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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol C  
Nº 207  
Enero–junio 2022  
©
ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
ISSN Nº 1390-079X  
eISSN Nº 2773-7381  
Portada  
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julio 2022  
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Vida académica  
DISCURSO DE AGRADECIMIENTO  
A LA ASAMBLEA NACIONAL  
POR LA CONDECORACIÓN VICENTE ROCAFUERTE  
1
Franklin Barriga López2  
Hace pocos días, estuve en este mismo y preeminente lugar,  
la Asamblea Nacional, con motivo de la Sesión Solemne que el Par-  
lamento efectuó, en homenaje al Bicentenario de la Independencia,  
que se conmemoró en celebración del 24 de mayo de 1822 que acabó  
con el periodo colonial hispano en la que fuera Audiencia de Quito.  
En tan grata oportunidad, tuve la satisfacción de disertar sobre este  
tema básico: la Independencia para nuestra República, oportunidad  
que asistí por gentil invitación de este tan representativo poder del  
Estado.  
Igualmente complacido, hoy vuelvo a dirigir la palabra en  
este recinto donde se afianza la democracia, la libertad y el plura-  
lismo, y lo hago, primeramente, para exteriorizar mi gratitud a la  
Asamblea Nacional por el alto galardón que se me acaba de otorgar  
y que agradezco de manera, sincera y profundamente: al destacado  
asambleísta por la provincia de Tungurahua, Lcdo. Ramiro Frías  
Borja, por haber receptado y hecho realidad el pedido de este galar-  
dón de una institución emblemática, como es la Casa de Mon-  
talvo, –que igualmente me honra– dirigida por el distinguido  
intelectual Lcdo. Carlos Miranda Torres, con la cercana e inteligente  
colaboración de la Lcda. Cecilia Morales Ruiz, directora académica  
de esa institución ambateña. De similar manera, hago extensiva mi  
gratitud para las apreciadas asambleístas que integran la mesa di-  
rectiva y que han intervenido. Resalto la presencia del parlamentario  
Dr. Dalton Bacigalupo, compañero de aula, en 1981, en el Instituto  
de Altos Estudios Nacionales.  
1
2
Condecoración al mérito académico e investigativo por 60 años de trabajo intelectual.  
Director de la Academia Nacional de Historia.  
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Vida académica  
La cosmopolita ciudad de Ambato tiene en su haber, entre  
sus innúmeros atributos, la calidad y el talento de sus habitantes que  
hizo no quedarse en el lamento derrotista por el terremoto que le de-  
vastó en 1949 sino levantarse hasta constituirse en una de las princi-  
pales urbes ecuatorianas donde se oficia diariamente el culto al  
trabajo, la cultura, la hombría de bien, el adelanto. En esta atmósfera  
de superación constante no es casualidad que sean ambateños cime-  
ros representantes de la ecuatorianidad: Juan Montalvo, Juan León  
Mera, Juan Benigno Vela y cuantos otros más, hombres y mujeres  
connotados, que honran no solamente a la tierra natal sino al país y  
al género humano, como dijo César Cantú al referirse al inmortal  
Juan Montalvo, a cuya Orden pertenezco gracias a la Condecoración  
que tuvo la gentileza de conferirme la I. Municipalidad ambateña,  
junto a la ciudadanía que me enaltece en grado superlativo. Y ahora,  
qué puedo decir, frente a tantas expresiones afables de esta entraña-  
ble colectividad que me concede tantas muestras de afecto y recono-  
cimiento, lo que ha sido, es y será siempre recíproco, a la vez que  
motivo de prez y gratitud perpetuas de mi parte.  
