BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen C Nº 208-A  
Julio–diciembre 2022  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen C  
Nº 208-A  
Julio–diciembre 2022  
Quito–Ecuador  
Vida académica  
DISCURSO DE AGRADECIMIENTO  
LUEGO DE RECIBIR LA CONDECORACIÓN  
FEDERICO GONZÁLEZ SUÁREZ”  
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Franklin Barriga López1  
En la mitad de la penumbra fueron engendradas la Noche y  
la Oscuridad, por su padre Caos (Khaos) que llegó del espacio sin lí-  
mites, trayendo el desorden y la desolación.  
De esta manera, los griegos de la antigüedad, en uno de sus  
mitos más expresivos y aleccionadores, representaron lo que hoy es  
sinónimo de anarquía, desconcierto, pandemónium, ya que, según  
la anotada versión clásica, el caos brotó en las entrañas del infra-  
mundo, para la infelicidad de los seres humanos y el imperio de la  
incoherencia y la confusión.  
La acepción -de antaño y actual- de este término corresponde  
al abismo sin fondo o gran sombra, en razón de que, en sus dominios,  
florece tan solo el vacío infinito, la nada, la destrucción, la ausencia  
de claridad: esa región atrae, como colosal imán, las adversidades  
mayores que únicamente pueden ser aniquiladas con el apareci-  
miento y acción de la armonía, el orden, el respeto a los demás, el de-  
sarrollo, que constituyen los fundamentos de la civilización.  
1
Doctor en Ciencias Sociales, Políticas e Internacionales, con estudios de postgrado en el país  
y el exterior. Actual Director de la Academia Nacional de Historia, pertenece, además, a varias  
academias de América y Europa. Escritor, historiador, catedrático y periodista de página edi-  
torial. Doctor Honoris Causa (Literatura) por la Universidad Internacional del Ecuador. Su ac-  
tividad intelectual, especialmente como profesor invitado o conferencista, se ha desenvuelto  
en academias diplomáticas y universidades de los cinco continentes. Autor de 120 obras pu-  
blicadas y de más de tres mil artículos editados en la prensa nacional y del extranjero. Primer  
Premio en el Concurso Intercontinental, convocado para escritores de habla inglesa, francesa,  
portuguesa y española, por la OEA y el Gobierno de Venezuela (1983), con motivo del Bicen-  
tenario del Libertador, con su libro “Bolívar y la educación en América”.  
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Cuando los pueblos caen en el precipicio de la perturbación,  
la agresión, la ilegalidad, les llega el desbarajuste, la autodestrucción,  
el aniquilamiento del tejido social, para dar paso a la violencia que  
solo engendra mayor violencia, sufrimiento, muerte, retroceso, la co-  
rriente de odio que lleva cizaña y aniquila todo lo bueno.  
El hombre puede realizarse plenamente en el seno de la so-  
ciedad únicamente cuando hay sana convivencia y existe la colabo-  
ración recíproca con otras personas, en el comportamiento  
constructivo, la concordancia de ideales y prácticas edificantes. Los  
países más desarrollados del planeta alcanzaron su alto nivel en el  
marco de la libertad, la paz, la democracia, el trabajo, el buen lide-  
razgo. Se arriba más pronto a puerto seguro cuando todos reman en  
la misma dirección, filosofía que se ha implementado en esta Aca-  
demia para alcanzar los éxitos testimoniados en realizaciones como  
la Historia y Antología de la Literatura Ecuatoriana, en 17 volúmenes,  
con la participación de más de sesenta colegas académicos e intelec-  
tuales de igual jerarquía; la Biblioteca de la Independencia, en 10 tomos  
y el Diccionario de la Historia Nacional, en más de 700 páginas, con los  
estudios de 65 colegas académicos. No se ha detenido la edición del  
centenario Boletín de nuestra entidad, llegamos al momento al N.  
