lo cual hace más molesta su defensa”;  
de igual forma Dueñas manifiesta que “los indios de Jipijapa estaban  
5
Libertad Regalado, Indigenismo e Identidad en Manabí, ESPAM, ULEAM, Academia Nacional  
de Historia, Editorial ABYA-YALA, 2016, pp. 167-181.  
6
7
Informe sobre desórdenes (1814), expedientes sobre negativa de tributación 1816.  
Carmen, Dueñas de Anhalzer, Marqueses, cacaoteros y vecinos de Portoviejo, USFQ, Editorial  
Abya Yala. 1997, pp. 225, 227, 234,235.  
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8
altamente politizados, más que los blancos que no tenían cabildo”; de igual  
forma, Arauz manifiesta que Jipijapa generó durante la segunda mitad  
del siglo XVIII múltiples procesos para defenderse de los expoliadores, tanto  
autoridades civiles como eclesiásticas, lo que da cuenta de su organización  
9
y de su importancia en la región; lo que nos remite a individuos que  
tenían sus propios entes de representación y fungían dignidades en  
los cabildos de indios como gobernador de indios, caciques de par-  
cialidades; una clase alfabetizada que podía reunir documentos, que  
exigían certificaciones y debidamente notariados (por eso lo de papel  
sellado), y capaz de defenderse legalmente por el conocimiento de  
las leyes que regían las colonias españolas, no solo en Quito, Guaya-  
quil, sino salir de los linderos llevando sus documentos para recla-  
mar ante los virreyes en Santa Fe de Bogotá y ante el rey en España.  
10  
Regalado sostiene que la consecución en 1796 de los Títulos  
Reales de las tierras del Común de Indios por Manuel Inocencio Pa-  
rral y Guale en España, haciendo valer la Cédula del 2 de agosto de  
1
780; cuya lucha la iniciara Juan Seguiche en 1751, Antonio Soledispa  
en 1755 y el cura Javier Ruiz Cano en 1763 y 1780, efectivizada el 16  
de septiembre 1805 en Quito, y la posesión de las tierras el 7 de  
agosto de 1806, fueron acciones que elevaron la autoestima de la  
clase indígena de Jipijapa y la convirtieron en el centro del poder ad-  
ministrativo.  
En 1778 el visitador Pizarro establecía el resguardo general  
de las Rentas Reales y Puertos de Guayaquil; en 1779 en Portoviejo  
se crea la Administración del tabaco, nombrándose a Francisco de  
Paula Villavicencio como su primer administrador, todo esto dio  
paso como lo expresa Dueñas a provocar reacciones en los habitan-  
tes, muy en especial con el establecimiento de los estancos de tabaco  
y de aguardiente, la recaudación exigente de la tributación y la ex-  
pansión forzada de los sembríos de tabaco que se prestó para el co-  
metimiento de una serie de abusos por parte de las autoridades, que  
motivó las protestas y que concluyeron con la separación del Gober-  
8
9
1
Carmen Dueñas de Anhalzer, Marqueses…op. cit., p. 227.  
Maritza Aráuz, Pueblos Indios en la Costa Ecuatoriana, Edicones Abya.Yala, 2000, p. 21.  
0 Libertad Regalado, Indigenismo e identidad en Manabí. ESPAM, ULEAM, Academia Nacional  
de Historia, Editorial ABYA-YALA, 2016.  
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nador Pizarro y el enjuiciamiento por parte de los indios del Teniente  
de Portoviejo Manuel Núñez de Balboa.11  
Los gravámenes que sobre las importaciones y exportaciones  
imponía la Corona, sumados a los excesos de los administradores en  
las cobranzas, agravada por las constantes prohibiciones para una  
producción y comercialización independiente como había sido su cos-  
tumbre tanto de la paja como de los sombreros de toquilla y mocora,  
también de los productos de la pita, hamacas, tabaco, zarzaparrilla,  
obligándoles a una nueva modalidad mediante el endeudamiento,  
con la cual los administradores y comerciantes criollos adelantaban  
dinero y con ello aseguraban la producción a menor precio para su  
comercialización; esto unido a los vejámenes y atropellos frecuentes  
de que eran objeto quienes desobedecían órdenes, aceleraron los amo-  
tinamientos que se produjeron en Jipijapa. Una actividad artesanal y  
comercial que era descrita por visitantes como es el caso del autor y  
viajero William B. Stevenson que llegó a Guayaquil en 1808 describe  
lo siguiente: “(…) y los indios hacen muchos miles de sombreros cada año  
en el partido de Xipijapa con un junco fino y blanco, algunos de los cuales  
12  
se venden por más de veinte dólares cada uno”.  
Entre 1793 y 1807 Carmen Dueñas señala que: “el facciona-  
lismo imperaba en Jipijapa, por efecto más que probable de las tensiones que  
provocaban las reformas y el incremento del comercio (…) evidencias de  
estas tensiones eran los pleitos entre caciques (…) las actitudes irreverentes  
13  
del común frente a sus caciques” enfrentamientos que no eran sino la  
demostración de frustraciones de la clase indígena por los atropellos  
de las autoridades que fueron desembocando en la conformación de  
un grupo revolucionario, influenciado por las transformaciones que  
se estaban generando en Europa y de las cuales tenían pleno cono-  
11 Carmen Dueñas de Anhalzer, Marqueses…op. cit., pp. 234-235.  
12 En: Jaime E. Rodríguez O., “De la fidelidad a la revolución: el proceso de independencia de  
la antigua provincia de Guayaquil, 1809-1820”, Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia, No.  
2
1, Corporación Editora Nacional, Quito, 2004, p.37. Cfr. William B. Stevenson, Historical  
and Descriptive Narrative of Twenty Years Residence in South America, vol. 2, Londres,  
Hurst, Robinson and Co., 1825, p. 226.  
