BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen C  
Nº 208–B  
Julio–diciembre 2022  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. C – Nº. 208-B  
Julio–diciembre 2022  
BIENVENIDA A FRANCISCO ULLOA ENRÍQUEZ  
COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE  
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Franklin Barriga López1  
Es muy grato para quienes integramos la selecta delegación  
de la Academia Nacional de Historia encontrarnos –así sea por pocas  
horas– en esta ciudad llena de virtualidades y motivos ciertos de  
trascendencia histórica, Latacunga, especialmente para quien tiene  
el privilegio de llevar la palabra en estos instantes y que siempre ha  
resaltado y resalta el honor de ser latacungueño de nacimiento y de  
corazón.  
Cerca de cincuenta años que, por motivos de trabajo y estu-  
dio, salí de la amada y evocada urbe para radicarme en la capital de  
la República y en el exterior, no han mermado en lo más mínimo el  
sentido de pertenencia y afecto para el lugar natal, el de mis raíces  
familiares, querencias inolvidables, los mejores recuerdos de infancia  
y primera juventud.  
Con estos antecedentes de profunda esencia y sabor de te-  
rruño, me es sumamente placentero, en nombre de la institución que  
1
Doctor en Ciencias Sociales, Políticas e Internacionales, con estudios de pos-  
tgrado en el país y el exterior. Actual Director de la Academia Nacional de His-  
toria, pertenece, además, a varias academias de América y Europa. Escritor,  
historiador, catedrático y periodista de página editorial. Doctor Honoris Causa  
(Literatura) por la Universidad Internacional del Ecuador. Su actividad inte-  
lectual, especialmente como profesor invitado o conferencista, se ha desen-  
vuelto en academias diplomáticas y universidades de los cinco continentes.  
Autor de 120 obras publicadas y de más de tres mil artículos editados en la  
prensa nacional y del extranjero. Primer Premio en el Concurso Intercontinen-  
tal, convocado para escritores de habla inglesa, francesa, portuguesa y espa-  
ñola, por la OEA y el Gobierno de Venezuela (1983), con motivo del Bicen-  
tenario del Libertador, con su libro “Bolívar y la educación en América”  
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Bienvenida a Francisco Ulloa Enríquez  
represento y en el mío personal, presentar respetuoso y cálido saludo  
a Latacunga y la provincia de Cotopaxi, haciendo los mejores votos  
por la armonía y prosperidad de tan privilegiado sector de la Patria,  
donde el volcán patronímico es el símbolo de su belleza y altivez.  
La Academia Nacional de Historia fue fundada, en Quito, el  
2
4 de julio de 1909, por el eminente Federico González Suárez y se-  
lectos jóvenes, amantes del estudio, que, con el paso de los años, se  
convirtieron en notables personalidades: Luis Felipe Borja, Alfredo  
Flores y Caamaño, Cristóbal Gangotena Jijón, Jacinto Jijón y Caa-  
maño, Carlos Manuel Larrea, Aníbal Viteri Lafronte; habían sido con-  
vocados también estos otros Miembros que no firmaron el acta  
inaugural por encontrarse ausentes de la capital, lo hicieron pocos  
días después, por ello se los considera también como fundadores a  
Juan León Mera Iturralde y José Gabriel Navarro.  
Inicialmente, comenzó sus labores la Academia con el nom-  
bre de Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, hasta  
que el H. Congreso Nacional, valorando la importancia y significa-  
ción para nuestro país y subrayando que hacía justicia a la fecunda  
y patriótica labor que cumple la entidad, le convirtió en Academia  
Nacional de Historia, mediante Decreto Legislativo, suscrito por los  
presidentes de las Cámaras del Senado y de Diputados, José J. An-  
drade y Luis Vernaza, respectivamente y publicado en el Registro  
Oficial N. 23, de 28 de septiembre de 1920, con el ejecútese del pre-  
sidente de la República, José Luis Tamayo.  
