BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen C  
Nº 208–B  
Julio–diciembre 2022  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. C – Nº. 208-B  
Julio–diciembre 2022  
“URDESA” CONSTRUYENDO HOY  
EL GUAYAQUIL RESIDENCIAL DE MAÑANA  
–DISCURSO DE ASCENSO A MIEMBRO DE NÚMERO–  
Antonieta Palacios Jara1  
Hoy alcanzo una nueva meta, un nuevo escalón en el trajín  
de la vida. Hoy me encuentro frente a ustedes para exponer mi dis-  
curso de ascenso a Miembro de Número de la Academia Nacional  
de Historia. Un gran honor.  
Institución centenaria fundada por monseñor Federico Gon-  
zález Suárez, el 24 de julio de 1909, y por la cual han pasado distin-  
guidos compatriotas que contribuyeron al rescate de nuestra historia.  
Soy arquitecta de profesión, sin embargo y retomando a lo  
dicho por el Arq. Melvin Hoyos recién la semana pasada, no por ser  
técnicos estamos distantes o ajenos a las ciencias sociales y en espe-  
cial de la Historia. Pero no puedo desvincularme de mi profesión  
por lo que mi práctica en el hacer Historia, ha sido la Historia de la  
arquitectura y, especialmente, la de nuestra ciudad, Guayaquil, una  
constante búsqueda de información para escribir acerca de sus dife-  
rentes periodos históricos.  
La Arquitectura es, como todo acontecimiento humano, objeto de  
la Historia. Pero es, además y, en primer lugar, sujeto de esa misma Histo-  
2
ria. La Arquitectura hace historia”. La Arquitectura se constituye así  
en un documento tangible, expuesto y duradero para la Historia; un  
documento diverso de lo escrito, pero por el cual es posible inducir  
acontecimientos y, sobre todo, hábitos de los pueblos que, de otra  
1
Arquitecta graduada en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil en 1979. Profesora  
de la Facultad de Arquitectura Universidad de Guayaquil, 1980–2014. Premio La Filantrópica,  
Facultad de Arquitectura Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, 1977. maantonie-  
tapalacios@gmail.com  
2
Joaquín Arnau, 72 voces para un Diccionario de la Arquitectura Teórica. Celeste Ediciones, España.  
2000, p. 106.  
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suerte, habrían sucumbido al olvido. La Arquitectura es un lenguaje,  
el lenguaje del espacio y, a través de su lectura podemos precisar  
cómo fueron sus habitantes, sus costumbres, sus gustos, sus prefe-  
rencias, sus luchas.  
Nosotros como seres humanos somos los protagonistas de  
ese gran escenario y que, con el transcurso del tiempo, nos converti-  
mos en objeto de esa misma Historia. Por lo tanto, la lectura arqui-  
tectónica de nuestra ciudad nos permite dar testimonio de su  
pasado, ser protagonistas de su presente y vislumbrar su futuro. Du-  
rante los primeros cincuenta años del siglo pasado, la ciudad de Gua-  
yaquil creció sobre las cenizas de dos grandes incendios el del 5-6 de  
3
4
octubre de 1896 y el del 16 de julio de 1902. Rápidamente se reedi-  
ficó, y, por lo tanto, su arquitectura es joven, para 1920 la ciudad es-  
taba totalmente reconstruida con su arquitectura de madera una vez  
más, sobre su antiguo trazado urbano.  
Para el centenario de nuestra independencia se propuso el  
primer barrio planificado al sur de la ciudad, el “Centenario”, sin  
embargo, su consolidación tuvo que esperar algunos años.  
La dotación de la vivienda es un problema que se plantea en  
nuestra ciudad, el constante crecimiento poblacional, la migración  
del campo ante las expectativas que brindaba la ciudad generó de-  
manda habitacional y les corresponde a las instituciones del Estado  
dar su solución, entre ellas, la antigua Caja de Seguro hoy IESS. Los  
barrios Grace, Orellana, y del Seguro son el resultado de esa política,  
pero no brindaban una solución integral, tan solo iba dirigido a los  
afiliados a la Caja.  
El eje de la avenida 9 de Octubre hacia el oeste también se  
vio afectado como eje de crecimiento, la presencia de viviendas hacia  
su lado sur dio origen a la formación del Barrio del Salado. Avan-  
zando más hacia el oeste tenemos en formación los primeros barrios  
suburbanos contemporáneos como el Barrio Garay.  
