ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
DIRECTOR:  
Dr. Jorge Núñez Sánchez  
Dr. Franklin Barriga López  
Ac. Diego Moscoso Peñaherrera  
Hno. Eduardo Muñoz Borrero  
Mtra. Jenny Londoño López  
Dra. Rocío Rosero Jácome  
SUBDIRECTOR:  
SECRETARIO:  
TESORERO:  
BIBLIOTECARIA-ARCHIVERA:  
JEFA DE PUBLICACIONES:  
RELACIONADOR INSTITUCIONAL: Dr. Vladimir Serrano Pérez  
BOLETÍN de la A.N.H.  
Vol XCVI  
Nº 199  
Enero–junio 2018  
©ꢀ Academia Nacional de Historia del Ecuador  
p-ISSN: 1390-079X  
e-ISSN: 2773-7381  
Portada  
Monumento a Vicente Rocafuerte  
en Guayaquil  
Diseño e impresión  
PPL Impresores 2529762  
Quito  
landazurifredi@gmail.com  
abril 2019  
Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación  
BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA  
VOL.XCVI- Nº199  
Enero-junio 2018  
ESTADO DE BIENESTAR EN ECUADOR: PENSIONES1  
David Acosta-Rosero2  
Resumen  
El Estado de Bienestar, como conjunto de programas desti-  
nados a la mejora del estado de vida y seguridad financiera de la po-  
blación de un país, requiere de un análisis conceptual y de sus  
tendencias para poder entender su evolución en el país. Los progra-  
mas de seguridad social no son conceptos nuevos en el Ecuador, es  
más, su historia se inicia a principios del siglo XX, continuado con  
un proceso de crecimiento marcado por las tendencias políticas de  
los tiempos. Es a principios del siglo XXI, cuando se observa una evi-  
dente motivación política de expandir el alcance y la generosidad de  
los beneficios, siendo el centro de este estudio, las pensiones por ju-  
bilación.  
Palabras clave: IESS, Seguridad Social, Estado de Bienestar, Pensio-  
nes, Ecuador, Jubilaciones  
Abstract  
To understand the Welfare State, as a grouping of programs  
destined to better the life and financial security of a country’s pop-  
ulation, a conceptual analysis of its behaviour and trends is required  
to understand its evolution in the Country. Social programs are not  
1
Este artículo fue elaborado como parte del proyecto de investigación “Derechos Fundamen-  
tales en la Era del Trabajo Subordinado” (DER2017-83488-C4-3-R) del grupo de investigación  
“INCLUSIVE” GIUV2017-351 de la Universitat de València. Las instituciones antes nombradas  
no han tenido influencia en el diseño, análisis, interpretación o redacción de este artículo.  
Doctorando en Economía Social en la Univeristat de València. Colaborador de grupo de In-  
vestigación “INCLUSIVE” GIUV2017-351 de la Universitat de Valencia. Es Magíster en Ad-  
ministración y Comunicación de Entidades Sociales y Solidarias. Su título profesional es de  
Ingeniero en Administración Hotelera. Investigador en la Fundación Janus.  
2
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new in Ecuador, having their beginnings early in the 20th century.  
They kept evolving and growing marked by the political trends of  
the times. In the 21st century it is evident that there was the political  
will to expand the reach of programs and their benefit generosity, of  
which the focus of this study are retirement pensions.  
Keywords: IESS, Social Security, Welfare State, Pensions, Ecuador,  
Retirements  
Introducción  
El presente trabajo tiene por objetivo exponer la evolución  
de un pilar social muy importante, las pensiones por jubilación, den-  
tro de la arquitectura del así llamado Estado de Bienestar en el Ecua-  
dor. Para entender el alcance e importancia de este programa de  
protección, primero es necesario definir qué es el Estado de Bienestar.  
Una vez realizado este ejercicio, el trabajo continúa con un recuento  
histórico de las Instituciones, parte del Estado de Bienestar Ecuato-  
riano, que proveen de las protecciones por jubilación. Seguidamente,  
se realiza un análisis entre los años 1977 y 2016 de la población de  
afiliados, los índices de cobertura y las pensiones. Para finalizar, las  
conclusiones recogen los puntos principales de este estudio.  
¿Qué es el Estado de Bienestar?  
En los años que siguieron a la segunda guerra mundial, mo-  
tivados por la devastación y alto costo humano que el conflicto trajo  
consigo, los países occidentales europeos y los norteamericanos, se  
encontraron con la necesidad de cubrir las crecientes demandas so-  
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Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
ciales observadas en sus poblaciones. Ya sea por razones morales,  
políticas, o de mercado, estos países desarrollaron soluciones sociales  
que tendrían poderosos efectos en sus ciudadanos.  
Es así que los primeros programas modernos de asistencia  
social, que después llegarán a conformar parte del conjunto llamado  
Estado de Bienestar, empiezan a tomar forma. La “definición de ma-  
3
nual” que proporciona Esping-Andersen expresa que el Estado de  
Bienestar implica una responsabilidad del Estado para que todos sus  
4
ciudadanos cuenten con mínimos básicos; tomando en cuenta que  
los derechos sociales (que son protegidos e institucionalizados por  
el Estado de Bienestar) tienen la capacidad de proveer de niveles de  
vida que sean independientes de las fuerzas del mercado por medio  
5
de la desmercantilización del ciudadano.  
6
De acuerdo con Goodin, el “Estado de Bienestar” no es en  
sí una estructura concreta, unificada y monolítica, sino más bien, es  
el conjunto desordenado de programas que tienen una cierta rela-  
ción, que se encuentran integrados de manera imperfecta. Moreno7  
lo define como “un conjunto de instituciones estatales proveedoras de po-  
líticas sociales dirigidas a la mejora de las condiciones de vida y a procurar  
la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos”. Estas políticas socia-  
les, particularmente aquellas relacionadas con el ámbito del empleo,  
la educación, la salud, la seguridad pública, entre otras, representan  
las intenciones del poder público.  
8
Desde una perspectiva liberal, Macarov define como Esta-  
dos de Bienestar a los países que tratan de proveer y/o proteger a  
sus poblaciones en una manera que antes era considerada como res-  
ponsabilidad de la familia, las instituciones religiosas, las organiza-  
ciones voluntarias, o el mercado, en la mayoría de los casos,  
programas de aseguramiento universales. La creación de estos pro-  
3
G. Esping-Andersen; B. Arregui Luco; Institució Valenciana d’Estudis i Investigació, Los tres  
mundos del estado del bienestar, Alfons el Magnànim-IVEI, València, 1993, p. 37.  
Ingresos económicos, salubridad, educación.  
G. Esping-Andersen , et.al.Ibid., p. 20.  
R. E. Goodin, Reasons for welfare: the political theory of the welfare state, Princeton University  
Press, Princeton (NJ), 1988, p. 3.  
4
5
6
7
8
L. Moreno, La Europa asocial: crisis y Estado del bienestar, Península, Barcelona, 2012.  
D. Macarov, Social welfare: structure and practice, Sage, Thousand Oaks (CA) [etc.], 1995.  
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gramas responde a la necesidad de atacar problemas que son muy  
amplios o profundos para ser lidiados por entidades no guberna-  
mentales.  
