BOLETÍN  
DE LA ACADEMIA  
NACIONAL DE HISTORIA  
Volumen XCVI  
Nº 199  
Enero–junio 2018  
Quito–Ecuador  
ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
Dr. Franklin Barriga López  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
SUBDIRECTOR:  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEFA DE PUBLICACIONES:  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL: Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVI  
Nº 199  
Enero–junio 2018  
©ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
p-ISSN: 1390-079X  
e-ISSN: 2773-7381  
Portada  
Monumento a Vicente Rocafuerte  
en Guayaquil  
Diseño e impresión  
PPL Impresores 2529762  
Quito  
landazurifredi@gmail.com  
abril 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
VOL.XCVI- Nº199  
Enero-junio 2018  
EL CORREO DE BOGOTÁ: UNA PRENSA INNOVADORA  
PARA UNA REPÚBLICA EN CIERNES  
El Correo de Bogotá: an innovative press for a republic  
in the training process  
Roger Pita Pico1  
Resumen  
El propósito de este artículo consiste en revisar el desarrollo  
de la prensa en los primeros años de la República de Colombia a tra-  
vés del estudio del periódico Correo de Bogotá en sus cinco años de  
existencia. Para ello, se analizarán las complicaciones administrati-  
vas y las diferentes estrategias para su financiación, su estructura,  
los énfasis temáticos y la función cumplida por los avisos clasificados  
en una sociedad permeada por nuevas dinámicas sociales, promo-  
vidas por los dirigentes republicanos. Valioso fue el aporte de este  
semanario al proceso de consolidación de la independencia, para lo  
cual fue clave también su relación con otros medios impresos, con  
ello se fue formando una comunidad articulada de periódicos que  
sirvieron de soporte y defensa del nuevo régimen liberal y que ponía  
de presente la solidaridad de las naciones americanas, en torno al  
propósito común de consolidar Patrias libres y soberanas.  
Palabras claves: prensa, medios de comunicación, República, Co-  
lombia, siglo XIX.  
1
Politólogo con opción en Historia de La Universidad de los Andes, Especialista en Gobierno  
Municipal, Especialista en Política Social y Magíster en Estudios Políticos de la Pontificia Uni-  
versidad Javeriana. Director de la Biblioteca “Eduardo Santos” de la Academia Colombiana  
de Historia y miembro de la mesa directiva de esta misma Corporación. Academia Colombiana  
de Historia. Contacto: rogpitc@hotmail.com  
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Roger Pita Pico  
Abstract  
The purpose of this article is to analyze the development of  
the press in the first years of the Republic of Colombia through the  
study of the Correo de Bogotá in its five years of existence. For this,  
the administrative complications and the different strategies for its  
financing, its structure, the thematic emphases and the function ful-  
filled by the classified ads in a society permeated by new social dyna-  
mics promoted by the republican leaders will be analyzed. Valuable  
was the contribution of this weekly to the process of consolidating  
independence, which was also key to its relationship with other print  
media, which formed an articulated community of newspapers that  
served as support and defense of the new liberal regime and that it  
put of present the solidarity of the American nations around the  
common intention to consolidate free and sovereign Republics.  
Keywords: press, media, Republic, Colombia, 19th century.  
Introducción  
La prensa en Colombia experimentó su primer auge durante  
el periodo de Independencia. Fue precisamente en tiempos de la Pri-  
mera República Federativa (1810-1815) cuando surgieron varios pe-  
riódicos tanto en la capital Santa Fe, como en algunas de las  
principales ciudades de provincia Entre los medios impresos más  
destacados estaban: El Argos Americano, La Bagatela, Gazeta Ministerial  
de Cundinamarca, El Mensajero de Cartagena de Indias, La Gazeta de Car-  
tagena, Década: Miscelánea de Cartagena, El Patriota, Gazeta Ministerial  
de la República de Antioquia, El Observador Colombiano y La Aurora de  
Popayán.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
Con el retorno al trono de Fernando VII, en 1814, se planteó  
como una de las prioridades recuperar los antiguos dominios hispá-  
nicos en América, para lo cual, se lanzó a la Reconquista de estos te-  
rritorios hacia el año de 1815. Todas aquellas expresiones periodís-  
ticas de carácter republicano fueron súbitamente suspendidas tras  
el restablecimiento del gobierno monárquico español con su recono-  
cida estrategia de represión política.  
Hacia 1819 los patriotas emprendieron la Campaña Liberta-  
dora que coronó con el triunfo militar alcanzado el 7 de agosto en la  
batalla de Boyacá, acontecimiento que fue clave para recuperar la  
ciudad de Santa Fe e iniciar el proceso de liberación del resto del te-  
rritorio neogranadino.  
Fue una prioridad del naciente gobierno republicano contar  
con un órgano de difusión y, es por eso que, a tan solo una semana  
de aquella batalla fue fundada la Gazeta de Santafé de Bogotá, consti-  
tuyéndose, de esta forma, en el segundo periódico oficial después  
del Correo del Orinoco. Por estos años, vieron la luz otros medios im-  
presos de orientación liberal, tales como: la Gazeta de Colombia, La In-  
dicación, El Insurgente, El Patriota, El Eco de Antioquia, la Gaceta de  
Cartagena de Colombia, La Gazeta de Santa Marta, Correo del Magdalena  
y El Constitucional, entre otros.  
La Gazeta de Santafé de Bogotá era un tabloide que constaba  
de 4 páginas y se publicaba cada domingo. Algunos ejemplares fue-  
2
ron impresos por José Manuel Galagarza, en tanto que otros, pro-  
3
venían del taller de impresión de Nicomedes Lora y ambos  
utilizaron para sus trabajos la imprenta del Estado.  
4
Su redactor fue Vicente Azuero y en la segunda etapa lo fue  
5
Francisco Soto aunque todo hace pensar que el vicepresidente Fran-  
2
3
4
Conocido impresor de la época, propietario de la Imprenta Patriótica  
Conocido impresor de la época, propietario de la Imprenta del Estado.  
Vicente Azuero nació en la provincia del Socorro. Estudio Derecho en el Colegio de San Bar-  
tolomé y desde muy temprano se adhirió a las banderas republicanas. En 1821 hizo parte del  
Congreso de la República. Joaquín Ospina: Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia,  
Editorial Cromos, Bogotá, 1927, tomo I, pp. 211.  