206-B. Para exponer permanentemente y/o vender las publicaciones,  
de ayer y de hoy, de la Academia, se adecuó y amobló un local para  
el servicio de librería, en el que también se realizan reuniones aca-  
démicas, al que denominamos, precisamente, Salón del Libro y que  
funciona en el horario institucional: este lugar vino a complementar,  
elegantemente, los servicios que, en otros espacios, brinda al público  
nuestra Academia.  
El Congreso Americano de la Libertad se llevó a cabo, con la  
colaboración de la I. Municipalidad de Quito y de la Organización  
de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cul-  
tura. El director de la Academia Nacional de Historia del Ecuador,  
preside, por elección unánime de los concurrentes y por dos años,  
esta significativa congregación de expertos en historia y ramas afi-  
nes, lo que demuestra el empoderamiento en el extranjero de nuestra  
institución. Pronto circularán las Memorias de este evento en el que  
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participaron, de manera presencial, directores de las Academias Na-  
cionales de Historia y/o personalidades de similar jerarquía intelec-  
tual de nuestro continente.  
En el Congreso Americano de la Libertad, el eje temático fue  
la epopeya de la independencia que convirtió a Quito en Luz de  
América, el 10 de Agosto de 1809, desde donde y hasta 1812, este  
período corresponde a la primera fase de la independencia de lo que  
ahora es la República del Ecuador. La segunda etapa, comenzó en  
Guayaquil, a raíz del 9 de Octubre de 1820, otra fecha icónica nacio-  
nal y que tuvo su culminación en las faldas del volcán tutelar de la  
capital, el 24 de mayo de 1822. En mayo de 1821, Antonio José de  
Sucre llegó al Puerto Principal, al frente de tropas enviadas por  
Simón Bolívar.  
Los objetivos de este Congreso de la Libertad fueron: pro-  
fundizar la identidad y el sentido de pertenencia de los ecuatorianos,  
para alcanzar cohesión y colaboración recíproca entre los habitantes  
de las diversas regiones; propulsar el desarrollo y el patriotismo den-  
tro de una conciencia cívica que es imprescindible fomentar, a fin de  
que el orgullo nacional mantenga viva la llama que incentiva el es-  
píritu hacia la superación constante. La historia comparada de los  
países ayuda a preservar y proyectar ideales de concordia, autoes-  
tima y adelanto.  
En Pichincha se produjo la Batalla cuyos participantes fueron  
de diversas nacionalidades, por ello su connotación internacional, al  
igual que este exitoso Congreso que dejó conocimientos, análisis y  
conclusiones de beneficio colectivo, dada la alta calidad de los asis-  
tentes.  
El Ejército Nacional, junto a nuestra Academia y la Academia  
de Historia Militar, la Sociedad Bolivariana del Ecuador y el Centro  
de Estudios Históricos del cantón Rumiñahui, entidades todas que  
fueron las que concibieron la patriótica iniciativa en nuestra sede, la  
Casa Alhambra donde hoy nos encontramos, realizó la Cabalgata Bi-  
centenaria que salió de Guayaquil y recreó el recorrido heroico efec-  
tuado por Antonio José de Sucre y sus tropas hasta llegar a  
Pichincha. En el Puerto Principal, en la Rotonda, minutos antes de  
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que comience la Cabalgata, en mi calidad de Director de la Academia  
pronuncié un discurso y se entregó libros de la Colección Biblioteca  
de la Independencia a las principales autoridades del puerto principal,  
como lo hicieron también varios académicos en el recorrido de la Ca-  
balgata por algunas ciudades de la Costa y de la Sierra. De igual ma-  
nera, en el foro de alto nivel organizado por la Armada Nacional en  
una de las principales universidades guayaquileñas, me fue grato  
sustentar una conferencia magistral sobre la gesta del 24 de Mayo  
de 1822, evento realizado un día antes del inicio de la Cabalgata  
mencionada.  
Por invitación de la Asamblea Nacional y en el Pleno de ese  
recinto de la democracia, sustenté, asimismo, conferencia magistral  
sobre la significación de la Batalla de Pichincha, ante los legisladores,  
autoridades, Miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en nues-  
tro país y más personalidades invitadas.  
