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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol C  
Nº 207  
Enero–junio 2022  
©
ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
eISSN Nº 2773-7381  
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julio 2022  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. C – Nº. 207  
Enero–junio 2022  
VIGENCIA DEL PENSAMIENTO  
DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR  
–DISCURSO DE INCORPORACIÓN–  
América Ibarra Parra1  
La historia es la maestra de la vida” dijo con sabiduría el orador  
y filósofo romano Cicerón.  
Escribió José Ingenieros “Los ideales son formaciones naturales.  
Aparecen cuando la función de pensar alcanza tal desarrollo que la imagi-  
nación puede anticiparse a la experiencia. … En las horas solemnes los pue-  
blos todos lo esperan de los grandes hombres; en las épocas decadentes,  
bastan los vulgares”.2  
Investigar, estudiar, conocer y comprender los diversos mo-  
mentos de la historia es abrir la mente para aprender tanto de los  
aciertos como de los errores que los seres humanos han realizado a  
lo largo del tiempo, así como valorar, dimensionar y comprender la  
trascendente significación de los grandes ideales que han ilustrado,  
motivado e inspirado a los pueblos.  
Simón Bolívar es uno de aquellos seres humanos excelsos,  
en cuya vida se conjuga la esencial coherencia de la trilogía que di-  
sipa cualquier duda en el curso de la historia: pensamiento, senti-  
miento y acción. Con esta directriz es vital rescatar el arsenal de  
lúcidas ideas que, por sus quilates, la sinceridad con que fueron con-  
cebidas y la grandeza de su proyección, son de aquellas imperece-  
deras que marcan el sendero de luz en el presente y coadyuvan con  
fuerza y vigor en las perspectivas hacia el futuro.  
1
Licenciada en Ciencias Políticas y Sociales, Doctora en Jurisprudencia y Abogada. Tiene estu-  
dios en Ciencias de la Información y Comunicación Social. Es Editora y Directora de la Revista  
Emprendedores; Miembro Honorario de la Sociedad Pedro Vicente Maldonado, Riobamba;  
Miembro del Ateneo Ecuatoriano; Miembro de la Sociedad Bolivariana del Ecuador. Presidenta  
de la Sociedad Bolivariana del Ecuador. Tiene los siguientes reconocimientos: Condecoración  
Al Mérito Bolivariano” -Sociedad Bolivariana del Ecuador-; Condecoración Internacional  
Manuela Sáenz” -Confraternidad Bolivariana de América-; Condecoración “Eugenio Espejo”-  
Círculo de la Prensa del Ecuador-  
José Ingenieros, El Hombre Mediocre, Editorial Ecuador, Quito, 1991, pp. 55, 231.  
2
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América Ibarra Parra  
En este año 2022, nuestra Patria conmemora los 200 años de  
su Independencia del yugo español para nacer como república libre  
y digna, e iniciar la ruta de su destino histórico trazado por sus va-  
lientes ancestros y sus héroes, quienes comprometieron sus vidas  
hasta lograr este meritorio propósito.  
Un ideal, una causa, una campaña de esfuerzos y sacrificios  
admirables donde nace aquella figura de incontrastables cualidades,  
fortalezas, virtudes, genialidad y liderazgo para una América libre  
y soberana. La figura es Simón Bolívar, el caraqueño de noble y aco-  
modada cuna que empieza por el renunciamiento a los privilegios y  
el compromiso de vida con su noble causa de lucha y servicio a la  
sociedad.  
En la actualidad se siente una profunda desorientación y una  
sensación de vacío en el plano espiritual de la nación frente a la cual,  
la responsabilidad compartida de asumir el legado histórico y en-  
causar los destinos de la Patria, nos inspiran para profundizar y re-  
flexionar en el pensamiento del Libertador Bolívar, buscando su  
esencia y razón de ser en el contexto de su tiempo y espacio, para  
traerlo al presente como piedra sillar de la construcción del futuro.  