5
Francisco Soto era un abogado nacido en Cúcuta. Desde muy tempranas épocas se incorporó  
a la causa patriota siendo alistado en el ejército. En 1819 fue nombrado por el presidente Simón  
Bolívar como gobernador de la provincia de Pamplona y posteriormente hizo parte del Con-  
greso de la República. Leonidas Scarpetta y Saturnino Vergara: Diccionario biográfico de los cam-  
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Roger Pita Pico  
cisco de Paula Santander y, el presidente Simón Bolívar participaron  
activamente en sus contenidos y, en dictar algunas orientaciones o  
6
incluso, sugiriendo la publicación de algunos documentos claves .  
Lo cierto es que Azuero y Soto eran los encargados del manejo ad-  
ministrativo y de los recursos provenientes de las suscripciones.  
Visto este contexto, el propósito de este artículo consiste en  
analizar el desarrollo de la prensa en los primeros años de la Repú-  
blica de Colombia, a través del estudio del Correo de Bogotá en sus  
cinco años de existencia. Para ello, se analizarán las complicaciones  
administrativas y las diferentes estrategias para su financiación, su  
estructura, los énfasis temáticos y la función cumplida por los avisos  
clasificados en una sociedad permeada por nuevas dinámicas socia-  
les promovidas por los dirigentes republicanos. Valioso fue el aporte  
de este semanario al proceso de consolidación de la independencia,  
para este propósito, fue clave también su relación con otros medios  
impresos, con lo cual se fue formando una comunidad articulada de  
periódicos, que sirvieron de soporte y defensa del nuevo régimen li-  
beral y que ponía de presente la solidaridad de las naciones ameri-  
canas en torno al propósito común de consolidar Patrias libres y  
soberanas.  
Los avatares administrativos  
Si bien en los primeros años de vida republicana se registró  
un auge en el surgimiento de periódicos, hay que reconocer también  
que un denominador comúnmente experimentado fue la inestabili-  
dad económica y administrativa de estos medios impresos. Ingentes  
esfuerzos debieron hacer los editorialistas en aras de mantenerlos en  
circulación y, a la vez, sobrevivir económicamente, en momentos en  
que la comunidad letrada era apenas una mínima proporción po-  
blacional dentro del conjunto de la sociedad.  
peones de la libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador i Perú, Imprenta de Zalamea, Bogotá,  
1
879, pp. 598-599.  
6
Eso se deduce de algunos cruces de cartas entre estos máximos dirigentes republicanos.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
A todo esto habría que agregarle la situación económica ge-  
neral que se había visto notoriamente resquebrajada tras los efectos  
devastadores de las guerras de Independencia. Tan pronto logró po-  
sicionarse, el Estado republicano, implementó medidas político – so-  
ciales, con miras a manejar la economía aunque en medio de  
condiciones realmente adversas. Los cálculos sobre el desequilibrio  
7
fiscal fueron realmente reveladores . A todo este panorama habría  
que agregarle la inestabilidad de la economía debido a la inseguri-  
dad en las reglas del derecho a la propiedad, a causa de las frecuentes  
órdenes de embargo como medida de represión política y econó-  
8
mica contra los adversarios. Desde luego, estas variables pudieron  
desestimular a los ávidos lectores en su intención de comprar el pe-  
riódico.  
Uno de los mecanismos más expeditos, dispuestos por los  
periódicos, para financiarse fue el de la suscripción de los abonados.  
Durante los inicios del periódico objeto de este estudio, se estipuló  
que las suscripciones se renovaran semestralmente, las cuales podían  
realizare en la tienda del ciudadano Rafael Flórez y en la imprenta  
frente a la iglesia de Santa Clara. El valor por cada afiliación semes-  
tral era de 5 pesos y para los que vivían fuera de la capital debían  
9
cancelar 6 pesos para recibir el periódico por el correo libre de porte.  
En su edición No. 26 del 23 de enero de 1820, se aclaró que el 6 de  
febrero finalizaba el primer semestre de suscripción. Con preocupa-  
ción se anunció que la carestía del papel obligaba, inevitablemente,  
a subir el precio de la gaceta, en medio real más, para los abonados  
capitalinos y, en un peso, para los de fuera de esta ciudad. Se informó  
además, que los números sueltos serían vendidos a dos reales y  
medio, y también, se recomendó a los abonados, remitir el dinero de  
suscripción, lo antes posible para no padecer demoras en el recibo  
de cada ejemplar. Se adelantaron contactos con el servicio oficial de  
7
8
David Bushnell: El Régimen de Santander en la Gran Colombia, El Áncora, Bogotá, 1985, 3ª edición,  
p. 23.  
Adolfo Meisel Roca: “¿Qué ganó y qué perdió la economía de la Nueva Granada con la Inde-  
pendencia?”. Cuadernos de Historia Empresarial, No. 27, Bogotá, Banco de la República, 2010,  
pp. 6-7.  
9
Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 3, Imprenta del Estado, Santafé, agosto 29 de 1819, p. 12.  
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Roger Pita Pico  
correo para que, si se llegaba a descubrir que en alguna estafeta su-  
balterna se detenía el envío o se extraviaba alguna gaceta, el gobierno  
aplicaría el debido castigo al contraventor. Fue fijado un horario es-  
pecial, desde las 9 de la mañana hasta las 12 del mediodía, para que  
10  
los suscriptores de la capital reclamaran sus números.  
El Congreso de Angostura expidió, el 17 de diciembre de  
819, la Ley Fundamental que dio nacimiento a la República de la  
1
Gran Colombia, como resultado de la unión de los departamentos de  
Venezuela, Quito y Cundinamarca. Este último nombre correspondía  
a las provincias de lo que hasta ese momento se conoció como Nueva  
Granada. La ley dispuso, asimismo, que la capital de Cundinamarca  
cambiara de nombre; dejaría de llamarse Santa Fé para convertirse  
11  
en Bogotá. Estas novedades políticas repercutieron en el periódico,  
en su edición Nº 29 del 13 de febrero de 1820, se anunció que en ade-  
lante llevaría el nombre de Gazeta de la ciudad de Bogotá.  
