BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII Nº 201  
Enero-junio 2019  
Quito–Ecuador  
BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVIII  
Nº 201  
Enero–junio 2019  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
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BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVIII  
Nº 201  
Enero–junio 2019  
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ISSN Nº 1390-079X  
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
Vol. XCVIII – Nº. 201  
Enero–junio 2019  
LA REIVINDICACIÓN DEL REINO DE QUITO  
–DISCURSO DE INCOPORACIÓN–  
Lila Chávez Fonseca1  
Con este discurso de orden, paso previo para ser Miembro  
Correspondiente de la Academia Nacional de Historia, quiero rendir  
mi homenaje a los 11.480 años de Historia Aborigen que tiene nues-  
tro país desde 10.000 años a.C. a 1.480. d.C.; y que la mayoría de  
ecuatorianos lamentablemente la desconocen.  
Me sentí profundamente desconcertada, cuando en un diario  
muy importante del país, se dijo que la Historia del Ecuador arranca  
en 1534 con la llegada de Sebastián de Benalcázar y la Fundación de  
Quito; y nadie dijo nada, sobre esos 11.480 años de brillante Historia  
Aborigen que tuvimos con pueblos como Valdivia, que fueron los  
primeros en América en conocer la agricultura y la cerámica; se ol-  
vidaron de Chorrera, que sienta las bases de nuestra nacionalidad al  
haberse ubicado, claro está, con diferentes nombres en las tres regio-  
nes naturales de nuestro país: Chorrera, en la Costa, Cerro Narrio en  
la Sierra y Yasuní en el Oriente; y que decir del pueblo de la Tolita,  
el primero en el mundo en mezclar el oro con el platino y llegar a  
confeccionar piezas hermosas en metalurgia, algunas de las cuales  
las podemos admirar actualmente en el Museo Nacional de la ciudad  
de Quito.  
Es por esto que, sintiéndome parte de este pueblo, ya que  
nací en Panzaleo, zona en donde existió un pueblo aborigen del  
1
Abogada de los Tribunales de la República, Magíster en Gerencia de la Educación Abierta, Es-  
pecialista en Educación Superior, Diplomada en Inteligencia Múltiples y Desarrollo del Pen-  
samiento en la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Doctora en Historia del Ecuador  
y Licenciada en Ciencias de la Educación en la Universidad Central del Ecuador. Ha sido pro-  
fesora de Investigación Científica, Deontología Profesional, Legislación Turística y Hotelera,  
Lenguaje y Comunicación, Historia del Ecuador y Universal, Ciencias Sociales, Historia del  
Ecuador y Universal, Geografía Económica, Sociología, Economía, Filosofía, Investigación,  
Realidad Nacional, Lógica, Desarrollo del Pensamiento, Problemas Filosóficos. Ha escrito va-  
rios libros.  
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mismo nombre, que perteneció conjuntamente con Tuncahuán al  
grupo de pueblos llamados “Estilo Horizonte” Tuncahuán: que son  
pueblos que se extienden por varios lugares y cuyo origen no es muy  
claro todavía; me siento con la obligación de dar a conocer a las ge-  
neraciones actuales la enorme importancia que tuvieron esos pue-  
blos, que, lamentablemente, les ubicaron en un período al que lo  
denominaron Pre-Historia, que no significa absolutamente nada,  
porque el término Pre, significa antes; y antes de, no existe nada.  
¿
Pero?, ¿cuándo comenzó este problema?, ¿cuándo y por qué se dio  
esta clasificación a la Historia?.  