1
3 Carmen Dueñas de Anhazer, De vasallos del rey a ciudadanos libres: Los indios de Jipijapa  
y Montecristi en la Gobernación de Guayaquil a la Independencia, en David Cahill y Blanca  
Tovías, edits., Élites indígenas en los Andes. Nobles, caciques y cabildantes bajo el yugo colonial,  
Quito, Abya-Yala, 2003, p. 149.  
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cimiento. Por otro lado, en el contexto local se produjeron tensiones  
que abarcaron dos virreinatos Santa Fé y Lima. Al respecto Jaime Ro-  
dríguez señala que:  
En 1803, la Corona otorgó a Lima autoridad militar sobre la Provincia  
de Guayaquil, los asuntos de jurisdicción y autoridad se tornaron más  
complicados. Bajo el nuevo sistema, la provincia comparecía ante Quito  
en materia política y judicial, ante Cuenca en temas religiosos, y ante  
Lima en cuestiones de comercio y militares. La existencia de múltiples  
jurisdicciones y la superposición de autoridades les granjearon a los  
guayaquileños una oportunidad para extender su autonomía y su li-  
bertad de acción. Este contexto maleó la compleja relación entre los  
guayaquileños y las autoridades locales, en particular el gobernador  
de la provincia.14  
En 1812, se expide la Constitución de Cádiz, la cual ocasio-  
nará permanentes muestras de inestabilidad e insubordinación en  
las colonias con el objeto de defender los beneficios de la nueva y re-  
volucionaria carta política. El 4 de mayo 1814, poco después que el  
rey Fernando VII suprimiera la Constitución de Cádiz e impusiera  
nuevamente el régimen absolutista, el pueblo de Jipijapa hacía caso  
omiso a esta nueva disposición y desconocía a los administradores  
coloniales, según se desprende del informe de los desórdenes en Ji-  
pijapa y Portoviejo.15  
Los indios de Portoviejo y de Jipijapa se aliaron para protes-  
tar por el nombramiento del subdelegado y Juez Real del Partido por  
conflictos surgidos por las elecciones de los cabildos, lo que conllevó  
a que las autoridades de Guayaquil enviaran soldados para pacificar  
16  
a la Tenencia de Puertoviejo. Dueñas sostiene que “las autoridades  
de Guayaquil acusaban a los cabecillas de estar vinculados a las asonadas  
de 1814 y a la insurrección del Chocó”.17  
1
4 Jaime E. Rodríguez O., “De la fidelidad a la revolución: el proceso de independencia de la  
antigua provincia de Guayaquil, 1809-1820”, Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia, No. 21,  
Corporación Editora Nacional, Quito, 2004, p.39. Cfr. Dora León Borja y Adám Szászdi, “El  
problema jurisdiccional de Guayaquil antes de la independencia”, en Cuadernos de Historia  
y Arqueología, XXI, No. 38, 1971, pp. 13-146.  
15 Informe sobre desórdenes en Jipijapa y Portoviejo”, Portoviejo, 8 de junio de 1814 en RAHG,  
No. 5, junio de1974, pp. 96-100.  
16 Es una deducción del “Informe...op. cit.  
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En 1814 hay graves desórdenes en Jipijapa, el tumulto del  
Domingo de Ramos comprometía seriamente a la población, quienes  
reunidos en la plaza frente a la iglesia desconocen la orden de pose-  
sión del nuevo teniente de Gobernador Juan Ponce de León y Juez  
Real de la Tenencia de Puertoviejo; se acusa de desobediencia y de-  
sacato a las órdenes emanadas de la autoridad y de revolucionarios  
al alcalde Silvestre Cantos, a todos sus regidores: Gonzalo Parral,  
Tomás Villón, Florentino Marcillo, Ubaldo Toala, Gregorio Calderón,  
Tomás Baque, a los procuradores síndicos: Mariano Chompol y Ma-  
riano Lapa, al ciudadano Valerio Cantos y se señala como principales  
instigadores al cura párroco de Jipijapa Juan José Vivero, al sacerdote  
Manuel Rivadeneira y al apóstata Fray Rufino Gil, quienes aprove-  
chándose de las influencias de su ministerio habían sugerido con el  
ejemplo y la palabra las ideas libertarias que dieron motivo a los su-  
cesos tumultuosos y a la desobediencia al Virrey; y se les acusaba de  
la destitución del alcalde electo Gordillo además de ocultar en sus  
casas a los insurrectos de Quito, quienes sobrevivieron a la campaña  
emancipadora de 1810 y 1812 y que propagaron las ideas revolucio-  
narias en el pueblo de Jipijapa.  
A todos los nombrados se los puso a disposición de las auto-  
ridades para iniciar procesos; a los curas se les suspende de su acti-  
vidad religiosa y se les obliga a abandonar la ciudad; no obstante, el  
pueblo se impone y logra que se deje como alcalde del pueblo a  
Bruno Lino.1  
8
19  
Allan Kuethe señala que en 1814 el jefe político de Guaya-  
20  
quil recorrió el partido de Puerto Viejo para asegurarse de su paci-  
17 Carmen, Dueñas de Anhalzer, Soberanía e insurrección en Manabí, FLACSO, Editorial ABYA-  
YALA, 1991, p.26  
8 “Informe sobre…documento cit.  
1
1
9 Allan, Kuethe “Conflicto internacional, orden colonial y militarización”, en Historia general  
de América Latina. Procesos americanos hacia la redefinición colonial, París, UNESCO/Trotta,  
vol.4, 1999, p. 344.  
2
0 Durante la colonia para referirse a este territorio se cita como Tenencia, otras Partido y en  
otras ocasiones Corregimiento. Lo de Partido estaba más en relación con el espacio geográfico  
y lo de Tenencia con relación a la autoridad administrativa. Puede consultarse sobre la divi-  
sión administrativa en: Marta Herrera Ángel, Ordenar para controlar: Ordenamiento espacial y  
control político en las llanuras del Caribe y en los Andes centrales neogranadinos, siglo XVIII, Edi-  
ciones Uniandes-Universidad de los Andes, Colombia, 2014  
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Kibertad Regalado Espinoza  
ficación ante levantamientos y amenazas, y constató que en Jipijapa  
se encontraban cinco compañías de “la clase índica” de 100 hombres  
cada una, que según la autoridad se flanquearon con el mayor entu-  
siasmo.  