A lo largo de ciento trece años ya cumplidos, nuestra Acade-  
mia ha llevado cabo una labor de amplio reconocimiento nacional e  
internacional, por su intensa y calificada actividad que se puede  
apreciar solamente con el enunciado de que ha editado, en este ya  
largo lapso, a nivel institucional y personal de sus integrantes, más  
de diez mil publicaciones y, obviamente, por la calidad y respetabi-  
lidad de sus Miembros, sobre todo de quienes fueron sus directores:  
Federico González Suárez, Jacinto Jijón y Caamaño, Luis Felipe Borja  
Pérez (abuelo del expresidente Rodrigo Borja Cevallos), Celiano  
Monge Navarrete, Carlos Manuel Larrea, Julio Tobar Donoso, Isaac  
J. Barrera, Jorge Salvador Lara, Plutarco Naranjo Vargas, Manuel de  
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Franklin Barriga López  
Guzmán Polanco, Juan Cordero Iñiguez y Jorge Núñez Sánchez. Me  
hallo desempeñando estas muy honrosas como delicadas funciones  
desde el 8 de enero de 2019, habiendo sido reelegido en el 2021; se-  
guiré, por disposición estatutaria, hasta el 8 de enero del 2023.  
Nuestra Academia, con amplias y funcionales dependencias  
e instalaciones, acordes al imponderable trabajo que cumple, labora  
en Quito en el patrimonial palacete de La Alhambra -que data de  
1
928- ubicado en la esquina de la Avenida 6 de Diciembre y Roca.  
Basta indicar que, al servicio de los investigadores, conserva una bi-  
blioteca de más de 25 mil libros especializados en Historia. Dadas  
sus especiales características, esta edificación es visitada por delega-  
ciones estudiantiles, turistas y, sobre todo, investigadores -nacionales  
e internacionales- de la ciencia histórica y disciplinas afines.  
La Academia tiene capítulos en Guayaquil, Manabí, Cuenca,  
Imbabura- Carchi, Tungurahua, Bolívar, Loja, El Oro y la Amazonía.  
En los cantones Latacunga, Quevedo y Rumiñahui, funcionan cen-  
tros de estudios históricos locales, con el carácter de adscritos, al que  
pertenecen personas que si bien no son académicos reúnen los re-  
quisitos básicos exigidos para estos centros, partiendo de formación  
universitaria, afinidad por la Historia y cualidades éticas y morales.  
Si sus títulos y merecimientos lo recomiendan, junto a su integridad  
humana, pueden ascender, a Miembros Correspondientes luego de  
riguroso análisis efectuado por la Comisión de Ingresos y Ascensos  
y aprobación posterior del plenario de la Junta integrada por los  
Miembros de Número, a Miembros Correspondientes de la Acade-  
mia Nacional de Historia, cual es el caso del Arq. Francisco Ulloa En-  
ríquez, Ph.D., que nos han congregado en esta ocasión memorable.  
El recipiendario es: Arquitecto por la Universidad Central del Ecua-  
dor; máster en Ciencias de la Educación, especialidad Planeamiento  
y Administración, Universidad de La Habana, Cuba; doctor en Cien-  
cias de la Educación (Ph.D.), mismo establecimiento de educación  
superior y de postgrado. Título de Magíster en Gestión Educativa,  
Consejo Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa, Lima-  
Perú; Doctor Honoris Causa por la Organización de las Américas  
para la Excelencia Educativa (Odaee), Sao Paulo, Brasil.  
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Bienvenida a Francisco Ulloa Enríquez  
El arquitecto Ulloa cuenta con una vasta experiencia acadé-  
mica y administrativa: Rector de la Universidad Técnica de Cotopaxi  
(
UTC) desde el año 2000 hasta el 2009; presidente de la Asociación  
de Universidades y Escuelas Politécnicas del Ecuador por dos perío-  
dos; docente-investigador titular principal de la UTC; docente invi-  
tado de postgrado de la Universidad Estatal de Quevedo y de la  
Universidad Vargas Torres de Esmeraldas; director del Proyecto de  
Investigación de la UTC sobre el Patrimonio Histórico de Latacunga.  
Además el Arquitecto Ulloa Enríquez se ha desempeñado  
como: Miembro de comisiones permanentes del Consejo Nacional  
de Universidades y Escuelas Politécnicas (Conuep) y del Consejo  
Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (Conesup):  
coordinador del Sistema de Evaluación y Acreditación Universitaria  
del Ecuador; miembro de la Comisión de Cultura del Conuep; pre-  
sidente de la Comisión de Planeamiento del Conesup (dos períodos),  
también por dos períodos miembro de la Comisión Económica y di-  
rector de Sesiones de la Comisión Académica de Pregrado del Co-  
nesup.  
