Bienvenida a Luis Galarza Izquierdo
rácter insólito, sorprendente y casi mágico de nuestro Ecuador, en
cuyo pequeño territorio se juntan las más variadas y sorprendentes
realidades naturales y también perviven, paralelamente, contradic-
torias expresiones culturales y concepciones de la existencia.
En cuanto a esas variadas realidades naturales, mis propias
investigaciones geográficas me han llevado a parecidas conclusiones,
al encontrar que, en el territorio ecuatoriano, se suceden unas hoyas
o valles abiertos hacia el oriente y que tienen el clima del hemisferio
sur y otros abiertos hacia el occidente, que poseen el clima del he-
misferio norte, con lo cual basta que viajemos de Quito a Latacunga
o de Ambato a Guaranda para que, en el lapso de poco más de una
hora, pasemos del invierno al verano o viceversa. Más sorprendente
es todavía el clima de la hoya de Quito, donde batallan cotidiana-
mente los vientos alisios del norte con los del sur, regalándonos una
sucesión diaria de cambios climáticos y una loca climatología esta-
cional, en la que se suceden los inviernillos y los veranillos, fenóme-
nos especialmente notorio entre el fin de nuestro verano andino y el
comienzo del invierno.
¿Y qué decir de nuestro territorio de valles y montañas, de
ascensos y declives, en el que se muestra con toda su sorprendente
magnificencia ese “carácter tropandino” de nuestra naturaleza, así
definido por nuestro sabio naturalista Dr. Misael Acosta Solís, quien
buscó definir con esas palabras esta curiosa mezcla de ande y tró-
pico, de frío de páramo y calor de yunga, que se suceden en muchos
espacios de nuestra geografía ecuatorial? Sin duda ello marca tam-
bién nuestro carácter colectivo, nuestro apego a la montaña y nuestra
paralela vocación por el abrigo tropical, nuestro afecto raigal por la
tierra nativa y nuestra ansia de ir más allá del horizonte que marcan
las sierras andinas.
Pero Luis Galarza nos invita a pensar también en esas con-
tradictorias expresiones culturales que conviven en nuestro país,
como resultado de su conflictiva historia, marcada por períodos de
dominación y épocas de liberación, que a la larga nos han dejado
una paralela herencia de tradición y renovación, de apego a la cul-
tura colonial y similar búsqueda de un nuevo espíritu nacional, pro-
pio y diverso a las imposiciones del conquistador.
BOLETÍN ANH Nº 199 • 405–408
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