BOLÍVAR: BREVE VISIÓN DEL HÉROE

Resumen

Bolívar parecía un latinoamericano de tantos: bajo, delgado, de tez morena, de ojos oscuros y vivaces, de agradable conversación y apasionado por el baile. Pero ciertamente era distinto a la mayoría. Tras su apariencia de hombre común había un ser de inteligencia superior y voluntad excepcional, que había llegado a recoger y conjugar en su alma todos los sentimientos de su nación y las mejores ideas de su tiempo. Un hombre que había puesto su esfuerzo y sus múltiples talentos al servicio de la más noble causa de cualquier época: la independencia de los pueblos y la libertad de los hombres. Por eso, las gentes de la tierra americana le habían puesto un sobrenombre que a él le gustaba y del que decía que lo prefería a cualquier título o condecoración: Libertador.

De temperamento nervioso y genio vivaz, el Libertador tenía siempre el espíritu listo para la acción, fuese esta militar o política, social o diplomática. En el combate, se destacaba entre sus hombres por su impetuosidad y arrojo temerario, y también porque era ambidextro y usaba, alternativamente, las dos manos para manejar la espada. En la única batalla que dirigió en el actual Ecuador, en Ibarra, fue su ímpetu personal lo que decidió el triunfo.