De manera similar, se puede considerar como el eje central  
de los Estados de Bienestar a los servicios universales que buscan  
cubrir las necesidades básicas de la población, sin importar quien las  
provea de estos servicios, ellos siguen siendo, al final del día, la res-  
9
10  
ponsabilidad del Estado. Mishra también menciona que el “prin-  
cipio de Intervención Estatal” se hizo explícito al agrupar los recursos  
de la sociedad y dispersar los riesgos sociales por medio de un marco  
institucional que se responsabilice de mantener un estándar de vida  
mínimo. Además, el concepto amplio de seguridad social que agrupa  
a las ideas de una cobertura comprensiva de riesgos universales y  
adecuados, ligada al estatus de ciudadanía, es una de las caracterís-  
ticas más representativas del Estado de Bienestar. La intención de  
este modelo es hacer que la sociedad de mercado sea más produc-  
tiva, estable y armoniosa, y de igual manera, que el capitalismo li-  
beral sea más socialmente justo.  
11  
Guillén, González y Luque proponen que un Estado de Bie-  
nestar posee tres características que los llevan a ser definidos como  
tales. Primero, el Estado es social y por medio de políticas pretende  
desmercantilizar las soluciones a las necesidades sociales, para que  
todos puedan acceder a ellas sin importar sus ingresos. Segundo, el  
Estado se ve obligado a responder por los derechos sociales de los  
ciudadanos. Tercero, el Estado reconoce la desigualdad generada por  
el actual sistema capitalista, y regula la relación laboral para amino-  
rar el desbalance de poder.  
Sea cual sea el mecanismo que se utilice para la ejecución de  
12  
estas políticas sociales Goodin dice que la característica que define  
9
1
1
R. Mishra, The welfare state in capitalist society: policies of retrenchment and maintenance in Europe,  
North America and Australia, 1st ed, Harvester-Wheatsheaf, New York [etc.], 1990.  
0 R. Mishra, The welfare state in crisis: social thought and social change, Wheatsheaf Books, Brighton,  
1984, pp. 5-9.  
1 A. M. Guillén Rodríguez; S. González Begega; D. Luque Balbona, “La Europa social en crisis.  
Modelo Social Europeo y políticas de austeridad”, Cuadernos de Información Económica, 242,  
2
014, fecha de consulta 14 noviembre 2017, en http://digibuo.uniovi.es/dspace/handle  
10651/37608.  
2 R. E. Goodin, Reasons for welfare, cit.  
/
1
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al Estado de Bienestar es que éste actúa en el mercado para cubrir  
ciertas necesidades de su gente por medios relativamente directos.  
El autor también lo describe como un sistema obligatorio, colectivo  
y no discriminatorio en la provisión de bienestar. Añade, además,  
que este Estado de Bienestar debe ser definido de acuerdo a los me-  
canismos que emplea, más que por las motivaciones o intenciones  
que lo sustentan. Así mismo, alude que al remover ciertas interac-  
ciones del mercado, previene la explotación de las mismas, y que  
esta explotación es en sí el problema que busca resolver. La tarea no  
se centra en la eliminación de las dependencias (de servicios socia-  
les), sino de hacer que éstas no sean aprovechadas de forma abusiva.  
El autor no propone prevenir que la gente deje de depender una de  
la otra, de manera individual o colectiva, sino que esta relación de  
dependencia no sea una de peonazgo. Esta interpretación está fuer-  
temente asociada con las características históricas del desarrollo de  
las economías de capital, y, hoy en día, empieza a tener una nueva  
relevancia circunstancial.  
Al hablar de la evolución del Estado de Bienestar, autores  
13  
14  
como Ochando y Goodin hacen un recuento y enumeran los dife-  
rentes factores que condicionaron la aparición del Estado de Bienes-  
tar y nos dicen que, históricamente, es una respuesta a las  
condiciones sociales nacidas al adaptar el Estado tradicional a la  
nueva sociedad Industrial y postindustrial. Estos cambios trajeron  
consigo tensiones relacionadas con los modos de producción capi-  
talista. La creación de un sistema protector que tome el lugar del Es-  
tado liberal, que pueda llegar a cubrir las necesidades de las clases  
medias, reduce los riesgos revolucionarios.  
15  
Moreno añade que una motivación fundamental de la po-  
lítica bismarckiana fue la neutralización política de las organizacio-  
nes de trabajadores (socialistas, comunistas, anarquistas), que por  
medios democráticos, hubiesen podido acceder al poder. Esto, his-  
13 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar: objetivos, modelos y teorías explicativas, Ediciones  
Académicas, Madrid, 2009.mbre 2017, en: http://digibuo.uniovi.es/dspace/handle/10651  
/
37608.  
1
1
4 R. E. Goodin, Reasons for welfare, cit.  
5 L. Moreno, La Europa asocial, cit.  
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tóricamente, acompañado de una mayor concepción moral, como re-  
sultado de la guerra, estableció los cimientos del Estado de Bienes-  
tar.  
Dentro de las motivaciones económicas, de acuerdo con Ma-  
16  
carov se incluye el deseo de reducir los costos directos e indirectos  
asociados con los problemas sociales al mitigarlos o resolverlos, ya  
que aquellas personas que padecen de las consecuencias de dichos  
problemas sociales pueden afectar negativamente a la economía, al  
no ser elementos productivos o consumidores adecuados.  
En cuanto a las condiciones económicas necesarias para la  
implementación del Estado de Bienestar, se requiere de un modelo  
capitalista de producción fordista, de producción para mercados es-  
tables a gran escala, con potentes sindicatos. Dentro de este marco  
se requiere de la intervención estatal para estabilizar las falencias del  
mercado y así mantener la armonía social. Esta intervención por  
parte del Estado genera un crecimiento en el sector y en el gasto pú-  
blico, especialmente de los programas de provisión de bienestar para  
sus ciudadanos.17  
Ochando añade, que con la gestión económica implantada  
políticas macroeconómicas de regulación de la demanda agregada  
(
y de la administración de las rentas), el crecimiento económico posi-  
bilitó la expansión de los servicios sociales a las clases contribuyen-  
tes, incluyendo la clase media trabajadora. Esta integración, como  
fue mencionada con anterioridad, disminuyó los conflictos laborales  
y sociales propios del sistema capitalista, al permitir una continua  
acumulación de capital, paralelo a la mejora de las condiciones ge-  
nerales de vida. Es decir, una economía eficiente, el progreso econó-  
mico y el bienestar social funcionaron como “objetivos interdepen-  
dientes y mutuamente funcionales18  
Pese a que las primeras iniciativas de programas que puedan  
ser considerados como parte de un Estado de Bienestar se dieron  
antes de la institucionalización de los gobiernos democráticos actua-  
16 D. Macarov, Social welfare, cit.  
17 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
18 Ibid.  
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19  
les, inclusive para evitar el desarrollo de la democracia, el Estado  
de Bienestar puede ser considerado, ahora, como uno de los elemen-  
tos más distintivos de las democracias avanzadas, siendo éstos una  
condición necesaria para su desarrollo. Pero pese a que el desarrollo  
económico y a la lucha sindical (ambos factores también presentes  
en las democracias avanzadas) son condiciones necesarias para la  
expansión del Estado de Bienestar, empero, no son suficientes para  
20 21  
entenderla.  