Este término de Pre, fue creado por la burguesía europea y  
los historiadores idealistas, que se encontraban en difícil situación  
para explicar el mundo desde su punto de vista, la existencia de la  
Historia Humana; fueron los historiadores ubicados en la cuenca del  
Mar Mediterráneo los que, con un criterio de superioridad y quizá  
desprecio para pueblos pequeños, manifestaron que la Historia Hu-  
mana se remontaba a 5.000 años a. C. aproximadamente, y en ella se  
involucraba, exclusivamente, a los pueblos que se habían desarro-  
llado alrededor del Mar Mediterráneo; así manifestaban que en la  
Historia Humana habían existido cuatro Reinos Universales: Asiria  
(
que se encuentra en parte septentrional de la Mesopotamia, Asur y  
Nínive), Babilonia, Grecia y Roma; que subsistirían para siempre.  
Sin embargo quienes sostenían esta tesis, se vieron en serios  
problemas, cuando se comienza a encontrar restos arqueológicos y  
humanos de mucha más antigüedad; entre ellos el Pithecantropus  
2
Erectus en otros sectores del planeta como África y China , que pa-  
recen tener el origen del ser humano.  
Los historiadores de esa época consideran que se debe dar  
alguna denominación a esos pueblos que, por supuesto, no estaban  
a orillas del Mar Mediterráneo, y en Europa se empezó a hablar de  
la Ante-Historia; otros decían, los de Fuera de la Historia, hasta que  
en 1.851 Daniel Wilson en su obra denominada “Arqueología y Pre-  
3
historia de los Anales de Escocia ; creó el término Pre-Historia, con el  
2
3
S/A, “1891-Eugene Dubois descubre al Hombre de Java: Homo erectus”, Todo sobre la evolución.  
Ver en: http://todosobrelaevolucion.org.mx/capsula.php?id=525 (02-07-2019)  
Daniel Wilson, Prehistoric annals of Scotland, Sutherland & Knox, Edinburgh, 1851.  
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Lila Chávez Fonseca  
objeto de ubicar en el término pre, a todos aquellos pueblos que no  
habían conocido la escritura, a los que se consideraba atrasados, de  
cultura inferior; mientras que los pueblos históricos eran aquellos  
que habiendo conocido la escritura, eran de alta cultura y por lo  
tanto superiores.  
De acuerdo a este criterio absurdo, todos los pueblos ameri-  
canos, pese a su alto desarrollo cultural, como no desarrollaron la es-  
critura, fueron catalogados como pre-históricos; sin darse cuenta que  
el término pre, significa antes; y antes de, no hay nada.  
La época de la que estamos hablando, tuvo claro dominio del  
idealismo y del dogma religioso y se decía que la historia del ser hu-  
mano se encontraba determinada en la Biblia, y que este libro fue dic-  
tado por Dios; y que, por lo tanto, era infalible, de acuerdo con este  
criterio idealista. Surgen las inquietudes de: ¿cuándo fue creado el  
ser humano?, y si en la Biblia existía la pre- Historia; después de lar-  
gas deliberaciones los idealistas llegaron a la siguiente conclusión;  
de que si había pre-Historia en la teoría creacionista y que el nombre  
dado fue “Génesis”, que comprendía desde el advenimiento de la  
4
primera pareja de los seres humanos hasta el diluvio universal.  
Pero se necesitaba, más o menos, fijar la antigüedad del ser  
humano; para lo cual muchos sacerdotes se pusieron a investigar la  
Biblia y fue el obispo James Usher de la región de Ulster, en el pueblo  
de Armagh, quien sumando los distintos hechos y vida de hombres  
y mujeres en la Biblia, llegó a la conclusión de que el hombre fue  
5
creado un 23 de octubre del año 4.004 a.C. La misma información  
sobre día, mes y año se registra en otra versión la del Dr. John Ligt-  
foot, Vicerrector de la Universidad de Cambridge y Rector del Cole-  
gio Saint Catherine de Londres, que el hombre fue creado el 23  
6
octubre del año 4.004 a.C. a imagen y semejanza de Dios. Este su-  
4
5
El punto de vista bíblico. ¿Qué dice en realidad el libro bíblico de Génesis?. Ver en:  
https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/101988889#h=2 (03-07-2019)  
National Geographic, Mitos del antiguo testamento, p.38. Ver en: http://libroesoterico.com  
/
biblioteca/enigmas_conspiraciones/National%20Geographic%20Society%20-%20Gran-  
des%20Enigmas%20De%20La%20Humanidad%2017%20-%20Mitos%20Del%20  
Antiguo%20Testamento.pdf (03-07-2019)  
6
Vicente Uribe Uribe, El prodigio de la evolución del simio ancestral al hombre moderno, Cristina  
Uribe editores, Colombia, 2001.  