En el mes de abril de ese año, se conocieron varias quejas de  
suscriptores inconformes por no haber recibido oportunamente el  
periódico. Según los editorialistas, la culpa era “el ruin y criminal  
manejo” de algunas de las estafetas que sustraían algunos ejemplares  
pese a los controles implantados por el Administrador Principal de  
Correos. Como medida de prevención, en adelante, los ejemplares  
impresos se enviarían con “cubierta entera” al igual que se hacía con  
12  
las cartas que se despachaban ordinariamente.  
Nuevas noticias se conocieron el 24 de enero de 1822 al anun-  
ciarse al público que el semanario ya no saldría los domingos como  
era habitual sino los jueves. Esto en razón de que el gobierno nacio-  
nal había decidido que su recién inaugurado periódico oficial, la Ga-  
ceta de Colombia, circulara también los domingos. Con la aparición  
de este nuevo semanario, la Gazeta de la ciudad de Bogotá fue per-  
diendo paulatinamente su condición de órgano oficial y, fue adqui-  
riendo, mayor sentido crítico.13 Se informó asimismo que, una vez  
1
1
1
1
0 Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 26, enero 23 de 1820, p. 99.  
1 Biblioteca Nacional de Colombia, Fondo Manuscritos, libro 146, pieza única, f. 160r.  
2 Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 40, abril 29 de 1820, p. 154.  
3 David Bushnell: “El desarrollo de la prensa en la Gran Colombia”, en: Ensayos de Historia Po-  
lítica de Colombia, siglos XIX y XX, La Carreta Editores, Medellín, 2006, p. 31.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
concluido el semestre, es decir, que a partir del 19 de febrero de 1822,  
el periódico experimentaría un nuevo cambio en su nombre al titu-  
larse Correo de la ciudad de Bogotá y su precio disminuiría a 4 pesos 4  
reales mientras, que los números sueltos serían expendidos a uno y  
medio reales.1  
4
A finales de julio de este mismo año, se anunció a través de  
las páginas del periódico, que el 19 de agosto vencía el sexto semestre  
de inscripción. Los interesados en hacer la respectiva renovación de-  
bían dirigirse al editor y para adquirir números sueltos podían acer-  
carse a la tienda del ciudadano Rafael Flórez en la calle 1ª del  
15  
Comercio.  
Para mediados de septiembre de 1822, los editores compar-  
tieron su preocupación al percatarse de que eran muy pocos los ejem-  
plares expendidos al detal pues se contabilizaban escasamente 23  
suscriptores, cuyos abonos sumaban 103 pesos. Así las cosas, este  
presupuesto resultaba insuficiente frente a los gastos de papel y los  
elevados costos de mano de obra. Los editores advirtieron que, si no  
se ampliaba el número de suscriptores, se verían conminados a ce-  
rrar el periódico, aunque no dejaron de reiterar que el propósito que  
siempre los había impulsado era la ilustración pública, y no la ga-  
nancia particular.16  
Con tres semanas de anticipación, el semanario anunció en  
enero de 1823, el inicio del séptimo semestre de suscripción con el  
fin de darles tiempo a los afiliados para adelantar el trámite de re-  
novación, especialmente, a los que residían en las distintas provin-  
17  
cias.  
Inesperadamente, el periódico fue cerrado el 8 de mayo de  
823 cuando llevaba 197 ediciones debido a que el redactor Francisco  
Soto había aceptado un cargo público, lo cual lo alejaba de las múl-  
tiples ocupaciones que implicaba el manejo de un periódico. Para sa-  
1
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1
4 Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 130, enero 124 de 1822, p. 425.  
5 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 156, julio 25 de 1822, p. 526.  
6 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 164, septiembre 19 de 1822, p. 558.  
7 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 183, enero 30 de 1823, p. 656.  
8 Biblioteca Virtual Colombiana, Correo de la ciudad de Bogotá, tomado de: http://bvc.biteca.  
com/exhibits/show/correo-de-la-ciudad-de-bogot—/2—editor-es———redactor-es-  
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Roger Pita Pico  
tisfacción de sus fieles lectores, al cabo de siete meses, el 26 de di-  
ciembre de 1823, el periódico volvió a circular con el nombre más  
conciso de Correo de Bogotá y con una nueva numeración. Otro de los  
cambios registrados era que, en esta nueva temporada, saldría a cir-  
culación los viernes y, el precio de suscripción, se rebajó a cuatro  
pesos.  
Esta vez se advirtió que serían admitidas en sus columnas  
avisos y artículos por los cuales sus autores debían pagar una cuota  
para el sostenimiento del periódico. Se anunció además, que el pe-  
riódico sería expendido en su sitio habitual, mientras que las sus-  
cripciones, de fuera, serían tramitadas en el domicilio del ciudadano  
19  
Domingo Maldonado. Puede observarse claramente cómo en este  
nuevo ciclo del periódico disminuyó ostensiblemente el número de  
avisos.  
A 40 ediciones llegó finalmente esta segunda época del pe-  
riódico que publicó el 24 de septiembre de 1824 su última edición. A  
través de una columna titulada “Conclusión del Correo”, los edito-  
rialistas aclararon que los altos costos fueron el motivo principal que  
conllevó a la suspensión de este medio impreso. Se criticó la “poca  
20  
fidelidad” de las oficinas de correos por cuanto seguían siendo re-  
currentes las quejas de los suscriptores que no recibían oportuna-  
mente sus ejemplares o los recibían incompletos, motivo que también  
terminó afectando a los afiliados de la Gaceta de Colombia y de otros  
periódicos. De nada había servido lo dispuesto en la ley del 5 de sep-  
tiembre de 1821, que había fijado una exención en el porte a los im-  
presos.  
Finalmente, se hizo un llamado al gobierno nacional para  
apoyar con más decisión la publicación de periódicos y la instalación  
de más imprentas. De todos modos, este cierre no significó el silencio  
de los editorialistas quienes anunciaron que seguirían elevando su  
19 Correo de Bogotá, No. 1, diciembre 26 de 1823, Bogotá, Imprenta de la República por Nicome-  
des Lora, p. 4.  