Soy consciente de que recibir este galardón de la Asamblea  
Nacional y que lleva el nombre de Vicente Rocafuerte no es poca  
cosa. Los parlamentos garantizan los derechos y las libertades, son  
la máxima expresión de la democracia y del pensamiento libre, pre-  
ceptos con los cuales me identifiqué desde cuando era estudiante de  
secundaria y por los que me declaré librepensador. Desde entonces  
he considerado a la libertad de expresión como la madre de todas  
las libertades, a la que hay que defender en todo tiempo y lugar para  
que la civilización vaya en ascenso. En cuanto a Vicente Rocafuerte,  
lo admiré por haber sido el primer presidente realmente ecuatoriano,  
ya que el anterior, el de la Carta de la Esclavitud, fue extranjero. Este  
guayaquileño notable es paradigma de ilustración, buen gobierno,  
diplomacia, fue diputado y senador, uno de los constructores de la  
Patria, escritor de pluma versada y afilada, hombre honrado y de  
ideas avanzadas por las cuales tuvo que exiliarse para no ser víctima  
de la persecución que se armó en su contra; de recias decisiones y  
cultura sólida, fomentó admirablemente la educación. He aquí los  
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Vida académica  
quilates del reconocimiento que, con no fingida modestia y sano or-  
gullo, acabo de recibir y que contiene los recomendables fulgores de  
la Asamblea Nacional y del egregio Vicente Rocafuerte.  
Lo que voy a exponer seguidamente lo hago con el máximo  
respeto que merece la Asamblea Nacional y en ejercicio a la libre ex-  
presión del pensamiento, que he cultivado y he defendido como ya  
mencioné, ya que el momento es propicio para que reflexionemos  
en la importancia y responsabilidades de quienes conforman este  
fundamental órgano en donde se ejerce la Función Legislativa y que  
emergió, como original fuente, en la Revolución Francesa, allá por  
1
789, que dio como resultado, el 14 de julio de ese año, la toma de la  
Bastilla, el símbolo del despotismo y del régimen feudal, para pro-  
piciar el advenimiento del liberalismo, cuyos soportes fueron y son  
los principios, que jamás debemos olvidar: Libertad, Igualdad y Fra-  
ternidad, constantes en la Declaración de los Derechos del Hombre  
y del Ciudadano (París, 26 de agosto de 1789), inspirada en la De-  
claración de Independencia de los Estados Unidos (1776), cuyo má-  
ximo objetivo, que debe ser de la humanidad sin exclusiones, es la  
búsqueda de la felicidad.  
Los Estados Unidos de América ejercieron influencia en  
Francia para el aparecimiento de la revolución, por los preceptos  
enunciados en la Declaración de Independencia, elaborada por Tho-  
mas Jefferson, el tercer presidente, quien incluso fue asesor del pri-  
mer gobierno revolucionario francés cuando permaneció en París  
como embajador norteamericano. Thomas Jefferson es considerado  
uno de los Padres de la Nación que en este tiempo tiene principal  
hegemonía en el planeta, Jefferson fue delegado de Virginia a la Con-  
vención Continental de Filadelfia (1775), en la que sobresalió como  
orador, estuvo inspirado en el Siglo de las Luces y dejó pensamientos  
como estos: “Cuando alguien asume un cargo público debe considerarse a  
3
sí mismo como propiedad pública”, “la historia explica bien en qué con-  
4
sisten los malos gobiernos”, en otro lugar señala: “la libertad justa  
3
4
Cfr. Thomas Jefferson en: Marco Antonio Martínez Espinosa, Lo que todo buen político debe saber,  
Uno4cinco, Toluca, 2021, pp.83-84  
Cfr. Thomas Jefferson en: Luis Alberto Villamarín Pulido, Superación Personal: Tesoro de la sa-  
biduría, Tomo I, Ediciones Luis Alberto Villamarín Pulido, New York, 2015, p.242  
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732  
Vida académica  
significa actuar libremente según nuestra voluntad, estando nuestros de-  
5
rechos determinados únicamente por los derechos de los demás”, también  
expone que: “no puede esperarse que los hombres sean trasladados del des-  
6
potismo a la libertad en un lecho de plumas”, además recomienda y en-  
7
salza “la honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría”.  
La Asamblea Nacional francesa, al expedir la Declaración re-  
ferida, catalogada como el emblema de la célebre revolución, recono-  
ció, estableció y defendió los derechos naturales e imprescriptibles,  
entre otros: libertad, seguridad, prosperidad, igualdad de los seres  
humanos ante la ley y la justicia, con lo cual comenzó una nueva era  
y se estableció la separación de poderes para la evolución de la de-  
mocracia que quedó consolidada, como principio sustancial, con la  
aprobación de la Primera Constitución, aprobada en 1791.  