Nuestra Academia, junto a la Embajada de Francia, el Minis-  
terio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de nuestro país,  
el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo y el Instituto  
Francés de Estudios Andinos, efectuó, con la participación de exper-  
tos de Ecuador y Francia, el Simposio Científico Internacional “Cien-  
cias y saberes: territorio de encuentro entre Ecuador y Francia”, con  
motivo de los 120 años de la llegada de la Segunda Misión Geodésica  
Francesa a Ecuador. Este evento tuvo más de treinta mil seguidores,  
vía zoom, en el país y el exterior, de acuerdo a reportes de la Emba-  
jada francesa. Sus Memorias fueron publicadas en un Boletín espe-  
cial de nuestra entidad, el número 206-A.  
Lo indicado es tan solo una brevísima muestra de la intensa,  
a veces agotadora actividad que nuestra Academia viene cumpliendo.  
Las severas limitaciones económicas o la pandemia no fueron óbice  
para detener la marcha institucional que se caracteriza por ir a la van-  
guardia de sus similares con el emblema siempre adelante, para dejar  
el mensaje de lo que se conoce como la Historia del Futuro.  
Nuestra Academia prosigue y continuará avante, contra  
viento y marea, dentro de su pluralismo, esencia científica y función  
de Patria, que le caracteriza.  
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Este accionar, que es armónico y dinámico entre sus miem-  
bros, la atmósfera de colaboración permanente, concordia y frater-  
nidad, que ha dado como resultado ejecutorias incontables, todas  
ellas; imbuidas de sanas intenciones en bien del país, del continente  
americano y del mundo, de la humanidad en su conjunto. 113 años  
en este nada fácil pero apasionante camino avalan la merecida nom-  
bradía que rodea, en el Ecuador y el extranjero, a esta emblemática  
corporación científica que, pese a sus estrecheces presupuestarias e  
incluso incomprensiones o insidias de diversa índole sigue sin dete-  
nerse y continuará en su noble misión, con mayor denuedo con cada  
día que pasa.  
No es desconocido que en el presente, como herencia desa-  
fortunada de regímenes pasados, la Historia y disciplinas afines,  
como la Geografía, la Moral o la Cívica, sufrieron menosprecio evi-  
dente al extremo de haber obrado para desaparecerlas del pensum.  
Este señalamiento no debe soslayarse, en vista de las consecuencias  
nefastas singularmente para la formación de la niñez y la juventud,  
la conciencia colectiva hacia el bien y el adelanto, a base de para-  
digmas que no pueden ser eludidos, si se quiere alcanzar cimas y no  
caer en precipicios. Hemos gestionado y lo seguimos haciendo para  
que vuelvan estas materias a las aulas de todos los niveles educati-  
vos.  
La historia, constituida de claridades y sombras, pero siem-  
pre con pedagogía, es el principal patrimonio inmaterial de los pue-  
blos, el combustible para su motivación y elevación del espíritu  
nacional, sin el cual aparece la disgregación y los sentimientos con-  
traproducentes, falta de confianza y de responsabilidad ciudadana.  
El sentido de la Historia va por el rumbo de la prosperidad,  
la dignidad y el progreso, por ello, desde hace milenios, se la consi-  
dera la maestra de la vida y luz de la memoria, y ello nunca hay que  
olvidar.  
En los predios de completa opacidad, donde no aparecen los  
fulgores de la historia, germinan retroceso, amargura, desunión, de-  
sesperanza y desorientaciones hasta la desaparición de los Estados,  
ya que no hay raíces que sostengan el ser nacional.  
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Tras el reciente paro de 18 días, que dejó muertes, destrozos,  
ingentes pérdidas económicas, se vuelve imprescindible propugnar  
la cohesión social resquebrajada. Prejuicios, odios, complejos, regio-  
nalismo y tantos otros ismos de negatividad salieron a la superficie,  
desde dimensiones subterráneas que provienen desde un pasado re-  
moto, alimentadas por la frustración de años recientes. Obviamente,  
no se debe descuidar la atención prioritaria sobre todo a los sectores  
disminuidos de nuestra sociedad que presenta clamorosas, atávicas,  
dolorosas falencias, caldo de cultivo para indeseables acciones de ac-  
tivistas del caos.  
