BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen C  
Nº 208–B  
Julio–diciembre 2022  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. C – Nº. 208-B  
Julio–diciembre 2022  
BIENVENIDA A HUGO BURGOS  
COMO MIEMBRO EMÉRITO  
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Diego Moscoso Peñaherrera1  
En esta tarde es placentero dedicar estas palabras a nuestro  
colega Dr. Hugo Burgos Guevara, con motivo de su Ascenso a Aca-  
démico Emérito de nuestra institución.  
La Junta General de la Academia Nacional de Historia, reu-  
nida el 22 de julio del presente año, con motivo de conmemorar los  
1
13 años de vida institucional, resolvió por unanimidad, otorgar el  
nombramiento de Académico Emérito al Dr. Hugo Burgos, haciendo  
uso, no solamente de sus atribuciones estatutarias, sino con un sen-  
tido de justo reconocimiento a los Académicos de Número que han  
dedicado su vida a la investigación histórica.  
La ocasión es propicia para dar a conocer el texto de una en-  
trevista que mantuve con el Dr. Burgos, quien dada su experiencia  
académica y científica tiene una nutrida hoja de vida que nos tomaría  
mucho tiempo dar lectura.  
En cuanto a sus estudios realizados, el Dr. Burgos expresó lo  
siguiente, a través de la entrevista realizada, que la transcribimos y  
dijo: “El punto de partida –si pudiera decir– constituye una beca que obtuvo  
el suscrito por la UNESCO, para estudiar en el Centro Regional de Educa-  
ción Fundamental para América Latina, CREFAL, ubicado en México,  
Pátzcuaro, Michoacán”.  
Hugo nos cuenta: “Una mañana, tan antigua como abril de 1957,  
volaba a lo que sería soslayar los umbrales lejanos de la sociología y antro-  
pología de entonces, además de las disciplinas afines. Un año y medio que  
duraba el curso sería suficiente para que abriera los ojos y supiera que había  
otros destinos y otras metas que podría cumplir”.  
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Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia.  
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Bienvenida a Hugo Burgos  
Y dice:  
Volví a Quito, “quemé las naves”, y en 1960 me estaba matriculando  
en la no menos nombrada Escuela Nacional de Antropología e Historia  
de México, correspondiente al INA, ente de gran prestigio internacio-  
nal. Escogí la especialidad de etnólogo, me gradué y enseguida estaba  
estudiando para obtener el título de Maestro en Antropología, una sin-  
gular maestría en la UNAM, lo que me permitió conseguir otra beca  
en el Proyecto 104 de la OEA donde saqué el título de Especialista en  
Ciencias Aplicadas. Ahora sí, ya le veía lejos al Ecuador. Nada de esto  
era fácil a no ser por la beca antedicha. Mis simples cualidades me hi-  
cieron avanzar para entrar a trabajar a nivel internacional, en el Insti-  
tuto Indigenista Interamericano con sede en ciudad de México. Era su  
director el Dr. Miguel León Portilla, notable historiador, pero luego  
pasó a dirigir el Departamento de Ciencias Históricas de la UNAM, vi-  
niendo en su lugar un notable médico-antropólogo, alumno de Hers-  
kovich.  
Siguiendo su relato dijo:  
Hice un viaje de exploración y asesoramiento a Colombia, con etnias  
de Antioquia y Nariño. Entre las grandes metas del nuevo director, Dr.  
Aguirre Beltrán, estaba participar de todos estos conocimientos y lle-  
varlos a la región andina, donde no había casi nada al respecto. Hici-  
mos, en 1966, un viaje de asesoramiento en la Misión Andina, y luego  
fui encargado de una investigación antropológica en Riobamba, des-  
pués de haber escrito un libro sobre el indigenismo mexicano en el sur  
del país. Al cabo de casi 2 años estuvo el informe y las fotos del primer  
gran libro titulado Relaciones Intétnicas en Riobamba, que inmereci-  
damente llegó a ser considerado en gran parte del mundo, a más de  
haber proporcionado nuevas ideas para la antropología ecuatoriana.  
Se han hecho muchas ediciones de esta obrita, por ella fui invitado a  
Bonn, Alemania, por el Dr. Udo Oberem para dictar una conferencia,  
y, desde entonces fue conocido mi nombre gracias a Riobamba y su sis-  
tema de mercados, la discriminación subyacente y la vida interior de  
los anejos como Licto. Aquí tuve el feliz acompañamiento de mi esposa  
Inés.  