Evoco los ideales de los representantes del pueblo francés  
que llevaron a concebir la mencionada Declaración, en el marco de  
la Asamblea Nacional y considerando que la ignorancia, el olvido o  
el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de  
las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos. Los  
parlamentarios resolvieron exponer los derechos naturales, inalie-  
nables y sagrados del hombre. En este histórico documento, reco-  
mendado para que esté constantemente presente, en todos los  
miembros del cuerpo social, resaltó el objetivo de que los miembros  
del cuerpo social recuerden sin cesar sus derechos y sus deberes,  
para que “los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al cotejarse  
a cada instante con la finalidad de toda institución política, sean más res-  
petados y para que las reclamaciones de los ciudadanos, en adelante funda-  
dos en principios simples e indiscutibles, redunden siempre en beneficio del  
8
mantenimiento de la Constitución”.  
5
6
Cfr. Thomas Jefferson en: Primera Plana, edición N°675, 25 de junio al 04 de julio 2019, 2019,  
p.1. Ver en: http://www.primeraplana.com.co/images/pdfs/ed-675.pdf (12-07-2022)  
Cfr. Thomas Jefferson en: Joaquín Farinós Dasí, Cohesión e inteligencia territorial: Dinámicas y  
procesos para una mejor planificación y toma de decisiones, Universitat de València, Valencia, 2011,  
p.39  
7
8
Cfr. Thomas Jefferson en: John Mason, Conozca sus límites, y luego ignórelos, Grupo Nelson, Ten-  
nesse, 2005, p.159  
Cfr. Constitución Francia, 1791 en: Mauricio Jaramillo Jassir, Anatomía heterodoxa del populismo:  
La revolución ciudadana de Rafael Correa en Ecuador, Editorial Universidad del Rosario, 2020  
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733  
Vida académica  
Estas son lecciones admirables para los países, especialmente  
para quienes se encuentran al frente de los poderes legislativo y eje-  
cutivo, a objeto de que no pierdan, en interacción, el sentido de los  
mandatos que ostentan, que no pueden ser otros que los del bien  
común.  
Los parlamentos, no deben integrar incapaces y corruptos,  
porque son templos de la democracia; siempre se los debe enaltecer,  
comenzando por el obligado y excelente desempeño de los legisla-  
dores, para que irradien confianza en los anhelos ciudadanos. Bajo  
esta concepción de la importancia legislativa, viene mi agrado por  
hallarme en este sitio, por principio, de máxima categoría y en oca-  
sión memorable para quien tiene el placer de dirigirles la palabra, a  
los pocos días de haberse cumplido el Bicentenario de la Batalla de  
Pichincha, la victoria que coronó la lucha por nuevos horizontes y  
de donde nació el republicanismo para nuestro país.  
He realizado la remembranza de las Declaraciones y Consti-  
tuciones estadounidense y francesa por cuanto influyeron, poderosa  
y singularmente, en el siglo XIX para la estructuración de los textos  
constitucionales de no pocos países europeos, como también de La-  
tinoamérica, entre ellos del nuestro. En estos surtidores de sapiencia  
se inspiró Simón Bolívar, máximo paladín de las luchas de la inde-  
pendencia, quien fue, sin ninguna duda, liberal, lo cual recalco, por  
ello combatió a los totalitarios y se convirtió, como lo sabéis, en el  
padre de seis naciones (Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador,  
Perú y Bolivia). De allí aquello de justicia social con libertad, que  
comparto plenamente.  
El ideario del Libertador constituye colosal vertiente de lec-  
ciones que, en gran parte, siguen actuales por sus enseñanzas, pese  
a las centurias transcurridas. Por ser pertinentes, ya que nos halla-  
mos en la Asamblea Nacional del Ecuador, rememoremos lo que Bo-  
lívar expresó y recomendó, en febrero de 1819, al Congreso de  
Angostura, en que el Libertador pronunció su discurso, lleno de res-  
plandores para hacer magnífico gobierno. Les dijo a los parlamenta-  
rios:  
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734  
Vida académica  
Uncido el Pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia, de la tira-  
nía, y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud.  
Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos reci-  
bido, y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores.  
Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza, y por el vicio  
se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud  
es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego  
de su propia destrucción; la ambición, la intriga abusan de hombres  
ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como  
realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la Libertad,  
9
la traición por el patriotismo, la venganza por la Justicia.  
