Bienvenida a Enmanuelle Sinardet
como fue el espíritu que animó a la creación de la inicial Sociedad
Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos y, ahora, en tiempos de
globalización, debemos necesariamente dirigir el enfoque hacia ám-
bitos mundiales, sin descuidar las raíces que sostienen al árbol de la
Patria, con miras a frutos óptimos de cohesión nacional y orgullo de
pertenencia. Ahora, con el ingreso de la Dra. Sinardet van a incremen-
tarse los vínculos en lo que respecta a mayor relación encaminada al
intercambio y colaboración recíprocos, así como a profundizar el co-
nocimiento y la fraternidad de Francia y Ecuador o viceversa, en áreas
sustanciales como son las históricas y disciplinas conexas, incluidas
las diplomáticas. Estamos trabajando un convenio en este sentido,
entre nuestra Academia y la prestigiosa universidad parisina a la que
se pertenece y a otros organismos afines, con los cuales nos vincula-
remos.
Felizmente, la trayectoria de esta dama así lo recomienda:
Nacida en Annecy, catalogada como una de las ciudades más
bonitas de Francia, en el lado francés de los Alpes, departamento de
Alta Saboya, muy cerca de la frontera con Suiza e Italia; es doctora
en Estudios Latinoamericanos, por la Universidad La Sorbonne; por
doce años catedrática en Historia y Estudios Culturales Latinoame-
ricanos en la Universidad de Nanterre, también de París; directora
del Centro de Estudios Ecuatorianos, fundado en 1972, que es el or-
ganismo de investigación europeo más antiguo sobre la producción
cultural ecuatoriana. Por lo indicado, se trata de una especialista en
temas concernientes a nuestro país, que no se ha quedado única y
exclusivamente en la teoría sino que de manera objetiva y reiterada,
como lo demuestran sus varios viajes a nuestra patria con objetivos
de investigación. Por primera vez estuvo en la ciudad de Ambato
(1986); desde allí se halla vinculada con nuestro medio, de manera
permanente y digna de reconocimiento, como lo estamos haciendo.
De su pluma han salido investigaciones históricas y literarias
en crecido número y calidad, que han llegado o partido de algunos
confines, como Argentina, Perú, Colombia, Panamá, México, Estados
Unidos, España, Singapur o Filipinas, obviamente Francia. Se ha de-
senvuelto con marcada idoneidad en un tema tan complejo y que
demanda vastos conocimientos como es el de la identidad ecuato-
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