Lo propio hizo en Charapotó donde igualmente estaba una  
compañía compuesta por indios. En Montecristi decía haber una  
compañía de infantería y tres de naturales de 100 hombres cada una.  
Probablemente el informe exageraba y buscaba la reivindicación del  
firmante ante sus jefes.  
El 8 de septiembre 1816, José de la Vega, teniente de Milicias  
y de Gobernador de Justicia mayor de la ciudad de Portoviejo, con-  
voca a vecinos y comerciantes a una reunión frente a la Casa del Ca-  
bildo para requerir el pago de contribuciones; cuatro indios haciendo  
de cabecillas instigan a la población a no pagar estos tributos, entre  
ellos: Francisco Jalca quien a viva voz expresó “que lo que el rey daba  
no quitaba por lo tanto no pagaba”. Gonzalo Parral, que no quería cauti-  
varse siendo hombre libre, Mariano Pin que no quería pagar por ningún  
motivo, por haberle dado el rey la libertad y Jacinto Suárez “que no pagaba  
21  
aunque le quitasen el pescuezo”, actitud que fue secundada por cientos  
de indígenas que se declararon “Hombres libres” y se negaron al  
pago de contribuciones al Rey, ya que ellos con Cédula Real habían  
conseguido su libertad y esgrimían la Constitución Liberal de 1812,  
en la cual se sancionaba la abolición del tributo.  
En los sumarios de las causas que se les sigue, se alega que  
estos cuatro indios facciosos, cavilosos, alucinados, estuvieron presos  
en Guayaquil por los tumultos anteriores y que ahora son parte de  
un partido revolucionario que se ha conformado y tienen a todo el  
pueblo en movimiento. Este dato comprueba la germinación de un  
grupo revolucionario, que no cejará en su intento de consolidar la li-  
bertad de su pueblo y que estaba en conocimiento de los movimientos  
que se iban gestando en el mundo.  
En 1818, indígenas de Jipijapa son acusados de facilitar la en-  
trada al territorio a insurgentes chilenos e ingleses que desembarca-  
21 Expediente sobre la negativa de los indígenas de Jipijapa a pagar el tributo”, Jipijapa, 8 de  
noviembre de 1816, en RAHG, No. 5, 2 de junio de 1974, p.101-105  
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ron en Manta con la intención de propagar la causa de la indepen-  
dencia, lo que es muy probable, ya que en Jipijapa se había confor-  
22  
mado “un partido revolucionario para instigar nuevamente la rebelión”,  
liderado por Gonzalo Parral y Manuel Menéndez.  
Dueñas advierte que los disturbios en pueblos como Porto-  
viejo y Jipijapa sugieren una continuidad entre la insurgencia qui-  
23  
teña de 1809-1812 y el movimiento de octubre en 1820.  
¿
Qué papel juegan en la historia de este pueblo, los que integran  
el primer cabildo libre e independiente de Jipijapa, constituido el  
6 de noviembre de 1820?  
2
Para estos años Jipijapa, después de Guayaquil era el pueblo  
con la mayoría de los residentes de esta gobernación y el principal  
pueblo de indios de la costa de la Real Audiencia de Quito, cuyos  
principales líderes estaban muy comprometidos con los procesos  
subversivos y en pie de lucha contra los regímenes señoriales, se res-  
piraba tanto en Jipijapa como en Montecristi un clima de insubordi-  
nación constante.24  
En los albores del siglo XIX a más de la moneda oficial, cir-  
culaban varios tipos de monedas en la ciudad y muy en especial la  
francesa, inglesa, italiana; había holgura económica basada en la  
agricultura, la artesanía y el comercio; por lo que no es nada desca-  
bellado pensar que los líderes indígenas (para ese entonces letrados)  
estaban muy bien informados de los problemas de la corona espa-  
ñola con las grandes potencias del momento y habían adquirido una  
inclinación a una sociedad más liberal y un sentido de soberanía  
local, producto de un ejercicio permanente del poder a través de los  
cabildos de indios y de sus relaciones comerciales con otros pueblos  
de América, muy en especial con los de Colombia.  
Para esta población no eran desconocidas las Reformas Bor-  
bónicas, la abdicación del rey en 1808, la expedición de la Constitu-  
2
2
2
2 Carmen Dueñas, Marqueses, cacaoteros…op. cit., p. 85  
3 Ibíd.  
4 Maritza Aráuz, Pueblos Indios en la Costa Ecuatoriana, Edicones Abya.Yala, 2000, p. 18.  
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ción de Cádiz en 1812 ni los procesos revolucionarios que se habían  
gestado en el mundo como: la independencia de los Estados Unidos,  
la Revolución Francesa, la Haitiana, el proceso revolucionario del  
Chocó; conocían de las acciones militares encabezadas desde el norte  
por Bolívar y del sur por San Martín; por esta razón en cuanto cono-  
cieron el golpe revolucionario del 9 de octubre, decidieron de forma  
unánime su adhesión a este proceso independentista que acabó li-  
quidando al dominio político colonial español en la gobernación de  
Guayaquil.  
