Bajo la sombra del coqueluche:
población y mortalidad en Quito entre 1910 y 1923
Nacionales de Salud, Meryland) que el virus surgió en un contexto
estacional, en algún momento del invierno de 1917-1918, pero no se
sabe si provenía directamente de un ave o un cerdo. En el verano de
1918 mutó y se volvió altamente contagioso entre los humanos. ¿Que
hizo que mutara? Se piensa que, grandes regiones del mundo, afron-
taban una hambruna y hay indicios de que las carencias nutriciona-
les pueden desencadenar cambios genéticos haciendo que se vuelva
más virulento. Sin duda los gases, en el segundo frente occidental
abundaban las sustancias químicas (gas mostaza) con una fuerte po-
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sibilidad de la mutación de organismos vivos, incluidos los virus.
Los primeros cálculos sobre la morbilidad indicaban 20 mi-
llones de contagiados, actualmente se piensa que fueron entre 40 y
50 millones a nivel global. Se estima que la letalidad osciló entre 2.5
y 5% de la población mundial. El efecto de la pandemia fue desigual,
el área más afectada fue la de las islas del Pacífico, en Asia. De ma-
nera particularizada, en la ciudad de México, para citar un caso más
cercano, se puede deducir, que la influenza ocasionó alrededor de
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.000 muertes más en la población citadina en comparación con las
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causadas por las enfermedades respiratorias normales. La diferen-
cia sustantiva que caracterizaba a la epidemia de influenza es la re-
lacionada con la afectación a los jóvenes, en lugar de los niños y
viejos, que por lo común son los que se enferman y mueren de pro-
blemas respiratorios en las temporadas de invierno. En cuanto a las
diferencias por sexo, hubo un ligero porcentaje mayor en las mujeres
de 5 a 20 años de edad; en cambio, en el primer grupo, los niños
muestran valores más altos, dentro de los cánones normales de mor-
talidad infantil, en el cual es mayor el número de hombres afectados,
ascendió a 21,6 millones de personas, cifra que en 1991 subió, con nuevos conteos, a 30 mi-
llones, Laura Spinney, El jinete pálido, pp. 173-174.La gripe pasó de provocar 0.7% de las
muertes en 1917 a 4.3% en 1918 y a 20.7% en 1919, aunque es posible que hubiera una mayor
mortalidad a partir de los casos no denunciados o de la confusión con otras enfermedades
o asociación con algunas de éstas. Adrián Carboneti, “Historia de una epidemia olvidada.
La pandemia de gripe española en la argentina, 1918–1919”, Desacatos no.32 México ene./abr.
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010. Desacatos.versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X. Ver en:
http://www.scielo.org.mx/pdf/desacatos/n32/n32a12.pdf
14 Laura Spinney, El jinete, pp. 201-202.
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5 Lourdes Márquez Morfín y América Molina del Villar, “El otoño de 1918: las repercusiones
de la pandemia de gripe en la ciudad de México”, en Desacatos, no.32 México ene./abr. 2010,
p. 126. Ver en: http://www.scielo.org.mx/pdf/desacatos/n32/n32a10.pdf
BOLETÍN ANH Nº 203 • 99–141
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