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puesto estudio, no fue aceptado ni por los mismos historiadores bur-  
gueses, los cuales procedieron a dividir la Historia en dos grandes  
etapas Pre- Historia e Historia.  
Personalmente me sumo a la corriente de historiadores ac-  
tuales de América y Ecuador, de no aceptar el término Pre Historia  
para pueblos tan valiosos que han existido en América como Azte-  
cas, Mayas, Chibchas e Incas y lo propio en nuestro actual Ecuador  
con pueblos como: el Inga, Las Vegas, Valdivia, Chorrera, La Tolita,  
Manteño - Huancabilvacas, Caras y Puruhaes.  
El término utilizado para esta etapa debe llamarse Historia  
Aborigen, y así estaremos rindiendo un homenaje a la verdad y al  
desarrollo cultural de estos pueblos; ya es hora de que no nos sinta-  
mos menos que nadie, tenemos que ser orgullosos de lo que ellos hi-  
cieron en el pasado, y por eso, el tema de mi intervención en esta  
mañana “Reconocimiento al Reino de Quito” y, principalmente, al  
nombre de Quito; porque así se llamó nuestro país a lo largo de su  
Historia.  
Uso del término Quito a lo largo de la Historia  
Quito.- en homenaje a su único fundador Quitumbe.  
Reino de Quito, tal cual como lo señala el Padre Juan de Velasco  
en la primera obra de Historia escrita sobre nuestro país.  
Gobernación de Quito en 1540, siendo su primer Gobernador Gon-  
zalo Pizarro.  
Real Audiencia de Quito 29 de Agosto de 1563; mediante Cédula  
Real dictada en la ciudad de Guadalajara España por el Rey Fe-  
lipe II.  
Departamento del Sur o de Quito; mientras permanecimos en la  
Gran Colombia del 29 de Mayo de 1822 al 13 de Mayo de 1830.  
El 14 de Agosto de 1830 en la ciudad de Riobamba, 21 asam-  
bleístas reunidos en esa ciudad desconocen el nombre de Quito para  
nuestra República y adoptan el nombre de Ecuador, nombre tomado  
de una línea imaginaria que atraviesa por nuestro país, muy cerca  
de la ciudad de Quito; pero fue el 21 de septiembre de 1830 cuando  
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aprobaron estos 21 diputados la primera Constitución Política de la  
7
República del Ecuador.  
Ha nacido la República del Ecuador, la misma que, en mi cri-  
terio, y en el de muchos, debía llamarse República de Quito, pero que,  
lamentablemente, por discusiones internas se desconoció este nom-  
bre, lo que trajo graves consecuencias limítrofes para nuestro país.  
Como maestra que soy, sostengo que así debemos enseñar la  
Historia a la juventud actual; pero, previamente, las autoridades  
competentes deberían ordenar que se enseñe en escuelas, colegios y  
universidades los 11.480 años de historia que tenemos hasta la ac-  
tualidad; para que, conociendo lo que se hizo en varios períodos de  
nuestra historia, se sientan orgullosos de su pasado; solo así estaría-  
mos fomentando el patriotismo, tan venido a menos en los últimos  
años; debemos hacerles tomar conciencia a las generaciones presen-  
tes, que la Historia es la memoria de los pueblos, en síntesis, la His-  
toria Aborigen de América y de nuestro país se inicia con la llegada  
de los primeros grupos humanos a estas tierras, procedentes, con se-  
guridad, del continente Asiático y que llegaron a nuestro continente  
por la llanura de Beringia, y concluye este período con la llegada de  
los españoles, que no nos descubrieron sino que, nos conquistaron.  