Es sabido que en varios lugares de Latinoamérica se venían  
gestando hechos protagonizados por una población que estaba can-  
sada de los abusos de los administradores coloniales, por individuos  
calificados como rebeldes, por personajes que estaban en pleno co-  
nocimiento de lo que pasaba en Europa; sin olvidar también, que de-  
bieron existir intereses personales de ciertos individuos. Hay dos  
fechas muy significativas, que son parte necesaria en este proceso li-  
bertario: 10 de agosto de 1809 y el 9 de octubre de 1820; la primera  
que prende la chispa libertaria, y que la esparce; ya que, después de  
la masacre del 10 de agosto de 1810, los pocos revolucionarios que  
logran escapar se refugian en varias lugares, como es el caso de quie-  
nes llegaron a Jipijapa y Montecristi como lo demuestra el Informe  
sobre desórdenes en Jipijapa y Portoviejo; otros, con seguridad se re-  
fugiarían en Ambato, Cuenca, Guayaquil. La presencia de estos per-  
sonajes en Jipijapa incidió en la creación del grupo revolucionario; y  
más tarde el apoyo que en 1818 dieron los indígenas de Jipijapa, li-  
derados por el grupo revolucionario, a los insurgentes chilenos e in-  
gleses que desembarcaron en Manta, fortaleció la causa de la  
independencia. La segunda fecha el 9 de octubre de 1820, surge de  
un trabajo silencioso, muy bien urdido, de reuniones y pactos secre-  
tos entre civiles y militares; es justamente en esta parte de este pro-  
ceso libertario donde no solo se involucra una ciudad, sino a todas  
las tenencias que comprendían la Gobernación de Guayaquil; es la  
fecha donde el puerto de Guayaquil cobra sobrado interés tanto para  
San Martín como para Bolívar, se vuelve en un puerto apetecido para  
los intereses del Perú. Es el lugar donde Sucre, quien había entrado  
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por Manta, por orden de Bolívar, continuará la campaña libertaria  
que concluyó el 24 de mayo de 1822; por eso no es de extrañar que  
de forma casi inmediata se dieran los pronunciamientos de adhesión  
en las poblaciones que comprendían esta gobernación.  
Antonio de Vallejo, jefe militar de Portoviejo, se hallaba en  
Jipijapa cuando llega el pedido de adhesión. El 15 de octubre reúne  
al pueblo, les informa de los acontecimientos, da lectura del bando  
y envía a Gregorio Escobedo, jefe militar de la provincia de Guaya-  
quil, un documento histórico donde le manifiesta que:  
Señor Jefe Militar de la provincia de Guayaquil, ciudadano Gregorio  
Escobedo.  
Habiendo tenido noticias ciertas en este pueblo que esa ciudad ha  
adoptado con el mayor gusto el gobierno feliz y siempre deseado de la  
independencia, merecido este triunfo gracias a las acertadas disposi-  
ciones de Vuestra Señoría, nuestro libertador, no he podido menos que  
manifestar al pueblo la adhesión publicando el adjunto Bando, el que  
ha sido bien recibido y cumplido por los ciudadanos que lo componen.  
Después de dar a U.S. las bien merecidas gracias y homenaje como li-  
bertador de esta provincia oprimida por el yugo español. Ofrezco mi  
persona como buen ciudadano para que se me tenga presente en los  
mayores riesgos y ocasiones en defensa de la patria  
Dios y la Patria. (f) Antonio de Vallejo.25  
La Junta de Gobierno de Guayaquil, convoca el 10 de octubre  
a elecciones de diputados de la provincia de Guayaquil. Se dispone  
que se elija un diputado por cada mil quinientos habitantes por ma-  
yoría o pluralidad de votos, los diputados que correspondan a cada  
Partido. Portoviejo debía elegir dos; La Canoa juntamente con Chone,  
uno; Jipijapa cuatro; Montecristi dos; Charapotó uno y Pichota uno.  
Los nuevos diputados debían viajar a Guayaquil el 8 de noviembre,  
para instalar la Junta de Gobierno o Colegio electoral.  
En esta primera sesión constitutiva del Colegio Electoral de  
Guayaquil realizada el 10 noviembre de 1820, participan por Porto-  
viejo los diputados Manuel Rivadeneira y Andrés de Vera; por Mon-  
25 Proclama del 15 de octubre de 1820 en Relaciones Históricas y Geográficas de Manabí, Te-  
místocles Estrada, Editorial Talleres de la Opinión Publica, 1930, p. 106.  
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tecristi José Joaquín Alarcón y Manuel Otoya; Por Jipijapa José Leo-  
cadio Llona y José Cacao; por Paján Manuel Menéndez; por La Canoa  
Bernardo Plaza de la Tejera; por Pichota Vicente Zambrano; José Me-  
dranda de Charapotó no asistió y tampoco Mariano Parrales, de Paján  
que era parte de los delegados de la jurisdicción de Jipijapa.  
Una de las primeras acciones, tal como reza el art. 15 de este  
26  
Reglamento Provisorio será la organización de la nueva adminis-  
tración, libre y soberana de la provincia de Guayaquil; para lo cual  
es de suma importancia constituir los nuevos cabildos en los pueblos  
que se anexaron. Envían a Ramón Pacheco para esta delicada e im-  
portante misión. Tal como queda señalado en el documento de con-  
formación del primer cabildo de Jipijapa:  
El domingo, procedí convocando a todos los ciudadanos libres de este  
vecindario y juntamente procedí a hacer el cabildo y salieron de él el  
alcalde primero el ciudadano Manuel Menéndez, alcalde segundo Gon-  
zalo Parral, Bartolomé Baque, Andrés Bentura, el tercero José Antonio  
Chiquito, el cuarto Juan Agustín Suárez, Procurador Síndico Pedro  
Pablo Tubay. En esta fecha queda el ayuntamiento puesto en este ve-  
cindario, del cual doy parte a Vuestro Señor al instante que lo he veri-  
ficado. Salud, independencia y libertad, Jipijapa noviembre 26 de 1820.  
27  
Firman: Ramón Pacheco, Manuel Menéndez. (Anexo 1).  
Como podemos observar los hombres que protagonizaron  
una nueva época y un naciente Estado libre y soberano fueron gente  
que se fue formando en los diferentes cabildos de indios, espacios  
que se constituyeron en verdaderas escuelas de formación política  
de los nuevos líderes indígenas y criollos en el uso de la ley; eran  
gente que se había forjado en las luchas internas por la defensa de  
los derechos conculcados. Este primer cuerpo edilicio fue confor-  
mado con uno de los cabecillas del grupo revolucionario que se había  
creado en Jipijapa a partir de 1814, que estuvo preso en Guayaquil y  
2
6 Camilo, Destruge, Guayaquil Historia de la Revolución de Octubre y Campaña Libertadora de 1820-  
2, Primera Parte, reditado facsimilarmente en julio 2011, bajo el Programa Editorial de la  
2
Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil, p.382  
7 Acta de conformación del primer cabildo de Jipijapa 26 de noviembre de 1820, Archivo his-  
tórico de la Biblioteca Municipal de Guayaquil.  