Algunas de las ideologías en las cuales se basa el desarrollo  
del Estado de Bienestar, están aquellas relacionadas con el altruismo  
y el humanitarismo, en contraste con el egoísmo, es decir, responsa-  
bilidad colectiva versus responsabilidad individual, equidad de cara  
2
2
al capital, confianza y el concepto de moralidad. Siguiendo esta  
línea de pensamiento, el autor añade que el gobierno, al ser el repre-  
sentante de la ciudadanía, es responsable del bienestar de sus ciu-  
dadanos, tanto como es responsable de proveer educación, defensa,  
23  
infraestructura vial, etc. Mishra está de acuerdo en que el principio  
general del Estado era la responsabilidad de mantener un estándar  
mínimo de vida para sus ciudadanos, como parte de los derechos  
sociales ligados al concepto de ciudadanía. Añade que esto se realiza  
por medio de la acción estatal dirigida a satisfacer las dependencias  
de la población en tres ámbitos: a) Regulación del mercado para  
mantener niveles deseables de empleo; b) Provisión de servicios uni-  
versales, para todos los ciudadanos, no solo para los pobres; y, c)  
Asistencia a sectores de la sociedad con necesidades o en circunstan-  
cias excepcionales.  
Al analizar los ejemplos relacionados con el MSE- Modelo  
24  
Social Europeo-, Guillén, González y Luque aducen que la identi-  
1
2
2
9 G. Esping-Andersen y otros, Los tres mundos del estado del bienestar, cit., p. 34.  
0 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
1 M. Vivancos Comes, “Austeridad económica, derechos sociales y políticas públicas de bie-  
nestar: balance de los años de la crisis”, Lex Social: Revista de Derechos Sociales, vol. 7, 1, 2017,  
fecha de consulta 9 junio 2017, .  
2
2
2
2 D. Macarov, Social welfare, cit.  
3 R. Mishra, The welfare state in capitalist society, cit.  
4 A. M. Guillén Rodríguez y otros, “La Europa social en crisis. Modelo Social Europeo y polí-  
ticas de austeridad”, cit.  
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dad de los Sistemas de Bienestar se encuentran basados en la común  
interpretación de los derechos sociales como derechos de ciudadanía.  
Resultado que puede extrapolarse a todo sistema estatal de bienestar  
que considere el estatus de pertenencia al mismo como requisito para  
el acceso a las protecciones que brinda.  
En cuanto al panorama político, el Estado de Bienestar, su-  
puso un pacto entre los sindicatos, las empresas y el Estado, en el  
que el tercero mantiene la libertad de propiedad privada y acumu-  
lación de riqueza, mientras expande la distribución de condiciones  
de vida más seguras, e igualitarias por medio de servicios y asisten-  
cias. Para realizarlo, el Estado toma el conflicto fundado en la pro-  
ducción y lo transfiere al ámbito de la distribución de la renta. Como  
consecuencia de ello, hay una mayor estabilidad política y social,  
25  
además de una estructura económica estable.  
Debido a las condiciones políticas, económicas y sociales de  
cada nación, no existe un “modelo estándar” de Estado de Bienestar,  
más si una plétora de sistemas que se adaptan a las realidades de  
cada país. Aesto Mishra añade: “el Estado de bienestar - el cual combina  
una economía de mercado administrada, una política plural y un sistema  
social de bienestar - representa una formación social, que sin importar que  
tan híbrida pueda ser en su composición, merece ser preservada.” También  
pregunta “¿por qué este merecimiento?”, a lo cual responde que las al-  
ternativas no son adecuadas. Por un lado se encuentra el “libre mer-  
cado 2 que incrementa las libertades a costa de los derechos sociales,  
especialmente de los conjuntos más vulnerables; y, por el otro lado,  
se encuentra el Marxismo, que exalta al colectivo sobre el individuo,  
pudiendo sofocar el crecimiento y libertades individuales.  
6
Pero se puede generalizar que los Estados de Bienestar tienen  
por objetivo la provisión pública de servicios universales y el otor-  
gamiento de derechos sociales que garanticen un nivel mínimo de  
vida a sus ciudadanos, sin que esta garantía pueda ser considerada  
como caridad pública. 27 28 29 Ochando utiliza la siguiente clasifica-  
30  
25 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
26 R. Mishra, The welfare state in crisis, cit., p. 164.  
27 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
28 R. Mishra, The welfare state in crisis, cit.  
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ción para enumerar los objetivos del Estado de Bienestar: a) la segu-  
ridad económica, b) la reducción de la desigualdad y, c) las políticas  
en contra de la pobreza.  
a) Presenta una garantía para los ciudadanos contra los riesgos de  
insolvencia por medio de programas de Seguridad Social (desem-  
pleo, pensiones, etc.) y también por medio de la socialización del  
consumo de otras necesidades como la educación y la sanidad.  
Las protecciones provistas tratan de subsanar los riesgos que se  
presentan de manera eventual, como la vejez, al igual que aquellas  
inesperadas como enfermedad, desempleo o incapacidad labo-  
31 32 33  
ral.  
o una parte) de los individuos para generar ahorro a largo plazo.  
Para realizarlo se administra la distribución de la renta  
(
Este mecanismo de ahorro es ejecutado por medio de prestaciones,  
que a su vez son redistribuidas.  
Este carácter asegurador posiciona al poder público en una situa-  
ción ventajosa frente a los seguros privados ya que el primero  
puede absorber los altos costos de transacción, puede cubrir los  
riesgos sociales. Existe una distribución intergeneracional del  
riesgo y evita el problema de selección discriminante. Pero dicha  
administración no puede evitar el “riesgo moral” que implica la  
reducción de los incentivos que los individuos tienen para evitar  
las circunstancias que el seguro cubre.3  
4 35  
b)Para adelantar este objetivo se puede implementar programas dis-  
tributivos de renta por medio de impuestos, o por medio de la  
provisión de programas básicos como educación y sanidad. Pero  
existe un debate latente acerca de la real capacidad del Estado de  
Bienestar, de alcanzar una real distribución de la riqueza que ge-  
2
3
3
9 R. Mishra, The welfare state in capitalist society, cit.  
0 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
1 Bilbao Uvillos J; Ochando Claramunt C, “Redistribución de la renta, protección social y ac-  
tuaciones político-económicas”, en Toboso F, Caballero G (eds.) Democracia y políticas Econó-  
micas, Síntesis, Madrid, 2015.  
3
3
3
2 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
3 R. Mishra, The welfare state in capitalist society, cit.  
4 Bilbao Uvillos J; Ochando Claramunt C, “Redistribución de la renta, protección social y ac-  
tuaciones político-económicas”, cit.  
35 R. J. Arnott; J. E. Stiglitz, The Basic Analytics of Moral Hazard, The National Bureau of Economic  
Research, 1988  
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nere una igualdad económica –como algunos autores presentan–,  
y esto tiene su contrapunto en el enunciado de que los estratos de  
mayores rentas se benefician de aquellos de menores rentas.  
Las rentas son distribuidas entre el sector poblacional medio, de-  
jando afuera aquellos que no requieren de asistencia –mayor in-  
gresos– y a aquellos sectores no integrados dentro del esquema  
productivo - menores ingresos-. Dicho de otra forma, aunque las  
clases más bajas de la sociedad no han sido totalmente integradas  
en este esquema de bienestar, las más altas no necesitan del mismo  
y, las clases medias trabajadoras han sido claramente beneficiadas  
36  
de los sistemas de protección y seguridad social.  
Al considerar los nuevos riesgos sociales, la expansión de las ne-  
cesidades de bienestar se encuentran, en muchos casos, a merced  
de la voluntad política y de la presión que grupos específicos de  
la sociedad ejercen sobre los oficiales electos en el sistema demo-  
crático. Estos grupos, organizados, ya sea en asociaciones o “lob-  
bies”, presentan demandas de mayor gasto social para cubrir sus  
riesgos sociales sin que esto equivalga a una mayor equidad en la  
distribución del gasto social. Esto puede generar gran disparidad  
(
lo contrario de lo que busca el objetivo) ya que aquellos estratos  
sociales y económicos con más capacidad de organización y difu-  
sión de ideas son aquellos, por lo general, con más recursos.  