Más adelante, Bolívar, sobre los ideales de justicia y la liber-  
tad para la elaboración de las leyes aseveró:  
La felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las  
Leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexi-  
bles, y todo debe someterse a su beneficio y rigor; que las buenas cos-  
tumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio  
de la Justicia es el ejercicio de la Libertad. Así, Legisladores, vuestra  
empresa es tanto más ímproba, cuanto que tenéis que constituir a hom-  
bres pervertidos por las ilusiones del error y por incentivos nocivos.  
La Libertad, dice Rousseau, es un alimento suculento, pero de difícil  
digestión. Meditad bien vuestra elección Legisladores. No olvidéis que  
vais a echar los fundamentos a un Pueblo naciente que podrá elevarse  
a la grandeza que la naturaleza le ha señalado, si vosotros proporcio-  
10  
náis su base al eminente rango que le espera.  
Al valorar la trascendencia del trabajo de los legisladores,  
trazó la ruta para el éxito:  
El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma  
de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma  
de estabilidad política (…) Que las lecciones de la Historia nos instru-  
yan en la difícil ciencia de crear y conservar las naciones con leyes pro-  
pias, justas y legítimas, y sobre todo útiles. No olvidando jamás que la  
excelencia de un gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en  
9
1
Correo del Orinoco N .19, 1818-1821, Discurso de Simón Bolívar ante el Congreso de Angos-  
tura, 15 de febrero de 1819.  
0 Ibíd.  
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735  
Vida académica  
su mecanismo, sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la  
nación.11  
En su mensaje al Congreso Anfictiónico de 1826, llevado a  
cabo en el istmo de Panamá y para el que expuso raigales argumen-  
taciones que continuó a las de la Carta de Jamaica (Kingston, 6 de  
septiembre de 1815) salieron a relucir visión y anhelos suyos para  
nuestro continente, en estas frases, aunque no aplicadas en su con-  
textura a la muerte del insigne personaje, debido a la división y am-  
biciones imperantes entre los caudillos que se apropiaron de los  
países que no supieron escuchar las argumentaciones de Bolívar,  
contentivas de pensamiento y proyección gigantescas: “Yo deseo más  
que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo,  
12  
menos por su extensión y riquezas, que por su libertad y gloria”.  
Consecuente con su pensamiento idealista, ansiaba confor-  
mar “un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo,  
eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la  
culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la  
paz, sobre todo el gobierno que haga triunfar bajo el imperio de las  
1
3
leyes inexorables, la igualdad y la libertad”. Sabía perfectamente  
este extraordinario valor humano que “la suma de las leyes es superior  
a la suma de las riquezas”.14  
Jamás deben olvidarse las sabias enseñanzas que he rela-  
tado en esta ágora de dimensiones máximas, ya que es sinónimo  
de libertad, debate de ideas, justicia y democracia, para que nunca  
falten los objetivos nobles y, por tanto, constructivos en favor de la  
Patria.  
Aquí se invoca al pueblo, frecuentemente y con razón, de-  
bido a que el Parlamento es producto de elecciones definidas por la  
voluntad mayoritaria de quienes acuden a las urnas a depositar sus  
votos. No obstante, se debe hacer reflexiones en cuanto a la conno-  
tación de pueblo, como lo señaló Thierry Maulnier:  
11 Ibíd., p. 413.  
12 Carta de Jamaica.  
13 Cit. 1, p. 406.  
14 Ibíd., p 407.  
BOLETÍN ANH Nº 207  
736  
Vida académica  
Entidad abstracta, palabra mágica que se escribe en los estandartes y  
las banderas para utilizar al pueblo, para manejarlo y, si acaso, para  
combatirlo. Se ha matado a muchos hombres a lo largo de la historia,  
en nombre del Deber, en nombre del Bien, en nombre de la Libertad,  
en nombre de los Dioses. Se ha matado todavía más en nombre del  
15  
Pueblo.  
Añado yo a estas reflexiones del tratadista y académico fran-  
cés: interprétese como pueblo a la comunidad, no solamente a la clase  
baja que merece trato prioritario por sus necesidades extenuantes y  
no se caiga en el populismo, por su naturaleza carente de ideología,  
que ocasiona descrédito a la democracia y devalúa la palabra del po-  
lítico, como terreno fértil para que crezca como mala hierba la picar-  
día y la demagogia.  