2
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participó en las revueltas de 1816: Este revolucionario fue Gonzalo  
Parral sobrino de Manuel Inocencio Parral y Guale y de otros de los  
revolucionarios, cavilosos: como Manuel Menéndez, Juan Suárez.  
Cómo surge el Acta del 8 de enero de 1822 y su importancia.  
La presencia de las fuerzas bolivarianas que recorrieron las  
costas del Norte de Suramérica después de 1820 significaría un su-  
ceso sin precedentes en estos pueblos que no habían visto, hasta en-  
tonces, una soldadesca tan numerosa y relativamente bien armada;  
la admiración estaría imbricada con el terror. En la primera quincena  
de mayo de 1821 desembarcó en las playas cercanas a Manta la  
fuerza dirigida por Sucre. El 12 de mayo de 1821, desembarcaría la  
cuarta compañía en Montecristi. Fechas que se pueden comprobar  
en el oficio que el cura Cayetano Ramírez Fita dirige al Excelentísimo  
señor José Olmedo en donde le explica con lujo de detalles el paso  
de las tropas, los favores y atenciones que se les brinda a su paso y  
permanencia de varios días de 230 hombres en lugares como Chara-  
potó, las condiciones de precariedad de estos hombres en cuanto a  
ropa y toda la ayuda que se ha podido recoger en las iglesias de la  
cofradías de Jipijapa, Montecristi, Charapotó, los 300 (800?) hombres  
que desembarcarán, según la carta del 19 de mayo del comandante  
de la Plaza de Tumaco que cita Cayetano Ramírez. (Anexo 2)  
Temístocles Estrada, asegura que en 1821 avanzaron también  
por tierra tropas que provenían desde Buenaventura y arribaron a  
Charapotó y Montecristi, donde recibieron auxilios y víveres pro-  
porcionados por los vecinos, antes de avanzar a Daule a través de Ji-  
pijapa. Es probable que se refiera a este oficio del cura Cayetano  
28  
Ramírez.  
El 19 de octubre de 1821 llegó a Montecristi el batallón Paya  
de las fuerzas libertadoras, este batallón vino desde Buenaventura  
en los bergantines Sacramento y Venturoso, iban con rumbo a Daule,  
pues Sucre se encontraba en Babahoyo. El 6 de noviembre de 1821  
pasaron por las costas de Manta los hombres de los batallones Liber-  
28 Estrada, Temístocles, Relaciones históricas y geográficas de Manabí, tomo II, Guayaquil, s.e., 1930  
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tadores y Paya. Provenientes de Buenaventura lo hicieron a bordo  
de los bergantines Sacramento y Venturoso.  
2
9
El 21 de agosto de 1821, como señala Próspero Pérez que  
ante el peligro en el que se encontraban, organizaron en Portoviejo  
una Junta Provisora, integrada por los curas de Portoviejo, Monte-  
cristi, Jipijapa, Pichota y Canoa, interviniendo también los procura-  
dores de los cabildos, alcaldes y los vecinos de Charapotó y Chone,  
con el objetivo de colaborar en la independencia; esta Junta decidió  
“fundar el Batallón Olmedo de los decididos de Portoviejo, al mando del Te-  
niente coronel Juan Francisco Elizalde, con individuos que recibían el au-  
xilio del rancho, pero que servían a la Patria (…) De Jipijapa ingresaron a  
las filas del nuevo batallón, el procurador Pedro de la Chica y el Alcalde  
30  
Bartolomé Vásquez”.  
Hidrovo31 corrobora estos datos y refiere que en agosto de  
821 esta Junta de Portoviejo:32  
1
(…) decide reclutar a la gente del pueblo e integrar el batallón Olmedo  
de los Decididos de Portoviejo, para defender su territorio de los re-  
alistas que podían arruinar estos preciosos terrenos que hacen la mejor  
parte de la Gobernación por sus producciones, sus puertos y labranzas  
e impedir el flujo comercial con los pueblos del Chocó y Esmeraldas,  
así como invadir por el lado de Balzar. La promoción para la formación  
de este batallón provino, como era de suponerse, del teniente de Gua-  
yaquil, Juan Francisco Elizalde, comisionado de la Junta Superior del  
Gobierno libre, para la recluta de tropas, quien durante esta etapa ju-  
33  
garía un papel fundamental en Manabí.  
2
3
3
9 Próspero Pérez, Relatos Protohistóricos y prehistóricos de la antigua provincia de Jipijapa, Segunda  
parte siglos XVI-XIX, Primera edición, Editorial Luz de América, 1970.  
0 Próspero Pérez García, Relatos Protohistóricos y prehistóricos de la antigua provincia de Jipijapa,  
Segunda parte siglos XVI-XIX, primera edición, editorial Luz de América, 1970, p.48  
1 Tatiana Hidrovo Quiñónez, “Los “Alucinados” De Puerto Viejo. Nociones de Soberanía y  
Ciudadanía en Manabí (1812-1822)”, Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia 26. II semestre  
2
007, Quito, p. 34.  