La historia nos enseña que en el transcurso de los aconteci-  
mientos se han destacado tanto los vigorosos liderazgos como las  
ideas esenciales que, por su valor y significación, han alcanzado vi-  
gencia permanente y han convertido a los pueblos en los protago-  
nistas de la acción constructiva. Los grandes objetivos y los desafíos  
asumidos revelan la grandeza de los auténticos liderazgos que en su  
momento asumieron la tarea de conducir al pueblo en su indoble-  
gable lucha por la libertad.  
Cada episodio de la historia posee singulares características.  
Los errores cometidos generan duras consecuencias que deben ser  
analizadas con profundidad para extraer de ellas las lecciones que  
permitan evitar nuevas equivocaciones. El Liberador Simón Bolívar,  
luego de la derrota de la Primera República de Venezuela, reempren-  
dió su lucha, atravesó el mar Caribe, llegó a Cartagena y el 15 de di-  
ciembre de 1812 hizo público su Manifiesto, en el que puntualiza con  
magistral precisión los errores que las fuerzas patriotas venezolanas  
cometieron en la primera etapa de su guerra por la Independencia.  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
Los códigos que consultaban nuestros magistrados no eran los que po-  
dían enseñarles la ciencia práctica del gobierno, sino los que han for-  
mado ciertos buenos visionarios que, imaginándose repúblicas aéreas,  
han procurado alcanzar la perfección política, presuponiendo la per-  
fectibilidad del linaje humano. Por manera que tuvimos filósofos por  
jefes; filantropía por legislación, dialéctica por táctica, y sofistas por  
soldados.3  
Con semejante subversión de principios como lo afirma, el  
4
Estado corrió a la disolución. “Filósofos por jefes : Confusiones y ter-  
giversaciones de fondo y forma derrumbaron el proyecto patriótico.  
La falta de experiencia y objetividad fácilmente lleva a confundir la  
realidad con los deseos e induce a la equivocación en las acciones.  
Simón Bolívar es categórico al precisar que el liderazgo político y  
militar no es sinónimo de filósofo, puesto que las cualidades intrín-  
secas de cada uno de ellos, difiere de manera sustancial. El esquema  
conceptual y abstracto manejado por el filósofo responde a la lógica  
racionalista de la causa–efecto que le permite llegar a deducciones y  
conclusiones, en cambio el jefe de una fuerza patriótica en su lucha  
por la libertad del pueblo, debe enfrentar con estrategia, táctica, or-  
ganización y acciones efectivas para derrotar al adversario en medio  
de la certidumbre e incertidumbre que en toda circunstancia carac-  
teriza a la realidad humana.  
5
Filantropía por Legislación”. Una cosa es la norma jurídica  
del Estado y otra muy distinta la filantropía, entendida como al-  
truismo, beneficencia, ayuda, piedad o bondad, que constituye una  
cualidad humanista de solidaridad dirigida a los sectores débiles y  
vulnerables de la sociedad. Pretender hacer de la compasión una  
norma general que ampare por igual tanto al menesteroso como al  
enemigo del pueblo, al tirano, al corrupto o al delincuente es un error  
total. Es indispensable diferenciar estos dos conceptos. La Ley es la  
norma que rige la vida social para proteger al ciudadano honrado y  
castigar al delincuente. No cabe confundir filantropía por legislación,  
3
4
Simón Bolívar, Doctrina del Libertador, Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1992, p.8  
Cfr. Simón Bolívar en: Laureano Gómez Serrano, El control constitucional en Colombia: evolución  
histórica, UNAB, Bucaramanga, 2001, p.53  
5
Ibídem.  
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América Ibarra Parra  
porque de ese absurdo enredo solo sale beneficiado el corrupto y el  
enemigo del pueblo.  