2
0 Sobre las dificultades administrativas de este ramo en los primeros años de vida republicana,  
véase: Roger Pita Pico: “El correo en las guerras de Independencia de Colombia: incertidum-  
bres y estrategias”, en: Dialéctica Libertadora, No. 7, Fundación Universitaria Los Libertadores,  
Bogotá, enero-junio de 2015, pp. 20-34.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
voz de opinión a través de otros medios de comunicación que circu-  
laban en la capital.21  
Los periódicos que aparecieron durante estos primeros años  
de la década del 1820 empezaron a establecer algunos vínculos aún  
por encima de las diferencias políticas e ideológicas. Así, entonces, a  
través del Correo de Bogotá se podía obtener información sobre el na-  
cimiento de otros semanarios o sobre los términos de suscripción,  
con lo cual se buscaba ampliar el espectro de lectores y seguidores  
de estos medios.  
Por ejemplo, a mediados de 1820 se anunció que en la casa  
del administrador principal de correos de Bogotá, Manuel Calderón,  
se admitían suscripciones al periódico publicado en Guayana, con  
el título Correo del Orinoco. La suscripción anual era de 12 pesos y 16  
para los que residieran fuera de la capital. Asimismo, se venderían  
allí números sueltos por valor de 4 reales.22  
En mayo de 1821 se informó que se estaba preparando, en la  
23  
ciudad de Santa Marta, el lanzamiento de un nuevo semanario que  
incluiría temas de gobierno, operaciones del Ejército Libertador, se-  
siones del Congreso de la República, artículos de gacetas extranjeras  
sobre la causa americana, notas sobre las riquezas naturales de la re-  
gión y datos sobre el movimiento comercial de aquel puerto sobre el  
Caribe colombiano. Con estas palabras, los editores exteriorizaron  
su regocijo por esta nueva apuesta editorial, en esta región costera,  
e instaron a los ciudadanos a apoyarla con entusiasmo:  
En las circunstancias actuales de nuestra República, todo proyecto que  
se encamine directamente a difundir la opinión, aumentar las luces y  
mejorar las costumbres del país en que vivimos, debe tener la mejor  
acogida, y siendo de esta naturaleza el que se anuncia por los editores  
de Santa Marta parece que no debe dudarse que los amantes de la Li-  
bertad concurran a vigorizar por medio de sus suscripciones una em-  
presa que al propio tiempo que facilita la ilustración de los pueblos, es  
demasiado interesante al comercio.24  
21 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 40, septiembre 24 de 1824, p. 162.  
22 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 48, junio 25 de 1820, p. 186.  
23 A este medio impreso se le bautizó con el nombre de Gazeta de Santa Marta.  
24 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 96, mayo 27 de 1821, p. 308.  
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Roger Pita Pico  
Hacia el mes de septiembre de este mismo año, salió publi-  
cado un aviso en el que se informaba que en la Administración Ge-  
neral de Correos de la capital estaban abiertas las suscripciones a la  
Gaceta de Colombia.25  
En julio de 1822, se anunció la venta de varios números de  
la Gaceta de Lima en la calle del Comercio, en la tienda de Pedro He-  
26  
redia. Por estos días se anunció también la puesta en circulación de  
un nuevo semanario que saldría los miércoles bajo el título La Indi-  
cación, al cual podían suscribirse por dos pesos el semestre o comprar  
a real y medio cada número.27  
Estructura, énfasis temáticos y libertad de imprenta  
Los temas militares y de gobierno fueron los que, sin lugar a  
dudas, tuvieron mayor cabida en el periódico. La nación en ciernes  
necesitaba de una ingente cantidad de leyes y decretos en el intento  
por reglamentar varios sectores, todo esto bajo las directrices del na-  
ciente régimen republicano. De igual modo, se reprodujeron, textual-  
mente, informes de los Ministros de la época.  
Los lectores pudieron enterarse de los intensos debates polí-  
ticos en el Congreso de la República y, la posición de los editorialistas  
frente a algunos temas de gobierno, desde luego, a manera de reco-  
mendación, con el fin de aplicar correctivos o implementar acciones  
en beneficio del ejercicio público.  
El tema militar fue otro de los componentes fuertes del se-  
manario, particularmente en sus primeras ediciones por cuanto, si  
bien se había liberado, después de la batalla de Boyacá, el área cen-  
tral y nororiental de la Nueva Granada, hay que reconocer que el  
proceso de recuperación del territorio fue lento. Así entonces, la ciu-  
dad de Santa Marta solo pudo ser liberada definitivamente, en no-  
viembre de 1821, en tanto que Cartagena, finalmente, se rindió en  
octubre del año siguiente, tras el intenso sitio interpuesto por el co-  
ronel republicano Mariano Mantilla y el oficial José Padilla. Con  
25 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 113, septiembre 23 de 1821, p. 376.  
26 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 155, julio 18 de 1822, p. 522.  
27 Correo de la Ciudad de Bogotá, No. 158, agosto 8 de 1822, p. 534.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
estos dos triunfos se logró la liberación de la costa Caribe. Entre  
tanto, la guerra en el Sur se tornó más cruenta y prolongada de ma-  
nera que, solo hasta mediados de 1822, se liberó este territorio con  
la rendición de la ciudad de Pasto.  
Bajo este contexto, los avatares de estos estertores de la gue-  
rra quedaron consignados en las páginas del periódico: detalles de  
las campañas y de las estrategias militares, partes de batalla, infor-  
mes oficiales, cruces de cartas entre oficiales, proclamas, arengas,  
poemas, cantos heroicos, etc.  
Adicionalmente, hay abundante información alusiva a cues-  
tiones de gobierno y a temas militares en Venezuela y Quito como  
parte integrante de la Gran Colombia y, asimismo, información sobre  
las actuaciones del general José de San Martín y los avances sobre el  
proceso de liberación del Perú.  
Particularmente, desde abril de 1820, los temas internacio-  
nales adquirieron mucha más presencia en el periódico, especial-  
mente con relación a la situación política interna en España, así como  
también sobre la confrontación de las ideas liberales y conservadoras  
en Estados Unidos, México y Europa.  