Enmarcando nuestro escenario nos ubicaremos en el Guaya-  
quil de los años 50, década que coincide con la modernización de la  
3
4
Julio Estrada Ycaza, Guía Histórica de Guayaquil. Tomo IV Incendios. Poligráfica, Guayaquil,  
007.  
Ibid.  
2
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ciudad, se consolida el uso del hormigón armado, que luego de una  
extensa lucha se vislumbra en los guayaquileños su aceptación, quie-  
nes no querían abandonar su tradicional arquitectura de madera…,  
pero, poco a poco, las antiguas mansiones de madera fueron susti-  
tuidas por edificios de cemento en altura.  
5
La compañía constructora Edificaciones Ecuatorianas reseñaba  
por la prensa “Dos años de embellecimiento urbano. Un edificio cada 8  
6
3
días”. “Con 1.650 sacos de cemento se funden 207 m de hormigón en un  
7
solo día”. El premio ornato otorgado por la Municipalidad de Gua-  
yaquil también estimuló la consolidación del uso del hormigón ar-  
mado. El crecimiento de la ciudad, la rápida transformación de  
Guayaquil en una urbe de mayores proporciones, de vibrante acti-  
vidad y ritmo acelerado, obligó a pensar seriamente a cada persona  
y a cada familia en la solución del problema básico de la vivienda,  
de la casa propia para vivir.  
Conocido es el desarrollo espontáneo de toda ciudad en el  
momento inicial de su crecimiento. Su expansión se dirige en todo  
sentido. No se ciñe ni obedece a ningún plan. Se forma una urdimbre  
de barrios y zonas, en la que alterna, en desesperante confusión, el  
distrito comercial, con el industrial y el residencial. Se produce, al  
mismo tiempo, la escasez de solares, acompañada del alza del precio  
de la tierra. Surge entonces la imposibilidad de encontrar el lugar  
para edificar su casa propia, y el costo exorbitante que alcanza el te-  
rreno se convierte en un obstáculo difícil de vencer.  
Es así como la empresa privada guayaquileña con empresa-  
rios de visión planteó en 1955, “construir hoy el Guayaquil de ma-  
ñana”. Dando lugar a la Urbanizadora del Salado, más conocida por  
su sigla “URDESA”.8  
Julio Vinueza Moscoso, Ernesto Estrada Ycaza y Jacobo Ra-  
tinoff, proponen un nuevo modelo de urbanización, pionera en nues-  
5
Empresa constructora dirigida por el Ing. Julio Vinueza Moscoso fue fundada en 1952. En:  
Leonor Estrada Ycaza, Julio Vinueza Moscoso, Construyendo una vida, Poligráfica, Guayaquil,  
2
015.  
6
7
8
El Universo, 1.I.1954.  
El Universo, 2.XI.1956.  
Folleto promocional.  
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tra ciudad, una ciudad dormitorio en la periferia del sector urbano  
de la ciudad; con la finalidad de proporcionar a sus habitantes el  
mejor sitio de Guayaquil para que tenga una casa propia para vivir  
con su familia. Bajo el slogan “Su hogar feliz en el mejor lugar de Gua-  
9
yaquil”. La familia tendrá, a un paso de la casa, todo lo que requiera  
para la vida diaria. Los niños dispondrán de parques y avenidas para  
jugar al aire libre sin exponerse al peligro del tránsito que amenaza  
constantemente la ciudad. El tamaño de los solares le permitirá cons-  
truir con amplitud, de acuerdo a las necesidades de cada familia y  
rodearse de patios y jardines que se complementan con las áreas ver-  
des públicas, y un gran parque.  
El 25 de mayo de 1955, la Municipalidad de Guayaquil  
aprobó la ordenanza, por la cual se autorizó la parcelación con fines  
de urbanización del terreno de propiedad de Urbanizadora del Sa-  
lado situado al noreste de la ciudad, antigua propiedad de la Junta  
de Beneficencia de Guayaquil. El terreno a urbanizarse tiene una ex-  
tensión de 1´530.000 metros cuadrados. A la orilla de los dos brazos  
del estero Salado, corre una franja circundante de manglares de unos  
2
0 metros de ancho aproximadamente. Luego sigue una planicie o  
10  
sabana, alta y firme en su mayor parte, de terreno sartenejoso que  
llega hasta los cerros de la Cordillera del Camello, que encuadra la  
Urbanización por el norte.  