6
Dialéctica por táctica”. Bolívar es muy claro al distinguir el  
significado de estos dos términos. Dialéctica es una concepción ideo-  
lógica que supone que la contradicción de tesis y antítesis es una ca-  
racterística de la realidad cuando en verdad solo es una modalidad  
del diálogo o del debate desarrollado entre puntos de vista diferen-  
tes. Pretender hacer de la dialéctica una táctica es dividir y restar  
fuerzas para debilitarse a sí mismo. Por eso Bolívar que comprendió  
en su profundidad el valor y la importancia estratégica de la unidad  
del pueblo, señaló a esta confusión como uno de los errores que for-  
jaron el fracaso de la primera república. No es la contradicción sino  
el acuerdo forjado a base del consenso por elevados objetivos lo que  
empodera a los pueblos y les constituye en los sujetos capaces de al-  
canzar sus propósitos. De ahí que el Libertador en este manifiesto  
de Cartagena escribió: “Nuestra división y no las armas españolas, nos  
tornó a la esclavitud”.7  
8
Sofistas por soldados”. De acuerdo con la definición dada por  
José Ferrater Mora en su Diccionario de Filosofía: “Sofisma o falacia se  
llama a una refutación aparente –con la que- se quiere defender algo falso  
9
y confundir al contrario”, y el Diccionario de la Real Academia Espa-  
ñola, la define como “Razón o argumento aparente con que se quiere de-  
10  
fender o persuadir lo que es falso”. El sofista se identifica con lo falso,  
con aquella simple apariencia que ocultando la realidad se disfraza  
para engañar. Bolívar cuestiona esta confusión de “sofistas por solda-  
dos”, porque los guerreros del ejército libertador no fueron actores  
ni farsantes, sino auténticos guerreros inspirados por los más nobles  
ideales, que asumieron el compromiso de combatir, aun a costa de  
sus propias vidas, por alcanzar la Independencia del pueblo ameri-  
cano.  
6
7
8
9
1
Ibídem.  
Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.11  
Ibíd., p.8  
José Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, t IV, Ed. Ariel, Barcelona, España, 1994, p. 3335.  
0 Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, t. II, Ed. 22, Imp. Mateu-Cromo,  
Artes Gráficas, España, 2001, p. 2082.  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
En su Manifiesto de Cartagena el Libertador es frontal al se-  
ñalar los errores cometidos, pero sobre todo las manipulaciones per-  
versas que conspiraron desde adentro contra el avance de las fuerzas  
patriotas como lo precisa al señalar: “De aquí nació la impunidad de los  
11  
delitos de Estado cometidos descaradamente por los descontentos”. Se re-  
fiere a los enemigos conspirando y a los jueces perdonándoles siem-  
pre con apoyo de algunos escritores que defendían:  
(
…) la no residencia de facultad en nadie para privar de la vida a un  
hombre, aun en el caso de haber delinquido éste en el delito de lesa pa-  
tria. Al abrigo de esta piadosa doctrina, a cada conspiración sucedía  
un perdón, y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a  
perdonar, porque los gobiernos liberales deben distinguirse por la cle-  
12  
mencia.  
Es fundamental reflexionar en torno a las palabras del Liber-  
tador en el Manifiesto de Cartagena referidas a dos aspectos que en  
esos días ya afectaban a la sociedad y que, a pesar del tiempo trans-  
currido, se mantienen latentes hasta el presente. Por un lado, el des-  
perdicio de los recursos públicos, y por otro, el caos generado a  
consecuencia del debilitamiento de los principios y valores éticos  
que degradan a la colectividad. Dice Bolívar: “La disipación de las ren-  
tas públicas en objetos frívolos, y perjudiciales; y particularmente en sueldos  
de infinidad de oficinistas, secretarios, jueces, magistrados, legisladores pro-  
13  
vinciales y federales, dio un golpe mortal a la República”.  
El excesivo gasto burocrático del fisco, sin lugar a dudas, es  
un atentado contra el progreso de los pueblos porque en lugar de  
propiciar la inversión productiva que genera trabajo, bienes y servi-  
cios para impulsar el desarrollo social, consume los recursos sociales  
de modo inútil e infructuoso. Bolívar agrega: “Pero lo –que- debilitó  
más el gobierno de Venezuela, fue la forma federal que adoptó, siguiendo  
las máximas exageradas de los derechos del hombre que autorizándolo para  
que se rija por sí mismo rompe pactos sociales, y constituye a las naciones  
1
1
1
1 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.8  
2 Ibíd., p.9  
3 Ibíd., p.10  
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14  
en anarquía”. Tergiversar el verdadero significado de los derechos  
humanos, para manipularlos y convertirlos en patente de corso para  
propiciar y desatar el caos, el abuso y la arbitrariedad, constituye el  
más perverso de los artificios que destrozan a la sociedad en medio  
del desconcierto y la confusión. A continuación, leemos:  
Es preciso que el gobierno se identifique, por decirlo así, al carácter de  
las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean. Si  
éstos son prósperos y serenos, el debe ser dulce y protector; pero sin  
son calamitosos y turbulentos, él debe mostrarse terrible, y armarse de  
una firmeza igual a los peligros, sin atender a leyes ni constituciones”.  