3
7
La influencia de los actores sociales que gozan de los beneficios y  
servicios provistos por el Estado de Bienestar, tienen su contra-  
parte al hablar de los grupos relacionados con la provisión de esos  
mismos servicios. El análisis de Estado de Bienestar y sus compo-  
38  
nentes, según Mishra, a más de incluir sus funciones, debe tam-  
bién incluir a los grupos relacionados con estas funciones y los  
posibles conflictos que puedan abordar. Pone como ejemplo, que  
el estudio del sistema nacional de salud de cualquier país debe in-  
cluir a los grupos de interés relacionados con el mismo, como son  
los conjuntos administrativos y proveedores de servicios sanita-  
3
3
6 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
7 Bilbao Uvillos J; Ochando Claramunt C, “Redistribución de la renta, protección social y ac-  
tuaciones político-económicas”, cit.  
38 R. Mishra, The welfare state in crisis, cit.  
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Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
rios. Expandiendo esta idea, al análisis de los servicios educativos  
provistos por un Estado, a más de incluir a los colectivos estudian-  
tiles, de padres y el mercado laboral, debe incluir a los grupos re-  
lacionados con los sectores de la administración de las escuelas,  
institutos y universidades, al igual que a los maestros, profesores  
y formadores; y así sucesivamente con cada pilar que conforme el  
Estado de Bienestar de cada país.  
c) Pese a lo expuesto en el punto anterior, existen sistemas de inte-  
gración orientados hacia los estratos más desprotegidos de la ciu-  
dadanía, como son los programas de prestaciones no contributivas,  
el salario mínimo de inserción, programas de vivienda pública, etc.  
39  
Generalizando, Esping-Andersen dice que el Estado de Bienestar  
presenta una respuesta en las situaciones en las que el mercado  
falla, es decir, cuando existen actores que no pueden participar en  
él.  
Una constante que los autores consultados mencionan es la  
dificultad de definir los objetivos antes expuestos y, la dificultad que  
conlleva el medir la efectividad de las políticas sociales implemen-  
tadas para alcanzarlos.  
Para efectos de este estudio, las congruencias y similitudes  
presentadas entre los autores antes citados me llevan a conceptuali-  
zar el Estado de Bienestar como: “Un conjunto de políticas estatales  
destinadas a incrementar y equiparar las oportunidades de los ciu-  
dadanos (considerados como tales a todas aquellas personas que  
vivan en el territorio de influencia estatal y que gocen de los dere-  
chos sociales asociados con el estatus de ciudadanía, en materia de  
acceso al mercado laboral y servicios sociales), al intervenir en el  
mercado para distribuir y socializar los costes de servicios de ma-  
nera directa y universal, y, además, para cubrir y asegurar los riesgos  
sociales asociados con la vejez y con las incertidumbres en el mer-  
cado laboral”.  
Esta definición es muy general y deja abierta la posibilidad  
de múltiples interpretaciones. El desarrollo de múltiples tipos de Es-  
39 G. Esping-Andersen y otros, Los tres mundos del estado del bienestar, cit., p. 31.  
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David Acosta-Rosero  
tados de Bienestar, como ya fue mencionado brevemente, es consis-  
tente con ello. Pese a eso, muchos de los sistemas tienden a tener ca-  
racterísticas similares, las cuales permiten agruparlos en diferentes  
categorías o modelos generales. Estos modelos serán en breve men-  
cionados.  
Modelos del Estado de Bienestar  
Diversos autores describen a los diferentes modelos del Es-  
tado de Bienestar basados en criterios institucionales, económicos,  
político-ideológico, etc. Muchos de estos conceptos poseen caracte-  
rísticas similares que, al ser superpuestas, coinciden unas con otras  
en gran medida. Las definiciones y explicaciones provistas permiten  
apreciar las similitudes expuestas al comparar clasificaciones de mo-  
delos.  
Al tomar al modelo “Residual”,40 vemos que se caracteriza  
por proveer de asistencias mínimas y subsidiarias en caso de que las  
instituciones “naturales” como la familia o el mercado, no puedan  
satisfacer las necesidades sociales del colectivo. Además, este modelo  
se centra en la creación de políticas de crecimiento económico, las  
cuales proveen mínimas interferencias en el mercado y en el mercado  
laboral, para evitar una gran influencia de los sindicatos, mante-  
niendo niveles de fragmentación obrera altos. En general, estos es-  
tados no tienen un compromiso de proveer pleno empleo, por lo que  
sus niveles de desempleo tienden a ser altos. También se les atribuye  
la provisión de servicios sociales, primordialmente transferencias,  
basado en las características y la capacidad de interactuar en el mer-  
cado del receptor. Es un sistema en el que los servicios sociales se en-  
cuentran muy mercantilizados. Se puede decir que hay: “Bajos  
impuestos y pocos servicios”  
Al compararse con el “Modelo Liberal” de Esping-Andersen,  
41  
descrito en Los tres mundos del Estado de Bienestar (1993), vemos que  
muchas de estas características se encuentran superpuestas. El foco  
de este modelo es la provisión de servicios por medio del mercado  
40 C. Ochando Claramunt, El estado del bienestar, cit.  
41 G. Esping-Andersen y otros, Los tres mundos del estado del bienestar, cit., p. 31.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
176  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
y ejecutar políticas destinadas a ayudar a las personas de escasos re-  
cursos, previa validación de sus ingresos. Los mecanismos tienden  
a ser subsidios y programas de aseguramiento modestos. La presen-  
cia de programas asistenciales no garantiza una desmercantilización  
de los servicios, ya que éstos no cubren lo necesario para evitar la  
dependencia del mercado. Además, debido a que los subsidios y  
ayudas tienden a ser bajos y a estar relacionados con un estigma so-  
cial, la mayor parte de los ciudadanos prefieren participar en el mer-  
cado, dejando a los más necesitados como únicos beneficiarios de  
estas asistencias. Este modelo es considerado como un equivalente  
al “Modelo residual”.  
En contraste, encontramos el “modelo Institucional” donde  
la provisión de servicios sociales tiende a ser universal. La igualdad  
de oportunidades y acceso se garantiza por medio de la provisión  
de servicios a la totalidad de la ciudadanía, los cuales son altamente  
desmercantilizados. La intención es crear un nivel mínimo de segu-  
ridad vital. Se caracteriza por un alto grado de influencia y partici-  
pación sindical, compromiso para mantener políticas de pleno  
empleo, alta intervención estatal y alto grado de distribución de las  
rentas. “Altos impuestos, muchos servicios”:  
El “modelo Socialdemócrata” descrito por Esping-Andersen  
posee las mismas características ya que también en este se evidencian  
tonalidades universalistas, solidarias y desmercantilizadoras enfo-  
cadas a proveer de estándares elevados generales, más que en cubrir  
las necesidades mínimas. Es decir, sin importar el nivel de ingresos,  
todos los ciudadanos tienen derecho y acceso a servicios de alta ca-  
lidad, lo que genera una “solidaridad fundamentalmente universal  
a favor del Estado de Bienestar”. El compromiso con mantener polí-  
ticas de pleno empleo también están presentes en este modelo, e in-  
clusive se considera que el derecho al trabajo está en la misma  
categoría que la protección a los ingresos.  
