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BOLETÍN

DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

BOLETÍN

DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Volumen CI Nº 210 Julio–diciembre 2023 Quito–Ecuador


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BOLETÍN

DE LA ACADEMIA

NACIONAL DE HISTORIA


Volumen CI Nº 210


Julio–diciembre 2023 Quito–Ecuador


ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Director Dr. Cesar Alarcón Costta

Subdirector Ac. Diego Moscoso Peñaherrera

Secretario Dr. Eduardo Muñoz Borrero, H.C.

Tesorero Dr. Claudio Creamer Guillén

Bibliotecario archivero Lcdo. Carlos Miranda Torres

Jefe de Publicaciones Dr. Blas Garzón Vera, PhD

Relacionador Institucional Dra. América Ibarra Parra

Pro-Secretaria Ac. Ingrid Diaz Patiño


COMITÉ EDITORIAL

Dr. Manuel Espinosa Apolo Universidad Central del Ecuador

Dr. Klever Bravo Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE Dra. Libertad Regalado Espinoza Universidad Laica Eloy Alfaro-Manabí

Dr. Rogelio de la Mora Valencia Universidad Veracruzana-México

Dra. María Luisa Laviana Cuetos Consejo Superior Investigaciones Científicas-España

Dr. Jorge Ortiz Sotelo Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima-Perú

Dra. Rocío Rosero Jácome Universidad Internacional del Ecuador

EDITOR

Dr. Blas Garzón Vera Universidad Politécnica Salesiana – Ecuador

COMITÉ CIENTÍFICO

Dra. Katarzyna Dembicz Universidad de Varsovia-Polonia

Dr. Silvano Benito Moya Universidad Nacional de Córdoba/CONICET- Argentina

Dra. Elissa Rashkin Universidad Veracruzana-México

Dr. Stefan Rinke Instituto de estudios latinoamericanos/ Freie Universität Berlin-Alemania

Dr. Carlos Riojas Universidad de Guadalajara-México

Dra. Cristina Retta Sivolella Instituto Cervantes, Berlín- Alemania

Dr. Claudio Tapia Figueroa Universidad Técnica Federico Santa María – Chile

Dra. Emmanuelle Sinardet Université Paris Ouest - Francia

Dr. Roberto Pineda Camacho Universidad de los Andes-Colombia

Dra. Maria Letícia Corrêa Universidade do Estado do Rio de Janeiro-Brasil

Dr. Roger Pita Pico Investigador Academia Colombiana de Historia-Colombia

Dr. Justo Cuño Bonito Universidad Pablo de Olavide-España

Dr. Héctor Grenni Montiel Universidad Don Bosco- San Salvador

Dr. Pablo Solórzano Marchant Univesidad Católica Silva Henríquez – Chile Dr. Tomás Caballero Truyol Universidad del Atlántico – Colombia

Dr. Julio César Fernández Universidad Nacional Pedro R. Gallo – Perú

Dra. Laura Falceri Universidad Politécnica Salesiana – Ecuador

Dr. Jairo Bermúdez Castillo Universidad Sergio Arboleda – Colombia

Dr. Renato Ferreira Machado Facultad Salesiana de Porto Alegre – Brasil

Dr. Saúl Uribe Taborda Universidad Politécnica Salesiana – Ecuador


BOLETÍN de la A.N.H.

Vol CI Nº 210

Julio–diciembre 2023

© Academia Nacional de Historia del Ecuador ISSN Nº 1390-079X

eISSN Nº 2773-7381

Portada

Retrato de Honorato Vázquez Ochoa. Biblioteca digital (Universidad de Cuenca))

Diseño e impresión PPL Impresores 2529762 Quito

landazurifredi@gmail.com febrero 2024

Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación Libro de distribución gratuita


ÍNDICE

EDITORIAL 7

ARTÍCULOS Y ENSAYOS 11

Rocío Rosero Jácome 302

DIRECTORIO DE MIEMBROS DE LA ANH 317

Normas de presentación de trabajos a ser publicados

en el Boletín de la Academia Nacional de Historia 325


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editorial

El Boletín de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, es un medio de difusión de trabajos de investiga- ción histórica y de las actividades académicas de esta cente- naria institución que ha llegado a su volumen 210. Se ha constituido en una prestigiosa publicación, gracias al es- fuerzo de connotados Académicos que coordinaron con pa- ciencia, esmero y dedicación cada uno de los ejemplares hasta llegar a esta cifra que demuestra su largo recorrido his- tórico.

Está constituido por un Comité Editorial y un Co- mité Científico, conformado por prestigiosos colegas acadé- micos que trabajan en varias universidades a nivel nacional, latinoamericano y mundial. Sus valiosos aportes con la re- visión de cada uno de artículos y ensayos, respaldan la cali- dad de este medio semestral de divulgación científica.

Dando continuidad a la gran labor que realizó la Dra. Rocío Rosero Jácome al frente de esta publicación, pre- sentamos el volumen 210 que contiene tres secciones: Artí- culos y Ensayos, Discursos y Vida Académica. El Boletín se complementa con el Directorio de los Miembros que confor- mamos esta institución y se cierra con las Normas de pre- sentación de trabajos a ser publicados en el Boletín de la Academia Nacional de Historia, que deben ser considerados para el envío de nuevos aportes.

La sección Artículos y Ensayos, recoge los siguientes aportes: Un Ensayo sobre la Concepción Estética y la Teoría Artística en los Escritos “Arte y Moral, Discursos, Lecciones, &” (1889) de Honorato Vázquez Ochoa, esta es una segunda entrega del Dr. Xavier Puig Peñalosa; un trabajo titulado “Monumentos de los Karankis Prehispánicos: Una Historia a Punto de Desaparecer” del Dr. John Stephen Athens; El En- sayo “Panorama Histórico de la Provincia Agustiniana Del Ecuador, 1573 – 2023” de autoría del Dr. P. Fr. José Aridio Ta- veras de León, OSA; un trabajo titulado “José Peralta, Ar- quitecto Ideólogo y Constructor del Estado Liberal Ecuatoriano y el Exilio: 1895-1920” de la Dra. Rocío Rosero


Jácome; el trabajo “Transculturación y gastronomía. Los pueblos de Tumaco, Esmeraldas y norte de Manabí a través de su mesa” de la Dra. Libertad Regalado Espinoza; y, el aporte “La aceptación de San Martín a la Polémica Carta Lafond desde una Perspectiva Histórico- Psicológica” del Dr. Xavier Chiriboga Maya.

La sección Discursos se compone de los trabajos: “El Exco- mulgado: Dr. Víctor David Altamirano Sánchez Distinguido Juris- consulto, Político y Educador” del Dr. Hernán Alonso Altamirano Escobar, PhD; la “Bienvenida a la Dra. Elena Poniatowska, en calidad de Miembro Honoraria Extranjera de la Academia Nacional de His- toria del Ecuador” por el Dr. Franklin Barriga López; el “Discurso de Bienvenida al Dr. Hernán Altamirano Escobar en calidad de Miembro Correspondiente de la Academia Nacional De Historia” por el Ac. Diego Moscoso Peñaherrera; y el discurso “General Mar- cos Gándara Enríquez” del Dr. Juan Francisco Donoso.

En el segmento Vida Académica, tenemos el “Informe de La- bores del Director de la Academia Nacional de Historia”, presentado por el Dr. Franklin Barriga López, el “Discurso de Presentación de la Enciclopedia de la Historia Nacional, Tomo dedicado a la provin- cia de Cotopaxi” pronunciada también por el Dr. Franklin Barriga López; y, el documento “Federico González Suárez: La Verdad es el Alma de la Historia. 114 años de la Academia Nacional de Historia” de la Dra. Rocío Rosero Jácome.

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La portada de este boletín la dedicamos al diplomático, do- cente, abogado y escritor cuencano Honorato Vázquez Ochoa. Nació el 21 de octubre de 1855. Hijo de Manuel de Jesús Vázquez Herdoíza y Francisca Ochoa Andrade. Estudió en el Colegio Nacional de Cuenca y en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Cuenca, siempre desatacado por su dedicación e inteligencia. Fue desterrado al Perú por el gobierno del General Ignacio de Veintemi- lla. Con 20 años publicó su primer libro de versos. Cultivó la pintura desde joven. Subsecretario del Interior y Relaciones Exteriores. Se- cretario de la Delegación Ecuatoriana para el arreglo de los límites con Colombia. Delegado al Perú como Ministro Plenipotenciario. Mi- nistro del Interior y Relaciones Exteriores. Diputado de la provincia del Azuay. Rector de la Universidad de Cuenca. Ministro Plenipo-


8 BOLETÍN ANH Nº 210


tenciario para arreglar los límites con el Perú. Diplomático en Es- paña. Precandidato a la Presidencia del Ecuador. Fue uno de los in- ternacionalistas más notables del Ecuador. Murió en su natal Cuenca el 26 de enero de 1933.

Estimado lector, publicamos el Boletín 210 de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, con el único propósito de conti- nuar con el legado de cientos de Académicos que en su momento hi- cieron uso de este medio para difundir sus investigaciones, trabajos científicos, ensayos y aportes que contribuyen a la difusión del pa- trimonio intelectual ecuatoriano, la realidad pasada y presente, y a llenar vacíos históricos para fortalecer la identidad ecuatoriana.

Estaremos gustosos de seguir recibiendo sus aportes para los siguientes números.


Blas Garzón Vera

Editor

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ARTÍCULOS Y ENSAYOS


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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


ENSAYO SOBRE LA CONCEPCIÓN ESTÉTICA Y LA TEORÍA ARTÍSTICA EN LOS ESCRITOS

ARTE Y MORAL, DISCURSOS, LECCIONES, &” (1889)

DE HONORATO VÁZQUEZ OCHOA1

(SEGUNDA PARTE)2


Xavier Puig Peñalosa3


Resumen


Las ideas estéticas y la teoría artística de Honorato Vázquez Ochoa, fueron reunidas y publicadas en 1889 con el título de Arte y moral, discursos, lecciones, &., conformando así un corpus de pensa- miento conceptual e ideológico. Esta recopilación consta de nueve escritos –artículos, discursos y lecciones para clases, abarcando cro- nológicamente el período de 1886 a 1888.4 En ellos, Vázquez aboga por una estética metafísica de corte neoplatónico, y regida por el cau- salismo teológico de la dogmática cristiana, e interrelacionado con el romanticismo historicista. Al tiempo, Vázquez, establece que la creación artística –literaria particularmente– debe estar fundamen- tada en la poética del canon clasicista, y teleológicamente encami- nada a una finalidad moral de ambición regeneracionista, a saber, aquella que propugna el catolicismo más ortodoxo como salvación patriótica y de la propia nación ecuatoriana.


Palabras clave: Honorato Vázquez Ochoa, estética, teoría artística, literatura, cristianismo.


Abstract

The aesthetic ideas and artistic theory of Honorato Vázquez

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1 Recibido: 02-10-2023 // Aceptado: 15/01/2024

  1. La primera parte de esta investigación fue publicada en el Boletín nº 209, ANH, pp.189-216.

  2. Doctor en Filosofía y CC.EE por la Universidad del País Vasco/EHU (España), actualmente investigador independiente. xavier.puig@ehu.eus

  3. Honorato Vázquez Ochoa, Arte y moral, discursos, lecciones, &, Imprenta de la Universidad, Quito, 1889. Ver al respecto la nota 3 en la primera parte de esta investigación.



    Ochoa were collected and published in 1889 under the title of Art and morality, discourses, lessons, &., this forming a corpus of concep- tual and ideological thought. This compilation consists of nine writ- ings –articles, speeches and class lessons–, covering chronologically the period from 1886 to 1888. In them, Vázquez advocates a neopla- tonic metaphysical aesthetic, governed by the theological causalism of christian dogmatics, and interrelated with historicist romanticism. At the same time, it establishes that artistic creation - particularly lit- erary- must be based on the poetics of the classicist canon, and te- leologically directed towards a moral purpose of regenerationist ambition, namely, that which the most orthodox catholicism advo- cates as patriotic salvation and of one's own Ecuadorian nation.


    Keywords: Honorato Vázquez Ochoa, aesthetics, artistic theory, lit- erature, christianity.


    Discurso de incorporación en la Academia Ecuatoriana, correspon- diente de la Real Española, (Quito, febrero 11 de 1886)5


    Este Discurso corresponde al que pronunció Honorato Váz- quez con motivo de su incorporación a la Academia Ecuatoriana de la Lengua el 11 de febrero de 1886 en Quito. Es uno de los escritos que mejor y mayormente refleja la teoría estética de Vázquez que, sintéticamente y a partir de lo expuesto en el mismo, calificaríamos de (neo)platónica en su concepción eidética y, teológica en su finali- dad propedéutica. Al tiempo y establecida aquella, efectuará una ra- dical crítica al Tratado de la Belleza del reconocido escritor liberal Juan


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  4. Honorato Vázquez, Arte y moral…, cit. Como continuación a este Discurso, Vázquez publicó más tardíamente un panegírico sobre la figura de Jesucristo -“Jesucristo y la belleza”-, en el que abundan las citas de los diversos profetas bíblicos con las de la propia teodicea cristiana y que, por su título, puede dar lugar a una interpretación errónea. En realidad, en dicho escrito “hay apuntaciones para un discurso y nada más (…) el autor va reuniendo materiales para un estudio más detenido”, Honorato Vázquez, escribió también “Jesucristo y la belleza- El Primogénito”, La Unión Literaria, Publicación Mensual, Literatura, Historia, Legislación, Cien- cias y Variedades, Segunda serie, Número 11, Abril de 1903, Imprenta de la Universidad del Azuay, Cuenca, pp. 535-549; para la cita p. 535.


    Montalvo6 para enunciar la, a su criterio, necesidad de un ideal cris- tiano como moral de vida. Anotemos sobre esta última cuestión que, conjeturamos que la elección de dicho Tratado como objeto de crítica, es el –digamos– pretexto discursivo para desarrollar sus propias creencias como verdades absolutas de aplicación universal.7

    Vázquez dedicará las páginas iniciales de su Discurso a loar a su fallecido predecesor –el político y escritor Francisco Javier Agui- rre– en el sillón ahora vacante y que se dispone a ocupar, citando entre otros méritos de aquél, las siguientes afirmaciones del finado y que obran como una declaración de principios del propio Vázquez:


    La civilización de los pueblos no existe, en concepto de mi ilustre pre- decesor, sino donde el Cristianismo campea con su benéfica acción: á su calor se vigora el carácter influído por la virtud, y sin virtud la vida social se torna imposible (…) La raza blanca, como las más inteligente, ha comprendido mejor que las otras razas, la misión del Cristianismo identificado con la civilización, la cual no existe en ninguna parte donde el Cristianismo no existe.8


    Tras proseguir brevemente la loa a su antecesor, a continua- ción, dedicará la mayor parte del Discurso a establecer su propia con- cepción estética, la cual se remite y fundamenta –principalmente– en la idea platónica de belleza,9 aunque extendiéndola teológica y causalmente al propio Dios cristiano. A tal efecto, el autor parte de la premisa que “Verdad, bondad y belleza son propiedades del ente”,10 al

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  5. En realidad, el título original del escrito de Montalvo es De la belleza en el género humano y, co- rresponde al segundo tratado de su vasta obra titulada Siete tratados [1882], Tomo primero, Ediciones Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo Provincial de Tungurahua, Ambato, 1979, pp. 97-215.

  6. Cabría así mismo colegir que, al ser Montalvo manifiesta y públicamente creyente en el Dios cristiano aunque muy crítico con el dogmatismo e institución eclesial, además de liberal-radical y beligerante con el conservadurismo político, Vázquez eligiera ese Tratado como objeto de reprobación antiliberal, es decir, de la identificación de una (supuesta) teoría sensual-materia- lista de la belleza achacada a Montalvo como propia a la de la ideología liberal.

  7. Honorato Vázquez, Discurso de incorporación…, cit., p. 10.

  8. Véase sobre la belleza según Platón, El Banquete, especialmente 210 B-212 B y, Fedro o de la be- lleza, especialmente 248 C-251 A., Ediciones Orbis, Barcelona, 1983. También se encuentran re- ferencias sobre la belleza en su obra La República.

  9. En la metafísica platónica, esa tríada incardinadamente en una unidad (Ser) es la que con- forma la perfección absoluta como Idea (no material); y es a partir de esta que se desprenden todos los demás seres. Al respecto y líneas más adelante, Vázquez citará expresamente a Platón y su obra El Banquete.



    tiempo de afirmar que “si la creación no es obra del acaso, lo creado obe- dece á un plan, y en sus perfecciones nos habla de las de su causa”,11 es decir, todo ser encierra en sí tanto la causa de su creación como la fi- nalidad a que se remite y, tanto más perfecto será en función del ade- cuado cumplimiento de su propio fin. Esta teleología causal, aunque nos es dada a conocer en sus aspectos y/o manifestaciones singula- res (materiales), en realidad remite y es obra de la “Inteligencia Crea- dora”. Así, entendemos que el mundo ha sido creado armónicamente y no como resultado de una casualidad azarosa, ya que “la armonía, pues, entre los medios y el fin implica la perfección de un objeto”.12 Afir- mación esta última que conlleva una cuestión importante, a saber, la fundamentación de una estética clasicista (y artística como más ade- lante se verá con su correlato moral) como sentido intrínseco a todo lo existente puesto que, esa armonía también implica etimológica- mente13 la consonancia o adecuación entre singulares, entre diferen- tes, en un todo unitario superior.

    Si anteriormente señalábamos la concepción neoplatónica del autor en relación a las propiedades del ente, ahora afirmará la existencia de la gran cadena de los seres que, inalterable y atempo- ralmente en cada una de sus particulares características,14 “asciende” esta desde lo inanimado, pasando por lo orgánico (plantas, animales) y, llegando hasta el hombre como cúspide de perfección: “El mundo entero es su dominio, y de la altura de su grandiosa dignidad contempla, ufano de su soberanía, las maravillas que se le ofrendan”.15 Al tiempo y ya que el espíritu del ser humano “tiende esencialmente á la verdad”,16 la conjunción de lo anímico con lo corporal, es decir, su obrar, supone


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  10. Honorato Vázquez, Discurso de incorporación…, cit., p. 12 al igual que la anterior cita.

  11. Honorato Vázquez, Arte y …op. cit., p.13

  12. El origen del concepto de armonía en la cultura occidental, se remonta a la secta griega de los pitagóricos (mediados del siglo VI a.C.), y viene referido a las necesarias proporciones numéricas para crear música, es decir, a la armonización de las distintas notas musicales en una escala melódica.

  13. “En cada cual de ellos persiste un tipo único al cual se regulan, y que viene perseverando al través de los tiempos y los cataclismos de la naturaleza”, Honorato Vázquez, Discurso de in- corporación…, cit., p. 13. Aquí, el autor está afirmando un “principio de identidad” de carácter metafísico, antitético con la teoría de la evolución darwiniana, recusada por la dogmática católica de su época. (cfr., Charles Darwin, El origen de las especies, 1859).

  14. Honorato Vázquez, Arte y …op. cit., p.13

  15. Ibídem.


    un orden armónico de perfección y plenitud y, por tanto, de belleza (la mentada tríada platónica como características del ente: verdad, bondad y belleza).

    No obstante y dada la dualidad humana entre lo inmortal y lo contingente, nunca se encuentra la ansiada perfección en un solo ser pues, siempre estará sometido a la temporalidad y, en consecuen- cia, a la dispersión de aquella, de su belleza. De ahí “nace el ideal”, entendido como la interrogación por lo bello que, a partir de lo sen- sible, asciende a lo increado, a lo atemporal. Por ello, dirá Vázquez, “el poeta no crea el ideal, lo encuentra17 en su búsqueda de una totali- dad perfecta; por eso, el arte es moralizador. En definitiva, senten- ciará el autor, el ideal es único (Uno), puesto que la “aspiración á lo perfecto, buscando siempre lo supremo, ha de parar en Dios”.18 En otros términos, puede colegirse que todo arte y para ser verdadero y ten- der a la perfección que (solo) la belleza suprasensible otorga, debe corresponderse con la dogmática de la teodicea cristiana.19 Por ello, nos recordará Vázquez que, frente a una época en que la filosofía, la política, la historia y el arte se consideran autónomos (“se humani- zan”)–sic– para, exclusivamente y desde sus propios ámbitos, dilu- cidar lo contingente universal, obviando a lo suprasensible, en realidad, “Dios es la atmósfera que respira el universo, causa y fin de todo”.20 Es decir, Dios es la causa última –y primera– de todo lo exis- tente, y será la Iglesia y su dogmática, la depositaria y divulgadora de toda interpretación por el verdadero sentido al respecto, en con- formidad a lo ya señalado en el apartado anterior en relación al pen- samiento conservador-católico decimonónico ecuatoriano.

    Tras dejar constancia que en el ámbito de lo contingente, el ser humano no puede colmar sus ansias de inmortalidad, no obs- tante si le es dado la felicidad que supone el obrar con justicia, siendo además esta, una de las principales características de la (verdadera)


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  16. Honorato Vázquez, Arte y …op. cit., p.15

  17. Honorato Vázquez, Discurso de incorporación…, cit., p. 15 al igual que la anterior cita.

  18. Compuesta por las raíces griegas theos (Dios) y diké (justicia), la teodicea es una categoría que se refiere al intento de justificación de un Dios bueno y amoroso ante la existencia del mal en el mundo. En: Andrés Quevedo, “El problema del mal: la nueva teodicea como 1 di- namizadora de la práctica cristiana”, Revista Albertus Magnus, Vol. 10 N.º 2, julio-diciembre de 2019 p.89

  19. Honorato Vázquez, Arte y …op. cit., p.17



    belleza humana: “Inteligencia, libertad, virtud, hé aquí lo que constituye la belleza humana: -la primera alumbra, la segunda decide, la última pro- duce. Bello es el sabio; más bello aun el justo”.21 Y en relación a esta úl- tima afirmación y frente a la popularmente extendida creencia de que la belleza humana en el ámbito artístico –la figura– es la que pro- cura la forma y la cromática, Vázquez contrapone la necesaria inte- rrelación entre cuerpo (perfecto, armónico) y espíritu (justo, libre, al encuentro del ideal) como el verdadero ámbito de aquella. Ahora y expuestos estos principios sobre su concepción de la belleza, es cuando efectivamente desarrollará su anunciada crítica al Tratado de la Belleza de Montalvo.

    Esta crítica arremete principalmente a las distintas aprecia- ciones con las que Montalvo define a la belleza y que, sintéticamente, hacen especial referencia a aspectos físicos y, muy especialmente

    –aunque no solamente– al cuerpo femenino, tanto en el ámbito de la representación artística (escultura y pintura) como en el propiamente anatómico. Además, estas distintas apreciaciones son descritas tanto diacrónicamente (por ejemplo desde la época griega antigua hasta nuestros días) como sincrónicamente, esto es, relativas a diferentes culturas contemporáneas al propio escritor.22 Igualmente, Montalvo y a la par de desarrollar un extenso conocimiento y erudición, tanto filosófico como cultural (notables los correspondientes a las épocas griega y romana) en relación a la temática planteada, emplea en nu- merosos episodios una escritura con un cierto tono humorístico, cuando no mordaz o satírico, en consonancia con su general estilís- tica literaria.

    No obstante y frente a las descalificaciones de Vázquez a las afirmaciones vertidas en el Tratado a tenor de las definiciones de be- lleza (por ejemplo, la belleza como desnudez o voluptuosidad ligada a la mujer, a su representación artística o a los aspectos sensoriales


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  20. Ejemplo extremo de esta belleza de la que se reviste el alma del justo en su obrar, es la de aquellos que “llevan el heroísmo de la caridad y del amor á la Patria hasta el sacrificio de la vida”, Honorato Vázquez, Discurso de incorporación…, cit., p. 18.

  21. Montalvo no es ajeno en el caso de su apreciación al respecto en la cultura árabe y otras orien- tales, a la difundida visión “exótica” (orientalismo) sobre las mismas, contemporánea a su época. Véase en relación a dicha visión, Edward W. Said, Orientalismo, Penguin Random House Grupo Editorial-DEBOLSILLO, Barcelona, 2015, séptima edición.


    de la misma), también Montalvo afirma en numerosas ocasiones su desconocimiento sobre qué sea en realidad –esencialmente, diríamos- la belleza, huyendo así de cualquier planteamiento idealista o meta- físico o, mucho menos, trascendental o suprasensible a lo Vázquez. En definitiva, Montalvo entiende a la belleza como armonía y per- fección pero, siempre ligada o en relación a lo secular y tangible, a lo visible y constatable, es decir, a lo humano.23

    Y las descalificaciones que, principalmente, están basadas en los comúnmente arraigados y extendidos prejuicios que los sectores católicos de la época –especialmente los más institucionalmente ul- tramontanos–, profesaban hacia todo aquello que estuviera relacio- nado con el cuerpo o con la sexualidad, extensivo a cualquiera de las formas o géneros de su manifestación artística. Solo así resulta en- tendible la tenaz desacreditación con que Vázquez censura al autor del Tratado, merced a una lectura sesgada y unilateral del mismo, basada casi exclusivamente en la “voluptuosidad” (femenina) enun- ciada por Montalvo.

    Uno de los insistentes argumentos de Vázquez en su crítica montalvina, es su recurso a Platón –El Banquete– y, al concepto de belleza en la Grecia Clásica. Respecto al primero (en parte ya ex- puesto en los inicios de su Discurso), entendemos que cuanto menos, Vázquez realiza una interpretación errónea a dicho escrito pues, si bien se establece una escala comparativa y ascendente sobre el con- cepto de belleza (de las bellas formas al obrar virtuoso) para, final- mente, acabar en una mística contemplativa sobre/de aquella como una suerte de acceso o remembranza de Dios por parte del “alma”, tal traducción del término theos por Dios induce a confusión pues, además de la errónea obviedad cronológica que significa asignar eti- mológicamente esa transcripción desde una concepción cristiana, el correcto sentido del término en Platón sería, dada su cierta ambigüe- dad e incluso contradicción en su vasta obra, el de un ente (Idea) crea- dora de lo existente pero ininteligible para el ser humano. Conviene añadir que, dicha Idea resulta totalmente ajena al común de la cultura


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  22. Ese carácter alejado de cualquier trascendencia, a la par que humano, en la concepción de la belleza montalvina, podría sintetizarse en que “Por desgracia la belleza no es hermana de la virtud, ni siquiera de la bondad”, Juan Montalvo, “De la belleza…”, cit., p. 114.



    griega de su época que, como es sabido, era de carácter politeísta, al igual que la creencia en un “alma” espiritual. Y esta última creencia, correspondería a la influencia de determinadas corrientes filosófico- místicas orientalizantes en el propio filósofo o, anteriormente, en los ya citados pitagóricos (ver nota 12).

    En relación al concepto de belleza en la Grecia Clásica, re- sulta oportuno señalar que es un término polisémico y que adquiere su puntual y concreto sentido, únicamente y a partir del contexto de enunciación. Por ejemplo, es bello el cuerpo de un –anatómicamente proporcionado– efebo,24 al igual que la extrema generosidad en el obrar de una persona, la correcta y sentida ejecución de determinada melodía, la perfecta interpretación de un actor en la escena teatral o, la heroica muerte en combate de un griego en cumplimiento del deber ciudadano frente a los enemigos de la polis.25 Añadir igual- mente sobre la cuestión de la belleza, pues resulta a nuestro juicio esclarecedor al efecto de lo que estamos tratando que, la estatuaria o la arquitectura institucional de esa época, no pretende representar lo bello (to kalón), sino lo perfecto (to eu),26 como analogía de la per- fección que supone para la armónica convivencia social, el orden de- mocrático instaurado en la polis y, que alcanza a partir de la época clásica (mediados del siglo V a.C.) su mayor desarrollo y perfeccio- namiento, muy particularmente en Atenas.27

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  23. Efebo: Mancebo o adolescente de belleza afeminada. En: RAE, efebo. Ver en: https://dle. rae.es/efebo (05-09-2023)

  24. Más allá de la traducción de este término por ciudad, en realidad alude a un universo sim- bólico-cultural y práctico-político de vida que halla su concreción real y cotidiana en el es- pacio citadino. De hecho, es a partir del término polis que se deriva el de política, entendida esta última como la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre los asuntos con- cernientes a la ciudad-estado, exceptuando a las mujeres y los esclavos. Así se entiende que el término demos (= pueblo), sea etimológica y culturalmente el origen del de democracia.

  25. También resulta polisémico en la cultura helénica, el término téchne y del que deriva el de “artista” pues, al igual que lo bello, aquél adquiere su sentido en función del contexto de su enunciación. Para estas cuestiones véase mi “Sobre el arte y su(s) historia(s): un ensayo”, en AusArt Journal for Research in Art. 3 (2014), 2, pp. 9-21.

  26. Cfr. Francisco Rodríguez Adrados, La Democracia ateniense, Alianza Universidad, Madrid, 1988, cuarta reimpresión. Igualmente, la estatuaria y en función del cambiante contexto his- tórico-político heleno, representará mediante la resolución en sus distintas formas plásticas, determinados valores implícitos y reconocibles para cualquier habitante de la polis como mo- delo cívico a imitar en la constitución de un ethos (carácter moral propio a partir de la asun- ción de determinados valores) y, con la finalidad de procurar así una armónica convivencia societaria. También las representaciones teatrales, especialmente las vinculadas al género


    También y en relación a la teogonía griega, realiza Vázquez una lectura sesgada, pues únicamente cita como ejemplo de “amor noble” al de la Venus Urania28 en contraposición al de la Venus po- pular (“no inspira sino acciones bajas”), obviando que en la amplísima genealogía y sus correspondientes sagas de los dioses olímpicos, el afán de poder y la ambición, los engaños y las mentiras, los celos, las traiciones, asesinatos y violaciones, cuando no la extrema violen- cia, caracterizan y son frecuentes en las relaciones entre aquellos. Es decir, esos dioses y diosas, en realidad son una proyección del propio ethos (carácter) del ser humano, constituyéndose así en una suerte de alter ego de este.

    Así, puede colegirse sobre la concepción de la belleza enun- ciada por Vázquez y argumentada a partir de sus lecturas sesgadas o erróneas de los clásicos griegos ya señalados, que aquella adolece de un cierto maniqueísmo pues, concluirá su crítica al Tratado de la belleza de Montalvo, origen de su actual disertación, afirmando de un modo maximalista que, “Preconizada la forma voluptuosa como be- lleza esencial ¿cuál es el amor engendrado por tal belleza? (…) La prostitu- ción de las costumbres, la disolución de la familia y la degradación de la muger, -he aquí la consecuencia rigurosa de la teoría examinada [en Mon- talvo]”.29

    Si anteriormente veíamos la concepción metafísico-teológica y moral que sobre el (necesario) ideal profesaba Vázquez, ahora e

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    trágico o, la “puesta en escena” –recitado, canto, música y danza- que el aedo (“poeta”) reali- zaba de las sagas helénicas, a saber, La Ilíada y La Odisea fundamentalmente, obraban y sig- nificaban en un contexto mayoritariamente ágrafo como tecnologías educativas societarias. Para estas cuestiones y dada la numerosísima bibliografía existente, destacamos por su im- portancia de Werner Jaeger, Paideia: los ideales de la cultura griega, Fondo de Cultura Econó- mica, Madrid, 1982, séptima reimpresión; G.S. Kirk, La naturaleza de los mitos griegos, Editorial Argos Vergara, Barcelona, 1984; J.J. Pollitt, Arte y experiencia en la Grecia Clásica, Xarait Edi- ciones, Bilbao, 1987; Jean-Pierre Vernant, Los orígenes del pensamiento griego, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, 1992, y del mismo autor, El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos, Editorial Anagrama, Barcelona, 2000; Eric A. Havelock, Prefacio a Platón, Visor, Madrid, 1994, y Walter Burkert, Religión griega. Arcaica y clásica, Abada Editores, Madrid 2007.

  27. “La belleza es de percepción y gozo meramente espirituales: el alma sola la que, como reina recorre sus dominios, y los sentidos no le son sino órganos de transmisión de las notas infe- riores de lo bello”, Honorato Vázquez, Discurso de incorporación…, cit., p. 26.

  28. Honorato Vázquez, Discurso de incorporación…, cit., p. 26. Estas afirmaciones de carácter apo- calíptico, están en consonancia con la concepción escatológica de “fin de los tiempos” ya se- ñalada en la primera parte (ver también nota 23 en aquella).



    igualmente en relación a la poesía, volverá a insistir al respecto ca- racterizando a aquél con rasgos de la mística plotiniana: “el ideal es de todo punto espiritual, es esfuerzo de inquisición en buscar lo perfecto, es sensibilizar el alma, para que reciba las tenuísimas inspiraciones de lo ima- ginado en el orden posible, ascendente al manantial de la Sabiduría”.30 Esta última definición, entendemos, está en relación con su siguiente afirmación de que “el Arte, Señores, es interpretación de la naturaleza”,31 es decir, no una interpretación “formalista” de aquella, sino estética y referida al propio universo, ya que, “en él hay una armonía que ahora no comprendemos, una unidad que no podemos abarcar, una compenetra- ción de los seres, múltiples en sí, trabados en la fuerza de un todo, que no podemos sintetizar”.32 Y ese orden que mantiene armónico a todos los seres en una unidad, en un todo secreto e incomprensible para el ser humano y que es belleza suprasensible (“plan de la creación”), halla su origen y finalidad en Dios; de ahí que, “la belleza es, Señores, el verbo de la naturaleza al hombre, como el hombre debe ser el verbo de la naturaleza á Dios”.33

    A continuación, Vázquez disertará in extenso a partir –prin- cipalmente– de múltiples referencias al Antiguo Testamento, sobre la divina creación (el “Verbo”) y su relación con el ser humano, el monoteísmo cristiano frente al politeísmo pagano, etc., para nueva- mente afirmar la necesidad de procurar el ideal en la imitación de la naturaleza mediante la poesía y el arte. Es decir, el deber del artista es el de ser “el verbo del universo”,34 al igual que “la belleza es el verbo de lo criado, su idea moral”.35 Y es por ello mismo y como anunciába- mos al comienzo de nuestra lectura del Discurso que para Vázquez, la finalidad de la creación artística es representar esa belleza ideal (suprasensible, divina) como deber a su inexcusable valor moral, de acuerdo y en consonancia a la preceptiva cristiana.36


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  29. Honorato Vázquez, Discurso de incorporación …, cit., p. 27 (Cfr. Plotino, Enéadas).

  30. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.27

  31. Honorato Vázquez, Discurso de incorporación …, cit., p. 28. 33 Honorato Vázquez, Discurso de incorporación …, cit., p. 29. 34 Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.35

  1. Ibídem.

  2. “El ideal del poeta está, Señores, en ser el verbo de la naturaleza, y el sacerdote que, acatán- dola como la han acatado los santos, reverencie en cada belleza dispersa la oculta palpitación de un sacramento”, Honorato Vázquez, Discurso de incorporación …, cit., p. 36.


    A tenor de lo expuesto, podemos sintéticamente establecer que el Discurso de Vázquez se estructura en tres ejes principales: en primer lugar, la fundamentación estética de su concepción neopla- tónica de la belleza y su relación con el ideal. En segundo lugar y en consonancia con lo anteriormente establecido, su crítica al Tratado de la belleza de Juan Montalvo para, en tercer lugar, vincular lo antedi- cho con la moral cristiana como finalística que demanda a toda crea- ción artística. En otras palabras, es en función de esa moral para lo que está escrito el presente texto, como didáctica de una apologética cristiana.


    Discurso de contestación del Sr. Dr. D. Carlos R. Tobar en su in- corporación á la Academia Ecuatoriana, correspondiente de la Real Española, 1887


    Este Discurso se estructura en dos partes claramente defini- das, teniendo en ambas y, como ejemplo protagónico, al tratamiento que en la literatura se ha asignado a la mujer para, finalmente, rela- cionar –una vez más- a la prosecución del ideal, en poesía, con la propia fe cristiana como elemento “salvador” y patriótico del ser hu- mano.

    Obrando a modo de prólogo, Vázquez expresa una serie de consideraciones acerca de la verdad en la época presente y que, sin- téticamente, define como “vergüenza de la verdad”,37 citando como ejemplo señero el que “la fe nos avergüenza si se sale fuera del santuario de la conciencia”.38 Expresado lo anterior y si nuestro autor entiende que, “la teoría literaria preconiza como mérito del poema su fidelidad his- tórica, impone como deber á la poesía ser intérprete de la civilización de los pueblos”,39 hoy en día, esa misma “enfermedad moral (…) inficiona el ambiente de nuestra república literaria”.40 Dicho en otros términos, si la única verdad es la de la civilización cristiana con su moral de voca-


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  3. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.66

  4. Honorato Vázquez, “Discurso de contestación al del Sr. Dr. D. Carlos R. Tobar en su incorpo- ración á la Academia Ecuatoriana, correspondiente de la Real Española, Señores Académicos, Señores”, en Arte y moral…, cit., p. 53.

  5. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.54

  6. Honorato Vázquez, Discurso de contestación…, cit., p. 54 y anterior cita.



    ción universalista, una creación artística, literaria o poética princi- palmente, que no sea testimonio de aquella en sus variadas formas o contenidos, no puede ser considerada como verdadera.

    En los anteriores términos, la verdadera historia humana y que condiciona todo su obrar, reside para Vázquez en los afectos in- dividuales, siendo el principal el del amor en su relación con el ori- gen de la familia: “El amor que prepara la vida del hogar, la vida de familia que educa la vida social, la moral social que hace la moral política; he aquí la gradación elemental de la historia, la genealogía de la civilización de los pueblos”.41 Estas últimas afirmaciones, pretenden establecer una com- prensión del hecho civilizatorio con un alcance universal y que, a nuestro juicio, no solo resultan absolutamente reduccionistas y sim- plistas, sino que no tienen en cuenta los diversos y complejos factores (económicos, políticos, ideológicos, sociales, etc.) que, tanto diacró- nica como sincrónicamente –es decir, en relación a una determinada perspectiva y acontecer histórico–, inciden y en bastante medida con- dicionan y determinan a las denominadas civilizaciones.42

    Tras insistir en la determinación de las afecciones como ur- didoras de la historia, de las leyes, las ciencias, la administración, etc., abordará a continuación el tema “del amor con relación al carácter y á la poesía”. Para ello y como ya hiciese en un anterior Discurso ex- puesto por Vázquez,43 tomará como ejemplo el rol de la mujer en los escritos atribuidos a Homero y Hesíodo (La Ilíada y Teogonía respec- tivamente), realizando una lectura errónea por sesgada de dicho rol en esas sagas, para finalizar calificando “á la mujer como artífice del mal, mediante los encantos del placer”.44 Habrá que esperar “el adveni- miento del Cristianismo como la regeneración del ideal45 para que el rol

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  7. Honorato Vázquez, Discurso de contestación…, cit., p. 55.

  8. Además, cabría definir cuál es el contenido –o contenidos- del término “civilización”, aunque en el caso de Vázquez y como ya hemos podido comprobar en varios de sus escritos ante- riormente comentados, aquél viene referido al de “civilización cristiana”.

  9. Nos referimos a las lecturas erróneas o sesgadas realizadas por Vázquez a determinados as- pectos de la antigua cultura griega en su “Discurso de incorporación en la Academia Ecuatoriana, correspondiente de la Real Española, (Quito, febrero 11 de 1886).

  10. Honorato Vázquez, Discurso de contestación…, cit., p. 57. Sobre esta misma cuestión y líneas más adelante, leemos: “En esa época mal podía, Señores, la poesía crear el ideal de la mujer:

    -el ideal, aspiración á lo perfecto, presupone la conciencia de una actualidad en que el espí- ritu ansíe perfección”, ídem.

  11. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.59


    de la mujer sea considerado positivamente, eso sí, a partir de muchas las cualidades atribuidas a la figura de la Virgen María.

    En los anteriores términos, será a partir de la Edad Media y, muy principalmente de la Beatriz de Dante, el ejemplo del nuevo ideal de mujer que, a juicio de Vázquez, la literatura y la poesía oc- cidental –en parte– cultivará. Así, el escritor afirmará: “Dante perpetuó su amor a Beatriz, pero lo que más elocuentemente perpetuó el poeta es su regeneración moral”.46 Y esta regeneración o, mejor, los atributos y va- lores ideales restituidos a la mujer frente al anterior paganismo, son aquellos referidos a “los nobles afectos”, a su centralidad y placidez en el hogar, al “deber conyugal”, etc., es decir, todos aquellos prejuicios que han supuesto la sumisión de la mujer al hombre, su discrimina- ción y marginación personal y societaria –su alienación en suma hasta nuestros días.

    Tras extensos párrafos dedicados a describir cómo la –selec- cionadamente– literatura de aquella época ha ido regenerando ese ideal, Vázquez deplorará que la poesía erótica –“es la poesía del mo- mento”–47 asociada con el realismo,48 ha degradado esa regeneración quedándose “en la región de un sentimentalismo afeminado”.49 En con- secuencia, el olvido del ideal cristiano conlleva nuevamente el pa- ganismo en la creación literaria y, muy particularmente, en toda aquella temática referida a la mujer y al amor. Y es por ello que, ese envilecimiento, cuando no obscenidad en el tratamiento literario de dicha temática, suponen un evidente, a la par que aflictivo retroceso civilizatorio, siendo el falaz relativismo e individualismo liberal mo- derno, causa fundamental de esa falta de verdad descrita, propiciando así el regreso del paganismo: “Profunda pena sofoca al espíritu al con- templar la infiel correspondencia de la raza humana al criterio de la verdad (…) deshaciendo la tradición de diez y ocho siglos, é infundiendo á la polí- tica, á la filosofía y á las letras un ambiente de eclecticismo en todo”.50


  12. Honorato Vázquez, Discurso de contestación…, cit., p. 63.

  13. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.64

  14. A propósito del escrito de Vázquez titulado “Del naturalismo”, líneas más adelante ofrece- remos su criterio sobre la corriente realista (o naturalista) y nuestro análisis al respecto.

  15. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.64

  16. Honorato Vázquez, Discurso de contestación…, cit., p. 66.



    Conclusivamente, puede colegirse que más que una teoría estética propiamente dicha, cabe, más bien, hablar del imperativo en aplicar una ideología (cristiana) con su retrógrada concepción sobre la mujer en todas aquellas temáticas, literarias o poéticas, que estén referidas o tengan relación con aquella. Así y una vez más, Vázquez propugna como única forma –a la par que imperiosa– de regenera- ción frente a la degradada moral consuetudinaria en la creación ar- tística, el acatamiento a las concepciones que la verdad revelada del cristianismo propugna y establece.51 Y para ello, resulta indispensa- ble la labor de la Real Academia Española –y por extensión de la ecuatoriana–, en ser depositaria y preservar “á la Fe que preside en la palabra como verbo de la Verdad, á la Fe que purifica el pensamiento, lo de- termina en la creación moral y lo baña con resplandores celestiales”.52 En definitiva, Vázquez reivindica como modelo a seguir, la confesiona- lidad militante de una institución que, en realidad, ha sido creada para una finalidad científico-filológica exclusivamente, estableciendo así y a partir de un criterio ideológico, su valoración sobre aquella, es decir, de su carácter religioso-moral.


    Sobre el carácter nacional de la poesía53


    En esta importante lección por su gran contenido conceptual (estético, artístico-literario y nacional-patriótico), Vázquez y como

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  17. Ídem anterior.

  18. Honorato Vázquez, Discurso de contestación…, cit., p. 67.

  19. Honorato Vázquez, “Sobre el carácter nacional de la poesía”, en Arte y moral…, cit., pp. 69-

    83. Al inicio de este escrito y en nota a pie de página se lee: “Esta y las siguientes lecciones fueron dadas por el autor á sus discípulos de Literatura”, p. 69. Entendemos que se refiere a “Del naturalismo” y “El periodismo” que, a continuación del presente, serán objeto de nuestra exposición. Añadir que la presente lección que ahora comentamos, sería posterior- mente publicada en La Revista Ecuatoriana. Revista mensual, Literatura, Historia, Legislación, Ciencias y Variedades, entrega III, tomo 2, Número 15, 31 de Marzo de 1890, Imprenta de la Universidad, Quito, pp. 102-115. También y con el mismo título en Teoría del arte en el Ecuador, estudio introductorio de Edmundo Ribadeneira, Banco Central del Ecuador/Corporación Editora Nacional, Biblioteca básica del pensamiento ecuatoriano XXXI, Quito, 1987, pp. 459-

    476. Y a propósito de estas lecciones, señalar que Vázquez fue nombrado en 1887, Profesor sustituto de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central en Quito, siendo nombrado Rector de la Universidad de Cuenca en 1898, y reelegido para dicho cargo en 1901 hasta 1922. Anteriormente en 1892 , había impulsado la creación de la Es- cuela de Pintura en Cuenca, siendo su director el pintor y teósofo masón español Tomás Po- vedano de Arcos (hasta 1896 en que viaja a Costa Rica), e impartiendo su docencia artística


    veinte años antes hiciera Juan León Mera en su Ojeada histórico-crítica sobre la poesía ecuatoriana desde su época más remota hasta nuestros días (1868),54 establecerá una concepción estética de corte metafísico-pla- tónico con aspectos derivados del romanticismo historicista herde- riano, en relación a una teoría artística (literario-poética) principal- mente clasicista, como un necesario sincretismo en la creación literaria y, encaminado a crear una poesía nacional que restituya el buen gusto y regenere el ideal cristiano como moral patriótica.

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    basada en los conceptos del más ortodoxo academicismo estético (metafísica de lo bello y del ideal) y poiesis clasicista, unido a la finalidad moralizante y espiritualista encomendada a las “bellas artes” frente a las meramente mecánicas, es decir, “de oficios”; cuestiones, todas ellas, ampliamente reflejadas tanto en su discurso de inauguración de dicha Escuela, “El Sor. Don Tomás Povedano y de Arcos dijo:”, Revista Científica y Literaria de la Universidad de Cuenca, Año 2, número 21 (diciembre 31 de 1892), Universidad de Cuenca, Cuenca, pp. 297-301, y muy especial y extensivamente en otro posterior al año de su inauguración e impreso con el título de, La Escuela de Pintura de Cuenca. Su primera exposición de dibujo (julio 30 de 1893), Im- prenta de la Universidad del Azuay, Cuenca, 1893. Este primer aniversario tuvo una amplia reseña así como el discurso de Povedano en la revista, La Unión Literaria. Publicación mensual. Literatura, Historia, Legislación, Ciencias y Variedades, La Redacción, “Noticias Literarias y Ar- tísticas”, Año I, Núm. V, Imprenta de la Universidad del Azuay, Cuenca, 1893, pp. 204-206. Finalmente señalar que el propio Vázquez fue un pintor aficionado durante toda su vida, principalmente paisajista, aunque solo expuso por primera vez su obra en 1916 con 90 cua- dros. Las referencias a esta exposición así como a su obra plástica en, La Redacción, “Algo sobre pintura nacional”, La Unión Literaria. Revista mensual fundada en 1893. Historia, Geografía, Literatura, Legislación, Ciencias y Variedades, Serie 6ª., Núm. 6, Nbre. De 1916, Imprenta de Vélez Hermanos, Cuenca, pp. 241-257; Manuel J. Calle, Biografías y semblanzas, Talleres Ti- pográficos Nacionales, Quito, 1920, pp. 277-294, pp. 292-294; José Rafael Burbano Vázquez, Biografía de Honorato Vázquez, Centro de Investigación y Cultura de Cuenca, Banco Central del Ecuador, Cuenca, 1981. cit., pp. 323-363, este texto y en parte sustancial aunque con al- gunas diferencias, había sido anteriormente publicado por su autor y con el título de “Ho- norato Vázquez, artista” en, La Unión Literaria. Revista mensual fundada en 1893. Historia, Geografía, Literatura, Legislación, Ciencias y Variedades, Serie VIII, Nº. 1, Abril, Tip. de la Uni- versidad, 1936, pp. 7-18; Monserrath Tello Astudillo y María Tómmerbakk, Inventario digita- lizado de los bienes culturales de arte: pintura y escultura (siglos XVII al XX) del Museo Municipal Remigio Crespo Toral y catálogo razonado de las obras de Honorato Vázquez, tesis de licenciatura, Facultad de Artes, Universidad de Cuenca, Cuenca, 2002; y VV. AA., El lenguaje de la sensibi- lidad. Honorato Vázquez Ochoa. Manuel Moreno Serrano, Museo Municipal “Remigio Crespo Toral”, I. Municipalidad de Cuenca, Cuenca, septiembre 2009, y sobre el catálogo de esta ex- posición ver en el blog Crítica y opinión cultural, “Otra obra bibliográfica en contra de la his- toria”, sábado 26 de diciembre de 2009.

  20. Nótese las similitudes conceptuales, tanto estéticas (neoplatónicas-metafísicas y románticas)

    como artísticas (clasicistas), así como la fundamentación y finalidad de las mismas (buen gusto, cristianismo, etc.) en un sincretismo, entre lo enunciado por Juan León Mera en su cé- lebre obra Ojeada histórico-crítica sobre la poesía ecuatoriana, desde su época más remota hasta nues- tros días, Inprenta de J. Pablo Sanz, Quito, 1868 (véase mi “Algunos apuntes para una estética literaria según Juan León Mera: entre romanticismo y neoclasicismo”, Procesos: revista ecua- toriana de historia, n.º 47 (enero-junio 2018), 33-57), y en la presente lección de Vázquez.



    A tal efecto y partiendo de la afirmación consuetudinaria en que hay que dotar de “carácter nacional á la poesía”,55 el autor estable- cerá que para ello, no debe exagerarse el culto a los autores clásicos ni, igualmente, aceptar una literatura que sea vulgar: “lo que queremos es la belleza expresada en lenguaje bello (…) [puesto que] Espíritu nacio- nal de la poesía y forma artística, son cosas que, lejos de contradecirse, se complementan entre sí”.56 Además, la forma poética no es exclusividad de la antigüedad clásica, sino “determinación bella de una idea bella”,57 esto es, construcción y organización de aquella, del –en definitiva– correcto manejo del lenguaje poético pues, la obra bella es la adecua- ción armónica del fondo y la forma en una unidad.58 Puede “nacio- nalizarse” el fondo –señalará Vázquez– pero, la forma debe regirse por “los buenos modelos” (los antiguos, cabe añadir), es decir, aquellos que se rigen por la “energía, sobriedad, movimiento, combinaciones y re- cursos para producirla”,59 es decir, por el buen gusto.60

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  21. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.59

  22. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.69

  23. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, p. 69 y para todas las citas anteriores.

  24. Este sería el postulado más importante en la estética clasicista pues, sintéticamente, dicha adecuación es el resultado de una correcta y armónica aplicación del orden, la medida y la proporción, y en donde cada parte se interrelaciona convenientemente para conformar una unidad, es decir, el propio poema. Igualmente cabe aplicar dicha concepción al resto de las representaciones artísticas clasicistas (literatura, pintura, escultura, etc.): “Las obras maestras nos muestran la determinación de una belleza dada, concebida por el espíritu, realizada por la forma, expresada por el lenguaje, gradación en que preside una constante armonía, á saber, la unidad del concepto de lo bello con relación á un solo propósito”, Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 73. Véase sobre los fundamentos teoría estética y poética del clasicismo, Luis Antonio Muratori, Reflexiones sobre el buen gusto en las ciencias y en las artes, traduccion libre de las que escribio en italiano Luis Antonio Muratori ; con un discurso sobre el gusto actual de los españoles en la literatura, por don Juan Sempere y Guarinos, en la Imprenta de Don Antonio de Sancha, Madrid, 1782; Estevan de Arteaga, Investigaciones filosóficas sobre la belleza ideal considerada como objeto de todas las artes de imitación, por Don Antonio de Sancha, se ha- llará en su casa, en la Aduana Vieja, Madrid, 1789; y estudios correspondientes de Henri Peyre, ¿Qué es el Clasicismo?, Fondo de Cultura Económico, México, 1966, 2ª. edición; Claude Chantalat, A la recherche du goût classique, Klincksieck, Paris, 1992; y Annie Becq, Genèse de l’esthétique française moderne. De la Raison classique à l’Imagination créatrice 1680-1814, Bibliot- hèque de “L’Évolution de l’Humanité” 9, Albin Michel, Paris, 1994, pp. 1-352; ver comple- mentariamente la nota 41.

  25. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 70. Más categóricamente, “La forma determina

    la concepción poética” –ídem–, es decir, el lenguaje como expresión (bella) del concepto. Sobre la cuestión formal –ampliamente entendida– véase su “Curso teórico–práctico de aná- lisis literario” en La Unión Literaria, Publicación mensual, Literatura, Historia, Legislación, Ciencias y Variedades, Segunda Serie, nº 9, febrero de 1903, Imprenta de la Universidad del Azuay, Cuenca, pp. 457-467; en nota a pie de página del inicio de este artículo se lee: “Ho-


    Tras su prescripción de la importancia de una correcta forma en la construcción poética, adecuada con su propio fondo, Vázquez, en relación a este y a propósito de su contenido nacional, desarrollará su propia concepción al respecto:


    Nacionalizar la poesía no es romper con la tradición literaria. El espíritu y tendencia de la poesía, su relación con la historia y civilización y há- bitos de los pueblos, el colorido local de los cuadros, esto sí presta tinte distintivo á las obras poéticas: no sólo es factible nacionalizarla en este sentido, sino que á ello debe tender el poeta si ha de ser eco fiel de su época, de los sentimientos y tendencias de un pueblo.61


    En definitiva, nuestro autor está reivindicando como fondo nacionalizador para la poesía, los postulados romántico-historicistas herderianos, comunes por otro lado a los de las élites políticas del país pues, aquellos, brindaban la legitimidad a la narración de la


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    norato Vázquez siguió, hace ya muchos años, este curso con sus alumnos de Retórica en Cuenca. Una parte de la sección Expresiones es la que se publica en este número”.

  26. Para esta cuestión del buen gusto en el contexto estético-artístico del propio Vázquez, véase mi “Algunos apuntes…”, cit., pp. 48-52. Sintéticamente, aquél vendría constituido por la imitación de la naturaleza pero perfeccionándola (regularidad, simetría, proporción, armo- nía), la completa adecuación entre la forma y el contenido siendo este último de carácter eminentemente didáctico-moral , la sencillez y simplicidad formal-expresiva, etc., en defi- nitiva, la belleza sublime clasicista. Y a este respecto señalar que, ya anteriormente y en pa- recidos términos, se había expresado con la finalidad de regenerar a la vacua poesía ecuatoriana del momento, el conocido poeta, escritor y diplomático Remigio Crespo Toral, íntimo amigo de Vázquez, en su corto ensayo de juventud titulado “Un nuevo ideal poético” [1883], en Teoría del Arte en el Ecuador, cit., pp. 451-458. Fue Crespo Toral junto a Honorato Vázquez, Rafael María Arízaga y 44 personas más, quienes suscribieron el acta de creación de La Fiesta de la Lira en Cuenca (recitales de poesía), siendo su primera edición el 31 de mayo de 1919, prolongándose anualmente en dicha ciudad hasta el año 1935. Comentar que dicha cita poética fue muy criticada por algunos de los artistas integrantes del “realismo social”

    –años 30– comprometidos con la denuncia social, por ser un evento clasista de la propia élite cuencana, arcaizante en su ortodoxo clasicismo (tanto formalmente como por el contenido poético), y mostrarse totalmente ajeno a la realidad social del país. Para dicha fiesta véase de Rafael María Arízaga, Rigoberto Crespo Ordóñez, La primera fiesta de la lira 1919, Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”-Núcleo del Azuay, Cuenca 1946; y VV. AA., La Segunda Fiesta de la Lira, Publicaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay, Nº. 2, Cuenca, 1947 (para la primera Fiesta de la Lira, pp. 1-47).

  27. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 71. Líneas más adelante insistirá sobre esta cues- tión: “Nacionalizar la poesía es hacerla eco fiel de lo que creemos y sentimos, impregnarle de los olores de nuestros campos, ponerla al servicio de nuestra historia y de los intereses del porvenir”, cit., p. 79. Y en el mismo sentido, “¿queréis nacionalizar la poesía? Ahí tenéis los cuadros de nuestra espléndida naturaleza y las tradiciones y la historia patria”, cit., p. 80.



    construcción de la nación comunitaria ecuatoriana y, en íntima rela- ción con ello, a la historia del país como diferencia y singularidad propias.62 Esto es, a la afirmación homogeneizadora de un –su- puesto– Volksgeist (espíritu nacional o espíritu del pueblo) que tras- ciende y unifica en un todo orgánico a las diversas particularidades (personas, etnias, culturas, etc.) que conviven y componen un país, reconociéndose así en unos valores comunes, al tiempo que en un universo simbólico compartido. En estos términos, será misión de la auténtica poesía nacional, la afirmación y difusión concienciadora de ese “espíritu nacional”, esto es, sin obliterar el contexto creativo- formal que impele “los principios imprescriptibles del buen gusto”.63 Ob- viamente, tales “principios imprescriptibles64 aluden a la tradición clásica y clasicista, además de que los dotan de un carácter cuasi me- tafísico dada su definición antagónica con cualquier cambio, a su on- tológica atemporalidad.65

    Si Vázquez ha expresado la necesaria adecuación unitaria de fondo y forma, establecida ésta última a partir del buen gusto para, seguidamente, afirmar el necesario “carácter nacional” de la poesía fundamentado en los postulados romántico-historicistas, a continua- ción y aunando las cuestiones anteriormente descritas, patentizará su idea de la belleza que, como ya veíamos a propósito de su anterior Discurso de incorporación en la Academia Ecuatoriana, es deudora esta belleza de una concepción de carácter metafísico-platónico con ribe- tes místicos:


    Nosotros queremos el estudio de la forma como revelación de la idea poética (…) queremos estudiar la belleza ideal compenetrada con la


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  28. Véase sobre esta cuestión, lo ya señalado en la primera parte de este trabajo, acápite “Apuntes sobre el pensamiento conservador-católico decimonónico ecuatoriano”. También y para esta cuestión, el ya clásico trabajo de Benedict Anderson, Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, Fondo de Cultura Económico, México, 1993.

  29. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.71

  30. Ibídem.

  31. También apelará a este buen gusto como marco delimitatorio para la libertad en el arte pues, ésta debe adecuarse a los órdenes lógico y moral, siendo el primero el referido al ámbito de la tradición literaria y sus obras maestras, es decir, a todo aquello que la razón creativa y de acuerdo a la poética clasicista, significan e impelen como modelo a imitar (ver notas 54 y 56). Y siendo el segundo orden, aquél que se constituye muy especialmente, apelando a una finalidad del tipo exemplum virtutis, esto es, como una enseñanza moral.


    palabra humana; nosotros pedimos que la poesía disponga de los ele- mentos que presta la tradición del buen gusto, que los amalgame dis- cretamente sin discernir siglos ni escuelas y los ponga al servicio de todo lo grande, de todo lo bello, de todo lo bueno.66


    Para a continuación sentenciar que, a propósito del estudio del arte literario y sus principios, es necesaria “La disciplina del espíritu en los eternos principios del bien y la verdad, el estudio de la belleza en sus manifestaciones, son el resumen de una Poética universal67 pues, “La be- lleza es una, no tiene tiempo ni patria: es una como la moral, la verdad”.68 Tales afirmaciones y además de su concepción metafísica ya comentada, suponen un radical alegato contra la experimentación o los cambios en la creación poético-literaria, al igual que las distintas interpretaciones sobre el hecho literario y sus consiguientes tenden- cias. Así y una vez establecidas dichas categorizaciones como ver- dades absolutas, retomará Vázquez la cuestión de la nacionalización de la poesía, ahora desde una perspectiva inequívocamente patrió- tica69 y cristiana: “¿Queréis nacionalizar vuestra poesía? Pues bien, em- pezad por radicarla en el templo y en el hogar70 para, líneas más adelante, afirmar más categóricamente: “partid del templo, centro del hogar; del hogar, centro de la patria, y nacionalizaréis la poesía. Nuestra

    poesía para ser nacional debe ser eminentemente cristiana”.71

    Como ya hemos podido constatar en anteriores escritos, en la parte final de esta lección, Vázquez insistirá en su crítica al natu- ralismo, puesto que la finalidad de la creación artística es la de re- presentar una idea y no la realidad; es decir, las bellas artes deben estar al servicio de la prosecución del ideal pues, este responde y sig-


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  32. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 74. Anteriormente, Vázquez había sostenido que: “Debe terminar ya la división de escuelas literarias, exclusivas acerca de la forma poé- tica. Ni cabe exclusivismo tratándose de la belleza, que no es originaria de una ú otra escuela, tal ó cual región, este ó aquel tiempo”, cit., p. 70. Es decir y como comentábamos, la belleza y con ella la propia forma poética, entendida como una metafísica atemporal y, por tanto, ahistórica; es decir, perfecta y verdadera en la inmanencia de su (propio) Ser.

  33. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., pp. 73-74.

  34. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 75.

  35. “El amor a la patria empieza en el hogar, se extiende por la primera circunscripción seccional, y avanza hasta las fronteras del Estado”, cit., p. 80.

  36. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 79.

  37. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 80.



    nifica a “la natural cultura del lenguaje literario”.72 En otras palabras, solo tiene cabida en su consideración de artístico, el lenguaje (atem- poral) del clasicismo.

    A tenor de lo expuesto y conclusivamente, entendemos que Vázquez, basándose en la estética metafísica platónica, interrelacio- nada con diversos aspectos del historicismo romántico herderiano, desarrolla una concepción de la poética de lo artístico en función de los postulados del clasicismo, para así poder fundamentar concep- tualmente y establecer una canónica de la creación literaria, encami- nada como finalidad a una regeneración moral de la nación ecuatoriana según los principios de la dogmática cristiana.


    Del naturalismo73


    Esta lección de Vázquez a sus alumnos, está enfocada a cri- ticar con extrema dureza y como uno de los mayores desafueros li- terarios de su época, a la tendencia literaria del naturalismo y, muy particularmente a desprestigiar a su más conocido representante, al tiempo que radical escritor Émile Zola.74A este respecto y muy sin- téticamente, señalar que esta orientación literaria es, ante todo, una afirmación completamente antagónica al clasicismo y al romanti- cismo –tan en boga en el Ecuador ochocentista–, basándose a tal efecto en un tratamiento descarnado, por realista, de aquellos aspec- tos de la naturaleza humana (pasiones, celos, lujuria, odio, avidez de poder y dinero, etc.), y de los comportamientos socio-morales re- pudiados por la (hipócrita) moral consuetudinaria en cualquier clase social, que, normalmente quedaban ocultos y no eran objeto de ex- posición o desarrollo literario en aras del buen gusto. Igualmente, era objeto de denuncia la explotación de las élites burguesas a las


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  38. Honorato Vázquez, Sobre el carácter…, cit., p. 81.