Tal era la claridad de su análisis, y agrega: “jamás se vio en Venezuela  
una votación libre y acertada; lo que ponía el gobierno en manos de  
hombres ya desafectos de la causa, ya ineptos, ya inmorales (…) Nues-  
tra división y no las armas españolas, nos tornó a la esclavitud (…) las  
facciones internas en realidad fueron el mortal veneno que hicieron  
descender la patria al sepulcro.15  
Bolívar es claro, frontal y preciso al señalar que los enemigos  
internos fueron los causantes del fracaso. No existe peligro más in-  
minente que la conspiración más peligrosa forjada por los corruptos  
y los traidores que en silencio corroen los fundamentos de la moral,  
la conciencia de patria y la lealtad. La educación es indispensable  
para formar al ser humanos y cultivar con mística la conciencia de  
identidad nacional que es el manantial del patriotismo y el espíritu  
guerrero de los emblemáticos luchadores que sin queja ni fatiga de-  
dican sus vidas a la edificación del porvenir con libertad y dignidad.  
Otro de los documentos que nos permiten profundizar en el  
16  
pensamiento del Libertador, es la carta dirigida a Henry Cullen el  
de septiembre del 1815, conocida como la Carta de Jamaica o la “carta  
6
17  
profética”. En ella afirma:  
1
1
1
4 Ibídem.  
5 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.11  
6 Carlos Calero Mercado, Cátedra Bolivariana. Conozcamos a Bolívar, Editorial Norma, Bogotá,  
1
982, p. 67  
1
7 Comisión Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario de la Carta de Jamaica, “Pre-  
sentación”, Carta de Jamaica 1815-2015. Simón Bolívar, Venezuela, 2015, p.5  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
(
…) el pueblo que ama su independencia por fin la logra”. Añade un  
aspecto muy significativo en su análisis político: “la Nueva Granada  
que es, por decirlo así, el corazón de la América, obedece a un gobierno  
general, exceptuando Quito, que con la mayor dificultad contienen sus  
enemigos por ser fuertemente adicto a la causa de su patria (…).1  
8
Y, más adelante, luego de consignar cifras de cuantos seres  
perecieron por las atrocidades de los conquistadores, incluida la  
peste, el hambre y la guerra de exterminio que ha segado cerca de  
un octavo de la población, anota: “A pesar de todo, los mejicanos serán  
libres porque han abrazado el partido de la patria, con la resolución de ven-  
gar a sus antepasados o seguirlos al sepulcro”.19  
En torno a la posición de España en su continente europeo,  
reflexiona “La Europa misma por miras de sana política, debería haber pre-  
parado y ejecutado el proyecto de la independencia americana; no sólo por-  
que el equilibrio del mundo así lo exige; sino porque este es el medio legítimo  
y seguro de adquirirse establecimientos ultramarinos de comercio”.20 La  
amplia visión histórica y geopolítica de Simón Bolívar le permitió  
ubicar los acontecimientos inmediatos en el amplio contexto de la  
secuencia de los sucesos registrados a lo largo del tiempo, por lo que  
escribió: “Yo considero el estado actual de la América, como cuando des-  
plomado el Imperio Romano cada desmembración formó un sistema político,  
conforme a sus intereses y situación o siguiendo la ambición particular de  
algunos jefes, familias o corporaciones…”.21  
Sus apreciaciones trasmiten su versación y claridad sobre las  
circunstancias que impiden la unidad de los pueblos y truncan sus  
posibilidades de progreso, lo cual corrobora con sus palabras: “No-  
sotros estábamos en un grado todavía más abajo de la servidumbre, y por lo  
2
2
mismo con más dificultad para elevarnos al goce de la libertad”. Duro  
pensamiento que seguidamente aclara el Libertador: “Los Estados son  
esclavos por la naturaleza de su constitución o por el abuso de ella. Luego  
un pueblo es esclavo cuando el gobierno, por su esencia o por sus vicios,  
1
8 Felipe Larrazábal, Correspondencia general del libertador Simón Bolívar: enriquecida con la inserción  