El “Modelo Corporativista” de Esping-Andersen es conside-  
rado por Ochando como una estructura intermedia entre los dos  
tipos de sistemas antes expuestos. Su matiz político tiende a ser con-  
servador. Mantiene dentro de su estructura una diferenciación entre  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
177  
David Acosta-Rosero  
las clases sociales debido a su mecánica de aportaciones. Se apoya  
fuertemente en las instituciones tradicionales como la familia como  
fuente principal acceso a bienestar. Debido a su naturaleza contribu-  
tiva ligada a la participación laboral - vínculo principal de acceso a  
derechos sociales - también se denomina a este sistema como “mo-  
delo Ocupacional”.  
42  
Mishra considera que el Modelo Corporativista es un mo-  
delo pragmático que difiere de los modelos tradicionales del Estado  
de Bienestar nacidos a partir de la segunda guerra mundial en dos  
aspectos. Primero, afirma que las políticas sociales y económicas  
están interrelacionadas y coordinadas entre sí. Señala además que  
este sistema reconoce las señales que el aspecto social puede presen-  
tar al aspecto económico del sistema, y de igual manera, las señales  
económicas que pueden afectar lo social, y se la adapta para inte-  
grarlas en su conjunto. Debido a esto se considera que dentro de una  
economía de mercado no puede funcionar un sistema de esta natu-  
raleza sin el común acuerdo de los grupos sociales más representa-  
tivos, como son las asociaciones de empleados (sindicatos,  
asociaciones, etc.) y los dueños del capital. Segundo, agrega que las  
instituciones que conforman el Estado de Bienestar consideran tanto  
a la integración social y las relaciones entre capital y trabajo como  
implícitas e interdependientes dentro del sistema.  
Evolución del Estado de Bienestar en Ecuador  
El Estado de Bienestar en el Ecuador, al igual que otras juris-  
dicciones, no es un organismo consolidado y definido, sino que tam-  
bién es considerado como la colección de políticas estatales  
plasmadas en instituciones de provisión de servicios públicos. Estos  
programas, muchas veces, no tienen una interrelación entre sí, pero  
son estos la evidencia de la intención de los gobiernos de turno y de  
su compromiso con el bienestar de la ciudadanía.  
Para el presente estudio, se dejarán de lado los pilares de bie-  
nestar comprendidos por la Educación y la Sanidad, y el foco de  
42 R. Mishra, The welfare state in crisis, cit., pp. 101-105.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
178  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
atención se centrará en el Sistema de Seguridad Social, particular-  
mente en el programa de prestaciones por Pensión de Jubilación, las  
cuales serán analizadas con más detalle en un apartado siguiente.  
Los inicios del sistema de Seguridad Social datan 1928, con  
la aprobación del Decreto Ejecutivo Nº 018 publicado en el Registro  
Oficial Nº 591 del 13 de marzo de 1928, el cual permite la creación  
de la Caja de Pensiones. Este organismo, con patrimonio propio y  
discriminado de los bienes estatales, proveyó de beneficios de jubi-  
lación, montepío y fondo mortuorio a empleados públicos y priva-  
dos,4 abarcando en su cobertura a una gran cantidad de trabaja-  
dores.  
3
Pero este no fue el primer indicio de la existencia de progra-  
mas de aseguramiento por contingencias de vejez o incapacidad.  
Núñez Sánchez44 señala que en la primera década del Siglo XX ya  
existía un programa asistencial que tenía como únicos asegurados al  
personal militar y a sus dependientes. Añade, además, que en 1923,  
un sistema similar fue aprobado para los trabajadores y jubilados del  
sector de instrucción pública. Estos sistemas, comenta el autor, pu-  
dieron haber sido expandidos a los demás sectores productivos del  
país y así dar respuesta a las demandas de los ciudadanos, más la  
coyuntura política hizo que dicha ampliación no se cristalice. Hubo  
que esperar 5 años y diversos cambios de mando, pasando por una  
Junta Militar, para ver plasmado El Decreto Ejecutivo Nº 010 en el  
45  
Registro Oficial expedido por el presidente Isidro Ayora.  
Este nuevo programa de protección, la Caja de Pensiones,  
tuvo los siguientes elementos de cobertura: a) Jubilación para aque-  
llos trabajadores que hayan cumplido al menos 25 años de servicio;  
b) Montepío civil, para los dependientes de los trabajadores benefi-  
ciarios; c) Jubilación y Montepìo para militares; d) Caja de ahorros  
para trabajadores privados; e) Cooperativa mortuoria para los de-  
4
4
4
3 IESS, “Institución - IESS”, fecha de consulta 3 diciembre 2018, en https://www.iess.gob.  
ec/es/web/guest/inst-quienes-somos.  
4 J. Nuñez, “La Caja de Pensiones”, en La Seguridad Social en Ecuador, Centro Interamericano  
de Estudios de Seguridad Social, 1990 (Monografías).  
5 Isidro Ayora fue presidente interino del 3 al 16 de abril de 1929. Fue presidente constitucional  
del 17 de abril de 1929 al 24 de agosto de 1931, Historia del Ecuador, Época republicana, p.152  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
179  
David Acosta-Rosero  
pendientes de jubilados beneficiarios, y; f) Préstamos para Emplea-  
46  
dos.  
Pese a su naciente responsabilidad social, el programa tenía  
un alcance parcial y poco extendido. Núñez además, comenta, que  
el cambio de gobierno de a manos de Federico Páez a finales de 1934,  
propició un proceso de transformación importante para la Seguridad  
Social en el Ecuador. En 1935 se promulga la Ley de Seguro Social  
Obligatorio, el cual extiende el alcance y cobertura del programa de  
protección. Como puntos principales de este texto se resalta la obli-  
gatoriedad para los trabajadores públicos y privados, y la participa-  
ción en las cotizaciones por parte del empleador y el trabajador. Esta  
Ley también crea el Instituto Nacional de Previsión, institución que  
engulle a la Caja de Pensiones y se posiciona como su órgano rec-  
47  
tor.  
Federico Páez continúa con las modificaciones tempranas e  
importantes y, en 1936 con el Decreto Supremo Nª83. En esta pieza  
ejecutiva exige el aumento del aporte patronal para los servidores  
públicos hasta llegar al 5%, incrementa las contribuciones para los  
afiliados voluntarios, elimina criterios arbitrarios de reconocimiento  
de tiempo de servicio, clasifica a la jubilación en ordinaria -por  
tiempo de aportación- y extraordinaria -por incapacidad-, limita el  
monto máximo de pensiones y, permite que la Institución participe  
48  
en el mercado de bienes raíces. El año siguiente, en 1937, se añadiría  
el Departamento Médico, por medio del cual se incorpora el seguro  
por enfermedad al abanico de protecciones. Dos años después, en  
1
938, el General Enríquez Gallo integraría al programa el derecho de  
Jubilación Patronal por medio del Decreto Supremo Nº 96 de 9 de  
abril.4  
9
46 Ibid.  
4
7 J. E. Veloz Cabezas, El Origen y Evolución de la Seguridad Social y el Surgimiento de los Fondos de  
Pensiones en el Ecuador, Banco Nacional de Fomento, 2013, fecha de consulta en: https://web.  
kamihq.com/web/viewer.html?source=extension_pdfhandler&extension_handler=webre  
quest_1_autoload_false_user_5171009&file=http%3A%2F%2Fwww.fcpcbnf.com%2FproE  
duFin%2FEvoSS3.pdf.  