  39. Honorato Vázquez, “Del naturalismo” en Arte y moral…, cit., pp. 85-100.

  40. Dicha tendencia literaria estaría diacrónicamente integrada por Stendhal –seudónimo de Marie Henri Beyle- (1783-1842), Honoré de Balzac (1799-1850), Gustave Flaubert (1821-1880), Edmund y Jules Goncourt (1822-1896 y 1830-1870), Alphonse Daudet (1840-1897) y, el propio Zola (1840-1902). Obviamente, cada escritor tenía sus propias peculiaridades estilísticas, in- cluso temáticas en algunos casos, pero todos ellos e inequívocamente, compartían aquellos aspectos que caracterizaban al naturalismo, tal y como se explicitan en nuestro texto. Para la influencia y desarrollo del naturalismo en, sobretodo, las artes plásticas, véase de Linda Nochlin, El realismo, Alianza Editorial, Madrid, 1991.


    clases subalternas, la corrupción de aquellas en el ámbito político, financiero-especulativo, etc., durante –en parte considerable– la Francia del Segundo Imperio y los primeros treinta años de la Tercera República francesa (ejemplos de corrupción moderna).

    Será el método analítico-experimental de diversas ciencias punteras de la época (fisiología, química, biología)75, el modelo em- pleado por los escritores realistas para, quirúrgicamente, diríamos, diseccionar, observar y sacar a la luz aquellos componentes morales (la “verdad psicológica” en palabras del propio Zola), obliterados por las anteriores corrientes literarias, pero que forman parte de los com- portamientos y acciones humanos (“la posesión de lo real”);76 y todo ello sin emitir ningún juicio, ateniéndose estrictamente a los hechos: “no se puede ser moral al margen de lo verdadero (…) enseñamos [los na- turalistas] la amarga ciencia de la vida, damos la altísima lección de lo real. Esto es lo que existe, intentad arreglaros con ello”.77 Y, a tal finalidad, tanto la gran importancia otorgada al contenido analítico-descriptivo de “lo real”, como la forma clara, directa, sin retórica ni subterfugios edulcorativos en el lenguaje empleado, eso sí, con la necesaria “ex- presión personal”, conformarán los dos aspectos más importantes, a la par que definitorios en la poética naturalista y de su “belleza de la verdad”.78

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  41. Las alusiones al fundador del método experimental, el médico y fisiólogo francés –también teórico de la biología Claude Bernard, serán constantes en Zola, precisamente por su in- novadora metodología en el campo científico y, como modelo a seguir por el escritor natu- ralista. “La fórmula naturalista en literatura, tal como la daré a continuación, es idéntica a la fórmula naturalista en las ciencias, y particularmente en fisiología. Se trata de la misma in- vestigación, llevada de los hechos vitales a los hechos pasionales y sociales; el espíritu del siglo impulsa todas las manifestaciones intelectuales, el novelista que estudia las costumbres completa al fisiólogo que estudia los órganos”; y líneas más adelante leemos, “Lo repito una vez más, no soy yo el naturalismo; es todo escritor que, queriéndolo o no, utiliza la fórmula científica, estudia el mundo por medio de la observación y el análisis, negando lo absoluto, lo ideal revelado e irracional”, Émile Zola, “Carta a la juventud”, en El naturalismo. Ensayos, manifiestos y artículos polémicos sobre la estética naturalista, Ediciones Península, Barcelona, 2002, p. 121 y 128 respectivamente. Y en otro escrito: “Toda batalla actual se libra sobre este terreno: de un lado los retóricos, los gramáticos, los letrados puros que quieren continuar la tradición; del otro, los anatomistas, los analistas, los adeptos a las ciencias de la observación y de la experimentación, que quieren describir de nuevo el mundo y la humanidad, estu- diándolos en su mecanismo natural y dirigiendo sus obras hacia la mayor verdad posible”, Émile Zola, “El dinero en la literatura”, en El naturalismo…, cit., p. 231.

  42. Émile Zola, “Carta a la juventud”, en El naturalismo…, cit., p. 98.

  43. Émile Zola, “El naturalismo en el teatro”, en El naturalismo…, cit., p. 163.

  44. “Hay que abandonarse al espíritu nuevo que amplía el dominio de las letras por medio de la



    Vázquez iniciará su disertación y, como ya vimos en anterio- res escritos suyos, insistiendo en que la naturaleza debe ser el mo- delo a representar por el artista, pero trascendiéndola en su búsqueda de la belleza, pues aquella y en realidad, “no es sino un sím- bolo de los misterios de lo suprasensible”.79 Así, el poeta y como funda- mental actitud estética en su prosecución de la belleza, transita “de lo real á lo ideal”,80 buscando con su alma el camino de la inmortalidad. No hay, pues, poesía sin ideal, ni ideal sin ascenso”.81 Exactamente lo con- trario que hace el naturalismo, afirmará nuestro autor, al resaltar en sus descripciones aquellas cuestiones o comportamientos de la vida real que no se ajustan al bien moral, y por su afán en tratar las pasio- nes humanas en sus “historias” sin enjuiciarlas, lo que supone cons- truir relatos sin enseñanza, “mera sucesión de cuadros novelescos”.82 Por el contrario, para Vázquez la historia es la moral que juzga las accio- nes humanas, emitiendo su sanción sobre las mismas, ya que, “si la moral es una como Dios, la historia es el auxiliar de Dios en la enseñanza y guiamiento de los pueblos, y en la sanción humana, previa á la final san- ción divina”.83


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    ciencia, que, por encima de la gramática y de la retórica, por encima de las filosofías y las re- ligiones, intenta alcanzar la belleza de la verdad”, Émile Zola, “El dinero en la literatura”, en El naturalismo…, cit., p. 232.

  45. Honorato Vázquez, “Del naturalismo”, en Arte y moral…, cit., p. 85. Sobre esta arraigada creencia en muchos pensadores de las ideas estéticas, el juicio de Zola es categórico: “Los que empiezan afirmando lo absoluto introducen, en sus estudios de los seres y de las cosas, un dato de pura imaginación, un sueño personal de un encanto estético más o menos grande pero de una verdad y de una moral totalmente nulas”, en Carta a la juventud, cit., p. 121.

  46. Ídem anterior.

  47. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 86. A este respecto, Zola escribe: “Es hora de pro- bar a la nueva generación que los verdaderos corruptores son los retóricos, y que, inevita- blemente, hay una caída en el fango después de cada impulso hacia lo ideal”, en Carta a la juventud, cit., p. 98. Comentar así mismo que unas líneas más adelante de esta transcripción de Vázquez, este citará al escritor, historiador y propagandista católico italiano César Cantú

    –1807-1895– (ya lo había hecho en su anterior lección a propósito de la “nacionalización de la poesía”) en nota a pie de página, corroborando en la obra del italiano titulada Alessandro Man- zoni, reminiscenze (1882), su propia valoración sobre “el carácter corruptor de la literatura re- alista”. Posteriormente, Vázquez publicaría un corto artículo en el que volvería a citar entusiásticamente parte de esta obra de Cantú: “Reminiscencias”, en La Unión Literaria. Pu- blicación mensual. Literatura, Historia, Legislación, Ciencias y Variedades, Segunda serie, Número 1º, Junio de 1902, Imprenta de la Universidad del Azuay, Cuenca, pp. 3-6 (p. 3 para la cita sobre la obra de Cantú).

  48. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.86

  49. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 87.


    A tenor de la última cita podemos afirmar que esa ortodoxa “moral una”, es la referida a la postulada por la Iglesia católica, al tiempo que se erige en la única escala valorativa para juzgar univer- salmente las acciones humanas, e igualmente como objeto de cohe- sión unitaria de todas las naciones, sin posibilidad de diferencias o alteridades culturales. Citará a continuación Vázquez la conocida máxima poética, “Sentid, y expresad lo que sentís”,84 donde lo estético

    –el sentimiento y lo artístico –expresión formal de aquel– son ob- jeto innegable de la creación artística, pero estando el primero ligado a la conciencia humana, esto es, al “dominio del deber moral”.85 Y como no hay moral sin contenido o –digamos– escala valorativa que lo constituya,86 la preceptiva que esta determina como “deber”, enten- demos una vez más, es la correspondiente a la moral cristiana. Es desde esta óptica por lo que Vázquez afirmará que los practicantes del naturalismo, “limitan su aplicación á los sentimientos humanos de- generados de la primitiva pureza87 (la de Adán antes de la “caída”). Es por ello que frente a la (supuesta) exaltación de las pasiones practi- cada por la literatura naturalista, nuestro autor demandará que sea el “juicio de la conciencia88 el que preceda a toda producción artística, es decir, “la depuración moral del afecto89 basado –añadimos– en la preceptiva católica y el buen gusto. Esta (necesaria) educación sen- timental debe guiar la creación poética frente a la degradación que supone “el programa de acción del naturalismo90 constituido esencial- mente como una literatura pensada exclusivamente con la finalidad de agradar mediante la exacerbación del crimen, lo grotesco, lo ex- citante, lo raro, las distintas formas de degradación humana, los pla- ceres y las pasiones, etc.


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  50. Ibídem.

  51. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.87

  52. Quizás resulte en este punto oportuno recordar que toda escala valorativa y en cualquier ámbito discursivo, viene determinada por su discriminación a partir de un “lugar de enun- ciación” de varias opciones en liza. Serán por tanto las características –ampliamente enten- didas estas de ese “lugar de enunciación” las que condicionen la elección y, por tanto, constituyan el contenido final de esa escala.

  53. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 87 para todas las citas de este párrafo.

  54. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.89

  55. Ibídem.

  56. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.90



    En definitiva, ese “programa” del naturalismo supone “el poder corruptor de una literatura consagrada á la propagación del mal”,91 amenazando no solo a la familia y su moralidad, sino igualmente a “la misma sociedad política”,92 ya que –se preguntará Vázquez–, si aquel hace desestimiento en el cumplimiento del deber convivencial nuclear, es decir con la propia familia, y menos todavía con Dios, “¿serán capaces de sacrificios en aras de la Patria?”.93 Proseguirá nuestro autor su tenaz crítica al naturalismo denostando a esa literatura por reflejar en sus escritos al ser humano como “un tema de tan ruin con- dición como el bruto; la vida, una pocilga”.94

    También se referirá en sus críticas a varios escritos de Zola

    –sin citarlos ni a este–, al afirmar que “la pluma no es medio de granjería, sino de moralización de la humanidad; pero hoy el capital pluma sigue todas las fases de los demás capitales de la Economía Política, ciencia á cuya de- voción se ha puesto, rotos en lo absoluto los vínculos que debían ligarle a la economía moral”.95 Aunque no queda claro a qué se refiere o en qué consiste el término “economía moral”, teniendo en cuenta el texto de Zola al que sospechamos alude,96 podemos deducir que Vázquez re- procha a este el que un escritor pueda ganar dinero con sus escritos en lugar –y como el mismo nos indica– de procurar una finalidad moralizante.

    Igualmente critica a Zola, como anotábamos al inicio de esta lección ofreciendo una síntesis de la estética naturalista, cuando afirma que “El naturalismo ve al hombre como un cuerpo orgánico: es la zoología de la literatura, zoología perversa por cuanto extrema el mal me- diante el carácter psicológico dentro del que envuelve el estudio de la fisio-


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  57. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 90.

  58. Honorato Vázquez, Arte y…op. cit., p.91

  59. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 90. A continuación, Vázquez definirá al patrio- tismo como “el espíritu de sumisión á la ley, el respeto á la autoridad, el amor á los conciu- dadanos en el respeto de sus derechos morales y legales, el sacrificio de la pasión en cuanto su satisfacción puede menoscabarlos, el acatamiento de los derechos de Dios en los derechos de la humanidad”; es decir, como conformidad y cumplimiento del statu quo social, econó- mico, político y religioso (católico, obviamente) imperantes, entendidos como normas de aplicación universal.

  60. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 92.

  61. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 93.

  62. Nos referimos al escrito de Émile Zola, “El dinero en la literatura”, en El naturalismo, cit., pp.

    194-238.


    logía”.97 Cuando sí citará directamente a Zola, será líneas más ade- lante al referirse, una vez más, al “carácter corruptor” de esta co- rriente: “De Cam á Zola uno solo es el tema en esta literatura: el hombre animal; unos mismos los procedimientos: la fisiología en la pasión, el epi- grama en la desnudez”.98

    Proseguirá Vázquez insistiendo en la necesidad de que la poesía tenga una finalidad moralizadora por regeneradora de la vida y del ser humano mediante su espiritualización, y se encumbre en la busca del ideal (lo bello) y de Dios (la inmortalidad), citando al efecto varios ejemplos (Juan de la Cruz, Neal), para concluir esta lec- ción haciendo un llamamiento a la juventud para que ennoblezca y dignifique a la poesía en una auténtica cruzada contra “esta literatura corrompida por el naturalismo”.99

    A tenor de lo expuesto y muy sintéticamente, si uno de los aspectos que el pensamiento conservador-católico más criticaba era el progresivo triunfo del laicismo (léase paganismo, encarnado por el liberalismo) con la consiguiente desafección de “lo religioso” (creencias, moral católica, etc.) como síntoma de un “fin de los tiem- pos”, y en consecuencia el peligro que ello supone para la cohesión de la nación ecuatoriana y el propio Estado, además del sentido de la experiencia tal y como lo concibe ese pensamiento, aquí Vázquez


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  63. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 93. Anotar en este punto que en el conjunto de escritos de Zola que conforman El naturalismo…, cit., las alusiones a la fisiología o a la psi- cología humana como objetos metodológicos o descriptivos son constantes.

  64. Honorato Vázquez, Del naturalismo, cit., p. 93. Tras el párrafo citado y en la misma página y toda la siguiente, Vázquez incluye una extensísima nota a pie de página en la que, primera- mente, descalifica con extrema vehemencia a la generación de escritores naturalistas: “En Francia, sede principal de esta secta [los naturalistas], Balzac, Michelet, Stendhal, Flaubert, Feydean, P. de Kok, &ª, han precedido á la aparición del gran sacerdote [Zola], constituyendo, unos, como recurso de sus obras, el análisis fisiológico, otros la representación desnuda de los cuadros para el libre examen, para la justificación del crimen, ó siquiera para exponerlo sucio como tema de risa”. A continuación, ofrece diversas críticas denostativas publicadas en distintos medios impresos acerca de la novela Tierra (1887) de Zola, y que finaliza con estas palabras: “Esta reacción de literatos y Gobiernos, esta proclamación consoladora de los derechos de la moral, son una elocuente protesta contra el envilecimiento de la literatura, y una lección de que debe aprovecharse la juventud”, p. 95. Debemos hacer notar que los “literatos y Gobiernos” a los que se refiere Zola, eran ideológicamente muy conservadores, y en la mayoría de los casos vinculados con la Iglesia católica. Y sobre esta última cuestión, añadir que en la misma época, muchos críticos profesionales y escritores resaltaron y alaba- ron la calidad literaria de Tierra.

  65. Honorato Vázquez, Del naturalismo…, cit., p. 100.



y con su virulenta y maniquea crítica al naturalismo, se erige en por- tavoz destacado de esa tendencia. Y nuevamente, lo ideológico sirve de coartada crítica a lo que se considera disidencia artística, puesto que como venimos señalando, es la estética metafísica de lo bello y su búsqueda del ideal con su correspondiente corolario en la poiesis clasicista con su finalidad moralizante, los únicos ámbitos verdaderos para la creación artística.


Conclusiones


Dos son, interrelacionadamente, las cuestiones que determi- nan los escritos comentados anteriormente. En primer lugar, la con- cepción estética en Vázquez de raigambre neoplatónica, es decir, la creencia en una idea de la belleza suprasensible (metafísica), y por tanto invariable e inmutable, eterna y perfecta en su propio Ser, pues reúne en su seno a la (única) verdad –que es cristiana– y el bien –en- tendido según la dogmática católica–. Al tiempo, esa belleza solo es aprehensible mediante el anhelo de la propia sensibilidad en pos del ideal como íntima necesidad de nuestra conciencia.

En segundo lugar, la poesis clasicista instituye con sus linea- mientos un orden constructivo, en el que su ortodoxia formalista (orden, medida, proporción, adecuación fondo/forma, etc.), deter- mina una hegemónica artisticidad que, bajo el diktat del “buen gusto”, excluye y rechaza cualquier otra perspectiva creativa. Y unido a los dos aspectos citados, se exige a toda obra literaria un “deber ser” moralizante, incuestionablemente basada en aquellos as- pectos que atañen a la doctrina cristiana, entendidos estos como ver- dades absolutas: “Arte es Jesucristo”.

En definitiva, se propugna una representación artística que, a imitación de los clásicos, tienda a la excelencia según los paráme- tros descritos, ya que otra alternativa que conlleve cualquier cambio o algún tipo de experimentación en relación a lo propugnado, será desestimada como auténticamente artística. Por lo expuesto y con- clusivamente puede afirmarse que, mayoritariamente, las argumen- taciones conceptuales o filosóficas que desarrolla Honorato Vázquez en sus escritos, en realidad están encaminadas a afirmar categórica-


mente y al margen de cualquier otra opción, a la fe católica y a su Iglesia como única y legítima depositaria de la verdad divina, o lo que es lo mismo, del cristianismo como señera civilización univer- sal.


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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


MONUMENTOS DE LOS KARANKIS PREHISPÁNICOS: UNA HISTORIA A PUNTO DE DESAPARECER 1, 2


John Stephen Athens3


Resumen


Los monumentos karankis, que son montículos de tierra de gran tamaño, dan testimonio de la historia antigua de los karankis, que ocuparon la sierra norte y los bosques nubosos del occidente entre ~1250 y 1525 d.C. Los arqueólogos intentan descifrar esta his- toria estudiando los monumentos, artefactos, y otros vestigios deja- dos por los karankis, pero el avance urbano, la agricultura meca- nizada y otras actividades antrópicas están destruyendo los restos culturales a un ritmo acelerado. Cuando los ecuatorianos de hoy, es- pecialmente los pueblos indígenas, se interesen realmente en conocer su herencia prehispánica, habrá pocos rastros visibles de sus ante- pasados en el paisaje. Aunque se ha avanzado en la investigación de los sitios arqueológicos karankis, todavía hay mucho que aprender sobre su organización sociopolítica, la agricultura, el comercio regio- nal y el intercambio, y otros aspectos de la cultura. Como se docu- menta en este artículo, la oportunidad de hacer estas investigaciones está desapareciendo diariamente frente a nuestros ojos. Es una lás- tima que se haya prestado tan poca atención a la conservación de estos impresionantes monumentos antiguos que son tan obvios en


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1 Recibido: 26-07-2023 // Aceptado: 26/09/2023

  1. Versión ampliada del discurso de incorporación de John Stephen Athens a la Academia Na- cional de Historia del Ecuador, como Miembro Correspondiente, Hda. Zuleta, julio 29, 2022.

  2. Nació en Tulsa, Oklahoma, EE. UU. En 1978 recibió el PhD del Departamento de Antropología de la Universidad de Nuevo México. Su tesis doctoral fue el resultado de sus investigaciones arqueológicas en la sierra septentrional del Ecuador, donde, además, ha realizado investiga- ciones paleo-ambientales en el Parque Nacional Yasuní, Amazonía ecuatoriana y en la Laguna de San Pablo, revelando una historia del cultivo de maíz y volcanismo durante los últimos

    6.500 años. En la actualidad trabaja como Gerente General del International Archaeological Research Institute, Inc., Honolulu, Hawai’i, EE.UU. Durante su carrera, además de seguir sus investigaciones en el Ecuador, ha dirigido proyectos arqueológicos y paleoambientales a lo largo del Mar Pacífico tropical. JSAthens@iarii.org.



    el paisaje norandino. La actual constitución de Ecuador prevé espe- cíficamente la preservación del patrimonio cultural, al igual que los numerosos acuerdos internacionales firmados en los últimos 60 años. Pero todas las palabras son en vano si los responsables de las ins- tituciones y agencias nacionales y locales no son conscientes del pro- blema y no educan a la población sobre la necesidad de la conservación del patrimonio, y luego se hacen de la vista gorda cuando es necesario hacer cumplir la ley.


    Palabras clave: Tolas, Montículos, Karanki, Patrimonio, Preservación


    Abstract


    The Karanki monuments, which are earthen mounds of enormous size, bear witness to the ancient history of the Karanki, who occupied the northern highlands and the cloud forests to the west between ~1250 and 1525 AD. Archaeologists try to decipher this history by studying the monuments, artifacts, and other vestiges left by the Karanki, but urban advance, mechanized agriculture, and other anthropic activities are destroying the cultural remains at an accelerated rate. When today's Ecuadorians, especially its indige- nous people, become truly interested in knowing their pre-Hispanic heritage, there will be few visible traces of their aboriginal ancestors on the landscape. Although progress has been made in the investi- gation of Karanki archaeological sites, there is still much to learn about Karanki socio-political organization, agriculture, regional trade and exchange, and other aspects of culture. As documented in this article, the opportunity to do this research is disappearing daily in front of our eyes. It is unfortunate that so little consideration has been given to the conservation of these impressive ancient monu- ments that are so obvious on the northern landscape. Ecuador’s pres- ent constitution specifically provides for the preservation of cultural patrimony, as do the many signed international commitments of the last 60 years. But all of the words are for nothing if those responsible in national and local institutions and agencies are not aware of the problem, and do not educate the populace of the need for heritage


    conservation, and then turn a blind eye when enforcement is nec- essary.


    Key Words: Tolas, Mounds, Karanki, Cultural Heritage, Preserva- tion


    Antecedentes


    Los montículos de tierra, comúnmente llamados tolas,4 que se hallan en la Sierra Norte del Ecuador, son de diversas formas, ta- maños y distribución. Muchos son de tamaño enorme, y son fácil- mente visibles en el paisaje interandino. Los montículos representan vestigios de los grandes cacicazgos de la cultura prehispánica ka- ranki, que ocupó la región durante el Período Tardío entre aproxi- madamente 1250 y 1525 d.C. Después de una lucha prolongada con los inkas, quienes vinieron del sur para seguir su expansión territo- rial al norte, la cultura karanki esencialmente se extinguió con su conquista a principios del siglo XVI.5 Los inkas, a su vez, fueron con-


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  3. Respecto al término “tola” se pueda mencionar las investigaciones por Bray y Echeverría (2016). Dicen que la palabra “tola” no pertenece al léxico español ni al Kichwa, y parece más bien ser un vocablo de la población aborigen de la sierra septentrional del Ecuador. La palabra tola fue aceptada en la lengua española de la Audiencia de Quito desde muy temprano (Chan- tal Caillavet, “Toponimia Histórica, Arqueología y Formas Prehispánicas de Agricultura en la Región de Otavalo – Ecuador”, Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines, 12(3-4), pp.1-21, 1983, pp. 10-11). Dentro de los documentos tempranos de los siglos XVI y XVII, esta palabra parece haber sido utilizada para referirse a lomas naturales y culturales, aunque más común- mente en el segundo sentido. Para Federico González Suárez (1908), obispo de Ibarra a prin- cipios del siglo XX, erudito en este tipo de vestigios monumentales y en la influencia del grupo chibcha en el norte del actual Ecuador, el vocablo “tola” provendría de tocvaa o tocva de la len- gua Caribe, y significaría “hueco de paz” (toc: paz y va: hueco). Según Ronald Lippi, la palabra tola proviene de la familia lingüística Barbacoa, que estudios históricos indican que hablaron los Yumbos y Caranqui. En la lengua de los tsáchilas (colorados), también de la familia Bar- bacoa, “tola” significa “montículos u otros lugares artificiales o extraños” (Ronald D. Lippi, “Las Tolas (Montículos Artificiales) ecuatorianas como íconos sagrados: Una perspectiva Pa- namericana”. En Simbolismo y Ritual en los Andes Septentrionales, editado por Mercedes Guinea, pp. 111-125, Abya-Yala, Quito, 2004, p. 118; ver también Ronald D. Lippi, Una Biografía de los Yumbos, Universidad San Francisco de Quito, 2023, en prensa). Hoy en día, se usa “tola” más que nada en la región de Imbabura para referirse a los montículos hemisféricos.

  4. Samuel Connell et al, Inka Militarism at the Pambamarca Complex in Northern Ecuador, Latin American Antiquity, 30(1), pp.177-197, 2019; Fernando Plaza Schuller, La Incursión Inca en el Sep-



    quistados por los españoles poco tiempo después, en 1534, lo que marcó también el final de su cultura en estos territorios.

    Hay valiosos estudios históricos de la conquista inka en la sierra norte del Ecuador que fueron escritos por los cronistas espa- ñoles en las décadas justo después de la conquista, como también compilaciones y análisis de documentos pertinentes correspondien- tes a los siglos XVI y XVII en varios estudios etnohistóricos.6 Sin em- bargo, hay poca información directa sobre la cultura karanki, aparte de relatos secundarios sobre la dificultad que tuvieron los inkas en su conquista militar. Hay un gran silencio sobre sus instituciones so- ciales y políticas, y las prácticas culturales de los karankis; poco so- brevivió a la conquista, incluyendo su idioma.

    La disciplina académica de la arqueología es la vía principal, si no la única forma, que tenemos para investigar y conocer las so- ciedades prehistóricas. En un sentido muy amplio, los restos físicos de estas culturas son iguales a los documentos y archivos escritos que los historiadores aprovechan para sus estudios históricos. Sin estos restos arqueológicos, no hay forma de estudiar y comprender estas culturas antiguas que no tenían escritura (con pocas excepcio- nes). En efecto, tendríamos un profundo vacío si no fuera por las in- vestigaciones arqueológicas. Si bien esta es una declaración lógica y muy fácil de entender, con demasiada frecuencia el gran valor de pa-


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    tentrión Andino Ecuatoriano: Antecedentes Arqueológicos de la Convulsiva Situación de Contacto Cul- tural. Serie: Arqueología No. 2, Instituto Otavaleño de Antropología, Otavalo, Ecuador, 1976. Waldemar Espinosa, Los Cayambes y Carangues: siglos XV-XVI, el Testimonio de la Etnohistoria (Tomo. 1 de 3). Instituto Otavaleño de Antropología, Otavalo, Soriano, 1988, p. 266, propone que “la conquista definitiva de Carangue y Cayambe debió ser desde los fines del siglo XV a los comienzos del XVI…”. Ronald D. Lippi, Una Exploración Arqueológica del Pichincha Occi- dental, Ecuador. Museo Jacinto Jijón y Caamaño, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito,1998, p. 64, propone una fecha de 1490 para la “derrota definitiva” de los karankis, mien- tras que los historiadores Edward Hyams y George Ordish, The Last of the Incas. Simon and Schuster, New York,1963, p. 119, indican que los inkas comenzaron su esfuerzo final para su conquista de los karankis en 1513. De acuerdo con esta interpretación tarde de la conquista, Chantal, Caillavet, “Toponimia…op. cit., p. 6, observa que “es asombrosa la ausencia de to- ponimia incaica [en la región karanki], a nivel preciso de campos.”

  5. Chantal Caillavet, “La Adaptación de la Dominación Incaica a las Sociedades Autóctonas de la Frontera Septentrional de Imperio (Territorio Otavalo - Ecuador)”, Revista Andina 3(2), pp.403-423, 1985 y Chantal Caillavet, Etnias del Norte: Etnohistoria e Historia de Ecuador, Edicio- nes Abya Yala, Quito, 2000; Waldemar Espinosa Soriano, Los Cayambes…op. cit., 1988; Frank Salomon, Native Lords of Quito in the Age of the Incas: The Political Economy of North Andean Chief- doms, Cambridge University Press, New York, 1986.


    trimonio arqueológico se olvida cuando se trata de la conserva- ción/preservación.

    En esta presentación, es importante señalar que está ocu- rriendo una gran pérdida de “documentos” prehistóricos respecto de la cultura karanki. Estos vestigios monumentales están pasando en plena vista de todos los moradores y visitantes de la sierra norte del Ecuador. Si faltan estos “documentos,” tangibles o construcciones no hay como rescatar y apreciar la historia de los karankis y sus in- creíbles monumentos de tierra que están dispersos en grupos peque- ños y grandes en los valles interandinos y que también se extienden hasta la ceja de montaña occidental. Si no hay sitios arqueológicos de los karankis, no tendríamos ninguna oportunidad de ampliar nuestro conocimiento del pasado. Así, la historia, sin mencionar el patrimonio nacional, estará perdido para siempre.


    Breve Historia de los Estudios de los Montículos Karanki7


    Aunque hay menciones anteriores de los sitios de montículos del norte de Ecuador, la primera documentación arqueológica siste- mática de estos fue realizada por el arqueólogo ecuatoriano Jacinto


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  6. Debe mencionarse que en la literatura algunos investigadores usan el nombre “Cara” o “Caras” para referirse al mismo grupo étnico (e.g., Juan de Velasco, Historia del Reyno de Quito en la América Meridional [1789], Casa de la Cultura Ecuatoriano, Quito,1977 [1789]; John Murra, “The Historic Tribes of Ecuador”. En, Handbook of South American Indians, Vol. 2: The Andean Civilizations, editado por J. H. Steward, pp. 785-821. Smithsonian Institution, Bureau of Amer- ican Ethnology, Bulletin 143, United States Government Printing Office, Washington, D.C., 1946, pp. 792-795; Betty J. Meggers, Ancient Peoples and Places: Ecuador, Frederick A. Praeger, New York, 1966; y otros investigadores). Waldemar Espinosa Soriano, Los Cayambes…op. cit., 1988, pp.15-23, proporciona un análisis de la derivación de nombres étnicos en la región mon- tañosa del norte. Karanki (cara, caranqui, o carangue) parece ser el nombre preferido y mejor apoyado para el grupo étnico prehistórico tardío que ocupó la región montañosa entre los va- lles de Guayllabamba y Chota (también ver Ronald D. Lippi, Una Exploración…op. cit.,1998, p. 61). Sin embargo, hay que considerar que posiblemente no hubo un nombre propio para lo que ahora se llama la cultura karanki que identificara la totalidad de la identidad étnica re- gional (un solo idioma y unidad de formas culturales). Los nombres karanki, (cara, caranqui, o carangue), así como Otavalo, Cochasquí, Cayambe, y otros, se refieren solamente a las ubi- caciones de cacicazgos individuales que a menudo peleaban entre ellos en sus luchas compe- titivas. Entonces, el nombre karanki, usado como referencia a la totalidad de la etnia regional, es una construcción histórica (también ver Santiago Ontaneda, “Territorialidad en el País Ca- ranqui”, Cultura, pp. 3-15 revista del Banco Central el Ecuador, Quito, 1998 para una discusión de la territorialidad de los Karanki).



    Jijón y Caamaño a principios del siglo XX.8 Pese a que sus investiga- ciones de campo sobre los montículos fueron limitadas, proporcionó un plano y una descripción de uno de los grandes montículos de rampa de la Hacienda Zuleta y también de la ciudad Atuntaqui, y un mapa de todo el sitio de montículos en El Quinche, junto con una discusión de los hallazgos en algunas excavaciones. Jijón y Caamaño también realizó estudios lingüísticos y toponímicos de la sierra norte, determinando que los karankis estaban afiliados con el grupo lin- güístico chibcha que tenía orígenes al norte de Colombia.9

    A las investigaciones de Jijón y Caamaño siguieron los estu- dios del arqueólogo alemán, Max Uhle en 1932,10 quien emprendió una investigación en el sitio de Cochasquí en la ladera sur de volcán Mojanda. Su trabajo se limitó al gran montículo con rampa ahora de- signado Pirámide G, examinando un hueco grande excavado por buscadores de tesoros. 11 Desafortunadamente, los detalles del trabajo de campo nunca fueron documentados en un informe, y los artefac- tos se perdieron. Sin embargo, tenemos el importante artículo pre- parado por Uhle que describe sus investigaciones en Cochasquí. En este artículo, Uhle hizo la importante observación de que una ocu- pación karanki subyacía a una ocupación inka posterior en el mon- tículo. También había más de 570 cráneos dispersos en las excavaciones, que se cree que fueron de sacrificios.12 Uhle también


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  7. Jacinto Jijón y Caamaño, Contribución al Conocimiento de los Aborígenes de la Provincia de Imbabura. Blass y Cía, Madrid, 1914. También ver: Jacinto Jijón y Caamaño, Nueva Contribución al Cono- cimiento de los Aborígenes de la Provincia de Imbabura. Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de Es- tudios Históricos Americanos, Vol. IV, Nos. 10-11, Quito, 1920.

  8. Waldemar Espinosa Soriano, Los Cayambes y Carangues…op. cit., 1988, pp.208-213, para una discusión amplia; también Jacinto Jijón y Caamaño, Antropología Prehispánica del Ecuador, La Prensa Católica, Quito, 1952, pp. 74-76; Paul Rivet, “Les Familles Linguistiques du Nord-ouest de l’Amerique du Sud”, L’Année Linguistique, Soc. de Philol., tomo IV, pp. 117-154, Paris, 1911; Ronald D. Lippi, Una Exploración Arqueológica del Pichincha…op. cit., 1998, pp. 326-328; Ronald

    D. Lippi, “Las Tolas (Montículos Artificiales) ecuatorianas…op. cit., 2004. Julian Mason, “The Languages of South American Indians”, En, Handbook of South American Indians, Vol. 6: Physical Anthropology, Linguistics and Cultural Geography of South American Indians, editado por Julian

    H. Steward 6:157-317. Smithsonian Institution, Bureau of American Ethnology Bulletin 143, United States Government Printing Office, Washington D.C., EE.UU,1950, p. 184, subdivide aún más el lenguaje en el grupo Chibcha Barbacoa.

  9. Max Uhle, Die Ruinen von Cochasquí. Ibero-Amerikanisches. Archiv, Jg. VII, Heft 2, Berlin, 1933. Max Uhle, “Las Ruinas de Cochasquí”, Boletín de la Academia Nacional de Historia 18, pp.5-14, 1939.

  10. Max Uhle, “Las Ruinas de…op. cit., 1939, p, 6.

  11. Ibid., p.9.


    descubrió un canal (o cavidad) hecho de barro quemada de más de 10 metros de largo en un piso. De este canal, Uhle dice que: “se calcula que en los sacrificios sirvió este canal para la recepción de sangre de las víc- timas, aunque eso no lo damos por cierto.”13 Aunque esta interpretación parece tener poco merito según estudios arqueológicos hechos des- pués en la región karanki, el trabajo de Uhle en Cochasquí representó un avance significativo en ese momento.

    Una expedición alemana posterior, siguió las investigaciones de Cochasquí en los años 1964 y 1965.14 Esta vez el trabajo se extendió sobre una amplia área del sitio, incluyendo la excavación de varios túmulos funerarios, que resultaron ser ligeramente anteriores a la cultura karanki según las fechas radiocarbónicas.15 El equipo alemán también investigó un área de densas concentraciones de desechos arqueológicos cerca de los montículos que fue designado como el “pueblo”.16 En los montículos de rampa investigados, las excavacio- nes revelaron grandes pisos quemados de viviendas circulares ente- rradas bajo las superficies actuales de los montículos, así como otros detalles de su construcción como canales similares al que Uhle des- cribió (Foto 1). Según lo indicado por Oberem, los pisos tenían restos de cerámica inka, y las laderas exteriores del montículo estaban cu- biertas con grandes bloques de cangagua al estilo inka, lo que indica claramente algún tipo de influencia o quizás presencia inka durante el último período de uso de estos montículos. Se procesaron nume- rosas muestras de carbón vegetal para fechas de radiocarbono, y según Oberem, “la evaluación de los resultados de pruebas radio- carbónicas conduce a la siguiente división temporal: Cochasquí I: 950–1250 d.C.; Cochasquí II: 1250–1550 d.C.” 17 Por primera vez estas

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  12. Ibid., p.8.

  13. Udo Oberem, Informe Provisional Sobre Algunas Características Arquitectónicas de las Pi- rámides de Cochasquí, Ecuador, Verhandlungen des 38th Internationalen Amerikongresses, Band 1:317-322. [republicada en Oberem 1981] 1969, Udo Oberem, Informe de Trabajo Sobre las Ex- cavaciones de 1964/1965 en Cochasquí, Ecuador. In, Estudios Sobre la Arqueología del Ecuador, ed. by U. Oberem, pp. 70-79. Estudios Americanistas de Bonn, Seminar für Volkerkunde der Universitat Bonn. Bonn. [republicado en Oberem, 1981], 1975; Udo Oberem, Montículos Fu- nerarios con Pozo en Cochasquí. Boletín de la Academia Nacional de Historia 53:243-249. [repu- blicada en Oberem 1981] 1970; Udo Oberem (ed.), Cochasquí: Estudios Arqueológicos (3 tomos.), Colección Pendoneros 3, 4, y 5, Instituto Otavaleño de Antropología, Otavalo, Ecuador, 1981.

  14. Udo Oberem, Montículos Funerarios con Pozo en Cochasquí…op. cit., 1970.

  15. Udo Oberem, Informe de Trabajo Sobre las Excavaciones de 1964/1965 …op. cit., 1975, p.77.

  16. Udo Oberem, Informe de Trabajo Sobre las Excavaciones de 1964/1965 …op. cit., 1975, p.79. Hay



    fechas proporcionó una verificación empírica de la ubicación tem- poral prehistórica tardía de al menos el sitio de Cochasquí y, por ex- tensión, probablemente de otros sitios karanki. También hubo un análisis detallado de la cerámica karanki, restos de fauna, y otros de- talles proporcionados en los diversos informes.18


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    Fotografía 1. Piso de barro cocido de vivienda circular de 17 m de diámetro en Montículo E del sitio Cochasquí, excavado por los alemanes en 1964 y 1965 (Oberem 1969). 19 El “cavidad” (o “canal”) moldeado en el piso es 5,74 m de largo, y hay otra cavidad similar al tope de la foto. Adentro de las cavidades hay grupos de tres huecos en forma triangular que tenían “conos de piedras”

    (Wurster 1981). 20 Es casi seguro que estos conos de piedra fueron tullparumi

    (piedras de fogón) para sostener ollas para cocinar


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    que tomar en cuenta que las fechas de Cochasquí se refieren a la edad de la ocupación del sitio y no de la edad de la cultura karanki. Así, el período de Cochasquí I concierne la cultura antecedente de los karanki, mientras que Cochasquí II incluye el período karanki y se extiende a incluir la presencia y/o influencia inka en las últimas décadas del siglo XV y las primeras décadas del siglo XVI. Pero contra las fechas de Oberem, documentos y circunstancias históricos indican que el sitio Cochasquí había sido abandonado antes de la llegada de Sebastián de Belalcázar en el Ecuador en 1534 (Ryan Scott Hechler, Will Pratt, y Andrea E. Chávez Chuquimarca, Cochasquí, 1532 a 1932: 400 Años de Resiliencia Histórica, 2022, p. 184).

  17. Udo Oberem, Cochasquí: Estudios Arqueológicos…op. cit., 1981.

  18. Udo Oberem, Informe provisional sobre algunas características arquitectónicas…op. cit., 1969. 20 Wolfgang Wurster, Aportes a la reconstrucción sobre las pirámides con rampa de edificios con planta circular de Cochasquí, Cochasquí: Estudios Arqueológicos, editado por Udo Oberem,

pp. 79-124.


A principios de la década de 1970, el autor comenzó su tra- bajo de campo, para obtener datos para su tesis doctoral en las tierras altas del norte, centrándose en la cultura de los karanki. El autor construyó un modelo cronológico seguro de la ocupación regional de esta sociedad, pero su enfoque se centró en documentar la distri- bución regional de los sitios de montículos y sus características.21 Ba- sado principalmente en sus investigaciones de los sitios Socapamba, Pinsaquí, y Otavalo, y el análisis cerámico de muchos otros sitios de montículos, el autor concluyó que todos los sitios de montículos ka- rankis eran esencialmente contemporáneos. Con esta determinación, el autor hizo un modelo de cacicazgo con el fin de avanzar la com- prensión de la organización social-política regional.22

Luego, el autor emprendió un nuevo inventario de los sitios de montículos karanki en la región, llenando los vacíos de trabajos anteriores, visitando muchos lugares a los que no había podido lle- gar en estudios anteriores.23 Al igual que en las investigaciones an- teriores, una ayuda crucial para el inventario fueron las fotografías aéreas de gran altitud de la región, que fueron tomadas entre 1956 y 1966 y disponibles en el Instituto Geográfico Militar (IGM).24 Tam- bién, el autor comenzó un período prolongado de investigaciones en


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  1. John Stephen Athens, El proceso Evolutivo de las Sociedades Complejas y la Ocupación del Periodo Cara Tardío en los Andes Septentrionales del Ecuador. Colección Pendoneros N° 2, Instituto Ota- valeño de Antropología, Otavalo, Ecuador, 1980.

  2. John Stephen Athens, El proceso Evolutivo…op. cit., 1980; John Stephen Athens, Ethnicity and Adaptation: The Late Period-Cara Occupation in Northern Highland Ecuador. En, Resources, Power, and Interregional Interaction, compilado por Edward M. Schortman y Patricia A. Urban, pp. 193-219. Plenum, New York. [republicada en español en Sarance, 1997(24), pp.161-204, 1992.

  3. John Stephen Athens, Inventory of Earthen Mound Sites, Northern Highland Ecuador. Informe preparado para el H. John Heinz III Fund Grant Program for Latin American Archaeology, Pittsburgh, PA, y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador, Quito, 2003.

  4. Hay que mencionar el inventario de montículos en la sierra norte del Ecuador hecho por Pierre Gondard y Freddy López, Inventario Arqueológico Preliminar de los Andes Septentrionales del Ecuador. Ministerio de Agricultura y Ganadería, Programa Nacional de Regionalización Agraria, y Office de la Recherche Scientifique et Technique Outre Mer, Orstrom. Banco Cen- tral del Ecuador, Quito, 1983, que también se basó en las fotografías aéreas del IGM entre 1956 y 1965. Este inventario fue hecho después del trabajo inicial de Athens. Por la mayor parte, los autores no hicieron verificaciones de sus interpretaciones aéreas con visitas al campo, limitando la utilidad del estudio y causando errores. Sin embargo, hay observaciones valiosas, especialmente las ubicaciones de posibles sitios que deben investigarse para interpretar lo que se indica en las fotografías aéreas.



    el gran sitio de montículos karanki en la Hacienda Zuleta entre los años de 2005-2023, que involucró el uso de radar de penetración te- rrestre (GPR) y al magnetómetro, mapeo topográfico del sitio a alta resolución basado en fotografía de dron (nave aérea no tripulada), fotogrametría, y excavaciones en los montículos. Estas investigacio- nes se documentan en algunos informes.25 Para una explicación de la teoría y metodología que ha guiado los estudios de Karanki en las últimas décadas, se pueden consultar las publicaciones de Athens.26


    Estado Actual de Conservación/Preservación de los Sitios de Tolas Karanki


    En el más completo inventario regional de sitios de tolas en 2001, el autor documentó 67 sitios con 864 montículos, visitando la mayoría.27 Entre este número hay 82 montículos con rampa, 148 montículos cuadrangulares, y los demás son circulares (o hemisféri- cos). En consideración a estos números, hay que tomar en cuenta que, seguramente, existen todavía sitios con montículos desconoci- dos o sin haber sido contados, pero el número seguramente es menor, quizás menos del 5% del total. Todos los sitios pertenecen a la cultura karanki, pero como ha sido demostrado en los sitios de Cochasquí28 y Socapamba,29 algunos de los montículos en sitios ka-


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  5. John Athens, El Sitio Tola de la Hacienda Zuleta: Investigaciones Geofísicas 2005 y 2009. Informe preparado para el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador. International Archaeological Research Institute, Inc., Honolulu, HI, 2010.

    John Athens, El Sitio Tola de la Hacienda Zuleta: Investigaciones 2010; Informe preparado para el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador. International Archaeological Research Institute, Inc., Honolulu, HI, 2012; John Athens Athens y Alex Morrison, Los Sitios con Tolas de la Hacienda Zuleta y de Cochasquí: Investigaciones 2015. Informe preparado para el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador. International Archaeological Research Institute, Inc., Honolulu, HI, 2019; John Athens, Alex Morrison, y M. Willis, Los Sitios con Tolas de la Hacienda Zuleta y de Cochasquí: Investigaciones 2013. Informe preparado para el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador. International Archaeo- logical Research Institute, Inc., Honolulu, HI, 2015; también hay un informe en preparación para las investigaciones de 2022.

  6. John Athens, El proceso Evolutivo de las Sociedades Complejas…op. cit., 1980; John Athens, Eth- nicity and Adaptation: The Late Period-Cara Occupation in Northern Highland Ecuador… op. cit., 1992; John Athens, El Sitio Tola de la Hacienda Zuleta: Investigaciones Geofísicas 2005 y 2009…op. cit., 2010. .

  7. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003.

  8. Udo Oberem, Montículos Funerarios con Pozo en Cochasquí…op. cit., 1970.


    ranki pueden datar de un tiempo anterior a esta cultura. Pero sin duda, los montículos con rampa y los montículos cuadrangulares son de los karankis, como la mayoría de los montículos circulares.

    Con base en el inventario del autor,30 se puede decir que casi todos los sitios de montículos en la sierra norte han sufridos algún grado de impactos adversos, y muchas veces estos impactos son ex- tensos y de gran escala.31 Mucho de esto ha sucedido solamente desde el tiempo en que los estudios modernos empezaron, o sea desde los años posteriores a 1960 más o menos.32 Esto no quiere decir que todos los montículos han sufrido daños, pero sí una gran canti- dad. En la siguiente discusión, se señalan solamente algunos ejem- plos de sitios de montículos para mostrar el tipo y la escala de los impactos adversos. Hay que tener en cuenta que los ejemplares que se presentan aquí son una muestra pequeña de lo que es el grave problema de la conservación de los montículos.33


    Sitio Otavalo (Im-1)


    El sitio Otavalo consta de cuatro montículos estrechamente agrupados, ubicados en el lado norte de la ciudad de Otavalo, a dos cuadras del mercado indígena, Plaza Centenario, más conocido como “Plaza de los Ponchos” (Figura 1). Tres de estos son montículos cuadrangulares y un montículo es circular y relativamente pequeño. En 1972, el Montículo Nº 1 había sido impactado sustancialmente con pala mecánica, probablemente para facilitar la construcción de caminos para la ciudad. Los Montículos Nº 2 y 3 habían sido ligera- mente modificados, pero estaban en su mayor parte intactos. Ambos montículos medían unos 50 metros cuadrados y ocho metros de al- tura. El Montículo Nº 4 medía unos 25 metros de diámetro y tenía unos tres metros de altura, y estaba completamente intacto. Las ex-


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  9. John Athens, El proceso Evolutivo de las Sociedades Complejas…op. cit., 1980.

  10. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003.

  11. Eduardo Almeida Reyes, “Memoria Aborigen Amenazada”, Cultura, pp. 3-11, revista del Banco Central del Ecuador, Quito, 1999

  12. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003.

  13. Para observaciones detalladas, ver John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003.



    cavaciones arqueológicas realizadas en 1972 en el Montículo Nº 4 re- velaron un piso quemado y parcialmente intacto 45 cm debajo de la superficie. Lo interesante fue que el piso tenía una pequeña versión de los canales (o cavidades) de barro quemada encontrados en los montículos de Cochasquí, Socapamba, Pinsaquí, Zuleta, y otros si- tios.34


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    Figura 1. Mapa de los montículos del sitio Otavalo (Im-1)


    Una visita fortuita a Otavalo en 1997 reveló la reciente de- molición con pala mecánica de una parte sustancial del Montículo Nº 2 (Foto 2). La inspección de uno de los lados expuestos cerca de la base del montículo reveló una capa gruesa con fragmentos densos de carbón y cerámica. Los tiestos demostraron que eran en su ma- yoría del estilo clásico karanki de ánforas en una forma característica con decoración de líneas “rojas sobre ante” (“red on buff”), y menos frecuentemente, otras variaciones de diseños en rojo (los tonos de


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  14. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003, p. 81, foto 6.


    rojo varían).35 Se obtuvieron dos muestras de carbón vegetal para la datación por radiocarbono, una del depósito superior y otra de la parte inferior del depósito, las cuales proporcionaron fechas con ran- gos estadísticos de 1285-1386 y 1262-1295 d.C.36 Estas son las fechas de radiocarbono más tempranas para los depósitos karanki que se han obtenido hasta ahora, en relación a estos contextos.

    Vale mencionar que las investigaciones recientes en el sitio Zuleta realizadas por el autor y sus colegas muestran que la cons- trucción más temprana de algunos montículos karanki. Por depósi- tos de la tefra del volcán Quilotoa justo debajo de los depósitos de la construcción de estos montículos, es claro que la construcción em- pezó dentro de pocos años después de la erupción, señalando con claridad el origen temporal de esta cultura.37


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    Fotografía 2. Vista del remanente del montículo Nº 2, Otavalo. Pocos años después, el montículo desapareció por completo.

    Por escala, notar la estatura de la persona en el centro de la fotografía

    (foto julio 1997)


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  15. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003, p. 6, fotos 7, 10-16, 49, 72-75, 79-

    80, 93-94.

  16. John Stephen Athens, “Volcanism and Archaeology in the Northern Highlands of Ecuador”. En, Actividad Volcánica y Pueblos Precolombinos en el Ecuador, editado por P. Mothes, pp. 157- 189, Ediciones Abya-Yala, Quito,1999, p. 180.



    En algún momento después de 2001, los últimos vestigios de los Montículos Nº 1, 2, y 3 fueron eliminados. Por falta de visitar el lugar en años recientes, el destino del Montículo Nº 4 es desconocido. Para una ciudad que celebra su herencia indígena y tiene un mercado indígena de fama mundial, es realmente sorprendente que los montículos, monumentos fácilmente visibles de la herencia de Otavalo, no se hayan conservado. Más aún, en el área de las tolas funciona actualmente el Colegio República del Ecuador, en donde seguramente impartirán la enseñanza de la historia, y para colmo, también está muy cerca de estas tolas el Instituto Otavaleño de An- tropología (IOA), entidad que se encarga de gestionar y resguardar el patrimonio cultural tangible e intangible a través de la conserva-

    ción, la investigación y la divulgación de sus publicaciones.38


    Sitio Pinsaquí (Im-2)


    El sitio de los montículos de Pinsaquí se encuentra a 7,5 km al norte de Otavalo en una hacienda del mismo nombre. Basado en el plano del sitio hecho en 1973 utilizando las fotografías aéreas del IGM (fotos 6776, 7721, 7722) y verificaciones de campo, había 65 montículos (Figura 2).39 Pero en 2001, con el nuevo inventario, había solamente 32 montículos, incluyendo 4 con rampa, uno cuadrangu- lar, y los demás hemisféricos (o circulares).40

    Antes de 1971 (la fecha exacta es desconocida), construyeron la nueva carretera a Cotacachi, impactando dos montículos con rampa. Aunque estos daños no fueron tan severos, dejaron un mon- tículo sin rampa y los dos con un extremo de la plataforma cortada. En el inventario del 2001, muchos de los montículos pequeños ha-


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  17. La fecha de la erupción del volcán Quilotoa fue determinada más precisamente por fechas de radiocarbono del sedimento orgánico justo abajo de la tefra Quilotoa y justo arriba. El rango estadístico de estas fechas eran 1223-1270 d.C. (debajo) y 1225-1275 d.C. (arriba), que indican que la erupción del volcán Quilotoa ocurrió alrededor de 1250 d.C. Estas fechas fue- ron obtenidas por Elizabeth J. Currie, “A Late Period Caranqui Chiefdom in the Northern Highlands of Ecuador: Archaeological Investigations at Hacienda Zuleta”. Internet Archaeo- logy 10 (http://intarch.ac.uk/journal/issue10/currie_index.html). 2010, p. 4.4ª.

  18. Instituto Otavaleño de Antropología. Ver en: https://www.ioaotavalo.com.ec/ (03-08-2023)

  19. John Athens, El proceso Evolutivo de las Sociedades Complejas…op. cit.,1980, p. 259.

  20. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003, p. 33.


    bían sido destruidos como resultado de la agricultura mecanizada. En 2022, una visita reveló que los impactos continuaban. Desapare- cieron otros montículos pequeños, y también, para ampliar los cam- pos agrícolas, habían cortado las rampas por los ejes longitudinales. Para colmo, construyeron una vivienda encima de una tola enorme que antes tenía rampa (Foto 3).


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    Figura 2. Mapa de los montículos del sitio Pinsaquí (Im-2)


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    Fotografía 3. Sitio Pinsaquí, montículo con rampa con un lado cortado por la carretera a Cotocachi. Una casa moderna ha sido construida encima de la plataforma

    (foto agosto 2022)


    Sitio Atuntaqui (Im-4)


    El sitio Atuntaqui consta de un grupo de 33 montículos dis- persos en las jurisdicciones de las parroquias de Atuntaqui y An- drade Marín y sus cercanías (Figura 3). Hay tres montículos de rampa, siete montículos cuadrangulares, y 23 circulares. Entre el 7 de febrero de 1965, fecha de la toma de la fotografía aérea (fotos 6758 y 6759) del IGM de la zona del Atuntaqui, y las investigaciones de 2001, 12 de los montículos habían desaparecido completamente.41 También, hubo otros 12 montículos en condición muy menguada, es decir, solo quedan restos de estos montículos.


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  21. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites…op. cit., 2003.


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    Figura 3. Mapa de los montículos del sitio Atuntaqui (Im-4)


    En cuanto a la escala de los impactos, consideremos el caso del Montículo Nº 9, un montículo con rampa que mide 115 x 133 me- tros en la base, con una altura de 12 metros, y una rampa de 250 me- tros de largo. Estas medidas corresponden al remanente visto en 1994. Desafortunadamente, este montículo estaba ubicado justo den- tro de la ruta planeada por la construcción de la nueva Carretera Pa- namericana (antes fue un camino estrecho empedrado). Entonces fue eliminado en su mayor parte para permitir la construcción de la ca- rretera moderna (en lugar de ajustar la ruta para evitar el montículo). En la Foto 4 se muestra lo que quedaba en 1994 después de la cons- trucción de la carretera. Se puede apreciar la grandeza del monu- mento, aunque una buena parte del montículo ya había sido removido. En ese momento, se observó un posible canal de barro co- cido en la parte superior del perfil del montículo expuesto por las excavaciones. Luego, la destrucción siguió, y en 1997 solamente que- daba lo que equivalía a una delgada porción del montículo (Foto 5). El resto desapareció poco después para permitir la construcción de una estación de servicio.


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    Fotografía 4. Remanente del montículo Nº 9, sitio Atuntaqui. Vista desde la Carretera Panamericana hacia el occidente.

    Se puede apreciar el gran tamaño de la estructura, y también

    la enorme proporción de su destrucción. Este montículo ya no existe

    (foto julio 1994)


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    Fotografía 5. Vista del último remanente del Montículo Nº 9, sitio Atuntaqui. Al momento de la foto, solo una pequeña franja del montículo seguía en pie,

    e incluso esto se eliminó pocos años después.

    Para escala, notar la estatura de las personas en la parte inferior de la fotografía

    (foto julio 1997)


    El cercano Montículo Nº 8, un monumento impresionante y similar al Montículo Nº 9, no escapó a daños severos. En 1994, du- rante una visita realizada por el autor, estaba en buenas condiciones, midiendo unos 92 x 92 m en la base, 5,5 m de altura, y teniendo una gran rampa de 275 m de largo. Una visita a este sitio en agosto 2022 mostró que se habían producido graves daños en el montículo. Una gran parte del eje longitudinal de la rampa había sido cortado, evi- dentemente para ampliar el campo agrícola. También alguien había sacado el relleno de una gran parte de la plataforma por razones des- conocidas (Foto 6). Como es el caso de muchos de los montículos ka- ranki, lo que le sucedió al Montículo 8 equivale a la destrucción a escala industrial.


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    Fotografía 6. Remanente del montículo Nº8, sitio Atuntaqui. Una gran parte de la plataforma había sido removida.

    Para escala, notar la estatura de la persona al lado del montículo

    (foto agosto 2022)


    Ambos montículos, tanto el N° 9 como el N° 8, fueron una vez majestuosos monumentos del pasado prehistórico indígena de Atuntaqui, y podían ser fácilmente vistos y apreciados por aquellos que viajaban por la antigua carretera Panamericana. Pero ya no.

    El Montículo Nº 25 tiene forma cuadrangular, mide 80 x 80 metros en su base, y tiene unos 10 a 12 metros de altura. Este mon-



    tículo ha sufrido un impacto sustancial por la intervención de ma- quinaria pesada, evidentemente, minando el montículo como fuente de relleno para construcción. Se observó un probable piso quemado a 1,5 metros por debajo de la superficie de la plataforma en el lado expuesto por las excavaciones mecánicas.

    Otro montículo de rampa notable en Atuntaqui, llamado Paila Tola, fue mapeado por Jijón y Caamaño alrededor de 1910-1912 (Figura 4).42 El nombre viene por su depresión central en la plata- forma. La base del montículo mide unos 100 x 115 metros, y tiene 15 metros de altura, y una rampa de 120 metros de largo. Aunque la rampa de este montículo fue documentada en el mapa hecho por Jijón y Caamaño, no es visible en las fotografías aéreas 6758 y 6759 del IGM de 7 de febrero de 1965. Cuando comenzaron nuestras in- vestigaciones en 1972 solo quedaba un pequeño remanente de la rampa.43 Sin embargo, la plataforma del montículo queda en buenas condiciones hasta el presente, aunque es rodeada de construcciones y campos agrícolas modernas (Figura 5).

    El Montículo Nº 28 es una estructura circular de unos 90 me- tros de diámetro y 12 metros de altura. Gran parte del montículo fue destruido en algún momento después de la fecha de las fotografías aérea 6758 y 6759 del IGM de 1965; parece que la destrucción fue re- sultado del usó de una excavadora en busca de tesoros y no para sacar relleno para usar en trabajos de construcción.


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  22. Jacinto Jijón y Caamaño, Contribución al Conocimiento de los Aborígenes…op. cit., 1914

  23. John Athens, El proceso Evolutivo de las Sociedades Complejas y…op. cit., 1980. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites, Northern…op. cit., 2003.


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    Figura 4. Paila Tola, del sitio Atuntaqui, fue mapeado por Jijón y Caamaño alrededor de 1910-1912 (Jijón y Caamaño, 1914). El base de este Montículo mide 100 x 115 m, la altura es 15 m, y la rampa, que extiende al sur,

    mide 120 m de largo. Notase que la brújula no está alineada correctamente



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    Figura 5. Vista aérea de Paila Tola que muestra su condición hoy, rodeaba de construcciones y campos agrícolas modernos. Notase que la

    orientación de la figura es opuesta de lo que muestra el dibujo en la Figura 4.

    La rampa anterior se extendía al suroeste del montículo,

    pero ha sido completamente destruido por la construcción moderna.

    (Google Earth, agosto 2023)



    Finalmente, cabe mencionar el Montículo Nº 30 del sitio Atuntaqui, un montículo circular que originalmente tenía 80 metros de diámetro y 10,5 metros de altura. Sólo un remanente de este mon- tículo existía en 2001; el resto había sido demolido con excavadora para permitir la construcción de una vivienda. En 2001 se observaron dos capas de pisos internos en un lado del montículo expuestos por la excavadora, y ambos pisos tenían restos de cavidades (o canales) hechos de barro cocida (como los de Cochasquí—ver Foto 1). En uno de los pisos expuestos del perfil del montículo circular N° 30, se en- contró un gran fragmento de ánfora de estilo karanki con líneas rojas cruzadas entre una densa concentración de fragmentos de carbón sobre la superficie inferior. El carbón vegetal produjo una fecha de radiocarbono con rango estadístico de 1406-1438 d.C.44 Se desconoce si aún queda algo este montículo.


    Sitio Karanki (Im-7)


    El sitio del montículo de Karanki se encuentra en la pobla- ción de Caranqui, ubicado a 3 km al sur de Ibarra. El sitio constaba de 7 montículos, de los cuales dos fueron montículos cuadrangula- res. Caranqui es conocido en la literatura histórica como un centro administrativo inka.45 Allí se han documentado los restos de un gran edificio de construcción realizada con piedras pirca en diseño típico del Imperio Inka.46 Más recientemente, se descubrió en Caranqui un gran templo de agua semisubterráneo de arquitectura clásica inka.47


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  24. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites, Northern…op. cit., 2003, p. 67.

  25. Tamara Bray, “Water, Ritual, and Power in the Inca Empire”, Latin American Antiquity 24(2), pp.164-190, 2013, pp. 182-183.

    Tamara Bray, José Echeverría, “The Inca Center of Tomebamba and Caranqui in Northern Chinchaysuyu”, The Oxford Handbook of the Incas, editado por S. Alconini y R.A. Covey, pp. 159-177, Oxford University Press, New York, 2018

    Pedro Cieza de León, The Incas. Editado por V.W. von Hagen, traducido por H. de Onis. Uni- versity of Oklahoma Press, Norman,1959 [1553], pp. 21-22.

  26. John Athens, El proceso Evolutivo de las Sociedades Complejas…op. cit., 1980, p. 204.

    Eduardo Almeida Reyes, Monumentos Arqueológicos del Ecuador, Editora Luz de América, Quito, 1997, pp. 43-46.

  27. Tamara Bray, “Water, Ritual, and Power…op. cit., 2013.

    Tamara Bray y José Echeverría, The Inca Center of Tomebamba and Caranqui…op. cit., 2018; Pedro Cieza de León, The Incas…op. cit., 1959 [1553], p. 21, menciona una “piscina de piedra” en Caranqui.


    Si bien los siete montículos karanki estaban presentes en 2001, hoy a 2023 solo queda el montículo de la Empresa Municipal de Agua Po- table (EMAPA) decorado con estatuas actuales en la plataforma que conmemoran la cultura indígena. También, hay un pequeño montí- culo hacia el norte, que fue propiedad de la familia Vásquez, actual- mente es propiedad del Gobierno Autónomo Descentralizado de la Municipalidad de Ibarra. Algunos de los montículos se consumieron por completo como fuente de tierra para la fabricación de ladrillos (Fotos 7 y 8) como lo describen Bray y Echeverría.48 Cabe mencionar que el uso de montículos como fuente de tierra para hacer ladrillos también ocurrió en el sitio González Suárez (Im-31) del pueblo del mismo nombre.49

    Lástima que hay preguntas sobre el sitio karanki que nunca tendremos la oportunidad de contestar. Por ejemplo, ¿cómo estos montículos se relacionaron con el sitio inka justo al lado? ¿Era el uso de los montículos contemporáneos con la ocupación Inka? ¿Había evi- dencia de presencia inka en los montículos, como se encuentra en los montículos de Cochasquí? Nunca lo sabremos porque ya no existen.


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    Fotografía 7. Restos de dos grandes montículos del sitio Karanki,

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    uno a la izquierda y otro a la derecha. Tenga en cuenta la operación actual de fabricación de ladrillos en el montículo derecho.

    (foto julio 2009)


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  28. Tamara Bray y José Echeverría, “Las Tolas Perdidas de Caranqui y Su Contexto Histórico y Regional”, Antropología Cuadernos de Investigación, Nº16, enero-junio, pp. 131-152, 2016.

  29. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites, Northern…op. cit., 2003, p. 46.