de los manifestos, mensajes, exposiciones, proclamas, E. O Jenkins, New York, 1865, p.392  
9 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.50  
0 Ibíd., p.51  
1 Ibíd., p.53  
1
2
2
2
2 Felipe Larrazábal, Correspondencia general…op. cit., p.396  
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23  
holla y usurpa los derechos del ciudadano o súbdito”. Hace hincapié en  
24  
que, privados hasta de la “tiranía activa no aprendimos a manejar  
ni los asuntos domésticos en la administración interior ni a conocer  
el curso de los negocios públicos. Los americanos, en el sistema es-  
pañol anota, no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos  
propios para el trabajo o simples consumidores. Enumera luego una  
cuantas “restricciones chocantes”, pero su gran sutileza radica en su  
puntualización: “las trabas entre provincias y provincias americanas, para  
25  
que no se traten, entiendan, ni negocien…”. El Libertador sabía las in-  
tenciones malsanas y resultados de esta actitud por ello se pregunta  
26  
¿no es un ultraje y una violación de los derechos de la humanidad?”. En  
torno a las capacidades, señala:  
Los americanos han subido de repente y sin conocimientos previos; y,  
lo que es más sensible, sin la práctica de los negocios públicos, a repre-  
sentar en la escena del mundo las eminentes dignidades de legislado-  
res, magistrados, administradores del erario, diplomáticos, generales,  
y cuantas autoridades supremas o subalternas forman la jerarquía de  
27  
un Estado organizado con regularidad.  
He aquí las lecciones de la historia, he aquí la vigencia de su  
pensamiento que debe ser traído al presente en legítimo reconoci-  
miento a quien se preocupó por el progreso y legado a las genera-  
ciones futuras. Bolívar escribió:  
En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y las vir-  
tudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del Norte, los sis-  
temas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho  
que vengan a ser nuestra ruina. Desgraciadamente estas cualidades pa-  
recen estar muy distantes de nosotros en el grado que se requiere; y  
por el contrario estamos dominados de los vicios que se contraen bajo  
la dirección de una nación como la española, que sólo ha sobresalido  
en fiereza, ambición, venganza y codicia.2  
8
2
2
2
2
2
2
3 Ibídem.  
4 Ibídem.  
5 Ibíd., p.397  
6 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.54  
7 Ibíd., p.55  
8 Ibíd., p.57  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
El liderazgo del Libertador se distinguió en medio de la cer-  
tidumbre y la incertidumbre que marcaba el curso de los aconteci-  
mientos de Hispanoamérica a inicios del siglo XIX. En ninguno de  
esos pueblos había referentes de democracia, legislatura ni estructura  
estatal republicana. Todo estaba por construirse y fue el genio de Bo-  
lívar el que abrió las puertas al porvenir, de ahí que recordando a  
Montesquieu escribió: “es más difícil sacar un pueblo de la servidumbre,  
29  
que subyugar uno libre”. De su profunda reflexión surge la interro-  
gante:“¿Se puede concebir que un pueblo recientemente desencadenado se  
lance a la esfera de la libertad, sin que, como a Ícaro, se le deshagan las alas  
3
0
y recaiga en el abismo?”. El Libertador es consciente del sustancial  
significado de la libertad y de la aptitud que se requiere para asu-  
mirla en su real dimensión, por ello subraya: “Yo deseo … ver formar  
en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y ri-  
31  
quezas que por su libertad y gloria”. Sus reflexiones son profundas y  
con amplia visión de futuro, por ello advirtió:  
El interés bien entendido de una república se circunscribe en la esfera  
de su conservación, prosperidad y gloria … un Estado demasiado ex-  
tenso en sí mismo o por sus dependencias, al cabo viene en decadencia  
y convierte su forma libre en otra tiránica; relaja los principios que  
32  
deben conservarla y recurre por último al despotismo.  