3
2 Junta Provisora  
33 Tatiana Hidrovo Quiñónez, “Los “enganchados” la formación de grupos armados en la Costa  
del Ecuador a inicios del siglo XIX”, Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia 33, I semestre  
2
011, Quito, p.44. Ver en: https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/3045/1/03-ES-  
Hidrovo.pdf (21-03-2022)  
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En el caso de 1821, los de Jipijapa señalaban expresamente que tuvieron  
que pagar para que dejaran libres a los enganchados de su localidad:  
(
...) nuestros servicios en obsequio de la Patria son tan constantes pues  
que hemos prestado todos los auxilios para la conducción de las tropas  
del Ejército Libertador.34  
Para explicar un poco sobre la Junta Provisora los habitantes  
representantes de la hidalguía portovejense pactaron con Guayaquil  
el 18 de octubre de 1820 y se unieron al movimiento libertario por la  
independencia del puerto principal que mostraba algunas tendencias  
independencia total, unificación con Perú o unificación con Colombia  
que finalmente, los criollos de la Junta Provisora desde 1821, apoya-  
ron el movimiento colombiano. Se enfocaron en el control local de su  
territorio, sabiendo que la costa a través de sus puertos les brindaba  
la opción de comercio de variados tipos de insumos para la exporta-  
ción hacía los mercados internacionales en el marco de la modernidad  
que se implantaba a nivel global. “En 1824 fue creada la provincia de  
35  
Manabí, dotada más tarde de una potente identidad cultural regional”.  
En Jipijapa se constituye un frente de patriotas para apoyar a  
la causa de la independencia liderada por Bolívar, tal como podemos  
observar en el documento (Anexo 3) que el cura Cayetano Ramírez  
firma en Jipijapa el 22 de mayo de 1821, hace conocer las donaciones  
y empréstitos que los pueblos de Portoviejo, Jipijapa, Montecristi,  
Charapotó, aportan a la campaña independentista; y en el “reclamo  
airado de Jipijapa por la actitud dictatorial del comisionado militar de Gua-  
36  
yaquil” que realizan el 2 de julio de 1821, los alcaldes ordinarios Ma-  
nuel Menéndez, Gonzalo Parral el reclamo de estos alcaldes lo realizan  
ante la Junta de gobierno de Guayaquil se quejan por los atropellos y  
tropelías cometidos por Sebastián González Pinilla, comisionado mi-  
litar encargado de organizar la administración y conseguir fondos y  
personas para continuar las luchas por la independencia.  
34 Ibíd. p.55  
35 Tatiana Hidrovo Quiñónez, Independencia: el proyecto criollo de Portoviejo”, El Telégrafo,  
1
8-10-2020. Ver en: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/actualidad/44/independen-  
cia-portoviejo-bicentenario (03-06-2022)  
36 Temístocles Estrada, Relaciones históricas y geográficas de Manabí, tomo II, Guayaquil, s.e. 1930,  
pp. 47,48,49.  
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Kibertad Regalado Espinoza  
En esta denuncia los alcaldes de Jipijapa recuerdan a esta  
Junta todos los auxilios prestados para la conducción de las tropas  
del ejército libertador “franqueándoles ganado, bagajes y dinero gratui-  
tamente, contribuciones voluntarias y finalmente las erogaciones hechas en  
los enganches en la ciudad de Guayaquil para sustituir otras personas para  
37  
que hagan el servicio a la patria”. Les piden terminar con estos atro-  
pellos para lograr una perfecta paz y libertad, porque de lo contrario  
exponen a toda esta provincia, tal vez a atentar algún agravio contra  
este comisionado. Firman Manuel Menéndez, Gonzalo Parral y todo el  
cuerpo edilicio.  
38  
Esta presencia militar colombiana, señala Estrada, motiva-  
ría que, un año después de constituirse la Provincia Libre de Gua-  
yaquil, de la cual formaba parte Portoviejo, en diciembre de 1821, se  
pronunciara en favor de la agregación a Colombia. Esta fue iniciativa  
del cabildo de Portoviejo, que fuera imitada por los cabildos de otras  
poblaciones como Montecristi, Jipijapa y Paján. Este pronuncia-  
miento se producía en circunstancias en que en Guayaquil primaban  
diferentes tendencias y en circunstancias en que las provincias del  
interior permanecían bajo control realista.  
39  
Según refiere Benjamín Lama los guayaquileños estaban di-  
vididos en tres bandos y andaban agitados, razón que los vecinos de  
Portoviejo proclamaron el 16 de diciembre su incorporación a Co-  
lombia; mediante un acta el cabildo hizo conocer a Antonio José de  
Sucre su decisión. Sucre de forma inmediata remitió a la Junta de  
Guayaquil sobre la decisión de Portoviejo y el peligro de desunión,  
hecho que ofendió a la Junta, inclinándose en por el uso de las armas  
para sujetar a los moradores de Portoviejo; desistiendo y optándose  
más bien enviar un comisionado para que persuadiera a los habitan-  
tes de la necesidad de mantenerse unidos. “La sagacidad del Presidente  
Olmedo y la prudencia de Sucre paralizaron la marcha de estos aconteci-  
40  
mientos”.  
3
3
3
7 Tatiana Hidrovo Quiñónez, “Los “enganchados…op. cit., p.55  
8 Temístocles estrada, Relaciones…Cit., p. 78  
9 Benjamín Lama, Reminiscencias Históricas del Ecuador, Imprenta del Estado, Lima, 1894, p.  
49. Nta: La edición lleva un prólogo de Ricardo Palma, quien hace una alusión a la “ane-  
xión expoliadora de Guayaquil a Colombia”  
0 Benjamín Lama, obra cit, p 50.  
4
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Al parecer los problemas no se solucionaron y se agravaba  
la situación de inestabilidad por las aspiraciones separatistas de cier-  
tos líderes guayaquileños; el 16 de diciembre de 1821, juntamente  
con Montecristi y Portoviejo, los alcaldes firman un acta de anexión  
a la Gran Colombia, separándose del Gobierno de Guayaquil. Bolí-  
var conmina a Sucre que se encontraba en Guayaquil para buscar  
una solución, ya que se tenía noticias de que se pretendía enviar tro-  
pas a estos pueblos para definir el destino político a la fuerza; Bolívar  
también estaba en conocimiento de las tres corrientes existentes en  
esta gobernación, una que pretendía unirse al Perú, otra declararse  
una república independiente y otra de anexión a la Gran Colombia.  