48 J. Nuñez, “La Caja de Pensiones”, cit.  
49 J. E. Veloz Cabezas, El Origen y Evolución de la Seguridad Social y el Surgimiento de los Fondos de  
Pensiones en el Ecuador, cit.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
180  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
El Instituto Nacional de Previsión tenía bajo su cargo a las  
Cajas de: Seguros, Pensiones, Empleados Privados y Obreros Indus-  
triales. Además, tenía autonomía y responsabilidad jurídica, con po-  
testad para la creación de reglamentos, bajo la supervisión el poder  
Presidencial. Esta naturaleza le permitía tener un nivel de autonomía  
necesario para salvaguardar su independencia institucional, y ade-  
más, aseguraba la comunicación directa con el ejecutivo. Dentro de  
sus atribuciones se encontraban también las capacidades de planifi-  
cación, fiscalización y de apelación.50  
En 1942, bajo el mandato de Carlos Arroyo del Río, se  
aprueba la Ley del Seguro Social Obligatorio, la cual da paso a la  
5
1
consolidación del sistema a nivel nacional, pero esta integración  
sólo fue posible después de la publicación del Censo Poblacional del  
5
2
Ecuador de 1941. La información provista en este censo permitió  
realizar los cálculos necesarios sin necesidad de depender de la com-  
paración con países similares y crear pronósticos técnicos pertinentes  
5
3
para la realidad nacional. Estos cambios fueron basados en la in-  
formación provista por el Informe General sobre el Seguro Social o  
Informe Schoenbaum”54  
Otra modificación importante tuvo lugar en 1963, con el De-  
creto Nº 517 de la Junta Militar de Gobierno. En este año se fusiona-  
ron las Cajas del Instituto Nacional de Previsión, y se crea la Caja  
Nacional del Seguro Social. El decreto también trajo consigo limita-  
5
5
5
0 C. Mantilla; E. Abad, “El Instituto Nacional de Previsión (1935 - 1970)”, en La Seguridad Social  
en Ecuador, Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, 1990 (Monografías).  
1 J. E. Veloz Cabezas, El Origen y Evolución de la Seguridad Social y el Surgimiento de los Fondos de  
Pensiones en el Ecuador, cit.  
2 El miércoles 29 de noviembre de 1950 se realizó el primer censo nacional de población durante  
el gobierno de Galo Plaza Lasso. En 1950 se adoptó la modalidad de derecho o de jure para  
el relevamiento de la población y mientras las circunscripciones urbanas se censaron en una  
sola jornada, el área rural se censó en varios días. Se censaron más de tres millones doscientos  
mil habitantes en las dieciocho provincias que conformaban el país. Los recursos financieros  
provinieron de las recaudaciones fiscales y la Dirección General de Estadística, perteneciente  
al Ministerio de Economía. Mediante Decreto Ejecutivo, se declaró oficiales los resultados  
definitivos en agosto de 1952. Cfr. http://agoraestadistica.blogspot.com/2014/06/historia-  
de-los-censos.html  
5
5
3 C. Mantilla; E. Abad, “El Instituto Nacional de Previsión (1935 - 1970)”, cit.  
4 L. Miño; M. León, “Evolución Histórica de la Caja del Seguro (1937 - 1963)”, en La Seguridad  
Social en Ecuador, Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, 1990 (Monogra-  
fías).  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
181  
David Acosta-Rosero  
ciones en el campo de inversiones para la Seguridad Social, cober-  
tura para los trabajadores agrícolas, artesanos, profesionales y a otros  
grupos vulnerables por no tener empleador, en sí creando el Seguro  
55  
para Trabajadores Domésticos y del Artesano.  
La Caja Nacional del Seguro Social era también una institu-  
ción de derecho privado, con identidad y autonomía, independientes  
56  
del gobierno central, pero a criterio de Wolter, este período (1963-  
970) fue uno de los más turbulentos dentro de la historia de la Se-  
1
guridad Social. Según el autor esto se debe a que dentro de la institu-  
ción se evidencia un deslindamiento de los procesos, y cambios es-  
tructurales basados en criterios no-técnicos que fueron impuestos  
por decretos autoritaristas. Esta inestabilidad culminó en la elimina-  
ción del Instituto Nacional de Previsión en 1970. Su eliminación fue  
ejecutada por medio del Decreto Supremo Nº 9 de 23 de junio, fue  
imprevista e intempestiva.  
El mismo año, el mismo regente Velasco Ibarra, por medio  
del Decreto Supremo Nº40 de 25 de julio, crea el Instituto Ecuato-  
riano de Seguridad Social utilizando la difunta Caja Nacional del Se-  
guro Social como andamiaje. Debido a las ineficiencias e ineficacias  
-
heredadas e intrínsecas- de esta institución, otros organismos pú-  
blicos y privados deciden crear sus propios fondos de Jubilación para  
57  
cubrir las necesidades de sus trabajadores. Es evidente la desilusión  
que el Instituto generó en la población, contemplado en el total de  
la población activa afiliada, que en 1971 llegó a un 15,7%. Este muy  
bajo porcentaje de afiliación es también un barómetro que mide los  
niveles de inserción social y económica, ya que la gran mayoría de  
la población se encontraba fuera del abrigo de las protecciones de la  
seguridad Social.58  
Entre 1972 y 1976 existió la intención de modificar el sistema  
tradicional de la seguridad social para convertirlo de un sistema cor-  
5
5
5 C. Mantilla; E. Abad, “El Instituto Nacional de Previsión (1935 - 1970)”, cit.  
6 M. Wolter, “La Caja Nacional del Seguro Social (1963-1970)”, en La Seguridad Social en Ecuador,  
Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, 1990 (Monografías).  
7 J. E. Veloz Cabezas, El Origen y Evolución de la Seguridad Social y el Surgimiento de los Fondos de  
Pensiones en el Ecuador, cit.  
5
5
8 M. Wolter; J. Carrera Colín; H. Vaca, “El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social”, en La  
Seguridad Social en Ecuador, Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, 1990.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
182  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
porativista a uno más universalista. Este proyecto duró poco debido  
al derrocamiento del presidente Velasco Ibarra en 1972, la salida de  
Rodríguez Lara en 1976, y la falta de interés por parte del Gobierno  
Militar sucesor en el mismo año.59  
Es en este periodo, y hasta el fin de la década de los 70s,  
cuando se evidencia una tendencia mercaderista dentro de la admi-  
nistración de las inversiones de la Seguridad Social. La inversión so-  
cial pasa de ser el mayor rubro, con un 81,31% del total invertido en  
1
974, a un 46,05% en 1979, año en el cual la inversión económico fi-  
60  
nanciera llegó a un 53,95%.  
Con la transición del gobierno militar a uno democrática-  
mente electo, cambió también el enfoque que se le dio a la seguridad  
social. Al incluir al Instituto dentro del Plan Nacional de Desarrollo  
1979-1984, se pone énfasis en la misión social de la institución, inclu-  
sive cambiando el paradigma de “seguro social” a “seguridad so-  
cial”, siendo el último término más amplio e integracionista. Durante  
este periodo existe una mejora en los servicios y beneficios de la ins-  
titución, al igual que una expansión de la cobertura para los depen-  
dientes de los asegurados y también para otros estratos no asegu-  
rados. Los resultados de estas políticas inclusivas vieron el incre-  
mento de 340.510 afiliados hasta 1983, siendo el programa de Seguro  
Social Campesino el que percibió el mayor número de nuevos bene-  
ficiarios -quienes generalmente pertenecen a un estrato que ha sido  
61  
considerado como menos protegido-. Más tarde, en 1987, la inten-  
ción de continuar con el apoyo a los servicios sociales se hace evi-  
dente al incluir los rubros que le corresponde al Estado aportar el  
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social dentro de los Presupuestos  
62  
Generales del Estado.  