No obstante, lo anterior, enfatiza en su espíritu integrador:  
Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola  
nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya  
que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería,  
por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Es-  
33  
tados que hayan de formarse…”, mas, sabe que no es posible y así, lo  
manifiesta. Este es uno de aquellos momentos en que la elevación  
del ideal contrasta con la nebulosa de la realidad, pero su recia indi-  
vidualidad no apta para sucumbir ente los obstáculos, antes de con-  
2
3
3
3
3
9 Ibídem.  
0 Ibíd., p.58  
1 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.58  
2 Ibídem.  
3 Ibíd., p.61  
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América Ibarra Parra  
cluir sus reflexiones vuelve a la gran sentencia “Yo diré a Ud. lo que  
puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y de fundar un go-  
bierno libre: es la unión, ciertamente; más esta unión no nos vendrá por  
34  
prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos”.  
Cuan vigente está su pensamiento expresado en la parte final  
de la Carta de Jamaica: “Cuando los sucesos no están asegurados, cuando  
el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres  
vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones se agitan y los enemigos las  
35  
animan para triunfar por este fácil medio”. Como sabemos un antiguo  
adagio dice: “Divide y reinarás” y la falta de liderazgo que da a en-  
tender el Libertador, propicia la acción rastrera del enemigo para  
quebrar la unidad y encaramarse en el poder.  
Con buen criterio se ha dicho que conocer a Bolívar es estu-  
diar a fondo su pensamiento, contenido de manera esencial en estos  
formidables instrumentos de vigencia permanente: el Manifiesto de  
Cartagena, la Carta de Jamaica y su Discurso ante el Congreso de Angos-  
tura, presentado el 15 de febrero de 1819. Estos documentos nos per-  
miten conocer la línea de coherencia entre su pensamiento, su  
sentimiento y su acción característicos de su emblemático liderazgo  
que convocó, inspiró y dirigió la Guerra de la Independencia Hispa-  
noamericana. Su célebre Discurso de Angostura pronunciado para en-  
tregar el cargo de Jefe Supremo de la República de Venezuela y  
alcanzar como lo dijo: “el sublime título de buen ciudadano, preferible  
para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacificador que me dio  
36  
Cundinamarca, y a los que el mundo entero puede dar”.  
Una de sus ideas fuerza, sentencia lapidaria para quienes  
hoy son capaces de tomar conciencia de su rol ante el destino de las  
repúblicas, dice:  
La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuente-  
mente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas  
elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan  
peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano  
34 Ibíd., p.58  
35 Ibíd., p.63  
36 Ibíd., p.87  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a  
37  
mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía.  
Corrobora seguidamente con otra expresión portentosa: “La  
voluntad del déspota es la ley suprema ejecutada arbitrariamente por los  
subalternos que participan de la opresión organizada en razón de la autori-  
3
8
dad que gozan…”. Advierte los peligros del poder como arma ve-  
tusta para los caprichos de gobernantes sin mérito y más adelante  
con el genio para decodificar los errores de la campaña independen-  
tista y experimentar las pequeñeces en el espíritu de algunos hom-  
bres, agrega: “Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia,  
de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni vir-  
tud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido  
y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores”.3  
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¿
Acaso estas fulminantes expresiones del más grande em-  
prendedor de la libertad que sacude nuestra inteligencia y cala  
hondo en la conciencia social, no tiene plena vigencia hoy, cuando  
han transcurrido 203 años del Congreso de Angostura? Por ello es  
tan cierto que “la historia es la maestra de la vida”, y que, las lecciones  
de la historia deben impedir la repetición de los errores. Bolívar dijo:  
La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un ins-  
trumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga abusan  
de la credulidad y de la inexperiencia… Un pueblo pervertido, si al-  
canza su libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se es-  
forzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud;  
40  
que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos…  
El bien supremo de la libertad es muy fácil de pronunciar y  
reclamar, pero muy difícil de comprender y vivir. La primera dife-  
renciación que requerimos está entre libertad, libertinaje y libertario.  