    Sitio Socapamba (Im-10)


    El sitio Socapamba está ubicado 5 km al norte de la ciudad de Ibarra, siguiendo la carretera Panamericana, en la parroquia Prio- rato en una llanura de aproximadamente 1,2 km2 a una altitud pro- medio de 2.217 msnm. En los trabajos de campo realizados por el autor en los años 1974 y 1976, los 60 montículos fueron documenta- dos, de los cuales 2 tenían rampas, 6 eran cuadrangulares y el resto eran montículos circulares (o hemisféricos). En ese momento (de los años 1974 y 1976) se podía ver cierta actividad en los años previos de excavaciones hechos en algunos de los montículos por huaqueros. Pero sus excavaciones no eran extensas. La excepción se da en la parte oeste del sitio donde había cerca de 30 montículos pequeñitos de enterramientos, todos los cuales habían sido excavados por los huaqueros en algún tiempo antes del periodo de nuestras investiga- ciones.


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    Fotografía 8. Fabricación de ladrillos en pleno montículo del sitio Karanki

    (foto julio 2009)


    Investigaciones más recientes se llevaron a cabo en Soca- pamba por Muñoz y Echeverría (2017). Ellos determinaron que, en algunas colinas naturales en el sitio, las cimas habían sido utilizadas en épocas prehispánicas para alguna actividad antrópica.50


    Desde las investigaciones del autor en el año 1974 hasta la actualidad, el sitio Socapamba ha sufrido modificaciones drásticas. El paisaje arqueológico ha sido afectado por la construcción de las carreteras Panamericanas, la antigua y la moderna, por caminos ve- cinales, por edificación de viviendas, complejos turísticos, clubs noc- turnos, restaurants-comedores, por actividades agrícolas, y última- mente, por cultivos en invernaderos y viveros. También, la sección oeste del sitio Socapamba se halla afectada por la explotación de ma- teriales pétreos y por la presencia de un botadero de residuos sólidos provenientes de la ciudad de Ibarra.

    En su informe, Muñoz y Echeverría (2017) hacen un llamado a las autoridades locales:


    insistimos aquí sobre la importancia de conservar las pocas tolas que sobreviven en la provincia de Imbabura y de manera particular en el cantón Ibarra. Hacemos un llamado a los GADs municipales y gobier- nos provinciales, para que cumplan los artículos relacionados con el Patrimonio Natural y Cultural establecidos en el COOTAD y publica- dos en el Registro Oficial N°514 del 3 de junio de 2015.51


    En estudios anteriores, también hay llamados de atención sobre el sitio Socapamba. Por ejemplo, Fabián Villalba (1998),52 el Ins- tituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), y el Municipio de Ibarra elaboraron la “Ordenanza que regula el uso y ocupación del suelo en el área arqueológica de Socapamba y elementos naturales de protección ecológica”,53 a fin de salvaguardar los bienes patrimo- niales arqueológicos monumentales. Las comunidades indígenas del cantón Ibarra, CORCI, también plantearon al Municipio de Ibarra una propuesta para convertir a Socapamba en un parque histórico-


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  30. Cristina Muñoz y José Echeverría, Diagnóstico arqueológico con trabajo de campo de los montículos localizados en la planada de Socapamba, ubicados en la parroquia Priorato, can- tón Ibarra, provincia de Imbabura, GAD Municipalidad de San Miguel de Ibarra, 2017.

  31. Ibíd.

  32. Fabián Villalba, Socapamba. Complejo Arqueológico. Propuesta de recuperación histórica- recreacional. Corporación de Comunidades Indígenas del Cantón Ibarra, CORCI, Ibarra, 1998.

  33. Municipio de Ibarra, Ordenanza que regula el uso y ocupación del suelo en el área arqueo- lógica de Socapamba, y elementos naturales de protección ecológica, 24 de diciembre de 1998.



    recreacional (1998).54 Igualmente, en el año 2000, el arqueólogo Dr. Echeverría insistió en la necesidad de investigar, conservar, y dar uso social actual a las tolas de Socapamba.55 Luego, en 2016, Echeverría publicó el editorial “Socapamba tendrá Nueva Ordenanza” en el que insiste sobre la necesidad de poner en marcha un plan de manejo para aprovechar el valor histórico-arqueológico de Socapamba.56

    ¿Cuáles fueron los resultados de estas intervenciones? Para una contestación, se puede comparar la fotografía aérea 6685 IGM del sitio del año 1965 con una fotografía aérea reciente tomado por dron en 2023 (Figuras 6 y 7). Parece que, a causa de los invernaderos y viveros, y todo el desarrollo económico y residencial que los acom- paña, solamente algunos de los montículos sobreviven, y algunos de los montículos solamente exista en una forma muy alterado (Foto 9).


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    Figura 6. Vista aéreo del sitio Socapamba (Im-10) en febrero 1965

    (IGM, porción de la foto 6685)


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  34. Corporación de Comunidades Indígenas del Cantón Ibarra, CORCI, Socapamba. Complejo Arqueológico. Propuesta de recuperación histórica-recreacional. Publicación: Comisión de Solidaridad y Derechos Humanos de Imbabura, COSDHI,1998.

  35. José Echeverría, Tolas de Socapamba están intervenidas. El Municipio de Ibarra decidió in- tervenir las Tolas de Socapamba, porque en ese espacio se detectó la construcción de inver- naderos sin ninguna autorización, Diario El Norte, 2000, pp. 07, 20.

  36. José Echeverría, Socapamba tendrá Nueva Ordenanza, Diario El Norte, 2016, pp. 04, 13.


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    Figura 7. Vista aéreo del sitio Socapamba (Im-10), fecha de 22 julio 2023.

    Nótese los invernaderos y otras estructuras modernas y la ausencia de muchos de los montículos

    (foto por dron cortesía de Mark Willis)



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    Fotografía 9. Montículo como atracción turística. La foto muestra

    lo que queda del Montículo Nº 21 del sitio Socapamba, un montículo que antes tenía forma cuadrilateral con rampa. La forma original de este montículo se puede ver en la parte central de Figura 6, y un poco arriba.



    Conclusión: la destrucción de los montículos artificiales

    Según los datos obtenidos del inventario de los montículos realizado el año 2001,57 las causas principales de la destrucción de los montículos en la Sierra Norte del Ecuador son dos principal- mente: 1) el tremendo desarrollo económico de la región en los últi- mos 40 años, en gran parte, a consecuencia del enorme aumento de la población,58 y 2) la expansión de la agricultura comercial, acom- pañada por el uso de tractores y otros equipos mecánicos.59 En tiem- pos pasados, la causa principal de la destrucción y daños a los sitios arqueológicos era la huaquearía como el caso de Montículo Nº 28 del sitio Atuntaqui.60 La evidencia todavía es obvia en muchos de los montículos. Pero ahora, este tipo de daño es mínimo comparado a lo que pasa por el desarrollo económico y la agricultura comercial.

    La pérdida de los sitios arqueológicos, de montículos traba- jados o elaborados por los seres humanos de poblaciones ancestrales es como borrar la historia y los logros de los indígenas actuales. Es lo mismo que sucedería en la memoria colectiva de las zonas urba- nas, si alguien quemara todos los documentos y libros históricos de las civilizaciones occidentales, nos privaría no sólo de tener un en- tendimiento y apreciación de nuestra herencia cultural, sino también de aprender cómo nuestra sociedad evolucionó y cambió a través del tiempo.

    Y, por sí mismos, los increíbles monumentos de tierra, hechos por los karankis, también merecen ser conservados y preservados para que todos los ecuatorianos, y también las personas que vienen de otros países, puedan disfrutar de los extraordinarios logros de una cultura pasada, que ya no existe. Sin la preservación de los ves- tigios monumentales de los karankis, nunca se sabrá acerca de los modos de vida y de la extraordinaria cultura de los antepasados de esta región del país.

  37. John Athens, Inventory of Earthen Mound Sites, Northern…op. cit., 2003.

  38. En el año de 1970, la población del Ecuador fue de 6.172.215; en el año de 2022 la población ha crecido a 18.190.484, en: macrotrends. Ver en:https://www.macrotrends.net/countries/ ECU/ecuador/population-growth-rate#:~:text=Chart%20and%20table%20of%20Ecuador

    ,a%201.05%25%20increase%20from%202022. (08-01-2023).

  39. Observaciones del autor en la sierra septentrional del Ecuador desde 1968. Además, se puede observar el notable crecimiento de la industria de las flores.

  40. Por otro ejemplo, ver Max Uhle, “Las Ruinas de Cochasquí” …op. cit., 1939, pp. 6, 11.


Aunque es demasiado tarde para preservar los muchos mo- numentos karankis que se han perdido en las últimas décadas, todo el esfuerzo posible debería ser hecho para preservar y conservar los sitios monumentales que queda. Como una primera etapa, digamos una recomendación, hay que hacer un inventario nuevo de los mon- tículos, documentando en forma detallado la condición y posibles daños en los montículos que quedan. Al mismo tiempo, los dueños de las tierras donde se encuentren los montículos, incluyendo enti- dades gubernamentales responsables, deberían ser informados y educados sobre sus obligaciones bajo las leyes del patrimonio cultu- ral. Y huelga decir que las leyes que protegen el patrimonio nacional deben aplicarse estrictamente, ya sea que los sitios se encuentren en tierras de propiedad privada o pública.


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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


PANORAMA HISTÓRICO

DE LA PROVINCIA AGUSTINIANA DEL ECUADOR, 1573–20231


José Aridio Taveras de León, OSA2


Introducción


El P. general, Alejandro Moral Antón, OSA, me pidió que vi- niese a dar una ponencia sobre la Historia de los 450 Años de la Pro- vincia Agustiniana del Ecuador. La respuesta a su invitación por mi parte fue afirmativa. Se le informó al P. Provincial, Fr. Wilson Posli- gua, OSA sobre esta determinación y se procedió a la apertura del Archivo de la Provincia Agustiniana del Ecuador y la correspon- diente investigación historiográfica.

Una mirada panorámica de los 450 años de la Provincia Agustiniana del Ecuador hace suscitar la pregunta sobre ¿cuáles han sido los acontecimientos más sobresalientes de la vida de la Provin- cia Agustiniana San Miguel del Ecuador a través de sus 450 años? Para dar una respuesta a esta pregunta se ha optado por realizar una mirada desde una perspectiva general en la que, haciendo uso de los documentos del archivo y fuentes secundarias, se logró identificar los aspectos más sobresalientes de la vida de esta provincia desde su nacimiento el 22 de julio de 1573 hasta hoy, sábado 22 de julio 2023.


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1 Recibido: 02-10-2023 // Aceptado: 15/01/2024

  1. Nació en La Vega, República Dominicana, 1979. Licenciado en Filosofía por la Pontificia Uni- versidad Católica Madre y Maestra de República Dominicana; Licenciado en Teología por la Universidad Pontifica de Comillas, España; Especialista en Planificación y Gestión de Centros Educativos, y Magister en Planificación y Gestión de la Educación por la Universidad Católica de Santo Domingo, República Dominicana; candidato a Doctor en Educación a Distancia por la Universidad Interamericana Recinto de Ponce, Puerto Rico, y Doctor en Historia por el Cen- tro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Autor de Historia Eclesiástica y Agus- tiniana, dentro de los que están sus obras: Historia de los Agustinos en República Dominicana, 1956–2006. Historia de los Agustinos en Aguada, 1919 –1969. Historia de los Agustinos en la Parro- quia San Agustín de Bayamón, 1964–2014. Autor de Historia Civil de Puerto Rico: San Germán: comunidad, parroquia y misión, 1512–1556. Las Gentes de San Germán: registro prosopográfico, de- mografía y vecinos, 1512–1556. San Germán en Guadianilla: asentamiento, instituciones y vida coti- diana, 1556–1572. Es profesor en la Universidad Central de Bayamón, Puerto Rico.



    Antecedentes Inmediatos


    Desde la llegada al Nuevo Mundo con Cristóbal Colón en 1492 y el establecimiento del Patronato Regio quedaba claro para las Coronas de Castilla y Aragón que el único motivo por el cual les es- taba permitido estar en las nuevas tierras consistía en la evangeliza- ción de las gentes. Los primeros ensayos de evangelización se encontrarán directamente referenciados a la experiencia de la isla La Española, sobre todo en su capital Santo Domingo de Guzmán en la ciudad de La Concepción de La Vega Real.

    El rey Fernando, el católico, y su hija Juana, la loca, observa- ron esta experiencia y la pusieron en andadura en un código legal que será la base de todos los primeros Concilios o Sínodos Episco- pales de América. Este sistema legal se conoció como “Las Leyes de Indias” de 1512. Este sistema fue modificado por el rey Carlos, pri- mero de España y quinto de Alemania, con las que fueron conocidas como “Las Nuevas Leyes” de 1542 por las que se reconocía la liber- tad de los indios. Un código no derogaba el otro, sino que lo afian- zaba. Este proyecto será continuado por el rey Felipe II.

    En este marco historiográfico general se mueve la evangeli- zación de los Frailes Agustinos en el Nuevo Mundo. La cual tiene doble dirección: la adaptación del carisma de la Orden, así como la asimilación de la lengua y costumbres de los pueblos que luego serán evangelizados. Formaba parte de su labor la industriación de los in- dios; o sea, enseñarles la cultura castellana por medio de un oficio y la religión. El primer agustino en América fue el misionero Vicente Requejada, uno de los fundadores de Coro, que llegó a la actual Ve- nezuela en 1527. Para este mismo tiempo los provinciales de la Pro- vincia Agustiniana de P. Castilla estaban planeando venir a América. Los desarrolladores de este plan fueron: el P. Juan Gallego y, tras su muerte, el nuevo provincial P. Francisco de Nieva.

    Es el 3 de marzo de 1533 se embarcaron los primeros padres a México. Para llevar a cabo esta magna empresa fueron escogidos estos siete religiosos: Padres Francisco de la Cruz, superior; Agustín de Coruña, Jerónimo Jiménez de Santisteban, Juan de San Román, Juan de Osegura, Alonso de Borja y Jorge de Ávila. Llegaron a San


    Juan de Ulua el 22 de mayo de este mismo año. Después, serán en- viados otros doce misioneros en 1535, seis de la Provincia de Castilla y seis de la Provincia de Andalucía. En 1536 llegaron otros doce más; al igual que en 1539. Para 1549 el número de religiosos agustinos en México había ascendido a 92.

    El rey Carlos V, quien coincidió en el Concilio de Trento, con el P. Jerónimo Seripando, general de los agustinos, le pidió que en- viase misioneros agustinos a las tierras del Perú. Así, la misión del Perú será dependiente directamente de la Provincia de Castilla, tal y como había pasado con la expansión en México. En enero de 1548 llega el primer agustino al Callao, Perú, este fue el P. Agustín de la Santísima Trinidad. Luego por este mismo puerto, llegaron 12 reli- giosos el 1 de junio de 1551. A estos se unirán religiosos procedentes de México. Así, el 19 de septiembre de 1555, tres meses después de su llegada, ya ha sido erigida la Provincia de Nuestra Señora de Gra- cia del Perú. A continuación, seguirán llegando nuevos religiosos de Castilla.

    Para el capítulo provincial de la Provincia Nuestra Señora de Gracia del Perú, celebrado en 1571 se aprueba fundar Conventos con Noviciado en Quito, Arequipa y Abancay. La Provincia del Perú se separa definitivamente de la de Castilla en 1576.


    Quería el rey Felipe II se diesen impulso a la fundación de la Prov. De Quito, y el Gral. De la Orden y los PP. De España, secundando gustosos sus deseos, enviaron a ella nuevas misiones, y extendiéndose por toda la región del Norte de Quito continuaron sus conquistas espirituales fundando conventos y parroquias, o Doctrinas, como entonces las lla- maban hasta la provincia o nuevo reino de Granada, convirtiendo in- numerables infieles, conservando y fortaleciendo en la fe, a los neófitos y atendiendo a todos sus necesidades espirituales, cual padres amoro- sos: solo el P. López de Solís fundó, siendo ya Obispo, según Hermion más de cien doctrinas. Los conventos edificados en pocos años dan prueba más que concluyente del gran celo de los Agustinos.3


    El proyecto de expansión de la Orden en América sigue el ritmo deseado por la Corona española. Era su deseo desde 1512 la


    image

  2. Archivo de la Provincia Agustiniana San Miguel Arcángel del Ecuador (APAE), vol. 12, fol. 5.



evangelización de los indios; empresa en la cual la Orden se presenta como medio ideal para la difusión de la fe y transmisión de la cul- tura. Los éxitos alcanzados en México serán los que motiven su ex- pansión en los territorios asignados a las Reales Audiencias que se iban creando, entre ellas las de: Lima, Quito y Nueva Granada.


La Fundación de la Provincia Agustiniana San Miguel Arcángel de Quito, 1573–1574


El 22 de julio de 1573, día de la Magdalena, llegaron los frai- les Luis Álvarez y Gabriel de Saona a la ciudad de San Francisco de Quito. Fueron recibidos en la Parroquia Santa Bárbara. Estando en ella, gestionan la adquisición de una casa donde establecer el novi- ciado y nueva misión de Quito.


… en Quito adquirieron una pobre casa y en ella se instalaron el 29 de julio de 1573 y comenzaron a predicar en ella una vida verdaderamente apostólica…

Hubo que esperar al capítulo siguiente [1574], donde se determinó como casa de la Orden. Fue elegido prior el P. Fr. Juan de Vivero; sub- prior, P. Fr. Francisco Velázquez; predicador, P. Francisco Villegas, lector de gramática y artes, el P. Fr. Juan López, y de conventuales a los PP. Jerónimo Gavarrete, Alonso Maldonado, Juan de Carvajal, Diego de Arenas y Juan García.4


Aunque tenían una casa, dos conventuales y un novicio hubo que esperar a las determinaciones del Capítulo Provincial celebrado en la Provincia Nuestra Señora de Gracia del Perú en 1574. En esta, además de admitir la casa como Casa de la Orden fueron nombrados sus oficiales y conventuales. El Convento Máximo de San Agustín de Quito fue mudado de lugar al emplazamiento donde hoy se en- cuentra. Para ello fue necesaria la adquisición de los siguientes te- rrenos:


El área actual del Convento de Quito, que según dicen por tradición, se extendía hasta el Teatro Actual, ahora reducido a la insignificante


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4 APAE, vol. 12, leg. 13, fol. 4v. – 5.


manzana fue comprado por los PP. El Prior Juan de Vivero en 1573 con esta forma: “A D. Gómez de Moreno una casa en 1000$ pesos que se hicieron de otra casa, dando en cambio otra que ya poseían los agusti- nos por la Merced; más luego, en 1576 a Don. Pedro Ortega Gavillen compraron otras casas en 2100 pesos de contado habiendo comprado otra anteriormente a D. Antonio de Villaroel”.5


En total se adquieren tres solares, hoy conocidos como man- zanas dentro de la ciudad de san Francisco de Quito. Esta fundación siguió siendo dependencia de la Provincia de Ntra. Sra. de Gracia del Perú hasta el 28 de enero de 1579. A tan solo 22 años será divi- dida, en 1601.


Profesiones del convento de Quito desde 1574 hasta 1601


Entre los años que van desde el establecimiento del Novi- ciado en 1573 hasta la erección de la Provincia Nuestra Señora de Gracia de Colombia en 1601 profesaron un total de 63 frailes. Sus nombres son:


Tabla 1: Listado de Profesiones

de la Provincia San Miguel de Quito, 1574–16016


No.

NOMBRE

FECHA DE PROFESIÓN

1

Fray Juan de Carvajal

5 noviembre 1574

2

Fray Domingo Andrea

6 septiembre 1575

3

Fray Pedro Jurado

19 noviembre 1576

4

Fray Diego de Molinedo

1576

5

Fray Mer Vigo

1 enero 1577

6

Fray Didacus De Amayo

7 julio 1577

7

Fray Agustín Roderic

30 agosto 1577

8

Fray Manuel Gorge

5 marzo 1578

9

Fray Alfonso Jiménez

4 noviembre 1579

10

Fray Laurencius de Rufas

1 enero 1581

11

Fray Alfonsus de Paz

4 abril 1581

12

Fray Jhoanes de Figueroa

11 mayo 1581

13

Fray Melchor de Lieseas

23 julio 1582

14

Fray Lorenzo de Xugsas

6 marzo 1583

15

Fray Custorio de la Saca

3 septiembre 1585

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  1. APAE, vol. 21, fol. 3v.

  2. APAE, Libro de Profesiones 1574 – 1644, fol. 1 – 39.



    1. Fray Alfonso de Ortega 23 diciembre 1586

    2. Fray Pedro Montano 20 enero 1587

    3. Fray Ioanes de la Puente 4 mayo 1587

    4. Fray Didacus Díaz 4 mayo 1587

    5. Ildefonso de Chávez 5 agosto 1588

    6. Fray Ioanes Vedon 30 septiembre 1588

    7. Fray Diego López 2 octubre 1588

    8. Fray Francisco Gallegos 15 noviembre 1588

    9. Fray Illephonsus de Chaves 27 diciembre 1588

    10. Fray Hieronimus López 20 marzo 1589

    11. Fray Francisco López 13 agosto 1589

    12. Fray Ferdinandus Infante 10 septiembre 1589

    13. Fray Antonius Lobo 17 junio 1590

    14. Fray Cosme de Soto 1590

    15. Fray Luis Guerrero 22 mayo 1590

    16. Fray Pedro Pilarte 6 enero 1592

    17. Fray Juan de Gallego 27 enero 1592

    18. Fray Baltasar de Lara 15 febrero 1592

    19. Fray Francisco de Rivera 28 mayo 1592

    20. Fray Francisco de Chávez 11 junio 1592

    21. Fray Baltasar Báez Noviembre 1594

    22. Fray Manuel Núñez 5 marzo 1595

    23. Fray Ferdinand de Aranda 6 marzo 1596

    24. Fray Didacus de Laza 2 marzo 1593

    25. Fray Diego Gutiérrez 4 abril 1593

    26. Fray Luis Álvarez 17 abril 1594

    27. Fray Hieronimo Patiño 5 marzo 1595

    28. Fray Alberto Correa Mayo 1595

    29. Fray Manuel Núñez 5 marzo 1595

    30. Fray Francisco de Tabueda 24 junio 1596

    31. Fray Francisco Valverde 26 junio 1596

    32. Fray Juan de Velasco 2 julio 1596

    33. Fray Bartolomé Díaz 2 julio 1596

    34. Fray Hieronimus Madrid 9 julio 1596

    35. Fray Didacus de Salazar 23 diciembre 1596

    36. Fray Luis Álvarez 9 septiembre 1597

    37. Fray Hieronimus de Aliaga 9 junio 1597

    38. Fray Enmanuel Lebo 19 agosto 1598

    39. Fray Joanes Guerra 4 febrero 1599

    40. Fray Matheus Ibarra 16 junio 1599

    41. Fray Baltasar Báez 6 junio 1599

    42. Fray Franciscus Ximenes 18 septiembre 1599

    43. Fray Petrus Rabelus Enero 1599

    44. Fray Ferdinandus de Córdova 4 marzo 1599

    45. Fray Antonius Pereira 12 mayo 1601

    46. Fray Theophorous García 22 mayo 1601

    47. Fray Carolus Tolomeus 5 noviembre 1601

      image

    48. Fray Sebastianus Roman 18 diciembre 1601


      Fuentes de Sustento


      Las principales fuentes de sustento de los Agustinos en la Provincia San Miguel Arcángel de Quito eran: capellanías, tierras de Colta o Rosario, los censos, las compras y ventas de tierras. Los Agustinos poseyeron tres capellanías en Rio Bamba en el período que va desde 1573 hasta 1601. La primera entre ellas es la capellanía de Alonzo Pérez y su mujer María Araujo que inicia desde 1579. La segunda es la de Juan Pérez y Teresa López en 1584. Por último, la de Cristóbal de Baeza, 1587. También en Río Bamba, el convento compró a Alonso Luiz de Cabrexa y su mujer Isabel Matos Diez ocho caballerías de tierras el 25 de enero de 1588. A estos se unen los cen- sos, pensiones anuales por capellanías, fundados por Miguel Fer- nández de Sandoval y su esposa el 3 de marzo de 1597;7 así como, el de Luisa de Atiencia y Juan de Atiencia en 1597.

      Otra fuente de sustento practicada por la Provincia San Mi- guel de Quito fue la venta de terrenos como en el caso de las ventas a Martín Ximineo en Iñaquito y sus correspondientes traspasos a Al- bato de Sevallos:


      En 29 de octubre de 1589del ante Diego Idalso el del cabildo vendió Gerónimo Hernández al licenciado Martín Ximineo una estancia en Iñaquito por 400 ps. De contado, y el principal de 1590 a favor del pres- bítero Diego Ortuño de la Rea.

      En 14 de noviembre de 1590 a donde Sebastián Idalgo el del cabildo, el presbiterio Martín Ximeneo vendió estas tierras de Yñaquito, a Albato de Sevallos en 600 ps. De contado y con el Principal de 1940 u a favor de Diego de Ortuño.8


      Expansión de la Provincia San Miguel de Quito, hasta 1601


      Seguidos de las cédulas reales que establecía que los religio- sos agustinos podían fundar sus conventos donde quisiesen. Estos aprovecharon el crecimiento en su número de religiosos para expan- dirse por toda el área corresponde a la provincia. Así desde Quito


  3. APAE, vol. 4, fol. 11 – 14v.

  4. APAE, vol. 4, fol. 86.



    (1573) expandieron el Carisma Agustiniano por: Santa Fe de Bogotá (1575), Cuenca (1576), Popayán (1578), Tunja (1578), Cali (1578), La-

    tacunga (1579), Ibarra (1579), Cartagena (1580), Leiva (1580), Loja

    (1583), Pasto (1586), Guayaquil (1588), Pamplona (1588), Riobamba

    (1590) y Latacunga (1590) y Mérida (1591).


    Erección de la Provincia Nuestra Señora de Gracia de Colombia, 1601


    El Prior General había determinado la creación de una pro- vincia en la Capitanía General de Nueva Granada desde 1597, pero hubo que esperar al siguiente capítulo provincial para que esto se llevase a efecto. Este se conoce como el Capítulo de Cali en 1601.


    Tabla 2: Distribución de Conventos DE LA ORDEN DE SAN AGUSTÍN

    entre las Provincias Agustinianas

    San Miguel de Quito y Nuestra Señora de Gracia de Colombia, 1601


    Provincia San

    Miguel de Quito

    Provincia Ntra. Sra. de Gra

    cia de Nueva Granada

    Convento

    Doctrinas

    Convento

    Doctrinas

    Cuenca (1576)8 religiosos


    Varias comunidades

    Santa Fe de Bogotá (1575)

    Ubaque, Uncipa, Queca, Tunjuelo, Fómeque, Pasca, Chaisaque,

    el repartimiento

    de Boyacá, Pausagá,



    Susa, Fosca, Chipaque,


    Fúquene, Une, Choachí,



    Sotaquirá, Jucusa, Chinatá, Sátiva, Sosa,



    Tasco, Cohasa, Saume,


    Ochica, Nemocón,



    Fontibón y Simijaca.

    Popayán (1578)

    6 religiosos



    Tunja (1574, 1578)


    Cali (1578)6 religiosos

    Algunas doctrinas



    Tacunga (Latacunga, 1579)5 religiosos




    Ibarra (1579)

    Loja (1583)

    Del priorato Yahuarcocha Malacatos

    San Juan del Valle


    Cartajena (1580)


    1. religiosos

    2. religiosos


    Pasto (1586)

    6 religiosos


    Guayaquil (1588)

    4 religiosos

    Sichos Malacatos Cibundoyes


    Leiva (1580)


    Pamplona (1588)


    Sataquirá, Oicatá, Boyacá, Gámeza y Tuta, Tasco, Guasca, Socha, Taba y Carbonera, Combita y Sutatausa, Guaca, Socha, Toba y Carbonera; Cómbita y Susa, Ramiriquí, Turmequé, La Capilla, Guateque, Busbanzá, Tabasía, Bateitiva, Tutazá y Sátiva; Chita y la Salina Bochalemas, Chinácota Peribecas, Cúcuta y Quebradahondas

    Riobamba (1590

    )8 religiosos




    Tacunga (1590)

    Sinlibí

    San Juan de Malques San Juan de Pillar





    Mérida (1591) hoy Venezuela

    Mucuchíes, Aricagua,

    Tabay y Páramo de

    la Cerrada; Mucurubá, Torondoy, Estnaque,

    la Sábana, Laguinilla, El Ejedo, Jijá,

    Valle de los Alisares o de Carrasco, Mucutuy




    y Muchachí.


    El límite entre ambas Provincias Agustinianas lo establecía las extensiones de tierras asignadas a la Real Audiencia de Nueva Granda; quedaba reservada para la Provincia de San Miguel de Quito las tierras correspondientes a la Real Audiencia de Quito. Así, la Provincia Agustiniana de Ecuador estaba limitada por las reales audiencias de Lima y de Nueva Granada. Su llamado es a crecer den- tro de estas tierras.



    3. Pastoral de la Provincia San Miguel de Quito, 1601–1773


    La provincia desarrolló un nuevo número de conventos den- tro de la Real Audiencia de Quito. Así al final de su primer siglo se muestra su desarrollo pastoral. De igual modo, el número de frailes que requería para la atención a sus actividades pastorales.


    Los Conventos Menores o Vicarías y las Doctrinas


    Una doctrina es una parroquia en la que sus feligreses son indios encomendados a un amo o señor propietario de la hacienda o estancia. Para el desarrollo en estas zonas específicas, el provincial designaba un religioso que ejerciese la función de cura doctrinero, su residencia se conocía como un Convento Menor, Convento de Anillo o Vicaría.

    Para trabajar en una doctrina el fraile agustino debía conocer el idioma de los indios con los que iba a trabar y pasar el examen para ser doctrinero que se administraba en la Real Audiencia de Lima. Luego, el provincial lo presentaba ante el Obispo para su co- rrespondiente nombramiento y éste tomaba posesión de la doctrina en la cual pasaba a ejercer el oficio pastoral.9

    Este oficio contaba fundamentalmente de dos aspectos: la transmisión de la fe y transmisión de la cultura. Para la transmisión de la fe el fraile agustino organizaba la instrucción en la fe a través de las catequesis para niños y adultos, la celebración de los sacra- mentos en los que participaban todos los indios de la doctrina asig- nada, la teneduría de los libros de dicha doctrina eclesiales y el ejercicio de las obras de caridad dentro de esta.10 En cuanto a la trans- misión de la cultura o enseñanza los agustinos se organizaron en una red así: en cada doctrina había una escuela elemental en la que en- señaban las letras, las operaciones matemáticas fundamentales, la religión y el canto; además, el manejo de la agricultura, la esquilda- ción de la lana y el lavado de los cueros.


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  5. Augusto E. Albuja Mateus. Doctrinas y parroquias del obispado de Quito en la segunda mitad de siglo XVI. págs. 73 – 100.

  6. Cfr. Ibidem, págs. 179 – 181.


    Conventos como los de Yahuarcocha, Malacatos, Tababuela y Urcuquí se especializaron en el cultivo agrícola. En ellos se hicieron experimentos de adaptación a este suelo de cultivos tales como los de: trigo, olivo, vid y frutales. Otra experiencia importante fue la de- sarrollada en la agricultura de montaña como fue la desarrollada en las doctrinas de los Yungas: Yaguache, Babahoyos, Ñausa, Palenque, San Lorenzo Angamarca. Con esto seguían las peticiones del rey Fe- lipe II sobre la adaptación a la tierra de los cultivos no existentes en el lugar. Por otra parte, estaban los conventos especializados en la lana como fueron: El Callo y Sichos. Entre sus prácticas habituales estaban el verguero, lavado, cardado, hilado, tinturado y tejido de lana.11


    Los Conventos Mayores y el Colegio Mayor


    Los Conventos Mayores pasaron a ser las residencias de más de un fraile. En ellos se observan comunidades constituidas por un prior, un pubprior, un procurador, un predicador y frailes conven- tuales.

    Unido a esto Convento de Quito se encuentra el Colegio Mayor de Santa Cathalina Mártir fundado el 2 de julio de 1652. Las mismas estrategias de enseñanzas fueron trasladas a conventos como los de Cuenca, Popayán, Cali, Tacunga, Loja, Pasto, Guayaquil y Rio- bamba se desarrollaban escuelas artesanales a nivel medio. En ellos la formación constaba principalmente de gramática y lengua latina. Estaban al mismo nivel, pero localizados dentro de los centros más urbanizados las escuelas talleres en los que se aprendía: tallado y es- cultura, cantería o labrado de piedra, encarne y embejigado, platería de oro y plata para botijas y pintura y dorado.12


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    El Convento Máximo de San Agustín, primera etapa


    Su estructura fue diseñada por el arquitecto Francisco Bece- rra entre 1580 y 1583. Aunque fue realizada por el arquitecto español


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  7. Roberto Jaramillo. Los Agustinos en Américalatina: pasado y presente. Iquitos: OALA, 1987. p. 218.

  8. Cfr. Ibidem, pág. 219–220.



    Juan del Corral. Para 1617 se había terminado el primer cuerpo de su fachada. Este convento cual verá su realización final en 1669. Aun- que el convento continuará en construcción.13 Estas construcciones fueron realizadas con el apoyo de los feligreses que con sus censos procuraban afianzar la obra evangelizadora. Entre los que estable- cieron censos con los frailes agustinos están:


    Universidad San Fulgencio, 1653

    En el Capítulo Privado celebrado el 30 de octubre de 1653 los frailes Gabriel de Segovia y Avo de Montesdeoca recibieron patentes para graduarse en la Universidad de San Fulgencio de Quito, tras haber presentado y aprobado los exámenes correspondientes.15 El definitorio le otorgó la aprobación junto a su la integración a la Uni- versidad de San Fulgencio como miembros supernumerarios. Las fa- cultades concedidas fueron las siguientes:

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    (…) se gradúe en esta Universidad de San Fulgencio y goce de las pre- eminencias de maestro supernumerario de esta Ntra. Universidad de San Fulgencio de Quito, recibiendo los exámenes rigurosos de la Bula de Urbano VIII, y hecha esta diligencia de su grado desde luego le ad- mitieron para Maestro Super Numerario de esta Provincia, para que pueda gozar y goce de todas las preeminencias, gracias, inmunidades y privilegios de voz, voto y lugar perpetuo y las demás y por fuero o derecho se acostumbran en esta nuestra Provincia.16

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  9. María del Carmen Molestina Zaldumbide. “Excavaciones en el Convento Máximo de San Agustín de Quito” Municipio de Quito. Museo Histórico. Órgano del Archivo Municipal de His- toria de la Ciudad de Quito, 63 (1996) 60–62.

  10. APAE, vol. 3, fol. 68 – 68v.

  11. APAE, vol. 10, fol. 4 – 4v.


    En este mismo capítulo se emitieron patentes a cargo del de- finidor Juan de Navarrete a fin de que viajase a Roma y solicitase las bulas de la Universidad San Fulgencio. 17 De donde se infiere que, aunque aún no había obtenido la bula que trajo el definidor desde Roma, ya la formación de los coristas o teólogos funcionaba como un modelo universitario previo a 1653. A esta universidad estaba asociado el Colegio de Santa Cathalina del que ya se ha hablado.


    Fray Luis López de Solís: gestión pastoral finales siglo XVI


    La labor agustiniana florecía en Quito no sólo por el trabajo de los frailes del convento, sino también por las obras de Fray Luis López de Solís, agustino que fue el cuarto obispo de Quito. En el cuarto concilio o sínodo de esta diócesis presidido por él, la iglesia acaba de tomar la configuración que le acompañará durante siglos. A nivel pastoral parroquial se observa en él su interés por la creación de doctrinas y nuevas parroquias. Cuando asumió la tarea pastoral ya existían en esta diócesis las parroquias: San Blas, Santa Bárbara y San Sebastián. Durante su gestión episcopal fueron creadas: San Marcos, San Roque y Santa Prisca (Belén).18


    El Crecimiento de las Doctrinas: la doctrina de la Sebadas


    La pastoral podía llegar a crecer tanto por el establecimiento de nuevos conventos, la asignación de nuevas doctrinas; así como, la subdivisión de estas. Entre las determinaciones del Capítulo In- termedio de 1659 se observa una que establece:


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    (…) dijeron que por cuanto muchas veces ha estado partida la doctrina de las Sebadas por la gran distancia que hay para administrar los Sa- cramentos y por la distancia que hay para administrar los sacramentos en otras doctrinas y que muchas veces los indios Guamotes han sido requeridos e interpuesta la autoridad del Sto. Patrón… en orden a la presente ordenamos y mandamos que por la parte de Guamote, Gaste


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  12. APAE, vol. 10, fol. 4.

  13. APAE, vol. 10, fol. 8

  14. Félix Carmona Moreno. Acción Pastoral de Luis López de Solís, IV Obispo de Quito. pág. 45 – 46.



    y demás haciendas y que hubiere dentro del territorio tocantes a las doctrinas se ponga un religiosos conforme a la división que ubo en tiempos del P. Fr. Juan de Sanlúcar y Fray Pedro Vilaín de Valdez.19


    En este mismo capítulo y por los mismos criterios se subdi- vidió la doctrina de Pallatango.


    El Convento de Zumbagua y el Colegio de Santa Catalina Mártir, 1656


    A pesar de que los frailes Agustinos tenían facultad real para establecer sus conventos en aquellos lugares que quisiesen, su dis- tribución debía corresponderse a la legislación establecida. Es así como, la Orden debía establecer sus conventos en conformidad con las ordenanzas reales sobre la distancia geográfica que debía existir entre uno y otro convento, equivalente a tres leguas. Este fue el mo- tivo por el cual se ordenó el cierre y destrucción del Convento de Zumbagua y el Colegio de Santa Catalina Mártir el 7 marzo 1656.20


    Los Lugares de pastoral en 1672


    Para la fecha de su primer siglo de fundación la Provincia de San Miguel de Quito se encontraba presente por medio de sus frailes en el Convento Máximo San Agustín de Quito, los Conventos Ma- yores y Menores. Así se refrendan en el Capítulo Provincial del 24 de julio de 1673.21


    Convento Máximo San Agustín de Quito

    La Comunidad del Convento Máximo de Quito estaba con- formado por: el prior, el subprior, maestro de novicios, predicador, sacristán mayor, sacristán menor, Maestro de Profesos, Vicario del Coro y 6 conventuales.


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  15. APAE, vol. 10, fol. 13v.

20 APAE, vol. 10, fol. 17 – 17v.

21 APAE, vol. 11, fol. 25 – 28.


Para la fecha la universidad San Fulgencio contaba con: el Regente, Vice regente, Lector de prima en Sacra Teología, Lector de Vísperas en Sacra Teología, Lector de Teología, Lector de Artes pro prima y pro segunda y tercia, lector de gramática. Se unía al grupo de gestión de la universidad al Rector del Colegio Santa Cathalina.22


Conventos Mayores

Río Bamba: prior, subprior, predicador mayor, vicario del coro, dos conventuales y dos doctrinas. La primera entre ellas es la de Pallatanga y, la segunda, Antonio de las Cebadas.23

Guayaquil: prior, subprior, vicario de coro, procurador ge- neral, un conventual y dos doctrineros de las doctrinas de: Antonis de Yaguachi y de la Montana.24

Cuenca: prior, predicador, procurador.25

Cali: prior y el doctrinero de Santa Barbara de la Balsa.26 Popayán: prior.27

Loja: prior, un conventual, predicador y dos doctrineros: Ma- lacatos y San Pedro del Valle.28

Pasto: prior, procurador general, predicador y un doctrinero en la doctrina en San Sebastián de Mocondrinos.29

Latacunga: prior, predicador, procurador general, 1 conven- tual, 2 doctrineros en la Doctrina de la Concepción de Angamarca.30 Ibarra: prior, procurador, predicador31


Doctrinas

Vicaría de Yuguerres: un prior y un doctrinero de Yugue-

rres.32


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  1. APAE, vol. 11, fol. 16.

  2. APAE, vol. 11, fol. 16v.

  3. Ibidem

25APAE, vol. 11, fol. 17.

  1. Ibidem.

  2. Ibidem.

  3. Ibidem.

  4. APAE, vol. 11, fol. 17.

  5. Ibidem.

  6. Ibidem.

  7. APAE, vol. 11, fol. 17v.



    Vicaría de Cayo: prior y administrador.33

    Vicaría de Angamarca: vicario y administrador.34 Vicaría de Galte: vicario.35

    Vicaría de Valle de Yaguarcocha: vicario y administrador.36 Vicaría de Guano: vicario.37

    Vicaría de la doctrina de Yaguarle: vicario.38 Vicario de Pallatanga: vicario.39

    Vicario de las Cadena: vicario.40 Vicario de Malacatos: vicario.41 Vicario de Babahoyo: vicario.42 Vicario de Pinta: vicario.43

    Vicario del valle de los Chillos: vicario.44


    La Vida Comunitaria y Devociones, 1673–1772


    Durante este período de la vida de la Provincia San Miguel de Quito inicia y se desarrolla la devoción al Señor de la Buena Es- peranza. Desde entonces están vinculados los laicos a su promoción y devoción a través de su Cofradía y Archicofradía. Una parte de sus frailes participaron en la Rebelión de1682 lo que trajo consigo la dis- minución de los conventuales en Quito, reducción de los hermanos de la provincia, ya que fueron desterrados a Lima, y la reforma de la vida religiosa.


    El Señor de la Buena Esperanza, 169345

    La imagen del Señor de la Buena Esperanza llega en un cajón


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  8. Ibidem.

  9. Ibidem.

  10. Ibidem.

  11. Ibidem.

  12. Ibidem.

  13. Ibidem.

  14. Ibidem.

  15. Ibidem.

  16. APAE, vol. 11, fol. 18.

  17. Ibidem.

  18. Ibidem.

  19. APAE, vol. 11, fol. 28v.

  20. APAE, vol. 17.


    a la puerta del Convento conducido por una mula sin dueño. Para el año de 1634 el Papa Urbano VIII aprueba su aparición. Es en 1693 cuando el papa Inocencio XII aprueba su cofradía.

    Bajo la advocación del Señor de la Buena esperanza se venera en la Iglesia de Padres Agustinos de la Ciudad de Quito la antigua y piadosa Imagen del Primer Retablo, cuya devoción se ha extendido en estos úl- timos años hasta los países más remotos del antiguo continente.46 Señor de la Buena Esperanza. Esta tradición y por tanto efigio del Señor es tallada en madera y flexible, de tal modo, que en posición natural es sentada. Al efecto tiene su sillón propio de madera forrada en placas de platas labrada y cojines de damasco de seda. Tiene el Señor en su mano derecha una cruz de metal plateada y en su izquierda una caña de plata, prendas que de ordinario conserva...47


    Descripción de la Capilla Primitiva del Señor de la Buena Es- peranza:

    (…) Estaba situada bajo la torre actual y la antigua portería por esto se llama aún en algún lugar el Señor de la Portería, tiene un Portal grande que daba a la fachada de la Iglesia principal y otra pequeña que daba al convento: a la entrada en lo alto un pequeño coro con su respectivo órgano propicio al lugar, al centro el piso enladrillado cubierto con al- fombras antiguas, las paredes y bóveda destapiados, diremos así, con piezas de madera tallada y dorada con fondo rojo todo en elegancia y simetría. El altar mayor, que así se llamaba, estaba también muy ador- nado con sus respectivas cornisas, capiteles, pilastras, mesa, frontal de madera tallada y dorada todo en su orden. A su lado se hallaba al altar de la Virgen Sra. de la Consolación hasta arreglarlo y al frente un pe- queño Púlpito de madera tallada y dorada: tras del altar mayor sentado por el Señor, se encontraba la Sacristía poco cómoda. Tal era, a grandes rasgos la Capilla primitiva del señor, pero muy hermosa y suficiente para honrar al divino Redentor. Esta Capilla desempeñaba el oficio de Iglesia principal mientras se reedificará esta, reducida a escombros por los terremotos de 1859 y 1868 y una vez reedificada, en los años de 1870 y 1880 se inauguró y consagró en Agosto de 1880 y entonces fue tras- ladado el Señor a la Iglesia Grande o principal donde se le erigió su ca- pilla especial en que se venera actualmente...48


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  21. APAE, vol. 17, fol. 5.

  22. APAE, vol. 17, fol. 6.

  23. APAE, vol. 17, fol. 7.



    Participación en la Rebelión de 1682


    El 18 de septiembre de 1682 se levantaron en contra de la au- toridad real. Entre ellos estaban:

    Fr. Ángel Valesillos, Juan Martínez de Suslesiaga; los maestros frailes Joseph Pacho, Miguel Narváez, Agustín Rodríguez. Los presbíteros: Luis de los Reyes. Superior del Colegio: Po. Vergara, Esteban Sanguino, Antonio de Escobar, Po. De Santillana; Jacinto Sevilla, Diego Guaticasa, Isidro Jácome, Lorenzo de Fresedia, Po. López Exbafesen. Los coristas: Francisco Sotelo, Juan de Estrada. Antonio de Santa María, Manuel Barba, Farisan Fernández, Andrés Narváez, Pedro Rivera, Nicolás de Aguilera. Los hermanos legos: Lorenzo Coronado.49

    El virrey pidió que fuesen castigados. Para apartarles de la ciudad donde atacaron, debían ser enviados a Lima. Para ello el su- perior debía previamente hacer las investigaciones de lugar y remitir la sumaria al Virrey en la ciudad de Lima. En esta ciudad debían asignarles a otros conventos. Indica el Virrey:

    Fue tan público y escandaloso el movimiento y resistencia que se hizo por toda la comunidad, que habiendo de corresponder y igualmente la satisfacción he tenido dictamen de despoblar ese convento y tapiarle las puertas para que quedasen este padrón y memoria en Quito hasta que Dios envíe religioso que verdaderamente lo fuese en la observancia y no en el nombre solo. Pero me ha detenido en esta resolución el desconsuelo de haber de dejar sin culto a la Iglesia y así templándola de sea justo, que quedan cuatro o seis sacerdotes con el Prior para pedir a Dios y a nuestro

    P. S. Agustín que se compadezca de sus hijos para que se traten sus erro- res, y los encomienda y borren con la penitencia y dejando solo este nú- mero de pocos religiosos para no cerrar la Iglesia sacara P.R. todos los demás separatistas de los en los conventos que le pusiese.50


    Como efecto de esta comunicación se procedió a quitar el há- bito religioso a los novicios que participaron en la rebelión. Se sus- pensión las profesiones religiosas que se emitieron durante el tiempo de la rebelión. Por último, fueron trasladados a Lima los frailes y sa- cerdotes que participaron en la misma.


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  24. Cfr. APAE, vol. 15, fol. 16v.

    50 APAE, vol. 15, fol. 57 – 57v.


    Aunque pudiera excusar el advertía a P.R. que no es tiempo ni ocasión de satisfacer de los agravios particulares porque P.R. lo conoce así, y me lo expresa en su carta, todavía, no quiero dejar de darme por entendido, y agradezco a P.R. Este buen dictamen, pidiéndole le mantenga, porque le será de mucha crédito el cuidar todo lo que toca a la satisfacción de su persona y emplear todo el caudal de dejar satisfechos todos los ex- cesos que se han hecho contra Dios, contra el Rey, y contra el honor de la Religión en esta ocasión y porque así lo espero del celo y obligaciones del P.R. lo que dejo en sus manos con entera confianza de que no le ha de quedar nada que hacer al gobierno que Dios a R.R. muchos años, Lima, noviembre a veinte y uno de mil seis cientos ochenta y seis. P.R. Prior Fr. Francisco Montano, el Duque de la Palata.51


    Tras haberse conocido la Sumaria ante el Virrey en Lima, se procede a darle información de los acontecimientos. Esta segunda carta proveniente del Virrey cierra este período de la vida revolucio- naria del convento. A su luz se debe ver las reformas que en 1684 se hizo para el buen desarrollo de la vida religiosa en el Convento Má- ximo de Quito.


    Disposiciones para la reforma de la vida comunitaria, 1684


    El Maestro Francisco Montano visitó la provincia de San Agustín de Quito a fin de restablecer la espiritualidad de la Comu- nidad tras los acontecimientos de 1682. Al terminar su visita el 11 de noviembre de 1684 elaboró una serie de disposiciones que los frailes debían cumplir. Entre ellas están:



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51 APAE, vol. 15, fol. 57v.




El Convento San Agustín II, 1704 – 1761


En este segundo período se trabaja directamente sobre la media naranja de su edificio en dos momentos. En el primero de ellos correspondió a fray José de Santos Maraver quien la realiza entre 1704 y 1705. En último fue obra de fray Tomás Machado, quien en 1710 la termina.

Es en este tiempo cuando se construye la actual Sala Capitular denominada: Sala General. Se le conoce como De Profundis por tener adosado e inmediatamente contiguo el cementerio del convento. Esta primera parte correspondió a fray Tomás Machado; luego, entre 1729 y 1732 las desarrolla fray Manuel Freire de Andrade.

Es en 1749 cuando se inicia la construcción de su claustro alto, tercer piso, y bajo, segundo piso. La arquería y pilastras estuvo a cargo de fray Gabriel de Saona. El convento estará concluido para 1761.


Miguel de Santiago: los Agustinos en el Arte Quiteño, 1633–170653


Se considera como fecha más probable de su nacimiento el año 1633, hijo de natural de Lucas Vizuete y Juana Ruíz. Adquirió el apellido “De Santiago” por adopción legal de don Hernando de San- tiago, regidor y fiel ejecutor de Riobamba. Se formó como pintor en el taller de su padre Lucas Vizuete, en las zonas conocidas como Bue-


52 APAE, vol. 15, fol. 33v. – 35.

  1. Ángel Justo Estebaranz. Miguel de Santiago. Quito: Fosnal, 2008. págs. 76 – 80.


    nos Aires correspondientes a las zonas pastorales de la parroquia Santa Bárbara en Quito de donde nunca salió.

    Se casó con doña Andrea de Cisneros y juntos procrearon cinco hijos. A dos de ellos los llamó Agustín y a otro Bartolomé, los cuales murieron a edad temprana. Agustín Valeriano fue bautizado por fray Basilio de Rivera en 1568, lo que muestra la relación con los frailes y el convento. A su vez, se presenta como fechas probables de realización de las pinturas que adornarán el interior del Convento Máximo San Agustín.

    A estos hijos hay que añadir sus dos hijas. La primera entre ellas fue Isabel Cisneros y Alvarado. La segunda es Juana de Ruíz y Cisneros.

    Miguel de Santiago es el fundador de la Escuela de Arte Qui- teña. Sus primeras obras documentadas son la serie de vida de San Agustín del Convento Máximo. Además, pintó lienzos para otros conventos de esta ciudad y para particulares.

    Miguel de Santiago murió el 4 de enero de 1706. Fue ente- rrado en el Convento Máximo San Agustín de Quito donde se con- serva parte de su producción pictórica.


    Conventos en los que se tenía presencia para 1772


    A finales del período que va desde 1673 hasta 1772 los frailes agustinos de la Provincia San Miguel de Quito estaban presentes en: Quito, Cuenca, Cali, Popayán, Loxa, Pasto, Guayaquil, Ibarra y Lata- cunga. Otras doctrinas o curatos: Angamarca, Guamote, Malacatos.54


    Entre la Independencia y los Cataclismos, 1773 – 1882


    Acta de Independencia de la República del Ecuador, 1809–1810

    El 16 de agosto de 1809 se reunió en la Sala Capitular o Ge- neral el Cabildo Abierto convocado por el presidente de la Junta So- berana de Quito, marqués de Selva Alegre, primer gobernante elegido por el pueblo ecuatoriano. El convento sirvió como refugio a la expresión escrita de la manifestación pública de la independen-

  2. APAE, vol. 32, fol. 1 – 10v.



cia que conducirá a la República del Ecuador. Un año más tarde, el 2 de agosto de 1810, en la cripta de este mismo lugar fueron deposi- tados los cadáveres que los Padres de la Patria ecuatoriana.

El efecto sobre la Provincia de San Miguel de Quito consistió en la reducción del número de sus frailes. Así de 90 que eran se les pidió que se redujesen a 30. Desde entonces no ha vuelto a alcanzar el número con el que anteriormente contaba.


El Terremoto del 22 de marzo 1853

Entre 1820 y 1823 el pueblo había pasado por las guerras de la independencia. Muchos de los religiosos se habían unido a las filas pro-independencia y en ellas habían muerto. Ahora, con la disminu- ción de los frailes que serán menos de 30, los lugares de trabajo y las manos serán menos. El P. Fr. Agustín Almeida, prior provincial, del convento de San Agustín explica el efecto del terremoto del 22 de marzo de 1853 sobre los edificios del Convento y la Iglesia:


(…) horroroso terremoto que experimentamos a las ocho y media de la mañana del pasado 22 de marzo, parece que explotó especialmente en furia sobre todo lo anexo a nuestro pobre convento, destrozándolo y derribándole la iglesia, torre, claustro, celdas, y otras partes más.55


El padre provincial reconoce las dificultades que conlleva- rían las reparaciones de la iglesia y el convento. También la situación de pobreza del convento y la ciudad. Además, notifica que dichas ruinas no podrán ser levantadas sin la ayuda de la caridad de los fie- les.56 Estas circunstancias le llevaron a solicitar a las autoridades del Ecuador lo siguiente:


Rendidamente explico se sirvan por una parte autorizarnos a que po- damos pedir limosnas públicas por medio de comisionado que depu- taremos, aquí y en todos los lugares de esta Gobernación, dignándose el mismo tiempo invitar a los otros gobernadores de la República a que nos otorguen igual permiso, cual es de la amorosa justicia que implora de la piedad de usted en Quito, 6 de abril de 1853.57


55 APAE, vol. 21, fol. 20 – 20v.

  1. Cfr. Ibidem.


    Reforma de los Padres Italianos, 1863


    El aumento del trabajo y las dificultades surgidas con la gue- rra llevaron a los hermanos de la Provincia del Ecuador a solicitar ayuda al P. general de la Orden de San Agustín. El 31 de marzo de 1863 reciben respuestas a sus solicitudes. El P. general, Paulus Mica- llef Melitensio informa a los hermanos de la Provincia de Ecuador su resolución de solicitar ayuda de los hermanos de la Provincia de Italia para que viniesen por tiempo indefinido a trabajar en Ecuador.

    Así lo expresa el P. General en sus palabras:


    (…) Autorizamos por el tenor de las presentes y nosotros mismos , y por el Consejo General, al de Eminentísimo Reverendísimo Magister

    P. José Concetti, maestro cuya doctrina, entereza, celo, proeza y pericia en los negocios confiamos en el Señor, nombramos, declaramos y de- legamos a nuestro Comisario General para la Provincia de Quito, el cual, a nuestro gusto y disposición se le concederán todas las facultades espirituales y temporales que los demás generales nuestros compañe- ros suelen tener por ley, por costumbre, el poder de recibirlas y conser- varlas…58


    El padre general respondió al llamado de los hermanos de Ecuador con la colaboración de las provincias italianas. Esta situa- ción durará hasta unos años y confrontando muchos avatares.

    Conventos hasta 1872


    Los Conventos en los que la provincia Agustiniana del Ecua- dor tiene presencia hasta 1872 son: Quito, Latacunga, Ibarra, Pasto y Guayaquil.

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    Se puede observar que los conventos de Cuenca, Riobamba y Loja ya no forman parte de los agustinos. Esto es debido a las dis- posiciones del presidente D. Gabriel García Moreno, que pidió que fuesen entregados a otras instituciones religiosas. Con la pérdida de estas iglesias y conventos, se perdieron también sus doctrinas en Sit- chos y Malacatos.

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  2. Ibidem.

58 APAE, vol. 21, fol. 20 – 20v.



Nuevos refuerzos y el Señor de la Buena Esperanza, 1873–1972


A la destrucción de la Iglesia y el Convento provocada por la erupción del volcán Cotopaxi el 26 de junio 1877, le siguió el re- fuerzo en los trabajos provenientes de España y el incendio del Con- vento de Quito. La misión que el Señor de la Buena Esperanza desarrolló por el sur del país sirvió de solaz a toda la situación. La Iglesia y el Convento Máximo de San Agustín de Quito fueron com- pletamente reconstruidos en 1910.


La Erupción del Volcán Cotopaxi , 26 junio 1877

Todo el esfuerzo de construcción que hasta ahora se había realizado se vino abajo con el gran cataclismo de la erupción del vol- cán Cotopaxi en 1877. Sólo quedaron en pie la torre de la Iglesia y el general. Las piedras de su fachada se reutilizaron en la nueva cons- trucción.


Apoyo de los Padres Españoles, 1890 - 1900

A los Agustinos de la Provincia Agustiniana de Castilla a la que recientemente se habían restaurado los padres generales, Pací- fico Neno y Sebastián Martinelli, le asignaron continuar con la mi- sión de apoyo en el Ecuador. El acuerdo se estableció por medio del comisario general de los padres agustinos de España, Enmanuel Díez. Entre ellos,


(…) enviaron un selecto grupo de trece frailes al Ecuador, entre 1888 y 1892. El P. Valentín Alústiza, de la primera tanda, fue de Visitador Apostólico y luego Comisario del P. General entre 1889 y 1892 en sus- titución del P. Ángel Fateschi, italiano. El. P. Alústiza cesa por enfer- medad y sería sustituido por el P. Valentín Iglesias Espinal, nombrado Comisario por credenciales del P. General, según su oficio expedido en Roma el 24 de noviembre de 1991.59


59 Félix Carmona Moreno, Agustinos en Guayaquil: desde 1588, evangelización, parroquia y colegio,

Madrid: Ediciones Escurialenses, 2009. pág. 96 – 97.


Entre los que vinieron desde España hasta Ecuador se en- cuentra: Valentín Iglesias quien ejercerá como Comisario de los Agustinos en el Ecuador60, Manuel Donis.61 El 10 de marzo de 1892 fueron también enviados los PP. Cecilio Díez, Zacarías Riol, Modesto Gómez y Guillermo Martínez.62

El centro de su misión consistió en la formación de nuevos hermanos para la Provincia de Ecuador. Además, debían mantener la observancia según el modelo que se mantenía en la Provincia del Ecuador, cualquier innovación en las comunidades debía ser apro- bada por el Prior del Convento Máximo de Quito. La sustentación del noviciado y el profesorio se realizaría con las 12 o 14 misas men- suales que celebrarían cada uno de los padres españoles.63

Para 1892 se registran las primeras Profesiones de Votos sim- ples de los frailes: Alonso Portilla, José Guzmán, Juan Soxo y Manuel Proaño.64 Entre los que más tarde recibieron la ordenación como sub- diáconos están: Fr. Agustín A. Herrera, subdiácono;65 Juan Terán, Querubín Hato y Agustín Herrera.66

El P. Valentín Iglesias en 1894 se refiere a los priores de los conventos de: Quito, Latacunga y Guayaquil.67 Con lo cual el número de conventos se había reducido por disposiciones presidenciales y por el reducido número de frailes.


Incendio del Convento de Guayaquil, 12 febrero 1896

La situación de la Provincia Agustiniana del Ecuador se agravó con el incendio del convento de Guayaquil el 12 de febrero de 1896. Este día:


(…) se declaró un espantoso incendio, que asoló una parte de la ciudad y acabó con el convento agustiniano, la iglesia y la mayor parte de su tesoro artístico, uno de los más valiosos de la ciudad. A penas pudieron


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60 APAE, vol. 21, fol. 239 – 239v.

  1. Cfr. APAE, vol. 21, fol. 200.

  2. Cfr. APAE, vol. 21, fol. 203.

  3. Cfr. APAE, vol. 21, fol. 209.

  4. APAE, vol. 21, fol. 215.

  5. APAE, vol. 21, fol. 213.

  6. APAE, vol. 21, fol. 213.

  7. APAE, vol. 21, fol. 255.



    salvarse algunos libros de la biblioteca, varios objetos de la iglesia, como cálices y custodias, y pocos enseres de la casa…68


    Señor de la Buena Esperanza, 1898

    Ante la iglesia destruida, los frailes de la comunidad deciden enviar al Señor de la Buena Esperanza para reunir los fondos para la reconstrucción del Iglesia y el Convento Máximo de San Agustín del Ecuador. Su misión se desarrolló por todos los pueblos y doctri- nas del sur del país. Destaca entre ellos las ciudades de: Loja, Mala- catos y Tumbes. Con los fondos recaudados de su misión se logró construir su nueva capilla:


    Queda situada en el fondo de la nave izquierda de la Iglesia y comienza por una fachada que llega hasta la altura de la bóveda que, despintada al óleo, invitación mármol rosado, hay un arquito superior con tribuno calado de madera. Los estatutos de la Cofradía fueron reformados y aprobados por el Arzobispo de Quito el 29 de abril de 1898. Elevada a Archicofradía por el Papa Pío XI en 1923. 69


    Reconstrucción del Templo, 1910

    Terminada la fachada frontal del área del altar, se procedió a la construcción de la nave central y sus laterales. Para ello se hizo uso del sistema de andamios. La reconstrucción concluyó en 1910.


    Conventos en 1972

    Los conventos que a final de este período se citan son: Quito, Latacunga, Guayaquil, Chone, Ibarra, Conocoto, Loja y Villa Flora.70 Sobre el Colegio San Agustín, se conoce que para este año se había habilitado el tercer piso como residencia de los frailes.71


    La Provincia San Miguel del Ecuador, 1973–2023


    Al inicio de la quinta centuria la Provincia del Ecuador avan-


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  8. Félix Carmona Moreno, Agustinos en Guayaquil: desde 1588, evangelización, parroquia y colegio,

    Op. Cit., págs. 98 – 99.

  9. APAE, vol. 17, fol. 8.

70 APAE, vol. 180, fol. 367 – 368.

71 APAE, vol. 180, fol. 3


za sin refuerzos, tiene el número de vocaciones suficientes como para progresar con las obras que mantiene. Esto no evitará la entrega de conventos y la llegada de nuevos modelos de refuerzos.


Entrega del convento de Loja, 1975

Es la última obra entregada. El motivo de esta decisión fue doble, la falta de personal y la distancia de los demás conventos. Se hizo cargo de esta misión la Diócesis de Loja.


Padres irlandeses, 1980 – 2008

Los padresirlandeses desarrollaron una labor social en la re- gión de Chone (Manabí) desde 1980 hasta 2008. Esta obra fue entre- gada a los padres de la Provincia de Ecuador en 2008. Aunque el último de ellos en salir de la tierra ecuatoriana fue el P. Thed en junio de 2022.


Dependencia del régimen de la Provincia de Ntra. Sra. de Gracia de Colombia, 2005

Inicia este apoyo oficialmente bajo el provincialato del P. Au- relia Zárate de Ecuador y el P. Argiro Escobar de Colombia.


Fraternidades seculares Agustinianas, 2020–2022

Crecen en la Provincia San Miguel del Ecuador los grupos de laicos que desean vivir más de cerca la Espiritualidad Agusti- niana. Entre ellos ve sus inicios en 2020 la Fraternidad Laical del Señor de la Buena Esperanza afiliada desde el Convento Máximo de San Agustín de Quito. De igual modo, en 2022 la Fraternidad Laical Santa Rita de Casia dependiente del Convento de Conocoto.


