Apuntes sobre la historia
de la Literatura ecuatoriana
dumbide, Paul Hermann, Juan Pablo Castro, Edwin Alcaraz, César Chávez
(
muerto prematuramente). Y poetas, como Cristóbal Zapata, Juan José
Rodinás, los hermanos Gil (Pedro y Ubaldo, también fallecidos prematu-
ramente y, en cuya memoria, se lleva ahora mismo un encuentro de
literatura ecuatoriana, dirigido por el buen amigo vasco Aitor Arjol,
apasionado por la literatura ecuatoriana), Gabriel Cisneros, Freddy Pe-
ñafiel, Xavier Oquendo, Carlos Oramas, Juan Carlos Astudillo, Andrés Vi-
llalva, Pablo Meriguet, entre otros.
La novela histórica también encuentra importantes cultores
en este siglo (la zaga de los Ortiz: Benjamín, Gonzalo, Juan), Diego
Araujo Sánchez, Alfonso Reece, Agueda Pallares, Iñigo Salvador, Luis Zu-
ñiga, Felipe Vega de la Cuadra (con una excelente novela titula: “La li-
bertad que no llega”). Este interesante género (si así podemos
llamarlo) tuvo un gran cultor en el siglo XIX: Carlos R. Tobar, con su
novela “Relación de un veterano de la Independencia”. Y en el siglo
XX, otros excelentes narradores como Enrique Terán (y su Cojo Na-
varrete), Leopoldo Benítes Vinueza y Miguel Ángel Albornoz (ambos
también destacados diplomáticos).
La literatura testimonial y/o autobiográfica (que no ha te-
nido un desarrollo constante en nuestro país), tiene también intere-
santes cultores: Francisco Febres Cordero, Mónica Varea, los excanci-
lleres José Ayala Lasso y Diego Cordovez, los expresidentes Rodrigo
Borja, Rosalía Arteaga (quien también es autora de libros de poesía y
narrativa), Alfredo Palacio y Jamil Mahuad, por mencionar a quienes
han publicado sus obras en el siglo XXI. Pablo Cuvi, además de ser
un excelente narrador y cronista, ha sido el editor de algunos de
estos libros.
El ensayo literario que desde los trabajos de Agustín Cueva
Dávila, Bolívar Echeverría, Alejandro Moreano, Fernando Tinajero, hasta
los de Wilfrido Corral, Alicia Ortega, Daniela Alcívar, Mario Campana,
Gustavo Salazar, Iván Rodrigo Mendizábal, Cecilia Ansaldo (impulsora
de la excelente Feria de Libro de Guayaquil), Paul Puma, Diego Falconí
(obtuvo el premio Casa de las Américas), María Barrera-Agarwal, Fer-
nando Albán (quien dirige la revista Elipsis, de las pocas revistas lite-
rarias que se mantienen en el país), han tenido una trascendencia
BOLETÍN ANH Nº 208-B • 534–552
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