No se debe confundir libertad con libertinaje ni con libertario, puesto  
que libertad significa autorrealización integral, espiritual y material  
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3
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7 Ibíd., p.88  
8 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.89  
9 Ibídem.  
0 Ibídem.  
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del ser humano en base de principios, valores y virtudes que surgen  
y se cultivan en la profunda conciencia de identidad nacional con-  
forme lo enseña la historia. En cambio, según el Diccionario de la Aca-  
demia de la Lengua Española, libertinaje significa: “Desenfreno en las  
obras o en las palabras”; y, libertario: “Que defiende la libertad absoluta y,  
41  
por lo tanto, la supresión de todo gobierno y de toda ley”. Estas citas nos  
permiten comprender con claridad que libertinaje es querer y hacer  
cada quien lo que desea sin responder a nadie ni considerar el dere-  
cho de los demás, libertario significa caos y anarquía mientras la li-  
bertad, como principio supremo del hombre y concepto bien  
entendido, hace relación al sentido de la vida, al acto y la potencia,  
que, de acuerdo con la profundidad del pensamiento aristotélico,  
está latente en la consciencia del ser. Además, conforme lo profetizó  
el oráculo de Delfos, “conócete a ti mismo”, es indispensable para que  
el ser humano pueda autorrealizarse a plenitud en lo material y es-  
piritual, liberándose de los enemigos ocultos, que pueden anidar en  
su interior.  
Continúa el Libertador en su discurso con la fuerza de sus  
ideas: “Muchas naciones antiguas y modernas han sacudido la opresión;  
más, son rarísimas las que han sabido gozar de algunos preciosos momentos  
de libertad; muy luego han recaído en sus antiguos vicios políticos; porque  
son los pueblos, más bien que los gobiernos los que arrastran tras sí la tira-  
nía”.4 En nuestro afán por demostrar la actualidad de su pensa-  
miento, continuamos en el análisis de este formidable discurso en el  
que Bolívar hace mención de la pluralidad de los sabios que sostie-  
nen que no todos los hombres nacen igualmente aptos para la ob-  
tención de todos los rangos; se expresa así:  
2
(…) pues todos deben practicar la virtud, y no todos la practican; todos  
deben ser valerosos, y no todos lo son, todos deben poseer talentos, y  
todos no lo poseen. De aquí viene la distinción efectiva que se observa  
entre los individuos de la sociedad más libremente establecida. Si el  
principio de la igualdad política es generalmente reconocido, no lo es  
41 Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, t. II, Ed. 22, Imp. Mateu-Cromo,  
Artes Gráficas, España, 2001, p. 1373.  
42 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.90  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
menos el de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los  
43  
hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres.  
Lo propio afirma el tratadista argentino José Ingenieros, na-  
cido casi cien años después: “La naturaleza se opone a toda nivelación,  
viendo en la igualdad la muerte; las sociedades humanas, para su progreso  
moral y estructural, necesitan del genio más que del imbécil y del talento  
más que de la mediocridad”.44  
La profundidad de las expresiones de Bolívar, exigen refle-  
xionar en torno a la falacia de la supuesta igualdad cantada y tras-  
mitida al mundo sin beneficio de inventario por algunas ideologías.  
Con cuánta razón se valora hoy, la capacidad de los líderes intuitivos  
para descubrir, potenciar y complementar recíprocamente las cuali-  
dades y atributos de cada ser humano, que juntos pueden edificar el  
porvenir con amplias oportunidades para todos.  
La aspiración de fortalecer la Patria mediante la unidad, es  
fundir al pueblo en un todo para forjar democráticamente la nación.  