Uno de los mayores avances de esta prensa en tiempos repu-  
blicanos fue la apertura de opiniones y, la posibilidad de, algunos  
lectores, para enviar sus comentarios sin las restricciones habituales  
que habían imperado bajo el régimen de dominio hispánico. A veces,  
bajo la fórmula de anónimos, eran publicadas las opiniones de varios  
ciudadanos, lo cual contribuía al debate.  
Se reprodujeron asimismo, artículos de otros periódicos de  
la época, no solo de Colombia sino de otras latitudes, la mayoría de  
ellos, defendiendo la causa republicana. Es posible encontrar en el  
semanario capitalino, extractos de algunos periódicos como del Co-  
rreo del Orinoco, El Correo Nacional de Maracaybo, la Gazeta Ministerial  
de Chile, El Telégrafo de Chile, la Gazeta Extraordinaria de Buenos Aires  
y la Gazeta de Jamaica, entre otros.  
Sobre la convulsionada situación en España, se transcribie-  
ron escritos publicados en periódicos como los siguientes: El Plebeyo,  
El Diario Gaditano y El Censor Español.  
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Roger Pita Pico  
Edición Número 121 del 18 de noviembre de 1821  
de la Gazeta de la ciudad de Bogotá  
.
Colección Hemeroteca Digital de la Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá.  
Los temas que generaron más debate por estos años fueron  
los que se mencionan a continuación: Las recetas para una buena  
gestión pública, la manumisión de esclavos, el armisticio y la libertad  
de imprenta. La discusión en torno a este último tópico se dio en mo-  
mentos en que el Congreso de la República había promulgado una  
ley el 17 de septiembre de 1821, siendo precisamente el editor Vicente  
Azuero, uno de sus principales impulsores. En este marco normativo  
se reconoció el derecho ciudadano de imprimir y publicar libremente  
sus ideas sin previa censura, considerándose el abuso de esta libertad  
28  
como un delito punible.  
2
8 Cuerpo de leyes de la República de Colombia. Comprende la constitución y leyes sancionadas por el  
primer congreso general en las sesiones que celebró desde el 6 de mayo hasta el 14 de octubre de 1821,  
Imprenta de Bruno Espinosa, Bogotá, 1822, tomo I, p. 98.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
A mediados de marzo de 1822, los editorialistas del Correo  
buscaron librarse de responsabilidad al no publicar dos artículos en-  
viados por anónimos en los que se trataban “puntos delicados y  
ofensivos a la piedad del pueblo colombiano”. Con ello, se buscaba  
que el periódico se ajustara a la ley de libertad de imprenta que, exi-  
29  
gía la firma del autor en cualquier escrito publicado.  
El periódico siguió recibiendo artículos pero, en adelante, se  
reservó el derecho a decidir cuáles finalmente saldrían a la luz pú-  
blica sin que esto fuera ofensa para los autores. Se decidió dar prela-  
ción a los anuncios de beneficio público y a los debates interesantes  
para el progreso de la nación. Los editores recordaron que, aunque  
hacían uso de la imprenta estatal para producir el periódico, en nin-  
gún momento, el gobierno tenía injerencia en las determinaciones  
internas y de contenido.30  
En agosto de 1824 se anunció en el Correo de la ciudad de  
Bogotá, que se había recibido un artículo escrito en Tocuyo, pero se  
abstuvieron de publicarlo porque el periódico carecía de pruebas  
para corroborar las imputaciones que se lanzaban en ese escrito y,  
porque aparecía firmado con un seudónimo y no con la firma real  
31  
de su autor.  
Los avisos clasificados y sus matices  
Una parte esencial de los periódicos eran los avisos clasifi-  
cados que, por lo general, aparecían en la parte final de cada edición.  
Si bien la prensa que circulaba en tiempos coloniales ya incorporaba  
este tipo de anuncios, lo que se observa en la fase republicana fue la  
aparición de nuevas temáticas. El siguiente cuadro contabiliza los  
tipos de anuncios publicados en las primeras 122 ediciones del pe-  
riódico objeto de este estudio:  
29 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 137, marzo 14 de 1822, p. 451.  
30 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 140, abril 4 de 1822, p. 462.  
31 Correo de Bogotá, No. 36, agosto 27 de 1824, p. 146.  
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Roger Pita Pico  
Cuadro No. 1:  
Proporción de las temáticas de los anuncios clasificados del Correo de Bogotá  
Temática  
No.  
Avisos oficiales y de gobierno  
Funcionamiento del periódico  
Avisos sobre expresiones patrióticas  
Avisos sobre el sistema educativo  
Promoción de actividades económicas  
Vida social  
35  
21  
14  
11  
10  
8
Pérdida de objetos  
3
Total  
102  
Se observa claramente cómo la mayor cantidad de avisos eran  
del sector oficial, seguidos de aquellos mensajes alusivos al funcio-  
namiento del periódico y de las expresiones en honor a la Patria.  
Los anuncios sobre la nueva gestión estatal  
El establecimiento de una nueva nación implicó la amplia-  
ción de la estructura administrativa y burocrática. Nuevas oficinas  
y nuevas gestiones oficiales debieron ser conocidas por la comuni-  
dad y, para ello, el gobierno encontró en el creciente número de pe-  
riódicos el espacio propicio para informar sobre estas novedades.  
A finales de 1819, se anunció en la Gazeta de la ciudad de San-  
tafé, la puesta en funcionamiento del puente en el camino que con-  
ducía de Cáqueza a los Llanos de San Martín, con lo cual se aseguró  
que cesarían los peligros y se facilitaría el paso de ganado hacia la  
ciudad de Bogotá.32  
En vista de que la situación de la guerra permitió la conti-  
nuación de los trabajos de remodelación de la Casa de la Moneda de  
Popayán, interrumpidos desde el año de 1819, se convocó a aquellas  
personas que, por su “aptitud, patriotismo y servicios”, quisieren  
32 Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 15, noviembre 15 de 1819, p. 64.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
servir en las plazas de superintendente, contador, tesorero y demás  
de primera provisión.33  
Afinales de octubre de 1822 se informó a través del periódico  
el cierre temporal de la Biblioteca Pública, ubicada en Bogotá, debido  
al traslado del edificio al que había sido designado por el gobierno  
34  
central. El recaudador de alcabalas de esta ciudad notificó, en abril  
del año siguiente, a los comerciantes que eran deudores de los dere-  
chos de introducción de productos, que se pusieran a paz y salvo so  
pena de negarles el pasaporte.35  
Se informó, a través del semanario, sobre otros temas oficia-  
les como los que indican a continuaciòn: el establecimiento de la ad-  
ministración de tabacos, la entrada y salida de buques del puerto de  
Santa Marta y las autorizaciones para patentes de corso.  