Conventos en la actualidad, 2023

Conventos en 2023: Quito, Guayaquil, Ibarra, Latacunga, Chone, Conocoto y Villa Flora.



Conclusión


A través de los 450 años de andadura que ha trascurrido en la vida de la Provincia Agustiniana del Ecuador, iniciada en 1573, se observa de manera panorámica que ha habido un cambio en su de- nominación debido al paso de la soberanía real dependiente de Es- paña a un modelo democrático dependiente del pueblo ecuatoriano; así, de ser la Provincia Agustiniana de San Miguel de Quito, pasó a denominarse, Provincia Agustiniana San Miguel del Ecuador. Se ma- nifiesta en ella un profundo interés por el crecimiento vocacional: en su período naciente hasta 1601 llegaron a profesar 63 frailes como novicios de su convento. De ella nació en 1601 la Provincia Agusti- niana Nuestra Señora de Gracia del Virreinato de Nueva Granada, hoy Colombia. Los esfuerzos por embellecer el Convento Máximo San Miguel de Quito, concluido ya en 1761, llevó a los frailes a con- tratar al artista Miguel de Santiago para pintar la colección de cua- dros sobre la Vida de San Agustín. A este convento estuvo unida la Universidad San Fulgencio y el Colegio Mayor Santa Cathalina Már- tir. En su travesía historiográfica ha tenido que superar rebeliones, brillar como sede de la firma del Acta de Independencia, superar los avatares de terremotos y erupciones; así como, sufrir reformas de la vida religiosa y recibir como apoyo a hermanos de Italia, España e Irlanda. A través de estos años ha logrado mantener su presencia en lugares como Quito, Guayaquil y Latacunga. La presencia más re- ciente se identifica en Chone, Conocoto y Villaflora. Estos dos últi- mos se encuentra en la proximidad a Quito. La Provincia San Miguel de Quito o del Ecuador es cuna de grandes evangelizadores y ejem- plo de vida pastoral según el modelo de San Agustín, tal y como lo refleja cada uno de sus hijos y Fray Luis López de Solís, OSA


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Villasís Terán, Enrique. Historia de la evangelización del Quito. Quito: Gráficas Ibe- ria, 1987.

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


JOSÉ PERALTA, ARQUITECTO IDEÓLOGO

Y CONSTRUCTOR DEL ESTADO LIBERAL ECUATORIANO Y EL EXILIO: 1895-19201, 2


Rocío Rosero Jácome3


Resumen


A fines del siglo XIX las luchas entre conservadores y libera- les eran violentas. José Peralta fue un personaje de pasiones encon- tradas, de contradicciones ideológicas. Inicia su vida política como militante combativo en el conservadurismo católico radical. Su fo- gosidad de creyente y su incansable pluma fustigadora le llevan a varios exilios internos. Fue encarcelado por los liberales y enviado a Guayaquil, allí, leyó a los ideólogos liberales europeos. Estas lecturas transforman sus ideas de rabioso conservador a liberal heterodoxo laico. Esta ideología lo convertirá en el líder intelectual del libera- lismo radical ecuatoriano.

Peralta, fue abogado, periodista y político, difundió sus ideas revolucionarias en periódicos, revistas y libros, Apoyó y acompañó a Eloy Alfaro, desde su triunfo el 5 de junio de 1895 hasta el 11 de agosto de 1911 cuando un golpe de Estado defenestró a Alfaro. Du- rante las presidencias de Eloy Alfaro desempeñó varios ministerios estatales. Fue Ministro de Relaciones Exteriores, de Justicia, de Ins- trucción Pública y de Hacienda. En Peralta confluyen la teoría y la práctica, que, además de ser intelectual y revolucionario fue un eje-


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1 Ponencia presentada en el VI Coloquio Internacional Intelectuales, Migración y Exilio en Ibe- roamérica., 07-09-2023 Universidad Veracruzana, México.

2 Recibido: 02-10-2023 // Aceptado: 15/01/2024

  1. Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia, Magister en Docencia para Instituciones de Educación Superior, Doctora en Historia, Licenciada en Ciencias de la Edu- cación, Historia y Geografía, Miembro de la Red de Historiadores Latinoamericanistas, AHILA, de la Asociación de Estudios Interamericanos IAS, Miembro Correspondiente de la Sección de Antropología de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y de la Academia Nariñense de Historia. Docente de la Universidad Internacional del Ecuador, Escuela de la Relaciones In- ternacionales.



    cutor y organizador eficiente de las transformaciones legislativas, políticas, económicas, educativas, y de relaciones internacionales. Sus ideas y ejecuciones dividieron a los liberales, enfrentaron a la iglesia, al clero, al conservadurismo, a la oligarquía terrateniente y librecambista. José Peralta propuso un liberalismo laico y social con libertades y derechos. Su pensamiento y acciones tras el asesinato de Alfaro lo conducen al destierro ordenado por el presidente Leónidas Plaza. El sucesor presidencial Alfredo Baquerizo Moreno (1916-1920) le nombra ministro plenipotenciario del Ecuador ante el gobierno peruano Durante este pseudo-exilio y estancia administrativa escri- bió libros de política, filosofía e historia, manifiestos políticos, epís- tolas y artículos periodísticos. Su escritura es prolífica y multifacética como su personalidad. El presente ensayo procurará enmarcar al personaje en el contexto nacional, de América Latina y a nivel global, con énfasis en la exposición de su ideología y logros tangibles en las leyes que aún persisten en el presente.


    Palabras clave: José Peralta, Eloy Alfaro, liberalismo, conservadu- rismo, espiritualismo heterodoxo


    Abstract


    At the end of the 19th century the struggles between conser- vatives and liberals were violent. José Peralta was a character of mixed passions, of ideological contradictions. He began his political life as a combative activist in radical Catholic conservatism. His fiery believer and his tireless lambasting pen led him to several internal exiles. He was imprisoned by the liberals and sent to Guayaquil, there, he read the European liberal ideologues. These readings trans- form his ideas from rabid conservative to secular heterodox liberal. This ideology will make him the intellectual leader of Ecuadorian radical liberalism.

    Peralta, was a lawyer, journalist and politician, he spread his revolutionary ideas in newspapers, magazines and books. He sup- ported and accompanied Eloy Alfaro, from his triumph on June 5,


    1895 until August 11, 1911 when a coup d'état defenestrated Alfaro. During the presidencies of Eloy Alfaro he held several state minis- tries. He was Minister of Foreign Affairs, Justice, Public Instruction and Finance. Theory and practice come together in Peralta, who, in addition to being an intellectual and revolutionary, was an efficient executor and organizer of legislative, political, economic, educatio- nal, and international relations transformations. Their ideas and exe- cutions divided the liberals, they confronted the church, the clergy, conservatism, the land-owning and free-trading oligarchy. José Pe- ralta proposed a secular and social liberalism with freedoms and rights. His thoughts and actions after Alfaro's murder lead him to exile ordered by President Leónidas Plaza. The presidential succes- sor Alfredo Baquerizo Moreno (1916-1920) appointed him plenipo- tentiary minister of Ecuador to the Peruvian government. During this pseudo-exile and administrative stay he wrote books on politics, philosophy and history, political manifestos, epistles and journalistic articles. His writing is prolific and multifaceted like his personality. This essay will attempt to frame the character in the national, Latin American and global context, with emphasis on the presentation of his ideology and tangible achievements in the laws that still persist in the present.


    Key Words: José Peralta, Eloy Alfaro, liberalism, conservatism, he- terodox spiritualism


    Introducción


    Las ideologías antagónicas han sido la causa de exilios, ex- clusiones y, sobre todo, judicialización de las acciones administrati- vas en diversas latitudes de Latinoamérica tanto en el siglo XIX como en el XX. En Ecuador, en cada cambio de gobierno, los derrotados corrían desafortunados destinos, podían convertirse en prófugos o desterrados, en muchos casos, llevaban sus familias a cuestas camino de la emigración forzada. A nivel mundial el último cuarto del siglo



    XIX y el primer cuarto del siglo XX fue un largo periodo de guerras y revoluciones con nuevas corrientes de pensamiento como el libe- ralismo, el socialismo, el nihilismo, el idealismo y el nacionalismo. En el Ecuador, el liberalismo como revolución social y política fue una necesidad de la sociedad civil en el contexto del mundo. Ecua- dor cambió su modo productivo hacendario, cuasi feudal, a otro de producción capitalista. El Estado era oligárquico y terrateniente, de allí que el movimiento revolucionario buscó afirmar en las mentes de los ciudadanos ideas de libertad.

    El siglo XIX trajo aparejados a los cambios políticos, sociales y económicos; los cambios geopolíticos u organización de los Estados nacionales con la reorganización de las colonias de África y Asia; también las aplicaciones prácticas de las ciencias en las máquinas de vapor para ferrocarriles y barcos, ello aceleró su industrialización y la competencia. Así, el transporte cambió la vida de las poblaciones y devino en la urbanización. Estos cambios traían aparejada la idea del progreso social y económico asociado a lo técnico. Las industrias convirtieron a las ciudades de Europa occidental en centros compe- titivos fabriles que requirieron del desplazamiento humano del agro a la ciudad, ello implicó la precarización laboral y de la vida de los citadinos; además, marcó variadas diferencias sociales. Este modelo se exportó de Europa a los continentes y se popularizó con rapidez a través de Estados Unidos a fines del siglo XIX y tras la Primera Guerra Mundial al resto del planeta.

    En el Ecuador y en el mundo occidental, la revolución liberal trajo el cambio de la estructura política de monarquía a república. En América significó la ruptura de la dependencia política de Es- paña, empero, y la vez, la inmediata dependencia económica de In- glaterra a través de los préstamos para la independencia. Las revoluciones liberales continentales de América Latina fueron la rei- vindicación de las élites socio -económicas a través del desarrollo de ideas constitucionales que gestionen la economía capitalista con de- pendencia monopólica del capital internacional. José Moncada ad- vierte que el centro de dominación extranjera se desplazó de España a Inglaterra y luego a Estados Unidos a través del comercio, las in- versiones, la política, la cultura y la diplomacia.4


    El Ecuador desde 1860 lo social y económico tenía como eje ideológico la Iglesia Católica e influía en lo social y económico; en esta época proliferaron las exportaciones de cacao5 y también proli- feraron construcciones de capillas y templos y la instrucción educa- tiva primaria, media y superior estaba en manos de comunidades religiosas tanto de varones cuanto de mujeres. El presidente García Moreno (1860-1875) implantó la educación pública confesional. En lo económico, García Moreno era liberal, de allí que estructuró la educación para obtener aprendizajes en ciencias y tecnologías. Creó la Escuela Politécnica dirigida por jesuitas alemanes, empero, a costa del cierre de la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Este centralismo y direccionamiento religioso-político de la sociedad es- tructura las mentes de las personas que en ese periodo carecen de li- bertad de pensamiento.

    Los textos de José Peralta son una crítica constante, mordaz y activa sobre la cultura ecuatoriana regida por normas y códigos provenientes de una educación escolástica, memorística, con textos en latín sobre meditaciones metafísicas que constituyeron base de una política teocrática, autoritaria, excluyente, monárquica, y con formas morales serviles, aduladoras; en ese ambiente reinaba el des- potismo y la hipocresía. Se exaltaba al poderoso y, el desprecio arro- gante y feroz era para los pobres y los débiles. La educación escolástica buscaba el encumbramiento social, guardar las aparien- cias y el objetivo vital era ser considerado aristócrata. Esta ideología se sustenta en el clero y se basa en el poder económico terrateniente de la sierra.6

    En contraste, el liberalismo ideológico manifiesto en José Pe- ralta, a fines del siglo XIX, se enfoca hacía las libertades humanas. Estas ideas de búsqueda del conocimiento y de las libertades como derechos humanos y sociales se compartían en América Latina y Eu- ropa. Hispanoamérica se convirtió en un centro de intercambio cul-


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  2. José Moncada, “De la independencia al auge exportador” Ecuador: pasado y presente, Libresa, Quito, 1995, pp. 81-96, en pp. 95-96

  3. Enrique Ayala y Rafal Cordero Aguilar “Periodo garciano: panorama histórico 1860-1875,

    Nueva Historia del Ecuador, Vol. 7, pp.199-233, p. 220.

  4. Alfredo Albuja Galindo, “José Peralta y el establecimiento del laicismo ecuatoriano (1855- 1937)” Visión actual de José Peralta, Fundación Friedrich Neumann, Cuenca, 1989.



    tural e intelectual en los siglos XIX y XX, Jorge Núñez lo expone de la siguiente manera:


    (...) en los diversos países empezaron a leerse por igual autores como los ecuatorianos Olmedo, Montalvo, Mera y Llona, los colombianos Isaacs, Pombo, Silva y Vargas Vila, los peruanos Salaverry, Palma, Gon- zález Prada y Matto de Turner, los cubanos Casal, Valdés, Avellaneda, Heredia y Martí, los mexicanos Acuña, Alamán, Díaz Mirón, Peza y Gutiérrez Nájera, los argentinos Sarmiento, Carriego, Echeverría, Her- nández y Obligado, o los chilenos Lastarria, Blest Gana, Bilbao y To- cornal.7


    Estos personajes entre otros, son los que generan utopías li- berales, son profesionales juristas o periodistas de formación univer- sitaria, lectores y académicos; muchos de ellos fundan universidades, son docentes y participan del ideal de la formación laica, Así, estos personajes y muchos otros liberales con formación enciclopédica se propusieron:


    Hacer la Patria, construirla; desterrar la ignorancia y denunciar la de- sigualdad. A la vanguardia de los intelectuales de un largo período le infunde sentido y dirección un conocimiento fundacional: el principio de sus obras es «la escritura de la Nación», sus códigos éticos, sus re- visiones de la mentalidad despótica, su elogio de las clases populares, sus sistemas educativos, sus exigencias culturales.8


    América Latina se convierte en un semillero de escritores que se leen; entonces, la literatura ya no es solo europea, ahora es inter e intra continental.


    Las ideas liberales de José Peralta


    Al entender el liberalismo doctrinario decimonónico, como un camino para cambiar al mundo desde el análisis circunstancial y


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  5. Jorge Núñez Sánchez, “Fronteras, exilios y destierros” Parina del Sur, Revista Latinoamericana de Pensamiento Crítico, [En línea], año 11, núm. 41, octubre-diciembre, 2019. ISSN: 2007-2309.

  6. Carlos Monsiváis, “De los intelectuales en América Latina”, América Latina Hoy, 47, Ediciones Universidad de Salamanca 2007, pp. 15-38, p. 18.


    racional, José Peralta compendió que los problemas del Ecuador po- drían solventarse a través de la democracia, con visión de progreso, que traería satisfacción y felicidad humanas. Es necesario advertir que el liberalismo europeo es antirreligioso, en cambio, Peralta unió su concepción liberal y democrática a la idea de la tradición católica del Ecuador, lo expresó así: “El cristianismo al despedazar las cadenas de la servidumbre y emancipar la raza humana, sentó las bases de los modernos gobiernos democráticos destinados a labrar la ventura de las naciones.”9

    Peralta no se opone a la religión, se opone a la instrumenta- lización de la religión por parte del clero ambicioso del poder mate- rial y del poder sobre la conciencia de los feligreses por cuya acción, dominar a la población por miedo de atentar contra lo divino y el clero se cree divino. Peralta advierte que “consagrado el mutismo de la imprenta, la cátedra y la tribuna, así como por mandato divino, la redención del Ecuador era imposible10 En el artículo “El pauperismo” rechaza el despotismo católico por la ceguera clerical a los cambios del mundo, esto es: al comercio, a las ciencias y a las tecnologías, al trabajo con máquinas. Peralta consideraba que esos cambios mundiales reper- cutirían en una forma de prosperidad y felicidad para la humanidad y el Ecuador en el gobierno de Alfaro, dice:


    ¡Favorezcamos las industrias, fomentemos la inmigración, protejamos el comercio, respetemos el taller, bendigamos el trabajo, independicemos al pro- letario, instruyamos al trabajador y la República será grande, próspera y feliz

    ¡Vías de comunicación; garantías para la propiedad, la creencia y la vida; leyes sabias para impulsar el trabajo; y Alfaro será el padre del pueblo, el iniciador de la riqueza ecuatoriana.11


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    Peralta comenta que los clérigos subyugan a la población desde lo económico y la mantienen ignorante, de allí que esta situa- ción se contrasta con la esperanza de los cambios que la revolución liberal ofrece para todos, mediante oportunidades de progreso. Por otra parte, pone de manifiesto la codicia del clero, los cobros en me- tálico o en especies -a veces excesivos- por todos los servicios reli-


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  7. José Peralta, “La democracia”, Años de lucha, T. I, Editorial Amazonas, Cuenca, 1974, p. 296

  8. Ibid, Introducción, p. VI

  9. José Peralta, “El pauperismo”, La Razón, Ti, N°5, Cuenca 4 de diciembre de 1895



    giosos, además, por el acaparamiento de propiedades que, en la ma- yoría de los casos, estaban improductivas y que la conducta del clero era poco edificante y ocioso. “¡No más diezmos ni tributos religiosos!

    ¡No más censos ni capellanías! (…) ¡No más látigo para el proletario!12 La entusiasta divulgación de las ideas liberales y de la promoción del líder paternal, Alfaro, es su convencimiento para vindicar el pau- perismo que denuncia y la riqueza de un muy pequeño sector de la sociedad, Juan Cordero comenta: “No había razón para que la iglesia sea monopolizadora de la cultura, del pensamiento, de la moral, de la opi- nión. Los laicos reclamaron (…) a partir de este periodo y estas luchas se produce la irrupción y el sólido ingreso de los laicos a la vida cultural del país.13

    La revolución alfarista, se encuadró en potenciar la inserción del Ecuador al comercio internacional a través de bienes de consumo por la inspiración liberal de Peralta. Alfaro expidió el 26 de junio de 1906 la Ley de Protección de industrias, así, se desarrollaron los in- genios azucareros, la industria textil, la cervecería. Se vendían pro- ductos primarios exportables en los mercados internacionales como: el cacao, el café, manufacturados como os sobreros de paja toqui- lla.14A partir de 1896 su gobierno gestionó créditos para vialidad fe- rroviaria. Peralta comenta que Ley de protección de la industria, fomentó el espíritu de empresa y nuevos métodos de producción que buscaba fueran realizados por los ciudadanos puesto que la ciudada- nía era una condición de igualdad para todos, en consecuencia, se as- piraba a iguales oportunidades.15 Ecuador recibe inversiones externas de Estados Unidos para la construcción de la línea de ferrocarril que serviría para vincular comercialmente las zonas productivas del país, para facilitar las exportaciones en cantidad y velocidad por la trans- portación en vagones ferroviarios, en contraste al transporte que se realizaba en recuas. De acuerdo a la Crónica Comercial e Industrial de inicios del siglo resulta significativa la importación de maquinaria

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  10. José Peralta, “La democracia”, Años de lucha, T. I, Editorial Amazonas, Cuenca, 1974, p. 296

  11. Juan Cordero Iñiguez, “Estudio Introductorio” José Peralta, Pensamiento Filosófico y Político, Banco Central del Ecuador-Corporación Editora Nacional, Quito, 1989, p.23

  12. Guía comercial Agrícola e Industrial de la República, Talleres Gráficas de E. Rodenas, Guayaquil, 1909.

  13. José Peralta, El Régimen Liberal y el Régimen Conservador, Juzgados por sus obras, Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios, Quito, 1911., p. 112


    industrial con un promedio anual de 1198 toneladas métricas hacia 1908 y, entre 1920-1924 se aumenta a 1609 toneladas métricas.16

    El desplazamiento humano y de productos de la sierra a la costa y viceversa era una obra titánica debido a la geografía agreste y montañosa de los Andes. Con el ferrocarril, el gobierno de Alfaro, además, buscó la unidad política nacional; en este marco predominó la burguesía comercial en el proceso de integración del Ecuador al capitalismo internacional con la exportación de productos primarios como el cacao, los metales y el petróleo. Moreano señala que esta vinculación se produjo a través de la presencia algunas compañías como la South American Development Co. para la explotación del oro en la zona de las antiguas minas de Portovelo, igualmente, con la Anglo-Ecuadorian Oil Field, compañía inglesa, para la explotación de petróleo en la costa de Manabí, en Santa Elena; también estuvo en el periodo de Alfaro: la compañía The Quito and Guayaquil Rail- way Co.17

    Albornoz señala que se intentó desde Estados Unidos aplicar la Ley McKinley y tomar posesión de las islas Galápagos.18 Peralta, durante el periodo de su asesoramiento a Eloy Alfaro, también fue el ejecutor del plan de estructuración del Estado liberal y social, dijo con satisfacción lo siguiente: “Las reformas liberales se han reflejado en el creciente bienestar y prosperidad del país, en su adelanto material, y en el prodigioso aumento de la riqueza pública.19 Y uno de sus antagonistas Monseñor Federico González Suárez, arzobispo de Quito sobre la obra de Peralta comentó: “(…) al doctor Peralta, Dios le dio mucho ta- lento, y él lo está empleando bien en el servicio de la patria.20 González Suárez fue un acérrimo opositor al laicismo liderado por José Peralta, igualmente, al matrimonio civil, al divorcio, a los registros, y a los enterramientos fuera de las iglesias, en cementerios municipales.


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  14. Patricio Ycaza, “José peralta y la acción laboral del liberalismo” Visión actual de José Peralta,

    Fundación Friederic Neumann, Quito, 1989, pp. 425-451

  15. Alejandro Moreano, “Capitalismo y lucha de clases en la primera mitad del siglo XX” Ecuador: pasado y presente, Libresa, Quito, 1995, pp. 97-151, p. 99

  16. Oswaldo Albornoz, Del crimen de El Ejido a la revolución del 9 de julio de 1925, Editorial Claridad, Guayaquil, 1969, pp.47-48

  17. José Peralta, El Régimen Liberal y el Régimen Conservador, cit. p. 128

  18. Lucio Salazar Tamaríz, Una comarca y sus destellos: semblanzas instantáneas, Editorial Amazonas, Cuenca, 1965, p. 137.



    Aplicación ideológica en el ejercicio administrativo de las carteras de Estado


    Para fines del siglo XIX e inicios del siglo XX el pensamiento de José Peralta se constituye en el ícono liberal para el proyecto po- lítico de Eloy Alfaro centrado en la consolidación del pensamiento laico, liberal, nacionalista. Este pensamiento lo convierte en perso- naje radical a los ojos de las otras tendencias liberales. Peralta consi- deraba el bienestar social de todas las capas de la población, especialmente de los campesinos e indígenas. Su propósito era liber- tad de circulación, de trabajo y expresión para todos. Propuso el lai- cismo educativo, la defensa del territorio nacional, la soberanía del país respecto de otros Estados y la igualdad social. Peralta conside- raba estos requisitos indispensables para la proyección del Estado ecuatoriano al progreso y de los pueblos que lo constituían. América Latina compartía las inquietudes ideológicas liberales en torno a la libertad de pensamiento y de expresión, así Peralta señala: “¿No puede, pues progresar el espíritu humano ni dar un paso adelante, sin ha- cerse reo de apostasía?”21Así, escribir resultaba peligroso y un demérito social al ser señalado por la iglesia como apóstata. Lo deseable para la población, desde el punto de vista eclesiástico, era una grey obe- diente y silenciosa. Peralta en 1897 renuncia a la Asamblea porque los representantes con pensamiento conservador ocupaban curules liberales.

    Durante los periodos de gobierno de Eloy Alfaro,22 José Pe-

    ralta participó directamente en la administración desde diversas fun- ciones. Su formación académica en jurisprudencia, su dedicación al trabajo, condiciones previas aunadas al vigor físico y fervor ideoló-


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  19. Diana Elizabeth, “El pensamiento de José Peralta en la consolidación de la revolución liberal en el Ecuador, , Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/420531 Cfr. An- tonio Lloret Bastidas, Ensayos para la Memoria, Historia sucinta del pensamiento político del Azuay a través de sus ponentes, desde Fray Vicente Solano, hasta José Peralta, GPK, In- dustria Gráfica Cuenca, 2020.,pp.314-31

  20. Eloy Alfaro permaneció en el poder como Jefe supremo y luego como presidente constitu- cional entre 1895-1901; luego Leónidas Plaza Gutiérrez entre 1901-1905; Lizardo García 1905- 1906 y el segundo periodo de Eloy Alfaro avanza desde 1906 como Jefe Supremo, como presidente interino de 1906-1907 y como presidente constitucional de 1907-1911.Enrique Ayala Mora, Historia del Ecuador Época Republicana, p. 131


    gico, hicieron de Peralta un superministro. En septiembre de 1898 fue nombrado Ministro de Gobierno y Hacienda y en octubre, aceptó también el ministerio de Instrucción Pública y el de Relaciones Ex- teriores y Cultos.23 Al ser responsable de diversas carteras de Estado, Peralta instauró el laicismo mediante un proceso de separación po- lítica entre la iglesia y el Estado que se concretó en la Constitución de 1906, empero, Alfaro desde el inicio del primer periodo de go- bierno se introdujeron múltiples Leyes y decretos cambios sociales por ejemplo la Ley para erradicar la explotación a los indígenas.24 Así, la carta constitucional de 1906 contiene la estructura del Estado y enfatiza en las libertades y la soberanía. La educación es conside- rada de suprema importancia para la implementación de la laicidad para enseñar y comprender las libertades para las personas y sus de- rechos.25 José Peralta fue uno de los representantes del Congreso constituyente, participó como diputado del Cañar en 1906 y encar- gado de la redacción final.26 Esta Carta Fundamental registra aportes trascendentes para la transformación del Ecuador en el siglo XX.27 Las ideas de Peralta y de otros coidearios liberales representan la concreción, en las Leyes, de una lucha ideológico-social por el pro- greso material y espiritual de la mayoría de los ecuatorianos. Se co- noce como el Decálogo liberal radical al logro conseguido por esta tendencia político social. 1- Ley de Manos Muertas, 2- Supresión de conventos, 3- Supresión de Monasterios, 4- Enseñanza Laica obliga- toria, 5- Libertad de los indios, 6- Abolición del Concordato, 7- Se-


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  21. Oswaldo Albornoz Peralta, Semblanza de José Peralta Primera edición: 1960 Segunda edición (digital): 2020 Levantamiento de texto: Gabriela Albornoz Andrade Prólogo y edición: César Albornoz. Cronología, pp.55-63

  22. Decreto de exoneración de contribución territorial y trabajo subsidiario. Registro oficial, N°14, 29 de agosto de 1895

  23. Constitución de 1906 Título I. De la Nación, sus límites y forma de Gobierno, y algunos artículos referentes al tema se encuentran en Anexo al final del texto.

  24. Título XV. Disposiciones transitorias

    Tercera.- El Presidente de la República elegido por esta Asamblea concluirá su período constitucional el 31-08-1911.

    Las primeras elecciones de Senadores y Diputados se verificarán desde el primer domingo de mayo de 1907, sujetándose en lo demás a la ley respectiva, y la reunión del primer Congreso Constitucional Ordinario se verificará el diez de agosto de mil novecientos ocho. Implementos para las artes Registro Oficial N°1117, 1900

  25. La Constitución se aprobó el 23 de diciembre de 1906.



    cularización eclesiástica, 8- Expulsión del clero extranjero, 9- Ejército fuerte y bien remunerado, 10- Ferrocarriles al Pacífico28

    Desde el Ministerio de Educación, José Peralta puso en prác- tica sus propuestas laicas en todos los planteles del país a nivel pri- mario, secundario y universitario. Creó nuevas opciones de estudio como artes y música.29 Estableció escuelas especializadas para la for- mación de docentes en Quito, Guayaquil y Cuenca30 También creó nuevos colegios para la formación de bachilleres, entre ellos el Cole- gio Mejía, el Colegio Eloy Alfaro, el Juan Montalvo y el colegio Ma- nuela Cañizares para mujeres. Contrató educadores laicos extran- jeros para que apliquen los métodos pedagógicos conforme a la época.31 El Estado se encargaría de la protección y los pagos reque- ridos para la educación de las niñas huérfanas de militares en los co- legios del Buen Pastor, La providencia y los Sagrados Corazones.32


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  26. Decálogo Radical, Diana Elizabeth, Cfr. El Pensamiento de José Peralta en la Consolidación de la Revolución Liberal en el Ecuador – GRIN, Tesis, 2014, https://www.grin.com/document

    /420531 (31-07-2023)

  27. Carmen Corbalán de Celis y Mireya Salgado,La Escuela de Bellas Artes en el Quito de Inicios del Siglo XX, nación y exclusión” Cuestiones urbanas regionales, Revista del Instituto de la Ciudad, Vol.1, N°3, Quito,2013, en: https://www.academia.edu/77407801/La_Es cuela

    _de_bellas_Artes_en_el_Quito_de_inicios_del_siglo_XX_liberalismo_naci%C3%B3n_y_ex clusi%C3%B3n (07-07-2023)

    Trinidad Pérez, “La Construcción del Campo Moderno del Arte en el Ecuador, 1860-1925: Geopolíticas del Arte y Eurocentrismo”, tesis doctoral, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, Quito, 2012, en: https://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/3081 (07-07- 2023)

  28. Majorie Peñafiel, El Poder político en la educación en el gobierno del General Eloy Alfaro en los años de 1895- 1912, Tesis de Licenciatura, UCE, Quito, 2017, pp.101-102. Entrevista a Katherine Orquera – pregunta 4 ¿Cuáles considera usted son los aspectos más relevantes para la educación? Expone: “va haber una grave resistencia por la iglesia respecto a que las mujeres vayan y se eduquen en esos colegios, más que por el hecho de hacerse maestras es el hecho de que las mujeres salgan de las casas a trabajar fuera de la casa, esto representa perder el control total de la iglesia sobre las mujeres. El gobierno liberal no va a lograr implantar la educación laica para la mujer en ese momento, ese proceso de implementarse va a lograrse lentamente mucho después, tanto que a pesar de tener una misión alemana y profesores expertos, logran que se gradúen 16 mujeres en 11 años casi una por año y las mujeres que en verdad se arriesgan son las que no tiene nada que perder como las que son llamadas hijas ilegitimas, las mujeres que lo hacían, de todas maneras tendrían problemas a momento de conseguir marido, entonces eso significaba una liberación.”

  29. Fuente: Registro Oficial N°1245, 1900: Pedido de actualización y reforma de la educación en todos los niveles de la educación: Registro Oficial N°1034, 1900, Peralta como Ministro de Hacienda.

  30. Fuente: Registro Oficial N°1233,5 de octubre de 1900


    Se estableció un colegio industrial para señoritas pobres.33 En Vinces se reconstruyó y amobló un colegio para niñas.34 En las Universida- des y colegios nacionales se enfatizó trabajar con ciencias experimen- tales35 El colegio San Vicente de Guayaquil pasó a llamarse Vicente Rocafuerte36 El Congreso decretó la creación de la Escuela de Bellas Artes con especializaciones en: Arquitectura, Escultura, Pintura, Mú- sica y Declamación37 Se fundaron bibliotecas públicas para ilustrar a la población a través de la lectura, es el caso de la biblioteca de Iba- rra.38 Se creó la Escuela Naval39 y el Instituto Nacional de Enseñanza Primaria.40 Se estableció la obligatoriedad de tener instrucción militar para los varones.41 Se crearon escuelas nocturnas para dar educación a adultos.42

    Peralta procuró, a través de las leyes, equilibrar acortar la distancia social de la sociedad de clases mediante la educación. En el marco de las ideas democráticas liberales buscó la apertura a los sectores sociales medios y la reforma de los contenidos de los pro- gramas educativos con miras económicas y políticas. Entre 1897-1920 corresponde al periodo de la reforma educativa liberal propiamente dicha con la creación, en 1897, del Colegio Mejía43, baluarte de la en- señanza secundaria laica y el establecimiento de las primeras nor- males laicas en 190144 La enseñanza laica se oficializó en 1906, no existían más de 30 normalistas egresados. El informe deploraba el


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  31. Registro Oficial N°1233, 27 de septiembre de 1900 34 Fuente: Registro Oficial N°1225, 8 d octubre de 1900 35 Ibid.

  1. Registro Oficial N°1237, 28 de septiembre de 1900

  2. Registro Oficial N°1225, 20 de octubre de 1900

  3. Registro Oficial N°1225, 24 de octubre de 1900

  4. Ibid.

  5. Registro Oficial N°1251 27 de octubre de 1900

  6. Fuente: Registro Oficial N°1251,17 de septiembre de 1900

  7. Fuente: Registro Oficial N°1251,15 de septiembre de 1900

  8. Su nombre conmemora al representante de la Audiencia de Quito en las Cortes de Cádiz en 1812 José Mejía Lequerica y participó en la estructuración de la primera Constitución política de la monarquía española que garantizaba igualdad de derechos a los españoles de ultramar. Art. 1“La nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios” https://www.congreso.es/docu/constituciones/1812/ce1812_cd.pdf

  9. Rosemarie Terán Najas, "La escolarización de la vida. El esfuerzo de construcción de la modernidad educativa en el Ecuador (1821-1921)", Tesis Doctoral en Historia de la Educación, UNED, 2014.



    bajo presupuesto y la improvisación observada en el conjunto de la reforma.45 Para 1911 el sistema de educación laica estaba consoli- dado. A junio de 1910, había 1088 escuelas primarias fiscales distri- buidas en las provincias, asistían 66.759 estudiantes y las asigna- ciones fiscales ascendían a 922.249,92446 sucres. Además, para esa misma época funcionaban 18 colegios47 y la erogación fiscal por la enseñanza media cuanto la enseñanza superior era de 466.920, 3748; además, el costo total de la instrucción pública incluida las becas y la enseñanza especial asciende a 1.875.463,0549 sucres. “En 1911 (…) la educación estatal abarcó- 1.197 escuelas, 1.484 maestros y 92.947 alumnos.50 Estas cifras muestran que la educación laica y pública au- mentó el mayor número de escuelas y estudiantes. La educación se convirtió en estrategia del liberalismo laico que se sustentó con la formación de docentes a través de Escuelas normales. Fue contratado por el Estado liberal para Rector del colegio Normal Juan Montalvo, el pedagogo español Fernando Pons, entre 1906-1908. Pons promo- vió las primeras organizaciones de maestros laicos. Escribió en 1913, su obra Metodología General: Métodos, Formas, Procedimientos y Siste- mas de enseñanza.51 En esa época fue el tratado pedagógico más ac- tualizado en el país. La educación popular artesanal y la formación de sindicatos estuvo articulada por Miguel Albuquerque,52 quien fue contratado por Alfaro,53 tuvo mucho éxito en la costa. Lucas Achig comenta las propuestas de Albuquerque para la organización sindi- cal en el Guayas, en estos términos:

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  10. Informe del Ministro de Instrucción Pública a la Nación, Imprenta Nacional, Quito, 1907, pp.

    168-170.

  11. Informe del Ministerio de instrucción Pública, Correos, Telégrafos, etc., etc, a la Nación, Ti- pografía de la Escuela de Artes y Oficios, Quito, junio de 1910, pp. XVII y XVIII.

  12. Ibid. p. XXVII.

  13. Ibid., p.XXIX

  14. Ibid., p. XXXIX

  15. Enrique Ayala Mora, “De la revolución alfarista al régimen oligárquico liberal (195-1925)”, Nueva historia del Ecuador,” Vol. 9, Corporación Editora nacional/Grijalvo, Quito, 1988, p. 147.

  16. Fernando Pons, Metodología General: Métodos, Formas, Procedimientos y Sistemas de enseñanza.

    Imprenta y Encuadernación Nacionales, Quito, 1913.

  17. Albuquerque fue sastre, presidente honorario y síndico de varias sociedades mutualistas. Fundó la Confederación Obrera de Guayas en 1905. Tomás Briones en 1908 fundó la Sociedad Cosmopolita de Cacahueros de Protección Mutua.

  18. Presencia de los movimientos insurgentes en el Ecuador https://cedema.org/digital_ items/182 (15-08-2023)


    Del liberalismo coge las tesis de educación libre, la abolición de los im- puestos y la necesidad de instalar oficinas de colocaciones. Del mutua- lismo recoge las propuestas de crear cajas de ahorro y la capacitación obrera; introduciendo reivindicaciones del descanso semanal, dismi- nución de la jornada de trabajo y expedición de leyes de protección al obrero.54


    El programa liberal en diversas áreas incrementó el servicio público en función las obras públicas en escuelas, caminos, profeso- res y militares, que demandó el aumento de las rentas fiscales.55 Ante el avance del programa liberal, a partir de 1906, los clérigos y los con- servadores organizan el Centro Católico de Obreros en Quito y para 1908 tenía sucursales en Riobamba, Ambato, Latacunga, Guaranda, y Alausí y se forma la Liga serrana San José con sede en Quito y su- bordinada a la iglesia católica.56La tendencia conservadora, por pri- mera vez, se vincula de forma directa, militantes acomodados y el clero, con las clases populares a fin de ganar sus simpatías y sus votos para las elecciones, a la vez, lograr de la clase trabajadora, la injerencia clerical en las filas de sus organizaciones a fin de contro- larlas y evitar que el liberalismo sea la primera y más importante fuerza política.

    En Peralta el laicismo representa un freno a la relación Es- tado-Iglesia, esta última con cuatro poderes: el económico, el político, el mental y el espiritual. Juan Paz y Miño señala que por el Concor- dato garciano el Ecuador se convertía en “feudo pontificio, en una co- lonia del Papa-Rey57 además -pensaba Peralta- que los derechos del Estado deberían concretarse en la Ley del Patronato. El Congreso aprobó el 11 de septiembre de 1899.58 Esta Ley de Patronato subor- dinó la Iglesia católica a los poderes Ejecutivo, Legislativo y al Con-


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  19. Lucas Achig, Orígenes de la organización sindical en el Ecuador, ILDIS, Universidad de Cuenca, 1986, p. 14. CFR. Patricio Ycaza “José Peralta y la acción laboral del liberalismo” Vi- sión actual de José Peralta, Fundación Frederich Neumann, Quito, 1989, pp. 425-452, p.433

  20. Enrique Ayala, Ibid. P. 149

  21. Patricio Ycaza “José Peralta y la acción laboral del liberalismo” Visión actual de José Peralta,

    Fundación Friederich Neumann, Quito, 1989, pp. 425-452

  22. Juan Paz y Miño, “La historicidad de José peralta”, Visión actual de José Peralta, Fundación Friedrich Neumann, Quito, 1989. p.121

  23. Eloy Alfaro puso el Ejecútese el 27 de septiembre. Se promulgó en el Registro Oficial 957.



    sejo de Estado.59 En 1899, en 1900 y en 1901 José Peralta presenta ante el Congreso los informes de las labores realizadas como ministro de diferentes carteras de Estado, como: Negocios Eclesiásticos, Instruc- ción Pública, Relaciones Exteriores e Inmigración, Informe de Ha- cienda sobre la deuda externa e Informe del Ministerio de Justicia.

    En el Informe de 1899 en calidad ministro de Negocios Ecle- siásticos, José Peralta expone al Congreso que ante la ausencia del delegado papal para Ecuador y Perú el Excmo. Señor Gasparri que viajó desde Italia y llegó a Lima y solo desde esa ciudad pretendió solucionar la situación socio-religiosa del Ecuador basándose sola- mente en la compilación de acusaciones contra el liberalismo ecua- toriano y su carta constitucional, sustentado solamente en una visión, esto es en la compilación realizada por el Cardenal Rampolla. Esta información fue conocida también con el nombre de Memorando Rampolla, en el cual expresó vituperios de la Constitución y del Es- tado, Peralta, elevó el prestigio de Estado soberano e independiente e indignado dijo lo siguiente:


    (…) no es tan solo atacar las conquistas del espíritu humano, sino des- conocer la autonomía de un Estado libre, independiente y soberano como el Ecuador. ¿Qué derecho tienen ninguna nación extranjera, y menos el Vaticano, para rever nuestra Constitución y nuestras leyes, marcarlas con el sello de una reprobación religiosa que se diga infalible y lanzarlas así en medio de un pueblo creyente para que las despedace y pisotee?60


    Con más ahínco Peralta crítica a la estructura ideológico-po- lítica centrada en los intereses de las jerarquías eclesiásticas benefi- ciarias de esta estructura compartida con las élites sociales y económicas. En sus textos, Peralta, advierte la dependencia paralela de una riqueza cultural en desestructuración cuyo aglomerante era sólo religioso. Sus ideas y su posicionamiento resultan ser la estrate- gia para lograr cambios o sujeciones, dependencias o independen-


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  24. Magno Marriot Barreto, “Constituciones y leyes de la Revolución Liberal respecto a la Iglesia Católica en el Ecuador” Boletín ANH. N°202, pp.147-166, p.155

  25. Luciano Coral, El Ecuador y el Vaticano o Revolución Religiosa en el Ecuador, Imprenta de El tiempo, Guayaquil 1899, p. 234


    cias. El pensamiento laico generó posiciones contrapuestas larga- mente debatidas. Enrique Ayala lo expone así:


    El siglo XX en el Ecuador se inició con el auge de la polémica sobre el establecimiento del Estado laico. Fueron sus protagonistas, por parte del liberalismo, además del propio Don Eloy, Abelardo Moncayo, José Peralta, Roberto Andrade y Manuel J. Calle, entre otros. De otro lado, en una postura distinta a la de los jerarcas más tradicionalistas, dominó la escena de la reacción católica el arzobispo Federico González Suárez con sus discípulos, entre ellos Jacinto Jijón y Caamaño. En Cuenca, la gran figura de la tendencia fue el ensayista y poeta Remigio Crespo Toral. El debate sobre el laicismo se extendió toda la mitad del siglo XX y en él se comprometieron las figuras más destacadas del pensamiento ecuatoriano, transformándose en el eje de la contienda política.61

    Como ministro de Hacienda, Peralta, procura la creación de Tribunales de Cuentas para Quito, Guayaquil y Cuenca,62 además con esta organización se apoya a la industria y para el comercio ex- terior se establece la Compañía Nacional del Cacao del Ecuador.63 En esta organización participaron pequeños productores y, además, se logró vender a precios competitivos en el exterior. Sobre las refor- mas liberales comenta José Peralta que hay bienestar y prosperidad en el país y lo señala en estos términos:


    Las Leyes (…) han dignificado y protegido el trabajo, concedido am- plias seguridades y garantías a la industria y a la inventiva, inspirando la más plena confianza al capital extranjero, abierto las puertas de la República a los inmigrantes, protegido de manera especial el comercio, facilitado el movimiento mercantil con el Talón oro y las vías de comu- nicación fácil y económica; y todos estos factores eficaces de progreso, nos han proporcionado pingües y tempranos frutos de prosperidad y riqueza.64


  26. Enrique Ayala Mora, Resumen de historia del Ecuador, tercera edición actualizada, Corpo- ración Editora nacional, Quito, 2008m p. 36, https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream

    /10644/836/1/AYALAE-CON0001-RESUMEN.pdf (05-07-2023)

  27. Alejandro Novoa, Recopilación de Mensajes, tomo IV, Imprenta el Tiempo, Guayaquil, 1907. Ver: Tribunal de cuentas, Eloy Alfaro, 12 de octubre de 1898, p. 391; también en 13 de octubre de 1899, p., 460

  28. Ibid., Compañía Nacional de cacao, Eloy Alfaro, 26 de septiembre de 1899, p. 451-454

  29. José Peralta, Régimen Liberal y Régimen conservador juzgados por sus obras, Tipografía de la es- cuela de Artes y Oficios, Quito, 1911, p. 130



Peralta presenta un cuadro comparativo de las rentas fisca- les, año por año, entre 1884 y 1893 La primera cifra es de 2’696.492,84 y la del año 1893 es de 4’325.701,86 y luego establece un cuadro anual de las Rentas fiscales durante el periodo liberal desde 1897 a 1909, los comparativos son de los siguientes rubros: Importación, Expor- tación, Otras rentas y totales. Revisadas estas cifras, existe un dese- quilibrio deficitario en la balanza, pero el resultado total es satisfactorio.65 En este ensayo se apreciarán solamente los totales de 1897 fueron 6’932.708,71 y 1909, un total de 16’370.698,90. Señala Pe- ralta que todos los pormenores económicos se registran en Las Me- morias de Hacienda, y comenta en 1911 lo siguiente: “Basta saber que el producto de Aduanas se ha elevado a ocho y nueve millones y que la totali- dad de ingresos asciende hoy día a quince y dieciséis millones de sucres, en tanto que el maximun de las entradas fiscales, durante la dominación con- servadora, apenas si alcanzaba cuatro millones!66 Comenta, también Pe- ralta, que las riquezas del país han sido cuadriplicadas debido al ferrocarril, pero, señala que esta obra ha sido impedida y vilipen- diada por la oposición conservadora y considerada como “un mal para la República.”67 Peralta escribe: “Y tómese en cuenta la limpieza con que han procedido los hombres del gobierno alfarista en todo lo relacio- nado con el ferrocarril trasandino; y se verá que el único móvil ha sido el patriotismo; la única norma de conducta, la más acrisolada honradez.”68 Además de las vías de comunicación férrea se indican otras mejoras de utilidad pública como: “agua potable, saneamiento de Guayaquil, puentes, caminos de herradura, construcción de cuarteles, embellecimiento de las poblaciones, parques, jardines, monumentos(…). 69

Peralta, en calidad de Ministro de Relaciones Exteriores, al- canza el reconocimiento del Estado ecuatoriano ante los gobiernos de Francia e Italia. Luciano Coral –uno de los asesinados en enero de 1912– escribe un libro de todo el proceso de las negociaciones re- alizadas con los representantes del Vaticano,70 estos fueron encuen-


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65 Ibid., p., 132

66 Ibid., p. 133

67 Ibid., p..140

68 Ibid., p. 141

69 Ibid., p.145

  1. Luciano Coral, El Ecuador y el Vaticano o la Revolución religiosa en el Ecuador, Imprenta de El


    tros previos a la futura estructuración de la Constitución liberal de 1906. Durante su periodo como Canciller, restableció las relaciones con Italia, rotas en el periodo garciano que no aceptó la unificación de Italia y la separación del Estado Vaticano. Peralta reforzó las re- laciones con Francia a través del apoyo a la Segunda Misión Geodé- sica Francesa. También, incrementó las rentas del servicio exterior mediante una reforma al reglamento consular y planteó la creación de la carrera diplomática que sustente los derechos de la nación.71 En 1910 Eloy Alfaro le nombra Ministro de Relaciones Exteriores y en 1911 Enviado Especial con el carácter de Embajador en Venezuela y preside la delegación ecuatoriana al Congreso Bolivariano que se realiza el mes de julio.72 En esta reunión sostuvo que el arbitraje de España sobre los problemas limítrofes Ecuador-Perú, atentaba a la soberanía e intereses vitales de las naciones americanas y no solo los límites entre Ecuador y Perú.73 En agosto de 1911 se produjo el golpe de Estado y la Guerra civil que fracturó al liberalismo. El 28 de enero de 1912 se produjo el asesinato de Alfaro.

    A fin de recapitular, de forma somera, la influencia de Peralta a través de su participación en los Congresos constituyentes 1897 y 1906 como representante liberal del Azuay dada su condición de ju- rista, por ello, fue uno de los gestores en los logros de la revolución liberal en las Asambleas Constituyentes de 1897 y 1906, en esta úl- tima, se le encargó de la redacción final de la Constitución Se consi- deran como logros alcanzados los siguientes: 1.- Ley de Instrucción Pública aprobada en la Asamblea Constituyente el 29 de mayo de 1897,74 recibió el Ejecútese del Presidente Alfaro el 30 de mayo de


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    Tiempo, Guayaquil, 1899, 343 pp. Dedicado a José Peralta “infatigable luchador por las re- formas religiosas, coronadas por la Ley de patronato”.

  2. Diana Elizabeth, Cfr. El Pensamiento de José Peralta en la Consolidación de la Revolución Liberal en el Ecuador – GRIN, Tesis, 2014, https://www.grin.com/document/420531 (31-07-2023)

  3. Alfredo Pareja Diezcanseco señala que Alfaro propuso a Peralta sea el sucesor, Peralta evitó confrontar con el interés de Flavio y de otros liberales. La hoguera Bárbara, Campaña nacional Eugenio Espejo por el libro de lectura, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 2003, p. 199

  4. Vicente Cordero Estrella, “José Peralta Redivivo” Visión actual de José Peralta. Fundación Frie- drich Naumann, Quito, 1989. pp. 329-376.

  5. La Ley de Instrucción Pública de 1897 es revisada en algunos artículos por Andrés Alejandro Campaña Remache, en estos términos: “El artículo 3 de la Ley instituyó un Consejo General de Instrucción Pública integrado con elementos seglares y representantes de la instrucción oficial; El artículo 4 numeral 15 de la Ley omitió la atribución del Consejo General de



    1897, así, el artículo 1 de la Ley establecía: “La Instrucción Pública abraza las enseñanzas primaria, secundaria y superior, dadas en los esta- blecimientos Públicos o en los de fundación particular, estatuidos conforme a la Ley75 ello implica la universalización de la educación laica y pú- blica; 2.- Decreto Legislativo de 8 de octubre de 1898;76 3.- Ley de Pa- tronato expedida por el Congreso de 1899;77 4.-Derogatoria de los


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    organizar y reglamentar los deberes religiosos y morales de los alumnos de las universidades y colegios. El artículo 5 numeral 6 eliminó la atribución del Ministro de Educación de impedir la enseñanza de doctrinas contrarias a la religión. El artículo 6 literal v) de la Ley excluyó la atribución de los subdirectores de instrucción pública a suspender a los maestros por conducta irreligiosa previa reclamación de la autoridad eclesiástica. Los artículos 16 y 19 de la Ley exigieron la condición de seglar a los rectores, inspectores y profesores de colegios y universidades. El artículo 30 de la Ley descartó que los párrocos conformen las juntas de inspección. El artículo 36 de la Ley prescindió de la prohibición de enseñar a los maestros que no fueren católicos o hubiesen atentado contra la religión. El artículo 37 de la Ley suprimió la atribución de los subdirectores de estudios a remover a los tutores por su conducta irreligiosa. El artículo 42 de la Ley eliminó la instrucción religiosa de una vez cada semana. Los artículos 68 y 72 de la Ley omitieron la enseñanza de religión en las universidades Central, de Guayaquil y Cuenca. El artículo 90 de la Ley excluyó que la universidad eclesiástica pueda conferir grados reconocidos por el Estado.” Andrés Alejandro Campaña Remache, ¿Restauración del Estado confesional en el Ecuador? Disertación previa a la obtención del título de licenciado en ciencias jurídicas, PUCE, Quito, abril, 2013, pp. 85- 86

  6. Leyes, Decretos y Resoluciones, Imprenta Nacional, Quito, 1898

  7. Julio Tobar Donoso, La legislación liberal y la iglesia católica en el Ecuador: estudio histórico-jurídico,

    Producción Gráfica, Quito, 2001.

  8. El Congreso de 1899 aprobó una nueva Ley de Patronato el 27 de septiembre. El artículo 1 instituyó que la Religión Católica, Apostólica, Romana es la Religión del Estado. El artículo 2 prohibió el cobro de derechos parroquiales (mortuorios). Art. 4 Los Legados o Nuncios del papa no podrán ejercer jurisdicción en la República sin previa autorización del Poder Ejecutivo, dada con Acuerdo del Consejo de Estado. El artículo 5 expresó que las bulas, breves y demás disposiciones pontificias no podían ejecutarse sin el exequátur del Poder Ejecutivo. El artículo 6 y 7 se refieren a que los religiosos en todas las categorías y dignidades deben prestar promesa ante el Ejecutivo o los gobiernos seccionales. El artículo 8 expresa que la Iglesia no podrá imponer contribución alguna y los que la e3xijan se castigarán con el Código Penal como estafadores. El Ar. 9 impide establecer noviciados sin autorización del Ejecutivo. Art. 16 el arrendamiento de bienes eclesiásticos debe hacer por subasta. El Art. 18 El derecho Patronato se ejerce por el Congreso, el poder Ejecutivo, Consejo de Estado para crear Diócesis, elegir Arzobispos y Obispos, sobre las misiones, sobre los concilios nacionales. Art. 23 No podrán ser elegidos Arzobispo u Obispos sino los ecuatorianos de nacimiento en ejercicio de los derechos de ciudadanía. Art. 27 Solo los ecuatorianos de nacimiento podrán ser Vicarios, Administradores Apostólicos, dignidades, canónigos o prebendados. Art. 35 Los curatos se concederán, solo a ecuatorianos en ejercicio de los derechos de ciudadanía. El artículo 36 prohibió nuevas órdenes religiosas en el Ecuador. El artículo 39 ningún prelado puede administrar su Diócesis desde el extranjero. El artículo 40 de la Ley derogó el Concordato. Revisar Luciano Coral, El Ecuador y el Vaticano o Revolución Religiosa en el Ecuador, Imprenta de El tiempo, Guayaquil 1899, pp.323-330.


    denominados “Decretos Sagrados” según Decreto Legislativo de oc- tubre de 1900; 5.-Leyes de Cementerios y Registro Civil de 1900; 6.- Ley de Matrimonio Civil del año 1902 y divorcio. La iglesia a través del Arzobispo González Suárez se opuso esta ley por considerarla “concubinato público”;78 7.-Ley de Cultos del año 1904 protegió y re- glamentó todo culto que no atentara contra la moral y el Estado, se prohibió a los religiosos ejercer cargos públicos o de elección popular y controló la administración de los bienes de las comunidades reli- giosas.79 8.- Ley de manos muertas, se llamó Ley de beneficencia. En 1908 asignó los bienes eclesiásticos a la beneficencia pública para be- neficiar en la mantención de hospitales, orfanatos.80 Enrique Ayala comenta: Los maestros, tenderos, pequeños propietarios e inclusive los montubios, se sintieron protagonistas de la sociedad ecuatoriana y se incor- poraron a lo que podríamos denominar el proyecto nacional mestizo.81

    José Peralta fue un personaje esencialmente contradictor, su ideología estaba al margen de los encuadres eclesiásticos y también de las influencias de corte tradicional liberal. Peralta proponía un li- beralismo social, incluyente y nacionalista, contrario al liberalismo librecambista, comercial y elitista liderado por Leónidas Plaza. De allí que fue exiliado por sus ideas políticas y sociales.


    Los escritos del exilio en Lima 1912-1920


    Los escritos de José Peralta han sido publicados muchos años después de su muerte. La mayoría de sus textos son impresos y/o re- editados en las décadas de 1960 y 1970. Dada su condición de escritor de fuste y contradictor, rebelde y revolucionario liberal, de tendencia


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  9. Enrique Ayala y otros: Federico González Suárez y la polémica del Estado laico; Biblioteca básica del Pensamiento Ecuatoriano, Banco Central del Ecuador-Corporación Editora Nacional, Vol. IV, Quito,1980, p. 280.

  10. Gabriela Ossembach, “La secularización del sistema educativo y de la práctica pedagógica: laicismo y nacionalismo” Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia, No. 8, Corporación Editora Nacional, Quito 1996, p. 36

  11. Registro oficial Registro Oficial 807 de 10 de Noviembre de 1908, https://www. lexis.com. ec/biblioteca/ley-manos-muertas-o-beneficencia, (1-08-2023)

  12. Enrique Ayala Mora,” Una perspectiva histórica general de la revolución liberal ecuatoriana”, Universidad y Verdad, Revista de la Universidad del Azuay, N°16, Cuenca, 1995, pp. 17-34. Cfr. Alfredo Pareja Diezcanseco, La Hoguera Bárbara, 2 vol., Guayaquil, Editorial. Ariel, 1975



    social y nacionalista, sus escritos fueron ocultos o impedidos de pu- blicación, en unos casos por su liberalismo radical, en otros, por los conservadores y por el clero por su visión krausista y espiritualismo heterodoxo, que veía el mundo y la vida con carácter secular.

    En su exilio en Lima, José Peralta realizó muchos escritos y comentarios. Los textos de carácter filosófico fueron: La naturaleza ante la Teología y la Ciencias (Apuntes científicos);82 La Moral Teoló- gica83; además, Ensayos Filosóficos84 y Teorías del Universo.85 Son mu- chos libros los que escribió. Se revisarán, brevemente en este ensayo, los escritos dirigidos a sus hijos Luis y Benjamín en 1914, el primero de ellos ostentaba el grado coronel en 1901.86 Estas cartas fueron pu- blicadas como Escritos del destierro en 2008. Fueron seis epístolas que muestran su sensación de discordia e injustica. Su mensaje es reite- rativo: rechazo al presidente Leónidas Plaza. En estos textos se ad- vierte la radicalización del clima social del Ecuador tras la muerte de Alfaro y, Peralta considera oportunismo político el movimiento liberal-conservador, que es, según Peralta, anodino. También hace referencia al pensamiento de Kraus, sobre la filosofía social, puesto que su pensamiento era de espiritualismo heterodoxo, y se relacio- naba con el krausismo de carácter secular y fundamentado en las leyes de un Estado.

    Peralta advierte, en este texto, que la influencia monacal es total en el Perú y, con satisfacción, señala que el Ecuador, a través de la Constitución de 1906, logró establecer el laicismo en la educación. Manifiesta sobre el Ecuador que la persecución vitaliza al liberalismo radical, a la vez, desprestigia por igual, al conservadurismo, al libe- ralismo placista y a la clerecía servicial que apoya al presidente. Este libro recoge, además, temas variados como: “Apuntes sobre el Perú” en los que señala que la mente liberal peruana está ahogada por la superstición y el fanatismo y que la sociedad es elitista, tradiciona- lista y excluyente. En diciembre de 1914, comenta sobre la posición europea en la coyuntura y las circunstancias que rodean a la Primera


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  13. Editorial el Sol Cuenca, 1974

  14. Offset Monsalve, Cuenca, 1974

  15. Casa de la Cultura , Núcleo del Azuay, Cuenca, 1962

  16. Revista Anales de la Universidad de Cuenca. 1967

  17. José Peralta, Escritos del destierro, (fotografía y pie de foto) p.76


    Guerra Mundial, a la par que sus puntos de vista ideológicos y po- líticos.

    Al finalizar el mandato de su perseguidor, Leónidas Plaza, Alfredo Baquerizo Moreno (1916-1920), liberal, asciende a la presi- dencia y le nombra Ministro Plenipotenciario para asuntos limítrofes en Lima. Este nombramiento era propicio para los dos, el presidente Baquerizo se evitaba beligerancias internas, Peralta recobraba su prestigio social, a la par, apoyaba con su conocimiento a la solución del problema limítrofe del Ecuador-Perú. Años antes tuvo destacada participación en el Congreso Bolivariano de Caracas en 1911 sobre los límites de ambos países.87

    Entre los textos escritos durante este pseudo exilio diplomá- tico está Eloy Alfaro y sus victimarios: Apuntes para la historia ecuato- riana.88 Este libro fue publicado en Lima en 1918, es una detallada recopilación de documentos sobre el magnicidio: cartas, juicios, tes- timonios, defensa de los imputados, comunicados oficiales telegra- mas administrativos, artículos de periódico y manifiestos, entre otros. Peralta enmarca el crimen desde el golpe de Estado contra Al- faro el 11 de agosto de 191189, al finalizar su segundo periodo, cuando el presidente del Congreso, Carlos Freile Zaldumbide90 asume el poder a través de la traición -era amigo personal y confidente-. El 12 de agosto pide a Alfaro que dimita; con la misma fecha, Alfaro res- ponde y dimite como presidente, señala: “lo cual hará que pueda con- tinuar el régimen liberal al amparo de la Constitución.”91 Alfaro en compañía de los delegados de las embajadas de Chile y Brasil sale de palacio; se asiló en la Embajada de Chile; de allí viajó a Panamá. En la sierra, ante la destitución, a pocos días de la finalización del periodo presidencial, se insurreccionó el general Ulpiano Páez, ra- dical, empero se rinde con los insurrectos de Latacunga, Ambato y


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  18. Vicente Cordero Estrella, “José Peralta Redivivo” Visión actual de José Peralta, Fundación Frie- derich Neumann, Quito, 1989, pp. 329-376

  19. José Peralta, Alfaro y sus victimarios: Apuntes para la historia Ecuatoriana, cuarta edición, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 2008

  20. Peralta consigna esta información en los capítulos II y III del texto Eloy Alfaro y sus victima- rios.

  21. Los capítulos III y IV muestran la traición de Freile Zaldumbide.

  22. Javier Gomezjurado Zevallos “Los últimos días de Alfaro, Documentos para el Debate” El Comercio, Quito, enero, 2012, p. 3



    Riobamba, gracias a la mediación del Ministro Plenipotencia del Bra- sil, Barros Moreira, previo el “Acuerdo de Latacunga” o mediación entre los radicales y el Ministro del Brasil.92 Al llegar a Quito el ge- neral Páez, el Ministro del Interior, Octavio Díaz, desconoció el Acuerdo.93 El desconocimiento fue escándalo internacional, terminó el gobierno de ”veinte días” de Zaldumbide y Díaz, tras desacuerdos con Leónidas Plaza.

    Emilio Estrada, liberal, ganó la presidencia, el 1 de septiem- bre de 1911. Contó con el apoyo del conservadurismo, nombró a Oc- tavio Díaz, nuevamente, ministro; Estrada desconfiaba de placistas y radicales, muere de manera súbita el 21 de diciembre de 1911, Leó- nidas Plaza fue elevado a candidato oficial por el presidente del Con- greso, Freile Zaldumbide; ello, sublevó al general Montero que se proclamó Jefe Supremo en Guayaquil, el 28 de diciembre de 1811 por la imposición del candidato Plaza.94 Igualmente, en Esmeraldas, Fla- vio Alfaro, sobrino de Eloy, se proclamó también Jefe Supremo, el 22 de diciembre de 1811. En la coyuntura se establecieron dos bandos radicales. Eloy Alfaro regresa de Panamá para pacificarlos y evitar rupturas en el radicalismo y derramamiento de sangre con los opo- sitores, así, escribe y solicita al general Montero realice un acuerdo de paz tripartito, él con Flavio Alfaro y con Freile Zaldumbide en Quito.95 Pedro Montero aceptó y siguió el consejo de los cónsules de Estados Unidos y de Gran Bretaña para establecer la paz.96

    El Ministro Díaz, en Quito, ante la perspectiva de la llegada de los Alfaro –Eloy y su hermano Medardo– a Ecuador comentó: “(…

    ) si ellos intentan regresar, los liberales, los radicales y conservadores nos uniremos con el gran pueblo para rechazarlos o incinerarlos, si cayeran pri- sioneros97 (…) El Diario Oficial en los números 55. 56. Y 57, se hablaba


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  23. El Acuerdo consistía 1ra. Que se conceda la inmediata libertad al General Alfaro y su familia, bajo la garantía del Cuerpo Diplomático, a fin de que puedan salir libremente de la República o conservarse en ella; 2da. Que se conceda libertad a todos los presos políticos que se en- contraban en el panóptico por servidores del gobierno del General Alfaro; 3ra. Que se con- ceda plena garantía a los jefes, oficiales y tropa que componían la División de la 2ª. Zona Militar, etc., José Peralta, Eloy Alfaro y sus victimarios,.. p. 83.