En su Discurso de Angostura, Bolívar dijo: “Unidad, Unidad, Unidad,  
debe ser nuestra divisa … Moral y luces son los polos de una república,  
moral y luces son nuestras primeras necesidades… renovemos en el mundo  
la idea de un pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere  
ser virtuoso”.4  
5
Portentosas recomendaciones para la naciente república, re-  
fería el Libertador, como ejemplo, lo sustancial de Atenas, Roma y  
Esparta para crear una “cuarta potestad”, un poder moral, integrado  
por cuarenta miembros y su presidente, que vele la moral republi-  
cana, la educación de los niños, la instrucción nacional, purifique lo  
corrompido y acuse la ingratitud, el egoísmo, el desamor a la patria,  
el ocio, la negligencia de los ciudadanos, para lo cual sugiere prácti-  
cos procedimientos. “He sentido la audacia -dice- de inventar un poder  
moral, sacado del fondo de la oscura antigüedad, y de aquellas olvidadas  
leyes que mantuvieron, algún tiempo, la virtud entre los griegos y roma-  
46  
nos”. Es posible que en el ideal fundido con el visionario anhelo del  
43 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., p.94  
44 José Ingenieros, “El hombre mediocre”, Editorial Ecuador, Quito, 1991, p.231.  
45 Simón Bolívar, Doctrina del…op. cit., pp.102-103  
46 Ibíd., p.104  
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Libertador, este poder fuera concebido para hacer posible el paso de  
las nuevas repúblicas, desde la “aristocracia de la casualidad a la  
aristocracia del mérito”.47  
Las frases finales dirigidas a los legisladores guardan su sen-  
tir y su pasión por el gobierno que merece la humanidad: “Un go-  
bierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral,  
que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga rei-  
nar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo  
48  
el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.  
La presencia del Libertador Simón Bolívar es sublime y gi-  
gantesca, su liderazgo rebasa las dimensiones del tiempo y el espa-  
cio. Tanto sus ideas de libertad, como la heroica lucha por alcanzarla,  
le convirtió en un ser inmortal. En medio de la desorientación que  
en la actualidad agobia al mundo, sus pensamientos, sentimientos y  
acciones generan los referentes indispensables que simultáneamente  
constituyen las grandes lecciones que nos da la historia, la fuente de  
inspiración para trabajar duro en el presente y las radiantes luces  
que nos iluminan el futuro. Con toda razón Juan Montalvo escribió:  
Para soldado Bolívar fue un sabio. Soldado, no de hecho, sino por prin-  
cipios, supo cuánto debe saber un hombre grande. Filosofía, ciencias  
políticas, diplomacia, todos los ramos del saber humano estaban dentro  
de la jurisdicción de su vasta capacidad intelectual. La espada no fue  
en Bolívar el primer título a la consideración de los sudamericanos;  
como guerrero, infunde miedo; como hombre de estudios, admira;  
como orador, conmueve; como escritor, cautiva; como libertador, tiene  
49  
derecho a la veneración del Nuevo Mundo”.  
El alma, el corazón y la mente vibran con la más vigorosa  
energía al escuchar la frase del Libertador Simón Bolívar que dijo:  
Siempre es grande emprender lo heroico”.50  
47 Se recomienda ver acerca de la importancia del mérito en: Simón Bolívar, Doctrina del…op.  
cit., p.117  
8 Ibíd., p.107  
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9 Juan Montalvo, El Regenerador, Tomo II, Editorial Primicias, Ambato, 1999, p. 47  
0 Cfr. Simón Bolívar en: Indalecio Liévano Aguirre, Bolívar (1783-1830): El visionario de la Gran  
Colombia y el Panamericanismo, Ediciones LAVP, New York, 2017, p.151  
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Vigencia del pensamiento  
del Libertador Simón Bolívar  
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Jamaica, “Presentación”, Carta de Jamaica 1815-2015. Simón Bolívar, Vene-  
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paña, 1994.  
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Imp. Mateu-Cromo, Artes Gráficas, España, 2001.  
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La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual  
y
científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
profesionales,  
entendiéndose por tales a quienes  
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Ibarra Parra, América,  
"
Vigencia del pensamiento del Libertador Simón Bolívar", Boletín  
de la Academia Nacional de Historia, vol. C, Nº. 207, enero – junio  
022, Academia Nacional de Historia, Quito, 2022, pp.487-501  
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