Las páginas del periódico sirvieron también para promocio-  
nar otra clase de actividades relacionadas con el sentimiento patrio.  
Así, en abril de 1822, el gobierno republicano convocó a la ciudada-  
nía a participar en un concurso en el que se premiaría al que mejor  
disertara sobre el siguiente interrogante: “¿Es peligroso a un pueblo  
naciente reformar frecuentemente y a periodos cortos sus institucio-  
nes fundamentales?”. El ganador sería condecorado con una corona  
cívica en la próxima fiesta de aniversario de la batalla de Boyacá y,  
si estaba ausente para esa fecha, de todos modos su nombre sería  
36  
proclamado en los eventos más concurridos de dicha celebración.  
Avisos de prensa difusores de los avances educativos  
Tan pronto ascendieron al poder, los republicanos formula-  
ron serias críticas al régimen español, por el descuido en la política  
educativa, el atraso de la cultura y, la ignorancia en que estaban su-  
midos, buena parte de los neogranadinos. A esta desoladora situa-  
ción se le sumaba la dudosa calidad de los maestros y la falta de  
conocimientos prácticos y experimentales.3  
7
33 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 93, mayo 6 de 1821, p. 295.  
34 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 170, octubre 31 de 1822, p. 584.  
35 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 193, abril 10 de 1823, p. 676.  
36 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 140, abril 4 de 1822, p. 462.  
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Roger Pita Pico  
Con el advenimiento de la Segunda República, la educación  
pública primaria y secundaria adquirió un verdadero auge. El pro-  
yecto planteado por el nuevo régimen perseguía unos claros propó-  
sitos políticos:  
La construcción de naciones independientes y republicanas, compues-  
tas de ciudadanos conocedores de sus deberes y derechos partía de la  
premisa de contar con un sistema escolar encargado de formar a ese  
tipo de individuos. La educación tenía que servir para formar una élite  
técnica y científicamente capacitada para dirigir la sociedad y para ade-  
lantar proyectos de productividad económica; pero también debía ser-  
vir para adaptar los individuos a los requerimientos del sistema  
político. Por eso, los Estados republicanos hispanoamericanos desde  
sus primeros años concentraron buena parte de sus esfuerzos en el es-  
38  
tablecimiento de sistemas escolares nacionales.  
Los dirigentes de la temprana época republicana estuvieron  
muy empeñados en infundir, en los sectores bajos y medios de la so-  
ciedad, mayores destrezas laborales inculcando, a través de la edu-  
cación primaria y secundaria, la disciplina para el trabajo, con lo cual  
39  
se pretendía avanzar hacia el orden social y el progreso económico.  
Dentro de esos avances de la educación pública, vale destacar el  
papel asumido por la prensa, no solo de carácter oficial, sino también  
de otros sectores de opinión, tanto de la capital como a nivel provin-  
cial, convirtiéndose estos medios impresos, en constantes voceros de  
los progresos educativos y, al mismo tiempo, en espacios a través de  
los cuales se lanzaron serias críticas y recomendaciones con el pro-  
pósito de tener, en el futuro cercano, una política educativa más efi-  
40  
ciente.  
3
3
3
4
7 Javier Ocampo López: Santander y la educación Ideario educativo del “Hombre de las Leyes” y su  
influencia en los colegios santanderinos, Colegio de Boyacá, Tunja, 1987, p. 22.  
8 Gilberto Loaiza Cano: Sociabilidad, religión y política en la definición de la Nación. Colombia, 1820-  
1886, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2011, p. 320.  
9 Frank Safford: El ideal de lo práctico. El desafío de formar una elite técnica y empresarial en Colombia,  
Universidad Nacional-El Áncora Editores, Bogotá, 1989, p. 77.  
0 Roger Pita Pico: Educación, Patria y Progreso: el impulso a las escuelas y colegios públicos en la na-  
ciente República de Colombia, Academia Colombiana de Historia, Bogotá, 2017, p. 424.  
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Título del artículo  
Era común ver en los periódicos de la época información  
sobre creación de escuelas y colegios públicos o, en otros casos, la  
exaltación de benefactores o la noticia sobre certámenes académicos.  
A través de estas páginas se propició también el debate en torno a  
los enfoques y a los modelos pedagógicos, además de otras activi-  
dades culturales complementarias al área educativa. Una prueba de  
la prioridad que la educación tenía en la agenda de la prensa era el  
hecho de que casi siempre las noticias sobre esta temática aparecían  
en primera plana.  
Las clases privadas y la creación de escuelas privadas tam-  
bién tuvieron en los anuncios del periódico un sitio preponderante.  
A finales de 1819 el señor Francisco Urquinaona y el teniente coronel  
Francisco Henrique ofrecieron clases de francés e inglés los días  
lunes y jueves de cada semana de 6 a 8 de la noche en la casa del  
41  
señor Lastra.  
A través de este mismo periódico se informó que el día 24 de  
septiembre de 1821 había abierto sus puertas la primera escuela lan-  
casteriana de la ciudad bajo la dirección del Padre Sebastián Mora  
Berbeo. El plantel funcionaba en una de las aulas del Colegio de San  
Bartolomé y, se auguraron los mejores éxitos para este nuevo esta-  
blecimiento de educación pública. En esa misma edición se anunció  
que, por orden del gobierno, se habían impreso nuevas cartillas o  
42  
abecedarios completos para la enseñanza escolar.  