Con una visión exacta del desarrollo urbano de la ciudad y  
11  
de sus múltiples necesidades, la Urbanizadora del Salado, S. A.,  
aportó sus conocimientos profesionales, el dominio de la técnica, la  
capacidad de planificación y construcción. Edificaciones Ecuatoria-  
nas fue la empresa contratada para realizar esta urbanización com-  
pleta y cabal, que sirve a la ciudad, a sus familias y habitantes.  
Su competencia y capacidad ha sido demostrada en las dis-  
tintas obras realizadas en el centro de la ciudad, desde 1952 año de  
su conformación. Se encontraba dirigida por el Ing. Julio Vinueza  
Moscoso y su departamento arquitectónico por el arquitecto chileno  
9
1
1
Ibid.  
0 Folleto promocional.  
1 Ordenanza de Construcción y Ornato publicada en El Universo, 20.XI.1956.  
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12  
Alamiro González Valdevenito, quien es un referente histórico de  
nuestra arquitectura moderna. Las casas de Urdesa debían ser de  
materiales incombustibles, los materiales combustibles como la ma-  
dera y similares, podían usarse tan solo como elementos comple-  
mentarios y secundarios, sin que formen parte integrante de los  
elementos estructurales.  
Los guayaquileños no solo cambiaron sus antiguas casas de  
madera, fueron también estimulados por una serie de objetos, como  
los electrodomésticos, que revolucionaron su estilo de vida. El ama  
de casa se beneficiaría de ello y la vida familiar será más “placen-  
tera”. Tenemos frente a nosotros el “Estilo de vida americano”. Estilo  
que se ve representado en la propuesta urbanística para la ciudadela.  
Esta debía ser abierta y, según la ordenanza de 1956, se prohibía le-  
vantar cerca alguna en los frentes a las calles públicas y en la línea  
de propiedad.  
Sus edificaciones deberán ser de uno o dos pisos. Solo se per-  
mitirán edificios residenciales de más de tres pisos en las zonas mar-  
cadas para este tipo de construcciones en el plano aprobado de la  
urbanización. En la ordenanza reza también “Queda terminantemente  
prohibida la instalación de desagües de cualquier tipo directamente a las  
aguas del Salado. La violación de esta disposición será sancionada con la  
13  
máxima multa y la demolición inmediata de las obras”.  
La ubicación de la zona residencial de la Urbanizadora del  
Salado ofrece todas las ventajas del sitio mismo, por sus condiciones  
climáticas, panorámicas y ambientales, así como por su posición en  
relación con la ciudad de Guayaquil, de sus principales centros de  
actividad y de vida. La distancia entre la plaza de San Francisco y  
Urdesa es la misma a la existente entre la plaza San Francisco con el  
barrio del Centenario.  
1
2 Leonor Estrada Ycaza, Julio Vinueza Moscoso, Construyendo una vida, Poligráfica, Guayaquil,  
015.  
2
Más información sobre el arquitecto chileno Alamiro González Valdevenito en: Redacción  
El Universo, “Las obras arquitectónicas de Alamiro González Valdebenito se destacan en va-  
rios rincones de Guayaquil”, 19 de septiembre de 2020. Ver en: https://www.eluniverso.  
com/guayaquil/2020/09/18/nota/7981834/alamiro-gonzalez-valdebenito-arquitecto-gua  
yaquil-obras-urdesa/ (28-11-2022)  
13 Ordenanza de Construcción y Ornato publicada en El Universo, 20.XI.1956.  
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Como datos de expectativa en Urdesa las avenidas principa-  
les la central y la transversal tendrían una longitud de 2 kilómetros,  
3
40 metros y 1 kilómetro, 400 metros, respectivamente, y 30 metros  
de ancho. Aceras de 6 metros. Parterres centrales de 2 metros Césped  
y árboles en aceras y parterres. La avenida de circunvalación una  
longitud total de 6 kilómetros, 620 metros y de ancho 18 metros, con  
fajas de césped y árboles en las aceras.14  
En el proyecto original se trazaron 136 manzanas con un total  
de 1.348 solares repartidos en tres zonas. Terrenos de 800 metros o  
más, de 500 a 800 metros y menores de 500. Marcando 3 zonas defi-  
nidas en el trazado de la ciudadela con una proyección de 120 per-  
sonas por manzana dependiendo del sector, con una aproximación  
de 15.320 personas en toda la ciudadela.  
