Presentación del libro
Seguridad y Defensa en la Historia Ecuatoriana
monios escritos –como ya anoté- es el acopio de las referencias he-
chas por cronistas que recogieron el pasado de los pueblos autócto-
nos, como Cieza de León, Juan de Betanzos, Francisco de Jerez,
Miguel Cabello de Balboa, Francisco López de Gómara, Fernando
Montesinos, Guamán Poma de Ayala, Agustín Zárate, Garcilaso de
la Vega; informaciones bibliográficas que se complementan con la
de historiadores pertenecientes a los años posteriores, como Federico
González Suárez, Jorge Salvador Lara, Luis Andrade Reimers, Pedro
Porras, Piedad y Alfredo Costales, Segundo y Christiana Moreno,
Lenin Ortiz Arciniegas, entre otros. Se debe resaltar que, a lo largo
de los dos volúmenes de esta obra medular de Paco Moncayo, pre-
valecen numerosas y sistematizadas citas bibliográficas, lo que sig-
nifica aval de calidad académica.
Difícil, en extremo, introducirse, con intención analítica, en
los escenarios prehispánicos; no obstante, Paco Moncayo cumple esta
actividad, llegando incluso a espigar en las dimensiones del Reino
de Quito, en lo señoríos de la nación Quitu-Cara y sus guerras y
alianzas. Dedica un capítulo al ejército quiteño de esa época, a su ar-
mamento, fortificaciones y la forma de operar de las huestes aborí-
genes antes de la incursión de los Incas, a los que combatieron. Con
igual conocimiento llega al Incario y a su ejército, organización, je-
rarquías y políticas militares, armamento, entrenamiento, fortalezas
o pucarás, comunicaciones, logística, forma de lucha, infraestructura,
a las guerras de resistencia a Túpac Yupanqui y a Huayna Cápac, la
guerra civil entre Huáscar y Atahualpa, habiendo resultado triunfa-
dor, como es conocimiento unánime, nuestro compatriota, el inca
quiteño que tuvo dentro de su equipo de generales a héroes de la
talla de Calicuchima o Quisquís, que entraron al mismo Cuzco, la
capital del imperio, y apresaron a Huáscar. Los quiteños, que tam-
bién tuvieron en el general Rumiñahui a uno de sus personajes más
representativos, dieron batalla a los invasores ibéricos.
Con igual conocimiento, dedica considerable espacio a las
guerras de la conquista española, comenzando por la situación de
Europa en los años del Renacimiento, donde la cultura afianzada en
el Humanismo alcanzó niveles superlativos, que se proyectaron a
universales ámbitos. El autor coteja las características del ejército es-
BOLETÍN ANH Nº 202 • 510–530
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