Sucre concuerda con que se envíe a Diego Noboa, como comisionado  
de la Junta Patriótica para que proceda a convencerles a estos pue-  
blos de una unificación de las fuerzas para lograr la independencia  
de los departamentos del Sur; Noboa se reunió con los municipios  
de Portoviejo el 1 de enero, con el de Montecristi el 6 de enero y con  
el de Jipijapa el 8 de enero de 1822, donde, aprovechando la elección  
de las nuevas autoridades, se les pide que mediante un acta firmen  
su deseo de volver a ser parte del Gobierno de Guayaquil. Docu-  
mento que erróneamente fue considerado como el de la conforma-  
ción del primer cabildo.  
41  
En el análisis del acta del 8 de enero de 1822 (Anexo 4), en-  
contramos a Manuel Menéndez y Gonzalo Parral, presidiendo la  
junta como alcaldes salientes; lo que quiere decir que desde su elec-  
ción el 26 de noviembre de 1820, se mantenían en ejercicio de su no-  
minación. También presidía don Diego Noboa, comisionado del  
Superior Gobierno del ministro Tesorero de la Hacienda Pública,  
quien fuera enviado por el Superior Gobierno, con la anuencia de  
Sucre para solucionar el problema de la adhesión a la Gran Colom-  
bia. En esta fecha 8 de enero quedarían nombradas las nuevas auto-  
ridades, a las cuales el comisionado les pidió el juramento de  
fidelidad a la Patria, al cumplimiento de nuestra constitución, res-  
peto y obediencia a las autoridades legítimas, en particular al Supe-  
41 Próspero Pérez, Relatos Protohistóricos y prehistóricos de la antigua provincia de Jipijapa, Segunda  
parte siglos XVI-XIX, Primera edición, Editorial Luz de América, 1970, p: 50,51.  
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rior Gobierno de la Provincia de Guayaquil, tal como lo había reali-  
zado el 1 de enero y el 6 de enero en Portoviejo y Montecristi respec-  
tivamente. Con estas actas Bolívar consigue unir a estos pueblos y  
más tarde la anexión de todo el Departamento del Sur, que confor-  
maba la Real Audiencia de Quito, después de la gloriosa batalla de  
Pichincha el 24 de mayo de 1822.  
Conclusiones  
De los analizado se concluye que:  
Indígenas de Jipijapa como: Antonio Soledispa (1738 y 1750),  
Juan Seguiche (1751, 1757), Tomás Chóez y Antonio Soledispa (1755);  
Juan Anzúlez y Miguel Sancán (1776), Cosme Majao y Miranda  
(
1778) Manuel Inocencio Parral y Guale (1765, 1796), durante el siglo  
XVIII propiciaron cambios estructurales en el territorio, de la actual  
provincia de Manabí pues defendieron su herencia territorial y sem-  
braron la chispa de la rebeldía.  
Las protestas y amotinamientos ocurridos entre 1814, 1816,  
818 protagonizadas por: Gonzalo Parral, Tomás Villón, Florentino  
1
Marcillo, Ubaldo Toala, Gregorio Calderón, Tomás Baque, Mariano  
Chompol, Mariano Lapa, Valerio Cantos, a quienes se les calificó  
como revoltosos, insurgentes, alucinados, rebeldes, demostraron que  
Jipijapa mucho antes del 9 de octubre de 1820 ya había decidido libe-  
rarse del yugo español, como se ha demostrado desde los amotina-  
mientos (1814, 1816, 1818) que los llevó a conformar un movimiento  
revolucionario.  
Que en 1814, el pueblo de Jipijapa apoyado por los religiosos,  
en cabildo abierto impuso su propio Alcalde y destituyó al impuesto  
por las autoridades, un acto que demostró lo politizado que estaba  
el pueblo y los deseos de negarse a seguir siendo parte de la corona  
española.  
Que el primer Cabildo libre e independiente de Jipijapa se  
conformó el 26 de noviembre de 1820 con Manuel Menéndez, Gon-  
zalo Parral (sobrino de Manuel Inocencio Parral y Guale), líderes del  
movimiento revolucionario que se creara en Jipijapa a partir de 1814.  
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26 de Noviembre de 1820  
Que el acta del 8 de enero de 1822 fue el resultado de los  
acuerdos establecidos entre los alcaldes salientes y entrantes con el  
delegado Diego Noboa, comisionado del Superior Gobierno de Gua-  
yaquil enviado para solucionar el problema de la adhesión de Por-  
toviejo, Jipijapa y Montecristi a la Gran Colombia realizada el 16 de  
diciembre de 1821.  
Que los procesos libertarios se dieron a lo largo del territorio;  
y con mayor fuerza en aquellas poblaciones que tenían incidencia  
económica y política, debido a que sus pobladores estaban habitual-  
mente relacionados no solo con el comercio, sino con el manejo ad-  
ministrativo y político de sus pueblos; siendo Jipijapa el centro de  
mayor importancia en la economía de la Tenencia de Puerto Viejo en  
esos siglos.  
Jipijapa actualmente tiene 201 años de la creación de su pri-  
mer ayuntamiento, conformado por hombres insurgentes y revolu-  
cionarios, que supieron unir la producción artesanal con un  
pensamiento basado en la ilustración, que no claudicaron en sus as-  
piraciones libertarias y que hicieron honor a sus antepasados quienes  
les legaron el derecho irrenunciable a la heredad de sus tierras, evi-  
tando los latifundios. Jipijapa tiene el orgullo de ser el pueblo donde  
se originó el tejido del sombrero fino de paja toquilla, artículo que  
ubicó a Jipijapa como uno de los sectores más desarrollados social,  
cultural y económicamente durante los siglos XVIII y XIX, un pro-  
ducto artesanal que les dio poder económico y facilidades para rela-  
cionarse con comerciantes de otros lugares del continente americano  
y de Europa, que les permitió tener acceso a la educación (la mayoría  
de sus caciques y líderes eran letrados), conseguir los títulos de pro-  
piedad de las tierras del Común de Indios. Artesanía que dio ganan-  
cias a la familia Alfaro y que gracias al dinero que se obtenía de sus  
ventas, Eloy Alfaro pudo patrocinar parte de la revolución liberal.  