Así nació Urdesa para el beneplácito de todos. Su plan de  
ventas también fue innovador, fue concebido con miras a dar las ma-  
yores facilidades a los compradores, utilizando para el efecto las for-  
mas de crédito que puedan emplearse en esta clase de operaciones.  
Crédito a 10 años plazo.  
Su contacto con la ciudad. Llegando al final de la calle Julián  
Coronel puede decirse que nos hallamos en las fronteras de la urbe;  
pero si avanzamos un poco más, y torcemos a la izquierda, llegando  
a la gran rotonda de la Avenida de las Américas, se nos abre ante no-  
sotros un vasto territorio junto al Estero Salado, flanqueado por los  
altos cerros centinelas de Guayaquil. Dejando a la derecha el monu-  
mental Estadio Modelo, rodamos por una larga y recta carretera, per-  
fectamente iluminada para llegar a Urdesa. Desembocamos en una  
plaza grande y ancha, perfectamente armonizada con el trasfondo  
de las siluetas geométricas de sus casas, y la gracia alegre de un her-  
moso parque infantil, solaz para niños y grandes. Los nombres de  
las innumerables avenidas y calles de esta importante zona residen-  
cial son poéticos: Dátiles, Todos los Santos, Bálsamos, Acacias, Las  
Monjas, Costanera, Los Mirtos... Todas las vías de tráfico y paseo  
están perfectamente asfaltadas y alumbradas.  
14 Ordenanza de Construcción y Ornato publicada en El Universo, 20.XI.1956.  
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Antonieta Palacios Jara  
Qué significó Urdesa  
Desarrollo horizontal de la ciudad hacia el Noroeste. Como ya ha  
sido relatado la ciudad creció de manera horizontal al noroeste de la  
urbe, sin embargo, la visión no se detuvo en Urdesa, rápidamente  
esta se convirtió en el paso hacia nuevas urbanizaciones; contempo-  
ránea a ella, Miraflores y, pocos años después vendrían: El Paraíso y  
Los Ceibos, trayendo consigo los problemas de congestionamiento  
y el rápido desgaste de la pavimentación de la avenida Víctor Emilio  
Estrada.  
Casa Propia y su financiamiento. La mayor parte de los guaya-  
quileños en la década de los años 50 eran inquilinos, la tenencia de  
la propiedad estaba concentrada en un grupo pequeño de sus habi-  
tantes. Urdesa brindaba la posibilidad de ser propietario mediante  
su capacidad de endeudamiento a diez años plazo, algo impensable  
para nuestros mayores, porque las compras eran de contado.  
Campaña publicitaria novedosa y sostenida, por algunos años,  
en la prensa y la radio fue la publicidad siendo posiblemente la pri-  
mera campaña publicitaria masiva que se realizó en el Ecuador. El  
observar la cantidad de anuncios casi a diario y la manera creativa,  
simple, sencilla y atrayente, en que se anunciaban las facilidades de  
pago, el avance de las obras, los nuevos propietarios y los sorteos  
muy generosos que se realizaban para incentivar aún más las com-  
pras de solares era extraordinario. La lista de los nuevos comprado-  
res estimulaba la presión de la señora de la casa sobre su esposo, al  
ver los nombres de amigos y gente conocida que día a día iban apa-  
reciendo en el periódico, y que también quería ser parte de ese nuevo  
estilo de vida en un lugar tranquilo alejado del desorden del centro  
de la ciudad.  
Ya concluyendo. Urdesa cumplió y sigue cumpliendo ya no  
como “ese paraíso” que con mezcla de nostalgia recordamos a quie-  
nes nos fue vendido: su estero, su fauna y flora, su tranquilidad; hoy  
es un sector económicamente activo, desordenado, bullicioso lo que  
nos lleva a reflexionar qué pasó con ese “paraíso”, ¿cuánta culpa tu-  
vimos sus habitantes al desproteger y descuidar el “paraíso” que nos  
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“URDESA” construyendo hoy el Guayaquil residencial de mañana  
fue entregado, ya tardíamente reclamamos la limpieza del estero Sa-  
lado, pero ¿quién lo ensució? ¿quién rompió la ordenanza?... Ya no  
quedan árboles, fueron talados para dar paso a nuevas edificacio-  
nes… tan solo sobrevive uno en la avenida de las Monjas. Los nom-  
bres “poéticos de antaño” de sus calles fueron borrados…  
Urdesa se constituyó en un modelo de vida, todos los que  
hemos vivido en ella, crecimos con ella, damos fe de ello. Sin em-  
bargo, la dinámica de la ciudad rebaza un plano, por más eficiente  
que este sea. ¿Qué futuro le depara? ¿será posible rescatar su estero,  
lo poco que queda de él?, ¿sus cerros? algunos cerros desaparecieron  
y otros cercanos fueron poblados irregularmente. Preguntas que  
serán contestadas con el devenir de los años y el compromiso de sus  
habitantes.  