  24. Ibid. p. 87

  25. Ibid., p. 94

  26. Ibid., p. 99

96 Ibid., p.,109

97 Ibid., p. 111.


de los radicales como infames, para exterminarlos. Los periódicos placistas de Guayaquil pedían el degüello de los Alfaro y Montero. Los periódicos de la capital “rivalizaban en sed de sangre y hambre de exterminio “.98 El 22 de enero de 1911, prohíbe Plaza “(…) den asilo en el vapor Yorktown y en el Consulado de Estado Unidos”.99 El 27 de enero de 1912, el periódico El Ecuatoriano de Guayaquil “reconoce la mano de Dios en los generales vencidos100 por el ejército de Plaza enfrentado a los radicales, apoyado por los conservadores y la iglesia.101 Los radi- cales perdieron en los combates de Huigra, Naranjito y Yaguachi, fueron capturados en Guayaquil y enviados a Quito para ser proce- sados. Fueron encarcelados en el panóptico los generales Eloy Alfaro, Flavio Alfaro, Medardo Alfaro, Ulpiano Páez, Pedro Montero, Ma- nuel Serrano y el coronel Luciano Coral.102 El 23 de enero el General Plaza indica: “Amigos y compatriotas creemos absolutamente imposible la libertad de Alfaro y sus cómplices, por ninguna causa, so pena de ruina de la Patria”.103

En este texto Peralta, procura mostrar los crímenes por el poder, crímenes de Estado contra Eloy Alfaro y sus compañeros el 28 de enero de 1912, a pesar de las Capitulaciones de Durán o rendición y entrega de Guayaquil, avaladas con las firmas de los cónsules de Gran Bretaña y Estados Unidos.104 José Peralta señala que: (...) La His- toria ni perdona ni disimula: para ella son responsables, no sólo los que eje- cutan el delito, sino también los que lo conciben y maquinan, los instigadores y los que facilitan la ejecución, los que aprueban y aplauden el hecho delictuoso; y los que pudiéndolo, no lo impiden o evitan.105 Un texto


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98 Ibid., p. 114

99 Ibid., p. 122

100 Ibid., p. 115

  1. Enrique Ayala, Historia del Ecuador, Manual II, Época Republicana, Universidad Andina simón Bolívar, Sede Ecuador-Corporación editora Nacional, Quito, 2008, p, 131

  2. Jorge Núñez Sánchez “Fronteras, exilios y destierros”, Pacarina del Sur [En línea], año 11, núm. 41, octubre-diciembre, 2019. ISSN: 2007-2309.

  3. Ibid. p. 123

  4. En el texto El Partido Conservador sindica á los asesinos de Alfaro y Compañeros que reposa en la Biblioteca Eugenio Espejo, pp.44-45 se encuentra el “Documento Solemne” o acuerdo de paz entre las facciones liberales de Eloy Alfaro y Leónidas Plaza, firmado el 22 de enero de 1912, seis días antes de la masacre. El documento fue firmado por L. Plaza G., Pedro J. Mon- tero.Testigos: Hermán R. Dietriech, Cónsul General of the United States of America, Alfredo Cartwright, Cónsul de su Majestad Británica.

  5. José Peralta, Eloy Alfaro y sus victimarios, cit., pp. 396-397, crf. Oswaldo Alnornoz, “28 de



    del periodista Manuel J. Calle, incondicional del gobierno y enemigo de Peralta escribió lo siguiente:


    (…) El Sr. Plaza quiso darnos un gobierno personalísimo, un Régimen unilateral, una Administración presidida por Su Majestad el Egoísmo y su Alteza inverosímil la Infalibilidad impertinente, y se ha quedado solo en la estacada (…) ¡La persecución! He allí la última razzia del Go- bierno; y en verdad, no le queda otra; ¿pero ella alcanzará a aplacar los ánimos?.106


    Así, José Peralta, al transcribir este texto, muestra que sus es- critos no son exageraciones propias del perseguido político, sino una descripción fidedigna de los excesos del gobierno liberal terrate- niente, católico. El texto escrito por José Peralta abarca 347 páginas contiene 18 acápites, fue escrito en Lima, publicado en Lima, en 1918. Otro escritor, Alfredo Pareja, años después, inmortalizó este san- griento suceso en dos tomos en su libro La hoguera bárbara.107 Con este nombre es conocido hasta el presente el horrendo magnicidio.

    Conclusiones


    Se evidencia procesos de cambios ideológico-religiosos y po- líticos, en América y Europa de fines de fines del siglo XIX que re- percutieron en el dominio del poder mundial e impactaron en lo social y económico a través de guerras entre el concepto con las mo- narquías civiles y la monarquía religiosa de Roma vaticana. En este contexto, la tecnología decide el poder económico y geopolítico a tra- vés de la Segunda Revolución Industrial de Estados Unidos. El fe- rrocarril impacta también en el Ecuador, que uniría la costa y la sierra al capitalismo mundial como exportador de materias primas y mi- nerales. La ejecución de esta obra significó un primer proyecto de unidad nacional.


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    enero de 1912: el mayor crimen político todavía impune de la historia republicana del Ecua- dor”, martes 26 de enero de 2016: http://escritosjp.blogspot.com/2016/01/28-de-enero- de-1912-el-mayor-crimen.html, (06-07-2023)

  6. José Peralta, Alfaro y sus victimarios (Apuntes para la historia), Quito, 1951, pp. 322-323

  7. Alfredo Pareja y Diezcanseco, La hoguera bárbara I (Vida de Eloy Alfaro), Colección Media Luna, Campaña nacional Eugenio Espejo por el Libro y la lectura, Quito, 2003. En el mismo año se publica el tomo I y el tomo II.


    José Peralta lideró las transformaciones liberales en las Cons- tituciones de 1897 y 1906; estableció la secularización. Fue defensor del laicismo. Emancipó Ecuador a través de la ruptura del Concor- dato, así el país obtuvo la autonomía jurídica y política de Estado in- dependiente y soberano en el marco de la democracia republicana y con sustento Constitucional. Peralta ocupó varias carteras de Estado en los gobiernos de Alfaro y fue un activo y eficiente ejecutor de la nueva estructura estatal centrada en las leyes. Peralta auspició al hu- manismo y sus valores, era un espiritualista heterodoxo, contrario al ateísmo. Se inspiró en el krausismo y enfatizó en la ética y el derecho. El modelo liberal de Peralta fue: democrático, proponía el progreso social en libertad e igualdad fraterna, desaprobados por el liberalismo-católico y por el conservadurismo que le tildaron de ra- dical y socialista pues advertía como problemática: el desempleo, el analfabetismo del campesino y el obrero. Aspiraba a la mejora gene- ralizada de las condiciones de vida mediante una repartición más equitativa de las riquezas. Rechazó el modelo político del “progre- sismo liberal o conservadurismo progresista” lo consideró anodino, beneficioso para la oligarquía y auspicioso de la antigua teocracia garciana. Empero, Peralta, respetó la religión, pero, defendió la es- tructura del Estado por sobre la religión y la iglesia. Demostró que ésta en toda circunstancia, buscaba aumentar su poderío y riqueza material. También se opuso al ateísmo y materialismo que despoja al ser humano de religiosidad, a la par, Peralta promovió estudios racionales y positivistas en todos los ciclos educativos en pos del de-

    sarrollo material de los pueblos.

    Peralta planteó una sociedad con iniciativas individuales y libertades políticas sociales y económicas, con libertad de pensa- miento y religión sin discriminación ni opresión por razón de credo. Además, propuso un capitalismo humanizado. Considera al laicismo una ideología transformadora esta teoría se plasmó en la Constitu- ción liberal de 1906. Su trabajo ideológico fue desmitificar a la Iglesia y al clero como divinidades. Su mensaje liberó las mentes esclaviza- das por la ignorancia y el fanatismo.

    En Escritos del Destierro se aprecia al hombre que filosofa, y se pregunta, sobre el país que retoma al poder eclesiástico tras la



    muerte de Alfaro. Muestra su indignación por los crímenes, el terror de la población, la injusticia y el dolor del ostracismo. En el libro Eloy Alfaro y sus victimarios se ve al abogado que expone con pruebas do- cumentales sus afirmaciones a través de la narración de los hechos históricos concretos, previos al asesinato, vistos a través de su enfo- que doctrinario liberal. El texto es, además, una acusación sobre la violación del derecho internacional en dos oportunidades: Se desco- noció el Acuerdo de Latacunga en la entrega de la 2da. División, y las plazas de la Sierra por parte del general Ulpiano Páez con la firma del plenipotenciario del Brasil, Barros Moreira. También tras la en- trega honorable de Guayaquil por parte de los radicales luego de los combates de Huigra, Naranjito y Yaguachi, mediante las Capitulacio- nes de Durán siendo testigos firmantes los representantes diplomáti- cos de Inglaterra y Estados Unidos. Esas capitulaciones tampoco se reconocieron, así, los radicales fueron presos, asesinados, arrastrados y quemados

    Es necesario evidenciar en este drama que Ecuador, América Latina y el mundo, así como la vida de José Peralta y el periodo pre- sidencial de Eloy Alfaro, transcurren en una época previa a la Pri- mera Guerra Mundial del siglo XX, y se enmarcan en un proceso recesivo global que representa la crisis del mundo moderno. Final- mente, es muy importante advertir en Peralta, su visión de futuro, así como su capacidad de organizar formas de gobierno y, como ju- rista, sustentarlas a través de las leyes, leyes que estructuran el Es- tado ecuatoriano hasta la actualidad.


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    YCAZA, Patricio, “José Peralta y la acción laboral del liberalismo” Visión actual de José Peralta, Fundación Frederichi Neumann, Quito, 1989, pp. 425-452


    Anexo 1

    Aspectos destacados de la Constitución de 1906


    Artículo 4.- El Ecuador adopta la forma de Gobierno republicana, representativa y democrática. En consecuencia, éste es popular, electivo, alternativo y responsable; y se distribuye en tres Poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial; cada uno de los cuales ejerce las atribuciones señaladas por la Constitución y las leyes.

    Artículo 5.- La República del Ecuador es una, libre, indivisible e independiente; pero no puede celebrar ningún pacto que se oponga a su independencia, o que afecte de algún modo a su soberanía.

    Título V. De las Garantías nacionales

    Artículo 16.- La enseñanza es libre, sin más restricciones que las señaladas en las leyes respectivas; pero la enseñanza oficial y la costeada por las Municipali- dades, son esencialmente seglares y laicas.

    La enseñanza primaria y la de artes y oficios son gratuitas, y, además, la primera es obligatoria; sin perjuicio del derecho de los padres para dar a sus hijos la en- señanza que a bien tuvieren.

    Ni el Estado ni las Municipalidades subvencionarán ni auxiliarán, en forma al- guna, otras enseñanzas que no fueren la oficial y la municipal.

    Título VI. De las Garantías individuales y políticas

    Artículo 26.- El Estado garantiza a los ecuatorianos:

    1. La inviolabilidad de la vida. Queda abolida la pena capital;

    2. El derecho de que se le presuma inocente a un individuo, y de conservar su buena reputación, mientras no se le declare culpado, conforme a las leyes;

    3. La libertad de conciencia en todos sus aspectos y manifestaciones, en tanto éstas no sean contrarias a la moral y al orden público;

    4. El derecho de propiedad. Nadie puede ser privado de sus bienes, sino en virtud de sentencia judicial o de expropiación por acusa de utilidad pública. En este segundo caso, se indemnizará previamente al propietario, el valor de la cosa expropiada;

    5. La libertad personal. Prohíbese el reclutamiento; así como la prisión por deudas, salvo los casos previstos por la ley;

    6. El derecho de no poder ser detenido, arrestado ni preso; sino en la forma y por el tiempo que las leyes lo prescriban;

    7. La libertad de transitar por el territorio de la República, mudar de domi- cilio, ausentarse del Ecuador y volver a él, llevando o trayendo sus bienes. Exceptúase el caso de guerra en que se necesita de pasaporte;

    8. La inviolabilidad del domicilio; nadie puede penetrar en él, sin manifestar previamente orden por escrito de autoridad competente, y sólo en los casos determinados por la ley;

    9. La inviolabilidad de la correspondencia epistolar y telegráfica, la cual no



      hará fe en las causas políticas. En consecuencia, prohíbese interceptar, abrir o registrar papeles o efectos de propiedad privada, excepto en los casos se- ñalados por la ley.

    10. El derecho de no ser puesto fuera de la protección de las leyes; ni dis- traído de sus jueces naturales; ni penado sin juicio previo, conforme a una ley anterior al hecho materia del juzgamiento; ni juzgado por comisiones es- peciales; ni privado del derecho de defensa en cualquier estado del juicio;

    11. El derecho de no poder ser obligado a prestar testimonio en juicio crimi- nal contra su consorte, ascendientes, descendientes y colaterales, hasta el cuarto grado civil de consanguinidad y segundo de afinidad; ni compelido con juramento u otros apremios, a declarar contra sí mismo, en asuntos que le acarreen responsabilidad penal; ni incomunicado por más de veinticuatro horas; ni sujeto a ningún tormento;

    12. La libertad de trabajo y de industria. Todos gozan de la propiedad de sus descubrimientos, inventos y obras literarias, en los términos prescritos por las leyes; y a nadie se le puede exigir servicios no impuestos por la ley; ni los artesanos y jornaleros serán obligados, en ningún caso, a trabajar sino en virtud de contrato;

    13. La libertad de sufragio;

    14. La admisión a las funciones y los empleos públicos., sin otras condiciones que las que determinan las leyes;

    15. La libertad de pensamiento, expresado de palabra o por la prensa.

      La injuria y la calumnia, lo mismo que el insulto personal en su caso, de pa- labra, por escrito o por la prensa, podrán ser acusados en la forma y modo prescritos por las leyes;

    16. La libertad de petición directa para ante cualquiera autoridad o corpora- ción, con derecho de obtener la resolución correspondiente. Esta libertad puede ejercerse individual o colectivamente; mas, nunca en nombre del pue- blo; y,

    17. La libertad de reunión y asociación sin armas, para objetos no prohibidos por la ley.

      Artículo 27.- Prohíbanse la confiscación de bienes, las torturas y penas infaman- tes.

      Artículo 28.- Los extranjeros gozan de los mismos derechos civiles que los ecua- torianos, y de las garantías constitucionales, excepto las consignadas en los nú- meros 13 y 14 del Artículo vigésimo sexto; en tanto que respeten la Constitución y las leyes de la República.

      Artículo 29.- No se reconocen otras instituciones de Derecho Público, que el Fisco, las Municipalidades y los establecimientos costeados por el Estado.

      Título XV. Disposiciones transitorias

      Tercera.- El Presidente de la República elegido por esta Asamblea concluirá su período constitucional el 31-08-1911.


      Las primeras elecciones de Senadores y Diputados se verificarán desde el primer domingo de mayo de 1907, sujetándose en lo demás a la ley respectiva, y la reunión del primer Congreso Constitucional Ordinario se verificará el diez de agosto de mil novecientos ocho. Implementos para las artes Registro Oficial N°1117, 1900.



      Anexo 2 Cronología de José Peralta

      por César Albornoz108


      1855- Nace en Chaupiyunga, parroquia Gualleturo del cantón Cañar, en ese en- tonces jurisdicción de la Provincia del Azuay. Bautizado en Cuenca el 15 de mayo.

      1866- Inicia sus estudios secundarios en el Colegio que regentan los jesuitas en Cuenca.

      1874- Ingresa en la Universidad del Azuay en la Facultad de Jurisprudencia.

      1875- Participa como socio activo en el Liceo de la Juventud en cuya revista La Luciérnaga publicará posteriormente sus primeros escritos.

      1876- Publica en La Luciérnaga poemas y sus leyendas históricas Chumbera y

      Yumblas, consideradas pioneras de la narrativa azuaya.

      1877- El mes de mayo es injustamente llevado a prisión por su actividad perio- dística como editor de El Deber, permaneciendo en el calabozo por más de 50 días. El mismo año funda El Patriota.

      - Contrae matrimonio con Matilde Rosales Abad, su compañera de toda la vida, con quien procrea ocho hijos.

      1878- Confinado a Guayas por su actividad en contra del gobierno de Veinte- milla.

      1880- El 25 de enero obtiene su doctorado en Jurisprudencia y Derecho Canó- nico. La Corte Superior de Justicia del Azuay le niega su incorporación al Colegio de Abogados, la misma que obtiene en la ciudad de Loja el mes de septiembre.

      1881- En El Correo del Azuay se publican los primeros capítulos de su novela So- ledad.

      • Desterrado por el gobierno a Perú. Pasa por Loja. A su regreso se radica en Zaruma donde trabaja como abogado para la Gran Compañía Inglesa de Minas.

        1884- Regresa a Cuenca.

        1885- Publica la versión completa de su novela Soledad, en seis entregas que apa- recen en la revista literaria El Progreso.

      • El mes de diciembre es elegido concejal suplente. Actúa como principal en el Concejo Municipal el año siguiente.

      1886- En diciembre es elegido nuevamente concejal suplente para 1887.

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  8. César Albornoz. En: José Peralta, Escritos del Destierro, cit. pp.193-202

También en: Oswaldo Albornoz Peralta. JOSÉ PERALTA: Cronología de José Peralta (escri- tosjp.blogspot.com)

Oswaldo Albornoz Peralta, Semblanza de José Peralta, primera edición: 1960, segunda edición (digital): 2020. Levantamiento de texto: Gabriela Albornoz Andrade, prólogo y edición: César Albornoz. Cronología, pp.55-63


1887- Forma con un grupo de coidearios la “Sociedad Liberal Azuaya”. - En marzo participa como candidato a diputado, pero no logra su elección.

1928- Expulsado de la ciudad de Quito por la dictadura de Ayora por sus escritos periodísticos, con la prohibición de su publicación y confiscación de la im- prenta que infringiera esa disposición. Confinado en Guayaquil, envía ins- trucciones a la militancia de su partido, en calidad de Director del Partido Liberal Radical, a través de El Mercurio, para su actuación en la próxima Asamblea Constituyente.

- Escribe en Cuenca Por la verdad y la Patria: El Tratado Muñoz Vernaza (pu- blicado en La controversia limítrofe por la Fundación José Peralta en 1995).

1930- El mes de mayo viaja a Europa por problemas de salud y para gestionar la publicación de varias de sus obras inéditas. Se radica en Francia donde permanece hasta los primeros meses del año siguiente.

1933- Es nombrado Presidente Interino del Partido Liberal.

1934- Colabora con sus artículos, hasta 1936, en varios periódicos del país, entre ellos: El Día de Quito, El Universal y La Opinión Pública de Guayaquil.

1935- El 27 de febrero fallece su esposa Matilde Rosales, sin cuya abnegación y apoyo incondicional, difícilmente habría podido sobrellevar su tormen- tosa vida de revolucionario por la transformación del país.

1936- El 13 de junio fallece su primogénito el coronel Benjamín Peralta, compa- ñero de lucha en las filas del liberalismo radical desde las jornadas de junio de 1895.

1937- A inicios de año la dictadura de Federico Páez por retaliaciones políticas le expropia “Cataviña”, su propiedad en Yunguilla, lo que le ocasiona un duro impacto económico a su ya mala situación. Su delicada salud se de- teriora cada vez más. Fallece en Quito el 26 de diciembre.

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


TRANSCULTURACIÓN Y GASTRONOMÍA. LOS PUEBLOS DE TUMACO, ESMERALDAS

Y NORTE DE MANABÍ A TRAVÉS DE SU MESA1


Libertad Regalado Espinoza2


Resumen


El objetivo de esta investigación es determinar la influencia de la actividad culinaria en los procesos de transculturación. El campo de estudio comprende pueblos situados entre Ancón de Sar- dinas y Bahía San Mateo (conocidos hoy como Tumaco y Esmeral- das) y la zona norte de Manabí. Se realizó una revisión de literatura relacionada en libros y artículos científicos; entrevistas que permi- tieron la actualización de recetas y comidas tumaqueñas y de la bio- rregión de Cojimíes. Para el análisis y valoración del tema se consi- deraron las siguientes categorías: arqueología, historia, ecosistema, migraciones, costumbres y tradiciones y presencia de ingredientes nativos y foráneos en las comidas. La revisión de documentos precisa que históricamente estas regiones establecieron redes de intercambio no solo entre ellas, sino con otros pueblos de la costa-pacífica; las evi- dencias arqueológicas comprueban que estas regiones fueron habi- tadas por pueblos que desarrollaron las mismas actividades artesanales, agrícolas, comerciales, debido a que compartieron un perfil topográfico cargado de zonas ecológicas y ambientales de in- fluencia marítima. Se concluye que la transculturación se cocinó y


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1 Recibido: 02-10-2023 // Aceptado: 15/01/2024

  1. Miembro Numerario de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, pedagoga, escritora, investigadora. Tiene diplomados en Lengua y Literatura. Es Magíster en Administración de Empresas y Doctora en Ciencias Pedagógicas. Ha escrito libros, artículos científicos y trabajos relacionados con historia, manifestaciones culturales inmateriales de los pueblos de la costa ecuatoriana. Ha sido docente en la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí, Coordinadora de la gestión académica de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, ha tra- bajado en varias consultorías y participado en congresos nacionales e internacionales. En el 2020, la Asamblea Nacional del Ecuador le otorgó la condecoración: Dra. Matilde Hidalgo de Prócel. Correo: lire2653@gmail.com



    se sigue cocinando en las ollas de barro que las recetas y sus varia- ciones tienen sus orígenes en las primeras décadas de la colonia cuando se conforman las cocinas tradicionales mestizas, donde los saberes y sabores de la comida prehispánica se amalgamaron con los de la española y con la de los nativos africanos; que las fronteras fí- sicas, generadas por la geopolítica, son más ilusorias que reales. Es en la cocina donde el maridaje entre las culturas toma cuerpo.


    Palabras clave: Transculturación, gastronomía transcultural, activi- dad culinaria, geopolítica, cocinas tradicionales.


    Abstract


    The objective of this research is to determine the influence of culinary activity on transculturation processes. The field of study in- cludes villages located between Ancón de Sardinas and Bahía San Mateo (known today as Tumaco and Esmeraldas) and the northern area of Manabí. A review of related literature was carried out in books and articles; for an update on Tumaqueña recipes and meals, he used the interview; for the analysis and evaluation of the topic, the follow- ing categories were considered: archaeology, history, ecosystem, migrations, customs and traditions and presence of native and for- eign ingredients in meals. The review of documents specifies that his- torically these regions established exchange networks not only between them, but with other towns of the pacific-coast, archaeologi- cal evidence proves that these regions were inhabited by peoples that developed the same artisanal, agricultural, commercial activities, be- cause they shared a topographic profile loaded with ecological and environmental zones of maritime influence. It is concluded that trans- culturation was cooked and continues to be cooked in pots, because the recipes and their variations have their origins in the first decades of the colony when the traditional cuisines are formed, where the knowledge and flavors of pre-Hispanic food were amalgamated with those of Spanish and the native Africans; that the physical borders, generated by geopolitics, are more illusory than real. It is in the cui- sine where the pairing between cultures takes place.


    Keywords: transculturation, transcultural gastronomy, culinary ac- tivity, geopolitics, traditional cuisines.


    Introducción


    El tema de la gastronomía ha venido cobrando importancia en las últimas décadas, toda vez que constituye una de las activida- des más significativas en la vida de los seres humanos; esta investi- gación aborda los procesos de transculturación relacionados con las actividades culinarias vividos en regiones que comparten historias de inmigración comunes,3 en las cuales el proceso de transcultura- ción estuvo marcado por la llegada de inmigrantes nativos de África en los inicios de la colonia,4 cuya contribución en la formación de las comidas tradicionales fue muy significativa.5

    Dilucidar las características de una gastronomía transcultu- ral, hecha de sincretismos, simbolismos, conflictos, desarraigos, pro- vocada por las inmigraciones de españoles conquistadores y africanos arrancados de sus núcleos sociales originarios, con sus cul- turas destrozadas6 y, a más de todas las culturas inmigratorias que seguramente, en oleadas esporádicas irían llegando, es lo que per- mite mirar la transculturación como un proceso social, en el cual los individuos a través, para, con el otro, desarrollan nuevos constructos identitarios generados como producto de esa convivencia, de los contactos y fusiones culturales desde el rompimiento de las fronteras culturales que de forma ilusoria se conciben.

    Ortiz,7 quien acuña este vocablo teórico en 1940, asume la transculturación como una síntesis del desajuste y reajuste, del in-

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  2. German Patino Ossa, Fogon de negros

  3. Bella Goyes Huilca, La huella del pasado colonial en la alimentación actual de los afro- ecuatorianos del Territorio Ancestral Imbabura-Carchi (2007-2017), Tesis de Doctorado, Uni- versidad de Oviedo, Oviedo, 2020, pp.2 87-289. Ver en: https://libroschorcha.files.word press

    .com/2018/04/contrapunteo-cubano-del-tabaco-y-el-azucar-fernando-ortiz.pdf (21-09-2023)

  4. Ibídem.

  5. Ibídem.

  6. Fernando Ortiz,1978, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, https://libroschorcha.files. wordpress.com/2018/04/contrapunteo-cubano-del-ta baco-y-el-azucar-fernando-ortiz.pdf



    tercambio en los dos sentidos, ya que “expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra (…) sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente”;8 genera simultáneamente otras palabras implícitas: desculturación o exculturacion para la destrucción colonialista, el vocablo incultura- cion como sustituto de aculturación para el fenómeno de sumisión a la cultura de conquista. Este texto resume parte de este proceso en el Caribe:


    No hubo factores humanos más trascendentes para la cubanidad que esas continuas, radicales y contrastantes transmigraciones geográficas, económicas y sociales de los pobladores, que esa perenne transitorie- dad de los propósitos y que esa vida siempre en desarraigo de la tierra habitada, siempre en desajuste con la sociedad sustentadora. Hombres, economías, culturales y anhelos todo aquí se sintió foráneo, provisio- nal, cambiadizo, “aves de paso” sobre el país, a su costa, a su contra, a su mal grado.9


    La transculturalidad permite pensar el mundo más allá del Occidente moderno y posmoderno y, es clave para reflexionar sobre las diferencias culturales y no como un conjunto de reglas estableci- das ni códigos consensuales, sino como la habilitación de terceros que nos invitan a reconocer la cultura como experiencia caótica, im- previsible y rizomática10 De esa “lógica del tercero incluido” y del “de tercero excluido” (a la barbarie de la exclusión del tercero responde la inteligencia de la inclusión)11 como los denominó Nicolescus; o esos “terceros espacios (…) de la alteridad, de mayor productividad heurística del prefijo “trans” frente al “inter”. Lugar de entrecruzamientos: “en”, “a través”, “para”, “con”, “el otro”; donde ocurren los “agenciamientos” siempre, con relación a los demás, donde se marca el sentido de la dirección de las interacciones en las que participan desde el infinito juego de “ir


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    (19-09-2023)

  7. Ibíd., p. 96

  8. Ibíd., p. 95

  9. Víctor Silva y Rodrigo Browne, Escrituras híbridas y rizomáticas. Paisajes intersticiales, pensamiento del entre, cultura y comunicación, 2004, p.54. Citado por Vidal Rafael. 2005

  10. Basarab Nicolescu, La transdisciplinariedad, Manifiesto, Ediciones Du Rocher, pdf, s/f, pags. pp. 24, 26


    siendo” desde la “alteridad”.12 La otredad (el otro) es esa otra mirada que conecta los elementos culturales, étnicos y sociales. Mismidad, otredad, alteridad, miradas necesarias para entender los procesos de transculturación operados en regiones donde dos o más culturas por agentes endógenos se ven obligadas a compartir espacios de convi- vencia.13

    La transculturación es una puerta a un mundo donde la in- tegración, la asimilación de los préstamos culturales y la aceptación de elementos exógenos a lo conocido son más frecuentes de lo que imaginamos, debido a que los contactos culturales entre individuos de culturas diferentes tienen un carácter multidireccional, que se re- vela con mayor claridad en las cocinas, en la preparación de alimen- tos, espacio donde confluyen diversas identidades y culturas en esa interacción dinámica cuando se comparten saberes ancestrales cada vez que otro llega, forzado o por sus propios intereses debido a ese desplazamiento continuo del ser humano a través de la geografía planetaria.14

    Zebadúa (2011)15 al referirse a la construcción de identidades, manifiesta que: “los universos étnicos indígenas han asumido una serie de cambios en función de diversos y complejos factores externos a las cul- turas originales de los pueblos indios como consecuencia de los actuales con- textos globales que sobresalen en el mundo”.16 Las repercusiones en torno


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  11. Rafael Vidal Jiménez, Hermenéutica y Transculturalidad, propuesta conceptual para una desconstrucción del multiculturalismo como ideología, Nómadas, revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, Publicación electrónica de la Universidad Complutense, Madrid-España, 12, 2005, 2.

  12. La otredad es una postura epistemológica que explora discursivamente la imagen de las cul- turas que hicieron su espacio en la periferia u otros espacios culturales intermedios. Establece un saber geocultural, histórico, arqueológico, sociológico y etnológico sobre el otro, una me- tafísica donde las heterogeneidades y las diferencias se encuentran subsumidas en un len- guaje homogéneo integrados en categorías sustanciales como “pueblo”, “clase” y “nación”. En: Elizabeth Sosa, “La otredad: una visión del pensamiento latinoamericano contemporá- neo”, Letras, Vol. 51, N º 80, p. 349. Ver en: http://ve.scielo.org/pdf/l/v51n80/art12.pdf (21-

    09-2023)

  13. Héctor Pérez-Brignoli, “Aculturación, transculturación, mestizaje: metáforas y espejos en la historiografía latinoamericana”, Cuadernos de literatura, Vol. XXI, N.º41, Enero-junio, 2017, pp.98-99. Ver en: https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/cualit/article/view/19395 (21-09-2023)

  14. Juan Pablo Zebadúa Carbonell Cultura, Identidades y Transculturalidad. Apuntes sobre la cons- trucción identitaria de las juventudes indígenas, LiminaR vol.9 no.1 San Cristóbal de las Casas jun. 2011



    a los condicionamientos sociales de las regiones autóctonas son cada vez más notorias a partir de los cambios suscitados en la actualidad por los préstamos de elementos culturales aparentemente ajenos, creando nuevos modelos identitarios. En este aspecto refiere Grof (2008) que:


    las fronteras físicas son más ilusorias que reales (…) hay situaciones en que el ser humano experimenta bajo ciertas circunstancias, una expan- sión de sus fronteras cotidianas, en esos momentos nuestra noción de separatividad se desdibuja y termina desvaneciéndose como los rayos del sol al anochecer. Entonces por un instante fugaz nos sentimos fun- didos con los demás y nos identificamos con su modo de experimentar el mundo. 17


    Ese lugar sin fronteras en la que sentimos y pensamos en glo- bal, sería en la cocina, cuando preparamos una comida: arroz venido de China, el plátano de Asia y África;18 el tamarindo, el gandul o fre- jol de palo, café de Etiopia, el trigo de la cuenca del Tigris y Éufra- tes,19 la cúrcuma de la India,20 la pimienta, el ajo y muchas de las especies de Oriente, el aceite de oliva de Grecia; las papas, maíz, yuca, maní, tomate, ají, zapallo de América,21 por citar unos pocos; y es precisamente en este espacio donde las fronteras dejan de tener sentido.

    En la costa sur de Colombia y norte de Esmeradas se desa- rrolló la cultura conocida como Tumaco-Tolita, con un área influencia que se extiende desde el río Esmeraldas al sur, hasta la Bahía de Buena Ventura, 350 kilómetros al norte” El mismo autor refiere que


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  15. Ibíd., p.37

  16. Stanislav Grof, La mente holotrópica. Los niveles de la conciencia humana, Editorial Kairos, Barcelona, 2008, p. 136, 137,

  17. “Importancia de los plátanos de cocinar en África: Oportunidades para las zonas subtropicales”, INFOMUSA, Vol. 9, N ° 1, p.25. Ver en: https://www.musalit.org/viewPdf. php?file=IN000077_spa.pdf&id=14043 (21-09-2023)

  18. Rafael Cartay, Historia de la Alimentacion del Nuevo Mundo, Tomo II, Edicion auspiciada por la Fundacion Polar y la Universidad de los Andes, Primera Edicion, 1991, p. 263.

  19. Paula Saiz de Cos, “Cúrcuma I (Curcuma longa L.)”, Reduca (Biología), Serie Botánica, Núm.7, Vol. 2, pp. 84-99, 2014, p.84

  20. Jorge Salvador Lara, Breve ensayo sobre paleobotánica ecuatoriana, pp.88-104. Ver en: https://revistasdivulgacion.uce.edu.ec/index.php/HUMANITAS/article/download/104/ 98/95 (21-09-2023)


    estos grupos humanos combinaban los recursos agrícolas con una gran actividad pesquera, tanto en el mar como en los esteros y los ríos.22

    Por las informaciones dadas por el cronista, al llegar a las costas ecuatorianas los españoles diferenciaron a los habitantes de la costa pacífica, los que habitaban la región de los Jama Coaque y de pueblos de Esmeraldas y los que poblaban la costa del sur de Co- lombia eran bravos, a diferencia de los que vivían a partir del estua- rio del Rio Chone, actual bahía de Caráquez, que no solo tenían facciones diferentes, sino que además se labraban el rostro.23

    Tumaco, Esmeraldas y el norte de Manabí, es un espacio geo- gráfico donde se fueron consolidando creencias, costumbres, prefe- rencias alimentarias, hasta llegar a ser parte del entramado simbólico de este mestizaje cultural, siendo la gastronomía un patrimonio in- tangible que los identifica y define por las comidas y ritualidades que comparten.

    Pujadas14 refiere que, en la cocina, las comidas han sido cons- truidas a partir de la difusión y préstamo de técnicas, materiales, gustos y conocimientos, como una constante a lo largo de la historia, que en los últimos siglos se ha acelerado esa difusión de manera pro- gresiva e insospechada; haciendo alusión al mestizaje culinario o a una hibridación culinaria.25

    En cada región existen platos emblemáticos, que los habitan- tes los reconocen como únicos, especiales; son parte de su pasado, ellos guardan una memoria un tanto afectiva en relación con la prác- tica simbólica de esa comida que los particulariza. Estas comidas em- blemáticas, propias del mestizaje cultural, que conservan a más de su nombre, elementos ancestrales relacionados con productos de mar y tierra, generados en los contextos regionales, conforman las comi- das nacionales, regionales, provinciales y locales; cuyo tejido nos


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  21. Andrés Gutiérrez Usillos, Dioses, símbolos y alimentación en los andes. Interrelación hom- bre-fauna en el Ecuador prehispánico, Ediciones Abya-Yala, 2002, pp. 82, 83

  22. Jean-Francois Bouchard, Japotó: sitio manteño residencial de la costa central de Manabí, en Pueblos y culturas del Ecuador prehispánico, Bulletin de l’Institut Francais d’Etudes Andines, Tome 39, N 3, 2010, p. 483.

  23. Joan Pujadas, “Dieta y etiqueta. El papel de la gastronomía en la construcción de identidades culturales” en Estudios del Hombre, 7, 1998. pp. 82

  24. Ibídem.



    lleva a identificar las representaciones simbólicas transculturales compartidas cotidianamente por los miembros de un grupo y que ante los otros lo consideran como propio.

    Valorar los saberes ancestrales, las mixturas y hábitos alimen- tarios de poblaciones con gran incidencia afrodescendiente e indí- gena de esta región manabita, ayuda a construir espacios no solo de reflexión, sino de reconocimiento del aporte de estos sectores tradi- cionalmente marginados en la conformación de las identidades lo- cales, regionales y nacionales; y ante todo a la generación de una gastronomía transcultural, riquísima por los aportes de varios con- tinentes y que convive entre estas dos naciones el mundo negro y el mundo indio.

    En esta investigación se determina la influencia de la activi- dad culinaria en los procesos de transculturación de los pueblos de Tumaco, Esmeraldas y norte de Manabí, habitados por estos pueblos en diferentes épocas de su devenir histórico y cómo la construcción de una comida tradicional, a partir de los saberes ancestrales de los nativos y de los préstamos de quienes llegaron en son de conquista y, de quienes fueron traídos a la fuerza en calidad de esclavos, con- tribuyeron a la conformación de una comida tradicional transcultu- ral que se diferencia por: la variante lingüística del nombre a la hora de nominar productos y platos, usos de utensilios, tiempos de coc- ción, combinación de elementos esto es, nativos con foráneos; adap- tación a nuevos elementos y formas de convivir con el medio; a la vez se ratifica la importancia de crear un producto patrimonial inte- gral desde la gastronomía, como un medio de contribuir al desarrollo económico de estas poblaciones de la costa ecuatoriana herederas de una biodiversidad, historia, geografía, tradiciones ancestrales, que las han mantenido como un preciado legado.


    Desarrollo

    Aspectos arqueológicos e históricos

    Gutiérrez26 precisa que para el período formativo hay una mayor complejidad sociocultural, manifestada por la revolución neo- lítica que significo desarrollo agrícola, invención de la cerámica, crea- ción de centros ceremoniales para manifestaciones de rituales y posibles contactos con el otro lado del Pacifico o con el oriente ama- zónico.

    Estos contactos deben haber significado un impacto en el uso de otros ingredientes, tal vez formas de condimentación, usos de otras técnicas de preparación, lo que daría paso a procesos de hibri- dación culinaria.

    La arqueología nos ayuda a reconstruir el pasado de estas re- giones del estudio. Sabemos de las relaciones entre Tumaco y la To- lita dentro de la prehistoria andina ecuatorial al final del periodo Formativo Tardío;27 El material arqueológico analizado evidenció un paralelismo entre Chorreroide de la cantera de Esmeraldas con la fase Iguapí de Tumaco y ambos, al parecer, coinciden en bastantes rasgos con el Pre-Tolita del yacimiento de La Tolita.28

    Los análisis de muestras cerámicas hablan de un intercambio de diversos productos, desde el Formativo Tardío (500 a.C–50 d.C.)29 desarrollado activamente por la red fluvial que comunicaba pueblos cercanos a la sierra con Esmeraldas; y también la vinculación era ma- rítima entre los pueblos de la costa pacífica, con mayor incidencia de la red de mercaderes de Manabí.30 Para el período de Desarrollo Re- gional (500 a. C–500 d. C)31 se intensifica la relación con localidades

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  25. Andres Gutierrez Usillos, Dioses, simbolos y alimnetacion en los andes. Interrelacion hombre- fauna en el Ecuador Prehispanico, Ediciones Abya-Yala, 2002, p. 43

  26. J.F. Bouchard, Tumaco la Tolita. Un litoral de Intercambio en el Periodo prehispánico, en El área septentrional Andina . Arqueología y etnohistoria, Abya-Yala, IFEA, 1998, p. 29,30

  27. José Alsina Franch, Alicia Alonso Sagaceta, Jean Francois Bouchard, Mercedes Guinea Bueno. et al, “Navegación precolombina: el caso del litoral pacífico ecuatorial: evidencias e hipóte- sis”, Revista Española de Antropología Americana, n.º XVII. Ed. Universidad Complutense, Ma- drid, 1987. pdf, p. 56

  28. Ibíd., p. 62

  29. Ibíd., p. 49

  30. Eduardo Kingman Garcés, Las ciudades en la Historia, 1989, p. 140. Ver en: https://biblio.flac- soandes.edu.ec/libros/digital/46708.pdf (21-09-2023)



    costeras situadas más al norte como la Tolita,32 y en el Período de In- tegración la red incluye costas del Perú, a través de la Península de Santa Elena y Manta.33 Es muy probable además que se diera una ac- tividad comercial entre los puertos precolombinos de: “Atacames, Es- meraldas (o Tachina), La Tolita-Pampa de Oro-, posiblemente La Tolita de los Ruanos, en la orilla del brazo norte del delta del Santiago, al norte del puerto actual de Limones-Valdez; Tumaco, en la isla del Morro”.34

    Las evidencias de pesca encontrados en los yacimientos ar- queológicos llevan a deducir que, en su alimentación estos grupos humanos combinaban los recursos agrícolas con un gran variedad de peces y moluscos extraídos tanto del mar como de los esteros, ríos y crustáceos de los manglares como la concha prieta y una variedad de fauna animal.35 Por lo que no hay duda de que el mayor de los contactos de estas poblaciones costeras fuera con el mar, del cual ex- traían sus proteínas.36

    La observación de Alcina certifica que las formas de contacto entre pueblos prehispánicos se establecieron con fines de intercam- bio y estuvieron relacionadas con las especialidades de cada contexto regional; existiendo a más de esto, otras “formas típicas del contacto entre culturas profusamente estudiadas por los historiadores (…) como los procesos de conquista, dominación y colonización, particularmente referidos al Nuevo Mundo.37 En este sentido, con las relaciones de los cronistas y de los religiosos mercedarios, sobre la presencia de esclavos negros en este territorio, –Norte costero del actual Ecuador– se va constitu- yendo un corpus que nos ayuda a observar cómo eran esos pueblos y de qué manera los contactos van cambiando costumbres.


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  31. J.F. Bouchard, Tumaco la tolita. Un litoral de Intercambio en el Periodo prehispánico, en El área septentrional Andina. Arqueología y etnohistoria, Abya-Yala, IFEA, 1998.

  32. Alsina (el al), Navegación…, cit., 62

  33. Alsina (el al), Navegación…, cit., 70

  34. Andrés Gutiérrez Usillos, Dioses, símbolos y alimentación en los andes. Interrelación hom- bre-fauna en el Ecuador prehispánico, Ediciones Abya-Yala, 2002, p. 83, 84.

  35. Jean-Francois Bouchard, Japotó: sitio manteño residencial de la costa central de Manabí, en Pueblos y culturas del Ecuador prehispánico, Bulletin de l’Institut Francais d’Etudes Andines, Tome 39, N 3, 2010, p. 499.

  36. Héctor Pérez-Brignoli, “Aculturación, transculturación, mestizaje: metáforas y espejos en la historiografía latinoamericana”. Cuadernos de Literatura, Vol.21, Núm. 41, 2017, pp. 96-113. Ver en: https://doi.org/10.11144/Javeriana.cl21-41.atmm (19-09-2023)


    Antón Sánchez38 expresa que sobre el tema de la presencia de los esclavizados en el Ecuador, varios historiadores han desarro- llado importantes esfuerzos para estudiarlos y que muchos de ellos coinciden, en que la presencia africana en Ecuador está relacionada al descubrimiento de las costas de Esmeraldas en 1526 y más preci- samente en el primer momento de asentamiento afro en el Ecuador, el cual va desde 1553 a 1796.39 Y algo muy importante el proceso de libertad que los esclavizados y cimarrones logran con la corona, siembran así territorios de libertad y autonomía, en toda América conocidos como Palenques o Kilombos, siendo uno de ellos la Re- pública de los Zambos en Esmeraldas.40

    Para finales del siglo XVIII, se da paso a la explotación inten- siva del oro, tagua, caucho o cascarilla en el sector norte de Esmeral- das, la cual propició que familias esclavistas de Popayán estable- cieran minas en los ríos Santiago, Uimbí y Cachaví, con ellos vinieron esclavos provenientes de Barbacoas y Tumaco.41 Es posible que este proceso de migración haya también coincidido con la abolición de la esclavización que comenzó con la ley de Vientres (1814: libertad de partos)42 decretada en 1821 por el segundo congreso de la Gran Co-


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  37. John Antón Sanch John Antón Sánchez, Apuntes sobre la historia de los afrodescendientes en el Ecuador z, Apuntes sobre la historia de los afrodescendientes en el Ecuador, Cooperación Técnica BID ATN/SF-7759-EC s/f, s/n.

  38. Ibídem.

  39. Ibídem.

  40. John Antón S. “Apuntes sobre…, cit., s/n.

  41. En cuanto a las medidas, esta ley otorga la libertad a los hijos de los esclavos nacidos a partir del día de su sanción mandando inscribir sus nombres como libres en los registros cívicos de las municipalidades. Se encarga entonces a la autoridad civil municipal (y no a la eclesiástica) en mantener un registro y estadística de esta naciente población libre. Igualmente, se le exigía a los propietarios una matrícula jurada anual con el número, edad y sexo de los esclavos que poseía, para evitar fraudes mediante el ocultamiento de esclavos. Los nacidos libres tendrían la obligación ''[...] en recompensa, deberán indemnizar de los gastos impendidos en su crianza, prestando a aquellos [a los dueños de sus madres] sus obras y servicios hasta la edad de diez y seis años cumplidos''. Pero para obtener la libertad y entrar ''en el goce de los derechos de ciudadano'' no bastaba con cumplir la edad requerida ni haber nacido después de sancionada la ley. Era indispensable tener un 'oficio' con el cual se garantizaría la subsistencia y ser así 'útiles a la Republica'. Igualmente, quedarían por fuera de tal derecho aquellos considerados 'inmorales y viciosos'. Más información en: Eduardo Restrepo, “Medidas abolicionistas en la Nueva Granada, 1814–1851”, Estudios sobre Historia y Cultura, Núm. 9, 2012, p.241. Ver en: https://www.icesi.edu.co/revistas/index

    .php/revista_cs/article/view/1221/1673 (21-09-2023)



    lombia.43 De esa oleada migratoria proceden muchos apellidos afri- canos como Congo, Congolino, Matamba, Kanga, Mairongo, Quen- dambu, Cambindo.44 Sin embargo, de la riqueza de esta zona, la forma de administración de los poderes centrales la mantuvo aislada por centurias, pero este aislamiento es lo que ha permitido que se fuera gestando su “propia dinámica socio económica donde la recolección, la pesca y la caza constituyeron la base de la economía local y la libertad, su más preciado tesoro”.45

    Antón, en relación con los orígenes étnicos de los afrodes- cendientes, cita a Kapenda,46 quien señala que el verdadero origen de Alonso Illescas sería de la región del Congo y no de cabo Verde; por lo que el grupo de negros que llegaron en 1553 en el barco que naufragó en las costas de Esmeraldas, al mando de Alonso de Illescas sería provenientes de “esclavos de reinos e imperios del Katanga y del reino Kongo, en lo que hoy es la región del Congo Angola (actuales repú- blicas africanas de: Angola, Congo- Brazzaville y República Democrática del Congo)”.47

    En esta zona de Esmeraldas convergen comidas que traspa- san las fronteras administrativas cuya correspondencia inicia en las culturas que se desarrollaron en el Formativo Tardío, que, más tarde, durante la colonia estaban comprendidas en el territorio de la Real Audiencia de Quito, tal como reza la Real Cédula de agosto de 1563: “por la Costa, ázia Panamá, hasta el Puerto de la Buenaventura, inclusive: y la tierra adentro á Pasto, Popayan, Cali, Buga, Chapanchica y Guarchi- cona: porque los demás lugares de la Governacion de Popayan, son de la Audiencia del Nuevo Reyno de Granada”.48 Al finalizar el periodo lla-


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  42. Ley del 21 de julio de 1821. Para 1821 se sanciona la Ley del 21 de julio ''Sobre libertad de partos, manumisión y abolición de tráfico de esclavos''. Esta es la ley que presentaba al Congreso de Cúcuta José Félix de Restrepo. En términos generales, reproducía con leves modificaciones la promulgada por el Estado de Antioquia en 1814. Sin embargo, sus consideraciones iniciales varían del preámbulo del decreto del 22 de enero de 1820. Las consideraciones recuerdan más algunas de las líneas de argumentación de Restrepo y, en particular, su proposición de la inconsistencia de la esclavitud con un gobierno republicano y a la necesidad de abolirla de forma gradual para no comprometer la tranquilidad publica ni vulnerar los derechos de los propietarios. En: Eduardo Restrepo, Medidas… op. cit., p.244

  43. John Antón S. “Apuntes sobre…, cit., s/n. 45 John Antón S. “Apuntes sobre…, cit., s/n 46 John Antón S. “Apuntes sobre…, cit., s/n 47 John Antón S. “Apuntes sobre…, cit., s/n.


mado la Gran Colombia con la anexión del departamento del Sur, Ecuador entra a formar parte de la Gran Colombia en 1822, con el nombre de Distrito del Sur. En la Ley del 25 de junio de 1824, se es- tablece una nueva división territorial,49 en la que de acuerdo con el Art 2150 al crearse la provincia de Manabí, está ocupa la parte del te- rritorio de Esmeraldas, que por la costa se extiende desde Coloche hasta Atacames inclusive.


Ecosistema y gastronomía


El ecosistema de una región determina su despensa. Los pro- ductos alimenticios que llegan de otros sectores o pisos climáticos y los productos agrícolas básicos que están disponibles en los merca- dos locales son usados en las cocinas. Se da una estrecha relación entre la comida cotidiana y la gama de productos disponibles en cada lugar, los que están determinados por el espacio geográfico que ocupan.

Juan Luis Arsuaga51 sostiene que la gastronomía tiene que ver con el ecosistema evolutivo o entorno en el que viven los huma- nos se relaciona al medio ecológico, el lugar que cada especie ocupa en la naturaleza, por lo que la alimentación ofrece “información im- portante” sobre los grupos sociales y evolutivos. Andoni Aduriz y Chema Dacosta, coinciden en vincular la gastronomía con el ecosis- tema evolutivo.52


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  1. Recopilación de Leyes de Indias de 1680, en Ley X (Audiencia y Chancilleria Real de San Francisco del Quito) del Título XV (De las Audiencias y Chancillerias Reales de las Indias) del Libro II, recoge los límites y los funcionarios de esta Audiencia, provenientes de la Real Cédula de 1563

  2. Cfr. Julio Estupiñán Tello, Recopilación de leyes, decretos y ordenanzas..., pp. 4-5 en: Gobierno seccional autónomo parroquial Concepción, Plan de desarrollo y ordenamiento territorial 2020 – 2023, p.57. Ver en: http://www.edicioneslegales-informacionadicional.com/webmas- ter/directorio/EE249_2022.pdf (26-09-2023)

  3. Ley de Division Territorial de 25 de Junio de 1824.

  4. Cfr. Juan Luis Arsuaga en: Paleontólogos y cocineros vinculan la gastronomía con el ecosistema evolutivo. Natural. Ver en: https://naturalrevista.com/paleontologos-y-cocine ros-vinculan-la-gastronomia-con-el-ecosistema-evolutivo/ (19-09-2023)

  5. La información, Paleontólogos y cocineros vinculan la gastronomía con el ecosistema evolutivo. Ver en: https://www.lainformacion.com/tecnologia/paleontologos-y-cocineros- vinculan-la-gastronomia-con-el-ecosistema-evolutivo_LgziU6u8CoMcgLkfqX9Vl3/ (26-09-

    2023)



    Bien lo sostiene Julio Pazos53 que las cocinas regionales son “la configuración de factores de diversa índole. Depende de las especies y animales comestibles que ofrece el medio (…) y las influencias foráneas an- tiguas y modernas”. En la cocina se da una interrelación constante entre el medio ambiente natural y el cultural.

    Cada cultura establece las formas de cómo alimentarse, “co- memos lo que comen otros, comemos con otros, en una determinada época y contexto. La cultura condiciona que alimentos consumimos y cuáles des- cartamos”.54 Los comportamientos en la dieta son producto de los cambios evolutivos, culturales, sociales y del espacio físico donde interactúan. Tumaco, Esmeraldas y el norte de Manabí comparten una zona biogeográfica, enclavada en la Latitud “0”, gozan de un clima, flora y fauna parecidas, a lo que se denomina “bioma, cono- cido también como paisaje bioclimático o áreas bióticas:


    un conjunto de ecosistemas característicos de una zona biogeográfica que está definido a partir de su vegetación y de las especies animales que predominan. Es la expresión de las condiciones ecológicas del lugar en el plano regional o continental: el clima y el suelo determina- rán las condiciones ecológicas a las que responderán las comunidades de plantas y animales del bioma en cuestión.55


    De aquí también podemos desprender nuestros gustos hacia un producto determinado y a veces nuestra negación a un nuevo in- grediente. En nuestro ecosistema está nuestra despensa madre.


    Migración y transculturación


    En la cocina hay una suerte de matrimonio entre la realidad y el mito, es el lugar donde se produce un sincretismo cultural, allí se guarda la memoria de los pueblos, una memoria de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que se comparte.

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  6. Julio Pazos Barrera, Elogio de las cocinas tradiconales del Ecuador, Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Catolica del Ecuador, 2017, pp. 26, 27.

  7. Laura Gabriela Diaz et. al., Alimentos: historia, presente y futuro, Primera edicion, Ciudad Autonoma de Buenos Aires, 2014, p .20.

  8. Universidad Autónoma de Nuevo León, Biomas. Ver en: http://ded.uanl.mx/project/ vivamus-nulla-sem-dolor/ (19-09-2023)


    La migración siempre supone una serie de cambios, muchos de ellos profundos, en especial, cuando estos han sido provocados por la esclavitud. La historia de migraciones de esclavos negros a nuestros pueblos está documentada a partir de la presencia española en nuestras costas. Para Jean Suret-Canale56 las migraciones de los negros africanos se dan a finales del siglo XVI, una vez que España entra en un proceso de colonización mercantil, emprendida a conse- cuencia de los grandes descubrimientos geográficos de fines del siglo XV, esta mano de servicio era bien vista por los colonizadores espa- ñoles, ellos tenían hábitos de trabajo y la práctica de los métodos con- venientes para la agricultura tropical de la que carecían los indios de América y los inmigrantes europeos. Senegal, Benín, Congo, Angola, Costa de Oro fueron los grandes abastecedores de la mercadería hu- mana al nuevo mundo.

    En 1527 Bartolomé Ruiz descubre en la desembocadura del río Esmeraldas una bahía a la cual la bautizó como Bahía de San Mateo, sitio en el cual se creara el primer núcleo de lo que sería más tarde la Republica de los mulatos de Esmeraldas.57

    Cabello Balboa,58 refiere que un barco que venía de Centro América zozobró en Portete, al sur de la provincia de Esmeraldas; el contingente de esclavos negros que traía huyó y se internaron hasta llegar a un pueblo de los Pides. Batallaron con los indios de Campaz. Los negros estaban liderados por un negro llamado Antón y que a la muerte de este asume el liderazgo Alonso Illescas.59 Años más tarde desembarcó en San Mateo Andrés Mangache, junto con una india de Nicaragua, con la cual procrea dos hijos. De aquí se des- prende la afirmación de Alcina Franch, de que “los grupos negroides que se asentaron en la costa de Esmeraldas (…) lo hicieron en territorio que primitivamente estaba ocupado por Niguas y Campaces.60


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  9. Jean Suret-Canale, África Negra, Editora Política, La Habana, Cuba, 1963, págs. 130,131, 137

  10. Jean Pierre Tardiu, El negro en Real Audiencia de Quito (Ecuador) Travaux de I’FEA, 2006

    p. 3. Ver en https://books.openedition.org/ifea/4623?lang=es,

  11. Cabello Balboa, Miguel, Descripción de la provincia Esmeraldas, Edición, introducción de José Alcina Franch, Colección Tierra Nueva e Cielo Nuevo, Nº 43,

  12. Jose Alcina Franch, “Miguel Cabello Balboa, Descripcion de la Provincia de Esmeraldas”, Consejo Superior de Investigaciones científicas, Madrid, 2001.

  13. Cabello Balboa, Miguel, “Descripción…, cit., p. 17



    En 1620 el presidente Morga realiza una descripción de los zambos, descendientes del naufragio de 1555, en la provincia de Es- meraldas (sitio de zambos), quienes consiguieron; zambos que te- nían a su servicio surgideros en los ríos para salir con sus embarcaciones a sustentarse de las pesquerías, de sementeras con maíz, aves, frutas de la tierra y además oro y esmeraldas conseguido una vez pudieron “dominar a los indios e instaurar una economía que les fuera propia a partir de su conocimiento del entorno ecológico”.61 Cabe anotar que estas tierras estaban pobladas por varias poblaciones, entre las cuales González62 cita: Niguas, Lachis, Campaces, Malabas y Cayapas con idiomas propios.

    En 1640 llegan esclavos negros huyendo de las minas de Bar- bacoas, contingente que procedía de: Mandingas venidos del Valle de Gambia, Los Congo, de habla bantú, también del Congo cerca de la zona sur de África y los Angolas del suroeste.63

    Por la documentación es de entender que en esos tiempos no existían fronteras entre estos territorios. Los dueños de las minas re- sidían en Quito y en Popayán y existían asentamientos mineros en las márgenes del Santiago, Bogota, Cachavi, Guembi y Zapallo, con cuadrillas de negros esclavos que oscilaban entre 19 y 55, a más de Cayapas, tal como se desprende en carta enviada por el cacique Ge- rónimo Udapa al protector general, denunciando los malos tratos que reciben negros y mulatos por parte de los españoles.64

    Para el siglo XVIII, varios comerciantes pastusos y quiteños visitaban los tres pueblos que para entonces conformaban la gober- nación de Esmeraldas: San Mateo de Esmeraldas, San Pedro de Ate- nas de Cayapas y el pueblecito de Lanchas.65 Vicente Maldonado en


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  14. Jean Pierre Tardiu, El negro en … cit. p. 137.

  15. Cfr. Juan J. Arroyo C, Orígenes de los primeros contingentes negros en la zona del Pailón, 2018. S/n. Ver en https://libroscom.online/2018/02/23/origenes-de-los-primeros-contin- gentes-negros-en-la-zona-del-pailon/

  16. Mina González Arturo José, Camino Carrera José, “La invisibilización de la población negra por parte del estado ecuatoriano”, Instituto de Altos Estudios Nacionales, Tesis para el grado de magister, 2005.

  17. Juan J. Arroyo C, Orígenes de los primeros contingentes…Cit, s/n.

  18. Cfr. Tobar, 1950, p.87 en: Fernando Aguirre, Investigación de la Gastronomía de la ciudad de Esmeraldas, Quito, 2015, p. xvii. Ver en: https://repositorio.ute.edu.ec/bitstream/12345 6789/16048/1/60648_1.pdf (26-09-2023)


    su visita a Esmeraldas entre los años 1738 y 1740, funda La Tola donde había a más de 120 indios, sesenta mulatos y sesenta negros, no tenían cura y eran atendidos por un coadjutor de Tumaco.66

    Ayala precisa que para el siglo XVII, en la Real Audiencia de Quito se habían asentado varios grupos de esclavos negros impor- tados para realizar trabajos en la Costa y en ciertos valles cálidos de la Sierra. La situación de esclavitud colocó a los negros en el último lugar de la vida colonial. Pero en Esmeraldas surgió una sociedad de negros libres y mulatos o zambos que mantuvo cierta autonomía frente a las autoridades coloniales.67

    Aguilar manifiesta que los miembros de muchas familias ha- bitan en uno y otro lado de Esmeraldas, en el Ecuador, y alrededor de Tumaco, en Colombia, por la invisible frontera política que las se- para. Esto deviene en un intercambio de comercio y cultura, de bie- nes materiales e intangibles que han ido configurando al habitante de la zona. 68

    Los procesos de transculturación que se dieron entre los pueblos indígenas de la costa pacífica (…) unificaron rasgos, devinieron en nuevas formas de hacer y producir artefactos, modificaron a su vez las manifesta- ciones de sus identidades”.69

    Cada individuo o grupo de desplazados trata de morigerar los estragos de la migración, a veces salen con las manos vacías, sin tiempo para llevar algo de sus pertenencias, en el nuevo espacio bus- can algo que les permita una mejor apropiación del nuevo espacio y lo prioritario es mirar alimentos parecidos a los de su lugar de origen con los cuales hacer una comida que les recuerde los aromas y sabo- res de la suya; sus formas de hacer, de preparar son lo que les man- tendrá unidos a su tierra.


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  19. Mina González, “La invisibilización…, cit., p.

  20. Enrique Ayala Mora, Resumen de la Historia del Ecuador, tercera edición actualizada, Corporación Editora Nacional, ISBN: 978-9978-84-477-9, Quito 2008.

  21. Rodrigo Aguilar Orejuela, Colombia- Ecuador: Un ejemplo de convivencia, Universidad del Azuay, Serie Ensayos, Cuenca- Ecuador, 2004, pág. 5

  22. Libertad Regalado, El poder de la spondylus y el ceviche de los dioses conferencia Academia Nacional de Historia (2016)



    Presencia de ingredientes nativos y foráneos en las comidas más representativas


    El uso intensivo de ciertos productos es un elemento deter- minante a la hora de crear líneas divisorias. El procesamiento de los productos marca sabores y texturas en las comidas. Un alimento común no solo genera una zona de entendimiento, se convierte en un espacio simbólico; la presencia de utensilios domésticos, marcan las formas de procesar y conservar los productos.

    En la época precolombina la agricultura entre las sociedades Tumaco-La Tolita fue intensamente desarrollada ello se comprueba a través del análisis de los restos materiales que en estos contextos, demuestran que los elementos de subsistencia fueron: el maíz como uno de los principales alimentos en la dieta de las sociedades coste- ras, la yuca, la calabaza o ahuyama (representación en formas cerá- micas) palma tagua, palma chunga, ampliamente usadas en la costa para estructuras y techos de las viviendas. En el mar abierto y en los estuarios la pesca y recolección de mariscos fueron actividades im- portantes para la dieta de estas sociedades. Innumerables pesas de red líticas son recolectadas en sitios de manglares y ríos interiores. Igualmente podemos decir de la fauna selvática, algunas de las es- pecies de aves, reptiles y mamíferos sólo se reconocen a través de la plástica cerámica Tumaco–La Tolita.70

    Zúñiga Erazo manifiesta que la gastronomía de la costa en la época precolombina se componía de maíz, yuca, zapallo, ají, cho- colate, zapote, borojó y posiblemente chillangua; y la vainilla pro- ducto del comercio con Centroamérica, de donde es originaria. Eran también recolectores de alimentos. Los arqueólogos que han estu- diado la región han encontrado sitios precolombinos en los cursos inferiores de los ríos y cerca de los manglares. Allí se han hallado gran cantidad de piedras de moler maíz, ralladores de yuca, hachas de piedra y pesas para hundir redes.71


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  23. Diógenes Patiño, Sociedades Complejas en Tumaco: Asentamiento, Subsistencia e Intercam- bio, El Área Septentrional Andina Arqueología y etnohistoria, Compiladores: Mercedes Gui- nea, Jorge Marcos y J.F. Bouchard, Coedición, Colección Biblioteca Abya – Yala, 1998, pag. 49, 51.

  24. Eduardo Zúñiga Erazo, Gastronomía de Nariño s/f


    Se deduce que la actividad culinaria de estos pueblos tuvo una transformación con la influencia que ejerció la cultura negra luego de su llegada al nuevo mundo; ellos optaron por tratar de pre- parar gran parte de sus manjares con los productos nuevos y afines que encontraron en estas tierras de la latitud 0, con cierta semejanza a las que dejaron, entre ellas la yuca, la palma, ají, cilantro cimarrón (chillangua), chirarán, maní, sin olvidar sus formas de condimentar, de preparar, conservar los alimentos.

