Vida académica
Suárez. Esta institución, no ha olvidado ni lo hará jamás el mensaje
que este eminente ecuatoriano entregó a sus discípulos, y, por exten-
sión a todos quienes formamos parte de esta emblemática entidad:
“
Trabajad con tesón, con empeño, con constancia: no os desalentéis por las
dificultades, no os acobardéis ante los obstáculos. Como la verdad es el alma
de la historia, buscad la verdad, investigad la verdad; y, cuando la encon-
2
trareis, narradla con valor”, en mensaje aleccionador que data de 1911
dejó, por escrito, el bien recordado y mencionado pionero.
Cuánta razón tuvo este personaje al expresar lo que acabo
de rememorar, ya que, sobre todo en matera histórica, jamás debe
prescindirse de la verdad: sin ella, que es el elemento fundamental
para la ciencia, puede hablarse de lo que sea menos de historia, por
ello, los totalitarios pretenden borrarla, para imponer su “verdad”,
perversamente elaborada, de una sola vía y llena de falacias, que es
lo que esgrimen los absolutistas para imponer, con arbitrariedad y
amenazas, sus dogmas, indignidad y tiranía.
En esta atmósfera, en la que nos encontramos, de absoluta li-
bertad de expresión, la madre de todas las libertades, la búsqueda de
la verdad, no falta ni faltará como eje de las deliberaciones de este
Congreso al que hemos denominado Americano de la Libertad, título
que se justifica plenamente, en razón de que la Batalla de Pichincha,
en cuyo honor se realiza este encuentro de alto nivel, fue hazaña de
ribetes internacionales y de lucha por la libertad, en la que intervi-
nieron: colombianos, venezolanos, panameños, peruanos, bolivianos,
chilenos, argentinos, paraguayos, uruguayos, obviamente ecuatoria-
nos, incluso ingleses, irlandeses, escoceses, franceses, italianos y es-
pañoles disidentes. El Ecuador de hoy, con esta Batalla, abrió la puerta
para ingresar a una nueva era; de la Colonia se pasó a la República,
primero como Departamento del Sur formó parte de la Gran Colom-
bia, aquel sueño de Simón Bolívar, que se apagó en 1830 y que tuvo
por objetivo la unión de los países americanos, orientados por la cé-
lebre frase que el Libertador de Seis Estados (los actuales Panamá,
Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) pronunció en la Pro-
2
Cfr. Federico González Suarez en: José María Vargas, Jacinto Jijón y Caamaño: su vida y su Museo
de Arqueología y Arte Ecuatorianos, editorial Santo Domingo, 1971, p. 17.
BOLETÍN ANH Nº 207
725