Hacia el mes de agosto de 1822, se anunció que muy pronto  
abriría sus puertas la nueva escuela de primeras letras en la parro-  
quia de las Nieves, de la ciudad de Bogotá. Mr. Broc, el maestro de-  
signado, pidió la contribución mensual de los padres de familia para  
gastos indispensables como: el arreglo y arriendo de la sede, y la  
4
3
compra de los utensilios básicos para la labor de enseñanza. Por  
esos días, se informó a través de este mismo medio impreso, la aper-  
tura de un nuevo curso de medicina en el colegio de San Bartolomé  
y, la apertura de una escuela de música vocal e instrumental con el  
44  
maestro Juan Antonio de Velasco.  
41 Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 23, enero 2 de 1820, p. 86.  
42 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 115, octubre 7 de 1821, p. 384.  
43 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 173, noviembre 21 de 1822, p. 596.  
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Roger Pita Pico  
Alejandro Rose, un extranjero radicado en la ciudad de Bo-  
gotá, mandó publicar en abril de 1824 un aviso ofreciendo lecciones  
de aritmética, geografía, inglés, francés, y castellano, para los resi-  
dentes en esta capital. Asimismo, se enseñaría a escribir cartas o re-  
presentaciones. Las clases se recibirían de ocho de la mañana a las  
cinco de la tarde en un aula que este profesor había conseguido en  
45  
la universidad Santo Tomás.  
No hay duda de que el fomento de la educación pública en  
tiempos republicanos trajo consigo un impulso a la producción de  
libros y materiales didácticos, después de una larga etapa de estan-  
camiento vivida por cuenta de las guerras de Independencia. Desde  
luego, ese auge de publicaciones estaba ligado al aumento en el nú-  
mero de imprentas y, la prensa de la época, se constituyó en un ex-  
celente espacio para difundir estas obras y promover su venta.  
A comienzos de 1822 fue publicado este otro anuncio en el  
Correo de la ciudad de Bogotá:  
El Catecismo de Abad Fleuri, muy a propósito para que los niños pue-  
dan instruirse en todos los principios de la religión, se ha reimpreso  
segunda vez. Los que quieran comprarlo podrán ocurrir a la tienda del  
46  
Sr. Rafael Flores, en donde se vende por el precio de seis reales.  
Los anuncios también provenían de los sectores confesiona-  
les de la población.  
Actividades económicas: ofertas y servicios  
Tras los efectos devastadores de las guerras de Independen-  
cia, la consigna general era la reconstrucción de la economía y el res-  
tablecimiento de las actividades productivas, en todos sus órdenes.  
Esto implicaba emprender campañas para promocionar productos  
y servicios siendo la prensa un espacio propicio para ello.  
44 Correo de la Ciudad de Bogotá, No. 159, agosto 15 de 1822, p. 538; Correo de la ciudad de Bogotá,  
No. 175, diciembre 5 de 1822, p. 604.  
5 Correo de Bogotá, No. 15, abril 2 de 1824, p. 62.  
4
46 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 139, marzo 28 de 1822, p. 458.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
En una de las primeras ediciones del periódico, el ciudadano  
venezolano José Miguel de Unda ofreció sus servicios como abo-  
gado, para lo cual, no escatimó palabras para destacar la calidad de  
su trabajo: “(…) debiendo estar seguros de que la equidad pura, el secreto  
inviolable, la firme integridad y el pronto despacho de sus causas estarán  
siempre de acuerdo con la ley en el desempeño de su más sagrada obliga-  
47  
ción”.  
A principios de septiembre de 1822 fueron publicitados los  
servicios de la Posada de Boyacá, ubicada en el centro de la ciudad  
de Bogotá, en la calle del Príncipe, casa No. 74. Según el aviso, esta  
edificación “tiene alojamientos muy cómodos, y se sirve en ella café y todo  
lo necesario a precios equitativos”.48  
Bajo previa autorización del gobierno, el teniente coronel  
José María Flórez anunció, a través de la prensa, la rifa de una casa  
de teja y tapia de su propiedad con diez tiendas accesorias situada  
en la calle de San José del barrio Santa Bárbara de la capital, valorada  
en 3.000 pesos. El precio de cada boleta era de cuatro pesos y estaban  
a la venta en la segunda calle Real, en la tienda de Francisco Martínez  
desde el 6 de agosto de 1821.49  
Entre los anuncios aparecen otras curiosidades atractivas  
para la comunidad en general. En julio de 1822 se informó que, en la  
casa de la señora Antonia Rivero, al frente de casa parroquial de las  
50  
Nieves, podían adquirirse caramelos de esponja a dos pesos la libra.  
Uno de los elementos más ofrecidos a través de las páginas  
del periódico fueron los libros. Desde tiempos coloniales fue evi-  
dente la falta de libros y textos de estudios como complementos a  
las labores de los colegiales. Apesar de esta carencia, algunos jóvenes  
51  
lograban formarse con sus propios medios.  
Por ello, para el gobierno republicano fue una preocupación  
constante pensar en cómo dotar de libros al creciente número de ins-  
47 Gazeta de Santafé de Bogotá, No. 6, septiembre 19 de 1819, p. 24.  
48 Gaceta de la ciudad de Bogotá, No. 162, septiembre 5 de 1822, p. 550.  
49 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 106, agosto 5 de 1821, p. 348.  
50 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 155, julio 18 de 1822, p. 522.  
51 Félix de Restrepo: Reglamento para las escuelas de la Provincia de Antioquia, formado por orden del  
gobierno, En la imprenta del Gobierno por el ciudadano Manuel María Viller-Calderón, Me-  
dellín, 1819, p. 16.  
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Roger Pita Pico  
tituciones educativas. La situación se tornaba más crítica, si se tiene  
en cuenta que, eran mínimas las posibilidades de acceder externa-  
mente a la consulta de libros en bibliotecas públicas pues, por esos  
años, solo hay referencia de un establecimiento de este tipo en la ciu-  
dad de Bogotá, que fue reabierto en 1823, luego de haber permane-  
cido cerrado durante un año.52  
Los altos precios, la falta de imprentas a nivel interno y, la  
escasez de recursos eran las causas principales de la carencia de li-  
bros. Como un buen precedente de estímulo, la ley del 27 de sep-  
tiembre de 1821 había exonerado, a todos los textos impresos en el  
extranjero, del pago del derecho de introducción por los puertos de  
53  
Colombia. .  