Estamos en 1969, el libro de Riobamba me hizo conocer al antropólogo  
Joseph Casagarande de la Universidad de Illinois. Este caballero era  
Director del Institute for Internacional Studies, de la fundación Ford,  
y profesor de esa universidad. Pues el instituto y la Universidad de Illi-  
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Diego Moscoso Peñaherrera  
nois me invitaron a que hiciera el doctorado en Antropología y, en 1970  
estaba ya matriculado en el Department of Anhtropology de dicha Uni-  
versidad, localizada a 200 millas de Chicago, con el grado Faculty Re-  
search Associate (investigador Asociado), a condición de que trabaje a  
medio tiempo, y el otro lapso estudie el doctorado. Carga fuerte para  
cualquiera. Pero al fin, salí con A en todas las materias y finalicé los  
“prelims” también con Calificación “A”.  
Y continuó:  
Hacia 1975 presenté la disertación doctoral que fue aprobada por esa  
misma época, con la denominación: El Guamán, el Puma y el Amaru. For-  
mación Estructural del Gobierno Indígena en Ecuador. En Ecuador se im-  
primió el libro con el mismo nombre y fue galardonado con el Premio  
José Mejía Lequerica”, del Municipio de Quito, año 1995. Dos años  
antes había sido acreedor del Primer Premio de Literatura por la prin-  
cipal organización de la CCE, con el cuento Cartas a Manuela.  
Expresando luego:  
En Ecuador trabajé en el Instituto de Estadística y de Censos, por diez  
años. Haciendo breve resumen, desde aquel 1957-1976, había obtenido  
los siguientes títulos: Especialista en Educación Fundamental, Etnó-  
logo, Maestro en Antropología, Especialista en Ciencias Sociales Apli-  
cadas, y Ph.D in Anthropology, dos décadas logrados con el mayor  
esfuerzo. Debo todo a México y los EE. UU., que me recibieron inme-  
recidamente, con singular predilección.  
Entre los libros que el Dr. Hugo Burgos ha escrito, a más de  
los citados anteriormente, están:  
Medicina campesina en Tzintzuntzan, Michoacán, México,  
Abya-Yala, Quito, 1992  
Primeras doctrinas en la Real Audiencia de Quito, Abya-Yala,  
Quito, 1995  
La crónica prohibida de Cristóbal de Acuña, FONSAL, Quito, 2005  
Los cuatro cerros sagrados de Quito inca, Trama ediciones, Quito,  
2018  
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Bienvenida a Hugo Burgos  
“Bases científicas para comprender el modelo de la “cuatri-  
partición de Quito inca”, Revista de Arquitectura, UIDE, 2015  
Santuarios de Tomebamba, modelo de geografía sagrada en tiempo  
de los incas, GAD Municipal del Cantón Cuenca, Cuenca,  
2014  
En cooperación con la Universidad Nacional de Chimborazo  
se encuentra en prensa el libro “Estructura prehispánica de Rio-  
bamba”.  
Los Archivos históricos que ha investigado el Dr. Burgos du-  
rante estancia en University of Illinois son: Lily Library. Universidad  
de Indiana, EE.UU., Archivo Jesuítico de Roma, Italia, Archivo His-  
tórico de Madrid, Biblioteca Nacional de Madrid, Archivo General  
de Indias, Sevilla, España, Archivo de la Curia Metropolitana de  
Quito, Ecuador.  
Las expediciones científicas que ha efectuado son las siguien-  
tes: Reconocimiento arqueológico de las islas del Sol y de la Luna  
(
2007) lago Titicaca, Bolivia, “Tras las huellas de Carlos Montúfar  
acompañando a Humboldt”: Quito, Río Marañón, Pongo de Re-  
quema y ciudad de Jaén, Perú, conferencia magistral. Recibió la Con-  
decoración y entrega al autor del sello de la ciudad por la Munici-  
palidad de Jaén (2009). Además, mantuvo por cinco años la página  
del diario El Comercio de la capital, “Quito y su Historia” con más  
de 200 artículos al respecto.  
Constituye un privilegio para mí, haber sido uno de los  
Miembros de Directorio que votamos por unanimidad por este justo  
ascenso a Miembro Emérito. Felicito a mi amigo Hugo por tan des-  
tacada y fructífera carrera con valiosos aportes para la historiografía  
ecuatoriana.  
Muchas gracias  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Moscoso Peñaherrera,  
Diego, "Bienvenida a Hugo Burgos como Miembro Emérito de la  
Academia Nacional de Historia", Boletín de la Academia Nacional  
de Historia, vol. C, Nº. 208-B, julio - diciembre 2022, Academia  
Nacional de Historia, Quito, 2023, pp.144-147