BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen C  
Nº 208–B  
Julio–diciembre 2022  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. C – Nº. 208-B  
Julio–diciembre 2022  
BIENVENIDA A JOSÉ EUGENIO ALVARADO GUALPA  
COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE  
DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Diego Moscoso Peñaherrera1  
Si Juan Jacobo Rousseau, el gran enciclopedista, fue el  
promotor, entre otros, para que se produjera la Revolución Francesa  
en 1789, donde nacían los Primeros Derechos Humanos, dijo que  
lanzaba sus libros al público con la certeza de haber hablado en pro del bien  
2
de la humanidad, sin cuidarse de lo demás y “si sus libros no se vendían,  
su oficio le bastaba, y esto era precisamente lo que los hacía vender’”,3  
nuestro recién incorporado a la Academia Nacional de Historia:  
investigador y escritor José Alvarado, no haciendo ruido ni sonido  
estentóreo alguno, sino en soledad, durante ocho años rayaba sus  
letras sobre nuestro gran Juan Montalvo Fiallos, dando a luz pública  
la obra intitulada: Juan Montalvo habla a la Patria para salvarla, libro  
que en su bautizo fuera incorporado por la Casa de Montalvo, como  
parte de la bibliografía básica a ser utilizada en la Cátedra Mon-  
talvina, en los colegios del país.  
Bien lo dijo el gran Montalvista, Dr. Plutarco Naranjo, en el  
prólogo de la misma:  
(
…) ésta que constituye un largo e interesante diálogo entre José  
Alvarado, quien formula las preguntas y Juan Montalvo que las  
contesta. El autor, asiduo lector del insigne polemista e ideólogo  
político, ha ido, a lo largo de años, recopilando lo sustancial de las  
hermosas prédicas del Cosmopolita, para convertirlas en respuestas de  
incontables inteligentes preguntas. Através de ellas, Montalvo, aparece  
tan vivo, tan capaz de la interlocución. La obra de José Alvarado tiene  
1
2
3
Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia.  
Jean–Jacques Rousseau, Las Confesiones, Clásicos Jackson, volumen XIV, 1966, p. 368.  
Ibídem.  
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Diego Moscoso Peñaherrera  
el mérito no sólo de “hacer hablar” a Montalvo sobre sus ideas, sobre  
los motivos de sus terribles dardos contra los malos gobiernos, contra  
tantos enemigos de la libertad y la democracia, tiene también el mérito,  
para los lectores de este siglo, de presentar una obra de carácter histórico  
sobre los personajes, amigos o detractores y sobre los acontecimientos  
poco o nada conocidos. En este aspecto la obra no es un simple  
catecismo montalvino sino un excelente complemento de la historia  
ecuatoriana y universal que contribuye al mayor esclarecimiento de  
trascendentes hechos del pasado.4  
Alvarado recurre, además, a valiosas opiniones de muchos  
autores o testigos presenciales.  
Es tonificante para quienes no sólo admiramos el maravi-  
lloso estilo literario de Don Juan, cuanto sus ideas sobre libertad,  
democracia, justicia, progreso y grandeza de la Patria, encontrar que  
hay jóvenes lectores del maestro y que Montalvo, como “evangelis-  
ta” o maestro de la lengua y gran ideólogo, sigue iluminando “el  
oscuro sendero de la patria”.  
Nuestro benemérito exdirector de la Academia, Dr. Plutarco  
Naranjo, manifestó en su prólogo que José Alvarado aporta mucha  
información “poco o nada conocidos” nuevos datos, razón más que  
suficiente para que en tres ediciones se hayan editado estas cercanas  
cuatrocientas páginas en centenares de libros. Esta obra anduvo y  
andará en manos de sus afanados lectores.  
José Alvarado, jamás podía dejar de lado al amigo, al filán-  
tropo de Montalvo: Eloy Alfaro; y, es así que raya nuevamente sus  
letras y escribe El monipodio de los avechuchos y los claroscuros de Eloy  
Alfaro y su muerte, cuyo prologuista Pedro Reino Garcés subraya que:  
El abogado José Alvarado Gualpa nos va dejando estupefactos, casi  
aturdidos a los lectores rutinarios de la historia patria...Se trata pues,  
de un autor que nos está enseñando a pensar y repensar rompiendo  
moldes. No es un libro para un “consumidor final” (…) Aquí, el lector  
deberá ser quien elabore el producto final con sus conclusiones y dice  
espero que este libro tenga el recorrido que merece por las verdades  
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José Alvarado Gualpa, “Prólogo”, Juan Montalvo: ¡habla a la patria para salvarla!, Crissan Color  
Industria gráfica, 2010.  