La llegada de estos primeros grupos humanos a América pa-  
rece que aconteció hace 60.000 años, así lo demuestran los restos hu-  
manos encontrados en la costa Occidental de los Estados Unidos de  
Norte América y que les dieron los nombres de, restos humanos de  
La Jolla y Del Mar. Comentarios de Alex Hrdlicka quien es partidario  
de que los primeros seres humanos que llegaron a América, provie-  
8
nen del sector de Mongolia y que cruzaron la llanura de Berigia.  
Hasta el momento el grupo humano más antiguo, se estable-  
ció en el sector de El Inga, provincia de Pichincha; entre las pobla-  
ciones de Tumbaco y Pifo en las faldas del volcán Ilaló, y su anti  
güedad se remonta a 12.000 años.9  
7
8
Efrén Avilés Pino, “Primera Constituyente”, Enciclopedia del Ecuador. Ver en: http://www.en  
ciclopediadelecuador.com/historia-del-ecuador/primera-constituyente/ (03-07-2019)  
Hrdlicka alex, Primeros pobladores de América. www.google.com/search?q=Alex+Herdika&rlz=  
1
C1TSNS_enEC509EC697&oq=Alex+Herdika&aqs=chrome..69i57j33.2137j0j7&sourceid=chro  
me&ie=UTF-8 (28-07-2019)  
9
Culturas que poblaron el Ecuador, 17 de noviembre de 2017. Ver en: https://www.diariopi  
nion.com/web2018/primeraplana/verArticulo.php?id=962506 (04-07-2019)  
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La reivindicación del Reino de Quito  
Pero el tiempo sigue su marcha y los acontecimientos histó-  
ricos siempre están presentes en el devenir de los pueblos. Aproxi-  
madamente en el año 1480 dC. se produce la invasión de los Incas  
procedentes del Perú a nuestro país; es entonces que, la preocupa-  
ción hace que comencemos a unirnos, a formar alianzas ante la ame-  
10  
naza de un pueblo eminentemente militar.  
Una de las alianzas más importantes de aquella época fue la  
de Caras y Puruháes. Con esta alianza, prácticamente, nacía el Reino  
de Quito o Confederación Quiteña que tendrá la grave responsabili-  
dad de defender nuestros territorios ante la presencia de los Incas,  
conducidos, a su tiempo, por dos grandes estrategas militares y jefes  
de este pueblo: Túpac Yupanqui y su hijo Huayna Cápac, este último  
había nacido en la ciudad de Tomebamba capital del pueblo de los  
Cañaris.  
Como un homenaje a todo lo que significa Quito–País, he  
creído conveniente realizar un estudio sobre algunos legendarios  
guerreros de antaño que son muy poco conocidos por la juventud  
actual, entre ellos señalo:  
Quitumbe. Único fundador de la ciudad de Quito  
Revisando varios documentos del pasado, me encontré con la  
11  
figura del religioso napolitano Anello Oliva, gran cronista de indias,  
quien manifiesta que, por largos años, mantuvo conversaciones con  
el Kipucamayo Catari, quien le fue narrando, con lujo de detalles, lo  
que se ha dado en llamar “la tradición de Quitumbe”, y que dice así:  
En los fértiles páramos de Sumpa, actual Puntilla de Santa  
Elena, vivía un pueblo de guerreros valientes, gobernados por el Ca-  
cique Tumbe, el mismo que tuvo dos hijos: Quitumbe y Otoya.  
10 Padre Juan de Velasco Historia del Reino de Quito, segundo tomo Historia antigua, editorial  
J.M. Cajica Jr., México, 1960, pp.59-61.  