    En un estudio de la comida africana72 se refiere que general- mente sus comidas son bien condimentadas; la base de la comida son los tubérculos, pastas de cereales y algunas frutas como el plá- tano. La preparación de dulces con los derivados de la caña de azú- car. La introducción de la sangre de pollo para la preparación de la sangrecita, las tripas para el choncholí, los pulmones para la chan- fainita. En las investigaciones realizadas por la autora de este artículo se comprueba que la chanfaina es uno de los platos que se conservan en la comida manabita, cuyos ingredientes principales son la sangre del ave, sus vísceras y el plátano verde.

    Los aceites también son relevantes en los sabores africanos, “la palma aceitera se convirtió tempranamente en una parte integral de los sistemas alimentarios, las economías y las culturas locales. Según la ONG GRAIN, en las canciones tradicionales de numerosos países de África occidental y central, la palma de aceite es denomi- nada el árbol de la vida73 además de suavizar la fortaleza y dureza de los sabores especiados africanos. Difundieron el uso de aceite de palma en las preparaciones de ciertos guisos.

    En la cocina africana prevalece el uso del aceite en salsas y guisos; tienen una costumbre de remojar los granos secos de legu- minosas para luego pelarlos y adicionan a estos: ajo, ajíes, dulces pi- cantes, hacen con esto una especie de bollo que lo fríen, y está esa costumbre de freír los plátanos y de realizar mezclas entre legumbres


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  25. Equipo editorial arecetas, Gastronomía de África, 19 de agosto de 2021. Ver en: https:// www.arecetas.com/gastronomia-africa.html

  26. África donde el aceite de palma sigue siendo fuente de vida Boletín nº 218. http://wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin-wrm/seccion1/africa-donde-el-aceite-de- palma-sigue-siendo-una-fuente-de-vida



    y pescados, arroz con frejoles.74 La palma aceitera remonta sus orí- genes a África; este aceite, característico de la cocina occidental del continente, otorga un fuerte sabor y un reluciente tono dorado rojizo a los platos. Una comida típica con aceite de palma es el arroz Jo- loff, que se suele acompañar con anillos de cebolla y tomate.75 De África trajeron los frutos a que estaban familiarizados: la patilla o sandia; el gombo, el ñame y, posiblemente, varias especies de pláta- nos, bien se dice que el plátano fue un viajero que vino de Asia y de África a engalanar las comidas de la América indígena.76

    Pero no solo alimentos sino ciertos utensilios de cocina como “piedras de moler para triturar tubérculos y especias y grandes pi- lones de madera para moler granos (…) cuyo uso es tan extendido en Nigeria Occidental”.77

    Del plátano deviene la impronta negra, como lo señala Ger- mán Patiño Ossa78el envoltorio de la comida en hojas de plátano, la cocción lenta en agua hirviente, aunado a esto el uso del plátano en sus múltiples formas, “toda la marca de la africanidad está en nuestros bocados que a veces se sirven de entrada y siempre son buenos acompañan- tes”.79

    Viajeros que recorrieron África como Richard Francis Burton describe platos como el fufu (plato que se elabora con harinas de yuca, plátano, o se puede hervir trozos de verde o yuca, se aplastan y se forman bolas, algunos lo añaden manteca y chicharrones),80 de- nominándolos como la "esencia de la cocina africana", originario de


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  27. Rafael Cartay, Historia de la Alimentacion del Nuevo Mundo, Tomo II, Edicion auspiciada por la Fundacion Polar y la Universidad de los Andes, Primera Edicion, 1991, pp. 264, 265.

  28. Equipo editorial arecetas, Gastronomía de África, 19 de agosto de 2021. Ver en: https://www.arecetas.com/gastronomia-africa.html

  29. Carlos Castro, Alberto Lleras, Aporte de la estrategia del marketing de destino para el posicionamiento de Bogotá como destino gastronómico, Universidad EAFIT, Bogotá, 2021,

    p.39. Ver en: https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/26719/JuanCarlos_ CastroLozano_MarioAlberto_LlerasLozano_2021.pdf?sequence=2&isAllowed=y (26-09- 2023)

  30. Rafael Cartay, Historia de la Alimentacion del Nuevo Mundo, Tomo II, Edicion auspiciada por la Fundacion Polar y la Universidad de los Andes, Primera Edicion, 1991, p. 263.

  31. Germán Patiño Ossa, Fogón de negros, cocina y cultura de una región latinoamericana, Convenio Andrés Bello, 2007

  32. Germán Patiño Ossa, Fogón…op. cit., p.14

  33. Richard Francis Burton, Exploradores de África, Siglo XIX, https://es.scribd.com/docu- ment/667344111/Richard-Francis-Burton# (26-09-2023)


    Ghana; este plato se ha extendido por muchos lugares de América; los dominicanos le llaman Mangú, y los puertorriqueños Mofongo, en Manabí, aplastado de verde o sopeado de verde, muy usual para acompañar a estofados de gallina, cerdo, res o pescado; agregado chicharrón y con una consistencia más dura son los bolones de plá- tano verde o la bala esmeraldeña o simplemente bala en Tumaco (plátano cocido y aplastado en piedra).81

    Los orígenes del “refrito”, “sofrito” o “salsa ata” tan usado en nuestras comidas, son africanos, fueron fácilmente asimilados por nuestras culturas. En el Caribe, el sofrito es una base para cocinar otros alimentos como el arroz, la carne y el pescado, en la misma ca- zuela.82 En Nigeria, la salsa ata, se vierte sobre preparaciones hechas con harina de ñame, de yuca y de otros cereales; en la comida mana- bita, esmeraldeña y tumaqueña, es una preparación base para coci- nar una cantidad de platos. Los ingredientes son ajo, cebolla, tomate, ají, cebollines, también se puede usar o bien chillangua, chirarán o cilantro finamente picados y sofritos o refritos en aceite con achiote.483 Qué se sirven en la actualidad en estas regiones de la costa nariñense, aparte del pusandao, que une la sierra con la costa,84 los encocados, especialmente de pargo, de cangrejo, de concha o camarón de río; los tamalitos de camarón o salmonetes, el ceviche de piangua y camarón, el carapacho de cangrejo, la mazamorra tumaqueña, entre otras tantas ex- quisiteces”.85 A estos platos se agregan arroz de maíz, sudado de ga- zapo (camarón de rio), arroz de pilón con corozo, aborrajados de tollo, sudado de conejo, encocado de cangrejo, zamba de zapallo, entre otros.86

    A más de estos platos, Rosario Riascos,87 de origen Tuma-

    queño, indica como plato emblemático de esta tierra el encocado de


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  34. Ibídem.

  35. Gastronomía, p.180. Ver en: https://redaprende.colombiaaprende.edu.co/recursos/colec- ciones/QC6030FGTVI/PYACU2D4LFH/20126 (26-09-2023)

  36. Gastronomía, p.180.

84 Ibíd., p.203

  1. Eduardo Zúñiga Erazo, Cultura y Gastronomía, Pasto, 2010, pág. 18

  2. Enrique Sanchez Gutierrez, Ver, preguntar y cocinar…y cocinar cantando. La cocina tradi- cional del pacifico colombiano: un patro]imonio cultural en riesgo, p. 191, ver en: https://re- vistas.udea.edu.co/index.php/boletin/article/view/339277/20794183

  3. Riascos, Rosario, informante, nativa de Tumaco de 45 años (entrevista 25 de octubre 2017).



    pescado y el sancocho; este se lo prepara con bagre, plátano verde, yuca, refrito, el sumo de coco (leche de coco) y la chillangua. Ante- riormente se comía el caldito de sábalo con hierbitas. En Semana Santa es usual preparar los siete platos: encocado de pescado salado, seco de lenteja, seco de frejol, encocado de raya ahumada, ensalada de zapallo (zapallo cocinado y hecho puré, se sirve con refrito y el sumo del coco), sopa de arroz con camarón, arroz con coco, sopa de pescado salado; en todos estos preparados se usan el sumo de coco y el chirarán o chillangua.88 El sumo de coco, leche de coco, es utili- zado como adelgazante de la masa, muy usado en varias prepara- ciones, una de ellas “el guiso de ostras en crema de coco y hogao harán la diferencia y producirán una de las exquisiteces de la cocina colombiana89 y agrega que se introduce una variante que cambia la masa de maíz por la de plátano verde.

    Otras comidas muy de descendencia africana son: la maza- morra (maíz amarillo remojado, molido y se lo hierve con panela, agua, canela hasta que espese y se coloca el sumo de coco), el casabe (maíz bien molido, cernido en un lienzo y con zumo de coco, panela y canela) y el envuelto (maíz molido, leche de coco, queso, sal o dulce, envuelto en hoja de bijao y cocinado ahora al vapor; antes se colocaba en la olla agua, tuzas de maíz y encima los envueltos).90

    Una tradición que se ha perdido en esta época era moler caña y preparar panela normal, panela de coco, rallado y conserva (yuca con papaya verde, panela y hojas de naranja), y la yuca con panela; este preparado de hervir la yuca en la panela en la misma molienda es algo que aún se realiza en las moliendas en Manabí, de igual forma la conserva de papaya y las menestras de lenteja, y variedad de fréjoles, la diferencia está en que en Manabí no se usa el sumo de coco en estos preparados.

    Sobre el pusandao, un plato tumaqueño y barbacoano, Alma Kaiser91 hija de un alemán que llegó a vivir en Tumaco a principios


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  4. Seco o menestra que es el genérico de estos preparados con granos

  5. Eduardo Zúñiga Erazo, Cultura …cit, p. 47

  6. Nicolás Contreras, “Aproximación etnoeducativa a la culinaria y gastronomía toludeña”, FAIA, Vol. I, N ° IV, Año 2012. Ver en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/ 4181835.pdf (26-09-2023)

  7. Alma Kaiser, Mendoza, Historia del Pusandao, texto no publicado.


    del siglo XX, que fue amante del pusandao y del currulao (baile), se- ñala que su padre atribuye el origen del plato a la inexistencia de ca- minos hacia el interior del país; ya que la mercancía que llegaba por barcos a Tumaco, para trasladarla al interior, lo hacían por los ríos Chaguí, Maguí, el Telembí, Tablones hasta Barbacoas y desde allí por tierra hasta Túquerres, en el viaje de regreso se traía carne de cerdo salada y nitrada (carne serrana), papas, ingredientes necesarios para la elaboración de este plato, al cual le agregaban gallina, plátanos, huevos, chillangua y el chirarán.

    La chillangua, una especie de cilantro, conocido en Manabí como cilantro de poso, o cilantro de monte y en Esmeraldas y Tu- maco como chillangua o cilantro cimarrón, es una yerba muy usada en las comidas con carne de aves, muy en especial en los caldos o secos de gallina.92

    La comida esmeraldeña y tumaqueña finca su secreto del sabor en el uso del coco en la mayoría de sus platos, de allí deviene el nombre de “encocao” para referirse a platos que llevan este ingre- diente, ejemplo el encocao de pescado, camarón, guanta, cangrejo.93 Riasco cita que otro de los platos típico de los descendientes de afri- canos era la panda94, que consistía en poner el pescado fresco con sal en una hoja de plátano o bijao y se coloca chillangua finamente pi- cada, se amarra y se lo pone a cocinar sobre una capa de plátano verde y se deja cocinando por unos veinte minutos. El “tapao”95se lo cita como otro de sus platos representativos y más populares, es una comida que no tiene mucho costo, por eso se le denomina la comida de los pobres. El tapao se prepara con pescado fresco o salpreso, plá- tano y chillangua. El tapao, viene a ser el caldito de pescado con ras- padito de verde que se come en Manabí y Esmeraldas; hay varia- ciones a las que se les da nombres especiales como el “tapao arrecho” donde intervienen los pescados y mariscos; a más de estos platos también se prepara el aserrín de toyo.


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  8. La Hora, La Chillangua, el toque de la gastronomía esmeraldeña, 26 de julio de 2023. Ver en: https://www.lahora.com.ec/esmeraldas/la-chillangua-el-toque-de-la-gastronomia-esmeral-

    dena/ (26-09-2023)

  9. Gastronomía. Ver en: https://andreitahemoxhaa.wordpress.com/gastronomia/

  10. Pandado en Manabí, Los Ríos; en el Puyo y partes del Oriente ecuatoriano está el “mayto”.

  11. Riascos Rosario, informante



    La comida esmeraldeña con sus toques ancestrales, según la Revista Líderes,96 en la actualidad cuenta con más de 30 platos dis- tintos, unos más antiguos, otros de reciente creación, citaré unos cuantos: La bandeja de mariscos, el cangrejo encocado, lambada de mariscos, el cebiche de concha cuyo principal ingrediente se extrae de la concha negra del manglar, y el champú preparado con maíz, aserrín de raya, encocado de pescado y minchilla (elaborado con ca- marón de río), conservas de banano, cocadas y arroz con leche, el en- sumaca’o, tapa’o de pescado, balas/bolones de camarón y langostino reventado, tortilla mompinchera, encoca’o de guaña y la torta de coco.

    Valentina Álvarez manifiesta que, en la zona norte de Ma- nabí, se ha extendido el uso de la leche de coco en sus comidas, entre ellas el encocado de camarón, de pescado; a más de estos potajes también se prepara un envuelto delicioso que es el tamal de concha negra, cuya preparación comparten el norte de Manabí y Esmeral- das, se usa coco, maní, plátano verde y conchas; las conchas se reco- gen en el estuario de Cojimíes. A más están los ceviches de mariscos o pescado, la tortilla oceánica que tiene una variedad de mariscos; empanadas de verde, bolones de verde con chicharrón, queso, ca- marones: y dulces como las cocadas, bebidas como la chucula, la chi- cha de chontilla o borroque que se prepara con maduro, chontilla y leche de coco. 97

    De lo que se deduce que compartimos comidas cuyos ingre- dientes principales son los peces, mariscos, plátano, yuca, maní, coco, carnes de cerdo, res, gallina, animales de caza, el uso de la chi- llangua, ají, tomate, los sofritos o refritos como parte de la condimen- tación. Se coincide con la apreciación de Germán Patiño cuando expresa que “la africanía se sancochó, a fuego lento, con rastros andaluces, moros, prehispánicos y castellanos”.98


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  12. Marcel Bonilla, “La gastronomía esmeraldeña tiene su estrategia”, Líderes, 13 de diciembre de 2015. Ver en: La gastronomía esmeraldeña tiene su estrategia | Revista Líderes (revista- lideres.ec) (26-09-2023)

  13. Chef de Cojimies (Pedernales) Manabi, Informante clave

  14. Germán Patiño Ossa, Fogón…op. cit., p. 52


    Costumbres y tradiciones

    La rica tradición oral esmeraldeña y tumaqueña tiene sus raí- ces en los mitos africanos, “La tunda, la gualgura, el duende, el ho- jarasquín del monte, el bombero y otras visiones y leyendas (…) revelan una conciencia social sensible a los problemas económicos, políticos, raciales y culturales en vigencia. En la música, al son de la marimba, el bombo, el guasá y los tambores se bailan el torbellino, la agualarga, el andarele, la caderona, la fuga, el fabriciano, la cum- bia, el berejú y la bomba, de auténticos sabores africanos,99 que uni- dos a otros ritmos, dieron como resultado la música afroamericana.

    Hidalgo Alzamora, citada por Aguilar señala el parecido socio-étnico de ecuatorianos y colombianos del sector, debido a que los negros que arriban a Esmeraldas, tras el legendario naufragio, extenderán hasta Tumaco y Buenaventura su heredad e influencia cultural y que es posible también que, a través de las diferentes mi- graciones venidas desde Colombia, que se extendieron a Esmeraldas, llegaran formas y contenidos de la Décima.100

    En la actualidad hay ritmos como el andarele, currulao, arru- llo, chigualo y el alaba'o que se niegan a morir, muy a pesar de ritmos como la salsa, se mantienen vivos, el apego a estos ritmos está en la sangre. Los arrullos son propios en los velorios de sus muertos o de los santos, que se cantan al son del bombo, del cununo y las maracas. En San Lorenzo, se trató de rescatar los ritmos a través de escuelas de baile; en Manabí, se ha dado valor a los chigualos, generándose festivales en la navidad para promover esta tradición oral:

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    En Tumaco, las elecciones de las reinas mulatas a bordo de canoas ri- camente ornamentadas han ido acompañadas no solo por la música de moda sino también por los populares y ya clásicos temas del folclor común: la infaltable Caderona, el contagioso Andarele, el simpático y teatral Fabriciano Carajo, el Caramba, el Sanfanito (apócope de San Jua- nito), el Bambuco, etc. Por fortuna, los últimos años han visto una sa- ludable tendencia de los habitantes de estas latitudes a rescatar lo que consideran propio, mediante investigaciones, festivales y encuentros de integración binacional afro.101

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  15. Mina González Arturo José, Camino Carrera José, obra cit. 2005, p. 54.

  16. Rodrigo Aguilar Orejuela, “Un ejemplo…, cit., p. 7.



    En los velorios de los niños o conocidos como chigualos se canta arrullos al niño toda la noche y a las cinco de la mañana, se hace el canto de despedida al niño, este es como un ritual alrededor de una palma a la que le colocan adornos con papeles de colores y cintas de color, cada persona agarra una cita y dan la vuelta dan- zando y cantando los arrullos al son del bombo, cununo y maracas. Tradición que también se la realiza en el velorio de San Antonio.102

    Una tradición muy parecida a “los ángeles somos”103 cuenta Valentina Álvarez,104 que esta celebración de conmemoración mor- tuoria se da en la biorregión del estuario de Cojimíes, es la del uno y dos de noviembre; se estila preparar una mesa como especie de altar de comidas para recibir a las almas de los niños que han muerto, de esta forma los deudos festejan la muerte mediante cantos, velaciones y comida en su memoria.

    En la tradición oral manabita, las formas de comunicación oral artística son los amorfinos, chigualos, décimas, se han realizado algunos estudios para lograr su rescate. Trabajos realizados por Wil- man Ordóñez, Consuelo Puga, Jean Paúl Demera, Alberto Miranda, Ángela Zevallos, Yuri Palma, Libertad Regalado, Raymundo Zam- brano (entre otros), son muy necesarios a la hora de trabajar sobre este tema.

    Wilman Ordóñez105 señala que “El chigualo es el canto-juego- baile que con mucha incidencia amatoria y de “acotejamiento” prac- tican y profesan en Navidad los habitantes montuvios de Manabí”. El chigualo, es un evento navideño de raíces manabitas, festividad que se realiza entre el 25 de diciembre, día posterior a la Navidad, y el 2 de febrero, que se festeja el día de las Candelarias. Consuelo Puga106 a más de confirmar que el chigualo es una fiesta navideña, de herencia hispánica, patrimonio intangible del pueblo montuvio de Manabí, afirma que este se fusionó con elementos de otras cultu- ras locales como canciones, juegos, comidas, indumentarias tradicio-


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  17. Rodrigo Aguilar, Un ejemplo… cit., p.11

  18. Riascos Rosario, informante.

  19. Libertad Regalado, Manabí y su comida milenaria, colección Pachamama, SASI, Uleam, 2019

  20. Chef de Cojimies (Pedernales) Manabi, Informante clave

  21. Wilman, Ordóñez, Alza que te han visto, Tomo I, Editorial Mar Abierto, Uleam, 2010.

  22. Consuelo Puga, El chigualo manabita, la fiesta navideña montubia, Ecuador, 2013


    nales del pueblo montubio y que en la provincia de Esmeraldas se conoce como chigualo al ritual fúnebre que se realiza cuando el an- gelito (niño o niña) fallece y se lo despide con cantos acompañados de cununos y bombos. Para Regalado, Zambrano,107 los chigualos son cantos al niño o versos divinos, rondas, coplas que se cantan en honor al Niño Dios, una fiesta que congrega a las familias y que mo- tiva una serie de actividades como la apeada del niño, la bajada del niño, el traslado en procesiones del niño, la misa, los compadres, priostes, las parejas que concursan en los juegos de rueda en todas esas noches donde se brindaran dulces y comidas para agasajar a los invitados.

    La fiesta del Chigualo, espacio para los juegos de rueda, fue escenario propicio para declarar el amor a la mujer amada o una forma sutil de rechazar al pretendiente, una forma de conocer los se- cretos que se acunan entre los cafetales, guaduales y cacaotales y de reírse de los males sociales que aquejan a las poblaciones campesinas como una forma de sanación.

    Sánchez108, manifiesta que “el arrullo es una expresión del canto popular afro, en la que una persona entona una copla y las demás responden con un estribillo o repitiendo la parte final de la estrofa”, que las mujeres de Tumaco los cantan con alegría durante las jornadas de trabajo.

    De lo manifestado se colige que los chigualos, gualí, arrullos o cantos de angelito son versos usados para expresar sentimientos de amor en los velorios de los niños, como es el caso de Esmeraldas, y algunos pueblos en Colombia y que sus raíces son africanas. En Manabí, a partir de la subida del niño el 25 de diciembre inicia la época de “las chigualadas”, que termina con la bajada del niño el 2 de febrero, se canta al niño en una primera fase, para luego pasar a otra variante con versos de connotación amatoria, conocidos como amorfinos o versos profanos, que se intercala con rondas, ruedas y juegos, para lo cual se tapa el rostro de la imagen en bulto del niño Jesús o se lo esconde en señal de respeto.


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  23. Libertad Regalado, Raymundo Zambrano, El amorfino, manifestacion cultural de la identidad del pueblo montuvio, Uleam, 2019.

  24. Enrique Sanchez Gutierrez, Ver, preguntar y cocinar…y cocinar cantando. La cocina tradi- cional del pacifico colombiano: un patro]imonio cultural en riesgo, p.191, ver en: https:// revistas.udea.edu.co/index.php/boletin/article/view/339277/20794183



La actividad culinaria, las costumbres y tradiciones están te- jidas en el mestizaje cultural, cada pueblo ha contribuido con sus aportes para formar la masa y la esencia de trashumantes, transcul- turales. Por eso no es de extrañar que al sonido de la marimba bailen los cuerpos, que al olor del encocao o de un ceviche se haga “agüita la boca”, que cuando se come un bolón de verde, no se pueda negar la presencia de los que llegaron de otras tierras. Por eso lo transcul- tural, no niega al tercero excluido, en lo trans las fronteras se vuelven ilusorias.


Conclusiones


  1. Las relaciones entre Ecuador y Colombia tienen una larga historia que arranca desde los tiempos de la América indígena;

  2. Las evidencias arqueológicas comprueban que estas regiones fue- ron habitadas por pueblos que desarrollaron las mismas activida- des artesanales, agrícolas, comerciales, debido a que compartieron un perfil topográfico cargado de zonas ecológicas y ambientales de influencia marítima;

  3. La revisión de documentos, precisan que históricamente estas re- giones establecieron redes de intercambio no solo entre ellas, sino con otros pueblos de la costa-pacífica;

  4. Las fronteras físicas, generadas por la geopolítica, son más iluso- rias que reales; la transculturación se cocinó y se sigue cocinando en las ollas;

  5. Las recetas y sus variaciones tienen sus orígenes en las primeras décadas de la colonia cuando se conforman las cocinas tradicio- nales con la influencia de españoles y de nativos africanos;

  6. Tradiciones culturales comunes y contactos permanentes han mar- cado un especial tipo de relaciones que han enriquecido a los dos países y han contribuido a estrechar lazos humanos, así como a constituir vínculos sociales muy característicos.


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ZARCO, Christián. Definición de la identidad gastronómica: El impacto del medio ambiente y la cultura en los componentes predominantes, textura y sabores en el vino y la alimentación. https://prezi.com/dmca/sriv- debp6bkd/A/#form, 2013.


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https://naturalrevista.com/paleontologos-y-cocineros-vinculan-la-gastrono- mia-con-el-ecosistema-evolutivo/

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


LA ACEPTACIÓN DE SAN MARTÍN A LA POLÉMICA CARTA LAFOND

DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICO-PSICOLÓGICA1


Xavier Chiriboga Maya2


Resumen


Este ensayo analiza la Carta Lafond, supuestamente enviada por San Martín a Bolívar el 29 de agosto de 1822, que es la base de la Tesis del Río de la Plata. Esta tesis sostiene que San Martín se retiró de la guerra independentista después de la Entrevista de Guayaquil, de manera abnegada para que Bolívar fuera a Perú, quien, mezqui- namente de lo contrario, no lo haría. Naturalmente, esto dio lugar a la Tesis Colombiana, que afirma que San Martín fue obligado a reti- rarse por la fuerza. En 1942, la carta fue considerada falsa por las academias de historia bolivarianas y por la misma Argentina. Pero en 1950, esta última se retractó y la declaró auténtica terminante- mente. Sin embargo, esta investigación concluye que la carta es falsa, basándose en la comprobación empírica y en fuentes autorizadas, entre ellas profesores y personalidades argentinas. Como método, se utilizó la investigación bibliográfica, epistolar y la psicología apli- cada a la historia, ya que el objetivo principal del tratado es entender las motivaciones de San Martín para dejar correr la carta. Se concluye que San Martín manipuló la misiva para mejorar su ego e imagen afectados por su deserción y debido a que sentía pulsiones de muerte


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1 Recibido: 02-01-2024 // Aceptado: 15/01/2024

  1. Master en Políticas Públicas por la Universidad Politécnica Salesiana de Quito. Doctor en Psi- cología Clínica Por la Universidad Central del Ecuador. Principales líneas de investigación: Simón Bolívar, Juan Montalvo, Psicología, Filosofía, Teología comparada. Sus tres últimas pu- blicaciones: Chiriboga Maya, X. (2023). Psicoanálisis de Simón Bolívar. Boletín Academia Na- cional de Historia Nº 208-A. El teólogo-místico Juan Montalvo y la persecusión de la Iglesia en el siglo XIX. Boletín Academia Nacional de Historia Nº 209. El pensamiento económico de Simón Bolivar y su vigencia en América Latina. Boletín Academia Nacional de Historia Nº 206-B. Correo electrónico: chiribogaxavier@hotmail.com.



    destructivas: celos y odio contra Bolívar. El estudio destaca la impor- tancia histórica de la Carta Lafond y el uso de la psicología en la in- vestigación histórica.


    Palabras clave: Carta Lafond, Entrevista de Guayaquil, San Martín, Bolívar. Psicología e historia


    Summary


    This essay analyzes the Lafond Letter, supposedly sent by San Martín to Bolívar on 29.08.1822; it is the basis of the Río de la Plata Thesis, which argues that San Martín withdrew from the inde- pendence war after the Guayaquil Interview, selflessly so that Bolí- var could go to Peru, who otherwise would not have done so selfishly. Naturally, this gave rise to the Colombian Thesis, which as- serts that San Martín was forced to withdraw by force. In 1942, the letter was considered false by the Bolivarian history academies and by Argentina itself. But in 1950, it retracted and declared it authentic unequivocally. However, this research concludes that the letter is false, based on empirical verification and authoritative sources, in- cluding Argentine professors and personalities. The research used bibliographic, epistolary, and psychology applied to history as methods. Since the main objective of the essay is to understand San Martín's motivations for letting the letter circulate. It is concluded that San Martín manipulated the letter to improve his ego and image affected by his desertion and because he felt destructive death im- pulses: jealousy and hatred against Bolívar. The study highlights the historical importance of the Lafond Letter and the use of psychology in historical research.


    Keywords: Lafond Letter, Interview from Guayaquil, San Martín, Bolívar, Psychology and history


    Introducción


    Veritas Ante Omnia



    La entrevista secreta entre Bolívar y San Martín en Guaya- quil, entre el 26 y el 27 de julio de 1822, tuvo consecuencias polémi- cas: San Martín abandonó la guerra, Guayaquil se unió a Colombia y Bolívar asumió el liderazgo general de la independencia, solo.

    En 1843, apareció una carta controversial, supuestamente es- crita por San Martín a Bolívar el 29.08.1822 conocida como la “Carta Lafond”. Que es la base de la Tesis del Río de la Plata, sobre la entre- vista de Guayaquil, que afirma que San Martín se retiró abnegada- mente porque Bolívar, egoístamente, no iría al Perú si él no se retiraba, e incluso se ofreció a servir bajo su mando, pero Bolívar lo rechazó.

    Entonces, lógicamente surgió la Tesis Colombiana, que sos- tiene que San Martín fue retirado por la fuerza. Ya que San Martín no estaba en posición ni política ni militar para enfrentar a Bolívar.3 Los secretarios de San Martín y Bolívar, Rufino Guido y Gabriel Pérez, tienen diferentes puntos de vista según sus intereses, pero coinciden con los hechos reales. El uso de estas fuentes primarias es crucial para comenzar cualquier investigación. La tesis colombiana lo hace, mientras que la del Río de la Plata, se basa en la carta de Ga- briel Lafond de Lurcy, presentada en un libro de viajes llamado: Via- jes alrededor del mundo y naufragios famosos.4

    Entre 1942 y 1962, se libró una gran polémica por la autenti- cidad de la carta entre las Academias de Historia de Argentina y Ve- nezuela, llegando a la conclusión que:


    La carta Lafond es apócrifa por las Academias Nacionales de Historia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Bolivia y lo que es más, por la propia Academia Nacional de historia de la Argentina el 17 de septiembre de 1942. Además, reconocidos historiadores de la misma


  2. Pío Jaramillo (1952). El secreto de Guayaquil: en la entrevista de Bolívar y San Martín.CCE. En: https://biblioteca.casadelacultura.gob.ec/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=20282

  3. Gabriel Lafond, (1844). Voyages autour du monde et naufrages célèbres. 454. Biblioteca de Nueva York. https://archive.org/details/voyagesautourdu00lurcgoog/page/n4/mode/2up



    Argentina han reconocido su falsedad como Antonio Jorge Pérez Amu- chástegui, (1921–1983), titular durante muchos años de la cátedra de Introducción a la Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Uni- versidad de Buenos Aires, quien dice: que la misiva fue fraguada después de 1826 por el grupo peruanista, interesado y empeñado en echar lodo sobre Bolívar, el cual recién abandonaba el Perú, pero cuya influencia se dejaba sen- tir.(…) Para aquellos que niegan su autenticidad existe asimismo el di- fícil problema de responder a diversas interrogantes, tales como:

    ¿Quién o quiénes fueron sus falsificadores? ¿Qué objetivos se perse- guían con esta falsificación? ¿Cómo se explica que San Martín consin- tiese su divulgación?”5


    Responder estas últimas interrogantes es el objetivo principal de este ensayo, pero, sobre todo, ¿Cómo se explica que San Martín con- sintiese en su divulgación?


    Desarrollo


    Antecedentes


    La Provincia de Guayaquil empezó su lucha por la indepen- dencia de España el 09.10.1820, iniciando así la guerra de indepen- dencia de la Real Audiencia de Quito:


    La ciudad de Guayaquil, en aquella época, era un puerto estratégico que contaba con una reserva superior a 1.500 hombres, los cuales, en su mayoría, eran nativos de la provincia y simpatizaban con la causa independentista. Cuando el Mayor Letamendi y los capitanes Urdaneta y Febres Cordero, oficiales degradados del batallón “Numancia” por sus tendencias antirrealistas, arribaron al puerto, entraron en contacto con pobladores que compartían sus ideas. Fue así como el 08.10.1820 luego de haber estructurado un plan conjunto, los revolucionarios, tanto oficiales como nativos, decidieron que en la madrugada del día siguiente tomarían los cuarteles de la ciudad.6


    Guayaquil tuvo problemas debido a su ubicación entre Perú y Colombia. El presidente Olmedo buscó ayuda y protección de

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  4. Jorge Paredes (2021), “Simón Bolívar y San Martín en Guayaquil”. monografias.com. http:// www.monografias.com/trabajos14/guayaquil/guayaquil3


    ambas potencias, lo que generó un conflicto estratégico. Aunque Ol- medo y la Junta buscaban autonomía o una alianza con Perú, esto no era posible para Bolívar.

    En mayo de 1821, Bolívar, envió al General Sucre con cartas para el gobierno de Guayaquil, ofreciendo protección militar a cambio de unirse a Colombia. De hecho, Sucre aseguró la independencia de Guayaquil el 19.08.1821en la Batalla de Yaguachi. También, logró un acuerdo diplomático brillante en el cual la Junta se adhirió indirec- tamente a Colombia y el puerto de Guayaquil quedó bajo el cuidado del Ejército Colombiano. Además, Guayaquil contribuiría económi- camente a la independencia de Quito.7

    Asimismo, en 1822, Bolívar tomó Guayaquil con base en el principio del uti possidetis juris, que establece que las fronteras de los nuevos países deben ser las mismas que las del antiguo imperio co- lonial. Los patricios guayaquileños se apoyaban en la libre determi- nación de los pueblos. Finalmente. Sucre triunfa en la Batalla de Pichincha el 24.05.1822 y libera Quito. Bolívar llega a Guayaquil El 11 de julio y se proclama dictador. Guayaquil se declara parte de Co- lombia de facto, el 31 de julio.8

    La anexión forzada llevó a Olmedo, La Mar y a 200 familias ilustres a exiliarse en Lima. Olmedo expresó su desacuerdo en una carta a Bolívar el 29.07.1822:


    ( …) Yo puedo equivocarme; pero creo haber seguido en el negocio que ha terminado mi administración la senda que me mostraban la razón y la prudencia: Esto es, no oponerme a las resoluciones de Ud. para evitar males y desastres al pueblo, y no intervenir ni consentir en nada para consultar a la dignidad de mi representación9


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  5. C. Prieto (2022). Independencia de Guayaquil, Ecuador. Parlamentoandino.org. https://www. parlamentoandino.org/index.php/actualidad/noticias/827-independencia-de-guayaquil- ecuador-2

  6. Amílcar Tapia Tamayo, (2021) Sucre y la Independencia de Guayaquil, El Comercio. En: https://www.elcomercio.com/tendencias/cultura/historia-mariscal-sucre-independencia- guayaquil.html

  7. Pío Jaramillo. Óp. Cit.

  8. José Olmedo. Epistolario, Biblioteca virtual Miguel de Cervantes. En: www.cervantesvirtual.com/ obra-visor/jose-joaquin-olmedo-epistolario--0/html/?indice=1



    La Entrevista


    El 14.07.1822, San Martín parte del Callao con el fin secreto de tomar Guayaquil,10 pero Bolívar ya la había ocupado. San Martín in- tenta volverse, pero Bolívar le insta que desembarque. Citamos a Ca- milo Destruge:


    ¿Sabía el Generalísimo San Martín, a su salida de Lima, los aconteci- mientos que se habían desarrollado en Guayaquil desde el 11 que había llegado Bolívar a la ciudad? Imposible, porque no había tiempo para ello. Tuvo, pues, indudablemente conocimiento de ellos, al aproximarse a nuestras playas. (…) ¿Y por qué entonces, no avanzó hasta nuestra ciudad? (... ) Bolívar tuvo que invitarle, que instarle a que viniese, que desembarcara, y a este objeto le dirigió por medio de sus edecanes la afectuosa carta en que le hacía tales instancias, carta fechada el 25 de julio, es decir, el mismo día que arribó el “Macedonia”, que fondeó lejos del Puerto en Punta de Piedra. (…) Y fue también entonces cuando el Protector del Perú se resolvió en la mañana del 26, a desembarcar; y fue así como se encontraron los dos célebres Capitanes que ilustraron sus nombres en la gigantesca lucha por la emancipación americana. (…) De consiguiente, la entrevista no fue cosa arreglada y convenida entre el Libertador y el Protector, a menos en Guayaquil y para esos días.11


    San Martín y su comitiva llegaron al lugar del encuentro y fueron recibidos con honores militares. Durante la conferencia, se discutió el gobierno de las nuevas repúblicas, la finalización de la guerra en Perú y el destino del puerto de Guayaquil. Bolívar apo- yaba las repúblicas, mientras que San Martín prefería las monar- quías. Bolívar asumió el control total de la guerra de independencia, mientras que San Martín se retiró de la vida pública. Finalmente, Guayaquil se unió a Colombia. Después de las conversaciones, hubo un banquete y San Martín se fue en secreto, a medianoche.


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  9. Pío Jaramillo Óp. Cit.

  10. Destruge, Camilo (1920). “Historia de la revolución de octubre y campaña libertadora de 1820-22 : primera parte: Guayaquil. CCE. En: http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/ 34000/895


    ¿Guerra Civil?


    A continuación, se demuestra que hubo la posibilidad de una guerra civil en Latinoamérica en el año 1822 entre San Martín y Bo- lívar. Lo haremos a través de correspondencia que aporta aclaracio- nes importantes.


    La junta de gobierno de Guayaquil planeaba la anexión al Perú aún por las armas


    En estas cartas a San Martín, Olmedo muestra una postura ambigua al pedir evitar la confrontación armada interna, pero tam- bién al exigir la protección de los intereses de Guayaquil y del Perú. Así lo dice en la carta del 02.04.1822:


    (…) Cuando dirigimos a Vuestra Excelencia en copia la nota en que el Libertador de Colombia reclama del Gobierno como un deber la incor- poración de esta Provincia a la República creímos suficiente la presen- cia sola de ese documento para que Vuestra Excelencia viese que era llegado el caso de cumplir su solemne voto de sostener la libertad de este pueblo”. (…) Es un deber evitar hasta con nuestra sangre que se encienda la tea de la guerra civil que daría a los españoles un triunfo, y como nos haríamos responsables del más odioso crimen al pueblo que depositó en nosotros confianza, a los pueblos de América especta- dores de nuestra marcha, al mundo y a la posteridad misma, el Go- bierno reclama solemnemente la protección que el Perú nos ha ofrecido tiempo hace; reclama la alta y poderosa mediación de Vuestra Excelen- cia en este arduo negocio, y espera afianzar en sus manos futuros des- tinos de este país tan digno de ser libre. Con este importante objeto el Gobierno confía a Vuestra Excelencia esta Privada exposición ”.12


    En esta otra, fechada el 24.06.1822, Olmedo advierte a San Martín sobre la gravedad de la situación y la posibilidad de una gue- rra civil inminente


    Desde que recibimos la mencionada intimación del Libertador, el Go- bierno ha creído iniciada la agregación de esta provincia y que era ine-


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  11. Olmedo, José. Óp. Cit.



    vitable un compromiso entre Perú y Colombia, pues ni ésta podría de- sistir de su intento en que ha cifrado la parte principal de su prosperi- dad, ni aquél podría ver pasivamente el ultraje de un pueblo, puesto bajo su protección. (…) En conclusión: salvar la División del Perú; au- mentar sus fuerzas; hacer lo útil en la próxima campaña, precaver di- ferencias desagradables entre los dos Estados (Cuyo resultado podría ser una guerra civil que, aumentando la desolación de América, nos conceptuase y envileciese ante los ojos de Europa).13


    Bolívar, preocupado por la actitud entreguista de la Junta de Gobierno guayaquileña, había dirigido, al presidente Olmedo una carta fechada en Cali el 02.01.1822. En dicha misiva, expresa su in- quietud y descontento.


    (…)Hablo de las comunicaciones que dirijo tanto al Gobierno como al general Sucre. Por ellas verá Vd. que exijo el inmediato reconocimiento de la República de Colombia, porque es una Galimatías la situación de Guayaquil. Mi entrada en ella en tal estado sería un ultraje para mí y una lesión a los derechos de Colombia. (…) “Vd. sabe amigo que una ciudad con un río no puede formar una Nación: que tal absurdo sería un señalamiento de un campo de batalla para dos estados belicosos que lo rodean. Vd. sabe los sacrificios que hemos hecho en medio de nuestros propios apuros por auxiliar a Guayaquil, que Colombia ha enviado allí sus tropas para defenderla; mientras que el Perú ha pedido auxilios a ella. Quito no puede existir sin el Puerto de Guayaquil, lo mismo Cuenca y Loja. Las relaciones de Guayaquil son todas con Co- lombia. Tumbes es límite del Perú y por consiguiente la naturaleza nos ha dado a Guayaquil”. (…) Por estas y otras muchas consideraciones me he determinado a no entrar en Guayaquil, sino después de ver tre- molar la bandera de Colombia, y yo me lisonjeo que Vd. empleará todo el influjo de su mérito, saber y dignidad, para que no se dé a Colombia un día de luto, sino por el contrario sea Guayaquil para nuestra Patria el vínculo de la libertad del Sur, y el modelo más sublime de una pro- funda política y de una moderación inimitable14


  12. Ibid.

  13. Simón.BOLÍVAR (1822). Carta a Olmedo, firmada en Cali el 2 de enero de 1822. Archivo del Li- bertador.En: http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip.php?article 5225


    Cartas de San Martin y Bolívar al respecto de Guayaquil


    En esta carta fechada el 03.03.1822, el general San Martín ma- nifestó su descontento a Bolívar:


    (…) Por las comunicaciones que en copia me ha dirigido el gobierno de Guayaquil, tengo el sentimiento de ver la seria intimidación que le ha hecho V. E. para que aquella provincia se agregue al territorio de Colombia. Siempre he creído que en tan delicado negocio el voto es- pontáneo de Guayaquil sería el principio que fijase la conducta de los Estados limítrofes, a ninguno de los cuales compete prevenir por la fuerza la deliberación de los pueblos. (…) Dejemos que Guayaquil con- sulte su destino y medite sus intereses para agregarse libremente a la sección que le convenga, porque tampoco puede quedar aislado sin perjuicio de ambos15


    A lo que Bolívar responde, el 22.06.1822:


    (…) V. E. expresa el sentimiento que ha tenido al ver la intimidación que hice a la provincia de Guayaquil para que entrase en su deber. Yo no pienso como V. E. que el voto de una provincia debe ser consultado para consultar la soberanía nacional, porque no son las partes sino el todo del pueblo el que delibera en las asambleas generales reunidas libre y legalmente. (….) La conducta del gobierno de Colombia ha se- guido la misma marcha que la de V. E.; pero, al fin, no pudiendo ya to- lerar el espíritu de facción, que ha retardado el éxito de la guerra y que amenaza inundar en desorden todo el sur de Colombia, ha tomado de- finitivamente su resolución de no permitir más tiempo la existencia an- ticonstitucional de una junta, que es el azote del pueblo de Guayaquil y no el órgano de su voluntad.16


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    Las pruebas confirman que la entrevista evitó una guerra civil que los generales estaban dispuestos a iniciar. Por ejemplo, San Martín pidió permiso para atacar a Colombia el 03.03.1822:

    El Perú, en los últimos años, aspiraba a la posesión de Guayaquil: el


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  14. GOBIERNO DEL PERÚ, de: https://www.congreso.gob.pe/Docs/participacion/museo/ congreso/files/mensajes/1822-1840/a-mensaje-.822-2.pdf

  15. Ibid.



    general San Martín, deseoso de aumentar su influencia por medio de un gran triunfo, creyendo en enero de 1822 a Bolívar muy lejos, pre- tendió irrumpir en el famoso puerto, y tomar las medidas del caso para agregarlo al Perú. Al efecto partió del Callao el 8 de febrero, pero al saber en Huanchaco el 21 del mismo mes que casualmente Bolívar es- taba al llegar a Guayaquil con tropas, dio un salto atrás y propuso en Lima el 3 de marzo al Consejo de Gobierno, declarar la guerra a Co- lombia, y así se resolvió por el voto de los peruanos, salvando el suyo los argentinos Monteagudo y Alvarado; más por fortuna para ambos países, este paso impremeditado no tuvo consecuencias, porque Bolí- var, debido a la llegada de buques españoles no pudo dirigirse por mar a Guayaquil. Gracias a esta circunstancia fortuita San Martín abandonó su actitud hostil17


    También, Bolívar, en carta oficial a Santander, desde Trapiche el 01.06.1822, escribe:


    (…) Por estos documentos podrá observar V.S. que el Protector del Perú pretende: mezclarse en los negocios internos de Colombia, con respecto a las relaciones con sus Provincias. Que el Protector afirma que Guaya- quil no debe quedar independiente, sino que debe decidirse por uno de los dos Estados. Que el mismo Protector le ofrece a Guayaquil, que el Perú mirará como interés propio la independencia de Guayaquil. (…) Que si en último resultado nos creemos autorizados para emplear la fuerza en contener al Perú en sus límites y volver a entrar a Guayaquil en los de Colombia, es también mi opinión que debemos emplear esta fuerza lo más prontamente posible, procediendo antes las negociacio- nes más indispensables y empleando siempre al mismo tiempo la po- lítica más delicada para atraernos a los del partido del Perú y a los de la independencia de Guayaquil y fomentando además el buen espíritu que reina entre los amigos de Colombia. Declaro también que esta no es más que una mera indicación y que de ningún modo pretendo que se haga otro uso de ella en la deliberación sino la de tenerla presente para su riguroso examen18


  16. ECURED Primer intento de San Martín sobre Guayaquil. Campañas del Perú. Enciclopedia Cubana en la Red. De: https://www.ecured.cu/Campa%C3%B1as_del_Per%C3%BA._ Primer_intento_de_San_Mart%C3%ADn_sobre_Guayaqui

  17. Pío.Jaramillo Óp. Cit.


    Pichincha


    En la batalla de Pichincha, las fuerzas de San Martín mostra- ron comportamientos anómalos al intentar dificultar el éxito de la campaña con el fin de tomar Guayaquil. Algunos de estos fueron: la insuficiencia de la división del norte enviada por San Martín, San Martín trató de remover al general Sucre del alto mando del ejército libertador y el coronel Santa Cruz recibe un oficio desde Lima donde se le ordena regresar inmediatamente, abandonando a Sucre en Pichincha para incorporarse a la guarnición de Trujillo.19


    – Testimonio del general Sucre, vencedor de Pichincha


    Sucre delata lo sucedido en dos cartas al general Santander.

    La primera fechada el 5.04.1822. Advirtiendo, antes de la batalla:


    (…) Muchos antecedentes tengo y muchos avisos de las pretensiones en los man- datarios del Perú que me aseguran llevan sus miras no sólo sobre Guayaquil, sino hasta retardar la campaña de Quito, para impedir la aproximación de nues- tro Ejército y del Libertador.20


    En la segunda, del 30.01.1823. Después de la batalla, Sucre denuncia:


    (…) Desde mi venida a Guayaquil, el mes de mayo de 1821, yo fui im- puesto del terreno que iba a servir a las operaciones militares de la cam- paña puesta a mi cargo, y conocí que era de absoluta necesidad un cuerpo fuerte de caballería, escribí al General. San Martín solicitando el auxilio de un escuadrón de granaderos y ofreciendo por recompensa enviar 2 000 hombres para fin de año; cuando él hizo el armisticio con La Serna(…) Las respuestas fueron siempre negativas bajo varios mo- tivos aparentes o ciertos, pero falsos en mí concepto, y esto llegando el tiempo en que mis instrucciones mandaban que obrara, tuve que mar- char y sucedieron las jornadas de Yaguachi y Huachi, en que destruida por fin mi división, se abrió un campo de infamia al Gobierno del Perú, para agitar las sugestiones con que procuraron sustraer Guayaquil del


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  18. Ibid.

  19. Ibid.



    territorio de Colombia. Usted sabe que se inventaron para lograr este acto de disolución de la República, puesto que conseguido hubiera sido un ejemplo de disolución para Colombia. (…) En Pichincha entró el ba- tallón Trujillo al combate el primero, y aunque es verdad que la tropa de este batallón se portó muy bien, la oficialidad era tan mala que fue el único cuerpo de los comprometidos en el combate que plegó ese día. (…) El comandante se condujo cobarde e infamemente, cuando pudo tener siquiera el orgullo con que en Riobamba formó su cuerpo para reclamar las raciones de carne. El Batallón Piura fue destinado a soste- ner al Trujillo, y ha desertado en el campo de batalla, de modo que, hu- yendo entre las rocas del Pichincha, no le hemos visto más hasta que terminó felizmente la acción. (…) El Libertador me ha pedido que deje pasar en silencio todo; pero me ha puesto en el caso de no sufrir más, y estoy resuelto a contestar de oficio al señor secretario de RR.EE. del Perú, una nota en que ha tenido la insolencia de decir, al secretario del presidente, que casi exclusivamente pueden decir las tropas peruanas son las libertadoras del Sur.(…) Simplemente voy a responder a esos canallas con los hechos, y a decirles que recuerden con vergüenza que la única vez que sus tropas han visto la victoria ha sido cuando las ba- yonetas de Colombia se le han presentado, trayéndolos escoltados desde Cuenca, de donde quisieron volverse para el Perú y de donde excepto el escuadrón de granaderos los he traído por fuerza para que alguna vez ciñesen su frente con un laurel de los bosques que sombrean a Colombia.21


    Ponemos de relieve las intrigas en Pichincha con el fin de comprender la importancia que San Martín otorgaba a Guayaquil en sus planes y los esfuerzos que realizó para anexarse el puerto. Es plausible pensar que, durante la conferencia de Guayaquil, Bolívar le habría enrostrado esto a San Martín.


    La polémica Carta Lafond

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    Tal como se mencionó, el principal promotor de la carta sería el francés Gabriel Lafond de Lurcy, al introducirla:

    Gabriel Lafond era un distinguido viajero, diplomático y escritor que nació en la aldea francesa de Lurcy. Departamento de Allier, el 24.03.1801. (…) En Guayaquil trabó valiosas amistades, conoció a los


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  20. Ibid.


    miembros de la Junta de Gobierno Olmedo, Roca y Jimena, (…). En 1839 se dirigió al Libertador San Martín, quien se hallaba en Grand Bourg, cerca de París, en procura de datos. De allí se originó la famosa carta conocida con el nombre de “Carta Lafond” Murió el 09.05.1876, de setenta y cinco años de edad22

    En 1844, Alberdi tradujo y publicó la carta Lafond en espa- ñol.23 En 1848, Sarmiento la citó al unirse al Instituto Histórico de Francia, destacándola para diferenciar a San Martín y Bolívar.24” Es posible que San Martín estuviera presente en el público”.25

    En 1940, Eduardo Colombres Mármol publicó un libro titu- lado San Martín y Bolívar en la entrevista de Guayaquil, a la luz de nuevos documentos definitivos26 que incluía la carta Lafond y otras misivas a personajes destacados contextualizándola. Sin embargo, Vicente Le- cuna cuestionó esta versión y compiló en dos tomos Las cartas apó- crifas sobre la conferencia de Guayaquil.27 Además, en 1952, compiló todas las relaciones escritas del evento en dos volúmenes: La entre- vista de Guayaquil: restablecimiento de la verdad histórica.28 Aparente- mente cerrando la polémica.

    A continuación, la controvertida carta. Se ha transcrito lo per-

    tinente:


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  21. Rodolfo Pérez. Diccionario Biográfico: Gabriel Lafond, en: https://rodolfoperezpimentel.com/ lafond-de-lurcy-gabriel-2/

  22. Juan Alberdi, El General San Martín en 1843, Instituto Nacional Sanmartiniano,en:https:// sanmartiniano.cultura.gob.ar/noticia/dia-del-abogado/

  23. Faustino Sarmiento,(1848).Discurso presentado en el Instituto Histórico de Francia. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.En: /www.cervantesvirtual.com/obra/discurso-presentado- en-el-instituto-historico-de-francia--0/

  24. Beatriz Bragoni, (2023).El intercambio epistolar entre San Martín y Lafond, Gob.ar,de:https:// ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/47904/CONICET_Digital_B.pdf?sequence=5&is Allowed=y

  25. Eduardo Colombres,(1940) San Martín y Bolívar en la entrevista de Guayaquil, a la luz de nuevos documentos definitivos, Universidad de Chicago,en:https://www.journals.uchicago.edu/ doi/10.1086/243941

  26. Vicente Lecuna (1945).Cartas Apócrifas Sobre La Conferencia de Guayaquil.CCE,en:ttp:// repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/1098

  27. Vicente Lecuna (1948). La entrevista de Guayaquil:restablecimiento de la verdad histórica.CCE,en: http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/1100



    Carta del Libertador don José de San Martín al Libertador de Colombia, don Simón Bolívar


    Lima, 29 de agosto de 1822


    (…) yo estoy firmemente convencido, o de que usted no ha creído sincero mi ofre- cimiento de servir bajo sus órdenes con la fuerza de mi mando, o de que mi persona le es embarazosa. Las razones que usted me expuso de que su delica- deza no le permitía mandarme, y aun en el caso de que esta dificultad pudiese ser vencida, estaba usted seguro de que el Congreso de Colombia no consentiría su separación de la república, permítame usted, general, le diga no me han pa- recido bien plausibles; la primera se refuta por sí misma, y la segunda, estoy muy persuadido de que la menor insinuación de usted al Congreso sería aco- gida con unánime aprobación, con tanto más motivo cuando se trata, con la cooperación de usted y la del ejército de su mando, de finalizar en la presente campaña la lucha en que nos hallamos empeñados, y el alto honor que tanto usted como la república que preside reportarían en su terminación

    .(…). Por consiguiente, sin el apoyo del ejército de su mando, la expedición que se prepara para Intermedios no podrá conseguir las grandes ventajas que debían esperarse, si no se llama la atención del enemigo por esta parte con fuerzas im- ponentes y, por consiguiente, la lucha continuará por un tiempo indefinido,

    (…)En fin, general, mi partido está irrevocablemente tomado; para el 20 del mes entrante he convocado el primer Congreso del Perú y al siguiente día de su instalación me embarcaré para Chile, convencido de que mi presencia es el único obstáculo que le impide a usted venir al Perú con el ejército de su mando. (…)Nada diré a usted sobre la reunión de Guayaquil a la República de Colombia; permítame usted, general, le diga que creo no era a nosotros a quien pertenecía decidir este importante asunto: concluida la guerra, los gobiernos respectivos

    lo hubieran transado, sin los inconvenientes que en el día pueden resultar a los intereses de los nuevos estados de Sud América. He hablado a usted con franqueza, general, pero los sentimientos que expresa esta carta quedarán se- pultados en el más profundo silencio;

    José de San Martín29


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  28. José SAN MARTÍN, 1822. Carta del Libertador don José de San Martín al Libertador de Colombia, don Simón Bolívar. 29.08.1822. Gov.ar, de:http://servicios2.abc.gov.ar/docentes/efeme- rides/17deagosto/htmls/adulto/pdfs/carta_bolivar.pdf


    La trama Lafond


    Argumentos más importantes de la obra de la profesora Bragoni30


    Beatriz Bragoni, Individuo de Número de la Academia de Historia Argentina, sugiere que San Martín sentía envidia de Bolívar debido a su creciente fama. Su análisis topa la psicología de San Mar- tín y ofrece una nueva perspectiva que será profundizada en este tra- bajo. Estos son los principales argumentos de Bragoni:


    (…) San Martín mismo proporciono los datos para limpiar su imagen por haber abandonado la campaña del Perú y por “envidia” ante la fama que iba adquiriendo Bolívar como el principal Libertador de Hispa- noamérica.

    (…) El intercambio epistolar (entre Lafond y San Martin) se prolongó a lo largo de una década: en ese lapso, Lafond le transmitió los objetivos que perseguía, el grado de avance del manuscrito y las expectativas que abrigaba al ofrecer nuevas y mejor documentadas versiones sobre la campaña al Perú. En la carta que le cursó Lafond en 1841, cuando preparaba el tomo en el que incluiría la famosa epístola, no ahorraba entusiasmo sobre el alcance de la obra y su eventual difusión: “Escribiré la guerra de independencia, mandaré mi libro a todas las academias y quiero que su obra resplandezca; pues usted ha sido el organizador y el primer soldado de la América española.

    (…) En el momento de su muerte, esa clave interpretativa autobiográfica tendiente a cincelar su imagen pública quedaría parcialmente impresa en la noticia necrológica que le dedicó su confidente y amigo francés, Alfred Gérard, quien en sintonía con la lectura sarmientina (y argen- tina) volvió a oponer su figura a la de Bolívar:


    “Menos conocido en Europa que Bolívar, porque buscó menos que él los elogios de sus contemporáneos, San Martín es a los ojos de los americanos su igual como hombre de guerra, su superior como genio político, y sobre todo como ciudadano. En la historia de la independencia americana, que no está escrita aún, al menos en Francia, él representa el talento de la or- ganización, la rectitud de miras, el desinterés, la inteligencia completa de las condiciones bajo las cuales las nuevas repúblicas pueden y deben vivir”


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  29. Beatriz Bragoni, Óp. Cit.



    (…) Al introducir las razones que justificaban visitar el intercambio epis- tolar entre Lafond y San Martín aduje que la literatura de viajes, y las memorias o crónicas sobre las guerras de independencia hispanoame- ricanas escritas por extranjeros, no constituían un recurso novedoso y que su novedad en la actual agenda historiográfica reside en los usos de tales recursos.31


    La deducción de Bragoni coincide con otras ideas previas, como las del chileno Irrazabal Larraín, quien afirmó que San Martín fue el verdadero falsificador para justificar su retiro del Perú. Rufino Blanco Fombona, distinguido historiador venezolano, también com- parte una posición similar al afirmar que nadie duda que la carta sea de San Martín, pero se duda de que haya sido escrita y enviada en 1822.32


    La relación de Rufino Guido


    Este estudio demuestra que la misiva Lafond es falsa al com- pararla con la Relación de Rufino Guido, secretario de San Martín, que es el primer documento rioplatense sobre la Entrevista:

    El general San Martín salió para del Callao para Guayaquil, con el ob- jeto ostensible de obtener una entrevista con el general Bolívar; pero muy reservadamente con el de apoderarse de aquel importante departamento que se había declarado a favor del Perú, anticipándose al general Bolívar.(…)

    ¡¿Qué le parece a usted cómo nos ha ganado la mano el Libertador Simón Bo- lívar?!”. (…) ¡Pero confío en que no se quedará con Guayaquil para agregarlo a Colombia, cuando el pueblo en masa quiere ser anexado al Perú, de grado o por fuerza lo será, luego que concluyamos con los chape- tones que aún quedan en la sierra!”. (…) Pero llegamos al Callao, y todos sus proyectos se vinieron por tierra. La noticia que recibió a nuestro arribo de la revolución contra su primer ministro Monteagudo, y más que todo la conni- vencia de sus principales jefes que debieron haberla sofocado, le anonadó a tal punto, que todos notaron en su semblante la profunda impresión que había hecho en su corazón magnánimo y generoso la ingratitud de sus principales jefes”. Persuadido de este error, porque así lo fue,


  30. Beatriz Bragoni, Óp. Cit.

  31. Paredes M, J. G. (2021). La controvertida misiva de San Martín a Bolívar del 29.08.1822 (página 2). Monografias.com. https://www.monografias.com/trabajos12/lacontrv/lacontrv2


    ya no pensó más que en dejar su puesto a otro más afortunado que él, como lo fue Bolívar, que tuvo la gloria de concluir la guerra en que es- tábamos empeñados.33


    Estas palabras muestran el verdadero propósito de la venida de San Martín y las razones para abandonar la guerra. Refutando a la carta Lafond. San Martín no abandonó por magnanimidad, sino por razones objetivas. Aunque quería vengarse, no pudo hacerlo.


    El Manuscrito de Sarmiento, Paris 1846: “La Conferencia de Gua- yaquil”


    Las partes fundamentales de este documento son las siguientes:


    (…) Era, dijo el general, un hombre de baja estatura, movedizo: miraba de soslayo: nunca, durante toda la conferencia, pude conseguir que me mirase a la cara(…) Estábamos ambos sentados en un sofá. El objeto de mi visita era muy simple. Desde luego la anexión de Guayaquil, que había dado ocasión a desavenencias. Nuestra misión como generales es solo vencer a los españoles, le decía yo. Los pueblos arreglarán sus lí- mites. Por otra parte, yo no tenía fuerzas para abrir una nueva campaña contra los españoles, y era necesario reunir nuestras fuerzas. Iba pues a ofrecerle el mando en jefe de ambos ejércitos, poniéndome yo a sus ór- denes.(…) A todo esto, Bolívar oponía que él dependía absolutamente al Congreso de su país y que no podía arreglar nada de por sí.(…) San Martín me decía al referirme esto: Imagínese usted que yo lo dominaba de todo mí busto, y estaba viendo a aquel hipócrita, confuso, mirando a un lado mientras daba estas pueriles excusas, para disimular su deseo de mandar solo. No pude arrancarle una respuesta clara y la conferen- cia terminó sin arribar a resultado alguno.(…) A la noche se presentó, añadía San Martín, un general, en mí dormitorio, a ofrecerme el mando del ejército colombiano en nombre de todos los generales del ejército, cansados, decía, del despotismo y falta de miramientos de Bolívar. Contéstele que todo el servicio que podía hacerle era no dar aviso in- mediatamente a Bolívar de aquel designio que desaprobaba altamente, conjurándoles a mantenerse en los límites de la subordinación.34


  32. Pío Jaramillo. Óp. Cit

  33. Pío Jaramillo. ÓP. Cit.



    San Martín ratifica a Sarmiento la teoría austral y, de manera sorprendente, agravia fuertemente a Bolívar, evidenciando su pro- fundo resentimiento.


    La masonería


    Todos los participantes en este hecho histórico son masones, incluyendo a Bolívar y Sucre. Sin embargo, Bolívar expulsó a los ma- sones de Colombia el 08.11.1828, debido a un intento de asesinato en su contra. Este evento ha hecho que la masonería sea relevante en la investigación. Además, es difícil ocultar una gran mentira por mucho tiempo, aún por unos pocos hombres poderosos, pero para la maso- nería sería posible lograrlo.

    Se ha confirmado que todos los personajes son masones y es improbable que los masones en Argentina no hayan abordado el pro- blema de la Carta Lafond debido a su estrecha relación con la maso- nería y su patria. San Martín, el libertador de Argentina, Chile y Perú fue iniciado masón en la Logia Integridad de Cádiz (1808) cuyo Ve- nerable Maestro (presidente) era el general Francisco María Solano, marqués del Socorro.


    Poco después se afilió a la Logia Caballeros Racionales Nº 3, también de Cádiz, donde recibió el grado de Maestro Masón el 06.05.1808. Tras un breve paso por Sevilla, se estableció en Londres durante cuatro meses, allí participó de la fundación de la Logia Caballeros Racionales Nº 7.35

    Sarmiento: El 29.12.1855, Domingo Faustino Sarmiento, en calidad de miembro de la masonería, funda en nuestro país junto a otros catorce masones la Logia Unión del Plata N° 1. Cabe recordar que Sarmiento tomó contacto con la masonería durante su segundo exilio en Chile, iniciándose el 31 de julio de 1854 en la Logia Unión Fraternal, estable- cida en Valparaíso. El 12.05.1882 alcanzó el cargo más alto dentro de la jerarquía masónica en Argentina, el de Gran Maestre o presidente de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones.36

  34. Gran Logia Argentina. Maestre, G José de San Martin –. Org.ar, de https://www.masoneria- argentina.org.ar/jose-de-san-martin/

  35. Museo Histórico Sarmiento, Fundación en nuestro país de la Logia Unión del Plata N°1.

    De:https://museosarmiento.cultura.gob.ar/noticia/efemeridesmhs-1/


    Alberdi: Miembro honorario de la Logia San Juan de la Fe número 20, actuó masónicamente en Buenos Aires, Francia y Montevideo, donde contó con la protección de Garibaldi y Mazzini e integró “La joven Ita- lia”. Fue el encargado de llevar a Montevideo las Palabras Simbólicas de la Asociación de Mayo, fundada por Esteban Echeverría. Su pensa- miento y acción fueron piedra angular de la construcción de nuestra patria y sus instituciones civiles y democráticas, alejadas de dogmatis- mos y fanatismo.37

    Gabriel Lafond era miembro de la logia masónica lautarina inicial- mente y formalmente masónica después, vigente en la actualidad: La Paz y Perfecta Unión. Fundada en 1816, tenía como objetivo la indepen- dencia del Perú y fue reconocida en 1821, por José de San Martín, como la primera logia organizada en el país. Estuvo jurisdiccionada al grado 33 para la Republica del Perú. Desde 1928 trabaja bajo los auspicios de la Muy Respetable Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones de la República del Perú.38


    Esto demuestra que San Martín y Lafond ya se conocían en el Perú y compartían lazos fraternales masones desde 1821.39 Ade- más, hay muchos otros personajes masones importantes en esta his- toria como su yerno Mariano Balcarce, el general Guillermo Miller, el presidente peruano Ramón Castilla, Mitre, etc.