Su compromiso con las causas de la sociedad, le han hecho  
merecedor a representaciones de elección popular, como concejal del  
cantón Mira (1988-1991), asambleísta de la provincia de Cotopaxi  
(2009-2013). En la Asamblea Nacional, se desempeñó como miembro  
de la Comisión Especial de Cultura.  
Entre otros cargos universitarios se ha desempeñado como:  
arquitecto del Departamento de Construcciones y Fiscalización de  
la Universidad Técnica del Norte (UTN), 1990; director de Planea-  
miento Integral Universitario de la UTN, de 1990 a 1996; supervisor  
general de la Extensión Universitaria de Cotopaxi de la UTN, de 1992  
a 1994; director de Planeamiento, Investigación y Posgrados de la  
UTC, de 1996 a 2000; profesor de la cátedra de Planificación y Diseño  
Ambiental en la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Ambientales  
de la UTN, 1995; consultor internacional de la Red de Universidades  
de América Latina, desde 1997 a 1999; profesor de posgrado de la  
UTC, en 1997.  
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Franklin Barriga López  
Director de tesis de grado y posgrado en la Facultad de Cien-  
cias Humanísticas y Educación de la UTC, coordinador del Proyecto  
de Investigación Generativa de Gestión del Centro Histórico de Co-  
topaxi impulsado por la UTC; coordinador del Proyecto de Investi-  
gación Formativa “Cotopaxi Digital”, de la carrera de Comunicación  
de la UTC; consultor para la formulación de Proyectos de Educación  
Media Superior y Superior en varias instituciones ecuatorianas.  
Delegado de la Casa de la Cultura-Núcleo de Cotopaxi a la  
Comisión de Patrimonio del Municipio de Latacunga, en los años  
2
019 a 2020. Miembro de la Sociedad Bolivariana del Ecuador-Nú-  
cleo Cotopaxi. Actualmente, miembro y director ejecutivo del Centro  
de Estudios Históricos de la Provincia de Cotopaxi que, como indi-  
qué, se halla adscrito a la Academia Nacional de Historia.  
Ha sido instructor y conferencista en talleres internacionales  
en Argentina, Brasil, México, Venezuela, Colombia, Cuba, Chile,  
Perú, Dinamarca, España y Ecuador. Ha recibido reconocimientos  
diversos, como Miembro de Fundación Natura, mención de Honor  
de la Extensión Universitaria de Cotopaxi, por ser el autor del estu-  
dio técnico de creación de la Extensión Universitaria en Latacunga;  
placa de reconocimiento de la UTC, por servicios a la educación su-  
perior en la provincia; placa de reconocimiento otorgada por la Aso-  
ciación de Universidades de Ecuador y Colombia por los relevantes  
servicios prestados a la integración y desarrollo a la educación su-  
perior en los dos países; presea Al Mérito Ciudadano “Pablo Muñoz  
Vega”, I. Municipio de Mira; Escudo de la Universidad de Granma  
Al Mérito Educativo, Cuba; título de Honorable Educador Iberoa-  
mericano otorgado por el Consejo Iberoamericano en Honor a la Ca-  
lidad Educativa, Lima-Perú; presea a la Dignidad Ecuatoriana,2010,  
otorgada por el Conesup; Acuerdo de Reconocimiento del Núcleo  
de Cotopaxi de la Casa de la Cultura Ecuatoriana por la defensa de  
la autonomía de esta institución en la Ley de Cultura que se tramitó  
en la Asamblea Nacional.  
Ulloa Enríquez ha publicado 28 libros, diversos artículos  
científicos y culturales relacionados con arquitectura, historia, geo-  
grafía, patrimonio, interculturalidad, pedagogía, planeamiento, ex-  
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Bienvenida a Francisco Ulloa Enríquez  
tensión universitaria y planificación. Es colaborador y/o columnista  
en los periódicos El Norte, Integración, Molinos de Monserrat, Agencia  
de Noticias Cotopaxi, La Hora Cotopaxi, La Gaceta, Cotopaxi Noticias,  
director y editor de Cotopaxi Nuestro.  
El nuevo recipiendario tiene numerosos merecimientos que  
le acreditaron su ingreso a nuestra Academia. Nativo de Mira, en la  
provincia del Carchi, donde nació el 22 de septiembre de 1961, reside  
por casi tres décadas en la ciudad de Latacunga, habiéndose identi-  
ficado por sus recomendables ejecutorias como un latacungueño de  
corazón, de esencia patriótica, responsabilidad cívica y sólidos co-  
nocimientos culturales, entre ellos los históricos.  
