Carlos de laTorre Flor
materiales fuesen asequibles a una población más numerosa. La al-
fabetización, la mayor y mejor instrucción pública, el crecimiento de
la clase social burguesa con un poderío económico creciente, hicieron
que la demanda de libros y de entre ellos, del nuevo género literario,
creciese de una forma considerable. Desde fines del siglo XVIII hasta
el presente, la industria editorial, principalmente sustentada en la
producción novelesca, tiene un extraordinario crecimiento al punto
que, a pesar de la competencia de los medios digitales, hoy se editan
y se leen libros más que nunca antes en toda la historia de la cultura.
Retornando a la aseveración de que la novela, y la novela
histórica en particular, han sido manifestaciones literarias tardías, es
evidente que han compensado su tardanza con la prolificidad y la
abundancia al socaire de las transformaciones socio-económicas y
los adelantos técnico-científicos.
Creo que hay un acuerdo bastante generalizado en reconocer
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al escocés Walter Scott (1771-1832) como el padre de la novela his-
tórica. La aparición de su primera obra “Waverly” es en 1814, un año
antes de la caída del imperio napoleónico, es decir cuando recién em-
pezaban a difundirse los gustos, costumbres e inclinaciones burgue-
sas. Pero es necesario recordar que los ingleses tuvieron su propia
revolución con Cromwell casi un siglo antes de la revolución fran-
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Escritor, poeta y editor escocés, fue una de las principales figuras del movimiento romántico
en Gran Bretaña, cuyas novelas históricas, en las que se le considera un verdadero pionero del
género, se hicieron famosas en toda Europa. Tras estudiar derecho en Edimburgo, Scott co-
menzó a escribir recopilando leyendas y cuentos escoceses, germen del componente naciona-
lista que luego imprimiría a sus obras históricas, de corte romántico. Scott compaginó la
escritura con su trabajo de abogado y hasta montó una pequeña editorial en la que publicó
sus poemarios, versos que le dieron sus primeros momentos de fama, aunque la crítica restó
importancia a estos trabajos en comparación con su narrativa posterior. Las obras históricas
de Scott se iniciaron con la publicación de Waverley (1814) y Rob Roy, pero fue con una de sus
obras más conocidas, Ivanhoe (1819) con la que alcanzó un mayor éxito que le llevó a escribir
no sólo sobre Escocia o Inglaterra sino sobre otros países como la Francia de los Luises. Sin
embargo, Scott mantuvo su identidad como novelista en secreto para que no interfiriera en su
carrera como poeta, algo que no pudo hacer a partir de 1825, momento en el que su populari-
dad comenzó a decaer. La obra de Scott está considerada como una de las más influyentes en
el continente europeo y su componente romántico se aprecia en multitud de obras posteriores
en distintos países. Sus novelas han sido llevadas al teatro al cine y la televisión en multitud
de ocasiones y su figura se alinea con la de los grandes autores de la literatura universal. Ver
en: https://books.google.com.ec/books/about/Robin_Hood_Spanish_version.html?id=6es
WCQAAQBAJ&redir_esc=y (30-11-2018)
BOLETÍN ANH Nº 199 • 369–389
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