asimismo, de novelas, como La piel del cielo, que ganó el Premio
Alfaguara; de poesía, biografías de mujeres, infinidad de crónicas
en donde ha hecho visibles a marginales y sus lacerantes proble-
mas. Frontal y sin miedo ha ido pluma en ristre construyendo una
producción que desde ya agradecen las generaciones, por ello los
reconocimientos de esta talla:
Premio Cervantes, al que ya hice referencia; Nacional de
Periodismo de México 1978, por sus entrevistas; Nacional de
Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura 2002; Pre-
mios de resonancia internacional, como el Rómulo Gallegos,
Biblio teca Breve, Premio Nacional de la Asociación de Radiodi-
fusoras (Polonia) o el María Moors Cabot que otorga la Universi-
dad de Columbia. Un tren del Metro de la Ciudad de México lleva
su nombre. Se ha hecho merecedora a Doctorados Honoris Causa,
como los de la Universidad Nacional Autónoma de México, Uni-
versidad de París, Complutense de Madrid, de Puerto Rico, de
Florida Atlantic University, de Nueva York, Universidades Autó-
noma de Puebla, de Sinaloa, de Chiapas, de Michoacán, de Gua-
dalajara, de San Luis Potosí, César Vallejo (Perú) En el presente
año, el mes anterior, el Senado de la República Mexicana le en-
tregó la Medalla Belisario Domínguez, presea de la más alta sig-
nificación y cuyo motivo fue “por su contribución invalorable al
campo de las letras en México y más allá”.
Cuánto más puede afirmarse de Elena Paniatowska, ma-
terial suficiente para escribir una copiosa y necesaria biografía
suya.
La Academia Nacional de Historia del Ecuador, fundada
el 24 de julio de 1909, primero como Sociedad Ecuatoriana de Es-
tudios Históricos Americanos, para en 1920 adquirir la categoría
de Academia Nacional de Historia, por Decreto Legislativo que
lleva el ejecútese del en ese entonces Presidente de la República,
José Luis Tamayo, es una corporación científica, de carácter oficial
y autónoma, de esencia pluralista, cuyo sólido prestigio se afianza
en más de una centuria de trabajo. Han pertenecido y pertenecen
a esta institución elementos de primera línea de país y del exte-
rior, identificados con el humanismo.
Franklin Barriga López
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BOLETÍN ANH Nº 210 • 249– 254