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Bienvenida a José Eugenio Alvarado Gualpa  
que contiene, sin tapujos ni lisonjas. Los hacedores de la patria no  
podrán descansar en paz con las evidencias que este investigador nos  
pone sobre la mesa.5  
Con todo esto sería más que suficiente para decir que nuestro  
nuevo miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Histo-  
ria, es un meticuloso investigador con documentación que a él le  
gusta: es decir documentos antiguos. Esto, lo ratifica otro de los  
prologuistas de sus dieciséis obras escritas; el Dr. Simón Espinosa  
Cordero dice de José Alvarado: “Si hubiese nacido en el siglo IV de  
nuestra era, habría sido benedictino y habría cuidado que la cultura latina  
6
y griega no pereciera en manos de los bárbaros”.  
Monseñor Luis Alberto Luna Tobar, como prologuista de esta  
obra del autor dice:  
Estas estrategias sociales humanísimas de José Alvarado nos permiten  
calificarle con las mejores notas en cuanto se refiere a temas socioló-  
gicos y especialmente a los que tienen mayor incidencia con la historia  
conocida por nuestra generación. Alrededor de lo social, la péñola del  
escritor joven se mueve tan segura como sincera y entra en muchos  
órdenes del Derecho, de lo político, de los social, de lo moral.... si su  
espectro de pensador es amplio, sus condiciones maduras de expre-  
sión, le dan características especiales de hondura humana y de acerca-  
miento universal a toda realidad social.7  
Alvarado nos da un mensaje audaz con su ensayo: “Vida y  
Filosofía de Rousseau, Schopenhauer, Friedrich Nietzsche y Juan  
Montalvo”. ¡Sí! acercarse a los filósofos alemanes y al francés y buscar  
comparaciones y hurgar sus vidas no es una temática que haya sido  
escrita con mucha frecuencia, pues se requiere de vastísimo  
conocimiento y mucha reflexión, siendo muy meticuloso en su  
expresividad y eso lo ha logrado José Eugenio Alvarado Gualpa.  
5
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7
Pedro Reino Garcés, “Prólogo” al libro de José Alvarado Gualpa, El Monipodio de los Avechuchos  
y los Claroscuros de Eloy Alfaro y su Muerte, impresión Pío XII, 2012, pp. 5-8.  
Simón Espinosa Cordero, “Prólogo” al libro de José Alvarado Gualpa, Carta a mi hijo desde mi  
Ataúd o Filosofía de la Vida y la Muerte, Editora Artes Gráficas, año 2017, p. XVI.  
Luis Alberto Luna Tobar, “Prólogo” al libro de José Alvarado Gualpa, Artículos de un Pasado  
que miran al Presente, Editorial Fondo de Cultura Ecuatoriana, 1992.  
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Diego Moscoso Peñaherrera  
De José Alvarado nos faltaría tiempo para hablar de su “Juan  
Benigno Vela, el ciego de los entuertos”; de su obra A los cuatrocientos y  
doscientos años, cuatro héroes de Macas encontrados, lo propio de otra  
de sus obras Desentrañando la historia de Huambaló o de los Personajes  
que hicieron Historia en Cañar, etc., etc.  
Parodiando a San Agustín, en su obra también llamada  
Confesiones, como la de Rousseau, José Alvarado está tan consciente  
que el pueblo ecuatoriano “no es tan ignorante que ignorase su  
8
ignorancia”, por lo que siempre ha estado atento con la historia de  
nuestro país; y por ello la Academia Nacional de Historia, ha abierto  
sus puertas a fin de que nuestro recipiendario siga, de hoy en ade-  
lante, con mayor vehemencia investigando y escribiendo sus nuevas  
obras que al asiduo y carísimo lector, lo mantendrá en expectativas  
de sus nuevos títulos. Adelante, apreciado José, sé bienvenido a esta  
tu casa de historiadores. Esperando tu amplia vinculación con la  
Academia y los valiosos aportes que darás a ella.  
Muchas gracias  
Bibliografía  
ALVARADO GUALPA, José, “Prólogo”, Juan Montalvo: ¡habla a la patria para  
salvarla!, Crissan Color Industria gráfica, 2010.  
–––––, El Monipodio de los Avechuchos y los Claroscuros de Eloy Alfaro y su Muerte,  
impresión Pío XII, 2012.  
–––––, Carta a mi hijo desde mi Ataúd o Filosofía de la Vida y la Muerte, Editora  
Artes Gráficas, año 2017.  
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San Agustín, Confesiones, Fundación Jesús de la Misericordia, 1957, p. 112.  
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Bienvenida a José Eugenio Alvarado Gualpa  
–––––, Artículos de un Pasado que miran al Presente, Editorial Fondo de  
Cultura Ecuatoriana, 1992.  
ROUSSEAU, Jean – Jacques, Las Confesiones, Clásicos Jackson, volumen XIV, 1966  
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La Academia Nacional de Historia es  
una institución intelectual y científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros  
a
historiadores  
profesionales,  
quienes  
entendiéndose por tales  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación  
histórica  
y
hayan  
realizado aportes al mejor conocimiento  
de nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Moscoso Peñaherrera,  
Diego, "Bienvenida a José Eugenio Alvarado Gualpa como  
Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Historia",  
Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. C, Nº. 208-B,  
julio - diciembre 2022, Academia Nacional de Historia, Quito,  
2023, pp.303-307