Desde luego que la política en sí no es mala sino la actitud  
de quienes la descarrían; es infaltable en la sociedad, ya que el hom-  
bre es un ser social por naturaleza, el zoon politikon que definió Aris-  
tóteles, que necesita ser dirigido en vista de que responde a la  
necesidad de organizarse para orientar los destinos de los conglo-  
merados humanos que necesitan líderes aptos para su conducción y  
no reine la anarquía. Dicho pensador griego, el padre de la filosofía  
occidental, Aristóteles, sostenía hace más de dos milenios, con visión  
certera, que el hombre puede realizarse plenamente en el seno de la  
sociedad, en la convivencia y recíproca colaboración de otras perso-  
nas, en la conformación de lo que posteriormente los latinos llama-  
ron civis que significa ciudadano y de donde deriva el civismo, el  
comportamiento ordenado y constructivo para el bienestar de las co-  
munidades. Los parlamentos son esencialmente políticos e indispen-  
sables en las democracias representativas y los parlamentarios tienen  
obligaciones ineludibles en pro de mejores días para quienes repre-  
sentan, advirtiendo que, como lo dijo Winston Churchill, “las gentes  
somos los amos legítimos del Congreso y tribunales, no para derrocar la  
Constitución sino para derrocar a los hombres que pervierten la Constitu-  
ción”  
15 Thierry Maulnier, Diccionario de terminología política contemporánea, Ediciones Rialp, Madrid,  
1977, p. 266.  
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737  
Vida académica  
Nuestro país atraviesa momentos sumamente difíciles por  
factores adversos de diversa índole, del caso no mencionarlos en  
estos instantes, ya que son de general conocimiento; sobre todo la  
Asamblea Nacional, en tan aciagos momentos, llamada está a cum-  
plir el trabajo que le corresponde para el progreso y la concordia de  
los ecuatorianos. Saludo y aplaudo a los legisladores que proceden  
de manera realmente honorable y genuinamente patriótica.  
Damas y caballeros: Muchas gracias por vuestra atención y  
por haberme acompañado a esta ceremonia en que he sido privile-  
giado, por mis seis décadas de trabajo intelectual, con tan espléndido  
homenaje que, por su representatividad, lo guardaré con gratitud en  
los sitios más entrañables de mi memoria y de mi corazón.  
Salón José Mejía Lequerica,  
Asamblea Nacional del Ecuador  
Quito, miércoles 8 de junio de 2022  
Bibliografía  
FARINÓS DASÍ, Joaquín, Cohesión e inteligencia territorial: Dinámicas y procesos  
para una mejor planificación y toma de decisiones, Universitat de València, Va-  
lencia, 2011.  
JARAMILLO JASSIR, Mauricio, Anatomía heterodoxa del populismo: La revolución  
ciudadana de Rafael Correa en Ecuador, Editorial Universidad del Rosario,  
2020.  
MARTÍNEZ ESPINOSA, Marco Antonio, Lo que todo buen político debe saber,  
Uno4cinco, Toluca, 2021.  
MASON, John, Conozca sus límites, y luego ignórelos, Grupo Nelson, Tennesse,  
2005.  
BOLETÍN ANH Nº 207  
738  
Vida académica  
MAULNIER, Thierry, Diccionario de terminología política contemporánea, Ediciones  
Rialp, Madrid, 1977.  
Primera Plana, edición N°675, 25 de junio al 04 de julio 2019, 2019, p.1. Ver en:  
http://www.primeraplana.com.co/images/pdfs/ed-675.pdf (12-07-2022)  
VILLAMARÍN PULIDO, Luis Alberto, Superación Personal: Tesoro de la sabiduría,  
Tomo I, Ediciones Luis Alberto Villamarín Pulido, New York, 2015.  
BOLETÍN ANH Nº 207  
739  
La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual  
y
científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
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ajena a banderías políticas, filiaciones  
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Nacional de Historia busca responder a  
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entendiéndose por tales a quienes  
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Barriga López, Franklin,  
“Agradecimiento a la Asamblea Nacional por la condecoración  
Vicente Rocafuerte”, Boletín de la Academia Nacional de Historia,  
vol. C, Nº. 207, enero – junio 2022, Academia Nacional de Historia,  
Quito, 2022, pp.730-739