Durante los años 90s, la así llamada década perdida, existen  
intenciones y recomendaciones externas, particularmente por parte  
del Banco Interamericano de Desarrollo en 1991, para permitir que  
exista una administración privada del Instituto. Esta moción fue  
parte de una ola desmesurada de privatizaciones que tomaron lugar  
5
6
6
6
9 Ibid.  
0 Ibid.  
1 Ibid.  
2 IESS, “Institución - IESS”, cit.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
183  
David Acosta-Rosero  
dentro del aparato estatal, consistente con la ideología neoliberal im-  
perante en el momento. Afortunadamente, el consenso popular des-  
virtuó esta opción y mantuvo el control público de la institución por  
medio de la consulta popular de 1995.63  
Las pensiones por jubilación  
La evolución de las pensiones por jubilación del Instituto  
Ecuatoriano de Seguridad Social ha sido documentado en los Bole-  
tines Estadísticos de la Institución, los cuales dan comienzo a la re-  
copilación de información en 1978, y continúan hasta hoy. Dentro de  
estos documentos se puede encontrar información relacionada con  
el número de afiliados, pensionistas, la cantidad de las prestaciones  
y otros datos de interés. Pese a que el formato de presentación varía  
con las ediciones, es una fuente importante de información relacio-  
nada con el este pilar del Estado de Bienestar ecuatoriano.  
La información recogida de los Boletines Estadísticos mues-  
tra que desde 1977 ha existido un incremento constante del número  
de afiliados en la Seguridad Social, partiendo de 471.000 en dicho  
año, hasta llegar a 2.846.365 en 2016. Este incremento representa una  
extensión de 6 veces el número de afiliados. Para poner estos número  
en perspectiva, es necesario compararlos con el total de la población  
a nivel nacional, y más importante aún, con el total de la población  
activa del país.  
En el Gráfico 1 se puede constatar la evolución de los valores  
población y cobertura. Al comparar al número de afiliados con la po-  
blación nacional encontramos una marcada tendencia al alza, con va-  
lles constantes pero no muy profundos que no superan una diferencia  
de año a año de más de medio punto porcentual. El porcentaje mí-  
nimo de personas protegidas fue de 6,32 en 1977, y el valor más alto  
no llegó a cubrir a un quito de la población, situándose en 19.98% en  
2014. A partir de este punto alto existe un descenso marcado.  
63 Ibid.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
184  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
Gráfico 1  
Fuentes: realizado por David Acosta-Rosero con cálculos propios basados en  
64  
65  
66  
información tomada de Boletines Estadísticos, Banco Mundial e INEC  
6
4 IESS, Boletín Estadístico 1982-1983, IESS, 1983, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/  
421754/BOLETIN+ESTADISTICO+03+1982+1983.pdf; Boletín Estadístico 1984, IESS, 1984, fecha de consulta en  
https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+04+1984.pdf; Boletín Estadístico  
985-1989, IESS, 1989, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ES-  
8
1
TADISTICO+05+1985+1986+1987+1988+1989.pdf; Boletín Estadístico 1990-1991, IESS, 1993, fecha de consulta en  
https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+06+1990+1991.pdf; Boletín Esta-  
dístico 1996, IESS, 1997, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ES-  
TADISTICO+10+1996.pdf; Boletín Estadístico 1997-1999, IESS, 2000, fecha de consulta en https://www.iess.gob.  
ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+11+1997+1998+1999.pdf; Boletín Estadístico 2000, IESS,  
2
2
8
000, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+12+  
000.pdf; Boletín Estadístico 2001-2002, IESS, 2002, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/  
421754/BOLETIN+ESTADISTICO+13+2001+2002.pdf; Boletín Estadístico 2003, IESS, 2004, fecha de consulta en  
https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+14+2003.pdf; Boletín Estadístico  
004-2005, IESS, 2005, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ES-  
2
TADISTICO+15+2004+2005.pdf; Boletín Estadístico 2006-2007, IESS, 2007, fecha de consulta en https://www.  
iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+16+2006+2007.pdf; Boletín Estadístico 2008-2009,  
IESS, 2009, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO  
+
17+2008+2009.pdf; Boletín Estadístico 2010, IESS, 2010, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/  
10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+18+2010.pdf; Boletín Estadístico 2011-2013, IESS, 2013, fecha de consulta  
en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+19+2011+2012+2013.pdf; Bo-  
letín Estadístico 2014, IESS, 2014, fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BO-  
LETIN+ESTADISTICO+20+2014.pdf; Boletín Estadístico 2015, IESS, 2015, fecha de consulta en https://www.  
iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+21+2015; Boletín Estadístico 2016, IESS, 2016,  
fecha de consulta en https://www.iess.gob.ec/documents/10162/8421754/BOLETIN+ESTADISTICO+22+2016.  
65 Banco Mundial, “Población Total Ecuador 1960-2016”, Banco Mundial, 2018, fecha de consulta  
6
=
diciembre 2018, en https://datos.bancomundial.org/indicador/ SP.POP.TOTL?locations  
EC.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
185  
David Acosta-Rosero  
Al hacer referencia a la población activa, es decir, a aquellas  
personas consideradas como hábiles y con posibilidad de participar  
en el mercado laboral, la información refleja resultados un poco di-  
ferentes a los anteriores. En 1977 se registra un 19,98% de la PEA (po-  
blación Económicamente Activa) estaba afiliada, es decir, casi un  
quinto de la población con capacidad de trabajar estaba cubierta por  
el Seguro Social. Pero con el pasar de las décadas, este valor no se  
incrementa de manera tan marcada, y se mantiene rondando entre  
el 18 % y 22% hasta 2007. En otras palabras, por 30 años el Instituto  
Ecuatoriano de Seguridad Social no alcanzó a proteger a 4/5 de la  
población con capacidad para trabajar. Es más, en este periodo de 3  
décadas se encuentra el punto más bajo de afiliación con 18,92% en  
2003.  
A partir de ese año existe un periodo incremental el cual no  
se ve interrumpido sino hasta 2014, cuando 41,88% de los individuos  
del PEA se encuentran protegidos por el IESS. La tendencia al alza  
se agudiza a partir de 2008. Al igual que el conjunto porcentual an-  
terior, existe un fuerte declive en 2015 y 2016, llegando al 35% de afi-  
liación en la PAE. Es importante recalcar que durante un periodo de  
alrededor de una década este porcentaje se duplica, evidencia del  
fuerte compromiso social de los gobiernos de turno.  
Otro aspecto que es necesario analizar es la relación que  
existe entre las ganancias individuales y las prestaciones por jubila-  
ción. Este vínculo representa la capacidad que un individuo tiene  
para satisfacer sus necesidades vitales después de haber terminado  
su actividad laboral. Un mayor porcentaje representa que el benefi-  
ciario necesita participar con menor intensidad en el mercado pri-  
vado de ahorros. Pese a que las prestaciones promedio han sido  
publicadas en los Boletines Estadísticos, el acceso a información re-  
lacionada con el Salario Promedio Nacional es obscuro. Esta infor-  
mación ha sido reemplazada, para la comparación en este análisis,  
con el promedio del Salario Básico durante el tiempo de estudio.  
66 Instituto Nacional de Estadística y Censos, “Población y Demografía”, Instituto Nacional de  
Estadística y Censos, fecha de consulta 6 diciembre 2018, en http://www.ecuadorencifras  
.gob.ec/censo-de-poblacion-y-vivienda/.  