El discurso de incorporación de Francisco a nuestra entidad  
tiene por título “Incidencia histórica de actores políticos de Cotopaxi  
en el ejercicio del poder en el Ecuador”, en el que efectúa una visión  
de quienes vinculados a nuestra provincia dirigieron al país como  
primeros mandatarios: allí se reseña la personalidad y la obra de José  
María Urbina, célebre especialmente por haber decretado la manu-  
misión de los esclavos y la controvertida segunda expulsión de los  
jesuitas, en 1852; Gil Alberto Enríquez Gallo, en cuya administración  
se expidió el Código del Trabajo y cumplió una administración bien  
recordada por cuanto supo rodearse de intelectuales y políticos ca-  
paces; Marcos Gándara Enríquez, versado militar que fue Miembro  
Correspondiente de nuestra Academia, además de primer director-  
fundador de la Academia de Historia Militar, creador, asimismo, y  
primer director del Centro de Estudios Históricos del Ejército Na-  
cional, fundador de la Sociedad Ecuatoriana de Investigaciones His-  
tóricas y Geográficas, autor de obras esclarecedoras de la verdad  
histórica, como aquella voluminosa y titulada La semana trágica de  
2
Guayaquil, noviembre de 1922: aproximación a la verdad, en donde de  
manera documentada, lejos de la ficción literaria, la falacia preme-  
ditada o el interés político expone la realidad de los hechos del 15  
de Noviembre de 1922, que acaecieron en Guayaquil en el mes indi-  
2
Marcos Gándara Enríquez, La semana trágica de Guayaquil, noviembre de 1922:  
aproximación a la verdad, Sociedad Ecuatoriana de Investigaciones Históricas y  
Geográficas, 1991  
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Franklin Barriga López  
cado; Guillermo Rodríguez Lara, también nativo de Cotopaxi, gene-  
ral igualmente ilustrado y orador destacado, a cuyo gobierno se le  
reconoce como uno de los mejores por su honestidad y realizaciones  
positivas, como por la creación del Instituto de Altos Estudios Na-  
cionales y la Escuela Politécnica del Ejército.  
En el recuento de personajes ilustres que efectúa Francisco  
Ulloa menciona también, aunque no en los mejores términos, a Rei-  
naldo Varea Donoso, quien ocupó la vicepresidencia de la República  
y a Pablo Herrera, secretario particular de García Moreno que le ca-  
lificó de “biblioteca ambulante”: trascendió a la posteridad, mayor-  
mente, por su bagaje de conocimientos y las obras que escribió,  
fuentes obligadas de consulta para quien se interesa por la Historia  
y las letras ecuatorianas, como Apuntamientos de algunos sucesos que  
3
pueden servir para la Historia de Quito, Ensayo sobre la historia de la  
4
literatura ecuatoriana” y Antología de prosistas ecuatorianos, en dos  
tomos. A este recuento se debe incorporar asimismo a Camilo Galle-  
gos Toledo, jurista latacungueño, presidente de la Corte Suprema de  
Justicia, que, por voluntad de las Fuerzas Armadas, el 7 de noviem-  
bre de 1961, ejerció la presidencia interina de la nación, aunque sea  
por pocas horas.  
Hace bien Francisco en puntualizar, en las conclusiones de  
su discurso, que:  
Es relevante incorporar en la narración histórica, aquellos pasajes vi-  
venciales que humanizan y acercan a los personajes y los hechos del  
pasado al ecuatoriano de a pie, aquel que no se identifica con “líderes”  
que no parecerían ser de carne y hueso, porque en más de una ocasión  
se ha cometido el error de magnificar las virtudes y disimular o callar  
los errores.5  
3
Pablo Herrera, Apuntamientos de algunos sucesos que pueden servir para la Historia  
de Quito, sacados de las Astas del Concejo Municipal y del Cedulario de la Corte Sua-  
prema, 1851  
4
5
Pablo Herrera, Antología de prosistas ecuatorianos, Imprenta del Gobierno, Quito,  
1895  
Francisco Ulloa, “Incidencia histórica de actores políticos de Cotopaxi en el  
ejercicio del poder en el Ecuador”. Discurso de incorporación a la A.N.H. 30  
de septiembre de 2022.  