1
1 Cronista jesuita (SI) de Indias. Estudió en el Colegio de los jesuitas de su ciudad y en 1597  
arribó al Perú con el padre Felipe Claver, formando parte de un grupo de doce operarios  
que enviaba el general Claudio Acquaviva… en su obra explica el pasado milenario de los  
pueblos andinos que Oliva remonta a la región de Sumpa, zona costera de la actual República  
del Ecuador… Anello de Oliva falleció en el Colegio de San Pablo de Lima el 5 de febrero de  
1
642. En: Real Academia de la Historia, Juan Anello de Oliva. Ver en: http://dbe.rah.es/bio-  
grafias/20748/juan-anello-de-oliva (04-07-2019).  
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Lila Chávez Fonseca  
Quitumbe soñador y aventurero abandono su región de ori-  
gen y se trasladó a la actual provincia de El Oro, en donde fundó, en  
12  
homenaje a su padre, la ciudad de Tumbes (hoy pertenece al Perú);  
desde este sector, se dirige a la región interandina, llegando a una pe-  
queña población a la que en su homenaje la bautizó como Loma de  
Quitu; con esta fundación ha nacido una ciudad señorial, llamada a  
ser, en el futuro, la capital del Ecuador y primera ciudad Patrimonio  
Cultural de la Humanidad; en mi criterio y el de muchos cultores de  
la historia, esta es la verdadera fundación de la actual capital de los  
ecuatorianos, la que con honor debe ser reconocida por todos quienes  
nos consideramos descendientes directos de este audaz guerrero, que  
quizás, sin quererlo unía, por primera vez, con su viaje a las dos re-  
giones más importantes de nuestro país: la Costa y la Sierra.  
Éste Quitumbe debería ser reconocido como el pionero en  
tratar de lograr algo que todavía no se ha consguido en toda su mag-  
nitud; lograr un Ecuador grande y unido, como grande y soberana  
es nuestra Amazonía.  
Con Quitumbe aparece el primer nombre femenino de nues-  
tra historia, su hermosa esposa Llira, mujer de belleza increíble, según  
13  
nos cuenta el padre Oliva, a no dudarlo, de aquella estirpe vinieron  
luego; Manuela Sáenz, Manuela Cañizares y Manuela Espejo, que han  
significado gloria y orgullo para todos los ecuatorianos.  
Este relato nos cuenta la historia que esta pareja de Quitumbe  
y Llira tuvieron dos hijos Guayanay y Thombe, quienes, cuando lle-  
garon a su juventud, heredaron de su padre la virtud de ser aventu-  
reros; es así como Thombe fue al Austro del Callejón Interandino y  
fundó la ciudad de Tomebamba, mientras que Guayanay fue a la  
Costa de nuestro país y allí fundó, en su honor, la Perla del Pacífico,  
la ciudad de Guayaquil; y algo más nos cuenta el padre Anello Oliva:  
Guayanay fue al sur y según él fundó el pueblo de los Incas, versión  
no comprobada completamente, pero que de ser cierta nos permitiría  
hablar claramente de un Tahuantinsuyo Quiteño que lo iniciara Gua-  
1
2 Anello Oliva, Historia del Reino y Provincias del Perú de sus Incas Reyes. Descubrimientos y con-  
quista por los españoles de la Corona de Castilla con otras singularidades concernientes a la Historia,  
Imprenta y librería de S. Pedro, Lima, 1895, pp.24-25. Ver en: https://archive.org/details/li-  
broprimerodelm00oliv/page/n7 (04-07-2019)  
13 Anello Oliva, op. cit., p.24.  
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La reivindicación del Reino de Quito  
yanay y lo ratificaría el gran Atahualpa luego de sus grandes triunfos  
1
4
contra su hermano Huascar en las batallas de Jauja y Quipaipan.  