Gracias al interés del gobierno y a las mejores condiciones  
para la libre circulación de los libros, se ofertaron, a través de las pá-  
ginas del periódico, un total de 11 títulos cuyo precio oscilaba entre  
5
y 20 reales (Ver Cuadro No. 2). Tres eran los temas principales a los  
que hacían alusión estos textos: religión, política y pedagógicos. Una  
prueba del activo movimiento de libros fue el siguiente anuncio di-  
vulgado a principios de julio de 1821 en el que se ofertan varios tí-  
tulos:  
El Sr. Juan Manuel Arrublas, celoso de la ilustración de sus conciuda-  
danos, ha traído para vender libros de todas clases. En esta librería se  
hallan las obras más selectas y modernas de política, legislación, diplo-  
macia, filosofía, educación matemática, física, medicina, bellas artes y  
54  
artes.  
A principios de octubre se anunció la venta “a precios equita-  
tivos” de una pequeña librería compuesta de obras en Derecho, his-  
toria de Colombia y otros temas en latín, francés y español. Las  
negociaciones debían adelantarse en la tienda del ciudadano Pedro  
55  
Heredia en la calle 1ª del Comercio No. 194.  
5
2 Luis Roberto Téllez Tolosa: “Breve historia de las bibliotecas públicas en Colombia”, en: Có-  
dices, Vol. 8, No. 1, Universidad de La Salle, Bogotá, 2012, p. 63.  
3 Actas del Congreso de Cúcuta, Biblioteca de la Presidencia de la República, Bogotá, 1990, Vol.  
III, p. 122.  
5
5
5
4 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 101, julio 1º de 1821, p. 328.  
5 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 115, octubre 7 de 1821, p. 384.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
Cuadro No. 2  
Libros ofrecidos a través de las páginas del Correo de Bogotá entre 1820 y 1824  
Obra  
Valor  
Sitio venta  
Año  
Administración  
Principal  
de Correos  
Triunfo de la Libertad  
sobre el Despotismo  
“precio  
moderado”  
1820  
1821  
El Catecismo de Abad Fleuri,  
reimpreso por el gobierno  
Tienda de  
Rafael Flórez  
6
reales  
Tienda de Rafael  
Flórez en la calle  
del Comercio  
Cartillas o Abecedarios para la  
enseñanza de los niños  
1821  
1821  
Tienda de José  
Ignacio Lemos en  
casa No. 1 calle de  
San Juan de Dios.  
Aritmética Compendiada para uso  
de las escuelas (en rústica)  
8
reales  
La disertación sobre las censuras  
publicadas por el Obispo de Popayán  
Tienda No. 35  
calle Segunda  
del Comercio.  
8 reales  
1821  
1822  
Administración de la justicia criminal  
en Inglaterra o espíritu del  
Gobierno Inglés por M. Cottu  
20 reales  
Tienda de Rafael  
Flórez  
Casa No. 35  
segunda calle  
del Comercio  
Observaciones sobre la ley de manumisión  
del Soberano Congreso de Colombia  
5
reales  
6 reales  
1822  
1822  
Tienda de Rafael  
Flórez  
El Catecismo de Abad Fleuri (reimpresión)  
Tienda de Pedro  
Heredia, calle 1ª del  
Comercio No. 194  
Almanaque y cartilla de rezo del clero  
1823  
Manual para administrar los  
sacramentos del bautismo, eucaristía  
matrimonio y extremaunción  
Imprenta de  
Nicomedes Lora  
1823  
1824  
Opinión político-canónica sobre la  
cuestión del patronato eclesiástico  
Tienda de  
Rafael Flórez  
Fuente: Crreo de Bogotá  
Elaborado por: el autor  
Cabe precisar que también se comercializaron algunos folle-  
tos y papeles sueltos, incluso algunos de carácter oficial como el dis-  
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Roger Pita Pico  
curso “Observaciones sobre la ley de manumisión del Soberano Con-  
56  
greso de Colombia”, a 5 reales por ejemplar.  
Avisos en tributo a la Patria  
Fue muy frecuente, tanto en el Correo de la ciudad de Bogotá  
como en otros órganos noticiosos de su época, difundir contribucio-  
nes materiales al proyecto de formación de la naciente República, ya  
fuera mediante apoyo en pie de fuerza, armas o dinero era usual.  
Esta clase de ofrendas espontáneas fueron recibidas con bastante be-  
neplácito por parte de los dirigentes republicanos que, veían en esas  
donaciones, un alivio a la deficitaria situación económica del Estado.  
A mediados de abril de 1820, el cura de Turmequé entregó  
un donativo de 3.000 pesos, recogidos en su pueblo y, varios emigra-  
dos de la provincia del Cauca, donaron dinero en efectivo y vestua-  
57  
rios en favor de la división acantonada en la ciudad de Ibagué. Dos  
meses más tarde, se anunció que el teniente coronel Vicente Almeyda  
y la señora Rita Sumalave, vecinos de la villa de Cúcuta, en la fron-  
tera con Venezuela, habían donado un total de 22 fanegas de cacao  
para las necesidades del Ejército. El señor José María Lozano, cono-  
cido en tiempos coloniales como el marqués de San Jorge, uno de los  
hombres más acaudalados de la región, expresó en 1822 su decisión  
de incorporarse como soldado en la compañía de granaderos del Re-  
gimiento de Infantería de Bogotá y, además ofreció al gobierno, todos  
58  
sus haberes “para el servicio de la República”.  
A mediados de este mismo año, se informó a través de las  
páginas del periódico, sobre tres actos de donación. El primero era  
la decisión del gobernador de la provincia de Antioquia, coronel  
Francisco Urdaneta, de donar a favor del erario nacional, los sueldos  
que se le adeudaban desde julio de 1819, lo que arrojaba un total de  
2
.900 pesos. Por otro lado, Ignacio Azero, vecino del cantón de  
Funza, consignó en las cajas de la tesorería general 50 pesos, para las  
56 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 132, febrero 7 de 1822, p. 434.  
57 Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 38, abril 16 de 1820, p. 38.  
58 Correo de la ciudad de Bogotá, No. 149, junio 6 de 1822, p. 498.  
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El Correo de Bogotá:  
una prensa innovadora para una república en ciernes  
urgencias del Estado, mientras que Agust