    Vigencia de la Tesis del Río de la Plata


    La tesis rioplatense es fundamental para la identidad de Ar- gentina y se encuentra en muchas obras históricas. Ya que Argentina ha tenido un impacto cultural importante en Latinoamérica y su tesis rioplatense ha sido difundida globalmente por reconocidos autores y grandes editoriales.

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    Un ejemplo de desinformación actual es Wikipedia, que es la enciclopedia más utilizada en el planeta. En ella encontramos estas palabras:

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  36. Gran Logia Argentina.Org. ar,Maestre,G. Juan Bautista Alberdi, de https://www.masoneria- argentina.org.ar/juan-bautista-alberdi/

  37. Logia Paz Y Perfecta Unión N.-1, La pluma Mágica: Nuestra historia,en:http://www.pazy perfectaunion.org/

  38. Isabelle Tauzin-Castellanos. Gabriel Lafond de Lurcy: un relato de viajes dedicado al Perú de 1821.

    Universidad Ricardo Palma,en:https://shs.hal.science/halshs-02196530



    San Martín incluso propuso que lo dirigiera Bolívar, pero este dijo que nunca podría tener a un general de la calidad y la capacidad de San Martín como subordinado, (…) ahora que San Martín había desapare- cido de la escena, Bolívar esperó el momento más adecuado para acep- tar dirigir sus fuerzas en ayuda del Perú.40

    (…) José Pacífico Otero en Historia del Libertador Don José de San Martín Tomo III Pag. 723, da a conocer que la obra mencionada fue publicada en 1843 con el nombre de "Voyages autour du monde et naufrages célèbres" y en ella comenta e inserta textualmente la Carta del Protector del Perú el Gral. José de San Martín al Libertador Gral. Simón Bolívar que de- vela las verdaderas cuestiones que se trataron entre los dos próceres en el famoso encuentro privado de Guayaquil y se aprecia en toda su dimensión la estatura moral, espiritual y militar del patriota argentino, única en la historia.41


    En 1950, la Academia Argentina confirmó la autenticidad de la carta Lafond, a pesar de su dictamen de 1942. Es curioso que el 17.08.1950 se conmemoró, por todo lo alto, el centenario de la muerte del general José de San Martín.42 Enrique Ayala Mora comenta:


    La polémica se había zanjado entonces contra la norma que en a tales casos aconsejaba tanto la Academia Colombiana de Historia como el insigne investigador ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño (1890-1950): veritas ante omnia (la verdad ante todas las cosas) La academia argentina se retracta con base en el mismo conocido argumento de San Martin como única fuente y sobre copias fotostáticas de las cartas de Mitre, Sarmiento, Lafond, San Martin y Balcarce (yerno de San Martin) que dan sentido a la carta. (…) El historiador argentino Antonio J. Pérez Amuchástegui (1921- 1983) se ocupó en 1962 de la crítica a la posición de la Academia Argentina en el opúsculo que publicó en Buenos Aires bajo el título de La “carta de Lafond” y la preceptiva historiográfica: “ocurre que muchos (…) siguen hoy creyendo que desvirtuar las ‘tesis nacionales’ constituye, para la nacionalidad del opinante, un delito comparable a la trai- ción a la Patria. Se confunde penosamente patriotismo e historiografía43


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  39. Wikipedia, La Entrevista De Guayaquil, En: https://es.wikipedia.org/wiki/Entrevista_de_Guayaquil 41 Wikipedia, Gabriel-Pierre Lafond En: https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel-Pierre_Lafond 42 Julia Rosemberg & Clara Albisu,( 2015-2016), San Martín, Antorcha de la Libertad», 1950,

ARCHIVO RTA, en: https://www.archivorta.com.ar/archivo-rta/

  1. Enrique Ayala, Relación de la Entrevista entre Bolívar y San Martín, Dialnet. En: http://:

    /Users/Usuario/Downloads/Dialnet-RelacionDeLaEntrevista EntreBolivarYSanMartin- 4467403%20(10).pdfacionDeLaEntrevistaEntreBolivarYSanMartin


    La guerra grancolombo-peruana entre 1828 y 1829 fue la so- lución a la tensión entre Perú y Colombia por Guayaquil. No hubo un ganador claro, ya que Colombia ganó en tierra en la épica batalla de Tarqui y Perú ganó en el mar con la toma de Guayaquil. El con- flicto terminó con el tratado Larrea-Gual, firmado el 22-09-1829, los límites quedaron igual que antes del conflicto.

    Finalmente, el gran mariscal Sucre fue vilmente asesinado en junio de 1830 cerca de Pasto, lo que llevó al fin de Colombia la Grande. Bolívar, afectado por este suceso, murió el 17 de diciembre del mismo año en Santa Marta debido a la tuberculosis y a la fatiga.


    Relación entre psicología e historia


    La historiografía ha analizado la entrevista de Guayaquil, pero surge un problema con la carta Lafond, ya que San Martín es el único testigo y parece ser el creador de la tesis rioplatense. Por lo tanto, se recurrirá a la psicología para comprender las motivaciones detrás de sus acciones en este momento histórico. La psicología en la historia se encarga de estudiar:


    (…) Lo que es el individuo en la historia: ¿qué son esos individuos prestigiosos, esas personalidades emergentes, esas figuras históricas? (…)Además, lo que es la obra histórica: Grandes secuencias, grandes desarrollos. ¿Por qué grandes? . Porque es necesario distinguir entre las obras humanas aquellas que sólo interesan a un pequeño y deter- minado grupo de hombres y otras que, más allá de los límites de estos pequeños grupos, tienden a unirlos o al menos a orientarlos en la misma

    (…) La relación entre la historia y la psicología es sumamente compleja, ya que ambas disciplinas se enriquecen y complementan de diversas maneras. Los historiadores encuentran en las teorías psicológicas una herramienta invaluable para comprender las motivaciones y compor- tamientos de las figuras históricas, así como el impacto psicológico de los eventos históricos en las sociedades y culturas. De forma similar, los psicólogos pueden sumergirse en documentos y eventos históricos con el fin de obtener una visión más clara de la evolución del compor- tamiento humano y los factores psicológicos que han dado forma a di- ferentes períodos históricos. En resumen, la intersección entre la



    historia y la psicología aporta perspectivas valiosas sobre las experien- cias humanas y las complejidades de las sociedades pasadas.44


    Hipótesis del ensayo


    San Martin dejo circular la carta Lafond porque él mismo la manipulo para limpiar su ego e imagen. Además, porque desarrollo pulsiones de muerte destructivas contra Bolívar: celos y odio.


    Comprobación de la hipótesis:


    Para comprobar nuestra hipótesis la dividiremos en dos va-

    riables:


    Hipótesis 1:


    San Martín dejó circular la carta porque él mismo la creo para limpiar su ego e imagen.


    Desarrollo:


    El estudio sostiene que San Martín permitió la circulación de la carta Lafond porque él mismo proporcionó la información, ya que él es el creador de la tesis del Río de la Plata. Esta afirmación se res- palda con estudios previos de historiadores reconocidos, el devenir lógico de esta investigación. Y en un estudio psicológico sobre la ego- latría, que podría haber motivado a San Martín y su grupo a crear esta narrativa sorprendente.


    Discusión: De La Egolatría


    La palabra ego significa YO en latín. En el psicoanálisis, es la instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la moralidad y media entre los instintos del ello, los ideales del su-


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  2. Lucien Febvre (2021), Psicología e historia, Laboreal Volumen 17 Nº1. En:http://journals. openedition.org/laboreal/18010; DOI : https://doi.org/10.4000/laboreal.18010


    perego y la realidad del mundo exterior . Además, el ego es la sobrevalora- ción de uno mismo(RAE).

    La egolatría es la actitud de adoración hacia la propia per- sona (RAE). Por tanto, el ególatra es aquel cuyo amor propio va más allá de lo sano y realista, hasta crear un culto hacia sí mismo


    Cuando la forma de ser de una persona está influida por un concepto grandioso de sí mismo, una autoestima alta que los lleva a sesgar, al- terar o filtrar la realidad. (…) Cuando se hace un análisis en profundi- dad de su personalidad se detecta que pueden ser individuos con muchas carencias y con un sentimiento de inferioridad o vacío desde los primeros vínculos con los padres.45


    Bolívar perdió a sus padres cuando era niño, en cambio, San Martín provenía de un hogar estructurado. Esto permitió que San Martín procesara su complejo de Edipo de manera adecuada, hacién- dolo más formal en comparación con Bolívar, quien nunca pudo re- solverlo.46 Desde sus inicios como Cadete, hasta su forzado exilio en 1824, vivió enfundado en su uniforme militar los 35 años más importantes y de- cisivos de su vida. Es decir, Honor, disciplina y orden son los valores en los que se educa el General San Martín.47

    Nietzsche sostiene que los héroes deben tener un gran ego para realizar grandes acciones. En Guayaquil, se encontraron dos personas con egos enormes debido a sus impresionantes logros y ac- ciones, así como a su propia naturaleza.

    Entonces, aparentemente la tesis rioplatense es una invención de San Martín para reconfortar su ego, que es el sentimiento y noción más profunda que tenemos de nosotros mismos, más ligado a la pul- sión de vida, algo más inconsciente. Y su imagen pública, que es el conjunto de rasgos que caracterizan a una persona o entidad ante la sociedad (RAE), algo externo, consciente. Que se vieron afectados:


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  3. Ana Soteras (2014) Megalomanía: narcisistas con delirios de grandeza salud. EFE: Salud. En: http:///efesalud.com/megalomania-narcisistas-con-delirios-de-grandeza/

  4. Xavier Chiriboga. (2023). Psicoanálisis de Simón Bolívar. Boletín Academia Nacional de Historia, 100 (208-A), 13–42. https://academiahistoria.org.ec/index.php/boletinesANHE/article/ view/296

  5. Gabriel Camilli (2018 ) El General José de San Martin: La Ética y Sus Códigos, en: http://www. cefadigital.edu.ar/bitstream/1847939/1065/1/VC%2018-2018%20CAMILLI.pdf



    (…) Con pocas excepciones, ningún memorialista había pasado por alto las cualidades militares (y políticas) de San Martín, y quienes pro- tagonizaron la campaña al Perú y observaron la edificación y el colapso del Protectorado, difícilmente pudieron eludir hacer referencia al cu- riosísimo acontecimiento histórico que, como señaló el capitán escocés Basil Hall representaba su deserción a la causa independiente en mo- mentos de gran peligro y vacilación”48


    San Martín promovió la tesis a través de sus relaciones con personas influyentes y en 1827 presentó un bosquejo de esta en una carta a Guillermo Miller, mientras Bolívar aún vivía.

    (…)En cuanto a mi viaje a Guayaquil, él no tuvo otro objeto que el de reclamar del general Bolívar los auxilios que una justa retribución lo exigía, por los que el Perú tan generosamente había prestado para li- bertar el territorio de Colombia. Mi confianza en el buen resultado es- taba tanto más fundado, cuanto el ejército de Colombia, después de la batalla de Pichincha, se había aumentado con los prisioneros y contaba con 9600 bayonetas, pero mis esperanzas fueron burladas al ver que en la primera conferencia con el Libertador me declaró que haciendo todos los esfuerzos posibles solo podría desprenderse de tres batallones con la fuerza total de 1070 plazas [...] Estos auxilios no me parecieron suficientes para terminar la guerra, pues estaba convencido de que el buen éxito de ella no podía esperar sin la activa y eficaz cooperación de todas las fuerzas de Colombia; así es que mi resolución fue tomada en el acto creyendo mi deber hacer el último sacrificio en beneficio del país. Al día siguiente y a presencia del vicealmirante Blanco, dije al Li- bertador que, habiendo convocado al Congreso para el próximo mes, el día de su instalación sería el último de mi permanencia en el Perú, añadiendo: ahora le queda a usted, general, un nuevo campo de gloria en que va usted a poner el último sello a la libertad de la América49


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    En esta otra, con Bolívar muerto, al presidente peruano Ramón Castilla escrita en 1848, es más enfático y confirma definiti- vamente la tesis rioplatense por tanto la carta Lafond:


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  6. Bragoni. Óp. Cit.

  7. Pérez J, Puerta C. & Morán D. (2021). “Dos soles no pueden brillar bajo el mismo cielo”. La entrevista de Guayaquil entre José de San Martin y Simón Bolívar (1822). Desde el Sur Revista de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Científica del Sur, 13(3), e0029. https://doi.org/10.21142/des-1303-2021-0029


    (…) He aquí, mi querido general, un corto análisis de mi vida pública seguida en América: Yo hubiera tenido la más completa satisfacción habiéndola puesto fin con la terminación de la guerra de la indepen- dencia en el Perú, pero mi entrevista en Guayaquil con el general Bo- lívar me convenció (no obstante sus protestas) de que el solo obstáculo para su venida al Perú con el ejército de su mando, no era otro que la permanencia del General San Martín, a pesar de la sinceridad con que le ofrecí ponerme bajo sus órdenes con todas las fuerzas de que yo dis- ponía.

    Si algún servicio tiene que agradecerme la América, es el de mi retirada de Lima, paso que no sólo comprometía mi honor y reputación, sino que me era tanto más sensible, cuanto que conocía que, con las fuerzas reunidas de Colombia, la guerra de la Independencia hubiera sido ter- minada en todo el año1823.50


    Incluso en el momento de su fallecimiento, se hace referencia a la tesis del Río de la Plata mediante su amigo francés Alfred Gerard en su obituario:


    Menos conocido en Europa que Bolívar, porque buscó menos que él los elogios de sus contemporáneos, San Martín es a los ojos de los ame- ricanos su igual como hombre de guerra, su superior como genio polí- tico, y sobre todo como ciudadano. En la historia de la independencia americana, que no está escrita aún, al menos en Francia, él representa el talento de la organización, la rectitud de miras, el desinterés, la inte- ligencia completa de las condiciones bajo las cuales las nuevas repú- blicas pueden y deben vivir51


    ¿Para qué? esta comparación entre ambos generales, sí ambos ya habían alcanzado la gloria y Bolívar había fallecido mu- chos años antes, parece tener como único propósito cumplir con la tesis rioplatense hasta el final.

    Se concluye que la hipótesis 1 es afirmativa: San Martín mismo manipuló la carta Lafond para limpiar su ego e imagen pú- blica.



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  8. Gobierno Argentino (2020) Se cumplen 200 años del Encuentro de Guayaquil. En: https:// www.argentina.gob.ar/noticias/se-cumplen-200-anos-del-encuentro-de-guayaquil

  9. Bragoni B. Óp. Cit.



    Hipótesis 2:

    San Martin también dejo correr la carta porque desarrollo pulsiones de muerte destructivas contra Bolívar: celos y odio.


    Desarrollo:


    La hipótesis psicoanalítica de la pulsión de muerte, se basa en el postulado de Beatriz Bragoni sobre la envidia de San Martín. También en las expresiones hacia Sarmiento, que muestran su pro- fundo rencor objetivamente. Se utiliza el principio psicoanalítico de la coexistencia de las pulsiones de , amor- odio como método de de- mostración, ya que es interesante notar que San Martín tenía tanto admiración como aversión hacia Bolívar. A pesar de sus duras pala- bras, conservó tres retratos de él hasta su muerte: uno regalado por Bolívar, otro pintado por su hija y una litografía con una frase pro- nunciada por Bolívar: ¡Unión, unión y seremos invencibles!


    Discusión: La pulsión de muerte


    La pulsión de muerte se encuentra dentro del complejo con- junto de impulsos amor-muerte o eros-tanatos:


    Se trata de un dualismo en el que se proponen como contrarias –pero, a su vez, inseparablemente unidas–, por un lado, al conjunto de todas las pulsiones que hasta entonces había descrito Freud (pulsiones se- xuales y de autoconservación o yoicas), englobadas bajo el nombre de Eros (denominación alternativa para las pulsiones de vida), y, por otra parte, a la pulsión de muerte, definida como la tendencia de todo lo vivo al retorno a un estado inerte, inorgánico.52


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    Freud distinguía entre pulsiones agresivas y destructivas, es- pecificando que las primeras se dirigían hacia uno mismo, mientras que las segundas se orientaban hacia el exterior.


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  10. Sigmund Freud, Obras completas, Universidad de Chile en: https://proletarios.org/books/ Freud-Tomo_XVIII.pdf


    Celos

    Bragoni manifiesta que hubo envidia hacia Bolívar a medida

    que se volvía más famoso. Según Melanie Klein, la envidia es la agre- sión hacia alguien que tiene algo deseable.53 Entonces, San Martín podría haber envidiado la gloria de Bolívar, que es la gran reputación y el honor que provienen de las grandes acciones y cualidades destaca- das (RAE).


    Odio

    La carta de Sarmiento muestra un odio genuino hacia Bolí-

    var, que va más allá de los sentimientos del ego y los celos. Según la RAE, el odio es una antipatía y aversión hacia algo o alguien cuyo mal se desea. Aristóteles define el odio como:


    Un deseo de eliminar un objeto que es incurable con el transcurrir del tiempo. El odio es una emoción que puede originarse de distintas ma- neras, porque se considera que alguien ha afectado o dañado de forma constante y directa nuestro bienestar o el de alguien con quien nos vin- culamos emocionalmente. También puede surgir de un sentimiento de envidia o inferioridad hacia lo que alguien es o tiene.54


    Hemos visto en este escrito de Sarmiento que el odio de San Martín duró toda su vida


    El inconsciente de San Martín


    El inconsciente es un conjunto de procesos psíquicos que in- fluyen en la conducta, pero no son conscientes. En la memoria in- consciente, los recuerdos se entrelazan y con el tiempo, la persona les da importancia. Se cree que San Martín odiaba a Bolívar debido a que su encuentro marcó el final de su carrera pública y a las duras pérdidas que sufrió entre 1822 y 1824, de las cuales Bolívar sería el símbolo.


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  11. VEGA Raquel (2023), Un relato sobre la envidia, Centro ELEIA. https://www.centroeleia. edu.mx/blog/un-relato-sobre-la-envidia/

  12. J. D VILLALOBOS. ¿Qué dicen los filósofos sobre el odio? Laps4.com. https://www.laps4.com/ preguntas-y-respuestas/que-dicen-los-filosofos-sobre-el-odio



    En 1822, perdió la ciudad de Guayaquil y se retiró de la gue- rra, lo que afectó su ego y reputación. Además, se enteró de que su plenipotenciario había sido destituido, lo que le impidió vengarse. También, el Protectorado establecido por San Martín en (1821) en Perú fue destruido en Guayaquil. En 1823, se le negó el permiso para ingresar a Buenos Aires a reunirse con su familia; mientras, su es- posa, Remedios Encalada, fallece en agosto, él llega en diciembre. En 1824, intentó viajar a Europa, pero se le negó la visa, por lo que fue a Inglaterra. Finalmente, el 9 de diciembre Sucre triunfa en la batalla de Ayacucho, que fue la última y definitiva para la Independencia de América.


    Conclusiones y recomendaciones


    1. Conclusiones


      • El estudio concluye que la carta Lafond es falsa. Se res- palda en la contradicción con una fuente primaria importante, la Re- lación de Rufino Guido y en los dictámenes de las academias de historia bolivarianas y en historiadores reconocidos

      • Se deduce que San Martín no es un mártir, sino un héroe muy afectado por su derrota y su incapacidad para vengarse por la destitución de su plenipotenciario en Perú.

      • En la batalla de Pichincha, las fuerzas de San Martín inten- taron dificultar el éxito de la campaña. Lo cual demuestra el gran in- terés de San Martín en anexarse Guayaquil. Es posible que Bolívar le haya enrostrado esto, durante la conferencia.

      • Se infiere que San Martín fue responsable de la concepción de la tesis del Rio de la Plata; de esta manera, manejó la redacción de la carta Lafond para restaurar su reputación.

      • San Martín desarrolló su tesis a lo largo de su vida a través de correspondencia y entrevistas con destacadas personalidades.

      • La Carta Lafond fue introducida al mundo por el francés Gabriel Lafond y fue impulsada por los prohombres argentinos Al- berdi y Sarmiento. Alberdi tradujo y publicó la carta en 1844 y Sar-


        miento destacó la tesis rioplatense en 1847 al unirse al Instituto de Historia de Francia.

      • Lafond y San Martín ya se conocieron en Perú en 1821 en la logia masónica lautarina, La Paz y Perfecta Unión.

      • El ensayo argumenta que la teoría rioplatense se sigue en- señando debido a un movimiento nacionalista y sugiere que la ma- sonería argentina puede ser responsable de preservar este episodio histórico. También se resalta la gran influencia de Argentina en la cultura latinoamericana a través de editoriales importantes y autores destacados.

      • El deseo excesivo de San Martín de limpiar su nombre puede considerarse como egolatría, lo cual puede ser un motor para los grandes hombres y sus hazañas. San Martín crearía la tesis rio- platense para reconfortar su ego y limpiar su imagen pública.

      • El resentimiento de San Martín puede ser explicado por el psicoanálisis. Se originó por las grandes pérdidas que sufrió después de la entrevista de Guayaquil, que su mente inconsciente simbolizo en Bolívar. La hipótesis psicoanalítica se confirma con el hecho de que San Martín, a pesar de su odio, conservó tres retratos de Bolívar hasta su muerte.

      • La investigación histórico-psicológica revela que nuestros héroes son admirables debido a sus virtudes y debilidades. Nos en- seña que las personas pueden superar grandes desafíos y convertirse en ejemplos a seguir.

      • El texto es significativo históricamente por su enfoque in- novador, histórico-psicológico, en resolver un misterio clásico en la historia de América Latina.


    2. Recomendaciones


      • Se recomienda promover el estudio de la historia en con- junto con otras disciplinas como la psicología para comprender mejor personajes, eventos y movimientos históricos.

      • Se sugiere a la educación pública, humanizar a los héroes históricos, mostrando tanto sus virtudes como sus debilidades. Para que sean ejemplos factibles a seguir.



      • Se aconseja incluir la psicología y la historia en un plan educativo global y técnico. Esto ayudaría a formar ciudadanos y pro- mover valores cívicos y éticos. Devolviendo su original función a la épica: que narra las hazañas de unos héroes pertenecientes a un pasado más o menos legendario. Estos héroes acaban convirtiéndose en modelo de vir- tudes.55


    Bibliografia


    ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA ARGENTINA, Dra. Beatriz Bragoni.

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DISCURSOS ACADÉMICOS


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BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


BIENVENIDA AL DR. HERNÁN ALTAMIRANO ESCOBAR EN CALIDAD DE MIEMBRO CORRESPONDIENTE

DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA


Diego Moscoso Peñaherrera


Constituye un alto honor para mí dar la bienvenida como Miembro Correspondiente al doctor Hernán Alonso Altamirano Es- cobar, dignidad que alcanzó tras realizar el trámite respectivo: en primera instancia analizada su hoja de vida y calificada por la Co- misión de Ingresos de nuestra institución, cuyos miembros riguro- samente revisan y verifican las hojas de vida de quienes aspiran ingresar a nuestra Academia. Y, en segunda instancia, la aprobación final de la Junta General, conformada por 40 Miembros de Número quienes, con mayoría ratificaron su ingreso, gracias a sus méritos.

Hernán, nació en Riobamba el 12 de octubre de 1961, reali- zando sus estudios iniciales en el Colegio Pensionado Olivo de la misma ciudad. Años más tarde, en el año de 1973, y debido a que su padre era presidente de la Corte Provincial de Justicia de Chimbo- razo por lo cual el Gobierno presidido por el Gral. Guillermo Rodrí- guez Lara, convocó a todos los ministros presidentes de las Cortes Provinciales del país para que integraran la Corte Nacional de Justi- cia, sus padres tuvieron que trasladarse a la ciudad de Quito. La vo- cación de Hernán hacia la carrera Militar hizo que ingresara al Colegio Militar Eloy Alfaro de la Capital, donde se graduaría de Sub- teniente del Ejército Ecuatoriano en 1981.

En 1984 y por su excelencia al sacar la primera antigüedad, ganó una beca en la Escuela de las Américas, de Panamá, en donde estudió orientación de armas e inteligencia militar, en donde igual- mente se graduaría con honores. En el mismo año al volver al Ecua- dor logró el premio y reconocimiento como el primer oficial con el más alto Espíritu Militar, tras realizar el curso de Tigres para ascen- der al grado de teniente en Puerto Francisco de Orellana.


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1 Subdirector de la ANH



La influencia de su madre como educadora, lo llevó a estu- diar a distancia la carrera de pedagogía en la Universidad Técnica Particular de Loja, finalmente, y después de avatares por su carrera militar, se graduó como Profesor de Educación Media en 1988. Esto le permitió ser profesor en varias Escuelas Militares.

Producto de su interés en la historia, tiene a su haber inves- tigaciones, artículos y ensayos como: “La verdad del descubrimiento del Río Amazonas” 1984, “Inteligencia militar ayer, hoy y siempre” 1993, “Biografía del Capitán Abdón Calderón Garaicoa” 1995, por la cual recibió el reconocimiento del Ministerio de Defensa Nacional, “Memorias de inteligencia militar y su participación en el conflicto del Cenepa 1995”, “Modelo de competencias digitales en el rol del docente para transformar el proceso enseñanza aprendizaje en los institutos tecnológicos de Educación Superior en el Ecuador” 2022. Además, también es articulista de diferentes revistas, periódicos y medios de comunicación social de las fuerzas armadas e institucio- nes, del país y del exterior.

Hernán, aparte de su vida y vocación militar, misma que se evidencia en su formación en la Escuela de las Américas en Fort Ben- ning en donde realizó el curso avanzado de Oficiales en los Estados Unidos, donde logró la segunda antigüedad, también es licenciado en Ciencias Públicas y Sociales por la Universidad Central del Ecua- dor y Doctor en Jurisprudencia y Abogado de los Tribunales de la República del Ecuador.

Por su libro, El por qué del ávido expansionismo del Perú, en 428 páginas en el año 1991, fue reconocido por la sociedad ecuatoriana por su calidad investigativa y profundidad de análisis, siendo pre- miada con la condecoración “José Mejía Lequerica” del Ilustre Mu- nicipio de Quito como la mejor obra escrita en ciencias sociales; por el Colegio de Abogados de Pichincha, con el premio institucional por la publicación de una obra de interés nacional. El Grupo Sultana de los Andes y otras organizaciones ciudadanas y sociales del país, al punto de ser necesario no solo una edición sino cinco ediciones adi- cionales, dando un total de 30.000 de ejemplares aproximadamente que salieron a circulación.

Bienvenida a Hernán Altamirano Escobar


Una de las experiencias que se debe resaltar de su carrera mi- litar es que pudo intervenir, en 1992, como Observador Militar de las Naciones Unidas, para la pacificación de la República de El Sal- vador por el conflicto social militar que tenía ese país con la guerrilla del frente Farabundo Martí, FMLN, tiempo por demás aleccionador de las condiciones de vida del pueblo salvadoreño y de la desigual- dad social imperante. Por el trabajo profesional desarrollado la ins- titución militar le entregó un encomio solemne por ser miembro de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas y esta a su vez, también le entregó la Medalla de Honor de las Naciones Unidas.

En el año de 1995 sucedió el conflicto militar del Alto Cenepa con el Perú, para lo cual Hernán estuvo asignado en la Brigada de Selva No. 19 “Napo” en Puerto Francisco de Orellana, El Coca, encar- gado de inteligencia militar estratégica y de la capacitación para com- batir a las fuerzas armadas peruanas, instruyendo al personal militar y civil que ingresaba al frente de batalla, ya que en la brigada mencio- nada funcionaba la Escuela de Selva que preparaba a los soldados en ambientes selváticos y acciones militares ante enemigos potenciales.

Igualmente, en el año 2000, su obra Nueva concepción del De- recho Territorial Ecuatoriano lo llevó a tener criterios honrosos y el aval académico de director de la Escuela de Ciencias Internacionales de la Universidad Central de Ecuador, Dr. Washington Bonilla Abarca; del Decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Cen- tral, Dr. César Muñoz Llerena; del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y del general Paco Moncayo Gallegos, y ante tan majestuosos criterios y juicios de expertos, el Ejército autorizó su pu- blicación respectiva en mayor número de ejemplares que el anterior, se hizo un tiraje 35.000 libros para todo el personal militar de las Fuerzas Armadas y librerías particulares del país.

Realizó el curso de posgrado militar en la Academia de Gue- rra, en el año 1997, en el que obtuvo la primera antigüedad del Curso de Estado Mayor, por el cual el Ejército le condecoró con la Medalla Academia de Guerra de la Fuerza Terrestre, además de recibir un premio del Ejército de la República de Chile. Este logro le llevó a ser nombrado director nacional de Intereses Nacionales del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.



En el campo de la docencia, Hernán Altamirano ostenta los siguientes cargos: profesor en la Escuela de Inteligencia Militar en Ecuador (1985–1994); Instructor Invitado en la Escuela de las Amé- ricas (2000); Docente investigador en el Instituto Superior Tecnoló- gico Japón (2009–2012); docente de la Escuela de Posgrado del Ejército Ecuatoriano, la Academia de Guerra (2005–2015).

Entre sus cargos, se destacan: asesor presidencial del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (2003); con- sejero provincial del Gobierno de la Provincia de Pichincha (2004- 2008); vocal principal y procurador judicial del Club Deportivo el Nacional de las Fuerzas Armadas; secretario nacional del Tribunal Supremo Electoral (2007); asesor parlamentario en la Asamblea Na- cional (2009-2019); asesor de la Comisión de Seguridad, Convivencia Pacífica y Riesgos del Municipio de Quito.

En el año 2022 obtuvo el título académico de PhD, en Gestión para la Creación Intelectual, en la Universidad Politécnica Territorial de Estado de Mérida-Venezuela “Kléber Ramírez”, obteniendo la medalla institucional y por resolución del Consejo Académico se dis- puso la publicación de la investigación científica titulada: Modelo de Competencias Digitales en el Rol del Docente para Transformar el Proceso Enseñanza Aprendizaje, en los Institutos Tecnológicos de Educación Su- perior en el Ecuador.

Como se puede evidenciar, distinguida audiencia, el nuevo Académico Correspondiente, que el día de hoy se posesiona en tal calidad, evidencia la disciplina y la excelencia, con un vocación para la historia y la educación, por el engrandecimiento de la patria.

Apreciado Hernán, contamos contigo para seguir formando a jóvenes que se interesen por el quehacer histórico desde las aulas. Recibe la más cordial de las bienvenidas al seno de esta ins- titución histórica; estamos seguros que tu presencia en esta Acade- mia, será edificante y permanentemente bien recibida. La Academia te recibe con franca amistad y con la esperanza que tu presencia con- tribuya a los esfuerzos de renovación institucional en que nos en-

contramos empeñados desde hace más de cuatro años.


Quito, a 29 de septiembre de 2023

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Vol. CI – Nº. 210

julio–diciembre 2023


EL EXCOMULGADO:

DR. VÍCTOR DAVID ALTAMIRANO SÁNCHEZ DISTINGUIDO JURISCONSULTO, POLÍTICO Y EDUCADOR

–DISCURSO DE INCORPORACIÓN–


Hernán Alonso Altamirano Escobar1


No hay que pelear por bienes materiales sino espirituales

(David Altamirano Sánchez)


Riobamba cuna de la nacionalidad ecuatoriana


Nación Puruhá


La historia aborigen de nuestra patria relata la presencia de naciones o etnias indígenas numerosas a lo largo del territorio na- cional antes de la invasión de los incas y de la conquista española, entre ellas encontramos principalmente en la sierra central a los pu- ruháes o puruhás que ocupaban las provincias de Chimbora- zo, Bolívar, Tungurahua y parte de Cotopaxi de la República del Ecuador. Hablaban la lengua purway y tenían como dioses supre- mos a los volcanes Chimborazo y Tungurahua y de ahí su denomi-


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  1. Doctor en Gestión para la Creación Intelectual. (PhD); doctor en Jurisprudencia y abogado de los Tribunales de la República del Ecuador; licenciado en Ciencias Públicas y Sociales; li- cenciado en Administración y Ciencias Militares; profesor de Segunda Enseñanza–Mención Pedagogía; y teniente coronel de Estado Mayor en servicio pasivo. Historiador e investigador social con varias publicaciones de reconocimiento nacional e internacional. Educador en varias instituciones académicas de capacitación y formación profesional en el país y en el exterior. Ha recibido distinciones, reconocimientos, medallas, acuerdos y menciones honoríficas en su vida como militar y su aporte para el desarrollo de la sociedad ecuatoriana. Fundador de cen- tros académicos a nivel de educación superior en el país. Ha desempeñado importantes fun- ciones de dirección, administración y ejecución en distintas funciones públicas del Estado ecuatoriano como en el Gobierno Nacional, la Asamblea Nacional, las Fuerzas Armadas, Agen- cia de Garantía de Depósitos, Consejo Nacional Electoral, Municipio de Quito, entre otras. Consejero del Gobierno Provincial de Pichincha. Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Historia del Ecuador.



    nación ancestral como el “taita” Chimborazo y la “mama” Tungu- rahua, adoraban además, al Sol y la Luna. La nación Puruhá tenía un sistema de gobierno monárquico donde cada curaca o régulo go- bernaba independientemente su propio pueblo y siempre lo here- daba el hijo varón y la historia relata que Atahualpa, fue hijo de una mujer Puruhá del linaje Duchicela, sucediendo en el poder del gran Tahuantinsuyo. De esta raza indómita también nacieron los genera- les Epiclachima y Calicuchima grandes luchadores y guerreros bra- víos que enfrentaron a los conquistadores. Los Puruhás eran aliados a la Confederación de los Quitus para hacer frente a la invasión inca y de los españoles.

    A mediados del siglo XV los incas a través Túpac Yupanqui y Huayna Cápac decidieron extender sus dominios hacia el norte, al conocer las exuberantes riquezas de oro existentes y quizás por mo- tivaciones religiosas también para llegar a la tierra del sol, por cuanto este astro luminoso era considerado su dios y soberano. Iniciado el avance del ejército incaico hacia tierras norteñas, llegaron y conquis- taron Cajamarca, Huancabamba, Ayabaca , Calvas y Paltas encon- trando una feroz resistencia en los cañaris que después de cruentas batallas fueron vencidos e incorporados al imperio incaico. Aprove- chando de estas condiciones favorables el ejército inca continúo con su avance con el propósito de subyugar a la confederación puruhá – quitus – caranqui que tenían sus dominios hacia la parte septentrio- nal del imperio. Shyri Hualcopo Duchicela, con el respaldo de Epi- clachima (puruhá), asumió la defensa de su territorio. En la batalla de Tiocajas sucumbió valerosamente Epiclachima, mientras Hual- copo se retiraba hacia el norte. Asumió la defensa entonces Calicu- chima, hijo del fallecido Epiclachima, quien recibió la propuesta de Túpac Yupanqui para que se rinda, pero un guerrero Puruhá jamás se rinde y prefirió morir en la defensa de su territorio. Cuando murió Túpac Yupanqui fue su hijo Huayna Cápac, nacido en la región de los cañaris, el que asumió la dirección del imperio inca y continuó la conquista pero los resultados en batalla eran desfavorables en la ma- yoría de veces, por lo que tuvo que buscar consolidar su conquista por alianzas políticas y lazo matrimonial con la reina Pacha quien asumió la defensa del Reino de Quito a la muerte de su padre Cacha.


    Solo así entonces, los incas lograron dominar la parte norte del gran imperio inca.


    San Pedro de Riobamba en la historia patria


    La ciudad de San Pedro de Riobamba se fundó el 15 de agosto de 1534 por Diego de Almagro, en la antigua Ciudad de Liribamba cercana a la laguna de Colta. Años más tarde, se volvería a construir en la Llanura de Tapi, luego de que un terrible terremoto en 1797 la destruyera. Riobamba es la capital de la provincia de Chimborazo, así como la urbe más grande y poblada de la misma. Se localiza al centro de la región interandina y está rodeada de varios volcanes como el Chimborazo, el Tungurahua, el Altar y el Carihuai- razo. Por su historia guerrera y por su ejemplo de libertad perma- nente, es que se la conoce como “Cuna de la Nacionalidad Ecua toriana”, “Sultana de los Andes” y Ciudad de las Primicias”.


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    Colegio Nacional “Pedro Vicente Maldonado”


    Razones históricas, geográficas y patrias para estas toponi- mias entre otras podemos citar las siguientes:

  2. El Partido Socialista Ecuatoriano es un partido político ecuatoriano de izquierda fundado originalmente en 1926 y que en 1995 quedó formado por la fusión del Partido Socialista y el Frente Amplio de Izquierda. https://psocialista.ec/ (05-09-23)



    político. El socialismo nace en Riobamba en junio de 1925, antes que en otros lugares geográficos del territorio nacional y prácticamente antes de la Revolución Juliana con los transformadores militares jó- venes que participaron. En diciembre de ese año circula en la ciudad de Riobamba la primera y única edición del primer periódico de ideología socialista denominado “Tiempos Nuevos”, que era la tri- buna para predicar la libertad, la igualdad y la justicia, y con más razón después del fracasado levantamiento de los trabajadores en Guayaquil del 15 de noviembre de 1922, pero que germinó la nece- sidad de consolidar sus primeras organizaciones contestarias al ré- gimen imperante capitalista.

    En 1926 se fundó el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) con una heterogénea y pionera fuerza de izquierda, por lo que para 1931, se produjo la primera división cuando el sector más radical pro-es- talinista se separó y creó el Partido Comunista.

    Punto alto en la historia política ecuatoriana tiene el corto lapso que gobernó al país el general Alberto Enríquez Gallo como Jefe Supremo de 1937 a 1938, quien implementó políticas naciona- listas y expidió el Código del Trabajo que fue una gran conquista so- cial y considerado a esa época el cuerpo legal más progresista de América.

    Para 1938 se constituyó la Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos (CEDOC) primera central nacional de trabajado- res. Posteriormente en 1944 se formó la Confederación de Trabaja- dores del Ecuador (CTE) promovida con visión de izquierda.

    Sin duda, el Partido Socialista Ecuatoriano en la década de los 40 y 50 tuvo participaciones gloriosas siendo los pioneros y men- talizadores de la creación de la Federación de Estudiante Universi- tarios del Ecuador (FEUE), de la Unión Nacional de Educadores (UNE), de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) y su aporte in- valorable en la Constitución de 1945 luego de intervenir gloriosa- mente el 28 de mayo de 1944 en la ciudad de Riobamba en contra de los Carabineros para terminar con la presidencia de Carlos Alberto Arroyo del Río y nombrar posteriormente a José María Velasco Ibarra como Presidente y establecer relaciones diplomáticas con países so- cialistas.


    Se tiene que resaltar la activa y decisiva participación en “La Gloriosa”3 de chimboracenses ilustres como David Altamirano Sán- chez, Gonzalo Oleas Zambrano, Edelberto Bonilla Oleas, César Au- gusto Rodríguez, Hugo Mancero Carrasco quienes alineados a la causa socialista dieron ejemplo de lucha e hicieron de Riobamba el umbral de justicia para los obreros de la nación.

    Como reconocimiento a la intelectualidad de mi padre y ante la inminente elección de una Asamblea Nacional Constituyente la ciudadanía le propone que sea candidato por la Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), ganando dicha elección en 1944 siendo por tanto el más ferviente defensor de las garantías ciudadanas y constitucio- nales plasmadas en la Constitución de 1945 y de los alcances a favor del Código del Trabajo incluyendo aumento salarial, semana de tra- bajo más corta, derecho a la huelga, derecho al sindicalismo, entre otros logros sociales.

    Del mismo modo, el doctor Altamirano apoya a los líderes indígenas que junto con obreros y miembros del partido socialista y comunista forman en Quito la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), como el ala campesina de la Confederación de Trabajadores Ecuatorianos (CTE).

    Por causa de su lucha y defensa permanente a los obreros y trabajadores fue objeto de intento de asesinato por un criminal, quien le agredió una tarde por la espalda en el asiento de su despacho pú- blico de la calle España, con un corte de navaja en el rostro, con des- tino a la carótida para asesinarlo. En tres ocasiones intentaron matarle con arma de fuego los gamonales y terratenientes patrones de la época, por defender a los indígenas y campesinos de la provin- cia de Chimborazo. Y no menos importante la persecución del triun- virato de gobierno dirigido por el almirante Alfredo Poveda Burbano, cuando su ministro de Gobierno, general Bolívar Jarrín Ca- hueñas4 fue sentenciado a 12 años de prisión, como autor intelectual


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  3. La Revolución del 28 de mayo de 1944, también conocida como «La Gloriosa» o Golpe de Estado del Ecuador de 1944, fue un levantamiento popular de Ecuador o golpe de Estado que derrocó al presidente Carlos Arroyo del Río y que permitió luego el ascenso de Velasco Ibarra a la Presidencia. https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_del_28_de_mayo (07-09- 23)

  4. Por su constante oposición y denuncias a la dictadura del Consejo Militar de Gobierno, el



    del asesinato del economista Abdón Calderón Muñoz, entre otros, sentencia en la cual tuvo participación mi padre como presidente de la Segunda Sala de la Corte Suprema de Justicia e incluso con amenazas de bombas en el domicilio para amedrantar su conciencia de justicia, la misma que nunca se ha doblegado por más injusticias en su contra.


    Excomunión del Dr. David Altamirano Sánchez


    Que se entiende por excomunión5


    La excomunión o anatema viene del latín ex communicatio y es la pena impuesta por el derecho canónico por la que un católico es excluido de la vida de la iglesia, por tanto a través de esta sanción se le invitaba a la persona a cambiar su comportamiento o actitud, arrepentirse y volver a la plena comunión. Con esta sanción si bien no se pone a la persona fuera de la iglesia, ya que el bautismo es irre- versible, si impide la recepción de los diversos sacramentos y el ejer- cicio de ciertos actos eclesiásticos, siendo la pena más severa que un católico puede recibir. Los católicos excomulgados siguen siendo ca- tólicos y por ende continúan teniendo obligaciones como ir a misa, aunque se les esté prohibido recibir la eucaristía, ser parte activa en la liturgia u otras actividades de la iglesia.

    Esta práctica de la excomunión se remonta al Concilio de El- vira6 en el año 306, que ponía en práctica esta sanción católica contra las personas o agrupaciones que sostenían doctrinas contrarias a la ortodoxia. No es menos cierto, entonces, que esta figura se utilizó como veneno espiritual en innumerables casos como retaliación re- ligiosa o política para quienes pensaban diferente o defendían a per-


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    general Bolívar Jarrín Cahueñas, por medio de Abel Salazár dio la orden de ejecución a Calderón Muñoz por "atentar contra el régimen militar". https://es.wikipedia.org/wiki/ Abd%C3%B3n_Calder%C3%B3n_Mu%C3%B1oz (07-09-23)

  5. Expulsión, permanente o temporal, de una persona de una comunidad religiosa. https://es.wi- kipedia.org/wiki/Excomuni%C3%B3n (08-09-23)

  6. Tratan de temas tan variados como el matrimonio, el bautismo, la idolatría, el ayuno, la excomunión, los cementerios, la usura, las vigilias, la frecuentación a Misa, las relaciones de los cristianos con los paganos, judíos y herejes, etc. https://es.wikipedia.org/wiki/Concilio

    _de_Elvira (08-09-23)


    sonas contra los abusos de la iglesia. Es decir, el excomulgado se con- vertía en un exiliado de la sociedad católica y la excomulgación solo puede ser absuelta si la Iglesia lo permite.


    Excomulgados famosos


    La historia de la humanidad da cuenta de un sin números de reyes, emperadores, religiosos, políticos, dictadores, herejes, artistas, entre otros, que en su momento han sido excomulgados por atentar contra el Derecho Canónico o realizar manifestaciones o acciones en contra de las leyes de la iglesia y su apostolado.

    Así podemos citar entre los personajes famosos que han sido excomulgados a los siguientes:


  7. El Concordato resultó ser un documento que permitió a García Moreno fortalecer su control sobre la Iglesia ecuatoriana y mediar con la Santa Sede algunas cuestiones, sobre todo la inherente el diezmo, obteniendo una mayor ventaja económica para el Estado. http://hdl.handle.net/10644/3771 (10-09-23)


    que hay la posibilidad de que se pretenda introducir nuevos cultos. En 1873, a través de una nueva Constitución Política im-

    puesta en el gobierno de Gabriel García Morena, se introdujo en el Código Penal, la sanción con pena de muerte para quien intente abo- lir la religión católica romana. En ese mismo año de 1873 por decreto se establecía que: “Se consagra la República del Ecuador al Santísimo Co- razón de Jesús y le declara su Patrón y Protector”.

    En 1883 y 1884, se producen sendos levantamientos indíge- nas en zona de Licto contra el pago de diezmos exigidos por la iglesia católica.

    En 1987, la Asamblea Nacional Constituyente declara por primera vez la libertad de conciencia en el Ecuador y el Concordato con el Vaticano es abolido.

    En el año de 1906, la Constitución de la República estableció la separación de la iglesia del Estado.

    En 1998, el Arzobispo de Quito de nombre Pedro González decreta la excomunión para las personas que compren libros de los misioneros evangélicos.


    Excomunión del Dr. David Altamirano Sánchez


    Es preciso señalar que el monseñor Leonidas Eduardo Proa- ño Villalba fue Obispo de Riobamba, desde 1954 hasta 1989, sin ser oriundo de esta ciudad por el contrario él nació en San Antonio de Ibarra. Es así que cuando transcurría el año de 1956 había sido des- pedido el señor Rafael Cadena como Maestro de Capilla de la iglesia de la parroquia rural de San Luis, después de laborar por más de 44 años de manera ininterrumpida, desde 1912 a 1956, entonces al verse vulnerados sus derechos laborales decide a través de sus sobrina la señorita Efigenia Torres Oleas como apoderada, establecer un juicio laboral para lo cual buscan los servicios profesionales de mi padre doctor David Altamirano para iniciar el juicio respectivo y reclamar sus derechos irrenunciables como trabajador ante un despido intem- pestivo sucedido.

    Las funciones cotidianas del señor Rafael Cadena por más de 44 años eran de limpieza y mantenimiento, abrir y cerrar las puer-


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    Dr. Víctor David Altamirano Sánchez


    tas de la iglesia, tocar las campanas en los horarios establecidos y cantar en las misas, es decir un trabajo a tiempo completo. Sin em- bargo, una tarde es requerido por el nuevo párroco Luis Peñafiel Sán- chez que le reclama su inasistencia del día anterior, a lo cual el señor Cadena explica que se encontraba enfermo, excusa que no es acep- tada, procediendo el sacerdote a despedirle de su trabajo inmedia- tamente el 3 de agosto de 1956 y decirle que no vuelva nunca más y que ya no era el maestro de capilla (empleado).

    Es en estas circunstancias y ante su desesperación de verse sin trabajo y despojado de su medio de subsistencia, es que acude al despacho de mi padre en compañía de su sobrina para efectuar la demanda por despido intempestivo causado por el padre Luis Sán- chez quien representaba a la iglesia en dicha parroquia. Ya en el juicio el demandado niega el despido y que existía un contrato de aparce- ría, alegando además que los trabajos dentro de la iglesia católica son gratuitos porque son prueba de la fe católica. La sentencia dio la razón al trabajador declarándose el despido intempestivo y la resti- tución de sus derechos laborales y económicos. Ante esta situación atentatoria según la iglesia es que el obispo de Riobamba Leonidas


    Proaño procedió a solicitar a la Sante Sede la excomunión de las tres personas: Dr. David Altamirano Sánchez como abogado, señorita Efi- genia Torres Oleas como apoderada de su tío y señor Rafael Cadena Ruiz por ser el demandante en calidad de trabajador.

    El texto de decreto de excomunión en mención es el si- guiente:


    NOS, D.D/ LEONIDAS EDUARDO PROAÑO V.,

    Por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica. Obispo de Riobamba

    En cumplimiento de un grave deber de nuestro cargo pastoral, que es la defensa de los sagrados derechos de la Iglesia, nos en la precisión de declarar, mediante el presente decreto, la censura de excomunión en que han tenido la desgracia de incurrir tres de nuestros amados hijos: Sr. Rafael Cadena R., la Srta. Efigenia Torres y el Dr. David Alta- mirano, según consta de la exposición sumaria que a continuación ha- cemos.

    Fundamentos de hecho.-

    El Sr. Rafael Cadena R., Maestro de Capilla de la parroquia de San Luis, ha conferido poder legal a la Srta. Efigenia Torres para entablar demanda contra el Rdo. Sr. Luis Sánchez, Párroco de dicha feligresía, por haberle despedido, según dice, del cargo antes mencionado.

    Los demandantes, en vez de acudir a Nuestra Autoridad, reca- bando justicia, como era su derecho y estricta obligación, se han atre- vido a acudir al Tribunal Civil, mediante demanda presentada ante el Sr. Comisario de Trabajo de esta ciudad, no contra el Rdo. Sr. Luis Sán- chez, sino contra Nos mismo.

    Enterados plenamente por Nos mismo de las penas canónicas con que la Iglesia sanciona a quienes se atreven a violar el privilegio del fuero llevando a quienes de él gozan ante los Tribunales Civiles; no han hecho nada para evitar la continuación de este escandaloso juicio, que lesiona gravemente los inviolables derechos de la Iglesia.

    Fundamento de derecho.-

    Los clérigos, en todas las causas, tanto contenciosas como crimina- les, deben ser llevados ante el Juez Eclesiástico, (C.120); porque todas estas causas están fuera de la jurisdicción laical y son de propia y ex- clusiva competencia de la Iglesia. (C1553, párr. 1, n3)

    Incurren en excomunión especialmente reservadas a la Santa Sede, quienes, sin la debida licencia, se atreven a llevar al propio Ordinario ante los Tribunales Civiles (C. 2341).

    Según los CC. 2209 y 2231, en el presente caso, incurren en la pre-



    dicha censura el demandante, su apoderado y el abogado defensor.

    A tenor del C. 2223, párr. 4, el Ordinario tiene la obligación de dar la sentencia declaratoria, por exigirlo así el bien común.

    Puesta la violación externa de la ley, se presume el dolo, o sea, la intención deliberada de quebrantarla. (C 2200, párr.2).

    Decreto.-

    Por tanto, en ejercicio de nuestra jurisdicción ordinaria, para en- mienda de los culpables y escarmiento saludable de los demás fieles y para los efectos canónicos puntualizados en los cánones 2257-2266; de- claramos incursos en excomunión especialmente reservada a la Santa Sede al Sr, Rafael Cadena R., a la Srta. Efigenia Torres y al Dr. David Altamirano.

    Dado en Nuestro Despacho Episcopal, a 30 de Nbre. De 1956.

    Léase este Decreto en la iglesia parroquial de San Luis y en todas las iglesias de esta ciudad Episcopal, en todas las misas del Domingo siguiente al día de su recepción.


    Leonidas Eduardo

    Obispo de Riobamba.


    Por mandato de S. Exca. Rdo. Modesto S. Arrieta, Prosecretario.8


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    Ante lo expuesto es sorprendente lo realizado por la iglesia católica ya en pleno siglo XX contra el Dr. David Altamirano que en libre ejercicio profesional como abogado defendió al trabajador des- pedido injustamente como así lo demostró la justicia por ser en de- recho a favor del señor Cadena. Esto evidencia también la presión y persecución en este caso a un jurista y defensor de los trabajadores, obreros, artesanos campesinos e indígenas quienes buscaban justicia ante el atropello de los poderosos y demostró también que ciertos clérigos o autoridades eclesiásticas nunca estuvieron sintonizados con la ética, la moral y el servicio a los pobres como Cristo nos en- señó, por eso parafraseando a Ghandi podemos decir con certeza que “Cristo fue un gran hombre, un ejemplo de virtud y enseñanza, pero muchos de los cristianos no asimilaron sus enseñanzas”.


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  8. Decreto de excomunión expedido por la Curia de Riobamba en contra del Dr. David Altamirano, abogado), Sr. Rafael Cadena (trabajador) y Srta. Efigenia Torres (apoderada) en 1956.


    Del el mismo modo, en este caso en particular la justicia ca- nónica no puede estar por sobre la justicia civil y peor aún por sobre la justicia laboral, por tanto no se podía seguir como en la América Virreinal ya que el derecho civil ha evolucionado de tal manera como de interés general debiendo prevalecer sobre el interés particular, en este caso de la iglesia. El Dr. David Altamirano como laboralista de- fendió a un trabajador humilde para que se respete sus derechos y su medio de subsistencia, ganando en la justicia a la iglesia y por esta razón como represalia, escarmiento y persecución, la iglesia católica lo EXCOMULGÓ, pero lo que no sabía la Curia de Riobamba, es que para un hombre de bien y de ciencia fue más bien una condecoración por hacer excelente su trabajo, lo que la ciudadanía por el contrario apoyó siempre a mi padre y rechazó este acto injusto e impropio de la iglesia. Jamás un abogado puede rendir pleitesía a la violación de la ley sin importar quien lo realice o quienes lo hagan porque jamás la fe católica está en contradicción con la defensa de los humildes y así lo dijo en su visita al Ecuador el Papa Juan Pablo II en el año 1985 cuando exclamó: “Queridos trabajadores del Ecuador, sed bien conscientes de vuestra dignidad como hombres y como cristianos (…) que nunca acep- téis sistemas de violencia que contradicen vuestra fe católica”.

    En definitiva, una demanda laboral jamás va en contra de la justicia canónica porque las dos son fraternas en la política de servi- cio social y justicia humana pregonada por la religión cristina, cató- lica y romana. Por eso con orgullo como hijo evoco un principio irrenunciable que siempre lo practicó el Dr. David Altamirano Sán-

    chez en su quehacer profesional “La vida tiene sentido si arrancas pal- mas a la gloria sin renunciar a tus principios e ideales de justicia y servicio social”.

    Frente a esta situación la respuesta de Partido Socialista Ecuatoriano de Chimborazo fue inmediata y publicó sendos comu- nicados de respaldo a favor del profesionalismo de mi padre y de la defensa de la justicia, que en su parte sustancial manifestó lo si- guiente:


    El Dr. David Altamirano Sánchez, distinguido jurisconsulto y militante de nuestro partido, quien desempeña en la actualidad, la Secretaría Ge-



    neral del Consejo Provincial Socialista, ha sido excomulgado por el señor Obispo Leonidas E. Proaño V., la causa de esta excomunión es el haber patrocinado la defensa al trabajador señor Rafael cadena Ruiz, humilde obrero, maestro de capilla de la parroquia San Luis, despedido después de 44 años de trabajo, quien demandó por medio de procura- dora, al señor Obispo de Riobamba, como Presidente del Consejo Gu- bernativo de los bienes de esta Diócesis, según hemos comprobado al leer la demanda que reposa en la Comisaría del Trabajo (…)”. “(…) El Consejo Provincial Socialista de Chimborazo respalda la actuación del Dr. David Altamirano Sánchez, porque considera que es su máximo exponente, cumplido y sacrificado luchador, incansable defensor que ha hecho de su vida profesional cátedra de honorabilidad y decencia, porque en el caso concreto de la defensa al Sr. Cadena Ruiz no ha hecho sino cumplir con una obligación de socialista que tiende a estabilizar las conquistas de la justicia, del progreso en el orden material y moral, acudiendo a los jueces establecidos por nuestra Constitución política y leyes secundarias que desconocen fueros o privilegios odiosos dentro de una convivencia libre y democrática (…).9

    Se dice que frente a esta exageración de la iglesia católica el propio Monseñor Leonidas Proaño pidió disculpas públicas al Dr. David Altamirano Sánchez, quien incluso le enviaba clientes cam- pesinos e indígenas a su despacho convencido de su rectitud y hon- radez profesional, así como el cardenal Carlos María de la Torre quien calificó al acto de la excomunión por lo menos como impru- dente y se desagravió a la familia con el oficio enviado en el año 2004 por monseñor Víctor Corral Mantilla, obispo de Riobamba.

    Levantamiento de la excomunión


    La vida tiene sus días y años contados de existencia y a todos hombres y mujeres de la tierra nos llega el momento de dejar nuestra huella imperecedera para el futuro y ejemplo de nuevas generacio- nes, por ello mi padre cumplió su deber a cabalidad con talla moral, ética y profesional en beneficio de los más necesitados de la Patria: los indígenas, campesinos, obreros, trabajadores, artesanos , entre otros.


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  9. Manifiesto de respaldo del Partido Socialista Ecuatoriano núcleo de Chimborazo hacia el Dr.

    David Altamirano Sánchez como Secretario General del Partido en 1956.


    Su aliento de vida y energía positiva estuvo presente al hasta el último minuto de su existencia cuando Dios dispuso lo contrario y lo llevó hacia su gloria y perpetuidad eterna en la tierra por su ejemplo y su lucha de reivindicación social permanente.

    El día de su fallecimiento el 23 de septiembre de 2004, tam- bién llegaba por pedido de la familia Altamirano Escobar el levan- tamiento de la excomunión de mi padre por parte de la iglesia católica a través del Monseñor Víctor Corral Mantilla Obispo de Rio- bamba, con el siguiente texto:


    Estimados Familiares

    del Sr. David Altamirano Sánchez Quito.-

    De mi consideración:

    Conocedor de la muerte del Sr. David Altamirano, hombre de una tra- yectoria noble dentro de su profesión, quiero manifestar a su respetable familia que “levanto la excomunión que pesaba sobre él” y sé que la Iglesia siempre está dispuesta al perdón que lo recibirá de parte de Dios, nuestro Padre.

    Aprovecho la oportunidad para manifestar a su familia mi más sentido pésame y les ofrezco mis oraciones.

    Atentamente,

    + Víctor Corral Mantilla

    Obispo de Riobamba10


    Reconocimientos y homenajes institucionales


    En vida y después de ella el Dr. David Altamirano Sánchez ha recibido y continúa recibiendo reconocimientos y homenajes per- sonales e institucionales que le hacen aún más grande y le proyectan como luz y ejemplo de las generaciones patrias, por ello deseo resal- tar entre otras, las siguientes para deleite y gloria de quienes le ama- mos y le amaremos siempre.


  10. Oficio de 23 de septiembre de 2004 del Obispado de Riobamba para la familia Altamirano Escobar comunicando el levantamiento de la excomunión al Dr. David Altamirano Sánchez.



dicho Concejo, que una de las avenidas principales de dicha ciu- dad lleve el nombre de mi padre Dr. David Altamirano Sánchez, como efectivamente existe en dicho cantón.



En cuanto a cultura popular (los reales orígenes de la Mama Negra o Santísima Tragedia, el Corpus en Pujilí que es el Imperio del Danzante, La familia Jacho de Saquisilí, entre otros temas)

Se destaca a Latacunga como ciudad patrimonial.

Por su especial significación, detengámonos un poco en los límites provinciales:

Cuando los máximos representantes cotopaxenses contacta- ron conmigo para que defienda la integridad de Cotopaxi que había sido cercenada en mapas que atentaban a su patrimonio no solo eco- nómico sino cultural, por cuanto el Cotopaxi y zonas aledañas habían sido divididas para Cotopaxi, Pichincha y Napo en mapas vigentes a la época; en algunos, nuestro volcán estaba íntegramente fuera de nuestras pertenencías, lo que acababa prácticamente con el nombre y la identidad de nosotros los cotopaxenses, acepté de inmediato el pedido orientado a exhibir testimonios históricos y socioeconómicos para someterles al debate que habían convenido dichos representan- tes con sus similares de la provincia de Pichincha, especialmente, a fin de dar solución definitiva al delicado asunto de límites.

Cumplí este honroso como delicado encargo que lo llevé a cabo en agotadoras jornadas de trabajo, tanto en territorio como en archivos y bibliotecas no únicamente de Latacunga y Quito. Feliz- mente, había el antecedente de mis propias obras publicadas en bien de Cotopaxi y de otros documentos que poseo en mi archivo, lo que constituyó fuente copiosa de informaciones para que la imagen co- topaxense resplandezca en sus fulgores de antaño y de hogaño.

Luego de exponer el contenido de mi investigación en even- tos especiales a las principales autoridades cotopaxenses, comuneros, prensa e incluso a los historiadores locales, para la concienciación co- lectiva, lo entregué, en ocasión pública y solemne. El texto de mi ale- gato sirvió en su totalidad para la aprobación definitiva de los límites en referencia, acto efectuado en Latacunga, en el Salón Máximo del GAD Cotopaxi y al que asistió el propio prefecto de Pichincha, Gus- tavo Baroja Narváez y sus asesores.

Por tratarse de un asunto que incumbe a la propia esencia cotopaxense, reitero mi satisfacción personal por haber dado este nuevo aporte a mi terruño.



Hagamos memoria de los acontecimientos: En la Ley para Fi- jación de Límites Territoriales, se reconoció que la falta de claridad en la delimitación de ciertos territorios ha sido motivo de constantes controversias que, de una u otra manera, han afectado a la integración y al desarrollo del Estado. Este asunto entrañaba una problemática a veces candente que degeneró, en ocasiones, en enfrentamientos físi- cos entre moradores de parroquias, cantones y provincias, con los consiguientes problemas de vecindad que afectaban no solo a las nor- males relaciones humanas que se deben mantener entre vecinos. Todo ello, a pesar de que el Art. 4 de la vigente Constitución de la República claramente determina que el territorio del Ecuador constituye unidad geográfica e histórica de dimensiones naturales, sociales y culturales, legado de nuestros antepasados y pueblos ancestrales.

Centenares fueron las posiciones no convergentes y hasta conflictos agudos que existían; encontraron solución con los linea- mientos y procedimientos establecidos en la mencionada Ley: acuer- dos amistosos y definitivos, que se aplicaron en casi la totalidad de casos, hasta la consulta ciudadana en las urnas y el arbitraje. Se dio plazo para que se llegue a una solución, de lo contrario las autorida- des correspondientes podían ser sujetas a revocatoria de sus manda- tos. Esta medida fue determinante para que cesen posiciones hasta beligerantes.

Largas y complicadas deliberaciones hicieron posible que se alcancen soluciones basadas, desde luego, en sólidos fundamentos históricos, socioculturales, técnicos y legales, que fueron imprescin- dibles para los resultados alcanzados.

Es digno de resaltarse que por estos entendimientos habrá más entendimiento, apoyo recíproco y progreso en el país.