Esto me hace recordar de las largas horas en que conjuntamente con  
mi esposo compartíamos con el Dr. Jorge Salvador Lara sobre este  
tema.  
Duchicela  
El Coloso de los Andes fue testigo de su nacimiento, ese ma-  
jestuoso Chimborazo que años más tarde inspiraría a Bolívar a cantar  
su delirio grande y romántico; como este cono de nieve fue Duchi-  
cela, hombre práctico y romántico que logrará que un matrimonio  
por conveniencia política, se convierta en algo tan sólido que parece  
que duró cincuenta años;15 tiempo de felicidad que compartió con  
esa belleza serena de Quito llamada Toa; amores así están llamados  
a perdurar para siempre en el recuerdo de quienes somos sus des-  
cendientes.  
El Shiri XI Carán, tratando de ampliar sus dominios, propuso  
a Condorazo, Régulo de los Puruhaes, unirse amistosamente y for-  
mar un solo cuerpo de monarquía, mediante el matrimonio de la  
1
6
princesa quiteña Toa con el Principe puruhá Duchicela. Con Du-  
chicela se iniciaría una dinastía, cuya línea perduró con la sucesión  
de cuatro Shyris, hasta que se produjo la unidad de Incas y Quiteños  
y la conformación del Imperio del Tahuantinsuyo.  
Reconocido Duchicela como XII Shyri de la Confederación  
Quiteña–Puruá, fue bien visto y aceptado en todas las provincias de  
esta confederación, tanto así que desde su reinado los pueblos vivie-  
ron en paz y armonía; consiguiendo anexar en la misma confedera-  
ción a todos los señoríos del sur de nuestro país. La mayoría de  
pueblos se unieron de buena gana, no así los Cañaris que solo lo hi-  
cieron por el temor que despertaba la presencia de los Incas del Perú.  
14 Anello Oliva, op. cit.,pp.24, 26  
15 Opinión del Dr. Jorge Ortiz Miranda en su estudio presentada para dar nombre a las dife-  
rentes promociones de la Escuela Militar Eloy Alfaro.  
16 Efrén Avilés Pino, “Condorazo”, Enciclopedia del Ecuador. Ver en: http://www.enciclope  
diadelecuador.com/personajes-historicos/condorazo/ (05-07-2019)  
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Lila Chávez Fonseca  
Parece que Duchicela llego a ser Shyri de esta Confederación  
17  
por el año de 1300 d.C; a su muerte asumió el poder su hijo Autachi  
18  
Duchicela ; que gobernará por largo tiempo.  
Finalmente quiero referirme a otro gran personaje del Reino  
de Quito, su nombre:  
Pintac  
Una de las leyendas nos dice que este indómito guerrero Ca-  
ranqui fue descendiente del Imbabura y de la Cotacachi dos monta-  
ñas de la cordillera andina; de su padre el Imbabura heredó su  
rebeldía, que la puso a flote al no aceptar jamás todos los ofrecimien-  
tos que le hiciera el Inca Huayna Cápac, para que pase a ser parte  
de su ejército. Quiero manifestarles en esta mañana, que las leyendas  
no son ciertas, pero de tanto repetirse se convierten en hechos histo-  
riables; como aconteció con los hermanos, Rómulo y Remo, que  
luego de ser amamantados por una loba, fundaron la ciudad de  
Roma. Luego de esta digresión, continuo diciendo que Píntac de-  
19  
muestra su rebeldía, cuando pese a ser Huambracuna, se sobrepone  
con su dorada juventud de apenas 18 años, para hacerle la vida im-  
posible al invasor del sur; de su madre la hermosa Cotacachi, hereda  
el misterio, intuición y amor para su pueblo, siempre luchó con una  
idea clavada en el corazón: no nos entregaremos, lucharemos hasta  
el final y si vamos a morir estemos satisfechos de haber cumplido  
con nuestro deber.  