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Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
Gráfico 2  
Fuentes: Gráfico realizado por David Acosta-Rosero con cálculos propios basados en  
67  
68  
información tomada de Boletines Estadísticos y Banco Central del Ecuador  
La tendencia presente en el Gráfico 2 está compuesta de dos  
partes muy definidas y separadas por el evento más importante en  
la historia económica ecuatoriana: La Dolarización. Antes de este  
hito se puede observar una marcada baja del valor de los salarios y  
las pensiones, en relación al dólar. Durante la década de los 80s se  
observa que los sueldos caen abruptamente a principios de la dé-  
cada, pero se mantienen estables por alrededor de un lustro, para  
luego precipitarse de nuevo a finales del periodo. En comparación,  
las prestaciones por jubilación se mantienen relativamente estables,  
con una tendencia sutil a la baja que se mantiene hasta poco después  
del año 2000. Esto se debe a esto que a medida que el valor en dólares  
de los salarios cae (debido a la devaluación agresiva del Sucre du-  
rante la “década perdida”), el porcentaje de reemplazo que las pen-  
siones representa sube gracias a las políticas de ajuste de los valores  
de estas últimas que fueron implementadas. Durante esta primera  
67 Ver nota 58  
68 BCE, Noventa Años de Banco Central del Ecuador, Banco Central del Ecuador, 2017.  
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187  
David Acosta-Rosero  
temporada (1977-1999) el porcentaje de reemplazo pasó de 21.41%,  
a su inicio, pasando por su punto más bajos en 1989 con 7.99%, hasta  
llegar a 30.22% en 1999.  
Después de la dolarización el porcentaje de reemplazo cae  
drásticamente debido a que el ajuste salarial se efectuó con más pre-  
mura que el alza en las prestaciones de la jubilación. Seguidamente  
existe un periodo de 5 años de incremento de este porcentaje, hasta  
llegar a una estabilización que sitúa su valor entre el 11% y el 13%.  
Tanto los salarios como las prestaciones por jubilación alcanzan su  
punto más bajo en el punto inmediatamente anterior a la dolariza-  
ción, y alcanzan su punto más alto al final el periodo de estudio.  
Es importante mencionar que pese a que el proceso de dola-  
rización fue un evento de brutal impacto social, con repercusiones  
dolorosas a corto plazo para la población, a largo plazo, contribuyó  
para crear un ambiente estable en el cual los beneficios de la Seguri-  
dad Social han ido de la mano con el aumento salarial, independien-  
temente de si este último es suficiente o no. Esto se puede observar  
en el Gráfico 3, en el cual se presenta la evolución porcentual de las  
prestaciones y de los salarios. Antes de 2000 existió una discordancia  
entre los porcentajes de incremento entre estos dos valores, enmar-  
cado en un periodo de volátil cambio en la tasa promedio de infla-  
ción anual. Después de ese año, tanto los salarios como las prestacio-  
nes, siguen una tendencia armónica, con un marcado descenso en  
las fluctuaciones inflacionarias. Esta estabilidad en los dos primeros  
rubros es tan sólida que inclusive durante el repunte –relativo– de  
la inflación en 2008, las dos tendencias continúan paralelas. Tanto es  
así, que se refleja la tendencia de decrecimiento tanto en la una como  
en la otra, por primera vez desde la dolarización, en 2017.  
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188  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
Gráfico 3  
Fuente: Gráfico realizado por David Acosta-Rosero con cálculos propios basados  
69  
70  
en información tomada de Boletines Estadísticos y Banco Mundial.  
Conclusiones y Recomendaciones  
Al hablar del Estado de Bienestar en Ecuador hay que recal-  
car que éste no se da como tal sino hasta la cristalización del Instituto  
Ecuatoriano de Seguridad Social. Antes del mismo existieron pro-  
gramas destinados a la protección de ciertos estratos productivos del  
país, pero con un muy limitado alcance. Pese a que el ámbito de in-  
tervención del IESS es de cobertura nacional y puede, potencial-  
mente, abarcar a toda actividad productiva, este aún no ha alcanzado  
a cumplir con ese mandato.  
69 Ver nota 58  
70 Banco Mundial, “Inflación, precios al consumidor (% anual) | Data”, 2018, fecha de consulta  
5
2
diciembre 2018, en https://datos.bancomundial.org/indicador/FP.CPI.TOTL.ZG?end=  
017&locations=EC&name_desc=false&start=1992&view=chart.  
BOLETÍN ANH Nº 199 • 165–194  
189  
David Acosta-Rosero  
La evolución de esta institución se encuentra muy marcada  
por los cambios políticos y económicos del país. Pasando por una  
turbulenta etapa hasta 2000, en la cual se trató de utilizar a este ór-  
gano como una pieza política, pasando por intenciones de proveer  
cobertura universal pública, hasta casi ser privatizada y ser conver-  
tida en una empresa de lucro.  
Es después de la dolarización que se aprecia una estabilidad  
marcada en sus funciones y beneficios, con tendencias incrementales.  
Inclusive existe un aumento en la cantidad de personas protegidas  
por su cobertura, número que crece con mayor intensidad entre 2008  
y 2014. En contraste, al final del periodo de estudio se observa que  
existe una tendencia desalentadora y preocupante, ya que tanto los  
beneficios de la Jubilación, los salarios como el número de afiliados  
presentan declinaciones por los dos últimos años.  
Al tomar en cuenta el concepto de Estado de Bienestar, es  
obvio que durante la última década ha existido una marcada preo-  
cupación por potenciar el bienestar social de la población general del  
país, situación que no tiene paralelo en periodos anteriores. Pero,  
también es palpable el cambio de rumbo que las políticas estatales  
han tenido durante el periodo gubernamental en el que se escribe  
este artículo.  
Para complementar este breve estudio, es recomendable re-  
alizar un análisis profundo de los procesos de mercantilización y  
desmercantilización que ha sufrido el Estado de Bienestar desde su  
creación. Estos resultados pueden colaborar a determinar cuáles son  
los modelos económicos e ideológicos más adecuados para garanti-  
zar una mejor protección social, especialmente, en los estratos más  
vulnerables. Esta determinación puede ser de crucial importancia  
especialmente para entender los procesos que se requieran adaptar  
dentro de las instituciones de bienestar frente al advenimiento de  
nuevos modelos productivos como son las plataformas digitales.  
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190  
Estado de bienestar en Ecuador. pensiones  
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194  
La Academia Nacional de Historia es una  
institución intelectual  
y
científica,  
destinada a la investigación de Historia  
en las diversas ramas del conocimiento  
humano, por ello está al servicio de los  
mejores  
intereses  
nacionales  
e
internacionales en el área de las  
Ciencias Sociales. Esta institución es  
ajena a banderías políticas, filiaciones  
religiosas,  
intereses  
locales  
o
aspiraciones individuales. La Academia  
Nacional de Historia busca responder a  
ese  
carácter  
científico,  
laico  
y
democrático, por ello, busca una  
creciente profesionalización de la  
entidad, eligiendo como sus miembros a  
historiadores  
entendiéndose por tales  
profesionales,  
quienes  
a
acrediten estudios de historia y ciencias  
humanas y sociales o que, poseyendo  
otra formación profesional, laboren en  
investigación histórica y hayan realizado  
aportes al mejor conocimiento de  
nuestro pasado.  
Forma sugerida de citar este artículo: Acosta Rosero, David,  
"
Estado de Bienestar en Ecuador: pensiones", Boletín de la  
Academia Nacional de Historia, vol. XCVI, Nº. 199, enero - junio  
018, Academia Nacional de Historia, Quito, 2019, pp.165-194  
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