Xavier Puig Peñalosa
el transcurso de esta estancia, Charton imparte clases de dibujo y
pintura y realiza numerosas acuarelas de “tipos y costumbres” del
país (se le atribuyen casi una cincuentena), ya que este tipo de imá-
genes tenían una gran demanda, tanto de los viajeros que llegaban
al país con el objeto de poder llevarse un souvenir, como y sobre todo,
19
para el mercado de los países europeos. Al efecto, resulta necesario
señalar la importancia que esta segunda permanencia del artista en
el país –al igual que la primera- significó para un paulatino cambio,
tanto en la temática (géneros artísticos) como en el lenguaje repre-
cit., pp. 401-416, dando cuenta de esa travesía, así como de diversos aspectos concernientes
tanto a la historia como a las costumbres populares de Quito con siete dibujos de E. Thérond,
“
ilustrador” habitual de esa publicación, basados en los del propio artista. En este artículo
y como ya se adelantaba en la nota 5, existe una contradicción cronológica pues, inicia Char-
ton el mismo consignando que salió de Guayaquil hacia Quito el 22 de marzo de 1862 y, tras
narrar su travesía hasta llegar a la capital y otras variadas cuestiones (historia del Ecuador
y Quito, tipos y costumbres del país y la ciudad, su admiración por las mujeres quiteñas –
sic-, sobre los indios, igualmente en relación a la arquitectura y las artes plásticas religiosas,
etc.), informa de su encuentro con Antonio Salas, deduciéndose por el tono de su narrativa
que ese era el primer encuentro con el “patriarca de la pintura” ecuatoriana. Esta cuestión y
además de suponer un anacronismo temporal en relación a los hechos relatados y referidos
al año 1850 en sus artículos publicados en el periódico santiagueño El Ferrocarril (1860), tam-
bién implica una incongruencia sobre ese (¿primer?) encuentro, ya que el fallecimiento de
Antonio Salas está documentado el 6 de mayo del año 1860.
19 Para estas cuestiones y en referencia o relación a Charton, véase en VV.AA., Imágenes de iden-
tidad. Acuarelas quiteñas del siglo XIX, Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural de Quito
(
FONSAL), Quito, 2005 y, más ampliado al ofrecido en este volumen, el trabajo de Alexandra
Kennedy-Troya, “Álbumes de estampas, coleccionismo privado y relato nacional”, en Ale-
xandra Kennedy-Troya, Élites y la nación en obras. Visualidades y arquitectura en Ecuador 1840-
1930, Universidad de Cuenca/Casa de la Cultura Ecuatoriana-Núcleo del Azuay, Cuenca,
2015, pp. 101-140; Pascal Riviale, “Ernest Charton, les voyageurs…”, cit., especialmente pp.
6-40. También de Jorge Dávila Vásquez (texto del catálogo), Ernest Charton: Un pintor coró-
grafo, Banco de Crédito, Quito, 1998; Wilson Hallo, Imágenes del Ecuador de siglo XIX. Juan
Agustín Guerrero 1818-1880, Texto e investigación, Colección Fundación Hallo, Ediciones del
Sol y Madrid, Espasa-Calpe, SA., Quito, 1981; Juan Castro Velázquez, Pintura Costumbrista
Ecuatoriana del siglo XIX (de la Colección Castro y Velázquez), Centro Interamericano de Arte-
sanías y Artes Populares (CIDAP), Cuaderno de Cultura Popular N° 16, Quito, 1990; Jill Fit-
zell, “Teorizando la diferencia en los Andes del Ecuador: viajeros europeos, la ciencia del
exotismo y las imágenes de los indios”, en Blanca Muratorio, editora, Imágenes e Imagineros.
Representaciones de los indígenas ecuatorianos, Siglos XIX y XX, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales-Sede Ecuador (FLACSO), Serie Estudios-Antropología, 1994, Quito, pp.
2
5-73 y, Blanca Muratorio, “Nación, identidad y etnicidad: imágenes de los indios ecuato-
rianos y sus imagineros a fines del siglo XIX”, en Blanca Muratorio, editora, Imágenes e ima-
gineros. Representaciones de los indígenas ecuatorianos, Siglos XIX XX, Facultad
y
Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Ecuador (FLACSO), Serie Estudios-Antropología,
Quito, 1994, pp. 109-196.
BOLETÍN ANH Nº 208-A • 77–114
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