Pinctac.- Joven guerrero de Atuntaqui, descendiente directo  
de aquellos héroes que entregaron su vida en la tragedia de Yahuar-  
20  
cocha; luego del degollamiento se presentó con otros niños y jóve-  
nes ante Huayna Cápac, quien les dijo despectivamente: muchachos  
ahora hacedme la guerra. Este niño creció y muy pronto se va a con-  
1
7 Alfonso Chum Jurado, “El tratado de Guayaquil de 1829, su protocolo de aplicación y el prin-  
cipio del uti possidetis juris de 1810, como títulos del Ecuador para reivindicar su patrimonio  
territorial”, 1985-1986, p.12. Ver en: http://repositorio.iaen.edu.ec/bitstream/24000/4149/  
1
/Chum%20Jurado%20Alfonso.pdf (05-07-2019)  
1
8 Ibid., p.13.  
1
9 Huambracuna significa muchachos. En: Alfredo Costales y Dolores Costales Peñaherrera,  
Huambracuna. La epopeya de Yahuarcocha, Abya-Yala, Quito, 2002, p.53.  
0 Collahuazo Jacinto “Enciclopedia del Ecuador” Personajes de la Historia  
2
BOLETÍN ANH Nº 201 • 322–333  
330  
La reivindicación del Reino de Quito  
vertir en azote de los Incas y, conjuntamente, con la ayuda de otro  
indómito como Nazacota Puento, defenderán valientemente los te-  
rritorios comprendidos entre los Chillos y Cayambe.  
Huayna Cápac sintiendo el valor de Pintac le puso el apodo  
de “caña brava”; el Inca vio eclipsarse todas sus hazañas frente a la  
grandeza de este Pintac, oriundo de la actual provincia de Imbabura,  
21  
un hombre nacido para la leyenda.  
Pintac fue un soldado y, para pasaportarse a la gloria que  
solo brinda la eternidad, tiene que morir en acciones de armas y en  
el cumplimiento de su deber; es así como Pintac, cayó como los va-  
lientes y, reducido a prisión, no quiso alimentarse, permaneció siem-  
pre con el rostro altivo, sin hablar, resistiéndose a los halagos e  
invitaciones de Huayna Cápac para que se convierta en un general  
Inca. Murió en prisión lleno de rabia e indignación y, Huayna Cápac,  
con su pellejo hizo elaborar un tambor de guerra para que sea tocado  
22  
en las fiestas en honor del Inty-Raymi.  
En los días actuales cuando la tranquilidad y hermosura de  
la provincia de los lagos se ve interrumpida por la presencia de true-  
nos y rayos, los pueblos indígenas de esta provincia manifiestan que,  
es la voz de Pintac en señal de eterna rebeldía.  
Señoras, señores, este ha sido un breve recuerdo de la gran-  
deza del Reino de Quito, que personalmente creo que por herencia,  
tradición y derecho así debió llamarse nuestro país; República de  
Quito, y hacer honor a esa hermosa inscripción que consta en la  
Plaza Grande en donde se reconoce la valía de Quito-País por todos  
los logros históricos alcanzados y principalmente por ser la gran des-  
cubridora del Río de las Amazonas.  
En esta mañana me he referido a pocos personajes de este  
glorioso pasado son hombres con estatura de huracanes que han de  
ser el ejemplo insobornable para todos quienes nos sentimos orgu-  
llosos de haber nacido en este hermoso rincón de América.  
21 Idem.  
22 Alfredo Costales y Dolores Costales Peñaherrera, op. cit., p.31.  
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331  
Lila Chávez Fonseca  
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333  
La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual  
y
científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
entendiéndose por tales  
profesionales,  
quienes  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Chávez Fonseca, Lila, "La  
reivindicación del Reino de Quito", Boletín de la Academia Nacional  
de Historia, vol. XCVIII, Nº. 201, enero - junio 2019, Academia  
Nacional de Historia, Quito, 2020, pp.322-333