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Bienvenida a Francisco Ulloa Enríquez  
De allí, la incorporación en su discurso del acápite “Recove-  
cos de la historia”, que fluctúa de lo anecdótico a la crítica desmiti-  
ficadora.  
Nos encontramos en el Palacio Municipal de Latacunga,  
cuyo inicio de construcción data de la primera década del siglo an-  
terior e inaugurado en 1918, prosiguiendo, por varios años, sus tra-  
bajos complementarios, edificado con piedra pómez, la espuma del  
volcán tutelar: ha sido el escenario de acontecimientos de diversa  
naturaleza, protagonizados por el pueblo y sus representantes.  
Desde su balcón hicieron uso de la palabra, en campañas electorales  
o en conmemoraciones cívicas, personajes de la talla de José María  
Velasco Ibarra, formidable orador y humanista, quien fue Presidente  
de la República por cinco ocasiones y que tuvo máximo respeto para  
otro personaje histórico, Rafael Cajiao Enríquez, liberal latacun-  
gueño, cinco veces Alcalde de Latacunga por voluntad popular y  
presidente, además, del Consejo Provincial de Cotopaxi, lo que hoy  
se denomina Prefecto, caracterizado por su honradez acrisolada y  
trabajo incansable. Tuve la satisfacción de escribir su biografía que  
se publicó en 1976: es hoy ejemplo para los políticos especialmente  
para quienes llegan a la Alcaldía de la capital de Cotopaxi. Las espe-  
ciales consideraciones de Velasco Ibarra se debían a que decía que  
es la única persona, refiriéndose a Cajiao Enríquez, que le ha ganado  
en elecciones, él a nivel nacional y Rafael Cajiao Enríquez en ámbito  
provincial.  
Dado el carácter de nuestra Academia, básicamente plura-  
lista, aquí no hay cabida para el dogmatismo o el sectarismo, el pro-  
selitismo político o el activismo anárquico, ya que no es un club  
electorero sino el recinto de la razón, de la búsqueda de la verdad  
sobre todas las cosas, como lo preconizó González Suárez, en 1911,  
al exhortar, lo que nunca olvidamos, a los Miembros de la institución  
que apenas tenía a la época cerca de dos años de existencia: “Venced  
las dificultades, arrollad los obstáculos. Como la verdad es el alma de la his-  
toria, buscad la verdad, investigad la verdad; y, cuando la encontrareis, na-  
6
rradla con valor”.  
6
Cfr. Federico González Suárez en: Franklin Barriga López, Historia de la Aca-  
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Franklin Barriga López  
Es hora de escuchar al flamante Miembro Correspondiente  
de nuestra centenaria entidad, Arq. Francisco Ulloa Enríquez, Ph.D.,  
a quien brindo, en mi calidad de Director de la Academia Nacional  
de Historia del Ecuador, la más cordial de las bienvenidas, seguro  
de que su permanencia entre nosotros será valiosa, positiva, edifi-  
cante, que es el espíritu que prevalece en nuestra corporación cien-  
tífica.  
Damas y caballeros  
Salón Máximo del Palacio Municipal de Latacunga,  
viernes 30 de septiembre de 2022  
Bibliografía  
BARRIGA LÓPEZ, Franklin, Historia de la Academia Nacional de Historia (1909-  
2009), Academia Nacional de Historia, Editorial El Conejo, Quito, 2009  
GÁNDARA ENRÍQUEZ, Marcos, La semana trágica de Guayaquil, noviembre de  
922: aproximación a la verdad, Sociedad Ecuatoriana de Investigaciones  
1
Históricas y Geográficas, 1991  
HERRERA, Pablo, Apuntamientos de algunos sucesos que pueden servir para la His-  
toria de Quito, sacados de las Astas del Concejo Municipal y del Cedulario de la  
Corte Suprema, 1851.  
––––––, Antología de prosistas ecuatorianos, Imprenta del Gobierno, Quito, 1895  
demia Nacional de Historia (1909-2009), Academia Nacional de Historia, Editorial  
El Conejo, Quito, 2009, p. 53.  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Barriga López, Franklin,  
"
Bienvenida  
a
Francisco Ulloa Enríquez como Miembro  
Correspondiente de la Academia Nacional de Historia", Boletín de  
la Academia Nacional de Historia, vol. C, Nº. 208-B, julio -  
diciembre 2022, Academia Nacional de Historia, Quito, 2023,  
pp.156-164