Para concluir debo dar gracias a todos aquellos que hicieron  
posible que alcance un escalón más en mi quehacer en la historia y  
espero no sea el último. En primer lugar, a la Academia Nacional de  
Historia en su director el Dr. Franklin Barriga López. Al Sr. Eduardo  
Estrada por su presentación, al Ab. José Villón y Eco. José Arrobo,  
miembros del Directorio del Capítulo. Así como también la presencia  
de los demás miembros del Capítulo aquí presentes.  
A aquellos que por el paso del tiempo ya no nos acompañan,  
mis padres, mis maestros de Historia, y una mención muy especial  
a don Julio Estrada Ycaza. A mis amigos y compañeros del Colegio  
Americano y del Centro Educativo Miraflores. De quienes recibo sus  
mensajes de apoyo y cariño diariamente, aquí presentes. A todos los  
aquí presentes. Miembros de la Academia Marítima y Fluvial del  
Ecuador. Historiadores. Amigos todos. Y mi familia a los Palacios,  
soy la cabeza de ellos… o como ellos dicen la más vieja; a los Ochoa,  
mis hijos siempre apoyando las aventuras de su madre; a mis nietos  
15  
Lucas, Sarita y la pequeña Aitana; y una mención muy especial a  
Alfredo Ochoa Litardo, mi compañero de aulas, mi compañero de  
vida, mi esposo que con su silencio aprueba cada uno de mis em-  
prendimientos y me ha brindado la fortaleza para continuar.  
15 Este discurso esta dedicado a mi pequeña Aitana Ochoa Cabrera, luchadora y valiente, como  
muestra del profundo amor de su abuela.  
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Antonieta Palacios Jara  
Gracias vida me has dado tanto  
Guayaquil, 27 de octubre del 2022  
Bibliografía  
ARNAU, Joaquín, 72 voces para un Diccionario de la Arquitectura Teórica, Celeste  
Ediciones, España. 2000.  
ESTRADA YCAZA, Julio, Guía Histórica de Guayaquil. Tomo IV Incendios. Poli-  
gráfica, Guayaquil, 2007.  
ESTRADA YCAZA, Leonor, Julio Vinueza Moscoso, Construyendo una vida, Poli-  
gráfica, Guayaquil, 2015.  
Redacción El Universo, “Las obras arquitectónicas de Alamiro González Valde-  
benito se destacan en varios rincones de Guayaquil”, 19 de septiembre de  
2
020. Ver en: https://www.eluniverso.com/guayaquil/2020/09/18/  
nota/7981834/alamiro-gonzalez-valdebenito-arquitecto-guayaquil-obras-  
urdesa/ (28-11-2022).  
Documentos de periódicos  
El Universo, 1.I.1954.  
El Universo, 2.XI.1956.  
El Universo, 20.XI.1956.  
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“URDESA” construyendo hoy el Guayaquil residencial de mañana  
Anexos  
Carátula folleto promocional de URDESA  
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271  
Antonieta Palacios Jara  
Vista aérea de la ciudad de Guayaquil, de este a oeste.  
Observamos hacia el noroeste la implantación de “URDESA”  
Vista aérea de la ciudad de Guayaquil.  
Observamos trazado de manzanas y solares de la nueva urbanización  
Al fondo la ciudad, el río Guayas  
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272  
“URDESA” construyendo hoy el Guayaquil residencial de mañana  
Primer anuncio de “URDESA”, publicado en los diarios de la ciudad.  
La Nación. 3.IV.1955  
Anuncios publicitarios  
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273  
La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Palacios Jara, Antonieta,  
"
Urdesa construyendo hoy el Guayaquil residencial de mañana",  
Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. C, Nº. 208-B,  
julio - diciembre 2022, Academia Nacional de Historia, Quito,  
2023, pp.262-273