Es hora de la reconciliación, de mirar hacia lo alto, de no apa-  
gar el amor a la patria y el orgullo de pertenencia, de valorar a Ecua-  
dor que tiene tantos aspectos positivos, con miras hacia el desarrollo  
que se consigue únicamente en ambiente de paz y sólida cohesión  
que constituye el tejido social.  
Hay que refutar, con argumentos sólidos -que los hay en  
abundancia-, a quienes califican al nuestro de “paisito”, expresión  
peyorativa que, lastimosamente, incluso algunos inconsecuentes  
compatriotas lo dicen y hasta reiteradamente. La autoestima, hace  
que florezca la esperanza y no el criterio oscurantista, derrotista, con-  
taminante que, como gigantesco aluvión, arrasa el aliento de opti-  
mismo que constituye la prosperidad de los pueblos.  
Para que la sociedad vaya en ascenso son imprescindibles  
valores superlativos arraigados en la mentalidad ciudadana, aque-  
llos que deben ser inolvidables y forjados, en el marco de la Historia,  
por las generaciones que nos precedieron. Estas luminarias, porta-  
doras de la civilización, abren y consolidan rutas para llegar a hori-  
zontes de bienestar. Las heridas y las lacras no tienen que avivarse,  
tampoco ocultarse, sino proporcionarles debida curación.  
No debemos apartarnos, de manera constructiva, de la iden-  
tidad ecuatoriana, nada derrotista, sin lucha de clases, con paradig-  
mas fuertes, conciencia de Nación y Estado, líderes capaces y  
honestos, vocación de justicia, trabajo, progreso, democracia, cultura  
y libertad. Solamente así construiremos la grandeza del país.  
Va mi gratitud imperecedera para esta entrañable Academia  
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Vida académica  
que acaba de concederme su máxima condecoración, por intermedio  
del Dr. César Alarcón Costta, eminente orador, patriota y muy digno  
subdirector de nuestra corporación científica. Muchas gracias César  
por tus generosas y elocuentes palabras. Recibo este reconocimiento  
con sano orgullo y humildad.  
Felicito al colega académico Dr. Franklin Cepeda Astudillo  
por el libro Mi delirio sobre el Chimborazo. 200 años de Historia, memoria,  
contextos y representaciones, elegantemente editado y contentivo en  
3
00 páginas de considerable formato; el eje es el Libertador y la Ciu-  
dad Bolívar llamada así a Riobamba que sabe honrar a nuestros pró-  
ceres, como lo demuestra esta valiosa publicación que acaba de  
entregarnos. Para la Academia Nacional de Historia, Bolívar es el  
máximo referente en su genuino ideario que es el de la libertad: re-  
cordemos que nuestra entidad se fundó con el nombre inicial de So-  
ciedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, el 24 de julio  
de 1909, precisamente en el día que se conmemoraba el natalicio del  
Padre de Seis Naciones (Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador,  
Perú y Bolivia). Simón Bolívar.  
Finalizo esta intervención recordando esta enseñanza que  
data de hace muchos siglos y que jamás olvido: “La gratitud es la me-  
moria del corazón” y es lo que siempre existirá de mi parte para la Aca-  
demia Nacional de Historia del Ecuador, donde transcurren -con  
lealtad y fervor inquebrantables- inolvidables años de mi existencia.  
Damas y caballeros  
Casa Alhambra, Quito,  
viernes 22 de julio de 2022.  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Barriga López, Franklin,  
"
Discurso de agradecimiento, luego de recibir la condecoración  
“Federico González Suárez” de la ANH", Boletín de la Academia  
Nacional de Historia, vol. C, Nº.208-A, julio – diciembre 2022,  
Academia Nacional de Historia, Quito, 2023, pp.327 - 333