En lo que concierne a nuestra provincia, el proceso para la de- limitación limítrofe se efectuó dentro de conceptos plenamente esta- blecidos y que jamás se apartaron del diálogo fraterno, el sentido de adelanto y la rigurosa valoración de documentos que avalan la per- tenencia a tal o cual circunscripción geográfica. El éxito coronó las fa- tigosas y, en ocasiones, incomprendidas jornadas de trabajo.

Nombrado asesor de Historia del GAD Cotopaxi para las de- liberaciones de límites, para mí fue muy satisfactorio volver, aunque



por poco tiempo, a estar con mis coterráneos, caminar por las reco- letas calles de mi ciudad nativa, Latacunga, recorrer los conocidos paisajes de nuestra deslumbrante geografía para reconocer lugares y las de- limitaciones geográficas pertinentes. Fue la oportunidad, asimismo, para llenar no solo mis pulmones del aire provinciano, tan entrañable, transparente y evocado, en especial cuando me encuen- tro, frecuentemente, por motivos profesionales, en metrópolis donde prevalece la frialdad arquitectónica, el tumulto, el ruido y el esmog. Sobre todo, resalto la oportunidad que se me dio para salir, nueva- mente, por los fueros de mi inolvidable Patria Chica, la Provincia de Cotopaxi, cuyo mayor símbolo, el formidable volcán que nos propor- ciona identidad y sano orgullo de pertenencia, de manera legal estará íntegro e inamovible en nuestros territorios, como desde las remotas edades de los pueblos originarios que lo adoraron, lo estuvo siempre en la legitimidad, el latido y la memoria de los habitantes de estas co- marcas rodeadas por una naturaleza de belleza excepcional.

Mis alegatos, basados en abundantes fundamentos históricos y socioeconómicos, sustentan los derechos de Cotopaxi en materia li- mítrofe con las provincias vecinas.

A fin de que estos fundamentos perduren en el tiempo y el es- pacio se los publica, resumidos, en el presente libro. Se los da a luz pública, con el convencimiento de que ayudarán a profundizar el ca- riño para nuestra tierra amada que requiere la participación solidaria, inteligente, patriótica, de todos sus hijos para hacerla más grande y progresista, enmarcada en postulados de autoestima, dignidad, hon- radez, trabajo y visión amplia, como la que sugiere la altivez y belleza de nuestro Cotopaxi, volcán que fue nuestro desde edades inmemo- riales y que ahora jurídicamente nos pertenece por completo, al igual que el agua vivificante que sale de sus deshielos y más vertientes que ganan a la dureza de la roca para ir a fecundar los campos y mejorar la calidad de vida de los coterráneos. Especialmente en las zonas del Cotopaxi y los Ilinizas, la Historia ha prevalecido y nos ha dado la razón para que triunfe la verdad, la lógica, el derecho, la tradición y hasta el sentido común.

Antes de que empiece a colaborar en este último tiempo en la defensa de la heredad de nuestra Provincia, la situación, publicitada



inclusive en canales de televisión de alcance nacional como Teleama- zonas, se presentaba según la fuente oficial Pichincha Al Día, Central de Medios, Gobierno de la Provincia de Pichincha, de la siguiente ma- nera (27 de julio de 2011): “La Comisión de Límites Internos de la República precisó que el 60 % del volcán Cotopaxi pertenecería a la provincia de Pi- chincha, con lo que quedarían fuera de la provincia de Cotopaxi 10 territorios con un perjuicio total de cerca de 1.000 hectáreas”. En un mapa del GAD de Pichincha, nuestro volcán estaba totalmente en su jurisdicción. Alarmante e intolerables posiciones que generaron el rechazo cotopa- xense.

Recordaré como una de las grandes satisfacciones de mi exis- tencia haber ayudado, de la manera indicada, a la solución de este asunto de inmensa trascendencia para nosotros los cotopaxenses y de todos quienes se han radicado en esta heredad hospitalaria, magnífica, entrañable, siempre digna del mayor de los respetos. Reconozco y exalto en este asunto de tanta importancia el permanente y patriótico trabajo del Gobierno Autónomo Descentralizado de la provincia de Cotopaxi, presidido por su Prefectura, como también de los alcaldes que lo conforman y más autoridades y técnicos de la entidad mayor de Cotopaxi: todos remamos al mismo lado y llegamos al objetivo an- siado.

En adelante, nuestro máximo símbolo de identidad, el volcán Cotopaxi, estará íntegra y legalmente, como siempre ancestral y legí- timamente lo estuvo en nuestra jurisdicción, asimismo el Canal de Riego Alumíes y el camino para llegar al mismo, las lagunas que fue- ron consideradas sagradas por los pueblos originarios y las otras fuen- tes. Al reivindicar la pertenencia del Cotopaxi a la provincia que da nombre hubo también el reconocimiento a nuestra heredad de cuan- tiosos caudales de agua.

Sin triunfalismos, podemos afirmar que, con el éxito alcan- zado en este particular, se ha dejado sanos precedentes para las pre- sentes y nuevas generaciones, en atmósfera de paz y racionalidad, para que los derechos de nuestra querida Provincia no sean menos- cabados y, de esta manera y con trabajo decidido y fecundo como el realizado, se afiance la ruta hacia el desarrollo, con la participación de sus hijos que deben velar y esforzarse, en todo momento, por alcanzar



el bienestar, la superación y la prosperidad de nuestro querido te- rruño.

A continuación, la Sra. prefecta, como fiel representante de Cotopaxi, en pocos minutos recibirá del Dr. César Alarcón Costta, di- rector de la Academia Nacional de Historia, el volumen dedicado a nuestra provincia en la Enciclopedia de la Historia Nacional. Dra. Lourdes Tibán y más integrantes del Gobierno Autónomo Descentra- lizado, alcaldes cantonales, presidentes de las juntas parroquiales y en general habitantes de la provincia: nuestra institución está dis- puesta en todo momento a colaborar con ustedes, con aportes como el que se está entregando oficialmente en estos instantes.


Muchas gracias por vuestra atención.


Latacunga, 29 de noviembre de 2013



FEDERICO GONZÁLEZ SUÁREZ:

“LA VERDAD ES EL ALMA DE LA HISTORIA”.

114 AÑOS DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA


Rocío Rosero Jácome1


El 24 de julio de 1909 se suscribió el acta de fundación de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos. El acta cons- titutiva fue firmada pocos días después, el 7 de agosto de 1909. Esta sociedad acordó el nombramiento de Director Vitalicio para el Ilmo. Revdo. Dr. Don Federico González Suárez. Tras su constitución se invitó a los personajes más representativos de diversas ciudades del país como: Ibarra, Otavalo, Quito, Ambato, Latacunga, Riobamba, Guaranda, Guayaquil, Cuenca, Portoviejo, Esmeraldas y Loja. El Dr. Franklin Barriga en su libro: González Suárez la Patria y la Academia2 recoge con detenimiento los nombres de los Miembros Fundadores y los invitados a ser Miembros Correspondientes.

Del Ensayo bibliográfico de Ricardo Bueno3 y del trabajo ya indicado del Dr. Barriga, se recoge la trayectoria en la administración eclesiástica y en la participación política secular de Federico Gonzá- lez Suárez:


Fue Canónigo racionero en Cuenca; Canónigo de segunda institución en Quito y Arcediano de la catedral de Quito; Profesor de literatura en el Seminario Diocesano de Cuenca; Profesor de Historia de la Univer- sidad Central del Ecuador; Vicario capitular de Riobamba; Dean de la iglesia de Riobamba; Administrador Apostólico del Obispado de Cuenca; Auxiliar del Arzobispo de Quito con derecho de Sucesión; Se- cretario de Arzobispo Ignacio Ordoñez, Visitador Apostólico de la Dió- cesis de Cuenca y de Guayaquil.4 . (…) El Papa León XIII le escogió, en

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  1. Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia.

  2. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, Academia Nacional de His- toria, Colección “Académicos de la historia”, Quito, 2017.

  3. Ibid., p 49; Cfr. Ricardo Bueno, Homenaje a la memoria del Ilmo. y Rdmo. Sr. Dr. Dn. Federico Gon- zález Suárez en el centenario de su nacimiento: Ensayo bibliográfico de sus obras y escritos, Imprenta del Ministerio de Gobierno, Quito, 1943.

  4. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, cit. p. 141



    1894, para ocupar el obispado de Riobamba. De 1895 a 1905, se desem- peñó como Obispo de Ibarra y desde 1906 hasta 1917, Arzobispo de Quito.5 Además, su intervención en la política del país puede regis- trarse así: Fue Diputado de la Convención Nacional; Director General de Instrucción Pública; Vicepresidente del Senado en el Congreso Cons- titucional de 1892 y participó en el Congreso Extraordinario del mismo año; fue vocal del Consejo General de Instrucción Pública.6 Fue Gon- zález Suárez investigador, arqueólogo, historiador, escritor de fuste, polígrafo y orador elocuente.7


    El fundador de la actual Academia Nacional de Historia, Mon- señor Federico González Suárez, fue un hombre de letras, un clérigo de ideas innovadoras, un estudioso del humanismo, de las artes y las ciencias. Fue en la edad madura y en el ejercicio del más alto cargo religioso y de influencia política que se convirtió en el funda- dor de una Escuela positivista de conocimientos y estudios históricos con visión continental y que desde el país, desde Ecuador, asuma la condición de sujeto histórico, es decir que tenga la capacidad de hacer historia, la llamó Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos.

    Por su posición racionalista y crítica, en su calidad de sacer- dote, fue considerado rebelde por las autoridades eclesiásticas; em- pero, su dedicación al estudio le reportó una enorme erudición en literatura, historia y filosofía, además de teología y derecho canónico. Fue acucioso y ordenado lector. La “obediencia sin razón” pertur- baba el ánimo del sacerdote docto y académico. Fue vituperado por los clérigos regulares y seculares debido a la publicación del tomo IV de la Historia General del Ecuador. Escribir la Historia del Ecuador era su compromiso con el Estado que en 1885 facilitó los recursos para su estancia en España. Su principal detractor fue el Obispo de Portoviejo Pedro Schumacher quien calificó al libro como malo y an- ticatólico.8 González Suárez dijo: “Si el Señor Schumacher me hubiera

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  5. Ibid., p. 49

6 Ibid., p. 141

  1. Ibid., p. 49

  2. Federico González Suárez: Defensa de mi Criterio Histórico, Publicaciones del Archivo Municipal de Quito, Volumen XII, ejemplar 00502: Es propiedad de la Academia Nacional de Historia, Talleres tipográficos municipales, Quito-Ecuador, 1937, p. 246 http://repositorio.casa dela- cultura.gob.ec/handle/34000/956 (12-07-2023)



    arrebatado la vida, dándome veneno, me habría hecho un gran mal: me arre- bató la honra que vale más que la vida; ¡me arrebató la honra calumnián- dome en cuanto a la pureza de mi fe y así atosigó para siempre mi vida!”.9 Muchas circunstancias personales sobre su persecución y descrédito fueron escritas en dos textos: Memorias Íntimas10 y en Defensa de mi criterio histórico.11

    Rosero-Jácome en el texto, “González Suárez historiador y formador de historiadores” señala que el escritor perseguido y aco- sado era un buen observador que destacó la condición de “incons- ciencia colectiva” movida desde los púlpitos y desde ciertos corrillos sociales: dijo: “…casi todos mis adversarios hablaron contra mí sólo de oídas, porque ninguno había leído ninguna página del volumen IV”.12 Así expone que la “caridad fraterna” señalada por algunos contradicto- res podría ser interpretada como el deseo de “ocultamiento de la ver- dad en los relatos” que convirtiera en carta blanca los abusos. Quito de inicios del siglo XX era una sociedad pacata y subrepticia donde el discurso intencionalmente malsano, motor de la cólera rabiosa y de la agresividad de las masas provenía de los púlpitos con enfoque confesional colonial, dependiente de Roma y de su conocimiento in- falible y con perspectiva europocéntrica. En esa medida, González Suárez, ecuatoriano, fue un problema, se había convertido en histo- riador y escritor metódico, en voz y presencia y, por lo tanto, sujeto histórico que asumió su defensa, dijo: “(…) los primeros que levantaron una voz contra mi y con mayor saña y porfía fueron Extranjeros: dos ita- lianos y un alemán, los padres Fray José Magalli y Fray Reginaldo Duranti, dominicanos y el Ilmo. Schumacher”.13Además, el Excmo. Sr. Dr. Don. José Mocchi, Delegado Apostólico.14

    A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, Federico Gon- zález Suárez fue un ícono del hacer historia desde su Patria con su


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  3. Ibid. p.19

  4. Federico González Suárez, Memorias Intimas, Talleres Gráficos, Ministerio de Educación, Quito, 1944.

  5. Federico González Suárez: Defensa de mi Criterio Histórico, Publicaciones del Archivo Mu- nicipal de Quito, Volumen XII, Talleres tipográficos municipales, Quito-Ecuador, 1937

  6. Rocío Rosero-Jácome, González Suárez, “Historiador y formador de historiadores”, González Suárez una visión Contemporánea, pp.87-114; p.97

  7. Ibid., p.97

  8. Ibid., p. 96



    criterio y enfoque teórico y metodológico que, a pesar de ser religioso obediente, tuvo una mente deliberante y reflexiva que rompió el en- foque de la historia hecha por extranjeros. González Suárez tuvo con- ciencia territorial y nacional con perspectiva continental y análisis transcontinental, esto es, Europa-América y viceversa.

    La publicación del IV tomo de la Historia General de la Repú- blica del Ecuador fue rechazada por las jerarquías religiosas. El libro exponía la vida de la ciudad de Quito y su relación con los conventos en los siglos coloniales dijo: “¡estalló contra mí la tempestad!... era yo un enemigo de la Iglesia Católica y era necesario acabar conmigo y con mi libro, así lo exigía la honra de la Religión…”.15 Este acontecimiento fue el punto de su reflexión. ¿La historia debía relatar y mostrar denun- cias sobre acciones inapropiadas del clero y sus costumbres poco edi- ficantes o callar? También esta situación fue el punto de reflexión del sacerdote que analizó el dogma y el Derecho Canónigo y no halló incongruencias, por ello, escribió la verdad. Su redacción tuvo im- pacto social al ver impresos relatos de procederes díscolos contra- puestos a la moral dictada desde el púlpito, en los sermones. Dijo: “Tal es la historia de estas páginas que ahora las dedico a vosotros: dignaos aceptarlas…En ellas no vindico mi nombre: defiendo la verdad”.16

    En 1900 frente a la inminente invasión colombiana y a la “guerra conservadora de los cristeros” liderados desde Colombia por Obispos extranjeros con diócesis en el Ecuador, en el periodo que Eloy Alfaro ejerció como Jefe Supremo, entre los líderes de este mo- vimiento cruzado destacaba el obispo de Portoviejo el alemán, Pedro Shumacher; el obispo español de Loja José María Massiá y el ecua- toriano Arsenio Andrade, obispo de Riobamba. El obispo de Pasto era el español Ezequiel Moreno Díaz que dio protección y amparo a los cristeros ayudados por los Capuchinos en el convento de Túque- rres. Al respecto, Jorge Núñez expone estos sucesos de la siguiente manera: “Amparados y ayudados por el Obispo de Pasto, Ezequiel Moreno Díaz, los religiosos emigrados a Colombia instigaron conti- nuas invasiones contra el Ecuador. Es más, esos religiosos exiliados


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  9. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, p. 96

  10. Ibid., p. 97, Cfr. Franklin Barriga, Historia de la Academia Nacional de Historia, Editorial el Conejo, Quito, 2009, pp.51-53



    en Colombia buscaron provocar una guerra entre Ecuador y Colom- bia”.17

    González Suárez se opuso a esa guerra fratricida y a una es- calada de violencia internacional. Sus reflexiones fueron explicadas en una Carta al Vicario General. Se expresó así:


    (…) porque para mí no hay partidos, hay Patria, (…) La República ecuatoriana es mi Patria: en el Supremo gobierno de la República está encarnada, como dice Onclair, la independencia de la Nación; yo de- fiendo ahora la independencia de mi Patria, y, para ser patriota, no he necesitado sino ser consecuente con las doctrinas católicas.18


    Núñez Sánchez también expone que, posteriormente fueron expulsados los sacerdotes extranjeros Leonardo Daidy, lazarista, y los franciscanos Miguel, Lorenzo y Luis, que habían participado en conspiraciones armadas en la Provincia de Loja. Varios capuchinos, a su vez, se expatriaron en Pasto.19

    En este lapso escribió contra el laicismo y el liberalismo; sin embargo, fue el mediador entre conservadores y liberales y así de- fendió la Iglesia. Empero, el liberalismo alfarista fue a más, a la sepa- ración Iglesia–Estado, a la educación laica, es decir, a la seculari- zación de las mentes y la apertura de esas mentes a otros conocimien- tos no sólo a religión.

    En el periodo que fue obispo de Ibarra, González Suárez, a la par que se oponía al laicismo liberal, apoyó la presencia de la Se- gunda Misión Geodésica Francesa (1901–1906) en el marco de las ideas de “progreso y desarrollo” a través de la ciencia percibida como beneficiosa en las élites socialmente cultas que admiraban Francia. La burguesía se adhirió al ideal de la “modernidad, al ma- quinismo y cientificismo con una visión positivista” enmarcada en


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  11. Jorge Núñez Sánchez, “Capítulos de la historia de la vecindad colombo–ecuatoriana”. Una mirada al Ecuador. Cátedra Ecuador. Fronteras, vecindad e integración. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.2008, p. 54

  12. Jorge Núñez Sánchez, “Federico González Suárez y sus combates por la patria”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, pp.15-40, pp.35-36. Cfr. Carta del Ilmo., y Rmo. Sr. Dr. D. Federico González Suárez, Obispo de Ibarra a su Vicario General, Quito, julio de 1900, Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios, Quito, 1900.

  13. Jorge Núñez Sánchez, “Capítulos de la historia de la vecindad colombo–ecuatoriana”, p. 54



    el concepto de “civilización” emanado de Europa. La costa, con el li- beralismo, hacía tiempo que centraba su interés en la importancia del “comercio y la agro-exportación”.

    El gobierno de Alfaro estableció el acuerdo diplomático de recepción, de apoyo económico y logístico mediante una delegación de militares ecuatorianos para acompañar a la Segunda Misión Geo- désica enviada por el gobierno liberal de la III República francesa, para revisar con nuevos y más precisos equipos las medidas del arco de meridiano con militares del Servicio Geográfico del Ejército fran- cés que trabajarían en el campo y los resultados de las mediciones se establecerían con la Academia de Ciencias de París.20

    Federico González Suárez era un reconocido investigador e historiador y había realizado varias publicaciones. Apoyó a Paul Rivet, médico de la Misión Geodésica y encargado de documentar la “Historia Natural” en la que se encontraban los seres humanos aborígenes en igualdad de condición a la fauna y flora. Ayudó a Rivet con su muy actualizada biblioteca, le obsequió sus textos y le explicó las técnicas de la Arqueología en el campo, le facilitó hospe- daje y cuadrilla de trabajadores. González Suárez motivó y guió a Rivet para el estudio de la Arqueología y la Lingüística. Además, el Gobierno ecuatoriano apoyó la Misión Geodésica enviando, desde Guayaquil, cajas de material cultural y natural colectado por Rivet. En París, René Verneau con Paul Rivet publicaron el libro: Etnografía Antigua del Ecuador, recientemente traducido por Cathe- rine Lara. Así, Paul Rivet, ante las evidencias materiales, ante las ex- periencias vivenciales de seis años en Ecuador y Colombia cambió la interpretación del “concepto cultura” por el de culturas, y el de “Antropología” por el de Etnología y Alteridad; además entrelazó los conceptos de “Etnografía, Arqueología y Lingüística” utilizados en los textos de Historia y Arqueología de González Suárez, y con ello, desde Europa, se cambió la perspectiva de la Antropometría que pre-

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    tendía jerarquizar los grupos humanos y justificar el colonialismo.


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  14. Rocío Rosero-Jácome, “La Segunda misión Geodésica Francesa: Aportes al conocimiento de la Antropología ecuatoriana”, Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. XCIX, N°206-A, jul-dic.2021, pp.281-312, p. 291; Cfr. Kléver Antonio Bravo, Instituto Geográfico Militar, 90 años de Historia 1928-2018, p.47



    En 1910, en el segundo periodo presidencial de Eloy Alfaro, González Suárez formó una Junta Patriótica integrada por varios ju- ristas tras un grave impase territorial con el Perú. Eduardo Muñoz Borrero señala que: El 20 de abril de 1910 ordenó plegarias especiales por la paz y la concordia y expuso estas célebres palabras. “Si ha lle- gado la hora de que el Ecuador desaparezca, que desaparezca; pero no enre- dado entre los hilos diplomáticos, sino en los campos del honor; al aire libre, con el arma al brazo: No lo arrastrará a la guerra la codicia, sino el honor.”, además, pidió a cada religioso el 5% de su renta en apoyo a la de- fensa de la Patria.21

    En junio de 1911, González Suárez, se dirigió a los jóvenes fundadores de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos America- nos, les exhortó diciendo: “La verdad es el alma de la Historia”.22 Su dis- curso reseñó sus dificultades en el proceso de ser historiador: se sintió muy solo, aislado, y menospreciado, su primer libro: Estudio histórico sobre los Cañaris tuvo como opinión generalizada la de: “obra inútil escrita por un clérigo ocioso, que en cosas de indios perdía el tiempo que debía dedicar al ejercicio del sagrado ministerio”.23 A inicios del siglo XX la Arqueología era una ciencia nueva y totalmente desconocido su valor cultural, a la par, era despreciado todo lo indígena en el Ecuador de esa época. De los jóvenes historiadores con vocación para la Arqueología y con recursos económicos para afrontarlos fueron Jacinto Jijón y Carlos Manuel Larrea.

    En su discurso a los jóvenes fundadores, González Suárez, explicó que al escribir su libro: Historia Eclesiástica del Ecuador tam- bién fue censurado porque al exponer sobre Fray Jodoco Ricke: “debía yo haber referido no lo que hizo, sino lo que no hizo”.24 Dicho de otro modo, advierte que a nivel de las jerarquías religiosas se buscaba, a través de los registros históricos, destacar aspectos ficticios, con ello, falsear la verdad. Esta advertencia pone un alto a la creación espe- culativa y diferencia la historia del cuento o de la anécdota. Dijo:


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  15. Eduardo Muñoz Borrero, “González Suárez, luminaria de la Iglesia ecuatoriana”, Federico González Suárez; una visión contemporánea, pp.115-135, p. 132

  16. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, p. 96. En otro texto González Suárez escribió: La verdad es la vida de la Historia en la verdad está la esencia de la Historia, en: Defensa de mi Criterio Histórico, cit. p.19

  17. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, p.96

  18. Ibíd, p. 96



    “Una idea justa y exacta de lo que es la historia es la entendida como ciencia moral y social”.25 Finalizó su intervención con estas sabias palabras:


    Trabajad con tesón, con empeño, con constancia: no os desalentéis por las dificultades, no os acobardéis ante los obstáculos…Como la verdad es el alma de la Historia, buscad la verdad, investigad la verdad, y, cuando la encontréis, narradla con valor…La Historia tiene una ma- jestad augusta, la lisonja la envilece, la mentira la afrenta; solo la verdad le da vida.26


    Su trabajo de investigación fue valorado en Europa y Amé- rica, fue Miembro de varias instituciones internacionales.27 Rufino Blanco Fombona señaló “La Historia General del Ecuador es la obra ma- gistral escrita por el Dr. González Suárez, arzobispo de Quito”.28 Esta obra fue editada en siete volúmenes entre 1890 y 1903. Luis Felipe Borja dijo de su maestro: “González Suárez, como Tácito es veraz, imparcial, severo, inflexible y como Tácito también, maestro del género humano”.29 Desde la contemporaneidad Jorge Núñez dijo de él que fue:


    (…) un hombre de espíritu superior en el que se complementaban ar- moniosamente el demócrata sincero, el patriota ejemplar y el científico incansable. Legislador probo y digno, no vaciló en afrontar las críticas del fanatismo conservador (…) Polemista notable defendió con ardor e inteligencia sus criterios personales y principios religiosos ante los gobernantes liberales.30


    La riqueza del conocimiento que González Suárez presenta en sus obras se sustenta en las lecturas comparativas, en la compren-


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  19. Federico González Suárez: Defensa de mi Criterio Histórico, cit. p. 19

  20. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, p. 97

  21. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, p. 49. Fue: “Socio Honorario de la Sociedad Jurídico-Literaria, Quito; Socio Correspondiente de la Sociedad de America- nistas de Paris; Miembro -The National Geographic Society- de USA; Miembro de la Socie- dad Americana de Anticuarios -Worcester-Massachusetts- Miembro Correspondiente de la Academia de historia de Venezuela

  22. Ibid., p. 45. Cfr. Páginas de Historia Colombiana, Academia Colombiana de historia, Bogotá 1944, pp.260-261, Cit.N.9, p.VIII.

  23. Ibíd.

  24. Jorge Núñez Sánchez, “Federico González Suárez y sus combates por la patria”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea., p. 25



    sión e interrelación de saberes; así, su metodología para la exposición narrativa es resultado de un análisis y clasificación de temas previos a la descripción y/o yuxtaposición o interrelación de información, es decir, la historia resulta ser un estudio comparado, y coincide con el enfoque de los clásicos Durkein o Lasswell. González Suárez, se- ñaló que la bibliografía existente en las bibliotecas de Quito era de- sactualizada para sus necesidades. Dijo: “(…) fui, pues, libro por libro, obra por obra, formando (…) una biblioteca americanista, sin parar en gas- tos ni acobardarme por sacrificios. Me condené a una vida de muchas po- breza y privaciones a fin de conseguir las obras costosísimas que necesitaba, y logré mi intento”.31 La Historia a diferencia de la Literatura requiere de un sustento tórico y metodológico proveniente de estudios con- ceptuales previos en función del enfoque y tema. De allí que todas las ciencias caben en el marco de la Historia y ésta se enriquece de ellas para su interpretación y exposición.

    El estudio de la Historia, para González Suárez, fue una vo- cación de niñez y juventud iniciada en la biblioteca del Colegio de San Luis con las lecturas de Historia del Reino de Quito del Padre Juan de Velasco, con la Historia del Ecuador escrita por Pedro Fermín Ce- vallos, además de muchos otros textos clásicos que culminó con su viaje a España a los archivos de Madrid, Alcalá de Henares, Simancas y el Archivo General de Indias en Sevilla, “con el objeto de recoger datos

    -para- la Historia del Ecuador”.32 Años más tarde sobre sus inquietudes investigativas escribió: “ He estudiado porque he estado y estoy conven- cido que la ciencia es (…) útil para la sociedad. (…) He estudiado porque la ciencia es un medio de hacer el bien en la época presente, en la cual ya el mundo no cree ni en la virtud, pero respeta la ciencia.33


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  25. Rocío Rosero-Jácome, “González Suárez historiador y formador de historiadores”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, cit. p. 90; Cfr. Juan José Fuentes y Vanessa Ro- dríguez Fernández, “Una revisión bibliográfica de los estudios comparativos: su evolución y aplicación a la ciencia de las bibliotecas”, Revista Interamericana de Bibliotecología, jul- dic.2009, vol.32, n°2; pp.411-433

  26. Rocío Rosero -Jácome, “González Suárez, historiador y formador de historiadores”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, cit., p.109, Cfr. Carpeta JJC-01785 Cartas. Con- greso de la República del Ecuador, 07-08-1885.

    En esa época era Presidente de la República, José María Plácido Caamaño que puso “el eje- cútese” a la aprobación del Congreso al decreto de apoyo económico, el 7 de agosto de 1885.

  27. Jorge Núñez Sánchez, “Federico González Suárez y sus combates por la Patria”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, p.19. Cfr. Carlos Manuel Larrea, “Estudio in-



    Aparte del sesgo ideológico providencialista, en la práctica, González Suárez, en la narración histórica explica con claridad los contextos y la vinculación de los periodos cronológicos. En todas las circunstancias observa que la Historia es explicativa y es el nexo con todas las épocas. Este análisis se basa en: la observación, en las fuentes documentales, en la comparación de las mismas fuentes con versio- nes contrapuestas que permitan al investigador ejercitar su criterio. Además, adiestró a los jóvenes socios en el registro de la información encontrada a través del uso de las referencias bibliográficas y expli- cativas. Les enseñó a aplicar la metodología de investigación en sus textos históricos. Sus más cercanos colaboradores Jacinto Jijón y Car- los Manuel Larrea trabajaron con este mismo sistema de citación de fuentes y aclaración de conceptos en el pie de página. Los trabajos de investigación de los socios se muestran en la publicación del Boletín semestral.

    El sistema metodológico de referenciación se relaciona a la

    “verdad histórica”, González Suárez lo usó en todas sus publicacio- nes. En Europa se aplicó desde 1679 la revisión y veracidad de los datos. El Plagio Literario fue escrito por el profesor de Leipzig, Jakob Thomasius (1622-1684) avalado por el círculo de filósofos34 para de- fensa de la producción intelectual.35 El plagio literario era causa de penas y descrédito moral. Este sistema de referenciación tan antiguo está totalmente vigente en la actualidad.

    Al ser “la verdad es el alma de la historia” González Suárez ad- virtió a los historiadores jóvenes el poder y el valor de la palabra y de la palabra escrita que impacta en la conciencia social de los pue-


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    troductorio”, Federico González Suárez, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, Cajica, México, 1960, p.25.

  28. María Asunción Sánchez Manzano, “La definición del plagio literario de Jakob Thomasius”, Antigüedad y Cristianismo, N°29, España, 2012, pp.47-60; p.48

  29. DISSERTATIO PHILOSOPHICA/ DE/ PLAGIO/ LITERARIO/ Quam/Consentiente Incluto Philosophorum/ Senatu/ IN ALMA PHILUREA / sub Praesidio M. Jacobi/ Thomasii,/Eloq. Prof. Publ. Facult. Philosoph. Assessoris,/& Minoris Principum Collegii Collegiati/ d. 9. Au- gusti Anno 1673./ In Acroaterio Majoris Principum Collegii/ consuetis horis matutinis/ res- pondendo publice defendit/ Joh. Michael Reinelius,/Gefr.Francus, Sereniss. Elect. Saxon. Alumnus: / nunc recusa/ & sex Accessionibus locupletata./ Sumtibus CHRISTOPHE- NOCH. Buchta/ Anno M. DC. LXXIX/ Impressum Leucopetrae Literis JOH. BRÜHLII,/ Augustaei Typographi. La edición precedente de esta ha sido reproducida en facsímil por Walter Sparn (ed.) Gesammelte Schriften, Band. 7, Hildesheim, 2008



    blos como construcción histórica, dijo: “La Historia (…) podía ser un arma poderosa para la corrección y el mejoramiento de los pueblos”.36

    Como director de La Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históri- cos Americanos, González Suárez formó comisiones de estudio. Divi- dió la futura historiografía del Ecuador en seis especialidades: 1) Prehistoria; 2) Descubrimiento y Conquista; 3) Época colonial; 4) In- dependencia; 5) Época colombiana y 6) República. También escogió a los miembros y les asignó responsabilidades.37 Años después, el 27 de septiembre de 1920 esta Sociedad se convirtió en la Academia Na- cional de Historia,38 ocurrió durante la dirección de Jacinto Jijón y Caa- maño.

    La entidad sesionaba en el Palacio Arzobispal, tras la muerte de su fundador en 1917, se reunía en la casa de Jacinto Jijón, después en la residencia de Carlos Manuel Larrea. El 24 de julio de 1946, el presidente Velasco Ibarra entregó a la Academia la casa ubicada en la calle Mejía frente a la portería del convento de La Merced, el di- rector de esa época fue Isaac J. Barrera; luego de varios años de ocu- pación debido al deterioro y a cambios urbanísticos impidieron su normal funcionamiento hasta que en agosto de 2007 el alcalde de Quito: General Paco Moncayo, entregó en comodato por 50 años la Casa Alhambra al director Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

    Con esta oportunidad es preciso reconocer la labor desple- gada por los diversos directores de la Academia, reconocer su dedi- cación y, a través de armoniosos vínculos personales, académicos y profesionales han logrado seguir construyendo la Historia del Ecua- dor. ¡Gracias! por mantener viva la llama que animó su creación.

    ¡Gracias! porque hoy la Academia Nacional de Historia nos recibe tras 114 años de existencia. Sus directores han permitido, como Pro- meteo, llevar el fuego sagrado de ellos a nosotros y de nosotros a las


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  30. Rocío Rosero-Jácome, “González Suárez, historiador y formador de historiadores, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, cit., p.88. Cfr. Federico González Suárez, “¿Cómo escribí la Historia General de la República del Ecuador?” Gaceta Municipal, año XIX, número 77, Quito, 25 de agosto de 1934, pp.92-95, p. 92; Cfr. Federico González Suárez, Memorias Íntimas, Quito, 1930.

  31. Sesión del 8 de agosto de 1909. Actas de la Academia Nacional de Historia. Franklin Barriga López, La Patria y la Academia, cit. p. 88.

  32. Franklin Barriga, Federico González Suárez: La Patria y la Academia, p. 99.



siguientes generaciones. Tuve el honor de conocer a varios distin- guidos formadores de historiadores, algunos ya fallecidos: Dr. Jorge Salvador Lara, Dr. José María Vargas, Dr. Plutarco Naranjo, Dr. Ma- nuel de Guzmán Polanco, Dr. Juan Cordero Iñiguez; Dr. Jorge Núñez Sánchez, Dr. Franklin Barriga López, y al actual director Dr. César Alarcón Costta, ¡Gracias, mil gracias a ellos y a usted, Señor Director! Anticipo mi gratitud por apoyar la divulgación de las investigacio- nes de sus Miembros, a través del Boletín de la Academia Nacional de Historia ahora en digital e impreso para mantener viva la tradición de publicación semestral iniciada por nuestro fundador Federico González Suárez.


Gracias a todos por su amable atención


Quito, 21 de julio de 2023


Bibliografía


BARRIGA LÓPEZ, Franklin Federico González Suárez: La Patria y la Academia, Academia Nacional de Historia, Colección “Académicos de la historia”, Quito, 2017.


––––––, Historia de la Academia Nacional de Historia, Editorial el Conejo, Quito, 2009.


BUENO, Ricardo Homenaje a la memoria del Ilmo. y Rdmo. Sr. Dr. Dn. Federico González Suárez en el centenario de su nacimiento: Ensayo bibliográfico de sus obras y escritos, Imprenta del Ministerio de Gobierno, Quito, 1943.


CARTA DEL ILMO, Y RMO. SR. DR. D. FEDERICO GONZÁLEZ SUÁREZ,

Obispo de Ibarra a su Vicario General, Quito, julio de 1900, Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios, Quito, 1900. En: Jorge Núñez Sánchez, “Fe- derico González Suárez y sus combates por la patria”, cit.



CARPETA JJC-01785 Cartas. Congreso de la República del Ecuador, 07-08-1885. En: Rocío Rosero -Jácome, “González Suárez, historiador y formador de historiadores”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, cit., p.109


DISSERTATIO PHILOSOPHICA/ DE/ PLAGIO/ LITERARIO/ Quam/ Con-

sentiente Incluto Philosophorum/ Senatu/ IN ALMA PHILUREA / sub Praesidio M. Jacobi/ Thomasii,/Eloq. Prof. Publ. Facult. Philosoph. As- sessoris,/& Minoris Principum Collegii Collegiati/ d. 9. Augusti Anno 1673./ In Acroaterio Majoris Principum Collegii/ consuetis horis matuti- nis/ respondendo publice defendit/ Joh. Michael Reinelius,/Gefr.Francus, Sereniss. Elect. Saxon. Alumnus: / nunc recusa/ & sex Accessionibus lo- cupletata./ Sumtibus CHRISTOPHENOCH. Buchta/ Anno M. DC. LXXIX/ Impressum Leucopetrae Literis JOH. BRÜHLII,/ Augustaei Ty- pographi. La edición precedente de esta ha sido reproducida en facsímil por Walter Sparn (ed.) Gesammelte Schriften, Band. 7, Hildesheim, 2008


FUENTES, Juan José y RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Vanessa, “Una revisión bi- bliográfica de los estudios comparativos: su evolución y aplicación a la ciencia de las bibliotecas”, Revista Interamericana de Bibliotecología, jul- dic.2009, vol.32, n°2; pp.411-433


GONZÁLEZ SUÁREZ, Federico, Memorias Intimas, Talleres Gráficos, Ministerio de Educación, Quito, 1944.


––––––, Defensa de mi Criterio Histórico, Publicaciones del Archivo Municipal de Quito, Volumen XII, ejemplar 00502: Es propiedad de la Academia Nacional de Historia, Talleres tipográficos municipales, Quito-Ecuador, 1937, http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/956 (12-

07-2023)


––––––, “¿Cómo escribí la Historia General de la República del Ecuador?” Gaceta Municipal, año XIX, número 77, Quito, 25 de agosto de 1934, pp.92-95


LARREA, Carlos Manuel “Estudio introductorio”, Federico González Suárez, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, Cajica, México, 1960, p.25.


MUÑOZ BORRERO, Eduardo, “González Suárez, luminaria de la Iglesia ecua- toriana”,

Federico González Suárez: Una visión contemporánea, Ed. Jorge Núñez Sán- chez, Homenaje especial por el centenario de su muerte, Colección Aca- démicos de la historia, vol.7, pp. 115-135



NÚÑEZ SÁNCHEZ, Jorge, “Federico González Suárez y sus combates por la patria”, Federico González Suárez: Una visión contemporánea, Ed. Jorge Núñez Sánchez, Homenaje especial por el centenario de su muerte, Colección Académicos de la historia, vol.7, pp.15-40.


––––––, “Capítulos de la historia de la vecindad colombo–ecuatoriana”. Una mirada al Ecuador. Cátedra Ecuador. Fronteras, vecindad e integración. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.2008.


PÁGINAS DE HISTORIA COLOMBIANA, Academia Colombiana de historia, Bogotá 1944, pp.260-261, Cit.N.9, p, VIII.


ROSERO-JÁCOME, Rocío, “González Suárez, historiador y formador de histo- riadores”, González Suárez una visión Contemporánea, Ed. Jorge Núñez Sán- chez, Homenaje especial por el centenario de su muerte, Colección Académicos de la historia, vol.7, pp. 87-114


––––––, “La Segunda misión Geodésica Francesa: Aportes al conocimiento de la Antropología ecuatoriana”, Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. XCIX, N°206-A, jul-dic.2021, pp. 281-312,


SÁNCHEZ MANZANO, María Asunción “La definición del plagio literario de Jakob Thomasius”, Antigüedad y Cristianismo, N°29, España, 2012, pp. 47- 60


SESIÓN del 8 de agosto de 1909. Actas de la Academia Nacional de Historia.

Franklin Barriga López, La Patria y la Academia, cit. p. 88

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DIRECTORIO DE MIEMBROS DE LA ANH



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HONORÍFICA

AMBATO

GÓMEZ GÓMEZ, GABRIEL

CORRESPONDIENTE

LOJA

GÓMEZ TERÁN, MARCELO

CORRESPONDIENTE

IBARRA

GOMEZJURADO ZEVALLOS, JAVIER

DE NÚMERO

QUITO

GUDIÑO MAJÍA, MARCO

CORRESPONDIENTE

QUITO

GUTIÉRREZ MARÍN, WILSON

DE NÚMERO

BAEZA

HIDALGO ORTIZ, ÁNGEL EMILIO

CORRESPONDIENTE.

GUAYAQUIL

HOYOS GALARZA, MELVIN

DE NÚMERO

GUAYAQUIL

IBARRA DÁVILA, ALEXIA

CORRESPONDIENTE.

QUITO

IBARRA PARRA AMÉRICA

DE NÚMERO

QUITO

IDROVO PÉREZ, HUGO

CORRESPONDIENTE

QUITO

IZA TERÁN, CARLOS

CORRESPONDIENTE

QUITO

JURADO NOBOA, FERNANDO

DE NÚMERO

QUITO

KENNEDY TROYA, ALEXANDRA

CORRESPONDIENTE

QUITO

KERSFFELD, DANIEL

CORRESPONDIENTE.

QUITO

LALAMA CAMPOVERDE, ROSA

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

LARA BROZZESI, CLAUDE

DE NÚMERO

QUITO

LARREA PROAÑO, GREGORIO DE

CORRESPONDIENTE

QUITO


LEÓN BORJA, DORA

EMÉRITA

GUAYAQUIL

LONDOÑO LÓPEZ, JENNY

DE NÚMERO

QUITO

LUCERO AVILÉS,ALBERTO

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

MALDONADO ASTUDILLO, NUMA

CORRESPONDIENTE

LOJA

MARCOS PINO, JORGE

DE NÚMERO

GUAYAQUIL

MARRIOT BARRETO, MAGNO

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

MARTÍNEZ ACOSTA, GALO

CORRESPONDIENTE

QUITO

MAUGÉ MOSQUERA, RENÉ

CORRESPONDIENTE

QUITO

MEDINA ORELLANA, VOLTAIRE

DE NÚMERO

EL ORO

MEJÍA SALAZAR, ÁLVARO

CORRESPONDIENTE

QUITO

MIÑO GRIJALVA, MANUEL

CORRESPONDIENTE

MÉXICO

MIÑO GRIJALVA, WILSON

CORRESPONDIENTE

QUITO

MIRANDA TORRES, CARLOS LUIS

DE NÚMERO

PELILEO

MOLINA CEDEÑO, EDUARDO

DE NÚMERO

PORTOVIEJO

MONCAYO GALLEGOS, PACO

CORRESPONDIENTE

QUITO

MONTENEGRO LÓPEZ, RAMIRO

CORRESPONDIENTE

QUITO

MORA WITT, GALO

CORRESPONDIENTE

QUITO

MORALES MEJÍA, JUAN CARLOS

DE NÚMERO

IBARRA

MORALES RUIZ, CECILIA

CORRESPONDIENTE

AMBATO

MORALES SUÁREZ, JUAN FRANCISCO

CORRESPONDIENTE

QUITO

MOSCOSO PEÑAHERRERA, DIEGO

DE NÚMERO

QUITO

MOYA, RUTH

CORRESPONDIENTE

QUITO

MULLO SANDOVAL, MARIO

CORRESPONDIENTE

PICHINCHA

MUÑOZ BORRERO, EDUARDO

DE NÚMERO

QUITO

MUÑOZ DÁVILA VÍCTOR

CORRESPONDIENE

PORTOVELO

MURILLO CARRIÓN, RODRIGO

CORRESPONDIENTE

MACHALA

NARANJO LÓPEZ, GALO

CORRESPONDIENTE

AMBATO

NARANJO TORO, MIGUEL

CORRESPONDIENTE

IBARRA

NARVÁEZ RIVADENEIRA, LUIS

HONORARIO

QUITO

NEVÁREZ MENDOZA, BING

DE NÚMERO

ESMERALDAS

NICOLA GARCÉS, GERARDO

CORRESPONDIENTE.

AMBATO

NOBOA FLORES, FERNANDO

CORRESPONDIENTE

QUITO

NÚÑEZ ENDARA, PABLO

CORRESPONDIENTE

QUITO

NÚÑEZ FREILE, BYRON

CORRESPONDIENTE

QUITO

ORDOÑEZ ITURRALDE, WILMAN

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

ORTEGA, RUBÉN

CORRESPONDIENTE

LOJA

ORTIZ CRESPO, ALFONSO

CORRESPONDIENTE

QUITO

ORTIZ CRESPO, GONZALO

CORRESPONDIENTE

QUITO

ORTIZ MIRANDA, JORGE

DE NÚMERO

AMBATO

PAZ Y MIÑO, JUAN JOSÉ

DE NÚMERO

QUITO

PÁEZ BARRERA, OSWALDO

CORRESPONDIENTE

QUITO

PÁEZ TERÁN, RODRIGO

CORRESPONDIENTE

QUITO

PALACIOS JARA, ANTONIETA

DE NÚMERO

GUAYAQUIL

PALADINES ESCUDERO, CARLOS

CORRESPONDIENTE

QUITO

PAREDES CASTILLO, DOMINGO

CORRESPONDIENTE

QUITO

PAZMIÑO, GIOVANNI

HONORARIO

AMBATO

PEÑAHERRERA MATEUS, ANDRÉS

CORRESPONDIENTE

QUITO

PÉREZ PIMENTEL, RODOLFO

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

PLAZA GARCIA, NORMA

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

PONCE LEIVA, PILAR

CORRESPONDIENTE

QUITO

POSSO, MIGUEL

CORRESPONDIENTE

IBARRA


PUIG PEÑALOSA, XAVIER

CORRESPONDIENTE

IBARRA

QUINATOA COTACACHI, ESTELINA

CORRESPONDIENTE.

QUITO

QUINTERO LÓPEZ, RAFAEL

CORRESPONDIENTE

QUITO

RAMON VALAREZO, GALO

CORRESPONDIENTE

QUITO

REDROVÁN SAMANIEGO, OSWALDO

CORRESPONDIENTE

QUITO

REGALADO ESPINOZA, LIBERTAD

DE NÚMERO

MANABÍ

REINO GARCÉS, PEDRO

CORRESPONDIENTE

TUNGURAHUA

REINOSO HERMIDA, GUSTAVO

CORRESPONDIENTE

CUENCA

RIVADULLA PEREZ, ELADIO

CORRESPONDIENTE

QUITO

ROBLES LÓPEZ, MARCO

CORRESPONDIENTE

CAÑAR

ROBLES VILLAVERDE, ROBINSON

CORRESPONDIENTE

QUITO

ROCA DE CASTRO, JOHNNY

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

RODAS CHAVES, GERMÁN

CORRESPONDIENTE

QUITO

RODRÍGUEZ, VIRGILIO

CORRESPONDIENTE

QUITO

RODRÍGUEZ CALDERÓN, GONZALO

CORRESPONDIENTE

ZARUMA

RODRÍGUEZ SALTOS, ROBERTO

DE NÚMERO

QUITO

ROMERO ARMIJOS , MARTHA

CORRESPONDIENTE

ZARUMA

RON PROAÑO, FRANCISCO

CORRESPONDIENTE

QUITO

ROSALES VALENZUELA, BENJAMÍN

DE NÚMERO

GUAYAQUIL

ROSERO JÁCOME, ROCÍO

DE NÚMERO

QUITO

RUALES ESTUPIÑÁN, CARLOS

CORRESPONDIENTE

QUITO

RUIZ ÁLVAREZ, GONZALO

CORRESPONDIENTE

QUITO

SAENZ ECHEVERRÍA, MELIO

CORRESPONDIENTE

QUITO

SALAZAR GONZÁLEZ, ERNESTO

CORRESPONDIENTE

QUITO

SAMANIEGO ÁVILA LAURO

CORRESPONDIENTE

GUALAQUIZA

SÁNCHEZ PASTOR, FRANKLIN

CORRESPONDIENTE

LOJA

SÁNCHEZ VARAS, ALBERTO

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

SANCHO DE LA TORRE, NEPTALÍ

CORRESPONDIENTE

JIPIJAPA

SARMIENTO ÁVILA, LAURO

CORRESPONDIENTE

GUALAQUIZA

SARMIENTO ARÉVALO, GALO

CORRESPONDIENTE

GUALAQUIZA

SEVILLA FLORES, ALFONSO

CORRESPONDIENTE

QUITO

SHARUPI JUA, MARIA CLARA

CORRESPONDIENTE

QUITO

SOASTI TOSCANO, GUADALUPE

DE NÚMERO

QUITO

SUÁREZ RAMÍREZ, JORGE

CORRESPONDIENTE

QUITO

TAPIA TAMAYO, AMÍLCAR

CORRESPONDIENTE

QUITO

ULLOA ENRÍQUEZ, BAYARDO

DE NÚMERO

RIOBAMBA

ULLOA ENRÍQUEZ, FRANCISCO

CORRESPONDIENTE

LATACUNGA

URIBE TABORDA, SAÚL

CORRESPONDIENTE

QUITO

VALDIVIESO VINTIMILLA, SIMÓN

CORRESPONDIENTE

CUENCA

VALLEJO VÁSQUEZ, SANTIAGO

CORRESPONDIENTE.

QUITO

VARELA JARA, AMILCAR

CORRESPONDIENTE

IBARRA

VARGAS MOLINA, JOSÉ

CORRESPONDIENTE

QUITO

VELARDE SEGOVIA, PATRICIO

CORRESPONDIENTE

QUITO

VÉLIZ ALVARADO, JAVIER

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

VICUÑA, VICTOR HUGO,

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

VILLÓN TORRES, JOSÉ

DE NÚMERO

GUAYAQUIL

WONG CRUZ, KETTY

CORRESPONDIENTE

GUAYAQUIL

YÉPEZ MOROCHO, PASCUAL

CORRESPONDIENTE

QUITO

ZAMBRANO ARGANDOÑA, CARLOS

CORRESPONDIENTE

CHONE

ZAMBRANO PACHECO, JORGE

CORRESPONDIENTE

MACHALA

ZAVALA GUZMÁN, SIMÓN

HONORARIO

QUITO



CORRESPONDIENTES EXTRANJEROS


ALEXANDER RODRÍGUEZ, LINDA ARAYA INCERA, MANUEL AYUSO TORRES, MIGUEL

BRAY, TAMARA BROWN, DAVID

CAMPUZANO ROSALES, ANTONIO CASADOS SASTRE, PAULA CHAMORRO ROSERO, JULIO CUEVAS TORRES, EDUARDO

DEL ARENAL FENOCHIO, JAIME DE LA MORA, ROGELIO

DE MARCO, MIGUEL ÁNGEL GALEANA HERRERA, PATRICIA GUERRA VILABOY, SERGIO GUTIERREZ YAÑEZ, VICTOR LAVIANA CUETOS, MARIA LUISA LIVIERES BANKS, LORENZO LUMBRERAS, LUIS

MAZÓ, CARLOS ALBERTO

MONTE DE LÓPEZ MOREIRA, MARÍA G. MORALES BENÍTEZ, OTTO

MUÑOZ CORDERO, LYDIA INÉS NIETO VÉLEZ, ARMANDO PANIAGUA PÉREZ, JESÚS PASTORE, MARIO

PAVETTI, RICARDO PONIATOWSKA, ELENA PRIETO YEGROS, MARGARITA

PROVENCIO GARRIGOS, LUCÍA QUEVEDO, ROBERTO

RAMOS GÓMEZ, LUIS REMBIS RUBIO, ELEONORA RETTA SIVOLELLA, CRISTINA REYES SÁNCHEZ, MIGUEL RINKE, STEFAN

RIVAROLA PAOLI, JUAN BAUTISTA RIVAROLA, MILDA

RODRÍGUEZ LÓPEZ, PABLO RUIGÓMEZ, CARMEN SALAS, JOSÉ LUIS

SÁNCHEZ ALBORNOZ, NICOLÁS SCAVONE YEGROS, RICARDO SCOCOZA, ANTONIO SINARDET EMMANUELLE SOTELO ORTIZ, JORGE

STEPHEN ATTHENS, JOHN STOTHERN, KAREN SZARÁN, LUIS

TELESCA, IGNACIO VELILLA, JULIA VERDUGA, PEDRO VERÓN MAIDANA, LUIS

VON FEINGENBLATT, OTTO VON WOBESER, GISELLA WEBSTER, SUSAN ZANARDINI, JOSÉ


NORMAS

PARA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS


NORMAS PARA PUBLICAR EN EL BOLETÍN ANH


La Academia Nacional de Historia, de conformidad con sus objetivos, incentiva la labor investigativa de sus Académicos y estimula su participa- ción mediante la publicación de sus trabajos en el Boletín institucional se- mestral: enero-junio y julio-diciembre. El Boletín ANH se publica, por el momento, en modalidad impresa, que aparecen en julio, el correspondiente al primer semestre y, en enero, el que corresponde al segundo semestre.

El Boletín de la Academia Nacional de Historia es también una pu- blicación abierta a la participación de investigadores destacados del país, América, Europa y del mundo.

Este Boletín se compone, fundamentalmente, de artículos miscelá- neosde investigación de Historia, en todos sus periodos, de Ciencias Sociales

– Ciencias Humanas, en todos los ámbitos relacionados con ellas, e inclusive de las Ciencias Duras y las Ciencias Técnicas, siempre y cuando, todas ellas, se enmarquen en el ámbito del hacer histórico. El Boletín, además de los tra- bajos de investigación y reflexión en artículos y ensayos, puede presentar tam- bién reseñas sobre libros, discursos y análisis críticos; cuenta con una sección destinada a las actividades socio-culturales o vida académica e incluye, ocasio- nalmente, genealogía. El Boletín está dirigido a estudiantes universitarios, in- vestigadores, profesionales y público en general interesado en el conocimiento de la Historia.


Condiciones de publicación:


Los artículos deben ser inéditos, resultado de la investigación sustentada en diversos tipos de fuentes, de acuerdo a la naturaleza del trabajo, completada y/o comparada con los distintos balances historiográficos y/o discusiones teóricas.

No se aceptarán capítulos o partes de obras publicadas en cualquier medio y artículos que se encuentren en proceso de arbitraje en otras publicaciones.

Los autores conservan los derechos de autor y, garantizan al Boletín de la Academia Nacional de Historia, el derecho de realizar la primera publicación del trabajo presentado.

El Boletín ANH se reserva el derecho de hacer correcciones de estilo, siempre y cuando se considere pertinente.


Envío de trabajos


Los autores académicos y colaboradores invitados nacionales e interna- cionales del Boletín de la Academia Nacional de Historia, deben remitir sus



direcciones: a) Secretaria ANH, ahistoria@hotmail.com y b) al correo pu- blica- cionesanh@hotmail.com a través de estos envíos, se registrarán las fe- chas derecepción y de aceptación de su artículo.


Arbitraje para los artículos


Para que un artículo sea considerado para la publicación debe someterse a la fase de arbitraje de doble análisis ciego, que realizan docentes investigadores que conforman el Comité de Publicaciones y/o el Comité Científico, en un tiempo mínimo de 30 días y máximo de 60 días. El Comité emitirá los siguientes dictámenes: a) el artículo es aceptado sin observaciones; b) el artículo es acepado previo cumplimiento de las observaciones indicadas; c) el artículo no es acep- tado, en ese caso, se emitirán las debidas justificaciones a su resolución; d) en caso de que un artículo que fuera aceptado por uno de los árbitros y rechazado por otro, el Comité de Publicaciones enviará a un nuevo evaluador, quien emi- tirá una resolución final.

Si un artículo no es aceptado podrá presentarlo nuevamente previo cum- plimiento de las observaciones emitidas por el Comité evaluador y some- terlo al arbitraje para una nueva revisión para otro número del Boletín, luego de la revisión del autor y de las inclusiones o revisiones sugeridas al texto.

Los autores son responsables de los contenidos de los artículos.

Se mantendrá una comunicación constante a través del correo electrónico de publicaciones, con los autores y los revisores.

La estructura del artículo para la presentación es la siguiente:

Título; subtítulo (solamente si lo precisa); nombres completos del autor, filiación institucional; curriculum abreviado del autor (600 caracteres con espa- cios); correo electrónico; resumen; palabras clave; introducción o antecedentes; desarrollo del escrito; conclusiones y bibliografía.

Los artículos deben ser entregados hasta la fecha establecida por el equipo editorial. Una vez recibidos, se realizará el correspondiente análisis anti- plagio para continuar todas las fases del proceso.

El equipo de publicaciones remitirá al equipo técnico de diagrama- ción el material revisado por el Comité editorial y/o Comité académico y los respectivos autores; la editorial realizará el Índice de la publicación y la por- tada del Boletín.

El Boletín consta de las siguientes secciones: a) Artículos y Ensayos, b)Discursos académicos, c) Genealogía, d) Vida Académica, e) Directorio de los Miembros ANH, y, f) Normas de publicación

Extensión de los escritos


1.- Recensiones: Extensión mínima 1.220 palabras; extensión máxima 2.000 pa- labras



2.- Discurso de bienvenida o de homenaje: Extensión mínima 1.220 palabras; ex- tensión máxima 2.500 palabras.

3.- Discurso del recipiendario: Extensión mínima 4.000 palabras; extensión má- xima 5.000 palabras, que incluyan las notas y la bibliografía

4.- Artículos: Extensión mínima 8.000 palabras; extensión máxima, 10.000 pala- bras, que incluyan notas al pie de la página y bibliografía; si es del caso: anexos, tablas, cuadros estadísticos o imágenes, máximo cuatro, con una resolución de, al menos, 300 pixeles por pulgada.


Presentación: Formato A4, Times Roman 12, interlineado simple

Títulos y Subtítulos en negrita. Nombre del autor, institución y país

Referencia biográfica del autor: títulos, membresías y/o actividades, mínimo: 90 palabras máximo 120 palabras, correo electrónico.

Resumen y palabras clave: El resumen debe contener mínimo 120 palabras y máximo 250 palabras. Las palabras claves: mínimo 3 y máximo 5

El título del artículo, el resumen y las palabras clave; se escribirán en español e inglés.


Cuerpo del trabajo


Párrafos: El párrafo se escribe a espacio sencillo con letra Times New Roman

12. La separación entre párrafos es doble espacio.

Para destacar una palabra o expresión dentro del texto se utilizará letra cursiva. Citas textuales: Se colocará entre comillas y con letra cursiva las citas textuales dentro del texto o párrafo, con una extensión máxima de 4 líneas. Terminada la cita, debe insertar la referencia o nota al pie de la página

Si la cita es larga y sobrepasa las 4 líneas, se coloca fuera del párrafo con sangría izquierda de 1 cm y letra Times New Roman 10, sin comillas. Terminada la citase insertará la referencia o nota al pie de la página.

Para indicar que se ha cortado parte del texto citado, utilice paréntesis y 3 puntos (…)

Referencias o notas: Se ubican al pie de cada página, en letra Times New Roman

9. Si la referencia es textual deberá, siempre, precisar la/s página/s.

Para volver a citar un libro, revista o artículo en el texto; en el pie de página, coloque el nombre del autor, la palabra o frase inicial del título del texto…. cit.,y coloque el nuevo número de página. Ej: Bayardo Ulloa, “Los Geodési- cos …, cit., p. 25

Signaturas archivísticas: Nombre del archivo o repositorio documental. La pri- mera vez se citará la información completa, las veces siguientes, se colocará una sigla y los datos de precisión del documento.



Debe contener la sección, la serie documental, la signatura del documento, lugar y fecha, según sea el caso.

Libros: Nombre y apellido del autor/es, una coma. En cursiva el título del libro, la editorial, el lugar de publicación, año de publicación, la/s páginas de dóndese obtiene la información.

Ej.: Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Editorial Tajamar, Santiago de Chile, 2004, p. 32

Ej.: Jorge Núñez Sánchez, De la república oligárquica a la república criolla, ed. Aca- demia Nacional de Historia y Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 2015,

p.24 Capítulos en obras colectivas: Nombre y apellido del autor/es; título del capítulo entre comillas; el nombre/es de editor/es (ed.) o compilador/es (comp.) o coordinador (coord.); título completo de la obra colectiva en cur- siva; editorial; lugar de edición; año de publicación; página (p.) o páginas (pp.). Todo irá se- parado por comas.

Ej.: Bayardo Ulloa, “Los Geodésicos Franceses y Españoles en el Pueblo de Mira, Jurisdicción de la Villa de Ibarra (1.742-1.744)”. Gustavo Pérez Ramírez (comp), en: Memorias del Primer Simposio binacional Ecuador-Colombia, Quito, Academia Nacional de Historia, 2015, pp. 41-54, p. 49

Artículos de revistas: Se sigue el mismo formato.

Ej.: Martha Valencia, “Las tierras públicas de Buenos Aires: Políticas y realidades en la segunda mitad del siglo XIX” Anuario del Centro de Estudios Históricos Pro- fesor Carlos Segreti, Córdova, Año 1, Nº 1, 2001, pp. 113-128, p. 120 Referencia de más de tres autores: Cuando el trabajo (libro, capítulo, artículo) sea de más de tres autores, seguir el siguiente criterio: (et. al) o (y otros), como se indica en los ejemplos citados a continuación.

Ej.: Hugo Cancino, Rogelio de la Mora V. (et al.), Miradas desde la Historia so- cial y la Historia intelectual. América Latina en sus culturas: de los procesos indepen- den- tistas a la globalización. Córdoba, Argentina, Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. Segreti” (Unidad asociada a CONICET) / Universidad Ca- tólica de Córdoba (Ar.)/ Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana, 2013.

Ej.: Alicia Salom, (y otros), Modernidad en otro tono. Escritura de Mujeres Latinoa mericanas: 1920-1950, Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2004, p. 91 Imá- genes o gráficos: Deben enviarse en formato JPEG/JPG con una resolución 300 dpi.

Las tablas: Deben tener un título. La fuente debe colocarse en letra times new roman 9 debajo de la tabla. Los decimales se separan con punto, los miles se separan con un espacio, los años se escriben con cifras continuas.


Lineamientos para presentación de reseñas


Los libros reseñados tendrán que ver con Historia, en todos sus periodos. Ade-



más se aceptarán reseñas de Ciencias Sociales, Ciencias Humanas, en todos losámbitos relacionados con ellas e inclusive de las Ciencias Duras y Ciencias Técnicas, siempre y cuando, todas ellas, se enmarquen en el ámbito del hacer histórico. Se aceptarán las reseñas sobre libros que hayan sido publicados, comomáximo, dos años antes del periodo que abarque el número del Boletín donde aquellas aparezcan. Sin embargo, bajo estas mismas condiciones, serán acepta- das reseñas de libros reeditados que tengan una indiscutible trascen- dencia y vigencia, y de libros traducidos, escritos en otro idioma distinto al español. En el título se incluirá la referencia completa del libro: nombre del autor, título, nombre de la editorial, lugar y año de publicación y número de páginas. Se espera que las reseñas aporten elementos analíticos y, o críticos, y no sean solamentedescriptivas.


Bibliografía:


Coloque al final del texto la lista de libros, revistas, artículos o impresos comen- zando por el apellido del autor en mayúsculas, luego el nombre, en minús- culasdespués de una coma, en cursiva, el título del libro, la editorial, el lugar de publicación, año de publicación. Se sigue el mismo procedimiento para los artículos de revistas, periódicos, etc.

Ej: NUÑEZ SANCHEZ, Jorge: Historias del país de Quito, Ed. Eskeletra, Quito, 2010


Webgrafía:


Coloque el nombre, el título texto, el URL correspondiente y la fecha de la con- sulta entre paréntesis

Ej: BOLÍVAR, Simón, Carta de Jamaica, en:

https://albaciudad.org/wp-content/uploads/2015/09/08072015-Carta-de-Ja- maica-WEB.pdf (15-12-2019)

Ej: TERÁN NAJAS, Rosemarie, “El estado y la interculturalidad en el Ecua- dor”, ICOMOS, Revista de Ciencias Sociales, N° 27 – 2007, ISSN 1390-8065, pp.72-73, en: http://revistas.flacsoandes.edu.ec/iconos/article/view/196 (01-12-2019).


Quito, 03 de agosto de 2021

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en los escritos “Arte y moral, discursos, lecciones, &” (1889) de Honorato Vázquez Ochoa (segunda parte)


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