Joya artesanal considerada por la UNESCO desde el 5 de diciembre  
42  
del 2012, como Patrimonio inmaterial de la humanidad.  
4
2 Puede consultarse sobre el tejido del sombrero fino de paja toquilla su importancia y la re-  
volución liberal en: Libertad Regalado, Las Hebras que tejieron nuestra historia, INPC, 2010  
y / o Libertad Regalado, Indigenismo e identidad en Manabí. ESPAM, ULEAM, Academia Na-  
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Junta en Portoviejo para determinar condiciones en que se levantaría tropa  
para la defensa de la Provincia”, Portoviejo 25 de agosto de 1821, en  
RAHG, No. 3, junio de1973.  
ANH/Q, Presidencia, 508, “Los moradores de Carangue a Montes”, 8 de  
julio,1813, documento citado por Carmen Dueñas de Anhalzer.  
Anexos:  
Anexo 1. “Acta de la conformación del primer ayuntamiento, 26 no-  
vimebre 1820”, Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal de Gua-  
yaquil.  
Anexo 2. “Oficio que el cura Cayetano Ramírez Fita dirige al Exce-  
lentísimo señor José Olmedo” Archivo Histórico de la Biblioteca Mu-  
nicipal de Guayaquil.  
Anexo 3. Cayetano Ramírez hace conocer las donaciones y emprés-  
titos que los pueblos de Portoviejo, Jipijapa, Montecristi, Charapotó,  
aportan a la campaña independentista. Firmado en Jipijapa el 22 de  
mayo de 1821. Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal de Gua-  
yaquil.  
Anexo 4 Acta del 8 de enero de 1822.  
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26 de Noviembre de 1820  
Anexo 1: Acta de conformación del primer cabildo  
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Anexo 2. Oficio que el cura Cayetano Ramírez Fita dirige al Exce-  
lentísimo señor José Olmedo  
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26 de Noviembre de 1820  
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26 de Noviembre de 1820  
Anexo 3. Cayetano Ramírez hace conocer las donaciones y emprés-  
titos que los pueblos de Portoviejo, Jipijapa, Montecristi, Chara-  
potó, aportan a la campaña independentista. Firmado en Jipijapa  
el 22 de mayo de 1821  
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Anexo 4  
Acta del 8 de enero de 1822  
En el pueblo de San Lorenzo de Jipijapa a los ocho días del mes de Enero  
del año mil ochocientos veintidós, hallándose reunidos los ciudadanos  
en la Casa Consistorial con el objeto de proceder a la elección del Ayun-  
tamiento, precedida esta Junta por los señores Alcaldes don Manuel Me-  
néndez, don Gonzalo Tomalá i el comisionado del Superior Gobierno  
del Ministro Tesorero de la Hacienda Pública, don Diego Noboa, des-  
pués de haberle manifestado, este la necesidad que tienen de que el  
Ayuntamiento se componga de sujetos honrados, patriotas i adornados  
en lo posible de luces para que puedan administrarse la justicia i repre-  
sentar sus dineros con moderación sin excederse de los límites legales;  
i que estos mismos eran los sentimientos que animan al Superior Go-  
bierno de la Provincia y habiéndolos exhortado también que diesen sus  
votos libremente sin dejarse llevar de pasiones ni de intrigas, se dio prin-  
cipio a la elección con la guía del Comisionado y de dos escrutadores  
para que en unión del Secretario del Ayuntamiento llevasen las listas y  
las confrontasen a su debido tiempo; salieron nombrado a pluralidad  
de votos don Pedro Alcántara de Vera y don Gabriel Rosero, y enseguida  
se recibió votación para primer Alcalde, y resultó electo don Florentino  
Marcillo con cincuenta y cuatro votos: del mismo modo, se tomó para  
segundo Alcalde, con sesenta y siete votos; después se recibió votación  
para Síndico Procurador y fue electo don Ignacio Menéndez con treinta  
y cuatro votos: y últimamente se recibió para los dos Regidores que de-  
bían reemplazar igual número, que salieron con arreglo a la Ley; y sa-  
lieron para tercer Regidor don Gabriel Rosero, por aclamación y para  
cuarto don Gregorio Calderón con treintainueve votos. Concluida la  
elección y reunidos inmediatamente los nombrados, les recibió el comi-  
sionado juramento de fidelidad a la Patria, cumplimiento de nuestra  
constitución, respeto y obediencia a las autoridades legítimas, en parti-  
cular al Superior Gobierno de la Provincia de desempeñar sus obliga-  
ciones siendo las primeras la administración de justicia, buen orden y  
tranquilidad en el pueblo, y procurar con esmero la educación pública,  
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el que hicieron y prometieron cumplir religiosamente con lo cual que-  
daron posesionados en sus respectivos empleos y concluido este año  
que firmaron los tres Alcaldes, Presidentes, el Comisionado, escrutado-  
res, secretario a quien se mandó sacase testimonio de la presente acta  
para remitirla al Superior Gobierno de la Provincia, quedando este ori-  
ginal en el archivo de este Ayuntamiento  
Manuel Menéndez, Gonzalo Parral, El Comisionado Diego Noboa,  
Pedro Alcántara de Vera, Gabriel Rosero, Juan Tigua, Secretario.  
Es fiel copia de su original el que queda archivado, en este Ilustre Ayun-  
tamiento y al que me remito en un todo lo que certifico.  
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La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual  
y
científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
entendiéndose por tales  
profesionales,  
quienes  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Regalado Espinoza,  
Libertad, "26 de Noviembre de 1820", Boletín de la Academia  
Nacional de Historia, vol. C, Nº. 207, enero – junio 2022, Academia  
Nacional de Historia, Quito, 2022, pp.251-281